Texto áureo: Génesis 44-47
Lecturas para adultos en la semana
Día 1 Génesis 44-45
Día 2 Génesis 46-47
Día 3 Job 3-5
Día 4 Job 6-7
Día 5 Marcos 10
Día 6 2ªTesalonisences 3
I- Ser dadores es un desafío.
Generalmente pensamos que una persona recta es quien hace el bien. Pero…, ¿cuánto bien?, ¿cómo se debe cuantificar para llegar a la categoría de bien? La Biblia nos da la respuesta en la historia de José: No es suficiente solo “hacer el bien”, hay que tomar responsabilidad por otros.
Todos tenemos en algún momento un deseo de forma natural en nuestro interior por dar a otros y compartir en alguna medida. Incluso, las personas más egoístas sienten a veces ganas de dar a los demás. El desafío de dar no es en realidad cuando tenemos ese deseo, sino cuando no nos apetece hacerlo. Sin embargo, cuando una persona toma responsabilidad por otro se está comprometiendo a darle incluso cuando no desee hacerlo.
En alguna manera tomar responsabilidad por otro significa acercarse a aquel que se ve decaído, darle de su tiempo y sugerirle un modo concreto en el que se podría ayudar. Quien esté dispuesto a tomar responsabilidad por los demás en todas las áreas de la vida, sin importar a dónde pueda llevarle eso, es realmente quien se puede considerar una persona recta.
II- Controla tu ira y aprende a edificar.
En el texto áureo encontramos a José que tenía bien claro a dónde quería llegar con sus hermanos. Su objetivo no era hacerlos sentir mal, sino hacerlos reflexionar para bien. Por eso utilizó una estrategia para darse a conocer a ellos.
Cuando alguien está haciendo mal, siempre que vayamos a tratar con él, debemos hacernos la siguiente pregunta: ¿Cuál es mi intensión? Un hijo de Dios siempre va a buscar edificar a otros y no solo desahogar la ira por lo mal hecho. Los fundadores de las tribus de Israel, el pueblo de Dios, no podían ser tan malvados como los demás. Debían estar a la altura espiritual de su llamado, y José quería armonizar con eso (Gn 45:5-8).
Sólo cuando se quiere que la voluntad de Dios guíe a otros, es cuando nuestra intensión con ellos será desprovista de cualquier mal deseo.
III- Hay que saber vivir.
En Gn 47:8 Faraón pregunta: «¿Cuántos son los días de los años de tu vida?». Esta no es una pregunta sin mucha importancia como algunos pudieran pensar, sino que va más allá de la simple retórica. Esta significa más bien: ‘¿Cuántos días especiales has tenido a lo largo de la vida?’. Está claro, el problema no es vivir, sino saber vivir.
¿Quién cuenta jamás los días de los años que vive? (Gn 47:28). Sólo alguien que cada día los ha vivido de manera especial. Si analizamos, está claro que en cada día ocurren cosas buenas y malas, pero cuando se logra ver la mano de Dios se puede entender que tanto lo uno como lo otro ha sido de bendición[1].
Muchos piensan que saber vivir es tener metas, alegrías y muchas fiestas; sin embargo, Faraón se está refiriendo a los días que se han vivido intensamente como si fuera el último día, esto es realmente saber vivir. Debemos comportarnos con nosotros mismos y con los demás como si fuera la última vez. ¿Cuántos se lamentan de no haber tratado a alguien como debían antes de dejar de verlos? Esta es una realidad que muchas veces no se tiene en cuenta. Pero…, ¿se ha puesto pensar cómo sería el mundo si todos nos comportáramos como si fuera nuestro último día?
Preguntas:
1.- ¿Cuántas personas a su alrededor pueden decir que sienten que usted les cuida?
2.- ¿Cómo ve usted que Jesús tomó cuidado de Judas y Pedro?
3.- Pruebe tratar a sus familiares y hermanos como si fuera el ultimo día con ellos y cuéntele al grupo su experiencia.
Génesis 44.
1 Y ordenó expresamente al que estaba a cargo de su casa: Llena de comida los costales de estos varones, tanto como puedan llevar, y pon la plata de cada uno en la boca de su costal. 2 Y meted la copa de plata en la boca del costal del menor, con la plata de su grano. Y se hizo conforme a la palabra que había hablado José. 3 Cuando rayó el alba, fueron despedidos aquellos varones, ellos y sus asnos.
4 Salieron ellos de la ciudad, y no se habían alejado, cuando José dijo al que estaba a cargo de su casa: Levántate y persigue a esos hombres, los arrestarás y les dirás: ¿Por qué me habéis pagado mal por bien? 5 ¿Por qué robasteis mi copa de plata? ¿No es esta en la cual bebe mi señor, y con lo que suele interpretar augurios? Mal habéis obrado en lo que habéis hecho. 6 Así, los alcanzó y les habló estas palabras. 7 Y ellos le dijeron: ¿Por qué habla mi señor tales cosas? ¡Lejos sea de tus siervos hacer cosa semejante! 8 He aquí, la plata que hallamos en la boca de nuestros costales, te la volvimos a traer desde la tierra de Canaán. ¿Cómo, pues, hurtaríamos de la casa de tu señor plata u oro? 9 Aquel de tus siervos en quien sea hallada la copa, que muera, y nosotros también seremos esclavos de mi señor. 10 Y él dijo: Sea ahora conforme a vuestras palabras, aquel en quien se halle la copa, llegará a ser mi esclavo, y vosotros seréis inocentes.
11 Y se apresuraron, y bajando cada uno su costal a tierra, cada cual abrió su costal. 12 Registraba él del mayor al menor, y la copa fue hallada en el costal de Benjamín. 13 Ellos entonces se rasgaron las vestiduras. Y cada uno cargó su asno, y regresaron a la ciudad. 14 Y llegaron Judá y sus hermanos a casa de José, y él estaba aún allí, y cayeron a tierra ante él. 15 Y José les dijo: ¿Qué acción es esta que habéis hecho? ¿No sabéis que un hombre como yo es capaz de adivinar? 16 Y dijo Judá: ¿Qué diremos a mi señor? ¿Qué hablaremos? ¿Cómo nos justificaremos? Ha-Elohim ha descubierto la iniquidad de tus siervos. He aquí, somos esclavos de mi señor, nosotros, y también aquel en cuya mano fue hallada la copa. 17 Pero él dijo: Lejos de mí el hacer esto, el hombre en cuya mano fue hallada la copa, él será mi esclavo. Vosotros subid en paz a vuestro padre.
18 Entonces Judá se acercó a él, y dijo: ¡Ay, señor mío! Tu siervo hablará palabra a oídos de mi señor, pero no se encienda tu ira contra tu siervo, porque tú eres como el mismo Faraón. 19 Mi señor ha preguntado a sus siervos, diciendo: ¿Tenéis padre o hermano? 20 Y nosotros dijimos a mi señor: Tenemos un padre anciano, y un muchacho pequeño que le nació en su vejez, pues su hermano murió, solo él quedó de su madre, y su padre lo ama. 21 Y dijiste a tus siervos: Hacedlo bajar para que lo vea. 22 Y nosotros dijimos a mi señor: El muchacho no puede abandonar a su padre, porque si lo abandonara, su padre moriría. 23 Pero dijiste a tus siervos: Si vuestro hermano menor no baja con vosotros, no veréis más mi rostro. 24 Y aconteció que cuando subimos adonde mi padre, tu siervo, le referimos las palabras de mi señor. 25 Y nuestro padre dijo: Volved a comprar para nosotros un poco de alimento. 26 Pero nosotros dijimos: No podemos bajar. Si nuestro hermano menor va con nosotros, bajaremos, porque no podremos ver el rostro de aquel hombre si no está con nosotros nuestro hermano menor. 27 Pero tu siervo, mi padre, nos dijo: Vosotros mismos sabéis que mi mujer me dio a luz dos. 28 El uno salió de mi lado, y dije: Ciertamente fue despedazado. Y hasta ahora no lo he vuelto a ver. 29 Y si tomáis también a este de mi presencia y le sucede alguna desgracia, haréis descender mis canas con dolor al Seol.
30 Y ahora, cuando llegue a tu siervo, mi padre, y el muchacho no esté con nosotros, como su alma está ligada al alma de él, 31 sucederá que cuando vea que el muchacho no está con nosotros, morirá, y tus siervos habrán hecho descender con dolor al Seol las canas de tu siervo, nuestro padre. 32 Porque yo, tu siervo, quedé como fiador del muchacho ante mi padre, diciendo: Si no te lo traigo, sea pecador ante mi padre todos los días. 33 Y ahora, quede tu siervo en lugar del joven por esclavo de mi señor, pero que el joven suba con sus hermanos. 34 Porque ¿cómo subiré yo hasta mi padre si el joven no está con nosotros? ¡No vea el mal que le sobrevendrá a mi padre!
►44.2 la copa… TM añade mi copa. Se sigue LXX.
►44.5 mi copa de plata? TM omite ¿Por qué robasteis mi copa de plata?
