Texto Ôureo: Números 30.
Lecturas para adultos en la semana
DĆa 1 NĆŗmeros 30
DĆa 2 1ĀŖReyes 21-22
DĆa 3 Cantares 1-3
DĆa 4Ā Cantares 6-8
DĆa 5 Mateo 5:33-37
DĆa 6 1ĀŖCorintios 7:1-17
I- Importancia de las palabras.
Una pregunta muy interesante que la mayorĆa de las personas deberĆan hacerse es: ĀæDe dónde salieron esos valores morales que han inundado a la humanidad? Desde luego que no es de la mitologĆa universal, donde las deidades se pelean por celos y traiciones como si fueran mĆ”s humanos que los humanos, sino de los mandamientos de Dios a su pueblo, que como hemos visto en otras porciones, no se refieren a antojos divinos, sino como Dios mismo dice: Ā«para que al hombre le vaya bien en la vidaĀ». En esta porción se enseƱa algo indispensable para el ser humano y la sociedad: La santidad del habla.
A través del habla nos comprometemos con Dios, le damos nuestras acciones de gracias, declaramos nuestra fe, hacemos oraciones, enseñamos y aprendemos la Biblia, animamos a los demÔs y llevamos al mundo el mensaje del evangelio. Sin embargo, la Biblia también nos enseña que «de una misma boca proceden bendición y maldición». Los daños que generan las promesas incumplidas, las maldiciones y las palabras dañinas o blasfemas no se pueden borrar con facilidad. Para contrarrestar esto último se debe procurar el uso de palabras cÔlidas, amables y amorosas porque son bÔlsamo para el alma y tienen la fuerza de transformar la oscuridad en luz y la desesperación en esperanza.
Un matrimonio, una familia y hasta cualquier relación en donde se procura que sea de calidad se debe cuidar el hablar de aquellas cosas banales como el chisme, las ofensas y las obscenidades, por eso la porción dice: Ā«aquel que no cumple con su palabra, ella se vuelve profanaĀ». Como hemos dicho, si cada palabra o cada expresión se usa apropiadamente, en armonĆa con la voluntad de Dios y ademĆ”s cumpliendo con lo que ellas expresan, serĆ”n herramientas Ćŗtiles para producir una relación santificada.
Es claro que Dios no mandó a hacer juramentos como tampoco los prohibió, pero si alguna persona lo hace debe saber que no puede faltar a su palabra, ella es tan importante como sus acciones. AsĆ que es mejorĀ que el “sĆ” sea sĆ y el “no” sea no, para no verse en el problema de ser profano a causa de su propia palabra.
Siglos despuĆ©s, en tiempos de los apóstoles, cuando AnanĆas y su esposa Safira mintieron a sus lĆderes, nos muestra el cumplimiento de estas disposiciones bajo la actualización postmesiĆ”nica de la ley.
De forma general las disposiciones de la ley que aparecen en esta porción en cuanto al habla deben verse como restricciones para la vida y no como mandamientos que tienen que ver con promesas, o sea que Dios asegura con esto el buen vivir social del ser humano.
2- Un debate de hoy a la luz de la TorĆ”.
Vivimos en una época en que hay un debate muy grande acerca de la identidad de los géneros y no es que como creyentes estemos en acuerdo o desacuerdo con la igualdad o la desigualdad, sino que estamos en desacuerdo con la eliminación de los géneros. Debemos tener claridad que hay igualdad en cuanto a derecho, pero eso solo se puede manifestar en el derecho de cada género a vivir en su propio género.
En esta porción Dios deja claro que hay diferencia entre los diferentes gĆ©neros y, por ende, hay restricciones para cada uno de ellos. No es que haya leyes diferentes nada mĆ”s, sino que hay leyes que son dadas por igual a los dos gĆ©neros y hay leyes que son diferentes en dependencia de las caracterĆsticas de cada uno de ellos.
Preguntas:
1.- ¿Cree usted que sea discriminación a la mujer la potestad que se les da a los maridos aqu� ¿Por qué?
2.- El v.16 utiliza la palabra jukim con referencia a estas disposiciones especĆficamente. ĀæA quĆ© cree que se deba esto?
3.- ¿Qué tiempo tiene el marido para anular el voto de su esposa? ¿Por qué cree usted que Dios regula esta acción del esposo?
NĆŗmeros. 30
Sobre los votos
Ā
1 Habló MoisĆ©s a los jefes de las tribus de Israel, diciendo: Esta es la palabra queĀ YHVH ha ordenado: 2 Cuando un hombre haga voto a YHVH, o jure imponiĆ©ndoseĀ una promesa, no quebrantarĆ” su palabra. Todo lo que salga de su boca lo cumplirĆ”. 3Ā Asimismo, si una mujer hace un voto a YHVH, y se impone una obligación en suĀ juventud estando en casa de su padre, 4 y su padre escucha su voto y la obligaciónĀ que se ha impuesto, y su padre no le dice nada, entonces todos los votos de ellaĀ serĆ”n firmes, y toda promesa que se ha impuesto, serĆ” firme. 5 Pero si su padre loĀ prohĆbe el dĆa en que se entera, ninguno de sus votos o promesas que se haĀ impuesto serĆ” firme. YHVH la perdonarĆ” por cuanto su padre se opuso. 6 Pero si esĀ casada y hace votos, o pronuncia con sus labios cosa con que obligue su alma, 7 y suĀ marido oye, y cuando oye se calla, los votos de ella serĆ”n firmes, y la obligación queĀ se impuso serĆ” firme. 8 Pero, si el dĆa en que su marido la oye, lo prohĆbe, ningĆŗnĀ voto bajo el cual ella estĆ” permanecerĆ” ni el dicho imprudente de sus labios. YHVH laĀ perdonarĆ”.
