Texto áureo: Números 35-36
Lecturas para adultos en la semana
Día 1 Números 35-36
Día 2 Josue 20-21
Día 3 Salmo 146-148
Día 4 Isaias 46-48
Día 5 Ezequiel 8-10
Día 6 Gálatas 2:1-10
I- Dios refugia para restaurar
Dios indica aquí que seis ciudades serían instituidas como «ciudades de refugio». El objetivo era el de servir como asilo para cualquier persona que hubiera matado a otra accidentalmente, permitiéndole así escapar de la acción vengadora de los parientes del difunto, a diferencia de aquellos que cometían un asesinato premeditadamente el cual debía ser ejecutado.
¿Quiénes serían los que administrarían estas ciudades de refugio? Necesariamente debían ser personas que vivieran en santidad y que tuvieran una relación constante con Dios. La única tribu que estaba a tiempo completo en el servicio a Dios y, por lo tanto, eso demandaba santidad y comunión con el Creador era la de Leví. Es verdad que todos quisiéramos servir a Dios en un área tan necesaria como la restauración de los pecadores o de los creyentes caídos; sin embargo, debemos entender que esta área demanda santidad y comunión con Dios. Por un lado, para poder testificar al necesitado acerca del correcto andar; por otro, para sazonar las palabras de exhortación y de ánimo con la gracia y el poder de Dios.
Las ciudades de refugio son el primer ejemplo de “rehabilitación de criminales” en la historia. Dios, en vez de mandarlos a una prisión junto con criminales más grandes y hacerles peores, los manda a las ciudades de los estudiosos y de los maestros de Israel. Cuando ellos dejaban esas ciudades (al morir el sumo sacerdote), de seguro podían llegar a ser más rectos que cuando entraron.
Paralelo a lo anterior, estas ciudades de refugio, que pertenecían a los levitas y estaban diseminadas por toda la tierra de Israel, ilustran el cuidado exhaustivo de Dios sobre aquel que por accidente o descuido había cometido un crimen. De forma metafórica, el vengador ilustra la culpa que perseguirá siempre a estas personas y cómo en Dios se puede encontrar refugio.
II- Los valores conforman las murallas del refugio.
Nada menos que 29 versículos (Nm 35:6-34) discuten las consecuencias de las dos clases de asesinatos: los intencionales y los no intencionales. Lo que muestra que no es un tema tan simple y que no se puede tomar a la ligera. ¿En qué puede consistir su complejidad? Veamos un ejemplo que nos puede aclarar:
En una sociedad, cualquiera que sea, el nivel de estabilidad, moralidad y la ausencia de criminalidad no se basan necesariamente en la cantidad de convictos que tengan, como si castigar al delincuente fuera la solución, sino en el hecho de cuán efectivo sea declarando y promulgando sus valores. No hay nada más importante para una sociedad que definir con firmeza lo bueno y lo malo, aún más allá de lo que la gente haga. Es verdad que muchas veces se cree que no es importante expresar los valores cuando no se puede castigar su incumplimiento, pero la realidad es que una sociedad va a vivir de acuerdo con los valores que conoce y no tanto con la ley que la rige.
Cuando las personas crecen con un sentido del bien y del mal en su perspectiva y en su entendimiento, debido a la claridad y las convicciones con que la familia y la sociedad expresan sus valores y su ética, entonces ellos experimentarán un rechazo interno por rodo lo que consideren inmoral. Ninguna sociedad eliminará los asaltos, las drogas o el asesinato sólo a través del castigo, a menos que exprese lo que opina sobre cada uno de ellos en la vida cotidiana de sus integrantes. La sociedad debe mirar desde su núcleo, que es la familia, al ladrón con desprecio, al asesino con espanto y al violador con absoluta intransigencia, si es que desea eliminar esos delitos. Pero si la sociedad no proyecta a los criminales ese mensaje, sino que por el contrario los trata con compasión y empatía por cosas como “una infancia difícil” (por ejemplo), no sólo garantiza que el crimen no sea eliminado, sino que alienta su incremento. Claro, esto no quita que sintamos amor por el inmoral, porque: ¿acaso Dios no amaba a Israel cuando dio estas leyes? Debemos desaprobar enfáticamente todos los crímenes y no darles ni el más mínimo grado de aceptación.
En todas las sociedades donde los valores se expresan claramente, el crimen se encuentra en su nivel mínimo. Cuando las leyes no terminan con los crímenes es porque la sociedad los acepta, así de simple.
