Texto áureo: Deuteronomio 1-3
Lecturas para adultos en la semana
Día 1 Deuteronomio 1
Día 2 Deuteronomio 2-3
Día 3 Proverbios 4-5
Día 4 Proverbios 6-7
Día 5 Ecleciastes 12
Día 6 Ezequiel 4-5
I- ¿Cómo hablar de lo que no se quiere hablar?
Aunque en hebreo este libro que comienza con esta porción se llama Palabras (Devarim), en el griego de la versión Septuaginta se le denominó Deuteronomio, que quiere decir ‘segunda Torá’ (ley). En este libro Moisés, que sabe de lo pronto de su muerte, va a hacer un repaso de todo lo sucedido y lo dicho por Dios.
Él va a comenzar señalando todo lo malo que había hecho el pueblo, como aquel que desea en sus últimos días no perder el tiempo y educar, por eso esto no es un simple reproche, sino que tiene el más profundo sentido de educar. ¿Cómo lo va a hacer? Señalando los lugares donde ocurrieron sus infidelidades. Por ejemplo, en lugar de mencionar específicamente el bochornoso pecado del becerro de oro, simplemente declara dizahab, que se refiere a ‘mucho oro’. Al criticarlos de esta manera no sólo protege la dignidad del pueblo, sino también llama la atención sobre el peligro de tener demasiado oro (cosas con más valor “aparente” que la palabra de Dios). Si estas cosas no se controlan llevan irremediablemente a la caída.
Tal vez lo más importante de esto sea que, así como Moisés recuenta los nombres de todos los lugares en los que el pueblo hizo enojar a Dios durante sus 40 años de travesía por el desierto, también les demostró cuánto Dios los amaba. A pesar de la rebeldía, Él siempre los perdonó y el pueblo avanzó (v.10).
II- El arte de criticar.
Es verdad que la crítica puede ser muy desagradable tanto cuando se recibe como cuando hay que ejercerla, pero qué tal si hay una forma de hacerla que edifique más que destruir. Moisés una vez más nos enseña en esta porción acerca del “arte” de criticar:
- Se debe cuidar el no avergonzar al criticado.
- Se deben usar palabras afectuosas y constructivas.
- Las pocas palabras son más efectivas que un largo discurso.
A menudo cuando se critica se tiene la tendencia a caer en la trampa de «matar al muerto», o sea se continúa criticando y por desgracia no se sabe cuándo parar. Es probable que sea motivado por el amor y el interés en el bienestar de la otra persona, pero debido a eso cuando se termina, cada palabra es interpretada más como ofensiva que como una guía amorosa y productiva, generando una reacción diametralmente opuesta, como son: resentimiento, desdén y más rebelión.
Es cierto también que hay personas que no son sabias y son sordas a las críticas, pero se debe entender que esas personas seguirán en la falta sin importar lo que hagamos a su favor. Por eso antes de hacer una crítica se debe pensar tal decisión y analizar y seleccionar muy bien las palabras.
Recuerda: «No reprendas al escarnecedor, para que no te aborrezca; corrige al sabio, y te amará.» (Pr 9:8). Sin embargo, esto no se puede confundir con una falta pecaminosa contra un hermano o la iglesia; en este caso se debe seguir la corrección según Jesús enseñó.
III- Criticando como lideres.
Muchas veces cuando se piensa en líder se hace sobre aquellos que están en una influencia “X” sobre un determinado grupo social, empresarial o ministerial. Se debe entender que el liderazgo abarca también a los padres. Por eso, lo que aprendemos de Moisés aquí puede ser utilizado por el liderazgo sin importar el área de influencia que le corresponda.
Una de las peores cosas que puede suceder a un padre es que sus hijos ignoren todo lo que dice. La mayoría de las veces, apartándonos de la falta de crédito, nada de lo que dice es escuchado porque los hijos se han cansado de la crítica que es constante y a veces sin sentido.
Para evitar que esto ocurra, los padres deben distinguir y seleccionar muy bien cuándo y cómo criticar a sus hijos. Dicha crítica debe ser con moderación, pero también cuando sea realmente necesaria, de manera que no destruya el amor y la confianza que los hijos tienen por naturaleza hacia a sus padres. A menudo, muchos padres cometen el error de criticar a sus hijos con demasiada frecuencia, sin enfatizar lo mucho que los ama. Como alguien diría en una ocasión: «Expresa tu amor antes, durante y después de la crítica, da diez porciones de amor por cada una de crítica».
Preguntas:
1.- Si ya los rebeldes dentro de la nación habían muerto, ¿por qué cree usted que Moisés hace la crítica a la nueva generación?
2.- Comparte con el grupo, ¿en qué consiste tu mayor enemigo a la hora de hacer una crítica constructiva?
3.- Al analizar este discurso de Moisés y compararlo con su diálogo con Dios (Ex 4:10), ¿qué diferencia encuentra usted en él y a qué cree se deba?
4.- Si tuviera que hacer una crítica constructiva a Moisés, ¿cómo le explicaría por qué Dios no le contestó su oración? (Dt 4:23-28).
euteronomio 1 –
La tierra prometida
1 Estas son las palabras que habló Moisés a todo Israel al otro lado del Jordán en el desierto, en el Arabá frente a Suf, entre Parán, Tofel, Labán, Hazerot y Di-Zahab.
2 Hay once jornadas desde Horeb, por el camino del monte Seir, hasta Cades Barnea. 3 Y sucedió en el año cuadragésimo, en el mes undécimo, el primero del mes, que Moisés habló a los hijos de Israel conforme a todo lo que YHVH le había ordenado acerca de ellos, 4 después de derrotar a Sehón, rey amorreo, que habitaba en Hesbón, y de vencer en Edrei a Og rey de Basán, que habitaba en Astarot.
5 Allende el Jordán, en tierra de Moab, Moisés comenzó a declarar esta ley, diciendo: 6 YHVH nuestro Elohim nos habló en Horeb diciendo: Bastante tiempo habéis permanecido en este monte. 7 Volveos y alzad el campamento, y marchad a la serranía del amorreo, y a todos los lugares circunvecinos en el Arabá y en la serranía, en el llano, en el Néguev y en la rivera del mar, tierra del cananeo, y al Líbano, hasta el río: el gran Éufrates. 8 He aquí pongo la tierra delante de vosotros para que entréis y poseáis la tierra que juré a vuestros padres, a Abraham, a Isaac y a Jacob, que la daría a ellos y a su descendencia después de ellos.
Reminiscencias
9 En aquel tiempo os hablé, diciendo: No podré sosteneros yo solo. 10 YHVH vuestro Elohim os ha multiplicado, y he aquí, hoy sois como la multitud de las estrellas de los cielos. 11 YHVH, Elohim de vuestros padres, os aumente mil veces más de lo que sois y os bendiga tal como os ha hablado. 12 Pero, ¿cómo podré soportar yo solo vuestra molestia, y vuestra carga, y vuestra contención?
13 Dadme de vuestra parte varones sabios, entendidos y conocidos de vuestras tribus, a quienes yo ponga por caudillos vuestros. 14 Y me respondisteis: Bueno será que hagamos lo que has dicho. 15 Tomé así de vuestras tribus varones sabios y reconocidos, y los puse por caudillos vuestros, por jefes de miles, jefes de centenas, jefes de cincuentenas y jefes de decenas, y por procuradores de vuestras tribus.
16 Y a esos, vuestros jueces, en aquel tiempo mandé diciendo: Escuchad a vuestros hermanos, y juzgad con equidad entre cada uno y su hermano, o su vecino prosélito.
17 No hagáis favoritismo en el juicio. Escucharéis tanto al pequeño como al grande. No os intimidéis delante de ningún hombre, porque el juicio pertenece a Elohim. La causa que os sea demasiado difícil me la traeréis a mí, y yo la oiré.
18 En aquel tiempo os prescribí todo lo que debíais hacer. 19 Encaminados, pues, desde Horeb, recorrimos todo aquel vasto y terrible desierto que visteis, camino de la serranía del amorreo, tal como YHVH nuestro Elohim nos lo había ordenado, y llegamos a Cades Barnea. 20 Entonces os dije: Habéis llegado a la serranía del amorreo, la cual YHVH nuestro Elohim nos da. 21 He aquí, YHVH tu Elohim ha entregado ante ti esta tierra. Sube y toma posesión, tal como YHVH, Elohim de tus padres te ha hablado. No temas ni te acobardes. 22 Pero todos vosotros os acercasteis a mí, y dijisteis: Enviemos varones delante de nosotros para que exploren la tierra, y nos informen acerca del camino por donde hemos de subir, y de las ciudades en que hemos de entrar.