9 Pero el voto de una viuda o una repudiada, aquello con lo cual se ha comprometido, serĆ” firme hacia ella. 10 Y si hizo voto cuando estaba en casa de su marido, y ha ligado su alma con juramento, 11 y su marido oyó, y calló ante ello, y noĀ se lo prohibió, entonces todos sus votos serĆ”n firmes, y toda obligación con que ligó su alma serĆ” firme. 12 Pero si su marido en verdad los anula el dĆa en que los oye,Ā todo lo que salió de sus labios en cuanto a sus votos, o en cuanto a obligarse a sĆĀ misma, serĆ” nulo. Su marido los ha anulado, yĀ YHVH la perdonarĆ”. 13 Todo voto yĀ todo juramento que obligue a humillarse a sĆ misma, su marido lo confirmarĆ” oĀ anularĆ”. 14 Pero si su marido de dĆa en dĆa calla ante ello, entonces ha confirmadoĀ todos sus votos y todas las obligaciones que estĆ”n sobre ella. Las confirma porĀ cuanto calló ante ello el dĆa que lo oyó. 15 Y si los anula despuĆ©s de haberlos oĆdo,Ā entonces Ć©l cargarĆ” con la iniquidad de ella. 16 Estos son los estatutos que YHVHĀ ordenó a MoisĆ©s sobre las relaciones entre el varón y su mujer, y entre el padre y suĀ hija durante la juventud de esta en casa de su padre.
āŗ30.1 tribus de… TM aƱade los hijos. Se sigue LXX ā§194.
āŗ30.2 voto… promesa…Ā āDt. 23.21-23; Mt. 5.33.
āŗ30.5 lo prohĆbe… TM aƱade a ella… a ella. Se sigue LXXĀ ā§194.
āŗ30.8 oye… prohĆbe… TM aƱade a ella… entonces anularĆ”. Se sigue LXXĀ ā§194; el dicho… TM aƱade con que se ha comprometido. Se sigue LXX ā§194.
āŗ30.9 repudiada… TM aƱade todo. Se sigue LXX ā§194.
āŗ30.10 alma… TM aƱadeĀ obligación. Se sigue LXX ā§194.
āŗ30.12 oye… TM aƱade a ellos. Se sigue LXX ā§194.
1 Reyes 21
El viƱedo de Nabot
Ā
1 DespuĆ©s de estas cosas, aconteció que Nabot jezreelita tenĆa un viƱedo en Jezreel,Ā junto al palacio de Acab, rey de Samaria. 2 Y habló Acab a Nabot, diciendo: Dame tuĀ viƱedo para que me sirva como huerto, porque estĆ” junto a mi casa, y te darĆ© por Ć©lĀ un viƱedo mejor que ese, o si parece mejor ante tus ojos, te darĆ© su precio en plata.
3 Pero Nabot dijo a Acab: Ā”GuĆ”rdeme YHVH de darte la heredad de mis padres! 4 YĀ Acab se fue a su casa decaĆdo y enfadado a causa de las palabras que le habĆaĀ hablado Nabot jezreelita, pues Ć©l le habĆa dicho: Ā”No te darĆ© la heredad de misĀ padres! Y se acostó en su cama, volvió su rostro y no quiso comer. 5 Por tanto vino aĀ Ć©l Jezabel su mujer, y le preguntó: ĀæPor quĆ© estĆ” decaĆdo tu espĆritu, y no comes? 6 YĀ Ć©l le respondió: Porque hablĆ© con Nabot jezreelita, y le dije: Dame tu viƱedo porĀ dinero; o si te parece mejor, te darĆ© otro viƱedo por Ć©l. Y me dijo: No te darĆ© miĀ viƱedo.
7 Y su mujer Jezabel le dijo: ¿Acaso no gobiernas el reino de Israel? ”LevÔntate, y come pan y alégrese tu corazón! ”Yo te daré el viñedo de Nabot jezreelita! 8 Ella entonces escribió cartas en nombre de Acab, las selló con su anillo, y las envió a los ancianos y a los principales que estaban en su ciudad, aquellos que habitaban con Nabot.
9 Y en las cartas escribió diciendo: Proclamad ayuno y haced que Nabot se sienteĀ frente al pueblo, 10 y que dos hombres, hijos de Belial, se sienten frente a Ć©l yĀ testifiquen contra Ć©l diciendo: Ā”Has maldecido a Elohim y al rey! Y harĆ©is que loĀ saquen fuera y lo apedreen hasta que muera. 11 Y los hombres de la ciudad, es decir,Ā los ancianos y los principales que vivĆan en su ciudad, hicieron tal como Jezabel lesĀ ordenó, conforme a lo escrito en las cartas que ella les habĆa enviado. 12Ā Proclamaron, pues, un ayuno e hicieron sentar a Nabot frente al pueblo. 13 Y aquellosĀ dos hombres, hijos de Belial, entraron y se sentaron frente a Ć©l; y estos hijos de BelialĀ testificaron contra Nabot delante del pueblo, diciendo: Ā”Nabot maldijo a Elohim y alĀ rey! Y ellos lo sacaron fuera de la ciudad y lo lapidaron con piedras, hasta queĀ murió.
14 Luego enviaron a decir a Jezabel: Nabot fue apedreado y murió. 15 Y sucedió queĀ cuando Jezabel oyó que Nabot habĆa sido apedreado y muerto, Jezabel dijo a Acab:Ā LevĆ”ntate y toma posesión del viƱedo de Nabot jezreelita, que se negó a dĆ”rtelo porĀ dinero, porque Nabot no estĆ” vivo, sino muerto.
16 Y sucedió que cuando Acab oyó que Nabot habĆa muerto, se levantó Acab paraĀ bajar al viƱedo de Nabot jezreelita y tomar posesión de Ć©l. 17 Y la palabra de YHVHĀ llegó a ElĆas tisbita, diciendo: 18 LevĆ”ntate, baja al encuentro de Acab, rey de Israel,Ā que estĆ” en Samaria. He aquĆ, estĆ” en el viƱedo de Nabot, a donde bajó para tomarĀ posesión de Ć©l. 19 Y le hablarĆ”s diciendo: AsĆ dice YHVH: ĀæHas asesinado, y tambiĆ©nĀ tomas posesión? Y le hablarĆ”s diciendo: AsĆ dice YHVH: En el mismo sitio donde losĀ perros lamieron la sangre de Nabot, los perros tambiĆ©n lamerĆ”n tu sangre.