►44.18 Tu siervo… TM añade Te ruego. Se sigue LXX.
►44.33 Y ahora… TM añade te ruego. Se sigue LXX.
Génesis 45.
1 No pudiendo ya contenerse ante quienes estaban a su lado, José dijo: ¡Salid todos de mi presencia! Y no quedó hombre con él cuando José se dio a conocer a sus hermanos. 2 Entonces alzó su voz en llanto, y lo oyeron los egipcios y lo oyó la casa de Faraón. 3 Y dijo José a sus hermanos: ¡Yo soy José! ¿Vive aún mi padre? Y sus hermanos, conturbados, no pudieron responderle. 4 Y dijo José a sus hermanos: ¡Acercaos a mí! Y ellos se acercaron, y él dijo: Yo soy vuestro hermano José, a quien vendisteis para Egipto.
5 Ahora pues, no os entristezcáis ni os parezca insoportable haberme vendido acá, pues para preservar la vida me envió Elohim delante de vosotros. 6 Porque ya ha habido dos años de hambruna sobre la tierra, y aún quedan cinco años en que no habrá siembra ni siega. 7 Por eso Elohim me envió delante de vosotros para preservaros un remanente en esta tierra y para daros vida por medio de una gran liberación. 8 Así que, no me enviasteis vosotros acá, sino Elohim, quien me ha constituido como padre de Faraón, y señor de toda su casa, y gobernador en toda la tierra de Egipto. 9 Daos prisa, subid hasta mi padre, y decidle: Así dice tu hijo José: Elohim me ha puesto por señor de todo Egipto, desciende a mí, no te detengas, 10 y habitarás en la tierra de Gosén, y estarás cerca de mí, tú y tus hijos, y los hijos de tus hijos, tus rebaños y tus vacadas y todo lo que tienes. 11 Y allí te sustentaré, pues aún quedan cinco años de hambruna, para que no caigas en la miseria tú y tu casa, y todo lo que tienes. 12 Y por cierto, vuestros ojos pueden ver, y los ojos de mi hermano Benjamín, que es mi boca la que os habla. 13 Declararéis a mi padre todo mi esplendor en Egipto y lo que habéis visto. ¡Daos prisa, y haced que mi padre descienda acá! 14 Y se echó al cuello de su hermano Benjamín, y lloró, y Benjamín lloró en su cuello. 15 Y besó a todos sus hermanos, y lloró sobre ellos. Después sus hermanos hablaron con él. 16 Y la voz fue oída en la casa de Faraón, diciendo: ¡Han venido los hermanos de José! Y resultó agradable a Faraón y a sus siervos. 17 Y dijo Faraón a José: Dí a tus hermanos: Haced esto: Cargad vuestras bestias y entrad en tierra de Canaán. 18 Luego tomad a vuestro padre y a vuestras familias, y venid a mí, y yo os daré lo bueno de la tierra de Egipto, y comeréis de la abundancia del país. 19 Mándales esto: Tomaos carros de la tierra de Egipto para vuestros pequeños y vuestras mujeres, y tomad a vuestro padre, y venid. 20 Y no os preocupéis por vuestros enseres, porque lo mejor de Egipto es vuestro.
21 Así lo hicieron los hijos de Israel, y José les dio carros conforme a la orden de Faraón, y les dio provisión para el camino. 22 A todos ellos les dio doble vestido, pero a Benjamín le dio trescientas piezas de oro y cinco vestidos de lujo. 23 Y a su padre envió: Diez asnos cargados de lo mejor de Egipto, y diez asnas cargadas de pan para el viaje de su padre. 24 Y despidió a sus hermanos, y fueron encaminados, y les dijo: No discutáis por el camino.
25 Subieron de Egipto, y llegaron a la tierra de Canaán, a su padre Jacob, 26 y le anunciaron, diciendo: ¡José aún vive, y gobierna en toda la tierra de Egipto! Pero su corazón desmayó, pues no les creía. 27 Mas ellos le dijeron todas las palabras que José les había hablado, y al ver los carros que José había enviado para llevarlo, el espíritu de su padre Jacob revivió. 28 Entonces dijo Israel: ¡Basta! ¡Mi hijo José aún vive! ¡Iré y lo veré antes de morir!
►45.1 Salid todos… TM añade hombre. Se sigue LXX; se dio a conocer… →Hch 7.13.
►45.3 conturbados… TM añade de su presencia. Se sigue LXX.
►45.5 Se sigue LXX.
►45.10 tierra de Gosén… Tierra muy fértil situada en el Delta del Nilo.
►45.9-11 →Hch 7.14.
►45.13 y lo que habéis visto… TM añade todo. Se sigue LXX.
►45.17 entrad… TM añade id, regresad. Se sigue LXX.
►45.19 Tomaos… TM añade y haceos. Se sigue LXX.
►45.20 lo mejor de Egipto… TM añade de toda la tierra. Se sigue LXX.
►45.22 Se sigue LXX.
►45.23 cargadas de pan… se refiere a alimentos en general. TM añade grano… víveres. Se sigue LXX.
►45.24 no discutáis… Heb. râgaz. Otra traducción posible: no riñáis.
Génesis 46.
1Y partió Israel con todo lo que tenía. Y llegó a Beer-Seba, y ofreció sacrificios al Elohim de su padre Isaac. 2 Y habló Elohim a Israel en visión nocturna, y le dijo: ¡Jacob! ¡Jacob! Y él dijo: Heme aquí. 3 Y le dijo: Yo soy Elohim, el Elohim de tu padre. No temas bajar a Egipto, porque allí te convertiré en una gran nación. 4 Yo descenderé contigo a Egipto, y ciertamente Yo también te haré subir, y José pondrá sus manos sobre tus ojos.
5 Y se levantó Jacob de Beer-Seba, y los hijos de Israel hicieron subir a su padre, a sus pequeños y a sus mujeres en los carros que José había enviado para que lo llevaran. 6 Y tomaron sus ganados, y las pertenencias que habían adquirido en la tierra de Canaán, y se fueron a Egipto, Jacob, y toda su descendencia con él, 7 sus hijos y nietos, sus hijas y nietas. Y llevó toda su descendencia a Egipto.
8 Estos son los nombres de los hijos de Israel que entraron en Egipto: Jacob y sus hijos: Rubén, el primogénito de Jacob. 9 Y los hijos de Rubén: Hanoc, Falú, Hezrón y Carmi. 10 Y los hijos de Simeón: Jemuel, Jamín, Ohad, Jaquín, Zohar y Saúl, hijo de la cananea. 11 Y los hijos de Leví: Gersón, Coat y Merari. 12 Y los hijos de Judá: Er, Onán y Sela, Fares y Zara, aunque Er y Onán habían muerto en tierra de Canaán. Y los hijos de Fares fueron Hezrón y Hamul. 13 Los hijos de Isacar: Tola, Fúa, Iob y Simrón. 14 Y los hijos de Zabulón: Sered, Elón y Jahleel. 15 Estos fueron los hijos de Lea, los que ella le dio a luz a Jacob en Padan-Aram, además de su hija Dina. El total de personas de sus hijos e hijas fue treinta y tres. 16 Y los hijos de Gad: Zifión, Hagui, Suni, Ezbón, Heri, Arodi y Areli. 17 Y los hijos de Aser: Jimna, Isúa, Isúi y Beria y Sera, hermana de ellos. Los hijos de Beria: Heber y Malquiel. 18 Estos fueron los hijos de Zilpa, la que Labán dio a su hija Lea, y le dio a luz estos a Jacob, dieciséis personas. 19 Hijos de Raquel, mujer de Jacob: José y Benjamín. 20 Y a José, en la tierra de Egipto, le nacieron Manasés y Efraín, los cuales le dio a luz Asenat, hija de Potifera, sacerdote de On. 21 Y los hijos de Benjamín fueron Bela, Bequer, Asbel, Gera, Naamán, Ehi, Ros, Mupim, Hupim y Ard. 22 Estos fueron los hijos de Raquel que nacieron a Jacob, catorce personas en total. 23 Y los hijos de Dan: Husim. 24 Y los hijos de Neftalí: Jahzeel, Guni, Jezer y Silem. 25 Estos fueron los hijos de Bilha, la que dio Labán a Raquel su hija, y ella dio a luz estos a Jacob, siete personas en total. 26 Todas las personas que fueron con Jacob a Egipto, procedentes de sus lomos, sin contar las mujeres de los hijos de Jacob, todas las personas fueron sesenta y seis. 27 Y los hijos de José, que le nacieron en tierra egipcia fueron dos. Todas las almas de la casa de Jacob que entraron en Egipto fueron setenta.
28 Y envió a Judá delante de él para su encuentro con José en la ciudad de Pitón, en tierra de Rameses. 29 Y José, unciendo sus carros, subió al encuentro de Israel, su padre, en la ciudad de Pitón. Y al verlo, lo abrazó y lloró largamente. 30 E Israel dijo a José: ¡Ahora puedo morir, pues he visto tu rostro y aún estás vivo!