23 Y me pareció acertado el consejo, por lo cual tomé doce varones de entre vosotros, un varón por cada tribu, 24 los cuales se devolvieron y subieron a la montaña y llegaron hasta el arroyo de Escol, y exploraron el país. 25 Tomaron en sus manos del fruto de la tierra y nos lo trajeron, diciendo: ¡Buena es la tierra que YHVH nuestro Elohim nos da! 26 Pero no quisisteis entrar, antes os rebelasteis contra el mandamiento de YHVH vuestro Elohim, 27 y murmurasteis en vuestras tiendas, y dijisteis: Porque nos aborrece YHVH nos sacó de la tierra de Egipto, para entregarnos en manos del amorreo y destruirnos. 28 ¿Adónde subiremos? Nuestros hermanos nos han hecho desmayar el corazón, diciendo: Este pueblo es más grande y más alto que nosotros, las ciudades son grandes e inexpugnables, amuralladas hasta los cielos, y también hemos visto allí a los hijos de Anac.
29 Entonces os dije: No os amedrentéis ni estéis atemorizados por ellos, 30 porque YHVH vuestro Elohim, que va delante de vosotros, Él peleará por vosotros, así como lo hizo por vosotros en Egipto ante vuestros mismos ojos, 31 y también en el desierto, donde habéis visto cómo YHVH tu Elohim te cargó como el que carga a su propio hijo, y así fuisteis encaminados hasta vuestra llegada a este lugar. 32 Pero ni aun con esto creísteis en YHVH vuestro Elohim, 33 que iba delante de vosotros por el camino, para buscaros lugar donde acampar, con fuego de noche y con nube de día, para mostraros el camino por donde debíais andar.
34 Entonces YHVH oyó la voz de vuestras palabras y, provocado, juró diciendo: 35 Ninguno de los hombres verá la buena tierra que juré a vuestros padres, 36 excepto Caleb ben Jefone, él la verá, y a él y a sus hijos daré la tierra que ha pisado, por haber estado apegado a las cosas de YHVH, 37 (pues también contra mí se había airado YHVH por causa vuestra, y me dijo: Tampoco tú entrarás allá), 38 y Josué ben Nun, que está delante de ti para servirte, él entrará allá. Anímale, porque él hará que Israel la herede. 39 Y cada niño pequeño que hoy no conoce ni bien ni mal, ellos entrarán allá, porque a ellos la daré, y ellos la tomarán en posesión, 40 y vosotros seréis devueltos; emprended la marcha al desierto por el camino del mar Rojo.
41 Entonces respondiéndome, dijisteis: Hemos pecado contra YHVH. Nosotros ciertamente subiremos y pelearemos, tal como YHVH nuestro Elohim nos ha ordenado. Y os ceñisteis cada uno sus armas de guerra, y os aprestasteis para subir temerariamente a la serranía.
42 Pero YHVH me dijo: Diles: No subáis ni peleéis, pues Yo no estoy entre vosotros, no sea que os veáis derrotados ante vuestros enemigos. 43 Y os hablé, pero no escuchasteis, sino que os rebelasteis contra el dicho de YHVH, y persistiendo con altivez, subisteis a la serranía. 44 Y los amorreos que habitaban en aquella serranía salieron a vuestro encuentro y os derrotaron en Seir y, como hacen las abejas, os persiguieron hasta Horma. 45 Y os volvisteis y llorasteis delante de YHVH, pero YHVH no escuchó vuestra voz, ni os prestó oído. 46 Así permanecisteis en Cades muchos días, según el número de los días que habitasteis allí.
►1.1 al otro lado del Jordán… Heb. ´ever hayarden. No hay razón para dudar de Moisés como autor inspirado del Deuteronomio. Sin embargo el libro mismo sugiere que se finalizó después de su muerte. La evidencia para esta afirmación es el registro de 34.1-12, el cual es consustancial con el problema tratado aquí (1.1-5). Esto no ha de interpretarse como una adición editorial menor sino más bien como un marco interpretativo para el libro completo. Deuteronomio presenta las instrucciones mosaicas a una audiencia que trascendió a su muerte, y sugieren que el libro alcanzó su forma final, realizada por su autor deuteronómico (prob. Josué); Arabá… Esto es, llanura; Di-Zahab… Aunque la localización de Tofel, Labán y Di-Zahab es desconocida, el significado de estos nombres prob. esté relacionado con ciertos actos de desobediencia de Israel durante su peregrinación en el desierto. Esto es: Tofel deriva de la raíz nafal, que significa caer. Labán = blanco, en una posible alusión al maná. Di-Zahab = que es de oro, en una posible alusión al becerro de oro →Ex. 32.4. ►1.4 amorreo… →Nm. 21.21-30; Basán… →Nm. 21.31-35. ►1.5 Jordán… Lit. al otro lado del Jordán. Esta frase se registra 33 veces, principalmente en el libro de Josué; ley… Heb. torah. Generalmente se traduce ley, pero su verdadero significado es instrucción, enseñanza, de la raíz yarah = dirigir, enseñar →Sal. 86.11.
►1.7 el gran… TM añade río. Se sigue LXX →§194.
►1.8 juré… TM YHVH juró. Se sigue LXX →§194; §271. ►1.15 tomé… TM añade las cabezas. Se sigue LXX →§194. ►1.17 favoritismo… Lit. no reconoceréis rostros.
►1.25 trajeron… TM añade el informe. Se sigue LXX →§194.
►1.26 os rebelasteis… →Dt. 9.23; He. 3.16.
►1.28 Anac… Heb. ‘anaq = collar →Jue. 8.26. Los anaquitas eran considerados como personas de excepcional altura o de
cuello largo. Siguiendo a la LXX algunas versiones traducen gigantes.
►1.31 en el desierto… →Hch. 13.18.
►1.32 ni aun con esto… →He. 3.19.
►1.34-35 →He. 3.18.
►1.35 hombres… juré… TM añade de esta perversa generación… dar. Se sigue LXX →§194.
►1.39 pequeño… TM añade a quienes dijisteis que serían cautivos. Se sigue LXX →§194.
►1.40 al… TM añade hacia. Se sigue LXX →§194; mar Rojo… Heb. mar de Juncos.
2
Conflictos en el desierto
1 Después nos volvimos y partimos hacia el desierto por el camino del mar Rojo, como YHVH me había ordenado, y por muchos días dimos vuelta a la serranía de Seir. 2 Entonces me habló YHVH: 3 Bastantes vueltas habéis dado ya alrededor de esta serranía. 4 Volveos al norte, y ordena al pueblo diciendo: Vais a pasar por el territorio de vuestros hermanos, los hijos de Esaú, que habitan en Seir. Ellos serán atemorizados y os reverenciarán, 5 pero no los provoquéis, porque de su tierra no os daré ni la huella de un pie, porque a Esaú he dado por heredad la serranía de Seir. 6 Obtendréis el alimento de parte de ellos por plata, y comeréis, y también por plata negociaréis con ellos el agua, y beberéis. 7 Porque YHVH tu Elohim te ha bendecido en toda obra de tu mano, ha conocido tu peregrinar a través de este vasto desierto, y hace ya cuarenta años que YHVH tu Elohim está contigo y nada has necesitado.
8 Así, pasamos de largo a nuestros hermanos, los hijos de Esaú, moradores en Seir, por el camino del Arabá, desde Elat y Ezión-Guever, y nos volvimos y pasamos adelante, camino del desierto de Moab. 9 YHVH me dijo entonces: No hostilicéis a los moabitas, ni contendáis con ellos en guerra, porque no te daré nada de su tierra por posesión, pues he dado Ar a los hijos de Lot por posesión suya. 10 (Allí habitaron antes los emineos, pueblo grande y numeroso, altos como los anaceos, 11 ellos también, como los anaceos, eran considerados refaítas, aunque los moabitas los llamaban emineos; 12 también a los horeos se los hizo habitar antes en Seir, a los cuales los hijos de Esaú desposeyeron y destruyeron delante de ellos y se establecieron en su lugar, tal como Israel hizo en la tierra que YHVH les dio por posesión). 13 Ahora, pues, levantaos y pasad el torrente de Zered. Y, en efecto, pasamos el torrente de Zered. 14 El tiempo que anduvimos desde Cades Barnea hasta que pasamos el torrente de Zered fueron treinta y ocho años, hasta que toda la generación de los hombres de guerra se extinguió en medio del campamento, tal como les había jurado YHVH. 15 También la mano de YHVH se dejó sentir en ellos para dispersarlos de en medio del campamento hasta su extinción.