Preguntas:
1.- ¿Cómo pudiera hacer más su iglesia local para lograr ser como una ciudad de refugio que restaure al hermano caído?
2.- ¿Qué ideas sugiere usted para hacer más efectivo el ministerio educativo de las familias?
3.- ¿Qué considera usted que Dios está diciendo en Nm 35:34?
4.- ¿Por qué cree usted que era importante definir qué pasaría exactamente con las hijas de Zelofehad?
Números 35
Ciudades levíticas y ciudades de refugio
1 Habló YHVH a Moisés en las llanuras de Moab, junto al Jordán, frente a Jericó, diciendo: 2 Ordena a los hijos de Israel que de su herencia en propiedad, den a los levitas ciudades en que puedan habitar, y entregaréis también a los levitas los pastizales de las ciudades en torno a ellas. 3 Las ciudades les servirán de morada y los pastizales serán para sus animales domésticos y para todas sus bestias. 4 Los pastizales de las ciudades que daréis a los levitas desde el muro de la ciudad hacia fuera, serán de dos mil codos en derredor. 5 Mediréis dos mil codos fuera de la ciudad por el límite oriental, dos mil codos por el límite sur, dos mil codos por el límite occidental y dos mil codos por la parte norte, quedando la ciudad en el centro. Esto será de ellos como pastizales para las ciudades. 6 Y daréis las ciudades a los levitas: seis ciudades serán de refugio, las cuales daréis para que se refugie allá el homicida, y a ellos cuarenta y dos ciudades. 7 Todas las ciudades que daréis a los
levitas serán cuarenta y ocho, junto con sus pastizales. 8 Las ciudades que daréis provendrán de la propiedad de los hijos de Israel. Del que tiene mucho tomaréis mucho, y del que tiene poco tomaréis poco. Cada uno cederá de sus ciudades para los levitas en proporción de la propiedad que haya heredado. 9 Luego YHVH habló a Moisés, diciendo: 10 Habla a los hijos de Israel y diles: Estáis por pasar el Jordán hacia la tierra de Canaán: 11 Os escogeréis ciudades que serán para vosotros
ciudades de asilo, adonde pueda refugiarse el homicida que mate a alguno sin intención. 12 Tales ciudades os servirán de refugio frente al vengador, y así el homicida no morirá antes de presentarse a juicio ante la asamblea.
13 Así pues, de las ciudades que daréis, tendréis seis ciudades de refugio. 14 Estableceréis tres ciudades a este lado del Jordán, y otras tres ciudades en la tierra de Canaán, las cuales serán de refugio. 15 Estas ciudades serán para refugio a los hijos de Israel, al extranjero y al que resida entre vosotros, para que allá se refugie todo el que mate a otro sin intención. 16 Pero si lo golpea con instrumento de hierro y muere, es asesino. El asesino será muerto irremisiblemente. 17 Si lo golpea piedra en mano, con que pueda matar, y muere, es un asesino. El asesino será muerto irremisiblemente. 18 Si lo golpea con un instrumento de madera en la mano, que pueda matar, y muere, es un asesino. El asesino será muerto irremisiblemente. 19 El
que redime la sangre, él mismo matará al asesino. En el momento en que lo encuentre, lo matará. 20 Y si por odio lo empuja, o lanza algo contra él deliberadamente, y muere, 21 o si por enemistad lo golpea con el puño y muere, el agresor será muerto sin remisión. Es asesino, y el que redime la sangre matará al asesino cuando lo encuentre. 22 Pero si casualmente, sin enemistad, lo empuja o lanza sobre él cualquier objeto sin premeditación, 23 o bien sin verlo hace caer sobre él alguna piedra, por la que pueda causar la muerte, y muere, no siendo su enemigo ni procurando su mal, 24 entonces la asamblea juzgará entre el que ha herido y el que redime la sangre, según estas leyes.
25 Así la asamblea librará al homicida de la mano del que redime la sangre, y la asamblea hará que vuelva a su ciudad de refugio, donde se había refugiado, y allí habitará hasta la muerte del sumo sacerdote, a quien se ungió con el aceite del santuario. 26 Pero si el homicida sale fuera del límite de la ciudad donde se había refugiado, 27 y el que redime la sangre lo encuentra fuera del límite de su ciudad de refugio, y el que redime la sangre mata al homicida, no será culpable de sangre, 28 pues aquel debió habitar en su ciudad de refugio hasta que hubiera muerto el sumo sacerdote. Solo después de la muerte del sumo sacerdote, el homicida podrá regresar a la tierra de su propiedad.
