Porción 138

Texto áureo: Deuteronomio 28
Lecturas para adultos en la semana

Día 1 Deuteronomio 28

Día 2 Job 29-30

Día 3 Job 31-32

Día 4 Salmo 4

Día 5 Salmo 10

Día 6 Hechos 7

I- Cumple con Dios desinteresadamente.

Es bueno dejar claro, como todo cristiano debe intuir, que hacer lo correcto para recibir una recompensa o porque se le teme al castigo, es un nivel muy bajo de hacer los mandamientos. ¿Por qué decimos «nivel bajo» y no que se desecha completamente?, porque cuando alguien está aprendiendo no necesariamente lo entiende todo y pudiera estar haciendo las cosas en ese nivel. Para ellos ese nivel no es bajo, es más bien el más alto en que se pueden encontrar en ese momento, pero quienes les instruyen deberan estar claros y enfocados que en algún momento sus discipulos deberán dejar atrás esa perspectiva.

Por ejemplo, los hijos deben ser educados para hacer lo correcto, aunque ellos no entiendan completamente todo o inclusive no lo hagan de corazón. La vida está llena de ejemplos como este. Cuántos músicos hoy, que aman la música y no pueden vivir sin ella, cuentan de cómo sus padres le obligaron muchas veces en contra de su voluntad para que se educaran en esta área y hoy lo agradecen.

Claro está, no quiere decir esto que hablamos de una obligatoriedad sin la dosis de amor y comprensión necesaria, porque esto así también creará traumas de rechazos. Ahora, volviendo al inicio, se debe aspirar a cumplir la voluntad de Dios porque es la verdad y porque es lo correcto, de manera indispensable con todo el corazón y no por un beneficio personal.

Si una vez que ha pasado el tiempo la única motivación es la recompensa o el castigo, se debe entender que esto no es servir a Dios, sino a nosotros mismos. La motivación principal debe emanar de la relación con Dios; de lo contrario se está haciendo una forma de idolatría donde el individuo es su propio ídolo.

Además, es bien sabido que es posible cumplir todos los mandamientos de Dios y seguir siendo malvado. Y eso debemos enseñarlo también, porque quizás el acomodo de alguien a cumplir de forma superficial con los mandamientos le puede ser tropiezo.

Todo el que tiene las intenciones correctas a la luz de la voluntad de Dios, hace las cosas infinitamente buenas que Él ha diseñado.

II- Enfocando las pasiones.

Aquí hay un texto de 53 versículos que describen las horribles cosas que le ocurrirán al pueblo de Dios si actúa mal. Pueden caer sobre ellos castigos como la confusión, ansiedad, oscurantismo, hambruna y otros males peores. La causa es sencilla: «Por cuanto no serviste al Señor tu Dios con alegría» (Dt 28:47).

Ajustándonos a lo que el texto dice, la alegría en temas espirituales debe ser igual o mayor a la que se siente como resultado del bienestar físico y material. Por ejemplo, la forma en que te alegras y estás a la expectativa de una buena comida no puede ser mayor a la que usas para ir al servicio de adoración. La forma en la que se enfocan las pasiones es la que en verdad determina quiénes somos.

Hay ocasiones en que se evade la relación con Dios y esto disminuye la pasión: (1) El tiempo personal devocional, (2) El tiempo para aprender de la voluntad divina. Cuando dejamos de hacer lo que Dios quiere no solo dejamos de servirle, sino que también se perderá el gozo de hacerlo.

III- Concentrándose en los propósitos siempre habrá buenas consecuencias.

Una pregunta para analizar sería: ¿Por qué quejarse por las consecuencias cuando una vida sin consecuencias genera incertidumbre?

Sabemos que sin consecuencias la vida estaría vacía, carente de significado y sin metas. Entonces, lejos de quejarse por las consecuencias buenas o malas, la acción humana debería concentrarse en los propósitos de Dios para que cada una de ellas sea positivamente significativa.

Por ejemplo, si toda mi vida lucho por ser una buena persona y en la eternidad Dios pone a mi lado a Benito Mussolini, sin haber tenido un arrepentimiento, sería una burla y una tortura para mí. De igual manera, si desperdicio mi vida y Dios me sienta al lado de Pablo, me sentiría como un fraude para él. Esta es una de las razones por las que Dios premia el buen camino.

La respuesta de Dios a la falta de interés en Él y a sus mandamientos es puesta, de forma clara y sencilla, delante de nosotros a través de las consecuencias que esto conlleva. Por eso nos va a dejar claro el bueno y mal camino.

Preguntas:

1.- A la luz de esta porción y según Job 31, ¿en qué consistía la integridad de Job?

2.- ¿Cómo considera usted que debe enseñarse en un hogar a los hijos acerca de la vida cristiana?

3.- ¿Qué sinónimos pudieran utilizarse para explicar lo que es «Servir a Dios con alegría»?

4.- Si Dios es bueno, ¿por qué hay consecuencias tan desastrosas para el ser humano desobediente?

5.- Haga una lista de las acciones que son recompensadas por Dios.

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