Texto Ôureo: Números 31
Lecturas para adultos en la semana
DĆa 1 NĆŗmeros 31
DĆa 2 Jueces 6
DĆa 3 Jueces 7
DĆa 4 Mateo 12:22-37
DĆa 5 Marcos 8:27-9:1
DĆa 6 Hechos 24Ā
I. Un lĆder siempre muestra gratitud.
Dios dijo a MoisĆ©s: Ā«Haz venganza⦠en contra de los madianitasĀ», pero en lugar de hacerlo Ć©l mismo, le delegó a Finees que lidereara al pueblo en la batalla. A simple vista es difĆcil entender por quĆ© alguien tan fiel a Dios como MoisĆ©s hace esto. Sin embargo, hay una preciosa lección de vida aquĆ.
AƱos atrĆ”s, cuando MoisĆ©s fue descubierto como israelita en Egipto, huyó para salvar su vida y encontró refugio en MadiĆ”n, de allĆ era su esposa y su amado suegro, pero ahora la escena mundial habĆa cambiado. Los madianitas eran malvados e inmorales que deseaban seducir y poner tropiezo a Israel. MoisĆ©s no podĆa luchar directamente contra ellos porque de alguna manera sentĆa gratitud. El hombre no debe darse el lujo de olvidar un acto de bondad o un favor recibido (como le sucedió a Balaam con su mula o a Judas con JesĆŗs).
Este mensaje es especialmente importante para la generación presente, cuando la ingratitud es tan común. Nunca debemos perder de vista la bondad que se hizo con nosotros, debemos ser esforzados para desarrollar nuestro sentido de gratitud.
II. Un lĆder se pone siempre en segundo plano.
Dios informó a MoisĆ©s que luego de cumplir con esta orden de luchar contra los madianitas morirĆa. Con esto a sabiendas, cualquiera podrĆa haberse tomado su tiempo en comenzar la batalla, especialmente cuando Dios no le dio un tiempo especĆfico para que cumpliera con esa orden. ĀæQuiĆ©n se atreverĆa a reprocharle que demorase la acción para prolongar su vida? Sin embargo, MoisĆ©s la hizo con prontitud y dejó de lado sus deseos personales. Esto distingue, como vimos en otra porción la caracterĆstica distintiva del verdadero liderazgo: Tener la capacidad de pensar en el bien mayor de la iglesia en vez de limitarse a los egoĆstas intereses personales.
Esto desafĆa a cualquiera que estĆ” en una posición de liderazgo en el pueblo de Dios a examinar todas sus acciones y prioridades. ĀæEstamos motivados por intereses egoĆstas? ĀæNos preocupamos ante todo por nosotros mismos? ĀæEl llamado de Dios ocupa el primer lugar? ĀæQuĆ© es mĆ”s importante yo y mi agenda o el bienestar espiritual del pueblo que Dios ha puesto bajo nuestra influencia?
III. La intensión determina la acción
Cuando se le ordena al pueblo atacar a los madianitas, no se menciona a los moabitas, quienes eran sus socios en el crimen de maldecir a Israel para destruirlo. Si ambas naciones estuvieron involucradas en esto, ¿por qué Dios ordenó a Moisés atacar sólo a los madianitas? El asunto es que hay una diferencia en el actuar de ambos pueblos.
Los moabitas por su parte atacaron al pueblo de Israel por miedo a que este fuese una amenaza militar para ellos; sin embargo, la tierra de MadiÔn no estaba ni siquiera en el trayecto de los viajes que realizó el pueblo de Israel, ellos se involucraron contra la nación de Dios solamente por odio, y éste sin razón alguna. Lo que el rey de Moab hizo, a pesar de ser errado, era entendible en alguna medida, pero la acción de los madianitas era simplemente malvada.
BĆblicamente podemos entender que la motivación es la base de todo, por eso JesĆŗs aclara esto en su enseƱanza. Por ejemplo, hay pocas cosas peores que matar a alguien por odio, pero si matas a alguien porque Ć©l iba a matar a otro, Ā”se te atribuye el hecho de haber salvado una vida! Si alguien hace un bien porque le importa profundamente la otra persona, entonces es una buena persona. Pero si lo hace porque quiere el honor correspondiente por la acción, entonces se convierte en un daƱo para sĆ mismo mayor que el bien hecho. E inclusive, si a travĆ©s de una acción se quiere controlar y manipular a la persona a la cual se le hace el ābienā, tal persona es malvada. Ā”AsĆ de duro es el asunto! La acción es exactamente la misma, pero la motivación hace toda la diferencia.
BĆblicamente es el camino al cielo y no el camino al infierno el que estĆ” pavimentado con buenas intenciones, āsiempre y cuando esa intención y esfuerzo sean responsablemente puras.
IV. Un lĆder reprende en privado
A pesar de MoisĆ©s estar visiblemente molesto con aquellos que estaban a cargo de la batalla, hizo algo de vital importancia en el liderazgo: Ā«salió a encontrarse con ellos fuera del campamentoĀ». Ćl puso en prĆ”ctica uno de los conceptos mĆ”s importantes en el trato con la gente: Ā”Reprende a las personas en privado!