29 Estas cosas os serán por estatuto de juicio en vuestras generaciones venideras, en todos vuestros asentamientos.
30 Cualquiera que mate a alguno, por el testimonio de testigos se hará morir al homicida, pero el testimonio de un solo testigo no bastará para que una persona muera. 31 Por la vida del homicida no aceptaréis rescate. Es reo de muerte y será muerto irremisiblemente. 32 No aceptaréis rescate del que habiéndose asilado en su ciudad de refugio, vuelve para habitar en su tierra antes de la muerte del sacerdote.
33 No profanaréis la tierra en la cual estáis, porque la sangre profana la tierra, y la tierra no será expiada de la sangre que fue derramada en ella, excepto por la sangre del que la derramó. 34 No contaminarás la tierra donde vosotros habitáis, en medio de la cual Yo habito, porque Yo, YHVH, habito en medio de los hijos de Israel.
►35.1-8 →Jos. 21.1-42.
►35.3 serán para… TM añade el rebaño de ellos. Se sigue LXX →§194.
►35.4 dos mil… TM registra mil. Se sigue LXX.
►35.10 estáis… TM añade cuando. Se sigue LXX →§194.
►35.11-28 →Jos. 20.1-9.
►35.14 serán… TM añade ciudades. Se sigue LXX →§194.
►35.15 estas… TM añade seis. Se sigue LXX →§194.
►35.26 ciudad… TM añade de refugio. Se sigue LXX →§194. ►35.27 el que redime la sangre… Heb. goel dam = redentor de sangre. Responsable de vengar la muerte del familiar.
►35.30 testigo… →Dt. 17.6; 19.15.
36
Acerca del matrimonio de las herederas
1 Los jefes de las casas de la familia de Galaad, descendiente de Maquir ben Manasés, de las familias de los hijos de José, se presentaron ante Moisés y ante los jefes de las familias de los hijos de Israel, 2 y dijeron: YHVH ordenó a mi señor que reparta la tierra por suerte a los hijos de Israel. Asimismo a mi señor le fue ordenado por YHVH que diera la herencia de nuestro hermano Zelofejad a sus hijas. 3 Pero si ellas se casaran con uno de otra tribu israelita, su heredad sería sustraída de la
heredad de nuestros padres. Así, la heredad de la tribu a la que ellas pasen sería aumentada y la que nos tocó a nosotros disminuida. 4 Y cuando llegue el jubileo para los hijos de Israel, su heredad sería añadida a la heredad de la tribu de sus maridos, y así su heredad vendría a sustraerse de la heredad de la tribu de nuestros padres.
5 Entonces Moisés ordenó a los hijos de Israel, por mandato de YHVH, diciendo: Dicen bien los de la tribu de los hijos de José. 6 Esto es lo que ha ordenado YHVH respecto a las hijas de Zelofejad, a saber: Cásense con quien ellas quieran, con tal que se casen dentro de la familia de la tribu de su padre, 7 para que no ande rodando la herencia de los hijos de Israel de tribu en tribu, sino que los hijos de Israel conserven fielmente cada uno la heredad de sus padres.
8 Asimismo toda hija que tenga herencia en cualquier tribu de los hijos de Israel, debe casarse dentro de la familia de su padre, para que los hijos de Israel sigan poseyendo cada uno la herencia de sus padres, 9 y así no pasará la heredad de una tribu a otra y los hijos de Israel conservarán fielmente su propia herencia.
10 Conforme YHVH ordenó a Moisés, así hicieron las hijas de Zelofejad. 11 Y Maala, Tirsa, Hogla, Milca y Noa, hijas de Zelofejad, fueron para los hijos de sus tíos. 12 Fueron esposas en la familia de los hijos de Manasés ben José, y la heredad de ellas quedó en la tribu de la familia de su padre. 13 Estos son los mandamientos y decretos que YHVH ordenó por medio de Moisés en las llanuras de Moab, junto al Jordán, frente a Jericó.
►36.1 casas… TM añade paternas… cabeza. Se sigue LXX →§194.
►36.2 sus hijas… →27.7.
►36.3 TM repite hijos. Se sigue LXX →§194.
►36.7 heredad… TM añade de la tribu. Se sigue LXX →§194.
►36.8 familia… TM añade de la tribu. Se sigue LXX →§194.
►36.9 otra… TM añade las tribus. Se sigue LXX →§194. ►36.11 fueron… TM añade por mujeres. Se sigue LXX →§194.