31 Y dijo José a sus hermanos: Subiré a informar a Faraón y decirle: Mis hermanos y la casa de mi padre, que estaban en la tierra de Canaán, han venido a mí. 32 Son pastores que cuidan del ganado, y han traído sus rebaños, sus vacadas y todas sus posesiones.33 Cuando Faraón os llame y diga: ¿Cuál es vuestro oficio? 34 vosotros responderéis: Tus siervos son pastores desde su juventud hasta ahora, lo mismo nosotros que nuestros padres. Así podréis vivir en la tierra de Gosén, porque todo pastor de ovejas es abominación para los egipcios.
►46.4 José pondrá sus manos sobre tus ojos… TM registra la mano de José cerrará tus ojos. Se sigue LXX.
►46.5 a su padre… TM añade Jacob. Se sigue LXX; José… TM: Faraón. Se sigue LXX.
►46.6 su descendencia… →Hch 7.15.
►46.7 Y llevó… TM añade con él. Se sigue LXX →§194.
►46.20 Manasés y Efraín… →41.50-52.
►46.23 hijos… El plural hijos e hijas se usa como una frase fija →v. 15.
►46.27 setenta… LXX registra setenta y cinco . Se sigue TM y PS.
►46.28-29 Se sigue LXX.
►46.29 y lo abrazó… TM añade echándose sobre su cuello. Se sigue LXX.
►46.31 a sus hermanos… TM añade y a la casa de su padre. Se sigue LXX.
►46.32 Son pastores… TM añade de ovejas. Se sigue LXX.
►46.33 Cuando… TM añade Y sucederá. Se sigue LXX.
Génesis 47.
1 Fue, pues, José y anunció a Faraón, y le dijo: Mi padre y mis hermanos, sus rebaños y vacadas, con todo lo que tienen, han venido de la tierra de Canaán, y he aquí están en la tierra de Gosén. 2 Y de entre sus hermanos tomó a cinco de ellos, y los presentó a Faraón. 3 Y Faraón dijo a sus hermanos: ¿Cuál es vuestro oficio? Y respondieron a Faraón: Tus siervos son pastores de ovejas, nosotros y nuestros padres. 4 Y dijeron a Faraón: Vinimos para habitar en esta tierra porque la hambruna aprieta en la tierra de Canaán y no hay pasto para las ovejas de tus siervos. Permite que tus siervos habiten en tierra de Gosén. 5 Y Faraón habló a José, diciendo: Tu padre y tus hermanos han venido a ti. 6 La tierra de Egipto está delante de ti. Haz habitar a tu padre y a tus hermanos en la mejor tierra.
7 Y tomó José a su padre Jacob y lo presentó a Faraón, y Jacob bendijo a Faraón. 8 Y Faraón preguntó a Jacob: ¿Cuántos son los días de los años de tu vida? 9 Jacob respondió a Faraón: Los días de los años de mis peregrinaciones son ciento treinta años. Pocos y malos han sido los días de los años de mi vida, y no han llegado a los días de los años de la vida de mis padres en los días de sus peregrinaciones. 10 Y Jacob bendijo a Faraón y salió de su presencia.
11 José, pues, hizo habitar a su padre y a sus hermanos dándoles posesión en la tierra de Egipto, en la mejor tierra, en la tierra de Rameses, como había ordenado Faraón. 12 Y abastecía José a su padre, a sus hermanos y a toda la casa de su padre, incluidos los pequeños.
13 Pero en el país no había alimento y la hambruna arreciaba, y la tierra de Egipto y la de Canaán desfallecían a causa de la hambruna. 14 Recogió, pues, José toda la plata hallada en tierra de Egipto y tierra de Canaán, por el grano que compraban y que se les abastecía, y llevó José toda la plata a la casa de Faraón. 15 Cuando se hubo acabado la plata de la tierra de Egipto y de la tierra de Canaán, todo Egipto acudió a José, diciendo: ¡Danos pan! ¿Por qué moriremos ante ti? Pues la plata se ha acabado. 16 Entonces dijo José: Si se ha acabado la plata, entregad vuestro ganado, y yo os daré por vuestro ganado. 17 Y llevaron sus ganados a José. Y José les dio pan por los caballos, por el ganado del rebaño, por el ganado de la vacada, y por los asnos. Y durante aquel año les suministró alimento a cambio de todos sus ganados.
18 Finalizado aquel año, acudieron a él el segundo año, y le dijeron: No ocultamos a nuestro señor que, puesto que la plata se ha acabado, y también el ganado es de nuestro señor, nada queda delante de nuestro señor sino nuestro cuerpo y nuestro suelo. 19 ¿Por qué moriremos ante tus ojos como nuestra tierra? Cómpranos a nosotros y a nuestra tierra por pan, y nosotros y nuestro suelo seremos esclavos de Faraón, pero danos semilla para que podamos vivir y no muramos, y la tierra no sea asolada.
20a Y José compró para Faraón toda la tierra de los egipcios 22 exceptuando la tierra de los sacerdotes, que no compró, porque Faraón había dado a los sacerdotes su ración, y de Faraón comían la ración que les daba. Por eso no tuvieron que vender sus campos. 20b Pero los egipcios vendieron sus campos a Faraón, pues la hambruna prevalecía contra ellos. Y la tierra llegó a ser de Faraón, 21 el cual sometió al pueblo como esclavos, desde un extremo a otro del territorio de Egipto. 23 José dijo al pueblo: He aquí, hoy os he comprado a vosotros con vuestra tierra para Faraón. Ahí tenéis semilla para sembrar la tierra. 24 Cuando llegue la cosecha daréis la quinta parte a Faraón, y las cuatro partes serán vuestras para sembrar el campo, para alimento vuestro y los que están en vuestras casas. 25 Respondieron: ¡Nos has dado la vida! Hallemos gracia a ojos de nuestro señor, y seamos siervos de Faraón. 26 Y José lo estableció por estatuto sobre la tierra de Egipto hasta este día: Faraón recibe la quinta parte. Solo la tierra de los sacerdotes no llegó a ser de Faraón.
27 Y habitó Israel en el país de Egipto, en tierra de Gosén, y tomaron posesión en ella, y fueron fructificados y multiplicados en gran manera. 28 Y vivió Jacob en la tierra de Egipto diecisiete años, pues fueron los días de Jacob, los años de su vida, ciento cuarenta y siete años.
29 Cuando se acercaba para Israel la hora de morir, llamó a su hijo José, y le dijo: Si hallé gracia ante tus ojos, pon tu mano bajo mi muslo, y harás conmigo la misericordia y el favor de no enterrarme en Egipto. 30 Cuando descanse con mis padres me llevarás de Egipto y me enterrarás en el sepulcro de ellos. Y respondió: Haré según tu palabra. 31 Pero insistió: ¡Júramelo! Y se lo juró. Entonces Israel adoró sobre el extremo de su bordón.
►47.4 Permite… TM añade te rogamos. Se sigue LXX.
►47.6 la mejor tierra… TM añade se establezcan en tierra de Gosén, y si sabes que hay entre ellos hombres capaces, ponlos como mayorales de mi ganado. Se sigue LXX.
►47.7 Jacob bendijo a Faraón… →He 7.7.
►47.8 los años de tu vida?… Es decir, ¿Cuántos años tienes?
►47.13 alimento… Lit. pan.
►47.19 ante tus ojos… TM añade tanto nosotros. Se sigue LXX.
►47.20-22 TM: secuencia incorrecta. No José, sino Faraón es quien esclaviza a su propio pueblo. La secuencia correcta es 20a, 22, 20b, 21.
►47.24 en vuestras casas… TM añade y para alimento de vuestros niños. Se sigue LXX.
►47.29 pon tu mano… TM añade ahora. Se sigue LXX; no nterrarme… TM añade te ruego. Se sigue LXX.
►47.31 bordón… Se sigue LXX →He 11.21.
Génesis 44.
1 Y ordenó expresamente al que estaba a cargo de su casa: Llena de comida los costales de estos varones, tanto como puedan llevar, y pon la plata de cada uno en la boca de su costal. 2 Y meted la copa de plata en la boca del costal del menor, con la plata de su grano. Y se hizo conforme a la palabra que había hablado José. 3 Cuando rayó el alba, fueron despedidos aquellos varones, ellos y sus asnos.
4 Salieron ellos de la ciudad, y no se habían alejado, cuando José dijo al que estaba a cargo de su casa: Levántate y persigue a esos hombres, los arrestarás y les dirás: ¿Por qué me habéis pagado mal por bien? 5 ¿Por qué robasteis mi copa de plata? ¿No es esta en la cual bebe mi señor, y con lo que suele interpretar augurios? Mal habéis obrado en lo que habéis hecho. 6 Así, los alcanzó y les habló estas palabras. 7 Y ellos le dijeron: ¿Por qué habla mi señor tales cosas? ¡Lejos sea de tus siervos hacer cosa semejante! 8 He aquí, la plata que hallamos en la boca de nuestros costales, te la volvimos a traer desde la tierra de Canaán. ¿Cómo, pues, hurtaríamos de la casa de tu señor plata u oro? 9 Aquel de tus siervos en quien sea hallada la copa, que muera, y nosotros también seremos esclavos de mi señor. 10 Y él dijo: Sea ahora conforme a vuestras palabras, aquel en quien se halle la copa, llegará a ser mi esclavo, y vosotros seréis inocentes.
