Una clase para párvulos (0-2 años).

Este material propone temas y algunos detalles útiles para los maestros, pero la principal expectativa es que estos puedan hacer de cada encuentro un momento especial para ellos y sus pupilos. Veamos algunos consejos para los maestros en esta etapa de la vida:

♦ Las porciones están diseñadas para ser impartidas una por semana. En caso de que haya varios encuentros en una misma semana solo hay que repetir el contenido, aunque los recursos que se usen sean diferentes.

♦ Las porciones para párvulos se han organizado en este material de una manera simple a fin de darles libertad creativa a los maestros. Para esto se ha tenido en cuenta:

1. El texto áureo: Es el texto bíblico que se encarga de iluminar el propósito para ese tema. Cada cosa que haga debe estar en armonía con él, siéntase libre de usar cualquier recurso que comunique esa verdad de Dios.

2. Entendiendo el texto: Es un comentario del texto para ayudar a los maestros a ganar claridad acerca de algunos detalles del texto. Mientras más los maestros dominen la Escritura, mejor uso podrán hacer de Ella.

3. Sugerencias: Fíjese que se ha utilizado la palabra “sugerencia”, pues lo que se busca es ayudar a los maestros de párvulos con ideas que les puedan auxiliar, aunque si desean hacer uso de ellas también están en esa libertad.

♦ Recuerde que un local para párvulos debe tener algunas especificaciones propias de ellos: cuna para dormir, área de cambio de ropa, juguetes propios de estas edades, etc.

♦ Es importante también que el local sea seguro para que ellos puedan tener la libertad de explorarlo.

♦ En dependencia de la cantidad de niños debe ser la cantidad de maestros. Se “recomienda” uno por cada dos niños.

♦ Cuando el niño llega, el maestro que le atenderá y alguno de los padres deberá recorrer el local con él, esto ayuda a que el infante se sienta seguro en el lugar.

♦ Si llora al llegar el maestro debe entender que es porque no comprende que su pariente regresará. No trate de decirle que no llore o que su pariente vendrá pronto, él no lo va a entender. Se le debe abrazar y mostrarle que se entiende su dolor. El consuelo es el mejor recurso para tratar con ellos en esta etapa de vida.

♦ No se debe usar la cuna para controlar al niño, esta es sólo para dormir.

♦ Provea actividades que estimulen los sentidos en dependencia de la asimilación del niño (oír, ver, tocar, oler y probar).

♦ Mientras no caminen, no tarde en cargarles, pues esto es una de las cosas que más disfrutan en esta etapa de vida. Cuando lo haga, aproveche para impartirles algo de la enseñanza, ya sea a través de una canción o una narrativa personal.

♦ Anímelos a ejercitar los músculos que están usando.

♦ No haga las actividades (desde cargarle hasta un juego determinado) por la misma mano siempre, varíelas para que ellos puedan desarrollar el equilibro y una visión dual de su entorno.

♦ Sorprenda su vista con objetos de colores enteros o con el juego de su cara que apareciendo y desapareciendo. En este tiempo ellos están fortaleciendo los músculos de la visión.

♦ Ellos están descubriendo la relación con el espacio, por eso tirarán cosas y tratarán de agarrar otras. Entienda que esto no es indisciplina a esta edad, sino una necesidad de entender el espacio en que se encuentran.

♦ No esté en un mismo lugar siempre, muévase para que les ayude en ese entender las distancias y su relación con ellas.

♦ Varíe la actividad con frecuencia para que no se aburran, pero repítalas siempre que pueda. En esta etapa se aprende por repetición. Por esta razón hay diez porciones que se repetirán por todo el período de tres años en que ellos estén en este grupo (16 ciclos de 10 temas).

♦ En esta etapa ellos están aprendiendo a confiar en las personas y en Dios, así que su mayor maestro será el “ambiente seguro” que se les provea.

♦ Siempre que pueda diga alabanzas a Dios y enséñele a través de la repetición a escuchar positivamente el amén y el aleluya.

