Texto Ć”ureo:Ā Ćxodo 17:8-16
Lecturas para adultos en la semana
DĆa 1 Ćxodo 17:8-16
DĆa 2 1ĀŖSamuel 15
DĆa 3 2ĀŖR 6:1-23
DĆa 4 Daniel 3
DĆa 5 Zacarias 14
DĆa 6 Lucas 10:25-42
I- El amalecita.
Contextualizando un poco la porción debemos tener claro que los amalecitas eran descendientes de uno de los nietos de Esaú, lo que indica que ellos eran familia de los israelitas (Gn 36).
Entre tantos enemigos que ha tenido el pueblo de Dios, Āæpor quĆ© contra los amalecitas hay una acción tan fuerte de Ćl? Aparte de la falta de familiaridad, la respuesta se encuentra en Dt 25:17-19: les atacaban en el camino como si Israel fuera un ejĆ©rcito y no como un pueblo que estaba emigrando, mataban a los rezagados (enfermos, ancianos, mujeres embarazadas, etc.), esperaban que estuviesen cansados y fatigados (aproximadamente 1 000 000 de personas en movimiento). O sea, que ellos no tenĆan un mĆnimo de piedad. Por otra parte, los amalecitas no tenĆan tierra fija porque eran nómadas, asĆ que eran un pueblo contra todos los pueblos. Ellos no tenĆan temor al Dios de sus ancestros (Abraham, Isaac).
II- Ser amalecita va mƔs allƔ de una etnia.
Este pueblo representa el mal y la falta de paz personificado. Hay personas que estÔn en guerra contra todos, ¿cuÔl es la razón?: Ninguna, esa es su naturaleza.
Por eso Dios manda a recordar esto para siempre, no sólo para cuidarnos de los amalecitas como una etnia, sino para acordarnos de no repetir nunca esa caracterĆstica de malicia en nosotros. No es tanto cuidarse de los amalecitas como cuidarnos nosotros mismos de no llegar a ser amalecitas. De ahĆ que el SeƱor manda a destruirlos. Y en un sentido espiritual, Āædónde?, pues en nosotros mismos.
Dios no sentencia a los descendientes genƩticos de Amalec, porque los hijos no son culpables del pecado de los padres, pues cada cual lleva su propia culpa, sino que muestra que hay una sentencia divina contra aquellos que no se arrepienten y desean seguir en el mismo pecado de los amalecitas.
Preguntas:
1.- Sà Dios es amor, ¿por qué cree que mandó a destruir a Amalec?
2.- ĀæQuiĆ©nes serĆan los amalecitas de hoy en dĆa?
3.- ¿CuÔl debe ser la actitud de un creyente en relación con el mal?
4.- ĀæQuĆ© harĆa usted en su hogar para no olvidar el pecado de los amalecitas y que su familia no se vea arrastrada en esa iniquidad?
Ćxodo 17:8-16.
8 Vino Amalec y luchó contra Israel en Refidim. 9 Y Moisés dijo a Josué: Escógenos varones y sal a luchar contra Amalec. Mañana yo me pondré en la cumbre de la colina, y la vara de Elohim estarÔ en mi mano.
10 E hizo JosuĆ© como MoisĆ©s le habĆa dicho para combatir contra Amalec. Y MoisĆ©s, Aarón y Hur subieron a la cumbre de la colina.11 Y sucedió que mientras MoisĆ©s tenĆa en alto sus brazos, vencĆa Israel, pero cuando bajaba sus brazos, vencĆa Amalec. 12 Y como los brazos de MoisĆ©s se entumecĆan, tomaron una piedra, se la pusieron debajo, y se sentó sobre ella. Y Aarón y Hur sostenĆan sus brazos, uno por un lado y otro por el otro, y estuvieron firmes los brazos de MoisĆ©s hasta la puesta del sol.
13 Y JosuƩ deshizo a Amalec y a su pueblo a filo de espada. 14 Dijo YHVH a MoisƩs: Escribe esto para memoria en un rollo y haz saber a JosuƩ que con borradura borrarƩ la memoria de Amalec de debajo de los cielos.