20 Y Acab dijo a ElĆas: ĀæMe has hallado, enemigo mĆo? Y Ć©l respondió: Te he hallado,Ā porque te has vendido para hacer el mal ante los ojos de YHVH. 21 He aquĆ, Yo traigo el mal sobre ti, y te barrerĆ© por completo, y destruirĆ© de Acab a todo meante a laĀ pared, tanto al esclavo como al libre en Israel. 22 Y harĆ© tu casa como la casa deĀ Jeroboam ben Nabat, y como la casa de Baasa ben AhĆas, por la provocación conĀ que me has provocado y has hecho pecar a Israel.
23 Y tambiĆ©n de Jezabel habla YHVH diciendo: Ā”Los perros se comerĆ”n a Jezabel enĀ el muro de Jezreel! 24 Al que muera de Acab en la ciudad, lo comerĆ”n los perros, y alĀ que muera en el campo, se lo comerĆ”n las aves de los cielos. 25 (Ciertamente noĀ hubo ninguno como Acab, que se vendió para hacer el mal ante los ojos de YHVH,Ā incitado por su mujer Jezabel; 26 y procedió abominablemente siguiendo a los Ćdolos,Ā conforme a todo lo que hacĆa el amorreo, al cual YHVH habĆa desposeĆdo de delanteĀ de los hijos de Israel).
27 Y sucedió que cuando Acab oyó estasĀ palabras, rasgó sus vestiduras, puso cilicioĀ sobre su cuerpo, y ayunó y se acostó con el cilicio, y anduvo abatido. 28 Y laĀ palabraĀ de YHVH llegó a ElĆas tisbita, diciendo: 29 ĀæHas visto cómo se ha humillado AcabĀ delante de mĆ? Por cuanto se ha humillado delante de mĆ, no traerĆ© el mal en sus dĆas,Ā sino que el mal sobre su casa lo traerĆ© en los dĆas de su hijo.
āŗ21.1 El c. 21 va antes del c. 20 ā§163; §211.
āŗ21.10 maldecido… ā§212.
āŗ21.13Ā maldijo… ā§212.
1 Reyes 22
Josafat y Acab contra los sirios – OcozĆas
1 Tres años pasaron sin guerra entre Siria e Israel. 2 Pero al tercer año aconteció que Josafat, rey de JudÔ, bajó a visitar al rey de Israel. 3 Y el rey de Israel dijo a sus siervos: ¿Sabéis que Ramot de Galaad nos pertenece, y nada hemos hecho para quitarla de mano del rey de Siria? 4 Y dijo a Josafat: ¿IrÔs conmigo a la guerra a Ramot de Galaad? Y Josafat respondió: ”Yo soy como tú, y mi pueblo como tu pueblo, y mis caballos como tus caballos! 5 Y Josafat dijo al rey de Israel: Te ruego que consultes ahora la palabra de YHVH.
6 Entonces el rey de Israel convocó a los profetas, unos cuatrocientos hombres, y lesĀ preguntó: ĀæIrĆ© a la guerra contra Ramot de Galaad o desistirĆ©? Y ellos respondieron:Ā Ā”Sube, porque Adonai la entregarĆ” en mano del rey! 7 Pero Josafat preguntó: ĀæNoĀ habrĆ” aquĆ ademĆ”s algĆŗn profeta de YHVH, para que consultemos por medio de Ć©l? 8Ā Y el rey de Israel dijo a Josafat: AĆŗn hay un varón por el cual podrĆamos consultar aĀ YHVH, MicaĆas ben Imla, pero yo lo aborrezco, porque nunca me profetiza para bien,Ā sino siempre para mal. Y Josafat dijo: No hable asĆ el rey.
9 Entonces el rey de Israel llamó a cierto eunuco y le ordenó: Ā”Trae pronto a MicaĆasĀ ben Imla! 10 Y el rey de Israel y Josafat, rey de JudĆ”, estaban sentados cada uno en suĀ trono, vestidos con sus mantos reales, en la plaza junto a la entrada de la puerta deĀ Samaria, y todos los profetas profetizaban ante ellos.
11 Y SedequĆas ben Quenaana se habĆa hecho unos cuernos de hierro, y decĆa: AsĆĀ dice YHVH: Ā”Con estos embestirĆ”s a los sirios hasta acabar con ellos! 12 Y todos losĀ profetas profetizaban de la misma manera, diciendo: Ā”Sube a Ramot de Galaad yĀ triunfa, porque YHVH la ha entregado en mano del rey!
13 Y el mensajero que habĆa ido a llamar a MicaĆas le habló, diciendo: He aquĆ, lasĀ palabras de los profetas declaran el bien al rey a una sola voz. Sea, pues, tu palabraĀ como la de ellos, y anuncia el bien. 14 Pero MicaĆas dijo: Ā”Vive YHVH, que loĀ queĀ YHVH me diga, eso hablarĆ©!
15 Y cuando llegó ante el rey, el rey le dijo: MicaĆas, Āæiremos a la guerra contra RamotĀ de Galaad, o desistiremos? Y Ć©l le respondió: Sube y serĆ”s prosperado, y YHVH laĀ entregarĆ” en mano del rey. 16 Pero el rey le dijo: ĀæCuĆ”ntas veces tengo que hacerteĀ jurar que no me digas sino la verdad en nombre de YHVH? 17 Entonces Ć©l dijo: Vi aĀ todo Israel esparcido por los montes, como ovejas sin pastor, y a YHVH que decĆa:Ā Estos no tienen amo. Retorne cada cual a su casa en paz. 18 Y el rey de Israel dijo aĀ Josafat: ĀæNo te dije que no profetizarĆa acerca de mĆ el bien, sino el mal?