16 Y sucedió que cuando todos los hombres de guerra de entre el pueblo habían perecido, 17 YHVH me habló, diciendo: 18 Hoy pasarás por Ar la frontera de Moab, 19 y te aproximarás a los límites de los hijos de Amón. No los hostigues ni los provoques, porque no te daré posesión de la tierra de los hijos de Amón, pues la he dado a los hijos de Lot por heredad. 20 (Era también conocida como tierra de los refaítas, pues antiguamente habitaron en ella los refaítas, a los que los amonitas llamaban zamzumitas, 21 pueblo grande y numeroso, alto como los anaceos, que YHVH destruyó delante de ellos, quienes los desposeyeron y se los hizo habitar en su lugar, 22 tal como hizo con los hijos de Esaú, que habitan en Seir, cuando destruyó a los horeos delante de ellos, y ellos los desposeyeron y se los hizo habitar en su lugar hasta este día, 23 y los caftoreos, salidos de Caftor, destruyeron a los aveos que moraban en aldeas hasta Gaza, y se los hizo habitar en su lugar).
24 ¡Disponeos, partid y pasad el torrente Arnón! He aquí he entregado en tu mano a Sehón, rey de Hesbón, al amorreo y a su tierra. ¡Comienza a conquistar, y entra en batalla contra él! 25 Hoy mismo comienzo a infundir respecto a ti, espanto y temor entre los pueblos que existen bajo los cielos, los cuales, cuando tengan noticia de ti, serán debilitados y desfallecerán ante tu presencia. 26 Entonces envié embajadores desde el desierto de Cademot a Sehón, rey de Hesbón, con palabras de paz, diciendo: 27 Déjame pasar por tu tierra. Marcharé por el camino sin desviarme ni a derecha ni izquierda. 28 Por plata me venderás alimento y comeré, y por plata me darás agua y beberé. Solamente déjame pasar, 29 como han hecho conmigo los hijos de Esaú, que habitan en Seir, y los moabitas que habitan en Ar, hasta que cruce el Jordán a la tierra que YHVH nuestro Elohim nos da.
30 Pero Sehón, rey de Hesbón, no consintió en dejarnos pasar por allí, porque YHVH tu Elohim había endurecido su espíritu e hizo obstinado su corazón, para que fuera entregado en tu mano, como se ve en este día. 31 Y me dijo YHVH: He aquí Yo entrego delante de ti a Sehón y su tierra. Comienza, pues, a conquistar su tierra. 32 Y nos salió Sehón al encuentro, él y todo su pueblo, para combatir en Jahaza, 33 y YHVH nuestro Elohim lo entregó delante de nosotros y lo derrotamos, así como a sus hijos y a todo su pueblo.
34 En aquel tiempo capturamos todas sus ciudades y las consagramos al exterminio: hombres, mujeres y niños. No dejamos ningún sobreviviente. 35 Solo llevamos el ganado cautivo y el botín de las ciudades. 36 Desde Aroer, a la orilla del torrente Arnón y la ciudad que está en el valle, hasta Galaad, no hubo ciudad que fuese inaccesible. Todo lo entregó YHVH nuestro Elohim delante de nosotros. 37 Solamente no te acercaste a la tierra de los hijos de Amón, a ninguna parte del torrente Jaboc ni a las ciudades de la montaña, como YHVH nuestro Elohim había ordenado.
►2.1 Seir… Esto es, la tierra de Edom →Nm. 21.4.
►2.2 YHVH… TM añade diciendo. Se sigue LXX →§194.
►2.4 al… TM añade hacia. Se sigue LXX →§194; Esaú… →Gn.
36.8.
►2.9 Moabitas… →Gn. 19.37.
►2.10-11 Se sigue LXX.
►2.11 refaítas… Heb. refa’im, puede referirse a sombras o espíritus de los muertos →Is. 26.14, Sal. 88.11; Pr. 21.16, a una nación de Canaán o a individuos de excepcional estatura. ►2.13 Se inserta en efecto para suplir elipsis del original. ►2.14 había jurado… →Nm. 14.28-35.
►2.19 Amón… →Gn. 19.38.
►2.21 ellos… Esto es, los amonitas.
►2.25 bajo… TM añade todos. Se sigue LXX →§194.
►2.27 marcharé… TM repite el camino. Se sigue LXX →§194. ►2.31 conquistar… TM añade para heredar. Se sigue LXX →§194.
►2.35 llevamos… TM añade para nosotros… que habíamos capturado. Se sigue LXX →§194.
►2.37 montaña… TM añade todo. Se sigue LXX →§194.
3
Conflictos en el desierto (continuación)
1 Una vez devueltos, subimos camino del Basán, y nos salió al encuentro Og, rey de Basán, con todo su pueblo para combatir en Edrei. 2 Entonces YHVH me dijo: No le tengas temor, porque lo he entregado en tu mano, junto con todo su pueblo y su tierra. Harás con él como hiciste con Sehón, el rey amorreo que habitaba en Hesbón.
3 Y YHVH nuestro Elohim entregó también en nuestra mano a Og, rey de Basán, con todo su pueblo, al cual derrotamos hasta no dejarle sobreviviente.
4 En aquel tiempo conquistamos todas sus ciudades. No hubo poblado que no les tomáramos. Fueron sesenta ciudades, toda la región de Argob del reino de Og en Basán. 5 Todas eran ciudades fortificadas: alta muralla, puertas y barras, sin contar otras muchas ciudades sin muro. 6 Y las consagramos al exterminio, tal como hicimos con Sehón, rey de Hesbón, exterminando en toda ciudad a hombres, mujeres y niños, 7 aunque tomamos por botín todos los animales y el despojo de las ciudades. 8 En aquel tiempo, de mano de los dos reyes del amorreo allende el Jordán, tomamos la tierra desde el torrente Arnón hasta el Hermón 9 (al Hermón los sidonios lo llaman Sirión, y los amorreos Senir), 10 todas las ciudades de la meseta, todo Galaad y todo Basán hasta Salca y Edrei, que son ciudades del reino de Og, en Basán. 11 Porque solo Og, rey de Basán, fue dejado de los refaítas. (He aquí, su lecho era un lecho de hierro. ¿Acaso no está en Rabá de los hijos de Amón? Su longitud es de nueve codos y su anchura de cuatro codos, según el codo corriente).
12 En aquel tiempo tomamos posesión de esta tierra desde Aroer, que está junto al torrente Arnón, hasta la mitad de la serranía de Galaad y sus ciudades, que entregué a los rubenitas y a los gaditas. 13 Pero el resto de Galaad, y todo el Basán, reino de Og, lo entregué a la media tribu de Manasés: toda la región de Argot con todo el Basán. (Esta fue llamada tierra de gigantes. 14 Jair ben Manasés tomó toda la región de Argob hasta la frontera con los gesuritas y los maaquitas, y apellidó como Havot- Jair los aduares del Basán hasta el día presente). 15 Le di a Maquir el resto de Galaad, 16 y a los rubenitas y gaditas les di desde Galaad hasta el torrente Arnón, con
frontera en la mitad del torrente, hasta el torrente Jaboc, frontera de los hijos de Amón, 17 así como el Arabá y el Jordán como confín, desde el Kineret hasta el mar del Arabá y el mar de la Sal, al pie de las laderas del Pisga, al oriente.
18 En aquel tiempo os ordené diciendo: YHVH, vuestro Elohim, os ha dado esta tierra para poseerla. Todos los valientes pasaréis armados delante de vuestros hermanos, los hijos de Israel. 19 Solamente vuestras mujeres, vuestros pequeños y vuestro ganado (pues sé que tenéis mucho ganado) quedarán en las ciudades que os he dado, 20 hasta que YHVH conceda reposo a vuestros hermanos, así como a vosotros, de modo que también ellos puedan tomar posesión de la tierra que YHVH vuestro Elohim les da al otro lado del Jordán. Entonces cada uno será devuelto a la posesión que os he dado.
21 En aquel tiempo también ordené a Josué, diciendo: Tus ojos han visto todo lo que YHVH vuestro Elohim ha hecho a estos dos reyes. Así hará YHVH a todos los reinos por donde pasarás tú. 22 No estéis atemorizados, porque el mismo YHVH, vuestro Elohim, es quien pelea por vosotros.
23 Entonces supliqué a YHVH, diciendo: 24 ¡Oh Adonai YHVH! Tú has comenzado a mostrar a tu esclavo tu grandeza y tu fuerte mano, porque ¿qué dios hay en los cielos o en la tierra que haga según tus obras y según tus proezas? 25 ¡Déjame pasar, te ruego, para contemplar la buena tierra que está al otro lado del Jordán, esa hermosa serranía, y el Líbano! 26 Pero YHVH se mostró disgustado contra mí por causa de vosotros, y no me escuchó; y me dijo YHVH: ¡Basta, no hablemos otra vez de este asunto! 27 Sube a la cumbre del Pisga y alza tus ojos hacia el mar, al norte, al sur y al oriente, y contémplala con tus ojos, porque no cruzarás este Jordán. 28 Ordena a Josué, fortalécelo y anímalo. Él lo cruzará al frente de este pueblo, y él les hará heredar la tierra que verás. 29 Y permanecimos en el valle, frente a Bet-Peor.