►36.13 Moisés… TM añade a los hijos de Israel. Se sigue LXX →§194.
Josue 20-21
Ciudades de refugio
1 Y habló YHVH a Josué, diciendo: 2 Habla a los hijos de Israel, y diles: Asignad las ciudades de refugio, de las cuales os hablé por medio de Moisés, 3 para que el homicida que mate a alguien por error pueda huir, y aquellas ciudades os sirvan de
refugio. Y no será muerto el homicida por el vengador de la sangre, [[4-5]] 6 para que comparezca en juicio delante de la congregación.
7 Entonces hicieron apartar a Cedes en Galilea, en la serranía de Neftalí, a Siquem en la serranía de Efraín, y a Quiriat-Arba (que es Hebrón), en la serranía de Judá. 8 Y de la otra parte del Jordán designaron a Beser, en el desierto, en la llanura de la tribu de Rubén, a Ramot, en Galaad, de la tribu de Gad, y a Golán, en Basán, de la tribu de Manasés.
9 Estas son ciudades de refugio señaladas para los hijos de Israel y para el extranjero que habitara en medio de ellos, para que huyera allá todo aquel que quitara la vida por error, a fin de que no pereciera por mano del vengador de la sangre, antes de haber comparecido ante la asamblea.
►20.2 ciudades de refugio… →Nm. 35.6-32; Dt. 4.41-43; 19.1-13.
►20.3 el vengador
de la sangre… Es decir, el familiar responsable de vengar a su pariente muerto.
►20.4-5 Se sigue LXX. TM añade vv. 4-5 y parte del v. 6.
21
Ciudades para los levitas
1 En aquel tiempo los cabezas de las casas paternas de los levitas acudieron al sacerdote Eleazar, a Josué ben Nun y a los jefes de las tribus de Israel, 2 y en Silo, en tierra de Canaán, les hablaron diciendo: YHVH ordenó por medio de Moisés que se nos dieran ciudades para habitar, con sus pastizales para nuestros animales.
3 Entonces, conforme al dicho de YHVH, los hijos de Israel dieron de su heredad a los levitas las ciudades con sus pastizales: 4 La suerte salió para las familias del coatita, y los hijos del sacerdote Aarón (de los levitas) obtuvieron por sorteo de parte de la tribu de Judá, de la tribu de Simeón y de la tribu de Benjamín, trece ciudades. 5 Al resto de los hijos de Coat les fueron dadas por sorteo diez ciudades de las familias de la tribu de Efraín, de la tribu de Dan y de la media tribu de Manasés. 6 Los hijos de Gersón obtuvieron por sorteo, de parte de las familias de la tribu de Isacar, de la tribu de Aser, de la tribu de Neftalí y de la media tribu de Manasés, trece ciudades en el Basán. 7 Los hijos de Merari, por sus familias, de parte de la tribu de Rubén, de la tribu de Gad y de la tribu de Zabulón, doce ciudades. 8 Así los hijos de Israel dieron por sorteo a los levitas las ciudades con sus pastizales, tal como YHVH había ordenado por medio de Moisés.
9 De la tribu de los hijos de Judá y de la tribu de los hijos de Simeón, les dieron esas ciudades que fueron designadas 10 para los hijos de Aarón, de la familia de Coat, de los hijos de Leví, pues para ellos fue la primera suerte. 11 Y les dio la ciudad de Arba, padre de Anac (que es Hebrón), en la serranía de Judá, con los pastizales en sus alrededores.
12 Pero el campo de esta ciudad con sus aldeas los dieron a Caleb ben Jefone, como propiedad suya, 13 y a los hijos de Aarón una ciudad de refugio para los homicidas: Hebrón, y lo delimitado junto a ella, y además, Libna, y lo delimitado junto a ella, 14 Yatir y lo delimitado junto a ella, Estemoa y lo delimitado junto a ella, 15 Jolón y lo delimitado junto a ella, Debir y lo delimitado junto a ella, 16 Ain y lo delimitado junto a ella, Yuta y lo delimitado junto a ella, y Bet-Semes y lo delimitado junto a ella: nueve ciudades de esas dos tribus.