11 Y se apresuraron, y bajando cada uno su costal a tierra, cada cual abrió su costal. 12 Registraba él del mayor al menor, y la copa fue hallada en el costal de Benjamín. 13 Ellos entonces se rasgaron las vestiduras. Y cada uno cargó su asno, y regresaron a la ciudad. 14 Y llegaron Judá y sus hermanos a casa de José, y él estaba aún allí, y cayeron a tierra ante él. 15 Y José les dijo: ¿Qué acción es esta que habéis hecho? ¿No sabéis que un hombre como yo es capaz de adivinar? 16 Y dijo Judá: ¿Qué diremos a mi señor? ¿Qué hablaremos? ¿Cómo nos justificaremos? Ha-Elohim ha descubierto la iniquidad de tus siervos. He aquí, somos esclavos de mi señor, nosotros, y también aquel en cuya mano fue hallada la copa. 17 Pero él dijo: Lejos de mí el hacer esto, el hombre en cuya mano fue hallada la copa, él será mi esclavo. Vosotros subid en paz a vuestro padre.
18 Entonces Judá se acercó a él, y dijo: ¡Ay, señor mío! Tu siervo hablará palabra a oídos de mi señor, pero no se encienda tu ira contra tu siervo, porque tú eres como el mismo Faraón. 19 Mi señor ha preguntado a sus siervos, diciendo: ¿Tenéis padre o hermano? 20 Y nosotros dijimos a mi señor: Tenemos un padre anciano, y un muchacho pequeño que le nació en su vejez, pues su hermano murió, solo él quedó de su madre, y su padre lo ama. 21 Y dijiste a tus siervos: Hacedlo bajar para que lo vea. 22 Y nosotros dijimos a mi señor: El muchacho no puede abandonar a su padre, porque si lo abandonara, su padre moriría. 23 Pero dijiste a tus siervos: Si vuestro hermano menor no baja con vosotros, no veréis más mi rostro. 24 Y aconteció que cuando subimos adonde mi padre, tu siervo, le referimos las palabras de mi señor. 25 Y nuestro padre dijo: Volved a comprar para nosotros un poco de alimento. 26 Pero nosotros dijimos: No podemos bajar. Si nuestro hermano menor va con nosotros, bajaremos, porque no podremos ver el rostro de aquel hombre si no está con nosotros nuestro hermano menor. 27 Pero tu siervo, mi padre, nos dijo: Vosotros mismos sabéis que mi mujer me dio a luz dos. 28 El uno salió de mi lado, y dije: Ciertamente fue despedazado. Y hasta ahora no lo he vuelto a ver. 29 Y si tomáis también a este de mi presencia y le sucede alguna desgracia, haréis descender mis canas con dolor al Seol.
30 Y ahora, cuando llegue a tu siervo, mi padre, y el muchacho no esté con nosotros, como su alma está ligada al alma de él, 31 sucederá que cuando vea que el muchacho no está con nosotros, morirá, y tus siervos habrán hecho descender con dolor al Seol las canas de tu siervo, nuestro padre. 32 Porque yo, tu siervo, quedé como fiador del muchacho ante mi padre, diciendo: Si no te lo traigo, sea pecador ante mi padre todos los días. 33 Y ahora, quede tu siervo en lugar del joven por esclavo de mi señor, pero que el joven suba con sus hermanos. 34 Porque ¿cómo subiré yo hasta mi padre si el joven no está con nosotros? ¡No vea el mal que le sobrevendrá a mi padre!
►44.2 la copa… TM añade mi copa. Se sigue LXX.
►44.5 mi copa de plata? TM omite ¿Por qué robasteis mi copa de plata?
►44.18 Tu siervo… TM añade Te ruego. Se sigue LXX.
►44.33 Y ahora… TM añade te ruego. Se sigue LXX.
Génesis 45.
1 No pudiendo ya contenerse ante quienes estaban a su lado, José dijo: ¡Salid todos de mi presencia! Y no quedó hombre con él cuando José se dio a conocer a sus hermanos. 2 Entonces alzó su voz en llanto, y lo oyeron los egipcios y lo oyó la casa de Faraón. 3 Y dijo José a sus hermanos: ¡Yo soy José! ¿Vive aún mi padre? Y sus hermanos, conturbados, no pudieron responderle. 4 Y dijo José a sus hermanos: ¡Acercaos a mí! Y ellos se acercaron, y él dijo: Yo soy vuestro hermano José, a quien vendisteis para Egipto.
5 Ahora pues, no os entristezcáis ni os parezca insoportable haberme vendido acá, pues para preservar la vida me envió Elohim delante de vosotros. 6 Porque ya ha habido dos años de hambruna sobre la tierra, y aún quedan cinco años en que no habrá siembra ni siega. 7 Por eso Elohim me envió delante de vosotros para preservaros un remanente en esta tierra y para daros vida por medio de una gran liberación. 8 Así que, no me enviasteis vosotros acá, sino Elohim, quien me ha constituido como padre de Faraón, y señor de toda su casa, y gobernador en toda la tierra de Egipto. 9 Daos prisa, subid hasta mi padre, y decidle: Así dice tu hijo José: Elohim me ha puesto por señor de todo Egipto, desciende a mí, no te detengas, 10 y habitarás en la tierra de Gosén, y estarás cerca de mí, tú y tus hijos, y los hijos de tus hijos, tus rebaños y tus vacadas y todo lo que tienes. 11 Y allí te sustentaré, pues aún quedan cinco años de hambruna, para que no caigas en la miseria tú y tu casa, y todo lo que tienes. 12 Y por cierto, vuestros ojos pueden ver, y los ojos de mi hermano Benjamín, que es mi boca la que os habla. 13 Declararéis a mi padre todo mi esplendor en Egipto y lo que habéis visto. ¡Daos prisa, y haced que mi padre descienda acá! 14 Y se echó al cuello de su hermano Benjamín, y lloró, y Benjamín lloró en su cuello. 15 Y besó a todos sus hermanos, y lloró sobre ellos. Después sus hermanos hablaron con él. 16 Y la voz fue oída en la casa de Faraón, diciendo: ¡Han venido los hermanos de José! Y resultó agradable a Faraón y a sus siervos. 17 Y dijo Faraón a José: Dí a tus hermanos: Haced esto: Cargad vuestras bestias y entrad en tierra de Canaán. 18 Luego tomad a vuestro padre y a vuestras familias, y venid a mí, y yo os daré lo bueno de la tierra de Egipto, y comeréis de la abundancia del país. 19 Mándales esto: Tomaos carros de la tierra de Egipto para vuestros pequeños y vuestras mujeres, y tomad a vuestro padre, y venid. 20 Y no os preocupéis por vuestros enseres, porque lo mejor de Egipto es vuestro.
21 Así lo hicieron los hijos de Israel, y José les dio carros conforme a la orden de Faraón, y les dio provisión para el camino. 22 A todos ellos les dio doble vestido, pero a Benjamín le dio trescientas piezas de oro y cinco vestidos de lujo. 23 Y a su padre envió: Diez asnos cargados de lo mejor de Egipto, y diez asnas cargadas de pan para el viaje de su padre. 24 Y despidió a sus hermanos, y fueron encaminados, y les dijo: No discutáis por el camino.
25 Subieron de Egipto, y llegaron a la tierra de Canaán, a su padre Jacob, 26 y le anunciaron, diciendo: ¡José aún vive, y gobierna en toda la tierra de Egipto! Pero su corazón desmayó, pues no les creía. 27 Mas ellos le dijeron todas las palabras que José les había hablado, y al ver los carros que José había enviado para llevarlo, el espíritu de su padre Jacob revivió. 28 Entonces dijo Israel: ¡Basta! ¡Mi hijo José aún vive! ¡Iré y lo veré antes de morir!
►45.1 Salid todos… TM añade hombre. Se sigue LXX; se dio a conocer… →Hch 7.13.
►45.3 conturbados… TM añade de su presencia. Se sigue LXX.
►45.5 Se sigue LXX.
►45.10 tierra de Gosén… Tierra muy fértil situada en el Delta del Nilo.
►45.9-11 →Hch 7.14.
►45.13 y lo que habéis visto… TM añade todo. Se sigue LXX.
►45.17 entrad… TM añade id, regresad. Se sigue LXX.
►45.19 Tomaos… TM añade y haceos. Se sigue LXX.
►45.20 lo mejor de Egipto… TM añade de toda la tierra. Se sigue LXX.
►45.22 Se sigue LXX.
►45.23 cargadas de pan… se refiere a alimentos en general. TM añade grano… víveres. Se sigue LXX.
►45.24 no discutáis… Heb. râgaz. Otra traducción posible: no riñáis.
Génesis 46.