De aquĆ pueden aprender no solo los lĆderes, sino tambiĆ©n los padres, pues ellos representan un liderazgo familiar que es el mĆ”s importante del mundo, porque lleva implĆcito la formación de los futuros lĆderes. Dios les confĆa la responsabilidad de criar a Sus hijos y Ćl ciertamente no quiere que Sus hijos sean pĆŗblicamente ridiculizados. Es verdad que hay momentos en que los padres sienten frustración con ciertas acciones de sus hijos y el deseo de gritarles para que todos oigan es fuerte y les domina. Pero hay que entender que esta no es la forma adecuada de disciplinar o educar a un hijo.
MoisĆ©s en vez de estar enojado con sus comandantes no les reprochó pĆŗblicamente, sino que prefirió salir del campamento para no avergonzarlos delante de sus tropas. Esto no sólo hizo que ellos escuchasen atentamente lo que estaba diciendo, sino que ademĆ”s les ayudó a desarrollar la autoestima que necesitarĆan para lograr cumplir con la misión de conquistar la tierra prometida.
Preguntas:
1.- ¿Por qué cree usted que Balaam es matado en esa batalla contra los madianitas?
2.- Si Dios prohĆbe en la ley āmatarā, Āæpor quĆ© cree usted que aquĆ da la orden de cometer este āpecadoā?
3.- ĀæPor quĆ© considera usted que las ofrendas traĆdas por los jefes del ejĆ©rcito fueron tan bien recibidas por MoisĆ©s y Eleazar?
4.- ¿Qué encuentra de especial Hch 24 a la luz de lo visto en esta porción?
NĆŗmeros. 31
Derrota de los madianitas
1 Habló YHVH a MoisĆ©s, diciendo: 2 Toma venganza completa de los hijos de Israel contra los madianitas. DespuĆ©s serĆ”s reunido a tu pueblo. 3 Entonces MoisĆ©s habló al pueblo, diciendo: Armad a algunos hombres de entre vosotros para la guerra, y vayan contra MadiĆ”n para ejecutar la venganza de YHVH sobre MadiĆ”n. 4 EnviarĆ©is a la guerra mil de cada tribu, de todas las tribus de los hijos de Israel. 5 AsĆ fueron dados de los millares de Israel: mil por cada tribu, doce mil en pie de guerra. 6 Y MoisĆ©s los envió a la guerra: mil por cada tribu, y con ellos a Finees, hijo del sacerdote Eleazar, con los objetos sagrados y con las trompetas para la alarma en su mano. 7 Y tal como YHVH habĆa ordenado a MoisĆ©s, hicieron guerra contra MadiĆ”n, y mataron a todos los varones. 8 Entre las vĆctimas, mataron tambiĆ©n a los reyes de MadiĆ”n: Evi, y Requem, y Zur, y Hur y Reba, cinco reyes de MadiĆ”n. TambiĆ©n mataron a espada a Balaam hijo de Beor. 9 Y tomaron cautivas a las mujeres de los madianitas,a sus pequeƱos, todo su ganado y todos sus rebaƱos. Y arrebataron su riqueza 10 e incendiaron todas sus ciudades en sus asentamientos y campamentos, 11 y tomaron todo el despojo y todo el botĆn, de hombres y animales. 12 Y llevaron a los cautivos, el botĆn y el despojo a MoisĆ©s, al sacerdote Eleazar y a los hijos de Israel, al campamento en las llanuras de Moab junto al JordĆ”n, frente a Jericó.
13 Entonces MoisĆ©s, el sacerdote Eleazar y todos los jefes de la asamblea, salieron a recibirlos en las afueras del campamento. 14 Y MoisĆ©s estalló en indignación contra los oficiales del ejĆ©rcito, los jefes de miles y jefes de cientos que volvĆan de la guerra.
15 Y les dijo Moisés: ¿Por qué dejasteis vivas a todas las que tienen hoyo? 16 He aquà ellas son quienes, por consejo de Balaam, indujeron a los hijos de Israel a apostatar de YHVH en lo tocante a Peor, por lo que hubo plaga en la congregación de YHVH.