17 Y de la tribu de Benjamín, Gabaón y lo delimitado junto a ella, Geba y lo delimitado junto a ella, 18 Anatot y lo delimitado junto a ella, y Almón y lo delimitado junto a ella: cuatro ciudades. 19 El total de las ciudades de los sacerdotes, hijos de Aarón, fue trece. 20 Los levitas de las familias de los hijos de Coat, los que quedaban de los hijos de Coat, recibieron por sorteo unas ciudades de la tribu de Efraín, 21 y en la serranía de Efraín les dieron Siquem, como ciudad de refugio para el homicida, y lo delimitado junto a ella, Gezer y lo delimitado junto a ella, 22 Kibsaim y lo delimitado junto a ella y Bet-Jorón y lo delimitado junto a ella: cuatro ciudades. 23 De la tribu de Dan, Eltequé y lo delimitado junto a ella, Gibetón y lo elimitado junto a ella, 24 Ayalón y lo delimitado junto a ella y Gat-Rimón y lo delimitado junto a ella: cuatro ciudades.
25 Y de la media tribu de Manasés, Taanac y lo delimitado junto a ella y Gat-Rimón y lo delimitado junto a ella: dos ciudades. 26 En total fueron diez las ciudades con sus ejidos para el resto de las familias de los hijos de Coat. 27 A los hijos de Gersón (los levitas) les dieron de la otra media tribu de Manasés, a Golán, una de las ciudades de refugio para el homicida, en el Basán, y lo delimitado junto a ella, y a Beestera y lo delimitado junto a ella: dos ciudades.
28 De la tribu de Isacar, Cisón y lo delimitado junto a ella, Daberat y lo delimitado junto a ella, 29 Jarmut y lo delimitado junto a ella y Ein-Ganim y lo delimitado junto a ella: cuatro ciudades. 30 De la tribu de Aser, Miseal y lo delimitado junto a ella, Abdón y lo delimitado junto a ella, 31 Helcat y lo elimitado junto a ella, y Rehob y lo delimitado junto a ella: cuatro ciudades. 32 Y de la tribu de Neftalí, la ciudad de refugio para el homicida, Cedes, en Galilea, y lo delimitado junto a ella, Jamot-Dor y lo delimitado junto a ella, y Cartán y lo delimitado junto a ella: tres ciudades. 33 El total de las ciudades de los gersonitas, por sus familias, fue trece ciudades. 34 Y a las familias de los hijos de Merari, los levitas que quedaron, se les dio, de la tribu de Zabulón, Jocneam y lo delimitado junto a ella, Carta y lo delimitado junto a ella, 35 Dimna y lo delimitado junto a ella y Najalal y lo delimitado junto a ella: cuatro ciudades.
36 De la tribu de Rubén, Beser y lo delimitado junto a ella, Jasa y lo delimitado junto a ella, 37 Cademot y lo delimitado junto a ella y Mefaat y lo delimitado junto a ella: cuatro ciudades.
38 Y de la tribu de Gad, la ciudad de refugio para el homicida, Ramot en Galaad y lo delimitado junto a ella, Kahanim y lo delimitado junto a ella, 39 Hesbón y lo delimitado junto a ella y Jaser y lo delimitado junto a ella: cuatro ciudades.
40 El total de las ciudades que tocaron por suerte a los hijos de Merari, por sus familias, las que quedaban de las familias de los levitas, fue doce.
41 Todas las ciudades de los levitas que había en medio de la propiedad de los hijos de Israel fueron cuarenta y ocho ciudades con sus pastizales. 42 Cada una de estas ciudades con sus pastizales alrededor de ellas, en todas estas ciudades. 43 Así dio
YHVH a Israel toda la tierra que había jurado dar a sus padres. Y ellos tomaron posesión de ella y habitaron en ella.
44 Y YHVH les dio reposo alrededor, conforme a todo lo que había prometido con juramento a sus padres. Ninguno de todos sus enemigos pudo hacerles frente, sino que YHVH entregó a todos sus enemigos en sus manos. 45 No faltó ni una de todas las buenas palabras que YHVH había hablado a la casa de Israel. Todo se cumplió.
►21.2 →Nm. 35.1-8.
►21.38 Kahanim… TM registra Mahanim. Se sigue LXX.
Salmo 146-148
1 ¡Aleluya!
¡Alaba alma mía a YHVH!
2 Alabaré a YHVH en mi vida,
Tañeré para mi Elohim mientras viva.
3 No confiéis en príncipes,
Ni en hijo de hombre, en quien no hay salvación.
4 Sale su espíritu y vuelve al polvo; Ese día perecen sus planes.
5 ¡Cuán bienaventurado es aquel cuyo ayudador es el DIOS de Jacob!