1Y partió Israel con todo lo que tenía. Y llegó a Beer-Seba, y ofreció sacrificios al Elohim de su padre Isaac. 2 Y habló Elohim a Israel en visión nocturna, y le dijo: ¡Jacob! ¡Jacob! Y él dijo: Heme aquí. 3 Y le dijo: Yo soy Elohim, el Elohim de tu padre. No temas bajar a Egipto, porque allí te convertiré en una gran nación. 4 Yo descenderé contigo a Egipto, y ciertamente Yo también te haré subir, y José pondrá sus manos sobre tus ojos.
5 Y se levantó Jacob de Beer-Seba, y los hijos de Israel hicieron subir a su padre, a sus pequeños y a sus mujeres en los carros que José había enviado para que lo llevaran. 6 Y tomaron sus ganados, y las pertenencias que habían adquirido en la tierra de Canaán, y se fueron a Egipto, Jacob, y toda su descendencia con él, 7 sus hijos y nietos, sus hijas y nietas. Y llevó toda su descendencia a Egipto.
8 Estos son los nombres de los hijos de Israel que entraron en Egipto: Jacob y sus hijos: Rubén, el primogénito de Jacob. 9 Y los hijos de Rubén: Hanoc, Falú, Hezrón y Carmi. 10 Y los hijos de Simeón: Jemuel, Jamín, Ohad, Jaquín, Zohar y Saúl, hijo de la cananea. 11 Y los hijos de Leví: Gersón, Coat y Merari. 12 Y los hijos de Judá: Er, Onán y Sela, Fares y Zara, aunque Er y Onán habían muerto en tierra de Canaán. Y los hijos de Fares fueron Hezrón y Hamul. 13 Los hijos de Isacar: Tola, Fúa, Iob y Simrón. 14 Y los hijos de Zabulón: Sered, Elón y Jahleel. 15 Estos fueron los hijos de Lea, los que ella le dio a luz a Jacob en Padan-Aram, además de su hija Dina. El total de personas de sus hijos e hijas fue treinta y tres. 16 Y los hijos de Gad: Zifión, Hagui, Suni, Ezbón, Heri, Arodi y Areli. 17 Y los hijos de Aser: Jimna, Isúa, Isúi y Beria y Sera, hermana de ellos. Los hijos de Beria: Heber y Malquiel. 18 Estos fueron los hijos de Zilpa, la que Labán dio a su hija Lea, y le dio a luz estos a Jacob, dieciséis personas. 19 Hijos de Raquel, mujer de Jacob: José y Benjamín. 20 Y a José, en la tierra de Egipto, le nacieron Manasés y Efraín, los cuales le dio a luz Asenat, hija de Potifera, sacerdote de On. 21 Y los hijos de Benjamín fueron Bela, Bequer, Asbel, Gera, Naamán, Ehi, Ros, Mupim, Hupim y Ard. 22 Estos fueron los hijos de Raquel que nacieron a Jacob, catorce personas en total. 23 Y los hijos de Dan: Husim. 24 Y los hijos de Neftalí: Jahzeel, Guni, Jezer y Silem. 25 Estos fueron los hijos de Bilha, la que dio Labán a Raquel su hija, y ella dio a luz estos a Jacob, siete personas en total. 26 Todas las personas que fueron con Jacob a Egipto, procedentes de sus lomos, sin contar las mujeres de los hijos de Jacob, todas las personas fueron sesenta y seis. 27 Y los hijos de José, que le nacieron en tierra egipcia fueron dos. Todas las almas de la casa de Jacob que entraron en Egipto fueron setenta.
28 Y envió a Judá delante de él para su encuentro con José en la ciudad de Pitón, en tierra de Rameses. 29 Y José, unciendo sus carros, subió al encuentro de Israel, su padre, en la ciudad de Pitón. Y al verlo, lo abrazó y lloró largamente. 30 E Israel dijo a José: ¡Ahora puedo morir, pues he visto tu rostro y aún estás vivo!
31 Y dijo José a sus hermanos: Subiré a informar a Faraón y decirle: Mis hermanos y la casa de mi padre, que estaban en la tierra de Canaán, han venido a mí. 32 Son pastores que cuidan del ganado, y han traído sus rebaños, sus vacadas y todas sus posesiones.33 Cuando Faraón os llame y diga: ¿Cuál es vuestro oficio? 34 vosotros responderéis: Tus siervos son pastores desde su juventud hasta ahora, lo mismo nosotros que nuestros padres. Así podréis vivir en la tierra de Gosén, porque todo pastor de ovejas es abominación para los egipcios.
►46.4 José pondrá sus manos sobre tus ojos… TM registra la mano de José cerrará tus ojos. Se sigue LXX.
►46.5 a su padre… TM añade Jacob. Se sigue LXX; José… TM: Faraón. Se sigue LXX.
►46.6 su descendencia… →Hch 7.15.
►46.7 Y llevó… TM añade con él. Se sigue LXX →§194.
►46.20 Manasés y Efraín… →41.50-52.
►46.23 hijos… El plural hijos e hijas se usa como una frase fija →v. 15.
►46.27 setenta… LXX registra setenta y cinco . Se sigue TM y PS.
►46.28-29 Se sigue LXX.
►46.29 y lo abrazó… TM añade echándose sobre su cuello. Se sigue LXX.
►46.31 a sus hermanos… TM añade y a la casa de su padre. Se sigue LXX.
►46.32 Son pastores… TM añade de ovejas. Se sigue LXX.
►46.33 Cuando… TM añade Y sucederá. Se sigue LXX.
Génesis 47.
1 Fue, pues, José y anunció a Faraón, y le dijo: Mi padre y mis hermanos, sus rebaños y vacadas, con todo lo que tienen, han venido de la tierra de Canaán, y he aquí están en la tierra de Gosén. 2 Y de entre sus hermanos tomó a cinco de ellos, y los presentó a Faraón. 3 Y Faraón dijo a sus hermanos: ¿Cuál es vuestro oficio? Y respondieron a Faraón: Tus siervos son pastores de ovejas, nosotros y nuestros padres. 4 Y dijeron a Faraón: Vinimos para habitar en esta tierra porque la hambruna aprieta en la tierra de Canaán y no hay pasto para las ovejas de tus siervos. Permite que tus siervos habiten en tierra de Gosén. 5 Y Faraón habló a José, diciendo: Tu padre y tus hermanos han venido a ti. 6 La tierra de Egipto está delante de ti. Haz habitar a tu padre y a tus hermanos en la mejor tierra.
7 Y tomó José a su padre Jacob y lo presentó a Faraón, y Jacob bendijo a Faraón. 8 Y Faraón preguntó a Jacob: ¿Cuántos son los días de los años de tu vida? 9 Jacob respondió a Faraón: Los días de los años de mis peregrinaciones son ciento treinta años. Pocos y malos han sido los días de los años de mi vida, y no han llegado a los días de los años de la vida de mis padres en los días de sus peregrinaciones. 10 Y Jacob bendijo a Faraón y salió de su presencia.
11 José, pues, hizo habitar a su padre y a sus hermanos dándoles posesión en la tierra de Egipto, en la mejor tierra, en la tierra de Rameses, como había ordenado Faraón. 12 Y abastecía José a su padre, a sus hermanos y a toda la casa de su padre, incluidos los pequeños.
13 Pero en el país no había alimento y la hambruna arreciaba, y la tierra de Egipto y la de Canaán desfallecían a causa de la hambruna. 14 Recogió, pues, José toda la plata hallada en tierra de Egipto y tierra de Canaán, por el grano que compraban y que se les abastecía, y llevó José toda la plata a la casa de Faraón. 15 Cuando se hubo acabado la plata de la tierra de Egipto y de la tierra de Canaán, todo Egipto acudió a José, diciendo: ¡Danos pan! ¿Por qué moriremos ante ti? Pues la plata se ha acabado. 16 Entonces dijo José: Si se ha acabado la plata, entregad vuestro ganado, y yo os daré por vuestro ganado. 17 Y llevaron sus ganados a José. Y José les dio pan por los caballos, por el ganado del rebaño, por el ganado de la vacada, y por los asnos. Y durante aquel año les suministró alimento a cambio de todos sus ganados.
18 Finalizado aquel año, acudieron a él el segundo año, y le dijeron: No ocultamos a nuestro señor que, puesto que la plata se ha acabado, y también el ganado es de nuestro señor, nada queda delante de nuestro señor sino nuestro cuerpo y nuestro suelo. 19 ¿Por qué moriremos ante tus ojos como nuestra tierra? Cómpranos a nosotros y a nuestra tierra por pan, y nosotros y nuestro suelo seremos esclavos de Faraón, pero danos semilla para que podamos vivir y no muramos, y la tierra no sea asolada.