►3.5 todas… TM añade estas. Se sigue LXX →§194.
►3.8 allende el Jordán… Lit. al otro lado del Jordán →1.1 nota, Jos. 12.1; hasta el… TM añade monte. Se sigue LXX
→§194.
►3.11 el codo corriente… Aprox. 45 cm.
►3.14 Havot-Jair… Esto es, aduares de Jair.
►3.17 el Kineret… Esto es, el mar de Galilea.
►3.18-20 →Jos. 1.12-15.
►3.23-27 →Nm. 27.12-14; Dt. 32.48-52.
►3.26 hablemos… LXX registra hables. Se sigue TM.
Deuteronomio 1
La tierra prometida
1 Estas son las palabras que habló Moisés a todo Israel al otro lado del Jordán en el desierto, en el Arabá frente a Suf, entre Parán, Tofel, Labán, Hazerot y Di-Zahab.
2 Hay once jornadas desde Horeb, por el camino del monte Seir, hasta Cades Barnea. 3 Y sucedió en el año cuadragésimo, en el mes undécimo, el primero del mes, que Moisés habló a los hijos de Israel conforme a todo lo que YHVH le había ordenado acerca de ellos, 4 después de derrotar a Sehón, rey amorreo, que habitaba en Hesbón, y de vencer en Edrei a Og rey de Basán, que habitaba en Astarot.
5 Allende el Jordán, en tierra de Moab, Moisés comenzó a declarar esta ley, diciendo: 6 YHVH nuestro Elohim nos habló en Horeb diciendo: Bastante tiempo habéis permanecido en este monte. 7 Volveos y alzad el campamento, y marchad a la serranía del amorreo, y a todos los lugares circunvecinos en el Arabá y en la serranía, en el llano, en el Néguev y en la rivera del mar, tierra del cananeo, y al Líbano, hasta el río: el gran Éufrates. 8 He aquí pongo la tierra delante de vosotros para que entréis y poseáis la tierra que juré a vuestros padres, a Abraham, a Isaac y a Jacob, que la daría a ellos y a su descendencia después de ellos.
Reminiscencias
9 En aquel tiempo os hablé, diciendo: No podré sosteneros yo solo. 10 YHVH vuestro Elohim os ha multiplicado, y he aquí, hoy sois como la multitud de las estrellas de los cielos. 11 YHVH, Elohim de vuestros padres, os aumente mil veces más de lo que sois y os bendiga tal como os ha hablado. 12 Pero, ¿cómo podré soportar yo solo vuestra molestia, y vuestra carga, y vuestra contención?
13 Dadme de vuestra parte varones sabios, entendidos y conocidos de vuestras tribus, a quienes yo ponga por caudillos vuestros. 14 Y me respondisteis: Bueno será que hagamos lo que has dicho. 15 Tomé así de vuestras tribus varones sabios y reconocidos, y los puse por caudillos vuestros, por jefes de miles, jefes de centenas, jefes de cincuentenas y jefes de decenas, y por procuradores de vuestras tribus.
16 Y a esos, vuestros jueces, en aquel tiempo mandé diciendo: Escuchad a vuestros hermanos, y juzgad con equidad entre cada uno y su hermano, o su vecino prosélito.
17 No hagáis favoritismo en el juicio. Escucharéis tanto al pequeño como al grande. No os intimidéis delante de ningún hombre, porque el juicio pertenece a Elohim. La causa que os sea demasiado difícil me la traeréis a mí, y yo la oiré.
18 En aquel tiempo os prescribí todo lo que debíais hacer. 19 Encaminados, pues, desde Horeb, recorrimos todo aquel vasto y terrible desierto que visteis, camino de la serranía del amorreo, tal como YHVH nuestro Elohim nos lo había ordenado, y llegamos a Cades Barnea. 20 Entonces os dije: Habéis llegado a la serranía del amorreo, la cual YHVH nuestro Elohim nos da. 21 He aquí, YHVH tu Elohim ha entregado ante ti esta tierra. Sube y toma posesión, tal como YHVH, Elohim de tus padres te ha hablado. No temas ni te acobardes. 22 Pero todos vosotros os acercasteis a mí, y dijisteis: Enviemos varones delante de nosotros para que exploren la tierra, y nos informen acerca del camino por donde hemos de subir, y de las ciudades en que hemos de entrar.
23 Y me pareció acertado el consejo, por lo cual tomé doce varones de entre vosotros, un varón por cada tribu, 24 los cuales se devolvieron y subieron a la montaña y llegaron hasta el arroyo de Escol, y exploraron el país. 25 Tomaron en sus manos del fruto de la tierra y nos lo trajeron, diciendo: ¡Buena es la tierra que YHVH nuestro Elohim nos da! 26 Pero no quisisteis entrar, antes os rebelasteis contra el mandamiento de YHVH vuestro Elohim, 27 y murmurasteis en vuestras tiendas, y dijisteis: Porque nos aborrece YHVH nos sacó de la tierra de Egipto, para entregarnos en manos del amorreo y destruirnos. 28 ¿Adónde subiremos? Nuestros hermanos nos han hecho desmayar el corazón, diciendo: Este pueblo es más grande y más alto que nosotros, las ciudades son grandes e inexpugnables, amuralladas hasta los cielos, y también hemos visto allí a los hijos de Anac.
29 Entonces os dije: No os amedrentéis ni estéis atemorizados por ellos, 30 porque YHVH vuestro Elohim, que va delante de vosotros, Él peleará por vosotros, así como lo hizo por vosotros en Egipto ante vuestros mismos ojos, 31 y también en el desierto, donde habéis visto cómo YHVH tu Elohim te cargó como el que carga a su propio hijo, y así fuisteis encaminados hasta vuestra llegada a este lugar. 32 Pero ni aun con esto creísteis en YHVH vuestro Elohim, 33 que iba delante de vosotros por el camino, para buscaros lugar donde acampar, con fuego de noche y con nube de día, para mostraros el camino por donde debíais andar.
34 Entonces YHVH oyó la voz de vuestras palabras y, provocado, juró diciendo: 35 Ninguno de los hombres verá la buena tierra que juré a vuestros padres, 36 excepto Caleb ben Jefone, él la verá, y a él y a sus hijos daré la tierra que ha pisado, por haber estado apegado a las cosas de YHVH, 37 (pues también contra mí se había airado YHVH por causa vuestra, y me dijo: Tampoco tú entrarás allá), 38 y Josué ben Nun, que está delante de ti para servirte, él entrará allá. Anímale, porque él hará que Israel la herede. 39 Y cada niño pequeño que hoy no conoce ni bien ni mal, ellos entrarán allá, porque a ellos la daré, y ellos la tomarán en posesión, 40 y vosotros seréis devueltos; emprended la marcha al desierto por el camino del mar Rojo.
41 Entonces respondiéndome, dijisteis: Hemos pecado contra YHVH. Nosotros ciertamente subiremos y pelearemos, tal como YHVH nuestro Elohim nos ha ordenado. Y os ceñisteis cada uno sus armas de guerra, y os aprestasteis para subir temerariamente a la serranía.
42 Pero YHVH me dijo: Diles: No subáis ni peleéis, pues Yo no estoy entre vosotros, no sea que os veáis derrotados ante vuestros enemigos. 43 Y os hablé, pero no escuchasteis, sino que os rebelasteis contra el dicho de YHVH, y persistiendo con altivez, subisteis a la serranía. 44 Y los amorreos que habitaban en aquella serranía salieron a vuestro encuentro y os derrotaron en Seir y, como hacen las abejas, os persiguieron hasta Horma. 45 Y os volvisteis y llorasteis delante de YHVH, pero YHVH no escuchó vuestra voz, ni os prestó oído. 46 Así permanecisteis en Cades muchos días, según el número de los días que habitasteis allí.
►1.1 al otro lado del Jordán… Heb. ´ever hayarden. No hay razón para dudar de Moisés como autor inspirado del Deuteronomio. Sin embargo el libro mismo sugiere que se finalizó después de su muerte. La evidencia para esta afirmación es el registro de 34.1-12, el cual es consustancial con el problema tratado aquí (1.1-5). Esto no ha de interpretarse como una adición editorial menor sino más bien como un marco interpretativo para el libro completo. Deuteronomio presenta las instrucciones mosaicas a una audiencia que trascendió a su muerte, y sugieren que el libro alcanzó su forma final, realizada por su autor deuteronómico (prob. Josué); Arabá… Esto es, llanura; Di-Zahab… Aunque la localización de Tofel, Labán y Di-Zahab es desconocida, el significado de estos nombres prob. esté relacionado con ciertos actos de desobediencia de Israel durante su peregrinación en el desierto. Esto es: Tofel deriva de la raíz nafal, que significa caer. Labán = blanco, en una posible alusión al maná. Di-Zahab = que es de oro, en una posible alusión al becerro de oro →Ex. 32.4. ►1.4 amorreo… →Nm. 21.21-30; Basán… →Nm. 21.31-35. ►1.5 Jordán… Lit. al otro lado del Jordán. Esta frase se registra 33 veces, principalmente en el libro de Josué; ley… Heb. torah. Generalmente se traduce ley, pero su verdadero significado es instrucción, enseñanza, de la raíz yarah = dirigir, enseñar →Sal. 86.11.