Aquel cuya esperanza está en YHVH su Elohim,
6 Que hizo los cielos y la tierra; el mar, y todo lo que en ellos hay.
Que mantiene su fidelidad perpetuamente,
7 Que hace justicia a los oprimidos,
Que da pan a los hambrientos.
YHVH liberta a los cautivos,
8 YHVH da vista a los ciegos,
YHVH levanta a los caídos,
YHVH ama a los justos,
9 YHVH guarda a los extranjeros,
Al huérfano y a la viuda sostiene,
Y trastorna el camino de los impíos.
10 Reinará YHVH para siempre, tu Elohim, oh Sión,
De generación en generación.
¡Aleluya!
147
1 ¡Alabad a YH!
Porque es bueno entonar salmos a nuestro Elohim,
Porque suave y hermosa es la alabanza.
2 YHVH es el que edifica a Jerusalén
Y congrega a los dispersos de Israel,
3 El que sana a los quebrantados de corazón,
Y venda sus heridas.
4 El que enumera multitud de estrellas,
Y a cada una llama por su nombre.
5 Grande es nuestro Señor y abundante en poder,
Y su inteligencia es infinita.
6 YHVH sostiene a los humildes,
Abate a los malos hasta el polvo.
7 Cantad a YHVH en acción de gracias,
Entonad salmos con la cítara a nuestro Elohim,
8 El que cubre de nubes los cielos,
El que prepara lluvia para la tierra,
El que hace brotar la hierba en los montes.
9 El que da su alimento al ganado,
Y a las crías del cuervo que graznan.
10 No se deleita con la fortaleza del caballo,
Ni estima la agilidad de las piernas del hombre.
11 YHVH se complace en los que le temen,
Los que con ansia esperan en su misericordia.
12 ¡Alaba a YHVH, oh Jerusalén!
¡Alaba a tu Elohim, oh Sión!
13 Porque ha reforzado los cerrojos de tus puertas,
Y bendice a tus hijos dentro de ti.
14 El que pone paz en tus fronteras,
Y te sacia con lo mejor del trigo.
15 El que envía su mensaje a la tierra,
Y su Palabra corre velozmente.
16 El que envía la nieve como lana,
Y esparce la escarcha como ceniza.
17 El que arroja su granizo como mendrugos,
¿Quién puede resistir su helada?
18 Envía una orden, y los derrite,
Hace que su viento sople,
Y fluyen las aguas.
19 Manifestó sus palabras a Jacob,
Sus decretos y mandatos a Israel.
20 Con ninguna nación hizo así,
Ni les dio a conocer sus mandatos.
¡Aleluya!
►147.13 los cerrojos… Lit. las barras
148
1 ¡Aleluya!
¡Alabad a YHVH desde los cielos!
¡Alabadlo en las alturas!
2 ¡Alabadlo, vosotros todos sus mensajeros!
¡Alabadlo, vosotros todos sus ejércitos!
3 ¡Alabadlo, sol y luna!
¡Alabadlo, vosotras todas lucientes estrellas!
4 ¡Alabadlo, cielos de los cielos,
Y las aguas que están sobre los cielos!
5 Alaben el nombre de YHVH,
Pues Él lo mandó, y fueron creados.
6 Y los estableció a perpetuidad, para siempre,
Un decreto que no pasará.
7 Alabad a YHVH desde la tierra,
Cetáceos de todos los océanos,
8 El fuego y el granizo, la nieve y el vapor,
El viento huracanado, que cumple su mandato,
9 Los montes y todos los collados,
Los árboles frutales y los cedros,
10 Las fieras y todos los ganados,
Los reptiles y los pájaros alados;
11 Los reyes de la tierra y los pueblos del orbe,
Los príncipes, y todos los jueces de la tierra,
12 Los jóvenes y las doncellas,
Y los ancianos junto con los niños.
13 Alaben el nombre de YHVH,
Porque solo su Nombre es sublime,
Su majestad es más alta que los cielos y la tierra.
14 Y Él ha levantado el poderío de su pueblo,
Motivo de alabanza de todos sus santos,
De los hijos de Israel, su pueblo a Él allegado.
¡Aleluya!
Isaias 46-48
Los ídolos de las naciones (continuación)
1 ¡Bel se postra, Nebo se abate!
Sus ídolos son puestos sobre las bestias,
Y las estatuas que les cargan en andas,
Son una carga abrumadora.
2 Se abaten y se postran a una:
No pudieron librar de la carga,
Y ellos mismos van en cautiverio.
3 Escuchadme, oh casa de Jacob,
Remanente todo de la casa de Israel,
Que desde el nacimiento sois cargados por Mí,
Llevados desde la matriz.