17 Ahora, pues, matad a todo varón entre los pĆ”rvulos, y matad a toda mujer que haya conocido el acostarse con varón. 18 Pero dejad con vida entre las mujeres a todas las jóvenes que no hayan conocido lecho de varón. 19 En cuanto a vosotros, acampad fuera del campamento durante siete dĆas. Quien haya matado, y cuantos hayan tocado un cadĆ”ver, serĆ©is purificados en el tercero y el sĆ©ptimo dĆa, asĆ vosotros como vuestros cautivos. 20 Purificad tambiĆ©n todo vestido, todo objeto de piel, toda obra de pelo de cabra y todo utensilio de madera. 21 Y el sacerdote Eleazar dijo a los hombres del ejĆ©rcito que venĆan de la guerra: Este es el estatuto de la ley que YHVH ha ordenado a MoisĆ©s: 22 Solo el oro y la plata, el bronce, el hierro, el estaƱo y el plomo, 23 todo lo que pase por fuego, asĆ serĆ” puro, pero habrĆ” de ser purificado con las aguas de santificación. Y todo lo que no resista al fuego, lo harĆ©is
pasar por el agua. 24 El dĆa sĆ©ptimo lavarĆ©is vuestros vestidos y serĆ©is purificados. Ya despuĆ©s podrĆ©is entrar en el campamento. Sobre el botĆn
25 TambiĆ©n habló YHVH a MoisĆ©s, diciendo: 26 TĆŗ, el sacerdote Eleazar, y los jefes de las casas paternas de la asamblea, haced el recuento del botĆn que se ha capturado, tanto de personas como de animales. 27 DividirĆ”s por mitad el botĆn entre los combatientes que han ido a la guerra y toda la asamblea. 28 Y como tributo de los guerreros salidos a la batalla, apartarĆ”s para YHVH un alma de cada quinientas, asĆ de hombres como del ganado vacuno, de asnos, y de ganado menor. 29 De la mitad de ellos tomarĆ”s y lo darĆ”s al sacerdote Eleazar como ofrenda alzada para YHVH. 30 Y de la mitad correspondiente a los hijos de Israel tomarĆ”s uno de cincuenta, asĆ de
hombres como del ganado mayor, de los asnos, y del ganado menor, de todo animal, y los entregarƔs a los levitas encargados del servicio del tabernƔculo de YHVH.
31 Y MoisĆ©s y el sacerdote Eleazar hicieron tal como YHVH habĆa ordenado a MoisĆ©s. 32 Y fue el resto del botĆn capturado por la gente de guerra: seiscientas setenta y cinco mil ovejas, 33 setenta y dos mil reses vacunas, 34 y setenta y un mil asnos. 35 En cuanto a personas, de mujeres que no habĆan conocido ayuntamiento de varón, el total de almas fue de treinta y dos mil. 36 La mitad o porción de los que habĆan salido a la guerra, fue: trescientas treinta y siete mil quinientas ovejas, 37 y el tributo de ovejas para YHVH fue de seiscientas setenta y cinco. 38 Ganado vacuno: treinta y seis mil, y su tributo para YHVH, setenta y dos. 39 Asnos: treinta mil quinientos, y su
tributo para YHVH, sesenta y uno. 40 Personas: diecisĆ©is mil, y su tributo para YHVH, treinta y dos almas. 41 Entonces MoisĆ©s entregó el tributo al sacerdote Eleazar como ofrenda alzada a YHVH, tal como YHVH habĆa ordenado a MoisĆ©s. 42 En cuanto a la mitad correspondiente a los hijos de Israel, que MoisĆ©s habĆa separado de la de los guerreros, 43 esa mitad de la asamblea fue: trescientas treinta y siete mil quinientas ovejas, 44 ganado vacuno: treinta y seis mil, 45 asnos: treinta mil quinientos, 46 y personas: diecisĆ©is mil.
47 De la mitad que correspondĆa a los hijos de Israel, MoisĆ©s tomó uno de cada cincuenta, asĆ de las personas como de los animales, y los entregó a los levitas que tenĆan la custodia del tabernĆ”culo de YHVH, tal como YHVH habĆa ordenado a MoisĆ©s.
48 Y se acercaron a MoisĆ©s los jefes de las unidades del ejĆ©rcito, comandantes de miles y comandantes de cientos, 49 y dijeron a MoisĆ©s: Tus siervos han contado los hombres de combate que estĆ”n bajo nuestro mando, y ninguno ha faltado de nosotros. 50 AsĆ, pues, presentamos una ofrenda ante YHVH, cada uno lo que ha ganado en objetos de oro: brazaletes, pulseras, anillos, pendientes y collares, para hacer expiación por nosotros delante de YHVH. 51 Y MoisĆ©s y el sacerdote Eleazar recibieron de ellos el oro, y toda clase de objetos labrados. 52 Y el total de oro de la ofrenda alzada que los jefes de miles y los jefes de cientos hicieron elevar ante YHVH,
fue de diecisĆ©is mil setecientos cincuenta siclos, 53 que los hombres del ejĆ©rcito habĆan saqueado, cada uno para sĆ. 54 Y MoisĆ©s y el sacerdote Eleazar tomaron el oro de los jefes de miles y de los jefes de cientos, y lo llevaron a la tienda de reunión como memorial de los hijos de Israel delante de YHVH.
āŗ31.6 Eleazar… TM aƱade para la guerra. Se sigue LXX ā§194.
āŗ 31.9 Y tomaron… arrebataron… TM aƱade los hijos de Israel… toda. Se sigue LXX ā§194.
āŗ31.10 en… TM aƱade todos. Se sigue LXX ā§194.
āŗ31.12 Eleazar… TM aƱade la asamblea de. Se sigue LXX ā§194.
āŗ31.15 las que tienen hoyo… Heb. nequebĆ”h ā§222.
āŗ31.16 Peor… āNm. 25.1-9.
āŗ31.17 Se sigue LXX.
āŗ31.19 matado… TM aƱade a una persona. Se sigue LXX ā§194.
āŗ31.23 por fuego… TM aƱade pasarĆ©is por fuego. Se sigue LXX ā§194.