20a Y José compró para Faraón toda la tierra de los egipcios 22 exceptuando la tierra de los sacerdotes, que no compró, porque Faraón había dado a los sacerdotes su ración, y de Faraón comían la ración que les daba. Por eso no tuvieron que vender sus campos. 20b Pero los egipcios vendieron sus campos a Faraón, pues la hambruna prevalecía contra ellos. Y la tierra llegó a ser de Faraón, 21 el cual sometió al pueblo como esclavos, desde un extremo a otro del territorio de Egipto. 23 José dijo al pueblo: He aquí, hoy os he comprado a vosotros con vuestra tierra para Faraón. Ahí tenéis semilla para sembrar la tierra. 24 Cuando llegue la cosecha daréis la quinta parte a Faraón, y las cuatro partes serán vuestras para sembrar el campo, para alimento vuestro y los que están en vuestras casas. 25 Respondieron: ¡Nos has dado la vida! Hallemos gracia a ojos de nuestro señor, y seamos siervos de Faraón. 26 Y José lo estableció por estatuto sobre la tierra de Egipto hasta este día: Faraón recibe la quinta parte. Solo la tierra de los sacerdotes no llegó a ser de Faraón.
27 Y habitó Israel en el país de Egipto, en tierra de Gosén, y tomaron posesión en ella, y fueron fructificados y multiplicados en gran manera. 28 Y vivió Jacob en la tierra de Egipto diecisiete años, pues fueron los días de Jacob, los años de su vida, ciento cuarenta y siete años.
29 Cuando se acercaba para Israel la hora de morir, llamó a su hijo José, y le dijo: Si hallé gracia ante tus ojos, pon tu mano bajo mi muslo, y harás conmigo la misericordia y el favor de no enterrarme en Egipto. 30 Cuando descanse con mis padres me llevarás de Egipto y me enterrarás en el sepulcro de ellos. Y respondió: Haré según tu palabra. 31 Pero insistió: ¡Júramelo! Y se lo juró. Entonces Israel adoró sobre el extremo de su bordón.
►47.4 Permite… TM añade te rogamos. Se sigue LXX.
►47.6 la mejor tierra… TM añade se establezcan en tierra de Gosén, y si sabes que hay entre ellos hombres capaces, ponlos como mayorales de mi ganado. Se sigue LXX.
►47.7 Jacob bendijo a Faraón… →He 7.7.
►47.8 los años de tu vida?… Es decir, ¿Cuántos años tienes?
►47.13 alimento… Lit. pan.
►47.19 ante tus ojos… TM añade tanto nosotros. Se sigue LXX.
►47.20-22 TM: secuencia incorrecta. No José, sino Faraón es quien esclaviza a su propio pueblo. La secuencia correcta es 20a, 22, 20b, 21.
►47.24 en vuestras casas… TM añade y para alimento de vuestros niños. Se sigue LXX.
►47.29 pon tu mano… TM añade ahora. Se sigue LXX; no nterrarme… TM añade te ruego. Se sigue LXX.
►47.31 bordón… Se sigue LXX →He 11.21.
Job 3.
1 Después de esto, Job abrió su boca y maldijo su día, 2 diciendo:
3 Perezca el día en que nací y la noche que dijeron: ¡He aquí varón! 4 Sea aquel día tiniebla, no pregunte DIOS (Eloha) por él desde lo alto, ni la luz resplandezca sobre él. 5 Reclámelo la tiniebla y la sombra de muerte; espántelo la nube cual amargo día, 6 y que una densa tiniebla se apodere de esa noche; no se alegre entre los días del año ni se cuente en el número de los meses. 7 Sea esa noche estéril y no haya en ella regocijo, 8 maldígala el que maldice aquel día, el que se apresta a subyugar al gran Cetus. 9 Oscurézcanse las estrellas de su alborada para que busque la luz, y no halle ninguna, ni contemple los párpados de la aurora, 10 por cuanto no cerró las puertas de la matriz que fue mía, ni escondió de mis ojos la miseria. 11 ¿Por qué no morí yo en la matriz, o expiré al salir del vientre? 12 ¿Por qué hallé unas rodillas que me acogieran y unos pechos que me amamantaran? 13 Pues ahora yacería tranquilo, y dormido descansaría, 14 con reyes y consejeros de la tierra, que edificaron palacios que hoy son ruinas, 15 o con príncipes ricos en oro, que llenaron de plata sus palacios. 16 ¡Oh!, ¿por qué no fui escondido cual abortivo, o como fetos que nunca vieron luz? 17 Allí dejan de perturbar los malvados, allí descansan los de agotadas fuerzas, 18 a una con los cautivos gozan del reposo, sin oír la voz del capataz. 19 Allí están el pequeño y el grande, y el esclavo está libre de su amo. 20 ¿Por qué se da luz al desdichado, y vida a los de alma amargada, 21 a los que ansían la muerte, y no les llega, aunque la buscan más que a tesoros escondidos. 22 A los que se alegran en extremo, y se regocijan al hallar la tumba. 23 Al hombre que le están ocultos sus caminos, y a quien DIOS (Eloah) tiene acorralado? 24 Porque en lugar de mi pan, viene mi suspiro, y mis gemidos se derraman como aguas, 25 porque lo que temía me ha sobrevenido, y lo que recelaba me ha llegado. 26 ¡No tengo paz ni tranquilidad ni reposo, sino solo turbación!
►3.2 Se sigue LXX.
►3.4 Eloah… Singular absoluto de Elohim.
►3.8 el que maldice… El que se apresta… Esto es, Dios →v. 4; Cetus… Se sigue LXX →Ap 20.1-3; 2P 2.10.
►3.21 y no les llega… Lit. no la hay
Job 4.
1 Entonces intervino Elifaz temanita y dijo:
2 Si intentamos razonar contigo, te será molesto. Pero, ¿quién puede contener las palabras? 3 He aquí, tú enseñabas a muchos, y fortalecías las manos débiles. 4 Tus palabras sostenían al que tambaleaba, y afirmabas las rodillas decaídas. 5 Pero ahora que te llega a ti, te desalientas, te ha tocado a ti, y te turbas. 6 ¿No es tu temor tu confianza, y la integridad de tus caminos tu esperanza? 7 Te ruego que consideres, ¿quién pereció jamás siendo inocente? O, ¿dónde fueron los justos destruidos? 8 Según tengo visto, quienes aran iniquidad, y siembran aflicción, la cosechan. 9 Por el aliento de DIOS (Eloah) perecen, y por el soplo de su ira son consumidos. 10 Aunque ruja el león y el cachorro le haga coro, la arrogancia del dragón es extinguida. 11 El león viejo perece por falta de presa, y los cachorros de la leona se dispersan. 12 Pero, si alguna palabra verdadera hubiera surgido en tus dichos, ninguno de estos males te habría acontecido. ¿Acaso no aceptará mi oído sus revelaciones? 13 En pensamientos de visiones nocturnas, cuando el sueño profundo se adueña de los varones, 14 un terror se apoderó de mí, y temblando, todos mis huesos se estremecieron: 15 Un espíritu (ruaj) pasa ante mi rostro, que eriza el pelo de mi carne. 16 Se detiene, pero no puedo distinguir su semblante: Una apariencia está delante de mis ojos, hay silencio… y oigo una voz: 17 ¿El hombre (enos) hará más justicia (tzedeq) que DIOS (Eloah)? ¿El hombre adulto, más puro que su Hacedor? 18 He aquí, en sus siervos no confía, y en sus ángeles notó perversidad, 19 ¡Cuánto menos en quienes habitan en casas de barro cimentadas en el polvo, desmenuzados por la polilla! 20 Entre la mañana y la tarde son destruidos, y sin que nadie se dé cuenta, perecen para siempre. 21 ¿No les son arrancadas las cuerdas de sus tiendas? En ellas mueren, pero no con sabiduría.
►4.10 TM⇄LXX.
►4.12 Se sigue LXX.
Job 5.
1 ¡Clama ahora! ¿Habrá quién te responda? ¿A cuál de los santos acudirás? 2 Ciertamente el enojo mata al necio, y la envidia carcome al simple. 3 He visto al necio echar raíces, pero al punto maldije su morada. 4 Sus hijos están lejos de toda seguridad, y son aplastados en la puerta sin que nadie los defienda. 5 Los hambrientos devoran su cosecha, sacándola aun de entre los espinos, y los sedientos sorben su fortuna. 6 Porque no sale del polvo la miseria, ni las desdichas brotan de la tierra (adamá), 7 sino que es el adam quien nace para la aflicción, como las chispas para alzar el vuelo. 8 Si yo fuera tú, me dirigiría a DIOS, delante de Adonai expondría mi causa, 9 que hace prodigios inescrutables, y maravillas sin número: 10 Da lluvia a la tierra (ertez), riega los campos, 11 exalta a los humildes, da lugar seguro a los afligidos, 12 malogra los planes del astuto para que fracase su propósito, 13 prende al pícaro en su propia astucia, y trastorna las intrigas del taimado. 14 En pleno día, tropiezan con la tiniebla, a plena luz, andan a tientas como de noche. 15 Así salva al pobre de la lengua afilada, y de la mano de los poderosos. 16 Así el desvalido conserva la esperanza, y la iniquidad tiene que cerrar su boca. 17 Dichoso el hombre (enos) a quien DIOS (Eloah) disciplina: No menosprecies la corrección de Shadday, 18 porque Él mismo hace estar en dolor, y restaura, hiere, pero sus manos sanan. 19 De seis tribulaciones te librará, y aun en siete no te tocará el mal: 20 Durante la hambruna te salvará de la muerte, y en la guerra, del poder de la espada. 21 Estarás a cubierto del azote de la lengua, y no temerás cuando llegue el desastre. 22 Te reirás del estrago y del hambre, y no temerás a las fieras de la tierra, 23 pues las bestias del campo vivirán en paz contigo. 24 Tendrás paz en tu tienda, y al recorrer tu morada, no echarás a faltar nada. 25 Verás asimismo una descendencia numerosa, y que tu prole es como la hierba de la tierra (ertez). 26 Irás al sepulcro como trigo maduro, cortado en sazón, como la gavilla que se recoge en su momento. 27 He aquí, todo esto hemos indagado, y así es. Óyelo, y aplícatelo.