4 Hasta vuestra vejez Yo seré el mismo,
Y hasta la ancianidad cargaré con vosotros.
Yo lo he hecho, y os seguiré llevando;
Yo cargaré con vosotros y os salvaré.
5 ¿A quién me asemejaréis, me igualaréis,
O me compararéis, para que seamos semejantes?
6 Sacan oro de la bolsa, pesan plata en la balanza,
Contratan a un orfebre que haga de ello un dios,
Se postran y lo adoran,
7 Se lo cargan a hombros, lo transportan;
Donde lo ponen, allí se queda,
No se mueve de su sitio;
Por mucho que le clamen, no responde,
Ni los libra de la tribulación.
8 Recordadlo y meditadlo,
Oh rebeldes, tenedlo en vuestro corazón,
9 Recordando de las cosas antiguas predichas: Yo soy DIOS.
No hay Elohim aparte de Mí,
10 Que desde el principio anuncio el fin,
Y desde antiguo cosas que no estaban hechas,
Que digo: Mi designio se cumplirá y haré todo mi deseo;
11 Que del oriente llamo al buitre,
De una tierra lejana al hombre de mi propósito;
Yo hablé, eso hará que suceda,
Lo que me he propuesto, eso haré.
12 Escuchadme, duros de corazón,
Que estáis lejos de la justicia.
13 Próxima está mi justicia, no está lejos,
Mi salvación no tardará;
Pondré salvación en Sión,
Y en Israel mi gloria.
►46.1 Bel… Deidad principal de Mesopotamia; Nebo… Hijo del dios Marduk.
►46.2 se postran… Esto es, los falsos dioses; la carga… Es decir, la carga profética para Israel →13.1, 23.1.
►46.4 hasta la ancianidad… Lit. hasta el cabello blanco. ►46.8 meditadlo… Sir: avergonzaos.
►46.10 desde antiguo… Otra traducción posible: Desde
el comienzo.
►46.12 duros… Otra traducción posible: obstinados.
47
Juicio sobre Babilonia
1 ¡Baja y siéntate en el polvo, virgen hija de Babilonia!
Entra a la tiniebla, hija de los caldeos,
Porque nunca más volverás a ser llamada tierna y delicada.
2 Toma las piedras del molino y muele el grano;
¡Quítate el velo y levántate el faldón!
¡Muestra tus muslos al vadear los ríos,
3 Descúbrase tu desnudez y sea vista tu vergüenza!
Tomaré venganza y no habrá quien interceda.
4 El que nos está redimiendo, cuyo nombre es YHVH Sebaot,
El Santo de Israel, dice:
5 Oh hija de los caldeos, siéntate y calla, y entra en la tiniebla,
Porque nunca más te volverán a llamar soberana de reinos.
6 Indignado contra mi pueblo, desprecié mi heredad,
Y la entregué en tu mano;
No tuviste compasión de ellos;
Abrumaste con tu yugo a los ancianos,
7 Diciéndote: Seré señora por siempre jamás;
Sin considerar esto, sin pensar en el desenlace.
8 Ahora pues, escucha esto, oh mujer lasciva,
Tú, que reinabas confiadamente, y te decías:
Yo, y nadie más que yo.
No me quedaré viuda, ni perderé a mis hijos.
9 Estas dos cosas te sobrevendrán de repente, en un mismo día,
Viuda y sin hijos te verás al mismo tiempo.
En su plena medida ya vienen contra ti,
A pesar de la multitud de tus hechizos y de tus más poderosos encantamientos.
10 Porque te confiaste en tu maldad, diciendo:
No hay quien me vea;
Fuiste pervertida por tu arrogante ciencia,
Y dijiste en tu corazón: Yo, y nadie más que yo.
11 Pero vendrá sobre ti una desgracia que no sabrás con
jurar,
Caerá sobre ti una calamidad de la que no te podrás librar;
Antes que puedas darte cuenta, la devastación vendrá sobre ti de repente.
12 Persiste ahora en tus con
juros y en tus muchas hechicerías,
Con las que te has desvelado desde tu juventud;
Quizá puedas sacar aún provecho, quizá ocasionar terror.
13 Estás perdida en la multitud de tus consejos;
¡Levántense ahora los que reparten los cielos,
Y los que contemplan las estrellas, y los pronosticadores,
Y que te salven de lo que te sobrevendrá!