19 Y Ć©l dijo: Por eso, oĆd la palabra de YHVH: Vi a YHVH sentado en su trono, y alĀ ejĆ©rcito de los cielos alrededor de Ćl, a su diestra y a su siniestra. 20 Y decĆa YHVH:Ā ĀæQuiĆ©n inducirĆ” a Acab para que suba y caiga en Ramot de Galaad? Y uno decĆa unaĀ cosa, y otro decĆa otra. 21 Y se presentó un espĆritu ante YHVH, y dijo: Yo lo inducirĆ©. YĀ le dijo YHVH: ĀæDe quĆ© modo? 22 Y respondió: SaldrĆ© y serĆ© espĆritu de mentira en laĀ boca de todos sus profetas. Y Ćl dijo: Ciertamente lo inducirĆ”s y prevalecerĆ”s. Ā”Ve yĀ hazlo! 23 Y ahora, he aquĆ YHVH ha puesto un espĆritu de mentira en la boca deĀ todos estos, tus profetas, pues YHVH ha decretado el mal contra ti.
24 Entonces SedequĆas ben Quenaana se acercó y golpeó a MicaĆas en la mejilla, yĀ dijo: ĀæQuĆ© clase de espĆritu de YHVH ha hablado en ti? 25 Y MicaĆas respondió: Ā”HeĀ aquĆ, tĆŗ lo verĆ”s aquel dĆa, cuando vayas escondiĆ©ndote de casa en casa! 26 Y dijo elĀ rey de Israel: Toma a MicaĆas y hazlo volver a Amón, prĆncipe de la ciudad; y a JoĆ”s,Ā hijo del rey, dirĆ”s: 27 Meted a este en la cĆ”rcel, y dadle pan y agua de aflicción hastaĀ que yo vuelva en paz. 28 Y MicaĆas dijo: Si vuelves en paz, YHVH no habló por mĆ.
29 Y el rey de Israel subió con Josafat rey de JudĆ” contra Ramot de Galaad. 30 Y dijoĀ el rey de Israel a Josafat: Me disfrazarĆ© para entrar en la batalla; pero tĆŗ ponte tusĀ atavĆos reales. Y el rey de Israel se disfrazó y entró en la batalla. 31 Pero el rey de SiriaĀ habĆa ordenado a sus treinta y dos capitanes de los carros que tenĆa, diciendo: NoĀ luchĆ©is contra pequeƱo ni contra grande, sino solo contra el rey de Israel. 32 YĀ sucedió que cuando los capitanes de los carros vieron a Josafat, dijeron: Ā”De seguroĀ ese es el rey de Israel! Y se dirigieron a Ć©l para atacarlo, pero Josafat gritó. 33 YĀ viendo los capitanes de los carros que no era el rey de Israel, se apartaron de Ć©l.
34 Y un hombre tiró con su arco a la ventura, e hirió al rey de Israel por entre lasĀ junturas de la armadura, por lo que dijo a su auriga: Ā”Da vuelta y sĆ”came delĀ campamento, porque estoy herido! 35 Pero la batalla arreció aquel dĆa, por lo cual elĀ rey fue sostenido en su carro frente a los sirios, y al atardecer murió, y la sangre de laĀ herida corrió hasta el fondo del carro.
36 A la puesta del sol salió un pregón por elĀ campamento, diciendo: Ā”Cada uno a su ciudad! Ā”Cada uno a su tierra! 37 AsĆ murió elĀ rey, y fue llevado a Samaria, y sepultaron al rey en Samaria. 38 Y mientras uno lavabaĀ el carro junto al estanque de Samaria (y allĆ se lavaban las rameras), los perrosĀ lamieron su sangre, conforme a la palabra que YHVH habĆa hablado. 39 Los demĆ”sĀ hechos de Acab y todo lo que hizo, la casa de marfil que edificó, y todas las ciudadesĀ que edificó, Āæno estĆ”n escritos en el rollo de las Crónicas de los reyes de Israel? 40 YĀ Acab durmió con sus padres, y su hijo OcozĆas reinó en su lugar.
41 Y Josafat ben Asa habĆa comenzado a reinar sobre JudĆ” en el aƱo dĆ©cimo primero de Omri, rey de Israel. 42 Josafat tenĆa treinta y cinco aƱos cuando comenzó a reinar, y reinó veinticinco aƱos en JerusalĆ©n. Y el nombre de su madre era Azuba hija de Silhi. 43 Y Ć©l anduvo en todo el camino de su padre Asa, sin apartarse de Ć©l, haciendo lo recto ante los ojos de YHVH. 44 Pero los lugares altos no fueron quitados, porque aĆŗn el pueblo continuaba ofreciendo sacrificios y quemando incienso en los lugares altos. 45 Y Josafat hizo la paz con el rey de Israel. 46 Los demĆ”s hechos de Josafat, el poderĆo que logró, y las guerras que llevó a cabo, Āæno estĆ”n escritos en el rollo de las Crónicas de los reyes de JudĆ”? 47 Y Ć©l barrió del paĆs al resto de homosexualesĀ rituales que habĆan quedado del tiempo de su padre Asa.
48 Entonces no habĆa rey en Edom, sino un gobernador de parte del rey. 49 JosafatĀ hizo naves como las de Tarsis, para ir a Ofir por oro, pero no llegaron a ir, pues lasĀ naves se destrozaron en Ezión-Geber. 50 Y OcozĆas ben Acab dijo a Josafat: QueĀ vayan mis siervos con tus siervos en las naves; pero Josafat no quiso. 51 Y JosafatĀ durmió con sus padres, y fue sepultado con ellos en la ciudad de David, su padre, yĀ Joram su hijo reinó en su lugar.
52 En el aƱo vigĆ©simo cuarto de Josafat rey de JudĆ”, OcozĆas ben Acab comenzó aĀ reinar sobre Israel en Samaria, y reinó dos aƱos sobre Israel. 53 E hizo lo malo anteĀ los ojos de YHVH, y anduvo en el camino de suĀ padre, en el camino de su madre, yĀ en el camino de Jeroboam ben Nabat, que hizo pecar a Israel; 54 y sirvió a Baal y seĀ postró ante Ć©l, y provocó la ira de YHVH, el Elohim de Israel, conforme a todas lasĀ cosas que habĆa hecho su padre.