15 Y edificó Moisés un altar y llamó su nombre YHVH Nissi, 16 porque con mano alzada guerrearÔ YHVH contra Amalec de generación en generación.
āŗ17.8 Amalec… Enemigo perenne de los judĆos āDt 25.17; 1S 15.2-9.
āŗ17.11 brazos… Lit. mano.
āŗ17.12 firmes… Heb. Ā“emunah. TambiĆ©n significa fe.
āŗ17.13 deshizo… Lit. debilitó.
āŗ17.14 Amalec… āDt 25.17- 19; 1S 15.2-9.
āŗ17.15 YHVH Nissi… Esto es, mi estandarte. LXX: mi refugio.
āŗ17.16 porque… TM aƱade y dijo. Se sigue LXX.
1 Samuel 15.
1 Samuel dijo a Saúl: YHVH me envió a que te ungiera por rey sobre su pueblo, sobre Israel. Por tanto escucha ahora la voz de las palabras de YHVH. 2 Asà dice YHVH Sebaot: Me acuerdo de lo que Amalec hizo a Israel: cómo se interpuso en el camino cuando salieron de Egipto. 3 Ve ahora y ataca a Amalec; dedicad al exterminio todo lo suyo sin tenerle compasión. HarÔs morir desde el varón hasta la mujer, desde el niño hasta el lactante, buey y oveja, camello y asno.
4 Convocó, pues, Saúl al pueblo, y le pasó revista en Telaim: Doscientos mil infantes, y diez mil hombres de JudÔ. 5 Y Saúl fue a la ciudad de Amalec, y se puso al acecho en el valle. 6 Y dijo Saúl a los ceneos: Apartaos de entre los amalecitas para que no os destruya juntamente con ellos, por cuanto hicisteis misericordia con todos los hijos de Israel cuando salieron de Egipto. Y el ceneo se apartó de en medio de Amalec. 7 Y Saúl derrotó a los amalecitas desde HavilÔ hasta llegar a Shur, frente a Egipto. 8 Y capturó vivo a Agag, rey de Amalec, y exterminó a todo el pueblo a filo de espada. 9 Pero Saúl y el pueblo dejaron vivo a Agag, y no quisieron destruir lo mejor de las ovejas, y de la vacada, y de los animales engordados, y de los carneros, y de todo lo bueno; solamente destruyeron lo inservible y sin valor. 10 Entonces vino palabra de YHVH a Samuel, diciendo: 11 Me pesa haber designado a Saúl como rey, porque ha dejado de seguirme, y no ha cumplido mis palabras (debarim). Y Samuel se apesadumbró, y clamó a YHVH toda aquella noche. 12 Y madrugó Samuel para ir al encuentro de Saúl por la mañana; y fue dado aviso a Samuel, diciendo: Saúl llegó al Carmelo, y he aquà se erigió un monumento, y después volviendo, ha pasado bajando a Gilgal.
13 Entonces Samuel fue a SaĆŗl, y SaĆŗl le dijo: Ā”Bendito seas de YHVH! Ā”He cumplido el mandato de YHVH! 14 Pero Samuel le respondió: ĀæEntonces quĆ© es ese balido de ovejas que hay en mis oĆdos, y el mugido de vacas que estoy oyendo? 15 Y SaĆŗl dijo: Los han traĆdo de los amalecitas, porque el pueblo dejó aparte lo mejor de las ovejas y de las vacas, para sacrificarlas a YHVH tu Elohim; pero hemos destruido el resto totalmente. 16 Samuel respondió a SaĆŗl: Detente, y te declararĆ© lo que YHVH me dijo anoche. Entonces Ć©l le respondió: Habla.
