Porción 101

Texto Ôureo: Números 22-24
Lecturas para adultos en la semana

DĆ­a 1:Ā NĆŗmeros 22

DĆ­a 2: NĆŗmeros 23-24

DĆ­a 3: Isaias 15-16

DĆ­a 4: Miqueas 6

DĆ­a 5: Mateo 26:69-75

DĆ­a 6: 2ĀŖPedro 2

I- Balaam.

Al analizar superficialmente la porción, el lector pudiera pensar que Balaam estaría haciendo una acción correcta, pues hay un aparente rechazo de él a hacer tal cosa como maldecir a Israel. Su respuesta a los mensajeros del rey Balac parece honorable: «Quédense aquí esta noche, y yo les daré la respuesta que el Señor me dé». Sin embargo, su verdadera motivación queda expuesta en la noche, cuando Dios muestra Su misericordia y revela la intención de su corazón con una simple pregunta: «¿Quiénes son estos hombres que andan contigo?». Esto es una forma de exponer su avaricia. Balaam no rechaza el ofrecimiento de Balac por rectitud, sino que lo pone en espera. Su corazón ya ha aceptado el pago, y su respuesta es solo un pretexto para obtener la aprobación de Dios para hacerlo. Como mismo hizo con AdÔn o con Caín[1], esta pregunta tiene el objetivo de desafiar a la persona para hacerla reflexionar y reconocer lo bajo que cayó, para motivarlos a asumir el control de su vida antes de que sea demasiado tarde. La pregunta real sería: «¿Cómo llegaste a asociarse con semejantes malvados? ¿SeguirÔs bajando a los niveles de ellos?». ”Pero Balaam no lo entendió! Era tan arrogante que no pudo escuchar la pregunta mÔs profunda de Dios. Cuando una persona tiende al mal, las advertencias de Dios caen en oídos sordos. El ser humano en su pecado tiene la capacidad para racionalizar el mal, para retorcer la realidad y hacer que se alinee con sus deseos. Ya Dios había dicho y, sin embargo, él parece que quiere seguir escuchando y que le hable mÔs, pero en realidad estaba buscando que Dios aceptara la decisión que ya él había tomado.

Es bueno tener claro que a Balaam en ningĆŗn lugar de la Biblia se le llama profeta, aunque JosuĆ© le llama Ā«adivinoĀ»[2]. O sea, que la doctrina de este hombre tenĆ­a que ver con aquella forma ancestral que desde tiempos de CaĆ­n fue transmitiĆ©ndose y evolucionando de generación en generación, la cual trataba de justificar el pecado del hombre a travĆ©s de una ā€œcienciaā€ del pecado[3].

Cuando Balaam habla de Ć©l lo hace en tercera persona —como mismo acostumbraba a hacer el faraón en su arrogancia y orgullo—, a tal punto que pretendĆ­a forzar a Dios a lo que Ć©l querĆ­a.

Balam tambiƩn muestra mucha prepotencia y una intolerancia desmedida porque veƭa a su mula como algo inferior a Ʃl, digna de humillar y de obligar a responder a sus intereses racionales. Por otro lado, Ʃl se vanagloria aceptando la propaganda de que era un profeta cuando en realidad era un adivino que Dios lo escuchaba por Su misericordia.

Se debe tener claridad de que Ʃl en realidad no tenƭa grandes poderes, fƭjese de su queja por no tener la espada y no poder matar a la mula; sus recursos siempre fueron naturales y lo que sabƭa el rey Balac sobre Ʃl era mƔs bien una falsa fama. Si Ʃl tuviera el poder de maldecir, como creƭa el rey, con eso habrƭa bastado para acabar con la mula sin necesidad de espada. Y curiosamente, como un adjunto a esto, pretendƭa entender la mente de Dios cuando no era capaz de entender a su mula.

II- Dios ve las cosas que no son como si fuesen.

Paralelo a la desobediencia de Balaam, debemos aprender del comportamiento de Dios a no perder las esperanzas con quienes van por un mal camino. A pesar de toda la actitud de Balaam, Dios continuó intentando que cambiara su decisión. Imitando a Dios, también nosotros debemos tratar de persuadir sin perder las esperanzas, a quienes vemos que se dirigen por un camino equivocado antes que sea demasiado tarde.

III- Dios agota todos los recursos aun con el mƔs pecador.

Aparentemente hay una contradicción en este pasaje. ĀæDios cambió de opinión? Sabemos que Ɖl no es hombre para hacer esto, por lo que en realidad se esconde algo mĆ”s profundo en esa acción. Dios le advirtió a Balaam que no fuera con los emisarios de Balac, pero cuando Ć©l insistió entonces le dio permiso para acompaƱarlos sin unirse al plan de ellos[4]. O sea, primero le advirtió que no tuviera el mismo propósito de ellos (Nm 22:12) y luego, cuando Balaam persiste en ir, Dios le permitió hacerlo, pero fĆ­sicamente, sin unirse a ellos en propósito (v.20). Balaam al final hizo lo que tenĆ­a en su corazón y no lo que Dios le dijo, fĆ­sicamente y tambiĆ©n en propósito (v.21). Tristemente, cuando Dios da una advertencia especĆ­fica, incluso cuando Sus mensajes son claros como el agua y es imposible malinterpretarlos, el hombre en su carnalidad puede pervertir y deformar las palabras divinas para justificar sus acciones personales.

Preguntas:

a) ¿Por qué cree usted que Balac no pidió que Balaam bendijera a su pueblo en vez de maldecir a Israel?

b) Con todas las historias de rebeldías en el desierto, ¿por qué considera usted que Dios aquí llama a Israel «pueblo bendito»? (Nm. 22.12).

c) ¿Cómo pudiera usted relacionar la actitud de Balaam con la negación de Pedro acerca de su amistad con Jesús?

d) A la luz de las descripciones Novo testamentarias acerca de Balaam, ¿de qué considera usted que debe cuidarse alguien que sirve a Dios hoy en una iglesia local para no caer en lo mismo?

 

 

[1] Gn 3:9; 4:9.

[2] Jos 13:22.

[3] Para los tiempos apostólicos, esta ciencia se presentaba como gnosis (en el mundo helénico) y como magosis en el mundo babilónico. Para ampliar sobre este tema vea el Libro 5 del Discipulado Avanzado Comunitario, DAC (ISBN-13: 978-1687203243).

[4] Esto queda en evidencia por el uso de la palabra itam (×Ö“×ŖÖøÖ¼×) ā€˜con’. En hebreo no hay redundancias, es decir, que las dos palabras que expresan ā€˜con’ tienen connotaciones opuestas. Imahem (×¢Ö“×žÖøÖ¼×”Ö¶×) deriva de la raĆ­z am (עַם) ā€˜pueblo’ e implica una ideologĆ­a en comĆŗn, mientras que itam es mĆ”s objetivo e implica estar fĆ­sicamente en el mismo lugar que los demĆ”s, sin tener un objetivo en comĆŗn.

 


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