āŗ22.4 respondió… TM aƱade el rey de Israel. Se sigue LXX ā§194.
āŗ22.19 Ć©l dijo…Ā Esto es, el profeta MicaĆas. āŗ22.24 Se sigue LXX.
āŗ22.27 TM aƱade al inicio del v.Ā asĆ ha dicho el rey. Se sigue LXX ā§194.
āŗ22.28 TM aƱade Y agregó: Ā”OĆdlo, pueblosĀ todos! Se sigue LXX ā§194. āŗ22.41 CronologĆa ā§167.
āŗ22.52 CronologĆa ā§167.
CantaresĀ 1-3
1 Cantar de los cantares, al estilo de Salomón.
Ella
2 ”Oh, si él me besara con besos de su boca!
Porque tus caricias son mejores que el vino.
3 Tus ungüentos tienen una grata fragancia.
Tu nombre es como ungüento derramado,
Por eso las doncellas te aman.
4 ”AtrÔeme, y correremos en pos de ti!
El rey me introdujo en su recƔmara:
Nos regocijaremos y nos alegraremos en ti,
Y hallaremos tu amor mƔs fragante que el vino.
”Con razón te aman!
5 Hijas de JerusalƩn,
Negra soy, pero codiciable,
Como las tiendas de Cedar,
Como las cortinas de Salomón.
6 No reparƩis en que soy muy morena,
Porque el sol me ha mirado.
Los hijos de mi madre se airaron contra mĆ,
Me pusieron a guardar las viƱas,
Y mi viƱa, que era mĆa, no la guardĆ©.
7 Hazme saber, oh tĆŗ, a quien ama mi alma:
¿Dónde pastoreas?
ĀæDónde lo haces sestear al mediodĆa?
Pues, ¿por qué he de ser como una que estÔ velada,
Entre los rebaƱos de tus compaƱeros?
Coro
8 Si no lo sabes, ”oh tú, la mÔs hermosa de las mujeres!
Sal tras las huellas del rebaƱo,
Y apacienta tus cabritas
Junto a las cabaƱas de los pastores.
Ćl
9 A mi yegua favorita entre los carros de Faraón te he comparado,
Oh amada mĆa.
10 Hermosas son tus mejillas entre las trenzas,
Tu cuello, entre collares de corales.
11 Te haremos zarcillos de oro,
Con incrustaciones de plata.
Ella
12 Mientras el rey estĆ” en su reclinatorio,
Mi nardo difunde su fragancia.
13 Mi amado es para mĆ un manojito de mirra,
Que reposa entre mis pechos.
14 Mi amado es para mà un manojito de flores de alheña
En las viƱas de En-Gadi.
Ćl
15 He aquĆ eres hermosa, oh amada mĆa.
”CuÔn bella eres!
Tus ojos son como palomas.
Ella
16 He aquĆ eres hermoso, oh amado mĆo,
TambiƩn placentero.
Nuestro lecho es de flores,
17 Las vigas de nuestras casas son de cedro,
Y nuestros artesonados, de ciprƩs.
* Texto, subtĆtulos y notas segĆŗn BTX IV Plus, a publicarse en la BTX V edición.
āŗ1.1 alĀ estilo… ā §142.
āŗ1.2 caricias… Heb. dodey = caricias y otras manifestaciones deĀ amor; vino… Esto es, el banquete del vino āEst 7.2.
āŗ1.5 negra… Heb. shejorĆ”h.
āŗ1.7Ā ĀæDónde lo… Esto es, al rebaƱo; sestear… Recoger el rebaƱo durante el dĆa en parajeĀ de sombra para descansar y librarse de los rigores del sol.
āŗ1.9 SeĀ inserta favorita para suplir elipsis del original.
āŗ1.11 zarcillos de oro… āPr 25.12.
āŗ1.12 reclinatorio… DivĆ”n de poca altura utilizado en el oriente para comer āMt 9.10.
āŗ1.13 reposa entre mis pechos… ā1R 8.13.
āŗ1.14 alheƱa… Heb. kufrun = el precio delĀ rescate. Homónimo ā§168; 2Co 5.21. āŗ1.16 flores… Es decir, de exuberanteĀ vegetación.
2
Ella (continuación)
1 Soy la rosa de Sarón,
Y el lirio de los valles.
Ćl
2 Como el lirio entre los espinos,
AsĆ es mi amada entre las hijas.
Ella
3 Como el manzano entre los Ɣrboles del bosque,
Asà es mi amado entre los jóvenes.
A su sombra he deseado sentarme,
Y comer sus dulces frutos.
4 Ćl me condujo a la sala del banquete,
Y su estandarte sobre mĆ es el amor.
5 ”Sustentadme con pasas,
Confortadme con manzanas,
Porque desfallezco de amor!
6 ”Sea tu izquierda bajo mi cabeza,
Y abrƔceme tu diestra!
Ćl
7 ”Os con
juro, oh hijas de JerusalƩn,
Por las gacelas y por las ciervas del campo,
Que no disturbƩis al amor
ni lo despertƩis hasta que quiera!
Ella
8 ”La voz de mi amado!
Ā”Helo allĆ, saltando sobre las montaƱas,
Brincando sobre las colinas!
9 Mi amado es como la gacela o el cervatillo.
”Mirad! EstÔ tras nuestro muro,
Mirando por las ventanas,
Atisbando por las celosĆas.
10 Mi amado habló, y me dijo:
Ćl
Ā”Oh amada mĆa, hermosa mĆa,
LevƔntate y sal conmigo!
11 Porque ha pasado el invierno,
La lluvia ha cesado, y se ha ido.
12 Las flores aparecen en el campo,
El tiempo de la poda ha llegado,
Y el arrullo de la tórtola se deja oĆr en nuestra tierra.
