Porción 106

Texto Ôureo: Números 31
Lecturas para adultos en la semana

DĆ­a 1 NĆŗmeros 31

DĆ­a 2 Jueces 6

DĆ­a 3 Jueces 7

DĆ­a 4 Mateo 12:22-37

DĆ­a 5 Marcos 8:27-9:1

DĆ­a 6 Hechos 24Ā 

I. Un lĆ­der siempre muestra gratitud.

Dios dijo a MoisĆ©s: Ā«Haz venganza… en contra de los madianitasĀ», pero en lugar de hacerlo Ć©l mismo, le delegó a Finees que lidereara al pueblo en la batalla. A simple vista es difĆ­cil entender por quĆ© alguien tan fiel a Dios como MoisĆ©s hace esto. Sin embargo, hay una preciosa lección de vida aquĆ­.

Años atrÔs, cuando Moisés fue descubierto como israelita en Egipto, huyó para salvar su vida y encontró refugio en MadiÔn, de allí era su esposa y su amado suegro, pero ahora la escena mundial había cambiado. Los madianitas eran malvados e inmorales que deseaban seducir y poner tropiezo a Israel. Moisés no podía luchar directamente contra ellos porque de alguna manera sentía gratitud. El hombre no debe darse el lujo de olvidar un acto de bondad o un favor recibido (como le sucedió a Balaam con su mula o a Judas con Jesús).

Este mensaje es especialmente importante para la generación presente, cuando la ingratitud es tan común. Nunca debemos perder de vista la bondad que se hizo con nosotros, debemos ser esforzados para desarrollar nuestro sentido de gratitud.

II. Un lĆ­der se pone siempre en segundo plano.

Dios informó a Moisés que luego de cumplir con esta orden de luchar contra los madianitas moriría. Con esto a sabiendas, cualquiera podría haberse tomado su tiempo en comenzar la batalla, especialmente cuando Dios no le dio un tiempo específico para que cumpliera con esa orden. ¿Quién se atrevería a reprocharle que demorase la acción para prolongar su vida? Sin embargo, Moisés la hizo con prontitud y dejó de lado sus deseos personales. Esto distingue, como vimos en otra porción la característica distintiva del verdadero liderazgo: Tener la capacidad de pensar en el bien mayor de la iglesia en vez de limitarse a los egoístas intereses personales.

Esto desafía a cualquiera que estÔ en una posición de liderazgo en el pueblo de Dios a examinar todas sus acciones y prioridades. ¿Estamos motivados por intereses egoístas? ¿Nos preocupamos ante todo por nosotros mismos? ¿El llamado de Dios ocupa el primer lugar? ¿Qué es mÔs importante yo y mi agenda o el bienestar espiritual del pueblo que Dios ha puesto bajo nuestra influencia?

III. La intensión determina la acción

Cuando se le ordena al pueblo atacar a los madianitas, no se menciona a los moabitas, quienes eran sus socios en el crimen de maldecir a Israel para destruirlo. Si ambas naciones estuvieron involucradas en esto, ¿por qué Dios ordenó a Moisés atacar sólo a los madianitas? El asunto es que hay una diferencia en el actuar de ambos pueblos.

Los moabitas por su parte atacaron al pueblo de Israel por miedo a que este fuese una amenaza militar para ellos; sin embargo, la tierra de MadiÔn no estaba ni siquiera en el trayecto de los viajes que realizó el pueblo de Israel, ellos se involucraron contra la nación de Dios solamente por odio, y éste sin razón alguna. Lo que el rey de Moab hizo, a pesar de ser errado, era entendible en alguna medida, pero la acción de los madianitas era simplemente malvada.

BĆ­blicamente podemos entender que la motivación es la base de todo, por eso JesĆŗs aclara esto en su enseƱanza. Por ejemplo, hay pocas cosas peores que matar a alguien por odio, pero si matas a alguien porque Ć©l iba a matar a otro, Ā”se te atribuye el hecho de haber salvado una vida! Si alguien hace un bien porque le importa profundamente la otra persona, entonces es una buena persona. Pero si lo hace porque quiere el honor correspondiente por la acción, entonces se convierte en un daƱo para sĆ­ mismo mayor que el bien hecho. E inclusive, si a travĆ©s de una acción se quiere controlar y manipular a la persona a la cual se le hace el ā€œbienā€, tal persona es malvada. Ā”AsĆ­ de duro es el asunto! La acción es exactamente la misma, pero la motivación hace toda la diferencia.

BĆ­blicamente es el camino al cielo y no el camino al infierno el que estĆ” pavimentado con buenas intenciones, ―siempre y cuando esa intención y esfuerzo sean responsablemente puras.

IV. Un lĆ­der reprende en privado

A pesar de MoisĆ©s estar visiblemente molesto con aquellos que estaban a cargo de la batalla, hizo algo de vital importancia en el liderazgo: Ā«salió a encontrarse con ellos fuera del campamentoĀ». Ɖl puso en prĆ”ctica uno de los conceptos mĆ”s importantes en el trato con la gente: Ā”Reprende a las personas en privado!

De aquĆ­ pueden aprender no solo los lĆ­deres, sino tambiĆ©n los padres, pues ellos representan un liderazgo familiar que es el mĆ”s importante del mundo, porque lleva implĆ­cito la formación de los futuros lĆ­deres. Dios les confĆ­a la responsabilidad de criar a Sus hijos y Ɖl ciertamente no quiere que Sus hijos sean pĆŗblicamente ridiculizados. Es verdad que hay momentos en que los padres sienten frustración con ciertas acciones de sus hijos y el deseo de gritarles para que todos oigan es fuerte y les domina. Pero hay que entender que esta no es la forma adecuada de disciplinar o educar a un hijo.

Moisés en vez de estar enojado con sus comandantes no les reprochó públicamente, sino que prefirió salir del campamento para no avergonzarlos delante de sus tropas. Esto no sólo hizo que ellos escuchasen atentamente lo que estaba diciendo, sino que ademÔs les ayudó a desarrollar la autoestima que necesitarían para lograr cumplir con la misión de conquistar la tierra prometida.

Preguntas:

1.- ¿Por qué cree usted que Balaam es matado en esa batalla contra los madianitas?

2.- Si Dios prohĆ­be en la ley ā€œmatarā€, Āæpor quĆ© cree usted que aquĆ­ da la orden de cometer este ā€œpecadoā€?

3.- ¿Por qué considera usted que las ofrendas traídas por los jefes del ejército fueron tan bien recibidas por Moisés y Eleazar?

4.- ¿Qué encuentra de especial Hch 24 a la luz de lo visto en esta porción?

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