17 Samuel le dijo: Aunque eras pequeƱo ante tus propios ojos, Āæno eres cabeza de las tribus de Israel? Y YHVH te ungió por rey sobre Israel, 18 y YHVH te envió a una misión, y dijo: Ve, y extermina por completo a los pecadores, a Amalec, y haz guerra contra ellos hasta exterminarlos. 19 ĀæPor quĆ© entonces no escuchaste la voz de YHVH, y te has precipitado sobre el botĆn, y has hecho lo malo ante los ojos de YHVH? 20 Y SaĆŗl respondió a Samuel: Al contrario, obedecĆ la voz de YHVH, y fui por el camino que YHVH me envió, y he traĆdo a Agag, rey de Amalec, y he destruido por completo a los amalecitas. 21 Pero el pueblo ha tomado ovejas y vacas del despojo, las primicias del anatema, para sacrificarlas a YHVH tu Elohim en Gilgal. 22 Y respondió Samuel: ĀæSe complace YHVH en holocaustos y sacrificios, como en la obediencia a la voz de YHVH? He aquĆ, el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención es mejor que la grosura de los carneros. 23 Porque como pecado de adivinación es la rebeldĆa, y como la idolatrĆa y el culto de imĆ”genes la obstinación.
Puesto que has rechazado la palabra de YHVH, Ćl tambiĆ©n te ha rechazado como rey. 24 Y SaĆŗl respondió a Samuel: He pecado; ciertamente he transgredido el dicho de YHVH y tus palabras, porque temĆ al pueblo y obedecĆ la voz de ellos. 25 Y ahora te ruego que cargues con mi pecado y vuelvas conmigo para que pueda postrarme ante YHVH. 26 Y Samuel dijo a SaĆŗl: No volverĆ© contigo, porque has rechazado la palabra de YHVH, y YHVH te ha rechazado como rey de Israel.
27 Entonces, cuando Samuel se volvĆa para irse, Ć©l se aferró del extremo de su manto, y este se rasgó. 28 Y Samuel le dijo: Ā”YHVH ha rasgado hoy de ti el reino de Israel, y lo ha dado a un prójimo tuyo mejor que tĆŗ! 29 AdemĆ”s, la Gloria de Israel no miente ni se arrepiente, porque no es hombre (adĆ”m) para que se arrepienta.
30 Y él dijo: He pecado; pero te ruego que me honres ahora ante los ancianos de mi pueblo y ante Israel, y regreses conmigo para que pueda postrarme ante YHVH tu Elohim. 31 Volvió, pues, Samuel tras Saúl, y Saúl se postró ante YHVH.
32 Luego Samuel dijo: Ā”Traedme a Agag rey de Amalec! Y Agag fue a Ć©l atado. Y decĆa Agag: ĀæAsĆ amarga es la muerte? 33 Y Samuel dijo: Como tu espada dejó a mujeres sin hijos, asĆ tu madre estarĆ” sin hijo entre las mujeres. Y Samuel degolló a Agag en presencia de YHVH en Gilgal. 34 Luego Samuel fue a RamĆ”, y SaĆŗl subió a su casa en Gabaa de SaĆŗl.
35 Y Samuel nunca mĆ”s volvió a ver a SaĆŗl hasta el dĆa de su muerte. Pero Samuel lamentaba a SaĆŗl, porque a YHVH le pesaba haber hecho reinar a SaĆŗl sobre Israel.
āŗ15.2 Amalec… Enemigo perenne de los judĆos āEx 17.8-16; Dt 25.17.
āŗ15.13 Bendito seas… SaĆŗl insiste en bendecir a Samuel āHe 7.7.
āŗ15.21 anatema… Esto es, lo consagrado al exterminio.
āŗ15.32 atado… TM: ma-adannot. Agag no iba alegremente, sino atado (ma-adannot) como las mismas PlĆ©yades āJob 38.31.
2 Reyes 6:1-23.
1 Los hijos de los profetas dijeron a Eliseo: He aquĆ, el lugar donde moramos delante de ti es demasiado estrecho para nosotros. 2 Te rogamos que nos permitas ir al JordĆ”n, para que cada uno tome de allĆ un madero, y nos hagamos un cobertizo allĆ. Y Ć©l respondió: Id. 3 Pero uno dijo: Te ruego que te dignes venir con tus esclavos. Y Ć©l respondió: IrĆ©.