►1.7 el gran… TM añade río. Se sigue LXX →§194.
►1.8 juré… TM YHVH juró. Se sigue LXX →§194; §271. ►1.15 tomé… TM añade las cabezas. Se sigue LXX →§194. ►1.17 favoritismo… Lit. no reconoceréis rostros.
►1.25 trajeron… TM añade el informe. Se sigue LXX →§194.
►1.26 os rebelasteis… →Dt. 9.23; He. 3.16.
►1.28 Anac… Heb. ‘anaq = collar →Jue. 8.26. Los anaquitas eran considerados como personas de excepcional altura o de
cuello largo. Siguiendo a la LXX algunas versiones traducen gigantes.
►1.31 en el desierto… →Hch. 13.18.
►1.32 ni aun con esto… →He. 3.19.
►1.34-35 →He. 3.18.
►1.35 hombres… juré… TM añade de esta perversa generación… dar. Se sigue LXX →§194.
►1.39 pequeño… TM añade a quienes dijisteis que serían cautivos. Se sigue LXX →§194.
►1.40 al… TM añade hacia. Se sigue LXX →§194; mar Rojo… Heb. mar de Juncos.
Deuteronomio 2-3
Conflictos en el desierto
1 Después nos volvimos y partimos hacia el desierto por el camino del mar Rojo, como YHVH me había ordenado, y por muchos días dimos vuelta a la serranía de Seir. 2 Entonces me habló YHVH: 3 Bastantes vueltas habéis dado ya alrededor de esta serranía. 4 Volveos al norte, y ordena al pueblo diciendo: Vais a pasar por el territorio de vuestros hermanos, los hijos de Esaú, que habitan en Seir. Ellos serán atemorizados y os reverenciarán, 5 pero no los provoquéis, porque de su tierra no os daré ni la huella de un pie, porque a Esaú he dado por heredad la serranía de Seir. 6 Obtendréis el alimento de parte de ellos por plata, y comeréis, y también por plata negociaréis con ellos el agua, y beberéis. 7 Porque YHVH tu Elohim te ha bendecido en toda obra de tu mano, ha conocido tu peregrinar a través de este vasto desierto, y hace ya cuarenta años que YHVH tu Elohim está contigo y nada has necesitado.
8 Así, pasamos de largo a nuestros hermanos, los hijos de Esaú, moradores en Seir, por el camino del Arabá, desde Elat y Ezión-Guever, y nos volvimos y pasamos adelante, camino del desierto de Moab. 9 YHVH me dijo entonces: No hostilicéis a los moabitas, ni contendáis con ellos en guerra, porque no te daré nada de su tierra por posesión, pues he dado Ar a los hijos de Lot por posesión suya. 10 (Allí habitaron antes los emineos, pueblo grande y numeroso, altos como los anaceos, 11 ellos también, como los anaceos, eran considerados refaítas, aunque los moabitas los llamaban emineos; 12 también a los horeos se los hizo habitar antes en Seir, a los cuales los hijos de Esaú desposeyeron y destruyeron delante de ellos y se establecieron en su lugar, tal como Israel hizo en la tierra que YHVH les dio por posesión). 13 Ahora, pues, levantaos y pasad el torrente de Zered. Y, en efecto, pasamos el torrente de Zered. 14 El tiempo que anduvimos desde Cades Barnea hasta que pasamos el torrente de Zered fueron treinta y ocho años, hasta que toda la generación de los hombres de guerra se extinguió en medio del campamento, tal como les había jurado YHVH. 15 También la mano de YHVH se dejó sentir en ellos para dispersarlos de en medio del campamento hasta su extinción.
16 Y sucedió que cuando todos los hombres de guerra de entre el pueblo habían perecido, 17 YHVH me habló, diciendo: 18 Hoy pasarás por Ar la frontera de Moab, 19 y te aproximarás a los límites de los hijos de Amón. No los hostigues ni los provoques, porque no te daré posesión de la tierra de los hijos de Amón, pues la he dado a los hijos de Lot por heredad. 20 (Era también conocida como tierra de los refaítas, pues antiguamente habitaron en ella los refaítas, a los que los amonitas llamaban zamzumitas, 21 pueblo grande y numeroso, alto como los anaceos, que YHVH destruyó delante de ellos, quienes los desposeyeron y se los hizo habitar en su lugar, 22 tal como hizo con los hijos de Esaú, que habitan en Seir, cuando destruyó a los horeos delante de ellos, y ellos los desposeyeron y se los hizo habitar en su lugar hasta este día, 23 y los caftoreos, salidos de Caftor, destruyeron a los aveos que moraban en aldeas hasta Gaza, y se los hizo habitar en su lugar).
24 ¡Disponeos, partid y pasad el torrente Arnón! He aquí he entregado en tu mano a Sehón, rey de Hesbón, al amorreo y a su tierra. ¡Comienza a conquistar, y entra en batalla contra él! 25 Hoy mismo comienzo a infundir respecto a ti, espanto y temor entre los pueblos que existen bajo los cielos, los cuales, cuando tengan noticia de ti, serán debilitados y desfallecerán ante tu presencia. 26 Entonces envié embajadores desde el desierto de Cademot a Sehón, rey de Hesbón, con palabras de paz, diciendo: 27 Déjame pasar por tu tierra. Marcharé por el camino sin desviarme ni a derecha ni izquierda. 28 Por plata me venderás alimento y comeré, y por plata me darás agua y beberé. Solamente déjame pasar, 29 como han hecho conmigo los hijos de Esaú, que habitan en Seir, y los moabitas que habitan en Ar, hasta que cruce el Jordán a la tierra que YHVH nuestro Elohim nos da.
30 Pero Sehón, rey de Hesbón, no consintió en dejarnos pasar por allí, porque YHVH tu Elohim había endurecido su espíritu e hizo obstinado su corazón, para que fuera entregado en tu mano, como se ve en este día. 31 Y me dijo YHVH: He aquí Yo entrego delante de ti a Sehón y su tierra. Comienza, pues, a conquistar su tierra. 32 Y nos salió Sehón al encuentro, él y todo su pueblo, para combatir en Jahaza, 33 y YHVH nuestro Elohim lo entregó delante de nosotros y lo derrotamos, así como a sus hijos y a todo su pueblo.
34 En aquel tiempo capturamos todas sus ciudades y las consagramos al exterminio: hombres, mujeres y niños. No dejamos ningún sobreviviente. 35 Solo llevamos el ganado cautivo y el botín de las ciudades. 36 Desde Aroer, a la orilla del torrente Arnón y la ciudad que está en el valle, hasta Galaad, no hubo ciudad que fuese inaccesible. Todo lo entregó YHVH nuestro Elohim delante de nosotros. 37 Solamente no te acercaste a la tierra de los hijos de Amón, a ninguna parte del torrente Jaboc ni a las ciudades de la montaña, como YHVH nuestro Elohim había ordenado.
►2.1 Seir… Esto es, la tierra de Edom →Nm. 21.4.
►2.2 YHVH… TM añade diciendo. Se sigue LXX →§194.
►2.4 al… TM añade hacia. Se sigue LXX →§194; Esaú… →Gn.
36.8.
►2.9 Moabitas… →Gn. 19.37.
►2.10-11 Se sigue LXX.
►2.11 refaítas… Heb. refa’im, puede referirse a sombras o espíritus de los muertos →Is. 26.14, Sal. 88.11; Pr. 21.16, a una nación de Canaán o a individuos de excepcional estatura. ►2.13 Se inserta en efecto para suplir elipsis del original. ►2.14 había jurado… →Nm. 14.28-35.
►2.19 Amón… →Gn. 19.38.
►2.21 ellos… Esto es, los amonitas.
►2.25 bajo… TM añade todos. Se sigue LXX →§194.
►2.27 marcharé… TM repite el camino. Se sigue LXX →§194. ►2.31 conquistar… TM añade para heredar. Se sigue LXX →§194.
►2.35 llevamos… TM añade para nosotros… que habíamos capturado. Se sigue LXX →§194.
►2.37 montaña… TM añade todo. Se sigue LXX →§194.