āŗ31.30 uno de… TM aƱade cada. Se sigue LXX ā§194.
āŗ31.32 Y fue… TM aƱade el despojo… mil. Se sigue LXX ā§194.
āŗ31.48 Y… TM aƱade que. Se sigue LXX ā§194.
JuecesĀ 6
Gedeón
 1 Pero los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos de YHVH, y los entregó YHVH en mano de MadiÔn siete años. 2 Y la mano de MadiÔn prevaleció sobre Israel; y a causa de MadiÔn los hijos de Israel tuvieron que hacerse guaridas y cavernas en los montes y en las cumbres.
3 Y sucedĆa que cuando los de Israel terminaban de sembrar, los de MadiĆ”n y Amalec subĆan con los hijos del oriente 4 y acampaban contra ellos, y destruĆan sus frutos hasta llegar a Gaza. Y no dejaban sustento alguno en la tierra de Israel, ni cordero, ni buey, ni asno. 5 SubĆan, ellos con su ganado, y sus tiendas se extendĆan innumerables, como multitud de langostas. Y entraban con sus camellos en la tierra de Israel y la devastaban.
6 Y empobreció Israel en gran manera a causa de MadiĆ”n. Y los hijos de Israel clamaron a YHVH. [[7-10]] 11 Y el Ćngel de YHVH vino y se sentó bajo la encina en Efrata, en tierra de JoĆ”s ben Abiezer. Y Gedeón su hijo apaleaba trigo en el lagar para esconderlo de los madianitas. 12 Y el Ćngel de YHVH se le apareció y le dijo: Ā”YHVH Sebaot es contigo! 13 Gedeón respondió: Ā”Ay de mĆ, SeƱor mĆo! Si YHVH estĆ” con nosotros, Āæpor quĆ© nos han alcanzado estos males? ĀæDónde estĆ”n todas sus maravillas que nos contaron nuestros padres, diciendo: YHVH nos hizo subir de Egipto? Pero, he aquĆ, nos desechó y entregó en mano de MadiĆ”n.
14 Entonces YHVH se volvió hacia Ć©l y le dijo: Ve en esta tu fuerza, y librarĆ”s a Israel de mano de MadiĆ”n. ĀæNo te envĆo Yo? 15 Y Ć©l le dijo: Ā”Ay de mĆ, SeƱor mĆo! ĀæCon quĆ© librarĆ© a Israel? He aquĆ mi clan es el mĆ”s pobre de ManasĆ©s, y yo el menor en la casa de mi padre. 16 Y YHVH le dijo: Porque Yo estarĆ© contigo derrotarĆ”s a MadiĆ”n como a un solo hombre. 17 Y Ć©l le respondió: Si he hallado gracia ante tus ojos, te ruego: Dame seƱal de que TĆŗ mismo eres quien habla conmigo. 18 No te muevas de aquĆ, te ruego, hasta que vuelva a ti y saque mi ofrenda, y la ponga ante tu presencia.
Y Ćl dijo: Yo me quedarĆ© hasta que vuelvas.
19 Entonces Gedeón entró y preparó un cabrito y un efa de harina de panes sin levadura; luego puso la carne en una canasta y el caldo en una olla, y lo sacó y se lo ofreció bajo la encina. 20 Y el Ćngel de DIOS le dijo: Toma la carne y el pan Ć”zimo y ponlos sobre esta peƱa, y vierte el caldo sobre ellos. Y Ć©l lo hizo asĆ.
21 Entonces el Ćngel de YHVH extendió el cayado que tenĆa en su mano, y la punta tocó la carne y el pan Ć”zimo, y de la peƱa subió un fuego que consumió la carne y el Ć”zimo. Y el Ćngel de YHVH desapareció de su vista. 22 Viendo Gedeón que era el Ćngel de YHVH, dijo: Ā”Ay, ay, Adonai YHVH! Ā”He visto al Ćngel de YHVH cara a cara! 23 Pero YHVH le dijo: Ā”Paz a ti! No temas, ciertamente no morirĆ”s. 24 Y Gedeón construyó allĆ un altar a YHVH, y lo llamó YHVH-Shalom, el cual permanece hasta el dĆa de hoy en Efrata de los abiezeritas. 25 Y aquella misma noche YHVH le dijo: Toma el novillo cebado de tu padre, y el segundo novillo sin defecto, y derriba con Ć©l el altar de Baal que tiene tu padre, y tala la Asera que estĆ” a su lado. 26 Y construye debidamente un altar a YHVH tu DIOS en la parte mĆ”s alta de esta peƱa. Luego toma el segundo novillo y ofrĆ©celo en holocausto con la madera de la Asera que habrĆ”s cortado. 27 Tomó, pues, Gedeón diez hombres de sus siervos, e hizo como le habĆa dicho YHVH. Pero, atemorizado por causa de la casa de su padre y de los hombres de la ciudad, no hizo eso de dĆa, sino que lo hizo de noche.