4 Fue, pues, con ellos, y cuando llegaron al JordĆ”n, talaron unos Ć”rboles. 5 Y aconteció que mientras uno derribaba un Ć”rbol, el hierro cayó al agua, y gritó: Ā”Ay, seƱor mĆo! Ā”Era prestado! 6 Y el varón de Elohim preguntó: ĀæDónde cayó? Y le mostró el lugar. Y Ć©l cortó un palo, y echĆ”ndolo allĆ, hizo flotar el hierro. 7 Y dijo: Tómalo. Y Ć©l extendió su mano y lo tomó.
8 CombatĆa el rey de Siria contra Israel, y deliberando con sus servidores, dijo: En tal lugar haremos una emboscada. 9 Pero el varón de Elohim envió a decir al rey de Israel: CuĆdate de pasar por tal lugar, porque ahĆ estĆ”n emboscados los sirios. 10 Y el rey de Israel envió al lugar que Eliseo le habĆa dicho, y se guardó de ir allĆ, y esto no una ni dos veces. 11 Y el corazón del rey de Siria estaba turbado por tal motivo, y llamando a sus siervos, les preguntó: ĀæAcaso no me dirĆ©is quiĆ©n de los nuestros estĆ” a favor del rey de Israel? 12 Y uno de sus siervos respondió: No, rey y seƱor mĆo, sino que el profeta Eliseo, que estĆ” en Israel, Ć©l revela al rey de Israel las palabras que tĆŗ hablas en el interior de tu aposento. 13 Y Ć©l dijo: Averiguad dónde estĆ”, para que pueda hacerle prender. Y le fue dicho: He aquĆ estĆ” en DotĆ”n.
14 Entonces envió allĆ” caballos y carros, y un numeroso ejĆ©rcito, los cuales llegaronĀ de noche y rodearon la ciudad. 15 Y cuando el criado de Eliseo madrugó para salir,Ā he aquĆ un ejĆ©rcito con caballos y carros rodeando la ciudad. Y el siervo le dijo: Ā”Ay,Ā seƱor mĆo! ĀæCómo haremos? 16 Pero Ć©l respondió: No tengas temor, porque mĆ”sĀ son los que estĆ”n con nosotros que los que estĆ”n con ellos. 17 Y oró Eliseo diciendo:Ā Ā”Oh YHVH, abre sus ojos para que vea! Y YHVH abrió los ojos del siervo, y miró, y heĀ aquĆ el monte estaba repleto de caballos y carros de fuego alrededor de Eliseo.
18 Y cuando bajaron contra Ć©l, Eliseo oró a YHVH, y dijo: Ā”Hiere a esta gente conĀ ceguera, te ruego! Y Ćl los hirió con una ceguera total conforme a la palabra deĀ Eliseo. 19 Entonces Eliseo les dijo: Este no es el camino, ni esta es la ciudad;Ā seguidme y os llevarĆ© al varón que buscĆ”is. Y los condujo a Samaria. 20 Y cuandoĀ llegaron a Samaria, sucedió que Eliseo dijo: Ā”Oh YHVH, abre los ojos de estos paraĀ que puedan ver! Y YHVH abrió sus ojos, y miraron, y he aquĆ, estaban en medio deĀ Samaria. 21 Y al verlos, el rey de Israel dijo: ĀæAcaso los matarĆ©, padre? 22 Y Ć©l dijo:Ā No los herirĆ”s. ĀæMatarĆas tĆŗ a los que capturaste con tu espada y con tu arco? PonĀ delante de ellos pan y agua, para que coman y beban, y vuelvan a sus seƱores. 23Ā Entonces preparó una gran comida para ellos, y cuando hubieron comido y bebido,Ā los dejó ir, y regresaron a sus seƱores; y ya no volvieron a entrar cuadrillas de SiriaĀ en la tierra de Israel.