3
Conflictos en el desierto (continuación)
1 Una vez devueltos, subimos camino del Basán, y nos salió al encuentro Og, rey de Basán, con todo su pueblo para combatir en Edrei. 2 Entonces YHVH me dijo: No le tengas temor, porque lo he entregado en tu mano, junto con todo su pueblo y su tierra. Harás con él como hiciste con Sehón, el rey amorreo que habitaba en Hesbón.
3 Y YHVH nuestro Elohim entregó también en nuestra mano a Og, rey de Basán, con todo su pueblo, al cual derrotamos hasta no dejarle sobreviviente.
4 En aquel tiempo conquistamos todas sus ciudades. No hubo poblado que no les tomáramos. Fueron sesenta ciudades, toda la región de Argob del reino de Og en Basán. 5 Todas eran ciudades fortificadas: alta muralla, puertas y barras, sin contar otras muchas ciudades sin muro. 6 Y las consagramos al exterminio, tal como hicimos con Sehón, rey de Hesbón, exterminando en toda ciudad a hombres, mujeres y niños, 7 aunque tomamos por botín todos los animales y el despojo de las ciudades. 8 En aquel tiempo, de mano de los dos reyes del amorreo allende el Jordán, tomamos la tierra desde el torrente Arnón hasta el Hermón 9 (al Hermón los sidonios lo llaman Sirión, y los amorreos Senir), 10 todas las ciudades de la meseta, todo Galaad y todo Basán hasta Salca y Edrei, que son ciudades del reino de Og, en Basán. 11 Porque solo Og, rey de Basán, fue dejado de los refaítas. (He aquí, su lecho era un lecho de hierro. ¿Acaso no está en Rabá de los hijos de Amón? Su longitud es de nueve codos y su anchura de cuatro codos, según el codo corriente).
12 En aquel tiempo tomamos posesión de esta tierra desde Aroer, que está junto al torrente Arnón, hasta la mitad de la serranía de Galaad y sus ciudades, que entregué a los rubenitas y a los gaditas. 13 Pero el resto de Galaad, y todo el Basán, reino de Og, lo entregué a la media tribu de Manasés: toda la región de Argot con todo el Basán. (Esta fue llamada tierra de gigantes. 14 Jair ben Manasés tomó toda la región de Argob hasta la frontera con los gesuritas y los maaquitas, y apellidó como Havot- Jair los aduares del Basán hasta el día presente). 15 Le di a Maquir el resto de Galaad, 16 y a los rubenitas y gaditas les di desde Galaad hasta el torrente Arnón, con
frontera en la mitad del torrente, hasta el torrente Jaboc, frontera de los hijos de Amón, 17 así como el Arabá y el Jordán como confín, desde el Kineret hasta el mar del Arabá y el mar de la Sal, al pie de las laderas del Pisga, al oriente.
18 En aquel tiempo os ordené diciendo: YHVH, vuestro Elohim, os ha dado esta tierra para poseerla. Todos los valientes pasaréis armados delante de vuestros hermanos, los hijos de Israel. 19 Solamente vuestras mujeres, vuestros pequeños y vuestro ganado (pues sé que tenéis mucho ganado) quedarán en las ciudades que os he dado, 20 hasta que YHVH conceda reposo a vuestros hermanos, así como a vosotros, de modo que también ellos puedan tomar posesión de la tierra que YHVH vuestro Elohim les da al otro lado del Jordán. Entonces cada uno será devuelto a la posesión que os he dado.
21 En aquel tiempo también ordené a Josué, diciendo: Tus ojos han visto todo lo que YHVH vuestro Elohim ha hecho a estos dos reyes. Así hará YHVH a todos los reinos por donde pasarás tú. 22 No estéis atemorizados, porque el mismo YHVH, vuestro Elohim, es quien pelea por vosotros.
23 Entonces supliqué a YHVH, diciendo: 24 ¡Oh Adonai YHVH! Tú has comenzado a mostrar a tu esclavo tu grandeza y tu fuerte mano, porque ¿qué dios hay en los cielos o en la tierra que haga según tus obras y según tus proezas? 25 ¡Déjame pasar, te ruego, para contemplar la buena tierra que está al otro lado del Jordán, esa hermosa serranía, y el Líbano! 26 Pero YHVH se mostró disgustado contra mí por causa de vosotros, y no me escuchó; y me dijo YHVH: ¡Basta, no hablemos otra vez de este asunto! 27 Sube a la cumbre del Pisga y alza tus ojos hacia el mar, al norte, al sur y al oriente, y contémplala con tus ojos, porque no cruzarás este Jordán. 28 Ordena a Josué, fortalécelo y anímalo. Él lo cruzará al frente de este pueblo, y él les hará heredar la tierra que verás. 29 Y permanecimos en el valle, frente a Bet-Peor.
►3.5 todas… TM añade estas. Se sigue LXX →§194.
►3.8 allende el Jordán… Lit. al otro lado del Jordán →1.1 nota, Jos. 12.1; hasta el… TM añade monte. Se sigue LXX
→§194.
►3.11 el codo corriente… Aprox. 45 cm.
►3.14 Havot-Jair… Esto es, aduares de Jair.
►3.17 el Kineret… Esto es, el mar de Galilea.
►3.18-20 →Jos. 1.12-15.
►3.23-27 →Nm. 27.12-14; Dt. 32.48-52.
►3.26 hablemos… LXX registra hables. Se sigue TM.
Proverbios 4-5
Beneficios de la sabiduría
1 Oíd, hijos, la instrucción de un padre,
Y estad atentos para adquirir entendimiento,
2 Porque os doy buena doctrina;
No abandonéis mis enseñanzas,
3 Porque yo fui un hijo obediente a mi padre,
Y amado delante de mi madre,
4 Que decían y me enseñaban:
Retenga tu corazón nuestras palabras,
Guarda mis mandamientos, y vivirás.
5 Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia,
No te olvides ni te apartes de los dichos de mi boca,
6 No la abandones, y ella te guardará,
Ámala, y te preservará. [[7]]
8 Engrandécela, y ella te engrandecerá,
Cuando tú la hayas abrazado, ella te honrará.
9 Dará a tu cabeza una guirnalda de gracia,
Y te entregará una corona de gloria.
10 Oye, hijo mío, y recibe mis razones,
Y se te multiplicarán años de vida.
11 Te he encaminado por el camino de la sabiduría,
Y te he hecho andar por sendas de rectitud.
12 En tu caminar no se estrecharán tus pasos,
Y si corres, no tropezarás.
13 Aférrate a la corrección, no la abandones,
Guárdala, porque ella es tu vida.
14 No entres por el camino de los impíos,
Ni vayas por la senda de los malos.
15 Esquívalo, no pases por él,
Desvíate de él, pasa de largo.
16 Porque ellos no duermen si no hacen daño,
Y se les quita el sueño si no hacen caer a alguien.
17 Porque comen pan de iniquidad,
Y beben vino de violencia.
18 Pero la senda de los justos es como la luz de la aurora,
Que va en aumento hasta que el día es perfecto.
19 El camino de los impíos es como la oscuridad:
No saben en qué tropiezan.
20 Hijo mío, considera mis palabras,
Inclina tu oído a mis razones,
21 No se aparten de tus ojos,
Guárdalas en medio de tu corazón.
22 Pues son vida a los que las hallan,
Y sanidad a toda su carne.
23 Con toda diligencia vigila tu corazón,
Porque de él mana la vida.
24 Aparta de ti la falsedad de boca,
Y aleja de ti la perversión de labios.
25 Tus ojos miren de frente,
Y ábranse tus párpados hacia lo que está delante.
26 Examina la senda de tus pies,
Y sean rectos todos tus caminos.
27 No te desvíes a diestra ni a siniestra,
Aparta tu pie del mal.
►4.2 enseñanzas… Heb. torah →Sal 1.2 nota.
►4.3 Se sigue LXX.
►4.6 no la abandones… Esto es, a la sabiduría.
►4.7 TM añade versículo: Sabiduría, ante todo adquiere sabiduría, y sobre toda posesión tuya adquiere inteligencia. Se sigue LXX →§194; §233.
5
Contra la impureza
1 Hijo mío, atiende a mi sabiduría,
E inclina tu oído a mi inteligencia,
2 Para que guardes discreción,
Y tus labios conserven ciencia:
3 Los labios de la mujer ajena destilan miel,
Y su paladar es más suave que el aceite,
4 Pero su propósito es amargo como el ajen
jo,
Y agudo como espada de doble filo.
5 Sus pies descienden a la Muerte,
Sus pasos se precipitan al Seol.
6 No considera el camino de la vida,
Sus sendas son inestables, pero no lo sabe.
7 Ahora, pues, hijos, oídme,
No os apartéis de los dichos de mi boca:
8 Aleja de ella tu camino,
No te acerques a la puerta de su casa,
9 No sea que des a otros tu vigor,
Y tus años al cruel.