28 Cuando los hombres de la ciudad se levantaron por la maƱana, he aquĆ el altar de Baal estaba demolido y la Asera que habĆa junto a Ć©l estaba cortada, y el novillo rojo habĆa sido ofrecido en holocausto sobre el altar construido. 29 Y se decĆan unos a otros: ĀæQuiĆ©n ha hecho esto? Y cuando indagaron y preguntaron, se les dijo: Gedeón ben JoĆ”s ha hecho esto. Por lo cual los hombres de la ciudad dijeron a JoĆ”s: 30 Saca a tu hijo, para que muera; porque ha demolido el altar de Baal y ha talado la Asera que habĆa junto a Ć©l.
31 Pero JoĆ”s respondió a todos los que estaban ante Ć©l: ĀæPretendĆ©is contender por Baal, o querĆ©is ayudarle? Quien pretenda contender por Ć©l, serĆ” muerto antes de la maƱana. Si es Elohim, que contienda por sĆ mismo con el que demolió su altar. 32 Por esto fue apellidado en aquel dĆa Jerobaal, es decir: Contienda con Ć©l Baal, por cuanto su altar fue derribado por Ć©l.
33 Entre tanto, todos los madianitas, los amalecitas y los hijos del oriente fueron reunidos a una, y pasando adelante acamparon en el valle de Jezreel. 34 Y el EspĆritu de YHVH revistió a Gedeón, el cual resonó el shofar, pero Abiezer iba atemorizado detrĆ”s de Ć©l. 35 Envió entonces mensajeros por todo ManasĆ©s, y por Aser, Zabulón y NeftalĆ, los cuales subieron a su encuentro. 36 Dijo entonces Gedeón a Ha-Elohim: Si has de librar por mi mano a Israel, conforme has dicho, 37 he aquĆ pondrĆ© este vellón de lana en el granero. Si cae el rocĆo sobre el vellón mientras todo el suelo queda seco, entonces sabrĆ© que librarĆ”s por mi mano a Israel, conforme has dicho.
38 Y sucedió asĆ, pues cuando se levantó de madrugada, exprimió el vellón y sacó de Ć©l rocĆo hasta llenar un tazón de agua. 39 Dijo entonces Gedeón a Ha-Elohim: No se encienda tu ira contra mĆ, y hablarĆ© solo una vez mĆ”s. Ā”Te ruego me permitas probar solo esta vez con el vellón! Te ruego que quede seco el vellón y en todo el suelo haya rocĆo. 40 Y Elohim lo hizo asĆ aquella noche, y la sequedad estuvo solamente en el vellón, mientras que hubo rocĆo en toda la tierra.
āŗ6.7-10 Se sigue Q ā§188. TM aƱade estos vv.
āŗ6.11 Gedeón… Esto es, talador o cortador. Del verbo heb. gadaā = cortar, mutilar, talar.
āŗ6.24 construyó allĆ… Esto es, en donde estaba el altar de Baal; YHVHĀ Shalom… ā§4.
āŗ6.25-26 segundo novillo… ā§196.
āŗ6.32 Jerobaal… Esto es, Gedeón.
āŗ6.34 Abiezer iba atemorizado… TM registra se reunió en pos de Ć©l. Se sigue LXX ā8.2.
āŗ6.35 TM registra distintas aƱadiduras. Se sigue LXX ā§194.
JuecesĀ 7
Derrota de los madianitas
Ā
1 Madrugó Jerobaal (el cual es Gedeón), y todo el pueblo con Ć©l, y acamparon junto a En-Harod. Y el campamento de MadiĆ”n y de Amalec estaba al norte de ellos, en el valle cercano al collado de MorĆ©. 2 Y dijo YHVH a Gedeón: El pueblo que tienes contigo es muy numeroso para que Yo entregue a MadiĆ”n en su mano, no sea que Israel se enaltezca contra MĆ, y diga: Mi mano me ha salvado. 3 Pregona pues a oĆdosĀ del pueblo, diciendo: Ā”Quien tema y tiemble, vuĆ©lvase, y retĆrese del monte de Gilboa! Y de los del pueblo se volvieron veintidós mil, y fueron dejados diez mil.
4 Entonces dijo YHVH a Gedeón: AĆŗn el pueblo es mucho. Haz que bajen a las aguas, y te los probarĆ© allĆ, y serĆ” que de quien Yo te diga: Vaya este contigo, irĆ” contigo; pero del que te diga: No vaya este contigo, no irĆ”. 5 Hizo pues que el pueblo bajara a las aguas, y dijo YHVH a Gedeón: Todo el que lama las aguas con su lengua, como lame el perro, lo pondrĆ”s aparte; asimismo a todo el que se arrodille para beber.
6 Y el número de los que bebieron a lametones fue de trescientos hombres, pero el resto del pueblo se arrodilló para beber el agua. 7 Y dijo YHVH a Gedeón: Con estos trescientos hombres que han lamido os salvaré y entregaré a MadiÔn en tus manos. Que todo el pueblo se vaya, cada uno a su lugar. 8 Tomó aquella gente sus pertrechos en sus manos, asà como sus shofar, y a todos los demÔs hombres de Israel los envió, cada cual a su tienda, pero retuvo a los trescientos hombres. Y el campamento de MadiÔn estaba abajo, en el valle.