►5.8 Adonai… Se sigue LXX.
►5.23, 26 Se sigue LXX.
Job 6.
1 Respondió entonces Job, y dijo:
2 ¡Oh, si pudiera pesarse mi vejación, y con mi calamidad las pusieran juntas en balanza! 3 ¡Pesarían ahora más que la arena del mar! Por eso mis palabras son desatinadas, 4 porque las saetas de Shadday están clavadas en mí. Y mi espíritu (ruaj) sorbe su veneno, y los terrores de DIOS (Eloah) se alistan contra mí en orden de batalla. 5 ¿Rebuznará el asno montés junto a la hierba? ¿Mugirá el buey junto a su pasto? 6 ¿Se comerá lo insípido sin sal? ¿Hay sabor en la clara del huevo? 7 Las cosas que mi alma (nefesh) rehusaba tocar, son ahora mi alimento nauseabundo. 8 Quién me diera tener mi petición, y que DIOS (Eloah) me otorgara lo que tanto anhelo: 9 ¡Que DIOS (Eloah) se dignara aplastarme, y soltara su mano para acabar conmigo! 10 Eso sería mi consuelo, y aun en medio de un dolor que no da tregua, saltaría de gozo, porque no he negado los dichos del Santo (qadosh). 11 ¿Cuál es mi fortaleza, para que siga esperando? ¿Cuál es mi propósito, para que tenga aún paciencia? 12 ¿Es mi fortaleza la de las piedras, o es de bronce mi carne? 13 He aquí, no encuentro en mí ayuda alguna, y todo auxilio ha sido alejado de mí. 14 Para el abatido es la lealtad de los amigos, aunque haya abandonado el temor de Shadday. 15 Mis hermanos me traicionaron cual torrente, Como corriente de arroyos pasajeros, 16 que van turbios a causa del deshielo, y de la nieve que se deshace en ellos. 17 Al momento del calor, se desvanecen, y al calentarse, se extinguen en su cauce. 18 Se apartan de la senda de su rumbo, se evaporan en la nada, y se pierden. 19 Las caravanas de Temán los otean, los caminantes de Sabá tienen puesta su esperanza en ellos. 20 Son avergonzados por lo mismo en que confiaban, pues llegan hasta ellos, y quedan defraudados. 21 Así vosotros, no sois nada. Habéis visto algo terrible y teméis. 22 ¿Es acaso porque dije: Dadme algo, o: De vuestra hacienda sobornad a favor mío, 23 o: Libradme de manos del adversario, o: Rescatadme del poder del opresor? 24 Instruidme, y callaré. Hacedme entender en qué he errado. 25 Los dichos probos son fuertes, pero, ¿qué reprende vuestra reprensión? 26 Criticáis meros vocablos, porque viento, nada más, son los dichos de un desesperado. 27 Hasta sobre un huérfano echaríais suertes, y trataríais el precio del amigo. 28 Ahora pues, dignaos mirarme de frente, ¿Mentiré aun ante vuestro rostro? 29 ¡Tornad, os ruego! ¡No haya injusticias! ¡Tornad, sí! Pues va en ello mi justicia. 30 ¿Acaso hay injusticia en mi lengua, y mi paladar no puede distinguir lo inicuo?
►6.4 Se inserta clavadas para suplir elipsis del original; Eloah… Singular absoluto de Elohim.
►6.6 Otra traducción posible: el jugo del malvavisco.
►6.7 nauseabundo… Tanto el léxico como la construcción gramatical y el sentido de toda la porción son de difícil traducción.
►6.10 negado… Lit. ocultado.
►6.21 Así vosotros… Es decir, como el arroyo →v. 15.
►6.26 Se inserta nada más para suplir elipsis del original.
Job 7.
1 ¿No es una milicia el destino del hombre en la tierra? ¿No son sus días como los días de un jornalero? 2 Como un esclavo que anhela la sombra, y como un jornalero que espera su paga, 3 así he heredado yo meses de vaciedad, y noches de aflicción me fueron asignadas. 4 Si me acuesto, entonces digo: ¿Cuándo me levantaré? Y la noche se alarga, y me harto de dar vueltas hasta el alba. 5 Mi carne está vestida de gusanos y de costra polvorienta, mi piel agrietada y repugnante. 6 Mis días se me van más veloces que la lanzadera, y se me acaban por falta de hilo. 7 ¡Acuérdate de que mi vida es un soplo, y que mis ojos no volverán a ver el bien! 8 El ojo del que me ve, ya no me verá más, tus ojos se fijarán en mí, pero ya no existiré. 9 Como la nube se deshace y se va, así quien baja al Seol, no vuelve más. 10 No retorna más a su morada, ni su lugar lo reconoce ya. 11 Por tanto, no refrenaré mi boca, hablaré en la angustia de mi espíritu (ruaj), me quejaré en la amargura de mi alma (nefesh). 12 ¿Soy yo acaso el mar, o el monstruo marino, para que pongas guardia sobre mí? 13 Si digo: Me consolará mi lecho, mi cama aliviará mi queja; 14 entonces me aterras con sueños y me turbas con visiones. 15 De manera que mi alma prefiere la estrangulación y la muerte, antes que estos huesos míos. 16 ¡Abomino la vida! ¡No quiero vivir ya! ¡Déjame, mis días son vanidad! 17 ¿Qué es el mortal, para que lo engrandezcas, y pongas en él tu atención, 18 y lo examines cada mañana, y lo pongas a prueba cada tarde? 19 ¿Hasta cuándo no apartarás de mí tu mirada, ni me soltarás para que trague saliva? 20 Si he pecado, ¿qué te hago a Ti, oh Guardián del hombre? ¿Por qué me pones por blanco tuyo, hasta convertirme en una carga para Ti? 21 ¿Por qué no quitas mis pecados y haces que pase mi iniquidad? Porque en breve me acostaré en el polvo, me buscarás, pero no existiré.
►7.6 lanzadera… Esto es, instrumento para tramar la tela; hilo… Heb. tiqvah = esperanza, pero también cuerda. De allí la traducción hilo, para completar la metáfora.
►7.8 no existiré… Lit. y nada de mí. Lo mismo al final del v. 21.
►7.9 Seol… Heb. Sheol (gr. Hades) = morada de las sombras. Esto es, lugar de los espíritus de los muertos.
►7.16 vanidad… Heb. hébel. Es decir, sin sentido (distinto del v. 3).
►7.17 tu atención… Es decir, tu corazón.
►7.20 para Ti… 16.ª enmienda de los Soferim.
Marcos 10.
1 Y partiendo de allí, va a la región de Judea, más allá del Jordán, y otra vez marchan con Él multitudes, y de nuevo les enseñaba como tenía por costumbre. 2 Y acercándose unos fariseos, le preguntaban, para tentarlo, si es lícito a un hombre repudiar a su mujer. 3 Respondiendo Él, les dijo: ¿Qué os mandó Moisés? 4 Ellos respondieron: Moisés permitió escribir carta de divorcio y repudiar. 5 Pero JESÚS les dijo: Por la dureza de vuestro corazón os escribió este mandamiento (mishpatim), 6 pero desde el comienzo de la creación los hizo macho y hembra. 7 Por esta razón, dejará el hombre a su padre y a la madre y se unirá a su mujer, 8 y los dos serán una sola carne. De manera que ya no son dos, sino una sola carne. 9 Por tanto, no separe el hombre lo que DIOS enyugó. 10 Y en la casa, los discípulos le preguntaban otra vez acerca de esto. 11 Y les dice: Cualquiera que repudie a su mujer y se case con otra, adultera contra ella, 12 y si ella repudia a su marido y se casa con otro, adultera.
13 Y le presentaban unos niños para que los tocara, pero los discípulos los reprendieron. 14 Cuando JESÚS lo vio, se indignó y les dijo: Dejad a los niños venir a Mí y no se lo impidáis, porque de los tales es el reino de DIOS. 15 De cierto os digo que quien no acojió el reino de DIOS como un niño, de ningún modo que entre en él. 16 Y tomándolos en brazos, los bendecía poniendo las manos sobre ellos.