13 La higuera ya madura sus brevas,
Y las vides en cierne exhalan su olor.
Ā”LevĆ”ntate, oh amada mĆa, hermosa mĆa, y ven!
14 Ā”Oh paloma mĆa!
Tú, que anidas en las hendiduras de la peña,
En las grietas de la escarpa:
”Muéstrate!
Ā”Hazme oĆr tu voz!
Porque dulce es tu voz,
Y agraciado tu rostro.
Ćl y ella
15 ”Cazadnos las zorras!
Las zorras pequeƱas que echan a perder las viƱas…
”Nuestras viñas en flor!
Ella
16 Ā”Mi amado es mĆo y yo suya!
Ćl pastorea entre los lirios
17 Hasta que refresque el dĆa
Y declinen las sombras.
Ā”Vuelve, hermano mĆo!
SĆ© como el corzo o el cervatillo,
Sobre las montaƱas de BƩter.
* Texto, subtĆtulos y notas segĆŗn BTX IV Plus, a publicarse en la BTX V edición.
āŗ2.1Ā Sarón… āIs 35.2.
āŗ2.4 banquete… Lit. cĆ”mara del vino.
āŗ2.9 muro… Heb. kothel =Ā pared de una casa. De la raĆz compactar; pared (como la que reĆŗne a los reclusos).Ā
āŗ2.12 poda… Esto es, canto (dilogĆa).
āŗ2.14 Se inserta que anidas para suplir elipsisĀ del original.
āŗ2.17 hermano… Gr. adelfidós. TM registra amado. Se sigue LXX; BĆ©ter…Ā Esto es, de la partición. Prob. alusión a Gn 15.10.
3
Ella (continuación)
1 Por las noches en mi lecho,
Buscaba al que ama mi alma.
Lo busquƩ, pero no lo hallƩ.
2 Me levantarƩ ahora e irƩ por la ciudad,
Por las calles y por las plazas.
”Debo hallar al que ama mi alma!
Lo busquƩ, pero no lo encontrƩ.
3 Me hallaron los guardas que rondan la ciudad.
¿Habéis visto al que ama mi alma?
4 Apenas los habĆa pasado,
Cuando hallƩ al que ama mi alma,
Me prendà de él y no quise soltarlo,
Hasta que lo introduje en la casa de mi madre,
En la alcoba de la que me concibió.
Ćl
5 ”Os conjuro, oh hijas de Jerusalén,
Por las gacelas y por las ciervas del campo,
Que no disturbƩis al amor
Ni lo despertƩis hasta que quiera!
Coro
6 ¿Qué es lo que sube del desierto
Como columnas de humo,
Perfumado con mirra e incienso,
Y con todos los aromas del mercader?
Ella
7 ”He aquà la litera de Salomón!
Escoltada por sesenta valientes,
De entre los hƩroes de Israel.
8 Todos ellos empuƱan espada,
Expertos en la batalla.
Cada uno tiene su espada sobre su muslo,
Por los peligros de la noche.
9 El rey Salomón hizo para sĆ un palanquĆn
De maderas del LĆbano.
10 Hizo sus columnas de plata,
Su respaldo de oro,
Su asiento de pĆŗrpura,
Su interior tapizado con amor por las hijas de JerusalƩn.
11 ”Salid, oh hijas de Sión, y contemplad al rey Salomón,
Con la diadema que le coronó su madre el dĆa de su boda,
El dĆa del gozo de su corazón!
* Texto, subtĆtulos y notas segĆŗn BTX IV Plus, a publicarse en la BTX V edición.
āŗ3.6Ā columnas de humo… Jl 2.30.
āŗ3.7 litera… Heb. mittathó, sinónimo de aprión =Ā palanquĆn (v. 9).Ā Abrevi
CantaresĀ 6-8
Coro
1 ¿Adónde se ha ido tu amado,
Oh tú, la mÔs hermosa entre las mujeres?
¿Adónde fue tu amado,
Para que lo busquemos contigo?
Ella
2 Mi amado bajó a su huerto,
A las eras de las especias,
Para apacentar entre los huertos
Y recoger los lirios.
3 Yo soy de mi amado y mi amado es mĆo,
Ćl apacienta entre lirios.
Ćl
4 Oh amada mĆa, eres hermosa como Tirsa,
Deseable como JerusalƩn,
Imponente como un ejƩrcito con estandartes.
5 Aparta tus ojos de mĆ,
Porque me conturban.
Tu cabellera es como un rebaƱo de cabras,
Recostadas en las laderas de Galaad.
6 Tus dientes, como un rebaƱo de ovejas
Que suben del lavadero,
Todas con crĆas gemelas,
Y ninguna entre ellas estƩril.
7 Tus mejillas, detrƔs de tu velo,
Dos mitades de granada.
8 Si sesenta son las reinas,
Ochenta las concubinas,
Y sin nĆŗmero las doncellas,
9 Una sola es mi paloma, la perfecta mĆa,
Una sola, predilecta de su madre.
Las hijas la vieron,
Y la llamaron bienaventurada,
La alabaron las reinas y las concubinas.
Coro
10 ¿Quién es la que se asoma como el alba,
Hermosa como la luna,
LĆmpida como el sol,
Imponente como un escuadrón abanderado?
Ćl
11 Al huerto de los nogales descendĆ,
A ver los frutos del valle,
A ver si brotaba la vid,
Si florecĆan los granados.
12 Antes que lo supiera, mi alma me puso entre los carros de Abinadab.
Coro
13 Gira, gira, oh sulamita!
”Gira, gira, y te contemplaremos!
Ćl
¿Qué queréis ver en la sulamita?
Coro
Algo como las danzas de Mahanaim.
* Texto, subtĆtulos y notas segĆŗn BTX IV Plus, a publicarse en la BTX V edición.
āŗ6.4Ā Tirsa… Esto es, deliciosa. Ciudad que despuĆ©s que el reino se dividió, vino a ser laĀ residencia de los reyes de Israel.