10 No sea que los extraños se llenen de tu fuerza,
Y tu esfuerzo se quede en casa ajena.
11 Gemirás cuando te llegue el desenlace,
Y se consuma la carne de tu cuerpo.
12 Entonces dirás: ¿Por qué aborrecí la corrección,
Y mi corazón menospreció la reprimenda?
13 ¿Por qué no hice caso a mis maestros,
Ni presté oído a mis enseñadores?
14 Casi en el colmo de todo mal he estado,
En medio de la asamblea reunida.
15 ¡Bebe el agua de tu propia cisterna,
Y los raudales de tu propio pozo!
16 ¿Se habrán de derramar tus fuentes por las calles,
Y tus corrientes de aguas por las plazas?
17 ¡Sean solamente tuyos,
Y no de extraños contigo!
18 ¡Sea bendito tu manantial,
Y alégrate con la mujer de tu juventud!
19 Como hermosa cierva o graciosa gacela,
Sus pechos te satisfagan en todo tiempo,
Y embriágate siempre con su amor.
20 ¿Por qué, hijo mío, has de enceguecerte por la ajena,
Y abrazar el seno de la que no te pertenece?
21 Porque los caminos del hombre están ante los ojos de YHVH,
Y Él observa todas sus sendas.
22 En su propia iniquidad quedará atrapado el inicuo,
Amarrado con la soga de su pecado.
23 Morirá sin corrección,
Extraviado en la inmensidad de su locura.
Proverbios 6-7
Contra la pereza y la falsedad
1 Hijo mío, si sales fiador por tu vecino,
Darás tu mano a un enemigo,
2 Si te has enredado con tus palabras,
Y has quedado atrapado con los dichos de tu boca,
3 Haz esto ahora hijo mío, y líbrate,
Ya que has caído en la mano de tu prójimo:
Ve, humíllate, e importuna a tu prójimo.
4 No concedas sueño a tus ojos,
Ni adormecimiento a tus párpados.
5 Líbrate como gacela del cazador,
O como pájaro de la trampa.
6 Observa a la hormiga, oh perezoso,
Mira sus caminos, y sé sabio,
7 La cual no teniendo capitán,
Ni gobernador, ni soberano,
8 Prepara en el verano su comida,
Y en el tiempo de la siega guarda su sustento.
9 ¿Hasta cuándo dormirás, oh perezoso?
¿Cuándo te levantarás de tu sueño?
10 Un rato duermes, otro dormitas,
Un rato cruzas los brazos y descansas,
11 Y te llega la miseria del vagabundo,
Y la indigencia del mendigo.
12 Hombre de Belial es el hombre inicuo,
Que camina torciendo la boca,
13 Guiñando un ojo, meneando los pies,
Señalando con el dedo.
14 En su corazón hay perversidades,
Maquina maldades, y constantemente enciende rencillas.
15 Por tanto su calamidad vendrá de repente,
Súbitamente será quebrantado, y no habrá remedio.
16 Seis cosas aborrece YHVH,
Y aun siete abomina su alma:
17 Ojos altivos, lengua mentirosa,
Manos que derraman sangre inocente,
18 Corazón que maquina planes perversos,
Pies presurosos para correr al mal,
19 Testigo falso que habla mentiras,
Y el que enciende rencillas entre sus hermanos.
20 Hijo mío, guarda el mandamiento de tu padre,
Y no abandones la enseñanza de tu madre.
21 Átalos siempre a tu corazón,
Enlázalos en torno a tu cuello.
22 Cuando camines, te guiarán,
Cuando descanses, te guardarán,
Y al despertar hablarán contigo.
23 Porque el mandamiento es lámpara
Y la enseñanza luz,
Y camino de vida la reprensión que corrige.
24 Te guardarán de la mala mujer,
De la blandura de la lengua de la mujer ajena.
25 No codicies en tu corazón su hermosura,
Ni te dejes prender por su mirada,
26 Porque si la ramera va en busca de un trozo de pan,
La adúltera va a la caza de una vida preciosa.
27 ¿Tomará el hombre fuego en su seno,
Sin que sus vestidos ardan?
28 ¿Andará el hombre sobre las brasas,
Sin que sus pies se quemen?
29 Así será con el que se llega a la mujer de su prójimo,
Ninguno que la toque quedará impune.
30 ¿No se infama el ladrón cuando hurta,
Aun para llenar su estómago cuando pasa hambre,
31 Y si es sorprendido, tiene que pagar siete veces,
Y entregar todo el haber de su casa?
32 Pues el adúltero es hombre sin corazón,
Destructor de sí mismo es el que tal hace.
33 Hallará una llaga vergonzosa,
Y su infamia nunca será borrada.
34 Porque los celos son la ira del hombre,
En el día de la venganza no perdonará,
35 Ni considerará rescate alguno;
No querrá perdonar aunque aumentes el soborno.
►6.1 darás tu mano… Lit. batiendo palmas.
►6.25 su mirada… Lit. sus párpados.
►6.33 llaga… Esto es, la lepra, como muestra externa del pecado →Is 53.8 nota.
7
Artimañas de la ramera
1 Hijo mío, guarda mis dichos,
Y atesora mis mandamientos dentro de ti.
2 ¡Guarda mis mandamientos, y vive!
¡Sí! ¡Guarda mi enseñanza como la niña de tus ojos!
3 ¡Átalos a tus dedos,
Escríbelos en la tabla de tu corazón!
4 Di a la Sabiduría:
Tú eres mi hermana,
Y llama a la Inteligencia tu mejor amiga,
5 Para que te guarden de la mujer ajena,
De la desconocida de palabras seductoras.
6 Pues cuando desde la ventana de mi casa atisbaba por la celosía,
7 Vi entre los simples, noté entre los mancebos,
A un joven sin entendimiento,
8 Pasando por la calle, junto a su esquina,
Caminando en dirección a su casa,
9 Al crepúsculo, cuando ya oscurecía,
En lo profundo de la noche y de la tiniebla,
10 La mujer sale a su encuentro,
Taimada de corazón, ataviada de ramera,
11 Bullanguera y desenfrenada,
Con pies que no saben estarse en casa,
12 Unas veces en la calle, otras en la plaza,
Acecha en todas las esquinas.
13 Se traba de él y lo besa,
Y con rostro impúdico le dice:
14 Prometí sacrificios de paz,
Y hoy he cumplido mis votos,
15 Por lo cual salí a tu encuentro,
Ansiosa de verte, y te he hallado.
16 He tendido mi cama con hermosos cobertores,
Recamados con cordoncillo de Egipto.
17 He perfumado mi lecho
Con mirra, áloes, y canela.
18 Ven, deleitémonos con caricias hasta el alba,
Embriaguémonos de amores,
19 Porque mi marido no está en casa.
Ha emprendido un largo viaje,
20 Ha tomado la bolsa del dinero,
Y hasta el plenilunio no regresa.
21 Lo atrae con la mucha suavidad de sus palabras,
Lo seduce con sus labios lison
jeros.
22 Prontamente él va en pos de ella,
Como buey llevado al matadero,
Como ciervo que se enredó en el lazo,
23 Como ave que se arroja contra la red,
Sin saber que en ello le va la vida,
Hasta que la flecha le traspasa el hígado.
24 Ahora pues, hijos, oídme,
Prestad atención a los dichos de mi boca:
25 No se desvíe tras sus caminos tu corazón,
26 Porque ella ha dejado un montón de heridos,
Y aun los más fuertes han sido muertos por ella.
27 Su casa es un camino al Seol,
Que desciende a las cámaras de la Muerte.
►7.20 plenilunio… LXX: muchos días.
►7.25 corazón… TM añade ni te extravíes en sus sendas. Se sigue LXX →§194.
Ecleciastes 12
Preludio de la muerte
1 Acuérdate de tus Creadores, de Alef-Tav, en los días de tu juventud,
Antes que vengan los días malos,
Y se acerquen los años en que digas:
No tengo en ellos contentamiento.
2 Antes que se oscurezcan el sol y la luz, y la luna y las estrellas,
Y las nubes vuelvan tras la lluvia.
3 El día en que tiemblen los guardianes de la casa,
Y se encorven los hombres fuertes,
Y cesen las que muelen, porque han disminuido,
Y se enturbien las que miran por las celosías.
4 Cuando se cierren las puertas de la calle,
Por ser débil el sonido del molino,
Y uno se despierte con el gorjeo del pajarillo,
Y enmudezcan todas las hijas del canto.
5 Cuando también se tema a lo que es alto,
Y a los terrores del camino,
Y florezca el almendro,
Y se arrastre la langosta,
Y el alcaparrón no haga su efecto,
Porque el hombre marcha hacia su morada eterna,
Mientras los que endechan rondan por las calles.
