Porción 35

Texto Ôureo: Exodo 13.17-14.31
Lecturas para adultos en la semana

DĆ­a 1 Exodo 13:17-14:31

DĆ­a 2 2ĀŖCronicas 17

DĆ­a 3 Mateo 16:21-28

DĆ­a 4 Filipenses 3

DĆ­a 5 2ĀŖCorintios 4

DĆ­a 6 Colosences 4:1-6

I- Cuatro actitudes ante situaciones aparentemente insuperables.

En esta porción podemos ver las cuatro actitudes mÔs comunes que se suelen asumir ante situaciones que parecen sin salida: (1) Los que desean terminar su vida, (2) Los que prefieren volver a la situación, (3) Los que desean prepararse para batallar con sus fuerzas, (4) Los que creen que es hora de clamar a Dios.

La respuesta de MoisĆ©s es clara (Ex 14:13): Ā«Estad firmesĀ», que se refiere a resistir; Ā«nunca mĆ”s para siempre los verĆ©isĀ», que apunta a no regresar atrĆ”s; Ā«Dios pelearĆ” por vosotrosĀ», asĆ­ que el protagonismo es de Ɖl; y Ā«vosotros estarĆ©is en silencioĀ», que aclara que no es momento tampoco para clamar sino para esperar.

Entonces, ¿qué quedaba por hacer? Dios se lo dirÔ al pueblo a través de Moisés también: «Di a los hijos de Israel que marchen». O sea, hay momentos en que lo único que hay que hacer es avanzar y tener claro que todo estarÔ bien cuando avancemos, porque el asunto estÔ en manos de Dios. El camino ya estÔ alumbrado, y la mayoría de las veces con la propia Escritura. Es solo cuestión de seguir adelante y tener la certeza y la convicción de que Dios estÔ en control de todo.

II- Tensión entre la rebelión y la fe.

Después de las diez plagas, Egipto debió haber estado en una crisis extrema, ademÔs de sufrir el luto por los muertos, el hedor y el desastre de la putrefacción de tantos animales muertos, un ejército en crisis también porque muchos de los soldados y oficiales habrían muerto al ser primogénitos, así que debió haber un caos social generalizado. Sin embargo, Faraón estaba tan endurecido y rebelde contra Dios que a pesar de eso persistió en un ataque final contra Israel. Qué triste cuando algunos, aún viviendo graves problemas y cosechando los resultados de crisis extremas como consecuencia de su actitud, siguen adelante en su testarudez contra Dios o contra algunos de sus hijos.

A diferencia de Egipto que sin fuerzas seguĆ­a atacando, Israel que ahora era libre, y que habĆ­a visto cómo milagrosamente ninguna de las plagas a ellos no les tocó, al enfrentarse al mar delante de ellos pensó que morirĆ­a allĆ­. Como hijos de Dios debemos entender que la libertad dada por Ɖl es para que sea usada y disfrutada. No se puede ser Su pueblo y vivir como si no lo fuĆ©ramos, no se puede ser libre y vivir con miedo a la vida, no se puede ser hijos de piedad y negar la eficacia de ella con nuestros actos[1].

III- Enfocados en lo Eterno.

También hubo murmuración de muchos contra Moisés. Se debe entender que el origen de las murmuraciones comienza cuando todo se mira a partir de lo material y no de lo espiritual. Es decir, que cuando la visión humana de los hechos llega a ser mÔs importante que aquello que Dios estÔ haciendo, eso va a traer ingratitud a Dios[2] y, por tanto, se perderÔ el foco real de todo lo que estÔ sucediendo. Con respecto a esto vamos a encontrar enseñanzas de Jesús (Mt 16:25-27) y de Pablo (2Co 4:17-18).

Los hijos de Dios debemos tener claro que lo temporal se puede perder, pero lo eterno no, y esto último es lo importante realmente. Vivimos en un mundo en que la competencia hace al hombre mirar y concentrarse mÔs en lo temporal, por lo que es muy importante desprenderse de esta pandemia social conocida como materialismo y entender que los verdaderos valores y metas se encuentran en el Eterno.

Nuestro cerebro se ha desarrollado en medio de un mundo donde el capricho es bueno y aceptado, por lo que hay una adicción a travĆ©s del bienestar mental que se siente casi que a diario, provocando una adicción a esto casi sin saberlo. Cosa que afecta aĆŗn mĆ”s de lo que imaginamos, porque se puede llegar a pretender que servir u obedecer a Dios desde una expectativa completamente material es lo correcto, cuando al final lo que traerĆ” realmente serĆ” murmuración contra Ɖl.

IV-Ā  Para Dios no hay imposible.

En esta porción también se puede aprender algo que ilustraremos:

«¿QuĆ© aprendiste hoy en la escuela dominical?Ā» —preguntó un padre al hijo. Este le respondió: Ā«Que Israel se habĆ­a escapado de Egipto y al llegar a la orilla del Mar Rojo el ejĆ©rcito de Faraón estaba detrĆ”s. Y MoisĆ©s dijo que no se preocuparan, sacó su Walkie Talkie y dio unas órdenes, entonces aparecieron helicópteros y aviones que bombardearon al enemigo, bajaron las piezas de un puente flotante, e Israel pudo cruzar el mar y salvarse.Ā» El padre, asombrado, dijo: «¿Esto es lo que realmente te enseƱaron? Ā”No lo puedo creer!Ā». El niƱo con cara asustadiza replicó: Ā«Mira, papĆ”, si te digo lo que realmente me contaron, seguro que no me lo vas a creer…».

CuÔntos han tratado de cambiar esta historia bíblica o adaptarla a algo creíble tan solo porque no creen en la acción divina[3]. Debemos dejar claro a todos que los milagros descritos en la Biblia, aunque hoy puede que no veamos muchos como aquellos, precisamente estÔn escritos porque son milagros. E inclusive, si analizamos bien, la Biblia estÔ llena de ellos, pero en un periodo bastante largo de la historia, es decir, que no todos los días había milagros de ese tipo y varias generaciones ni siquiera estuvieron presentes en cada uno de ellos[4]. Muchos hoy necesitan partir en dos su escepticismo y creer que para Dios nunca habrÔ imposibles[5].

Preguntas:

1.- ¿Por qué cree usted que Dios exige tan solo avanzar en situaciones como esta?

2.- ¿En qué sentido cree usted que Pablo recomienda a Timoteo «persistir» (2Tim 3)? ¿Cómo podría relacionarse la situación de Timoteo con la de Israel frente al Mar Rojo?

3.- ¿CuÔndo dice que el pueblo creyó querrÔ decir que antes no creían en Dios?

4.- ¿Cómo cree que deben ser tratados los milagros en la iglesia hoy?

[1] 2 Tim 3:5.

[2] (יּ֓צְעֲקוּ) Yitzaqu, significa un grito grotesco (Ex 14:10).

[3] Esta perspectiva teológica es conocida como Naturalismo.

[4] Por ejemplo, tenemos mƔs de cuatro siglos de esclavitud en Egipto donde pasaron varias generaciones.

[5] Lc 1.37.

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