♦ En caso de llanto trate de descubrir su necesidad que siempre va a ser física. Si le ha revisado completo y le ha dado agua, entonces debe entender que muchas veces el llanto es su única manera de comunicación; no pierda la calma y observe por si alguna necesidad física aparece; pronto se calmará.

♦ Se debe ser firme con ellos, pero hay que esmerarse en que sientan su amor.

♦ Motive a los niños, jóvenes y adultos a ayudar a los más pequeños como facilitadores en momentos específicos. Esto no sólo enriquecerá a los de su clase, sino también a los más grandes. Aunque nunca les deje solos, siempre haga esto bajo su supervisión.

♦ Comparta con los padres los logros que ha percibido en los infantes.

♦ Más o menos a partir de los siete meses el niño comienza a distinguir entre lo bueno y lo malo, por lo tanto, permítales tomar algunas decisiones simples por sí solos.

♦ También cree límites o reglas bien definidas para que aprendan y puedan saber lo que pueden o no pueden hacer.

♦ Deles oportunidad de usar los brazos y piernas. Esto se puede hacer saltando o también caminando con manos y pies al mismo tiempo.

♦ Cree un ambiente de colaboración entre ellos.

♦ Cuando ellos estén hablando, preste atención y muestre su satisfacción por escucharlos. En el caso de los que se acercan a los tres años, entable pequeños diálogos para ayudarles con la vocalización. No les rectifique su vocabulario, solo repita correctamente aquello que sea mal dicho.

♦ Mientras más pequeños, sus memorias son más limitadas; no dude en repetir una regla u orden para ayudarles a recordar. No se debe confundir el olvido con la desobediencia.

♦ Ayúdelos a armar rompecabezas de piezas un poco más pequeñas que abarquen la necesidad de usar tres o cuatro dedos de forma simultánea. Para poder aprender las armonías más generales de la vida necesitan entender y saber usar las que tienen que ver con su propio cuerpo.

♦ Use cuentos sencillos en coordinación con los otros maestros para que puedan ser repetidos y así será más fácil que los aprendan.

♦ La narración de historias será una herramienta muy importante en sus manos para con los niños mayores de un año y medio, pero debe cuidar que no sean extensas.

♦ Mientras más se acerquen a los tres años, los niños les parecerán más maduros, y la forma de expresar esa madurez es con la obediencia, pero también con la terquedad y los berrinches. Usarán más el “no” para desarrollar su propia personalidad, límites e independencia. No pierda la paciencia y logre sus propósitos con sabiduría. Sea firme, pero amoroso a la vez. No grite ni trate de imponerse a la fuerza; su paciencia ante la situación es la que le puede calmar. Evite también demasiado consuelo para que el niño no lo interprete como un premio por su actitud.

♦ También acercándose a los tres años van a necesitar las cosas más claras antes de comenzar una actividad nueva.

♦ Recuerde que cada niño se desarrolla a su propio tiempo, así que no espere nunca la misma reacción de todos a una situación determinada.

♦ Recuerde que nadie conoce mejor a los niños que los padres; el educador es un asistente de ellos. Así que, trate de relacionarse con ellos para entender mejor al niño. Comparta con ellos los progresos que está viendo en el niño y lo contrario.

♦ La verdad de Dios debe ser ilustrada y coloreada en la mente del niño. Es muy importante que en cada clase usted tenga una historia que ilustre su enseñanza. Como en esta etapa nos estamos basando en la repetición, el maestro tiene la libertad de repetir una historia que haya hecho ya o traer una nueva. Cuando vaya a hacer esto le recomendamos sentarse en el suelo en forma de grupo e ilustrar la historia con muñecos o títeres.

♦ Tome tiempo enseñándoles a compartir y colaborar con otros. Recuerde que el pecado nos hace por naturaleza egoístas, pero se puede aprender lo importante de ser diferentes.

♦ Le recomendamos estar pendiente de las fiestas de la Biblia. Dios tuvo en cuenta todos los recursos descritos en este libro en cada una de ellas. Aproveche su fuerza simbólica. Ninguna fiesta o celebración moderna se compara con alguna de ellas [1].

[1] Ver Discipulado Integral Comunitario, Libro 2 (ISBN-13: 978-1686657566).

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