āŗ6.12 Abinadab… Esto es mi noble pueblo. SeĀ translitera como en LXX ā1S 6.1ā7.2; 2S 6.3; 1Cr 13.7
āŗ6.13 sulamita… Heb. ha-Ā suhlamit = la pacificada ā Ef 2.14-18; Mahanaim… Esto es dos campamentos āGn.Ā 32.3.
7
Coro (continuación)
1 ”CuÔn graciosos son tus pasos en sandalias,
Oh hija del prĆncipe!
Los contornos de tus muslos son como joyas,
Obra de manos de un hƔbil orfebre.
2 Tu ombligo es como un Ɣnfora,
Donde no falta ningĆŗn vino generoso.
Tu vientre, una gavilla de trigo cercada de lirios.
3 Tus dos pechos, como crĆas mellizas de gacela.
4 Tu cuello, una torre de marfil,
Tus ojos, claros como los estanques de Hesbón,
Junto al portal de Bat-Rabim.
Tu perfil es como la torre del LĆbano,
Que mira hacia Damasco.
5 Tu cabeza se yergue como el Carmelo,
Y tu cabellera es como la pĆŗrpura,
”El rey estÔ cautivo en tus trenzas!
Ćl
6 ”CuÔn hermosa y dulce eres,
Oh amor deleitoso!
7 Tu talle se asemeja a la palmera,
Y tus pechos, a sus racimos.
Alguien del coro
8 Dije: SubirƩ a la palmera,
TomarƩ sus frutos:
Ella
Sean tus pechos como racimos de la vid,
Y la fragancia de tu aliento como de manzanas,
9 Y el cielo de tu boca como el vino generoso,
Que de mi amado fluye suavemente,
Y hace mover apaciblemente los labios de los que duermen.
10 Yo soy de mi amado,
Y hacia mà él tiende su deseo.
11 Ven, hermano mĆo,
Salgamos al campo,
Pernoctemos en las aldeas.
12 Madruguemos y vayamos a las viƱas,
Veamos si ha brotado la vid,
Si ya se abrieron sus flores,
Si florecen los granados;
Allà te daré mis caricias.
13 Las mandrƔgoras han dado olor,
Y a nuestra puerta hay toda suerte de frutos deliciosos,
Nuevos y aƱejos,
Que he guardado para ti, oh hermano mĆo.
* Texto, subtĆtulos y notas segĆŗn BTX IV Plus, a publicarse en la BTX V edición.
āŗ7.4 SeĀ inserta claros para suplir elipsis del original.
āŗ7.5 Carmelo… Heb. Karem-El = ViƱa deĀ Dios āIs 35.2; pĆŗrpura… En poesĆa su significado es sangre.
āŗ7.11, 13 hermano… Gr.Ā adelfidós. TM registra amado. Se sigue LXX.
āŗ7.12 Se inserta vayamos para suplirĀ elipsis del original
8
Alguien del coro
1 ”Oh, si tú fueras como mi hermano, que mamó los pechos de mi propia madre!
Al hallarte afuera yo te besarĆa,
Y nadie me despreciarĆa por ello.
2 Te guiarĆa, te meterĆa en la casa de mi madre,
TĆŗ me enseƱarĆas,
Y yo te darĆa a beber vino aromatizado
Con el mosto de mis granadas.
3 Su izquierda estarĆa bajo mi cabeza,
Y su diestra me abrazarĆa.
Ćl
4 ”Os conjuro, oh hijas de Jerusalén,
Que no disturbƩis al amor
Ni lo despertƩis hasta que quiera!
Coro
5 ¿Quién es la que sube del desierto,
Recostada sobre su amado?
Ćl
Debajo del manzano te despertƩ.
AllĆ tuvo los dolores tu madre,
AllĆ tuvo los dolores la que te dio a luz.
6 Ponme como un sello sobre tu corazón,
Como una marca sobre tu brazo,
Porque fuerte como la Muerte es el amor,
Y obstinados son los celos, como el Seol,
Sus ascuas son ascuas de fuego,
Y sus llamas, llamarada de YH.
7 Las muchas aguas no podrƔn apagar el amor,
Ni los rĆos podrĆ”n extinguirlo.
Si uno diera por el amor todas las riquezas de su casa,
De cierto serĆa menospreciado.
Ella
8 Tenemos una hermana pequeƱa,
Que aĆŗn no tiene pechos.
ĀæQuĆ© haremos por nuestra hermana en el dĆa en que sea pedida?
Ćl
9 Si ella es muro,
Le pondremos torrecillas de plata,
Y si es puerta,
La reforzaremos con tablones de cedro.
Hermana pequeƱa
10 Yo soy muro,
Y mis pechos son torreones,
Y ahora soy ante sus ojos
Como la mensajera de paz.
Alguien del coro
11 Salomón tuvo una viña en Baal-Hamón.
Arrendó la viña a los guardas,
Que le traen por su fruto,
Cada uno mil siclos de plata.
12 Mi viƱa, que es mĆa,
EstĆ” delante de mĆ.
Tú, oh Salomón, tendrÔs los mil,
Y los que guardan su fruto, doscientos.
Ćl
13 ”Oh, tú que habitas en los huertos,
Los compaƱeros estƔn atentos a tu voz!
Ā”HĆ”zmela oĆr!
Ella
14 Oh hermano mĆo, apresĆŗrate,
Y sƩ como la gacela o el cervatillo,
Sobre los montes de los aromas.
* Texto, subtĆtulos y notas segĆŗn BTX IV Plus, a publicarse en la BTX V edición.
āŗ8.6Ā YH… Contracción del Tetragrama ā§33.
āŗ8.8 pedida… Es decir, pedida enĀ matrimonio.
āŗ8.10 ojos… Es decir, a los ojos de su amado.
āŗ8.11 Se inserta siclosĀ para suplir elipsis del original.