9 Y sucedió aquella noche que YHVH le dijo: LevĆ”ntate, baja al campamento, porque lo he entregado en tu mano. 10 Y si temes descender, baja al campamento con tu criado Fura, 11 y escucha lo que hablan, pues asĆ tus manos serĆ”n fortalecidas para bajar contra el campamento. Y Ć©l bajó con su criado Fura hasta un extremo de los quintados que habĆa en el campamento.
12 Y MadiĆ”n y Amalec, con todos los orientales, habĆan sido esparcidos por el valle como multitud de langostas, y sus camellos eran incontables como la arena que estĆ” a la orilla del mar. 13 Y he aquĆ cuando llegó Gedeón, un hombre estaba relatando a su compaƱero un sueƱo, y decĆa: Mira, acabo de soƱar un sueƱo: VeĆa un pan de cebada que rodaba hasta el campamento de MadiĆ”n, y llegó hasta la tienda y la golpeó de tal manera que cayó. La trastornó de arriba abajo de tal modo que la tienda colapsó. 14 Y su compaƱero respondió, y dijo: Esto no es otra cosa sino la espada de Gedeón ben JoĆ”s, varón de Israel. Ha-Elohim ha entregado en su mano a MadiĆ”n y a todo el campamento.
15 Y sucedió que cuando Gedeón oyó el relato del sueƱo con su interpretación, se postró ante YHVH, y regresó al campamento de Israel, y dijo: Ā”Levantaos, porque YHVH ha entregado en vuestra mano el campamento de MadiĆ”n! 16 Y repartió los trescientos hombres en tres escuadrones, y puso un shofar en mano de cada uno de ellos, y cĆ”ntaros vacĆos con antorchas dentro de los cĆ”ntaros. 17 Luego les dijo: Miradme, y haced lo que hago yo. He aquĆ cuando llegue al extremo del campamento, lo que yo haga, asĆ harĆ©is vosotros. 18 Cuando yo, y todos los que estĆ”n conmigo, hagamos resonar el shofar, entonces cada uno de vosotros tambiĆ©n harĆ©is resonar el shofar alrededor de todo el campamento, y gritarĆ©is: Ā”Por YHVH y por Gedeón!
19 Y llegó Gedeón con los cien hombres que estaban con Ć©l a las afueras del campamento, al principio de la vigilia intermedia, cuando acababan de relevar a los centinelas. Y haciendo resonar el shofar, quebraron los cĆ”ntaros que llevaban en sus manos. 20 Entonces, los tres escuadrones hicieron resonar los shofar, quebraron los cĆ”ntaros, y tomando con su mano izquierda las antorchas y con su diestra el shofar para hacerlo resonar, clamaron: Ā”Espada de YHVH y de Gedeón! 21 Y cada hombre se mantuvo firme en su lugar alrededor del campamento, y todo el campamento echó a correr gritando mientras huĆan. 22 Pues cuando hicieron resonar los trescientos shofar, YHVH hizo que la espada de cada uno se volviera contra su compaƱero en todo el campamento. Y el campamento huyó hasta Bet-Sita, en dirección de Zerera, hasta el lĆmite de Abel-Mehola, cerca de Tabat.
23 Y fueron convocados los israelitas de NeftalĆ, de Aser y de todo ManasĆ©s, y persiguieron a MadiĆ”n. 24 Luego Gedeón envió mensajeros por toda la serranĆa de EfraĆn, diciendo: Ā”Bajad al encuentro de los madianitas y tomad antes que ellos Bet- Bara hasta los vados del JordĆ”n! Y todos los hombres de EfraĆn se reunieron y tomaron Bet-Bara hasta los vados del JordĆ”n. 25 Y capturaron a los dos jefes de MadiĆ”n: Oreb y Zeeb. Y a Oreb lo mataron en Tsur-Oreb y a Zeeb lo mataron en Yequeb-Zeeb. Y persiguieron a MadiĆ”n, pero las cabezas de Oreb y de Zeeb las llevaron a Gedeón, al otro lado del JordĆ”n.
āŗ7.1 y de Amalec… Se sigue LXX.
āŗ7.3 vuĆ©lvase… āDt. 20.8; Gilboa… TM/LXX Galaad. Prob. error por iotacismo. Gedeón habĆa acampado junto a En-Harod, al pie del Gilboa ā7.1. āŗ7.11 los quintados… Es decir, puestos militares.
āŗ7.15 se postró… TM omite ante YHVH. Se sigue LXX.
āŗ7.22 se volviera… Lit. se pusiera.
āŗ7.25 Oreb… Esto es, cuervo; Zeeb… Esto es, lobo; Tsur-Oreb… Esto es, peƱa del cuervo ā Is. 10.26; Yequeb-Zeeb… Esto es, lagar del lobo.
āMateoĀ 12.22-37
Beelzebul
Ā Mr 3.20-30; Lc 11.14-23; 12.10
Ā
22 Entonces le fue llevado un endemoniado, ciego y mudo; y lo sanó, de tal manera que el mudo hablaba y veĆa.
23 Y todas las multitudes se asombraban y decĆan: ĀæNo serĆ” este el Hijo de David? 24 Pero los fariseos, al oĆrlo, dijeron: Este no echa fuera los demonios sino por Beelzebul, prĆncipe de los demonios.
