Porción 110

Texto áureo: Deuteronomio 1-3
Lecturas para adultos en la semana

Día 1 Deuteronomio 1

Día 2 Deuteronomio 2-3

Día 3 Proverbios 4-5

Día 4 Proverbios 6-7

Día 5 Ecleciastes 12

Día 6 Ezequiel 4-5

I- ¿Cómo hablar de lo que no se quiere hablar?

Aunque en hebreo este libro que comienza con esta porción se llama Palabras (Devarim), en el griego de la versión Septuaginta se le denominó Deuteronomio, que quiere decir ‘segunda Torá’ (ley). En este libro Moisés, que sabe de lo pronto de su muerte, va a hacer un repaso de todo lo sucedido y lo dicho por Dios.

Él va a comenzar señalando todo lo malo que había hecho el pueblo, como aquel que desea en sus últimos días no perder el tiempo y educar, por eso esto no es un simple reproche, sino que tiene el más profundo sentido de educar. ¿Cómo lo va a hacer? Señalando los lugares donde ocurrieron sus infidelidades. Por ejemplo, en lugar de mencionar específicamente el bochornoso pecado del becerro de oro, simplemente declara dizahab, que se refiere a ‘mucho oro’. Al criticarlos de esta manera no sólo protege la dignidad del pueblo, sino también llama la atención sobre el peligro de tener demasiado oro (cosas con más valor “aparente” que la palabra de Dios). Si estas cosas no se controlan llevan irremediablemente a la caída.

Tal vez lo más importante de esto sea que, así como Moisés recuenta los nombres de todos los lugares en los que el pueblo hizo enojar a Dios durante sus 40 años de travesía por el desierto, también les demostró cuánto Dios los amaba. A pesar de la rebeldía, Él siempre los perdonó y el pueblo avanzó (v.10).

II- El arte de criticar.

Es verdad que la crítica puede ser muy desagradable tanto cuando se recibe como cuando hay que ejercerla, pero qué tal si hay una forma de hacerla que edifique más que destruir. Moisés una vez más nos enseña en esta porción acerca del “arte” de criticar:

  • Se debe cuidar el no avergonzar al criticado.
  • Se deben usar palabras afectuosas y constructivas.
  • Las pocas palabras son más efectivas que un largo discurso.

A menudo cuando se critica se tiene la tendencia a caer en la trampa de «matar al muerto», o sea se continúa criticando y por desgracia no se sabe cuándo parar. Es probable que sea motivado por el amor y el interés en el bienestar de la otra persona, pero debido a eso cuando se termina, cada palabra es interpretada más como ofensiva que como una guía amorosa y productiva, generando una reacción diametralmente opuesta, como son: resentimiento, desdén y más rebelión.

Es cierto también que hay personas que no son sabias y son sordas a las críticas, pero se debe entender que esas personas seguirán en la falta sin importar lo que hagamos a su favor. Por eso antes de hacer una crítica se debe pensar tal decisión y analizar y seleccionar muy bien las palabras.

Recuerda: «No reprendas al escarnecedor, para que no te aborrezca; corrige al sabio, y te amará.» (Pr 9:8). Sin embargo, esto no se puede confundir con una falta pecaminosa contra un hermano o la iglesia; en este caso se debe seguir la corrección según Jesús enseñó.

III- Criticando como lideres.

Muchas veces cuando se piensa en líder se hace sobre aquellos que están en una influencia “X” sobre un determinado grupo social, empresarial o ministerial. Se debe entender que el liderazgo abarca también a los padres. Por eso, lo que aprendemos de Moisés aquí puede ser utilizado por el liderazgo sin importar el área de influencia que le corresponda.

Una de las peores cosas que puede suceder a un padre es que sus hijos ignoren todo lo que dice. La mayoría de las veces, apartándonos de la falta de crédito, nada de lo que dice es escuchado porque los hijos se han cansado de la crítica que es constante y a veces sin sentido.

Para evitar que esto ocurra, los padres deben distinguir y seleccionar muy bien cuándo y cómo criticar a sus hijos. Dicha crítica debe ser con moderación, pero también cuando sea realmente necesaria, de manera que no destruya el amor y la confianza que los hijos tienen por naturaleza hacia a sus padres. A menudo, muchos padres cometen el error de criticar a sus hijos con demasiada frecuencia, sin enfatizar lo mucho que los ama. Como alguien diría en una ocasión: «Expresa tu amor antes, durante y después de la crítica, da diez porciones de amor por cada una de crítica».

Preguntas:

1.- Si ya los rebeldes dentro de la nación habían muerto, ¿por qué cree usted que Moisés hace la crítica a la nueva generación?

2.- Comparte con el grupo, ¿en qué consiste tu mayor enemigo a la hora de hacer una crítica constructiva?

3.- Al analizar este discurso de Moisés y compararlo con su diálogo con Dios (Ex 4:10), ¿qué diferencia encuentra usted en él y a qué cree se deba?

4.- Si tuviera que hacer una crítica constructiva a Moisés, ¿cómo le explicaría por qué Dios no le contestó su oración? (Dt 4:23-28).

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