āŗ8.13 habitas… Divergencia entre los textos hebreo yĀ griego. El primero comienza con un participio femenino, por lo que habla una figuraĀ masculina, mientras que en la LXX es ella la que se dirige a su amado. Se sigue TM;Ā atentos… āEf 3.10; 1Co 11.10.
āŗ8.14 hermano… Gr. adelfidós. TM: amado. SeĀ sigue LXX; apresĆŗrate… Lit. huye
MateoĀ 5.33-37
Acerca de los juramentos
33 OĆsteis, ademĆ”s, que fue dicho a los antiguos: No perjurarĆ”s, sino que cumplirĆ”s al SeƱor tus juramentos. 34 Pero Yo os digo: No jurĆ©is de ningĆŗn modo: ni por el cielo, porque es el trono de DIOS, 35 ni por la Tierra, porque es el estrado de sus pies, ni hacia JerusalĆ©n, porque es la ciudad del gran Rey. 36 Ni por tu cabeza jures, pues noĀ puedes hacer blanco o negro un solo cabello. 37 Pero sea vuestro hablar: SĆ, sĆ; no,Ā no; porque lo que es mĆ”s de esto procede del Maligno.
Acerca de la venganza
Lc 6.29-30
38 OĆsteis que fue dicho: Ojo por ojo y diente por diente, 39 pero Yo os digo: NoĀ resistĆ”is al malvado; mĆ”s bien, al que te golpea en la mejilla derecha, vuĆ©lveleĀ tambiĆ©n la otra; 40 al que quiera entablar pleito contigo y llevarse la tĆŗnica, dĆ©jaleĀ tambiĆ©n la capa, 41 y a cualquiera que te obligue a andar una milla, vĆ© con Ć©l dos; 42Ā al que te pide, dale, y al que quiere pedirte prestado, no le vuelvas la espalda.
Acerca de los enemigos
Lc 6.27-28, 32-36
43 OĆsteis que fue dicho: AmarĆ”s a tu prójimo y aborrecerĆ”s a tu enemigo; 44 pero YoĀ os digo: Amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen; 45 para queĀ seĆ”is hijos de vuestro Padre que estĆ” en los Cielos, que hace salir su sol sobre malos yĀ buenos, y hace llover sobre justos e injustos.
46 Porque si amÔis a los que os aman, ¿qué galardón tenéis? ¿Acaso no hacen también lo mismo los publicanos? 47 Y si solo saludÔis a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de mÔs? ¿Acaso no hacen también asà los gentiles? 48 Vosotros, pues, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto.
āŗ5.33 juramentos… āLv 19.12; Nm 30.2; Dt 23.21.
āŗ5.34 trono… āJacĀ 5.12; Is 66.1; Mt 23.22.
āŗ5.35 Tierra… āIs 66.1; haciaĀ JerusalĆ©n… Gr. eis āIerosóluma.Ā Esto es, peticiones y juramentos hechos con el rostro vuelto hacia la ciudad y suĀ templo ā1R 8.48, y hacia su muro āIs 38.2 (como se acostumbra hasta hoy); laĀ ciudad… āSal 48.2.
āŗ5.38 Ojo… āEx 21.24; Lv 24.20; DtĀ 19.21.
āŗ5.43 prójimo… āLv19.18.
āŗ5.44 Mā ampliaron el texto con la narrativa de Lc 6.27-28.
āŗ5.46 publicanos…Ā Es decir, cobradores de impuestos a favor del Imperio Romano. Eran considerados traidores por los israelitas.
āŗ5.47 gentiles… Es decir, los no judĆos.
āŗ5.48 perfectos…Ā āGn 17.1; Dt 18.13
1 CorintiosĀ 7.1-17.
Ā Problemas matrimoniales
1 Ahora, acerca de las cosas que escribisteis, bueno es para el hombre no tocar mujer.
2 Pero por causa de las fornicaciones, cada uno tenga su propia mujer, y cada una suĀ propio marido.
3 El marido cumpla con la mujer lo debido, y asimismo también la mujer con el marido. 4 La mujer no tiene potestad sobre su propio cuerpo, sino el marido; e igualmente tampoco el marido tiene potestad sobre su propio cuerpo, sino la mujer. 5 No os privéis el uno al otro, excepto de común acuerdo y por algún tiempo, para dedicaros a la oración, y luego volved a juntaros, para que no os tiente SatanÔs a causa de vuestra incontinencia. 6 Pero esto digo como concesión, no como mandato: 7 Quisiera mÔs bien que todos los hombres estuvieran como yo mismo, pero cada uno tiene su propio don de DIOS, uno de una clase, y otro de otra.
8 Digo, pues, a los solteros y a las viudas: Bueno les fuera si permanecieran como yo, 9 pero si carecen de dominio propio, cÔsense; porque mejor es casarse que quemarse. 10 Y a los que se han casado, ordeno, no yo, sino el Señor, que la mujer no se separe del marido; 11 y si llega a separarse, que permanezca sin casarse o se reconcilie con el marido; y al marido, que no abandone a la mujer.
12 Y a los demĆ”s, digo yo, no el SeƱor: Si algĆŗn hermano tiene mujer incrĆ©dula y ella estĆ” dispuesta a vivir con Ć©l, no laĀ abandone; 13 y si alguna mujer tieneĀ marido incrĆ©dulo, y Ć©l estĆ” dispuesto a vivir con ella, no abandone al marido. 14 Porque el marido incrĆ©dulo ha sido santificado por la mujer, y la mujer incrĆ©dula ha sido santificada por el hermano, pues de otra manera, vuestros hijos serĆan inmundos,Ā mientras que ahora son santos. 15 Pero si el incrĆ©dulo se separa, que se separe; enĀ tales casos, no ha sido esclavizado el hermano o la hermana sino que a paz os haĀ llamado DIOS. 16 ĀæQuĆ© sabes, mujer, si salvarĆ”s al marido? ĀæO quĆ© sabes, marido, siĀ salvarĆ”s a la mujer?
17 Como el Señor repartió a cada uno, y como DIOS ha llamado a cada uno, asà viva. Y asà ordeno en todas las iglesias.