āŗ6.5 el hierro… Es decir, la cabeza del hacha; TM aƱade diciendo. Se sigue LXX.
āŗ6.8 haremos una emboscada… TM registra estarĆ” mi campamento. Se sigue LXX.
āŗ6.10 Eliseo… Se sigue LXX; habĆa dicho… TM aƱade y al prevenirlo. Se sigue LXX.
āŗ6.14 carros… Lit. caballo y carro.
āŗ6.15 Eliseo… Se sigue LXX; carros… Lit. caballo y carro.
āŗ6.17 abre… TM aƱade te ruego; carros… Lit. un carro. Singular con sentido colectivo.
āŗ6.18 ceguera… Lit. cegueras.
āŗ6.19 Eliseo… TM omite. Se sigue LXX.
āŗ6.21 dijo… TM aƱade a Eliseo. Se sigue LXX.
āŗ6.23 preparó… Esto es, el rey; cuadrillas… Grupo de soldados que realizan una incursión.
Daniel 3.
1 El rey Nabucodonosor hizo una estatua de oro de sesenta codos de altura y seis codos de ancho, y la hizo levantar en la llanura de Dura, en la provincia de Babilonia.
2 Y el rey Nabucodonosor hizo que se reunieran los sĆ”trapas, prefectos y gobernadores, jueces, tesoreros, consejeros, magistrados, y todos los altos funcionarios de las provincias, para que vinieran a la dedicación (janucĆ”) de la estatua que habĆa hecho levantar el rey Nabucodonosor. 3 Y se presentaron ante la estatua, 4 y el heraldo pregonó a gran voz: Pueblos, naciones y lenguas: 5 Ā”Se ordena que al oĆr el son de la corneta y del silbato, del tamboril, del arpa y del salterio, de la zampoƱa y de todo instrumento de mĆŗsica, os postrĆ©is ante la estatua de oro que ha hecho levantar el rey abucodonosor! 6 Ā”Quien no se postre serĆ” arrojado al horno de fuego!
7 AsĆ, al momento de oĆr el son de la corneta y de todo instrumento de mĆŗsica, los pueblos de toda nación y lengua se postraron y adoraron la estatua de oro que el rey Nabucodonosor habĆa hecho levantar. 8 Y en aquel momento, se acercaron algunos varones caldeos y acusaron maliciosamente a los judĆos. 9 Y dijeron al rey Nabucodonosor: Ā”Vive, oh rey, para siempre! 10 TĆŗ, oh rey, has decretado que todo hombre que oiga el son de la corneta y de todo instrumento de mĆŗsica, se postre ante la estatua de oro, 11 y el que no se postre, sea arrojado dentro al horno de fuego. 12 Pero hay ciertos varones judĆos, a quienes encomendaste la administración de la provincia de Babilonia: Sadrac, Mesac y Abed-Nego; estos hombres, oh rey, no te guardan ninguna consideración, ni rinden culto a tus dioses, ni se han postrado ante la estatua de oro que hiciste erigir.
13 Enfurecido, pues, Nabucodonosor, mandó traer a Sadrac, Mesac y Abed-Nego, los cuales fueron llevados de inmediato ante el rey. 14 Tomando la palabra, Nabucodonosor les dijo: Sadrac, Mesac y Abed-Nego: ĀæEs verdad que vosotros no rendĆs culto a mis dioses, ni os postrĆ”is ante la estatua de oro que yo hice levantar? 15 Ahora pues, si al oĆr el son de la corneta y de todo instrumento de mĆŗsica, estĆ”is dispuestos a postraros ante la estatua que he hecho, os irĆ” bien; pero si no os postrĆ”is, en la misma hora serĆ©is echados al horno de fuego, Āæy quĆ© dios os podrĆ” librar de mis manos?
16 Pero Sadrac, Mesac y Abed-Nego respondieron al rey Nabucodonosor, diciendo: No tenemos por quĆ© responderte sobre este asunto. 17 He aquĆ, nuestro DIOS a quien servimos Ā”existe!, y Ćl, oh rey, tiene poder para librarnos del horno de fuego y librarnos de tus manos. 18 Y si no lo hace, oh rey, entiende que tampoco daremos culto a tus dioses, ni nos postraremos ante la estatua que hiciste levantar.