17 Y cuando se puso en camino, vino uno corriendo, y arrodillándose le preguntaba: Maestro bueno, ¿qué he de hacer para heredar la vida eterna (hayyê olam)? 18 Y JESÚS le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno es bueno, sino uno solo: DIOS. 19 Sabes los mandamientos (mitvot): No asesines, no adulteres, no hurtes, no des falso testimonio, no defraudes, honra a tu padre y a la madre. 20 Y él le dijo: Maestro, todo eso lo he guardado desde mi juventud. 21 Entonces JESÚS, habiéndole mirado fijamente, sintió amor por él, y le dijo: Una cosa te falta. Ve y vende cuanto tienes y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el Cielo; y vuelve y sígueme. 22 Pero él, entristecido por estas palabras, se marchó apenado, porque tenía muchas posesiones.
23 Y dando una mirada alrededor, JESÚS dice a sus discípulos: ¡Cuán difícilmente entrarán en el reino de DIOS los que tienen riquezas! 24 Y los discípulos estaban asombrados por sus palabras. Pero retomando la palabra, JESÚS les dice: Hijos, ¡cuán difícil es entrar en el reino de DIOS! 25 Es más fácil pasar un camello por un ojo de aguja, que entrar un rico en el reino de DIOS. 26 Pero ellos se asombraban aún más, diciendo entre sí: ¿Y quién puede ser salvo? 27 Mirándolos JESÚS, dice: Para con los hombres, es imposible, pero no para con DIOS, porque todas las cosas son posibles para con DIOS. 28 Pedro comenzó a decirle: He aquí nosotros hemos dejado todo y te hemos seguido. 29 JESÚS dijo: De cierto os digo: No hay quien haya dejado casa, hermanos o hermanas, madre o padre, o hijos, o tierras por causa de Mí y por causa del Evangelio, 30 que no reciba cien veces más, ahora en este tiempo (moed), casas, y hermanos, y hermanas, y madres, e hijos, y tierras (con persecuciones); y en el siglo venidero, la vida eterna. 31 Pero muchos primeros serán postreros, y los postreros, primeros.
32 Y estaban en el camino subiendo a Jerusalén, y JESÚS iba delante de ellos, y ellos estaban asombrados y lo seguían con temor. Y tomando otra vez consigo a los doce, comenzó a decirles las cosas que estaban a punto de acontecerle: 33 He aquí subimos a Jerusalén, y el Hijo del Hombre será entregado a los principales sacerdotes y a los escribas, y lo condenarán a muerte, y lo entregarán a los gentiles: 34 y se burlarán de Él, y lo escupirán y lo azotarán y lo matarán, pero después de tres días resucitará. 35 Jacobo y Juan, los hijos de Zebedeo, se acercan a Él, diciéndole: Maestro, queremos que nos hagas lo que te pidamos. 36 Y Él les dijo: ¿Qué queréis que os haga? 37 Entonces ellos le dijeron: Concédenos que en tu gloria nos sentemos uno a tu derecha, y otro a tu izquierda. 38 Pero JESÚS les dijo: No sabéis qué pedís. ¿Podéis beber la copa que Yo bebo, o ser bautizados con el bautismo con que Yo soy bautizado? 39 Y ellos le dijeron: Podemos. Entonces JESÚS les dijo: La copa que Yo bebo beberéis, y con el bautismo con que Yo soy bautizado seréis bautizados, 40 pero el sentarse a mi derecha o izquierda, no es mío darlo, sino a aquellos para quienes ha sido preparado. 41 Y oyéndolo los diez, comenzaron a enojarse a causa de Jacobo y Juan. 42 Pero JESÚS los llamó y les dijo: Sabéis que los que suponen gobernar a los gentiles se enseñorean de ellos, y los magnates de ellos ejercen despóticamente su autoridad sobre ellos. 43 Pero entre vosotros no es así, sino que quien quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, 44 y el que quiera ser primero entre vosotros, será esclavo de todos, 45 porque también el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y dar su vida en rescate por muchos.
46 Y llegan a Jericó. Y al salir de Jericó, Él y sus discípulos y una considerable multitud, he aquí estaba sentado junto al camino un mendigo ciego llamado Bartimeo (hijo de Timeo). 47 Cuando oyó que era JESÚS el nazareno, comenzó a gritar y a decir: ¡JESÚS, Hijo de David, ten misericordia de mí! 48 Y muchos lo reprendían para que callara, pero él gritaba más y más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí! 49 JESÚS se detuvo y dijo: Llamadlo. Y llaman al ciego y le dicen: ¡Anímate, levántate, te llama! 50 Entonces él, arrojando de sí el manto (talet), se puso en pie de un salto y fue hacia JESÚS. 51 Dirigiéndose a él, JESÚS le dijo: ¿Qué quieres que te haga? Y el ciego le dijo: ¡Raboní, que recobre la vista! 52 Y JESÚS le dijo: Anda, tu fe te ha sanado. Y al instante recobró la vista, y lo seguía en el camino.
►10.4 carta… Lit. rollo; repudiar… →Dt 24.1-4; Mt 5.31.
►10.6 creación… →Gn 1.27; 5.2; los hizo… M↓ añaden DIOS.
►10.7-8 →Gn 2.24.
►10.11-12 →Mt 5.32; 19.9; Lc 16.18; 1Co 7.10-11.
►10.13 los reprendieron… No a los niños, sino a quienes los presentaban.
►10.14 de los tales… Lit. de los que son como ellos.
►10.15 →Mt 18.3.
►10.19 →Ex 20.13-15; Dt 5.17-19.
►10.21 sígueme… M↓ añaden tomando tu cruz.
►10.24 en el reino de DIOS… TR añade a los que confían en las riquezas.
►10.27 para con… Esto es, en compañía con DIOS.
►10.29 haya dejado… Lit. dejó; casa… M↓ añaden mujer.
►10.31 →Mt 20.16; Lc 13.30.
►10.32 iba… Lit. estaba yendo; seguían… Lit. siguen; a los doce… M↓ añaden aparte.
►10.34 tres días… M↓ registran al tercer día (de Mt 20.19 y Lc 18.33).
►10.38 →Lc 12.50.
►10.40 Se inserta para quienes para suplir elipsis del original.
►10.43 →Lc 22.25-26; no es… M↓ registran no será; servidor… Gr. diákonos →§314.
►10.43-44 → 9.35; Mt 23.11; Lc 22.26.
►10.44 esclavo… Gr. doúlos →§273.
►10.45 servido… servir… Gr. diakonéo →§314; por… Lit. en lugar de.
►10.46 mendigo… M↓ registran mendigando.
►10.49 llamadlo… Lit. dad voces.
►10.51 Raboní.. titulo honorifico para los maestros de la bíblia, sin llegara ser un oficio como hoy →Jn 20.16; Mt 26.25.
►10.52 seguía… M↓ añaden a Jesús.
2 Tesalonicenses 3.
1 Por lo demás, hermanos, orad (tefilá) por nosotros, para que la Palabra del Señor corra y sea magnificada, como también ocurrió con vosotros; 2 y para que seamos librados de los hombres perniciosos y perversos, porque la fidelidad no es de todos. 3 Pero fiel es el Señor, que os afianzará y protegerá del malo. 4 Y confiamos en el Señor acerca de vosotros, de que hacéis y haréis lo que mandamos. 5 Y el Señor dirija vuestros corazones en el amor de DIOS y en la paciencia de CRISTO.
6 Pero os ordenamos, hermanos, en el nombre del Señor JESUCRISTO, que os mantengáis alejados de todo hermano que viva desordenadamente, y no según la enseñanza que recibieron de nosotros. 7 Porque vosotros mismos sabéis de qué manera debéis imitarnos, pues no fuimos ociosos entre vosotros, 8 ni comimos de balde el pan de nadie, sino que trabajamos con afán y fatiga de noche y de día, para no ser carga a ninguno de vosotros. 9 No porque no tenemos derecho, sino para que nos diéramos a nosotros mismos como ejemplo a vosotros, para que nos imitarais, 10 porque aun cuando estábamos con vosotros, os ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma. 11 Porque oímos que algunos entre vosotros viven desordenadamente, no trabajando, sino entremetiéndose. 12 A los tales ordenamos y exhortamos por el Señor JESUCRISTO, que trabajando ordenadamente, coman su propio pan, 13 y vosotros, hermanos, que no os desalentéis haciendo el bien. 14 Si alguno no obedece a nuestra enseñanza por medio de esta epístola, a este señalad para no juntaros con él, a fin de que sea avergonzado, 15 pero no lo consideréis un enemigo, sino amonestadlo como a un hermano. 16 Y el mismo Señor de la paz os dé siempre la paz en toda manera. El Señor sea con todos vosotros.
17 El saludo es de mi mano, de Pablo, que es señal en toda epístola. Así escribo: 18 La gracia de nuestro Señor JESUCRISTO sea con todos vosotros.
►3.1 Se inserta «ocurrió» para suplir elipsis del original.
►3.14 epístola… →1Ts 5.27; juntaros… M↓ registran el verbo en imperativo: juntéis.
►3.17 epístola… →1Ts 5.27.
►3.18 vosotros… M↓ añaden el litúrgico amén.