Texto áureo: Lv. 23.1-3
Lecturas para adultos en la semana:
Lv. 23.1-3, 23.37-44; Sal. 42; Ez. 36-37; Mt. 22.1-14; Hch. 18; 2Tim. 1
Descripción del tema:
1. Es bueno comenzar esta porción arrojando luz sobre algo muy importante: La palabra que se traduce como ‘fiesta’ moadey (מוֹעֲדֵי) habla de un ‘encuentro en un tiempo específico’. En otros pasajes, como Gn. 1.14, es traducida común-mente como ‘estaciones’. Recordemos que, debido al pecado del becerro, el tabernáculo quedaba afuera del campamento, entonces había que desplazarse hasta donde estaba para tener el encuentro con Dios, por eso implicaba una convocación a un encuentro especial. Es importante aclarar aquí que no está hablando de las citas o fiestas del pueblo de Israel, porque no pertenecen a ellos. Son encuentros diseñados por el Señor para estar Él con su pueblo. Cuando se dice que vamos a celebrar un reposo o cualquiera de las fiestas se está diciendo que vamos a asistir a una de las más grandes citas humanas, porque el Señor nos ha invitado a reunirnos con Él.
2. Tampoco es que la fiesta sea santa en sí, pues eso desarrollaría un tipo de su-perstición muy peligrosa, sino que, por ser Dios santo, el encuentro con Él es santificado por su presencia. A pesar de que comúnmente se traduce como «santa convocación», más exactamente miqrae qodesh (מִקְרָאֵי קֹדֶשׁ), sería ‘un llamado desde la santidad’ para participar del encuentro.
3. Aunque al día de reposo no se le llama fiesta, por lo regular de su celebración, es la primera de todas a las que el Señor convoca en esta porción del texto. Esta se celebra cada séptimo día luego de seis de trabajo. No es un día para no hacer nada, sino para dejar de “trabajar con el fin de ganar dinero”, por eso utiliza la palabra hebrea melajá (מְלָאכָה). Algunos de los trabajos que se pueden hacer son: adorar a Dios, instruir a la familia o a otros, ayudar a un necesitado o sim-plemente hacer bien al prójimo.
4. Las fiestas del Señor son de forma general:
– Pésaj (El salto): anuncia la liberación protagonizada por Dios.
– Matzot (Panes sin fermentar): exhorta a la santidad.
– Shavuot (Pentecostés): consuela para seguir en la fe.
– Zikrom Teruah (Memorial de sonido de trompeta): llama al arrepentimiento espiritual.
– Yom Hakipurim (Día de las expiaciones): habla de la reconciliación con Dios.
– Jag Hasucot (Fiesta de las cabañas): recuerda que la verdadera protección viene de Dios.
– Shemini Atzeret (Fiesta del octavo día): permite disfrutar la libertad de adorar.
Preguntas:
a) Comparta con los demás del grupo en qué le ha hecho reflexionar alguno de los textos para la semana.
b) ¿En qué afectó guardar un día de reposo a Jesús en sus años de encarnación en la tierra? ¿Por qué?
c) Ilustre de forma práctica qué hace usted en el día de reposo semanal.
[1] Para ampliar en cómo ayudar a este segundo grupo, ver DAC: Libro III: Un manual que favorece su servicio a Dios, KDP (ISBN-13: 978-1686802072).
[2] Manera de ver e interpretar el mundo que se conoce.