25 Conociendo sus pensamientos, les dijo: Todo reino dividido contra sĆ mismo es asolado, y toda ciudad o casa dividida contra sĆ misma, no se mantendrĆ” en pie.
26 Entonces, si SatanÔs echa fuera a SatanÔs, contra sà mismo estÔ dividido, ¿cómo, pues, permanecerÔ su reino? 27 Y si Yo echo fuera los demonios por Beelzebul, ¿por quién los echan vuestros hijos? Por tanto, ellos serÔn vuestros jueces.
28 Pero, si por el EspĆritu de DIOS echo Yo fuera los demonios, entonces llegó a vosotros el reino de DIOS. 29 ĀæO cómo puede alguno entrar en la casa del fuerte y saquear sus bienes, si primero no ata al fuerte? Y entonces saquearĆ” su casa.
30 El que no estĆ” conmigo, estĆ” contra MĆ, y el que conmigo no recoge, desparrama.
Lo imperdonable
Ā
31 Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia les serĆ” liberado a los hombres, pero la blasfemia contra el EspĆritu no les serĆ” liberada. 32 Cualquiera que diga una palabra contra el Hijo del Hombre, le serĆ” perdonada; pero al que hable contra el EspĆritu Santo, no le serĆ” perdonado, ni en este siglo ni en el venidero.
La abundancia del corazón
Ā Lc 6.43-45
Ā
33 O tened por bueno el Ć”rbol por su buen fruto, o tened por malo el Ć”rbol por su fruto malo, porque por el fruto se conoce el Ć”rbol. 34 Ā”Generación de vĆboras! ĀæCómo podĆ©is hablar cosas buenas siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca. 35 El hombre bueno, del tesoro bueno saca cosas buenas; y el hombre malo, del tesoro malo saca cosas malas.
36 Y Yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darĆ”n cuenta en el dĆa del juicio; 37 porque por tus palabras serĆ”s justificado y por tus palabras serĆ”s condenado.
MarcosĀ 8.27-9.1
La confesión de Pedro
Ā Mt 16.13-20; Lc 9.18-21
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27 Salió JESĆS con sus discĆpulos hacia las aldeas de Cesarea de Filipo, y en el camino preguntaba a sus discĆpulos, diciĆ©ndoles: ĀæQuiĆ©n dicen los hombres que soy Yo? 28 Ellos le respondieron diciendo: Juan el Bautista, otros ElĆas, y otros, uno de los profetas. 29 Y Ćl les preguntaba: Y vosotros, ĀæquiĆ©n decĆs que soy Yo? Respondiendo Pedro, le dice: Ā”TĆŗ eres el CRISTO! 30 Y les ordenó severamente que a nadie hablaran acerca de Ćl.
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Su muerte y resurrección (primera predicción)
Ā Mt 16.21-28; Lc 9.22-27
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31 Y comenzó a enseƱarles: El Hijo del Hombre debe padecer muchas cosas y ser desechado por los ancianos, los principales sacerdotes y los escribas, y ser matado, y ser resucitado despuĆ©s de tres dĆas. 32 Y les declaraba con franqueza el asunto, pero Pedro, tomĆ”ndolo aparte, comenzó a reconvenirlo. 33 Entonces Ćl, volviĆ©ndose y mirando a sus discĆpulos, reprendió a Pedro, diciendo: Ā”ApĆ”rtate de mĆ, SatanĆ”s! pues no pones la mira en las cosas de DIOS, sino en las de los hombres. 34 Y llamando a la gente junto con sus discĆpulos, les dijo: Si alguno quiere venir en pos de mĆ, niĆ©guese a sĆ mismo, tome su cruz y sĆgame, 35 porque el que quiera salvar su vida, la perderĆ”,
pero cualquiera que pierda su vida por causa de Mà y del evangelio, la salvarÔ. 36 Porque, ¿qué aprovecha al hombre ganar todo el mundo y perder su alma? 37 Pues, ¿qué darÔ el hombre por su alma? 38 Porque el que se avergüence de Mà y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, también el Hijo del Hombre se avergonzarÔ de él cuando venga en la gloria de su Padre con los santos Ôngeles.
āŗ8.27 soy… Lit. ser.
āŗ8.28 ā6.14-15; Lc 9.7-8.
āŗ8.29 soy… Lit. ser āJn 6.68-69.
āŗ8.31 desechado… Esto es, tenido como indigno; tres dĆas… ā§319.
āŗ8.32 con franqueza… Es decir, se expresaba claramente.
āŗ8.34 niĆ©guese… Es decir, renuncie a las exigencias de su propio yo; āMt 10.38; Lc 14.27.
āŗ8.35 āMt 10.39; Lc 17.33; Jn 12.25. āŗ8.36 su alma… O su vida. āŗ8.37 su alma… O por su vida.
Ā 9
La transfiguración
Ā Mt 16.28-17.8; Lc 9.27-36
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1 TambiĆ©n les decĆa: De cierto os digo: Hay algunos de los que estĆ”n aquĆ, que de ningĆŗn modo probarĆ”n la muerte hasta que vean el reino de DIOS cuando haya venido con poder.