19 Entonces Nabucodonosor se llenó de furor, y con semblante desencajado, ordenó calentar el horno siete veces mĆ”s de lo acostumbrado. 20 Y mandó a algunos de los hombres mĆ”s fornidos de su ejĆ©rcito que ataran a Sadrac, Mesac y Abed-Nego, y los arrojaran al horno en llamas. 21 AsĆ, estos varones, atados con sus zaragüelles, tĆŗnicas, turbantes y vestidos, fueron echados al horno.
22 Pero como la orden del rey era apremiante, estando el horno caliente en gran manera, las llamas abrasaron a quienes los arrojaron, 23 mientras ellos caĆan atados dentro del horno de fuego llameante. 24 Entonces, de repente, el rey Nabucodonosor se levantó estupefacto, y preguntó a los de su consejo: ĀæNo fueron tres los varones que cayeron atados dentro del fuego? Ellos respondieron al rey: Es verdad, oh rey.
25 Pero él respondió: ”Mirad! Estoy viendo a cuatro varones sueltos que se pasean en medio del fuego sin sufrir ningún daño, y el aspecto del cuarto es semejante a un hijo de los dioses.
26 Y Nabucodonosor se acercó a la puerta del horno de fuego en llamas, y dijo: Ā”Sadrac, Mesac y Abed-Nego, siervos de Elaha IL-laya , salid y venid! Y Sadrac, Mesac y Abed-Nego salieron del medio del fuego. 27 Y los sĆ”trapas, prefectos, gobernadores y consejeros del rey, reunidos allĆ, vieron cómo el fuego no habĆa tenido poder alguno contra aquellos varones. Ni siquiera sus cabellos estaban chamuscados; sus ropas estaban intactas y no tenĆan olor a quemado. 28 Entonces Nabucodonosor dijo: Ā”Bendito sea el DIOS de Sadrac, Mesac y Abed-Nego, que envió su Ćngel, y libró a sus siervos que confiaron en Ćl, no cumpliendo el edicto del rey, y entregaron sus cuerpos antes que servir y adorar a otro dios que no fuera su DIOS!
29 Decreto, pues, que todo pueblo, nación o lengua que profiera blasfemia contra el DIOS de Sadrac, Mesac y Abed-Nego, sea descuartizado, y su casa convertida en muladar, por cuanto no hay dios que pueda librar como Este. 30 Y el rey engrandeció a Sadrac, Mesac y Abed-Nego en la provincia de Babilonia.
āŗ3.3-4 Se sigue LXX.
āŗ3.7-8 Se sigue LXX.
āŗ3.10 Se sigue LXX.
āŗ3.15 os irĆ” bien… Al no percibir la elipsis, muchas versiones insertan interrogación. Debe entenderse como frase condicional āLc 13.9. Se sigue LXX.
āŗ3.19 Se sigue LXX.
āŗ3.25 hijo de los dioses… Aram. bar āelahin = hijo de dioses.
āŗ3.26 Elaha IL-laya … Aram. Dios AltĆsimo. Indudablemente, la visión del rey tuvo un efecto relevante en el conocimiento del nombre del Dios de Israel.
Zacarias 14.
1 He aquĆ, el dĆa de YHVH viene, y en medio de ti serĆ”n repartidos tus despojos. 2 Porque Yo reunirĆ© a todas los gentiles para combatir contra JerusalĆ©n; y la ciudad serĆ” conquistada, y las casas serĆ”n saqueadas y las mujeres serĆ”n violadas, y la mitad del pueblo irĆ” en cautiverio, pero el resto del pueblo no serĆ” cortado de la ciudad.
