1.- Aquí no va a encontrar lecciones como las que se encuentran en DAC, sino principios generales que tienen que ver con las cuatro etapas más generales de la vida: parvulez, niñez, juventud y adultez.
2.- Tampoco encontrará un temario específico para cada edad, solo para el caso de parvulez y adultez. Esta simple división se debe a la gran diferencia entre ambos grupos.
3.- Como los maestros son adultos, el temario de clases principal es para ellos. Con este libro se tiene el propósito de que el maestro, con una base sólida de conocimiento y todo lo aprendido en DAC, pueda crear la clase que sus discípulos en las diferentes edades necesitan.
4.- El temario para adultos está diseñado para que enriquezca a los maestros encargados de las diferentes edades, que aplicarán ajustando ese mismo contenido a sus discípulos; o sea es adaptar a ellos lo que el maestro previamente ha hecho suyo.
5.- Esta división por edades no tiene que ver con departamentos o actividades específicas para grupos fraternales como juveniles, jóvenes, adultos, viudos, etc. Con estas etapas de vida presentadas en este libro se está hablando de una organización para el proceso de aprendizaje, aunque cualquier institución también puede enfrentar el reto de utilizar este modelo a partir de la organización propia de su institución.
6.- En el sistema DIC-DAC también sugerimos el crear momentos para el estudiantado en que las diferentes etapas de vida puedan compartir juntos en una misma clase o local. Esto se puede hacer a través de programas alternos, ya sea una vez al mes, en conferencias especializadas o en una clase permanente durante el ciclo de tres años que dura DIC. Cada congregación es libre en su necesidad y estrategia propia de asumir cualquier forma.
7.- Como los temas son los mismos para las etapas entre la niñez y la adultez, se debe tratar con el calendario que esos grupos avancen a la par. Esto facilitará la implementación del punto anterior.
8.- En las porciones para adultos encontrará preguntas para debatir y lecturas para la semana. Estas últimas deben ser entregadas a los miembros (en el caso que no tengan el libro) en la semana previa a la clase, para facilitar que tenga la posibilidad de venir con cierta preparación a la clase y al sermón.
9.- Se sugiere a los predicadores que en su sermón semanal usen alguno de los versículos dados para la lectura diaria en la porción en que se encuentre la congregación. Así podrán contribuir más con la higiene educativa de la congregación y les será más fácil transmitir el mensaje que Dios haya puesto en sus corazones.
Con esta breve explicación, cada maestro puede ir directamente a los consejos para la etapa de vida en la cual estará enseñando, a la vez que profundiza en las diferentes porciones.