6 Antes que se rompa el cordón de plata y se aplaste el cuenco de oro,
Y el cántaro se quiebre junto a la fuente,
Y la rueda, hecha pedazos, caiga en el pozo,
7 Y el polvo vuelva a la tierra, de donde procede,
Y el espíritu retorne a Ha-Elohim, que lo dio.
8 Vanidad de vanidades, dice Qohélet.
¡Todo es vanidad!
Exhortación final
9 Cuanto más sabio fue Qohélet, tanto más impartió al pueblo su conocimiento. Y
sopesó, y escudriñó y compuso muchos proverbios. 10 Qohélet procuró hallar
palabras aceptables y escritura recta, palabras de verdad. 11 Las palabras de los
sabios son como espinos y como estacas clavadas por los amos de los rebaños
dados a un pastor.
12 Hijo mío, ten en cuenta que el hacer muchos libros no tiene fin,y el mucho estudio es fatiga de la carne.
13 El fin de todo discurso oído, es:
Teme a Ha-Elohim, y guarda sus mandamientos, pues esto es el todo del hombre.
14 Porque Ha-Elohim traerá toda obra a juicio, con toda cosa oculta, sea buena o sea mala.
►12.1 tus Creadores, Alef-Tav… No ha de entenderse et como nota acusativi ni barah como singular mayestático. Aquí (como Gn 1.1) se explica la única esencia y plural existencia de Elohim →§1; §170 (n.° 3).
►12.2 oscurezcan… Esto es, el final de la vida.
►12.3 los guardianes… Esto es, el sistema óseo; los hombres fuertes… Esto es, las piernas; las que muelen… Esto es, las muelas; enturbien… Esto es, la opacidad del cristalino o la acción de las cataratas; las celosías… Heb. arubóth = ventanas pequeñas. Es decir, los párpados.
►12.4 las puertas… Prob. los oídos o las aberturas inferiores del cuerpo; débil… molino… Prob. dificultad de la digestión; se despierte… Prob. la fragilidad del sueño; las hijas del canto… Prob. las cuerdas vocales.
►12.5 se tema… terrores… Prob. referencia a la falta de confianza que acarrea la vejez; florezca el almendro… Prob. se refiera a las canas; y se arrastre… Prob. el arrastrar de los pies; el alcaparrón… Fruto para estimular la sexualidad; los que endechan… Profesionales del lamento fúnebre que deambulaban por las calles aguardando que alguien muriera.
►12.6 el cordón de plata… Prob. el hilo de la vida; el cuenco de oro… Prob. el cráneo; la rueda… Prob. el cuerpo como un todo. La rueda de la vida (la energía vital) que cae en el sepulcro.
►12.7 el polvo… Es decir, el hombre → Gn 3.19.
►12.12 libros… Lit. rollos.
Ezequiel 4-5.
Acciones simbólicas
1 Y tú, hijo de hombre, tómate una tablilla, póntela delante, y graba en ella la ciudad de Jerusalén. 2 Y pon contra ella sitio, y edifica contra ella torres de asedio, levanta terraplenes contra ella, pon tropas contra ella, y arietes a su alrededor.
3 Tómate también una sartén de hierro y ponla como vallado de hierro entre ti y la ciudad; dirige contra ella tu rostro: quedará sitiada y le apretarás el cerco. Es una señal para la casa de Israel. 4 Y acuéstate tú mismo del lado izquierdo, y Yo echaré
encima tuyo la maldad de la casa de Israel, y los días que estés así acostado cargarás con su iniquidad. 5 Yo te señalo en días los años de su iniquidad: trescientos noventa días, para que cargues con la iniquidad de la casa de Israel. 6 Cumplidos estos, te acostarás del lado derecho y cargarás con la iniquidad de la casa de Judá cuarenta días: un día por cada año te señalo. 7 Y dirigirás tu rostro hacia el asedio de Jerusalén, y con tu brazo descubierto profetizarás contra ella. 8 Mira, te amarro con
sogas para que no te vuelvas de lado, hasta que hayas cumplido los días de tu apretura.
9 Recógete, pues, trigo y cebada, habas y lentejas, maíz y avena, y échalo todo en una vasija y con ellos hazte de comer. Eso comerás trescientos noventa días, todos los días que estés echado de ese lado. 10 Comerás tu alimento por peso: una ración diaria de veinte siclos; a una hora fija la comerás. 11 Beberás el agua medida: la sexta parte de una cantarilla; a una hora fija la beberás.
12 Comerás también una hogaza de cebada, que cocerás delante de ellos sobre excremento humano. 13 Y dijo YHVH: Así comerán los hijos de Israel su pan inmundo entre las naciones. 14 Y dije: ¡Ay, Adonai YHVH! he aquí mi alma no ha sido
contaminada; desde mi juventud hasta ahora no he comido cosa mortecina ni despedazada por las fieras, ni ha entrado en mi boca carne de desecho.
15 Me respondió: He aquí te concedo que prepares tu pan, no sobre excremento humano sino sobre boñigas. 16 Y me dijo: Hijo de hombre, he aquí rompo el báculo del pan en Jerusalén: comerán el pan por peso y con angustia; beberán el agua por
medida y con espanto, 17 para que al faltarles el pan y el agua, se miren unos a otros con espanto, y se consuman por su culpa.
►4.13 naciones… TM añade adonde Yo los arrojaré. Se sigue LXX →§194.
5
Los tres tercios
1 Y tú, oh hijo de hombre, tómate una cuchilla afilada, agarra una navaja barbera y pásatela por la cabeza y la barba. Después agarra una balanza y haz porciones. 2 Un tercio lo quemarás a fuego en medio de la ciudad cuando termine el asedio, un tercio
lo sacudirás con la espada en torno a la ciudad, y un tercio lo esparcirás al viento, porque desenvainaré la espada tras ellos. 3 De allí recogerás unos cuantos y los atarás en el vuelo de tu manto. 4 Y tomarás otra vez de ellos, y los echarás en medio
del fuego, y en el fuego los quemarás. De allí saldrá un fuego que envolverá toda la casa de Israel.
5 Así dice Adonai YHVH: ¡Esta es Jerusalén! La puse en el centro de los pueblos, rodeada de naciones, 6 pero se rebeló contra mis leyes y mis mandatos pecando más que otros pueblos; contra mis estatutos, más que las naciones vecinas, porque
rechazaron mis mandatos y no siguieron mis leyes.
7 Por eso, así dice Adonai YHVH: Porque fuisteis más rebeldes que los pueblos vecinos, y no seguisteis mis leyes ni cumplisteis mis mandatos, ni obrasteis como es costumbre de las naciones vecinas. 8 Por eso dice Adonai YHVH: ¡Heme aquí en contra tuya! Te juzgaré a vista de las naciones, 9 y a causa de todas tus abominaciones, haré contigo lo que nunca hice, ni volveré a hacer cosa semejante. 10 Porque en medio de ti, los padres se comerán a sus hijos y los hijos se comerán a sus padres. Haré actos de justicia contra ti, y esparciré tu remanente a todos los vientos. 11 Por eso, ¡vivo Yo! dice Adonai YHVH, que por haber profanado mi santuario con tus ídolos y tus abominaciones, Yo también te quebrantaré. Mi ojo no perdonará ni tendré de ti misericordia.
12 Un tercio de los tuyos morirá de peste, el hambre los consumirá dentro de ti; un tercio caerá a espada alrededor tuyo, y un tercio esparciré a todos los vientos, y los perseguiré con la espada desnuda.
13 Así se desahogará mi ira sobre ellos y saciaré mi indignación, y quedaré satisfecho. Y cuando haya agotado mi ira sobre ellos, sabrán que Yo, YHVH, he hablado en mi celo.
14 Te convertiré en una ruina entre las naciones que te rodean, a vista de todo transeúnte. 15 Llegarás a ser escarnio y afrenta, escarmiento y espanto para los pueblos vecinos, cuando Yo ejecute en ti juicios y castigos despiadados, Yo, YHVH, lo
he dicho. 16 Cuando Yo dispare contra ellos las flechas del hambre, y serán consumidos y quebraré la fuerza de vuestro pan. 17 Enviaré contra vosotros el hambre y las bestias feroces, que te dejarán sin hijos. Pasarán sobre ti la peste y la matanza, y enviaré contra ti la espada. Yo, YHVH, he hablado.
►5.8 Heme aquí… TM añade a mí también. Se sigue LXX→§194.
►5.13 satisfecho… Lit. consolado.
►5.14 en una ruina… TM añade y en oprobio.
►5.15 juicios… TM añade en ira y furor. Se sigue LXX →§194.
►5.16 flechas… TM añade fatídicas. Se sigue LXX →§194.