3 DespuĆ©s YHVH saldrĆ” y combatirĆ” contra aquellos gentiles, como cuando combate en el dĆa de la batalla. 4 Aquel dĆa sus pies se posarĆ”n sobre el monte de los Olivos, que estĆ” frente a JerusalĆ©n, al oriente, y el monte de los Olivos serĆ” partido por el medio, quedando un gran valle del levante al poniente: la mitad del monte se apartarĆ” hacia el norte, y la otra mitad hacia el sur. 5 Y el valle de Hinom quedarĆ” bloqueado, porque el valle entre los dos montes llegarĆ” hasta Azal, y vosotros huirĆ©is como cuando el terremoto en tiempos de UzĆas, rey de JudĆ”, y vendrĆ” YHVH mi Elohim con todos sus santos.
6 Y acontecerĆ” que en ese dĆa no habrĆ” luz, clara ni oscura. 7 SerĆ” un dĆa, el cual es conocido por YHVH, que no serĆ” ni dĆa ni noche, sino que al anochecer seguirĆ” habiendo luz. 8 Aquel dĆa acontecerĆ” tambiĆ©n que de JerusalĆ©n saldrĆ”n aguas vivas: la mitad de ellas hacia el mar Oriental y la otra mitad hacia el mar Occidental, en verano y en invierno.
9 Y YHVH serĆ” Rey sobre toda la tierra. En aquel dĆa YHVH serĆ” uno, y uno su Nombre. 10 Todo el paĆs se allanarĆ”, desde Geba hasta Rimón NĆ©guev. JerusalĆ©n serĆ” enaltecida y habitada en su lugar, desde la Puerta de BenjamĆn hasta la Puerta Antigua y la Puerta del Ćngulo, y desde la Torre de Hananeel hasta el Lagar del Rey.
11 Y habitarƔn en ella, y nunca mƔs serƔ anatema; sino que JerusalƩn serƔ habitada confiadamente.
12 Y esta serĆ” la plaga con que YHVH herirĆ” a todos los pueblos que combatieron contra JerusalĆ©n: La carne de ellos se corromperĆ” cuando aĆŗn estĆ©n con vida, y se consumirĆ”n en las cuencas sus ojos y la lengua se les desharĆ” en su boca. 13 Y en aquel dĆa cundirĆ” entre ellos un pĆ”nico tal de parte de YHVH, que cuando alguno agarre la mano de su camarada, el otro volverĆ” su mano contra Ć©l.
14 JudƔ tambiƩn pelearƔ en JerusalƩn, y serƔn reunidas las riquezas de todos los gentiles vecinas: oro y plata, e innumerables vestidos. 15 Los caballos, mulos, camellos, asnos y todas las bestias que haya en los campamentos sufrirƔn el mismo castigo. 16 Y sucederƔ que todos los que sobrevivan de los gentiles que vinieron contra JerusalƩn, subirƔn de aƱo en aƱo a postrarse ante el Rey, ante YHVH Sebaot, y a celebrar la solemnidad de los tabernƔculos.
17 Y acontecerƔ que los de las familias de la tierra que no suban a JerusalƩn para postrarse ante el Rey YHVH Sebaot, no vendrƔ lluvia sobre ellos. 18 Y si la familia de Egipto no sube y no se presenta, tampoco la habrƔ sobre ellos. VendrƔ la plaga con que YHVH herirƔ a los gentiles que no suban a celebrar una fiesta de los tabernƔculos. 19 Tal serƔ el castigo de Egipto y el castigo de todas las naciones que no suban a celebrar la fiesta de Alef Taf de los tabernƔculos.
20 En aquel dĆa, aun las campanillas de los caballos llevarĆ”n grabado: SANTIDAD A YHVH, y las ollas en la Casa de YHVH serĆ”n como los tazones delante del altar. 21 Toda olla en JerusalĆ©n y en JudĆ” estarĆ” consagrada a YHVH Sebaot, y todos los que sacrifiquen, acudirĆ”n, las tomarĆ”n y cocinarĆ”n en ellas. Y aquel dĆa no habrĆ” mĆ”s mercaderes en la Casa de YHVH Sebaot.
