Porción 48

Texto áureoÉxodo 20:13
Lecturas para adultos en la semana

Día 1: 1ªReyes 4

Día 2: Sal 79

Día 3: Salmo 122-123

Día 4: 1ª Corintios 13

Día 5: Colosenses 3

Día 6: Santiago 1:19-27

    I- No asesinarás.

    El verbo en hebreo tiene un tratamiento muy diferente al español, este se define por su intensidad. Por ejemplo, en este caso ‘matar’ en su forma Qal designa el acto de quitar la vida de manera intencional y premeditada, a diferencia de lo que pudiera ser otra de sus formas (Nifal), en donde a la persona en cuestión se le infringe la muerte.

    Esta palabra o juramento define la vida como sagrada, con ella se prohíbe: el infanticidio, el sacrificio de humanos y el asesinato por entretenimiento o temor. En la cultura judía existe una frase muy significativa al respecto que dice: «Quien salva una vida… es como si salvara un mundo entero. Quien destruye una vida… es como si destruyera un mundo entero»[1].

    II- Jesús va más allá del acto en sí.

    Jesús en su enseñanza intensifica más la acción yendo más allá del acto, a la intención de este que es el enojo o el enfurecimiento[2]. Una pasión mal encausada que va en un aumento descontrolado puede llevar al ser humano irremediablemente a nublarse en su pensamiento y ejecutar un crimen. ¿Cuál era el error de los escribas y fariseos en este sentido? Interpretar este juramento a la luz de las disposiciones legales romanas que regían la nación en aquel entonces. Sin tener en cuenta que en cualquier juicio legal el crimen de la muerte dependerá de pruebas que inclusive pudieran ser manipulables o no por un magistrado. Así se llegaba a una conclusión en donde se dictaminaba la sentencia conocida en Lv 24:20. Es como cuando la constitución de un país se limita por algún artículo que la invalida o reinterpreta. Entonces, ellos con mucha conveniencia para también cubrir sus faltas en algún momento no entendían que en realidad estaban limitando este juramento y lo hacía ineficiente; por eso Cristo lo aclara intensificándolo y definiéndolo.

    Paralelo a esto, y Jesús lo manifiesta así[3], muchas veces se asesina a otra persona desacreditándole, diciendo algo acerca de ella que es mentira. También se asesina ofendiendo directamente a la persona con una subestimación o etiquetándole para silenciar sus actos.

    Pablo define ese término como enojo y lo detalla[4]. El asunto no es enojarse por algo, sino cuando ese enojo conduce a perder el control sobre sí mismo y hacer algo indebido.

    Preguntas:

    a) ¿Cómo cree usted que Jesús enseña qué se debe hacer para no incurrir en la prohibición de este juramento?

    b) ¿Cree usted que el enojo es malo? ¿Por qué?

    c) ¿Cómo sugiere usted que se pudiera evaluar si el enojo es pecado o no?

    d) Cuando Jesús se enojó contra los cambistas del templo, ¿estaba pecando?

    e) ¿Se podría decir que Pablo pecó en su carta a los Gálatas? (Gá 3-4)

     

    [1] Talmud Babli, Sanedrín 4:5.

    [2] Mt 5:21-26.

    [3] Ibid.

    [4] Ef 4:26.

     

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