MANIFIESTO

El pensamiento cristiano ha analizado históricamente las cosas de forma parcial, ignorando el contexto y los principios fundamentales que usaron los escritores bíblicos para transmitir el mensaje divino. Esta descontextualización ha sido una causa importante de muchos conflictos a lo largo de la historia de la iglesia. Sin embargo, la verdadera raíz de estas desviaciones se encuentra en aquellos que, bajo el nombre de “cristianos”, han impulsado sus agendas personales, manifestando una vida que no ha sido transformada por Dios.

Aunque podríamos centrarnos en esta crítica, preferimos enfocarnos en lo que podemos aportar como Cuerpo del Mesías.

Hoy, en las primeras décadas del siglo XXI, enfrentamos un estado crítico de la comunidad de fe. Muchas congregaciones autorizan o realizan acciones que ni Yeshúa ni los apóstoles habrían aprobado. Han creado una perspectiva cristiana descontextualizada de la Escritura, con una teología contradictoria que a menudo desestima ciertos textos en favor de otros dentro del mismo canon. En su moral, han llegado a aprobar el adulterio y el divorcio por cualquier razón, entre otras cosas. Sus líderes más influyentes a menudo encubren la manipulación de algunas congregaciones por parte de otros pastores que buscan su propio enriquecimiento. Además, se ataca y “criminaliza” a otros creyentes simplemente por no coincidir en una conclusión teológica o una práctica litúrgica.

Es lamentable la falta de respeto al Espíritu Santo, a quien se le atribuyen hechos o frases que no provienen de Él, para manipular a través del chantaje emocional. Esta situación ha creado un modelo de “éxito” ministerial donde la congregación funciona más como una empresa o un club de bienestar social. También se observa un radicalismo o una acomodación en temas controversiales que la Escritura no detalla, basados en una falsa interpretación de los derechos bíblicos.

Ante este panorama —desconocimiento de los fundamentos que eran tan claros para los apóstoles y sus discípulos; superficialidad académica en muchos seminarios; apatía pastoral hacia el estudio profundo de la Escritura—, nosotros expresamos lo siguiente:

Principios Fundamentales:

  1. Elohim es el Creador y Soberano del universo, quien redime a la humanidad por gracia a través de su expresión corpórea y salvífica: Yeshúa HaMashíaj.
  2. Yeshúa, la Alef-Tav de Dios, sustituyó al hombre en su sentencia como pecador, para salvarlo, regenerarlo y restaurar su comunión con el Creador.
  3. Por medio del Ruaj HaKodesh, Dios regenera el espíritu del hombre, capacitándolo para vivir en santidad y rechazar el pecado.
  4. El conocimiento y la revelación de la naturaleza divina de Yeshúa son dados por Dios y no por mérito humano.
  5. Vivimos sometidos a Su voluntad para que toda área de nuestra vida sea una expresión de fidelidad.
  6. El TaNaK y los Escritos Apostólicos en sus textos originales son nuestra máxima autoridad, interpretados en su contexto histórico, cultural y gramatical, bajo la guía del Espíritu Santo.
  7. El discipulado y la proclamación del evangelio son una responsabilidad colectiva.
  8. El crecimiento en conocimiento y espiritualidad es obra de Dios, y no es motivo para juzgar a otros.
  9. Somos un movimiento no sectario: trabajamos en armonía con toda comunidad y asociaciones que busquen agradar al Dios de Israel.
  10. Dialogamos con respeto y amor, sin sacrificar nuestros principios.
  11. Reconocemos verdades bíblicas ignoradas por la teología tradicional y las rescatamos sin imponer interpretaciones.
  12. No seguimos sistemas doctrinales fragmentados, sino la totalidad indivisible de la Escritura.
  13. No seguimos a un líder humano absoluto: Yeshúa es nuestro Señor.

Modelo Comunitario:

  • Grupos Way Up: Toda kehilá inicia como un grupo pequeño, que puede reunirse en una casa o ser una congregación ya establecida que adopta la visión. Este grupo inicial procurará formar un Beit Midrash (casa de estudios) que implemente el Programa Educativo Way Up, o un Beit Keneset (casa de reunión para adoración) que implemente el Sidur Way Up, o ambos.
  • Kehilá Way Up: Se considera kehilá a aquella que:
    1. Ha implementado el Programa Educativo Way Up a través de un Beit Midrash o Yeshivá.
    2. Mantiene como mínimo un servicio de Shabat semanal en su Beit Keneset bajo el Sidur Way Up.
    3. Cuenta con un Tzévet Nihul Kehilati (equipo de liderazgo comunitario) encargado de la vida fraternal interna y externa.
  • Autonomía y fraternidad: Cada kehilá es autónoma en liderazgo y membresía, pero unida en visión, principios y colaboración con el resto de los grupos con la misma visión. Hasta que alcance autonomía legal, estará bajo la cobertura y supervisión del grupo que la plantó.
  • Multiplicación: Cada grupo o kehilá busca no solo crecer internamente, sino también plantar nuevas kehilot en lugares donde no existan con la misma visión.

Way Up da la bienvenida a todos los que se identifican con esta visión y manifiesto, sea como miembros fraternales (beneficiarios externos de los servicios) o como miembros oficiales (bajo la cobertura y servicio comunitario de Way Up).

 

¡Ayúdanos!

¡Perdónanos!

¡Utilízanos Padre!

 

 

 

 

 

 

 

 

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