āŗ14.5 sus santos… LXX: con Ćl.
āŗ14.6 clara ni oscura… Otra traducción posible: no habrĆ” luz, sino frĆo y helada.
āŗ14.8 mar Oriental… Esto es, el Mar Muerto; mar Occidental… Esto es, el Mar MediterrĆ”neo.
āŗ14.19 el castigo… Lit. el pecado.
Lucas 10:25-42.
25 Y, he aquĆ, se levantó un especialista en la ley para ponerlo a prueba, diciendo: Maestro, Āæhaciendo quĆ© cosa heredarĆ© vida eterna? 26 Ćl entonces le dijo: ĀæQuĆ© estĆ” escrito en la ley? ĀæCómo lees? 27 Y Ć©l respondiendo, dijo: AmarĆ”s al SeƱor tu DIOS de todo corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas y con toda tu mente, y a tu prójimo como a ti mismo. 28 Le dijo: Rectamente respondiste, haz esto y vivirĆ”s. 29 Pero Ć©l, queriendo justificarse, dijo a JESĆS: ĀæY quiĆ©n es mi prójimo?
30 Respondiendo JESĆS, dijo: Cierto hombre bajaba de JerusalĆ©n a Jericó, y cayó en mano de salteadores, los cuales despuĆ©s de desnudarlo y golpearlo, se fueron, dejĆ”ndolo medio muerto. 31 Y por coincidencia, cierto sacerdote bajaba por aquel camino, y al verlo, pasó por el lado opuesto. 32 Igualmente un levita, al llegar junto al lugar y al verlo, pasó por el lado opuesto. 33 Pero un samaritano que iba de camino, se acercó a Ć©l, y al verlo, fue movido a compasión; 34 y acercĆ”ndose, vendó sus heridas derramando aceite y vino, y lo montó sobre su propia cabalgadura, y lo llevó a un mesón y cuidó de Ć©l. 35 Y al dĆa siguiente, al partir, sacó dos denarios, los dio al mesonero, y le dijo: CuĆdalo, y todo lo que gastes de mĆ”s, yo te lo pagarĆ© cuando regrese. 36 ĀæQuiĆ©n de estos tres te parece haber sido prójimo del que cayó en mano de los salteadores? 37 Y Ć©l dijo: El que hizo la misericordia con Ć©l. Entonces JESĆS le dijo: Ve y haz tĆŗ lo mismo.
38 Mientras ellos iban de camino, entró en cierta aldea, y una mujer de nombre Marta lo hospedó. 39 Y esta tenĆa una hermana llamada MarĆa, la cual, sentada a los pies del SeƱor, oĆa su Palabra. 40 Pero Marta, muy atareada con mucho quehacer, acercĆ”ndose dijo: SeƱor: ĀæNo te importa que mi hermana me dejó sola para servir? Dile, pues, que me ayude. 41 Pero el SeƱor, respondiendo, le dijo: Marta, Marta, afanada y molesta estĆ”s por muchas cosas; 42 pero solo una es necesaria, y MarĆa escogió la buena parte, la cual no le serĆ” quitada.
āŗ10.25 ponerlo a prueba… Gr. ekpeirĆ”zo. Es decir, intento de atrapar o prender en un error. Por el contexto (v.29), se infiere malicia del interlocutor āMt 22.35; se inserta cosa para suplir elipsis del original; vida eterna… āMt 22.35-40; Mr 12.28-34.
āŗ10.27 āLv 19.18; Dt 6.5.
āŗ10.28 haz… El verbo estĆ” en presente de continuación; vivirĆ”s… āLv 18.5.
āŗ10.30 Cierto hombre… JesĆŗs aprovecha la pregunta de su interlocutor ā20.9.
āŗ10.38 hospedó… Mā aƱaden en su casa.
āŗ10.39 MarĆa… āJn 11.1; se inserta la cual para suplir elipsis del original.
āŗ10.40 quehacer… Gr. diakonĆa = servicio; servir… Gr. diakonĆ©o.