HechosĀ 24.
Acusación contra Pablo
Ā 1 DespuĆ©s de cinco dĆas, el sumo sacerdote AnanĆas bajó con algunos ancianos y un cierto abogado, TĆ©rtulo, quienes se presentaron al gobernador contra Pablo. 2 Cuando Ć©l compareció, TĆ©rtulo comenzó su acusación, diciendo: Como estamos disfrutando de mucha paz gracias a ti, y debido a tu providencia se estĆ”n haciendo reformas para esta nación, 3 siempre y en todas partes lo recibimos con toda gratitud, oh excelentĆsimo FĆ©lix. 4 Ahora, a fin de no importunarte mĆ”s, te suplico que nos oigas brevemente con tu bondad. 5 Porque hemos hallado que este hombre es una peste que promueve altercados entre los judĆos en toda la tierra habitada, y un
cabecilla de la secta de los nazarenos, 6 e incluso intentó profanar el templo, y lo tuvimos que arrestar. [[7]] 8 Tú mismo, después de interrogarlo acerca de todas estas cosas, podrÔs darte cuenta de por qué lo acusamos nosotros.
9 Y los judĆos tambiĆ©n tomaron parte en la acusación, afirmando que estas cosas eran asĆ.
Ā Defensa de Pablo
Ā 10 Cuando el gobernador le hizo seƱal para que tomara la palabra, Pablo respondió: Sabiendo que desde hace muchos aƱos eres juez para esta nación, con buen Ć”nimo presentarĆ© mi defensa, 11 pudiendo tĆŗ cerciorarte de que no hace mĆ”s de doce dĆas subĆ a adorar en JerusalĆ©n; 12 y no me hallaron en el templo discutiendo con nadie, ni provocando un motĆn, ni en las sinagogas, ni en la ciudad; 13 ni pueden ellos probarte aquellas cosas de las que me acusan ahora. 14 Pero esto te confieso, que segĆŗn el Camino que ellos llaman secta, asĆ sirvo al DIOS de mis antepasados, creyendo todo lo que es conforme a la ley y lo que estĆ” escrito en los profetas, 15 teniendo esperanza en DIOS, la cual ellos mismos tambiĆ©n aceptan, de que va a
haber una resurrección tanto de justos como de injustos. 16 Por esto, tambiĆ©n yo mismo procuro tener siempre una conciencia irreprensible con respecto a DIOS y los hombres. 17 Ahora bien, despuĆ©s de algunos aƱos lleguĆ© a mi nación para dar limosnas y presentar ofrendas. 18 Y estando en eso, no en tumulto ni con alboroto, despuĆ©s de haberme purificado, me encontraron 19 algunos judĆos de Asia, que tenĆan que estar presentes delante de ti y acusarme si algo tenĆan contra mĆ, 20 o si no, que estos mismos digan quĆ© delito hallaron cuando yo comparecĆ ante el SanedrĆn, 21 a menos que sea por esta Ćŗnica palabra que dije estando ante ellos: En cuanto a resurrección de muertos soy yo juzgado hoy por vosotros.
Ā Prisionero en Cesarea
 22 Félix entonces, enterado mÔs exactamente acerca del Camino, les aplazó el asunto, diciendo: Cuando baje el tribuno Lisias, examinaré vuestro caso.
23 Acto seguido, ordenó al centurión que lo custodiara, pero que tuviera libertad y a ninguno de los suyos impidiera atenderlo. 24 DespuĆ©s de algunos dĆas, llegó FĆ©lix con Drusila su mujer (que era judĆa), y llamando a Pablo, lo oyó acerca de la fe en CRISTO JESĆS.
25 Pero al disertar Ʃl sobre la justicia, el dominio propio y el juicio venidero,
Félix se llenó de temor y le dijo: ”Vete por ahora! Cuando tenga un tiempo
conveniente, te enviarĆ© a llamar. 26 Porque al mismo tiempo esperaba que Pablo le diera dinero; por lo cual, lo hacĆa llamar con frecuencia para conversar con Ć©l.
27 Cuando se cumplieron dos aƱos, FĆ©lix recibió como sucesor a Porcio Festo, y queriendo congraciarse con los judĆos, FĆ©lix dejó encadenado a Pablo.
Ā āŗ24.2 compareció… Lit. habiendo sido llamado.
āŗ24.7 Tanto el v. 7 como parte del 6 y del 8, faltan en los mss. mĆ”s antiguos y fidedignos del NTG.
āŗ24.8 acusamos…
ā24.6.
āŗ24.11 hace… Lit. hay para mĆ no mĆ”s de dĆas doce.
āŗ24.12 nadie… Lit. alguno.
āŗ24.14 sirvo… Gr. latreĆŗo;
āŗ24.15 resurrección… Mā aƱaden de los muertos.
āŗ24.17 para dar… Lit. dando.
āŗ24.18-19 ā21.17-28.
āŗ24.21 resurrección… ā23.6.
āŗ24.23 custodiara… Lit. custodiar; impidiera… Lit. impedir.
āŗ24.26 diera… Lit. serĆ” dado.