14 He aquí, serán como paja, y el fuego los consumirá,
No podrán librar su vida del poder de unas llamas,
Que no son precisamente brasas para calentarse,
Ni lumbre ante el cual uno puede sentarse.
15 Así han sido para ti aquellos por los cuales te afanaste;
Aquellos con quienes has traficado desde tu juventud;
Andarán errantes, cada uno por su lado,
Y no habrá quien te pueda salvar.
►47.2 grano… Lit. harina. ►47.8 Se inserta mujer para suplir elipsis del original.
►47.13 pronosticadores… Lit. los que pronostican en los novilunios.
48
Infidelidad de Israel
1 Oíd esto, oh casa de Jacob,
Vosotros, que lleváis el nombre de Israel,
Y brotáis de la fuente de Judá;
Que juráis por el nombre de YHVH, e invocáis al Elohim de Israel,
Pero no con sinceridad ni rectitud,
2 Aunque os consideráis de la Ciudad Santa,
Y os apoyáis en el Elohim de Israel, cuyo nombre es YHVH Sebaot.
3 Las cosas primeras anuncié con anticipación;
Sí, de mi boca salieron: Yo las hice conocer;
De repente actué, y han acontecido.
4 Porque sé que eres obstinado, y tu cerviz es un tendón de hierro,
Y tu frente es de bronce,
5 Por eso te lo anuncié de antemano;
Antes que sucediera te lo hice oír,
Para que no dijeras: Mi ídolo lo ha hecho;
Mi estatua, de leño o de fundición, lo ha ordenado.
6 Lo oíste, ¡contémplalo todo! ¿y no lo admitirás?
Desde ahora te hago saber cosas nuevas,
Cosas ocultas, que tú no conoces;
7 Ahora han sido creadas, y no en días pasados,
Ni antes del día de hoy las habías oído,
Para que no digas: Ya lo sabía.
8 Nada oíste acerca de ellas, ni las conociste,
Aún no estaba abierto tu oído,
Porque Yo sabía que tú actuarías deslealmente;
Tanto, que desde el seno materno se te llamó rebelde.
9 Por causa de mi Nombre difiero mi ira;
Para mi propia alabanza la reprimo, para no destruirte.
10 Mira, te purifico no como a plata;
Te probaré en el crisol de la aflicción.
11 Por Mí, por amor de Mí mismo lo hago,
Para que mi Nombre no sea profanado,
Porque a otro no daré mi gloria.
12 Escúchame Jacob, a quien llamo Israel:
Yo soy el Primero, Yo soy el Eterno.
13 Mi mano cimentó la tierra y mi diestra extendió los cielos;
Cuando Yo los llamo, comparecen juntos.
Redención
14 Reuníos todos y escuchad:
¿Quién de ellos ha predicho estas cosas?
Aquel a quien YHVH ama, cumplirá sus designios en Babilonia,
Y mostrará su brazo sobre los caldeos.
15 Yo, Yo mismo he hablado y Yo lo he llamado,
Lo he traído, y ha de prosperar en su camino.
16 Acercaos a Mí, y oíd esto:
Yo no hago predicciones en secreto,
Cuando suceden, Yo ya estoy allí;
Y ahora me ha enviado Adonai YHVH y su Espíritu.
17 Así dice YHVH, el que te está redimiendo, el Santo de Israel:
Yo soy YHVH tu Elohim, que te enseña para tu provecho,
Y te conduce por el camino en que debes andar:
18 Si hubieras atendido mis mandamientos,
Entonces tu paz habría sido como un río,
Y tu justicia como las olas del mar.
19 Tu descendencia sería como la arena,
Como sus granos, los vástagos de tus entrañas,
Y tu nombre nunca sería cortado ni destruido delante de Mí.
20 ¡Salid de Babilonia, huid de los caldeos!
¡Anunciad con voz de júbilo, y proclamadlo,
Publicadlo hasta los confines de la tierra!
Decid: ¡YHVH ha redimido a su siervo Jacob!
21 No padecieron sed cuando los guió por el desierto;
Hizo brotar agua de la roca para ellos;
Partió la peña, y corrieron aguas.
22 No hay paz para los malos, dice YHVH.
►48.12 Se sigue LXX.
►48.14 ellos… Esto es, los ídolos; Aquel… Esto es, Ciro.
Ezequiel 8-10
La casa profanada
1 El año sexto, el día cinco del mes sexto, estando yo sentado en mi casa, y los ancianos de Judá sentados frente a mí, la mano de Adonai YHVH bajó allí sobre mí.
2 Y miré, y he aquí una semejanza de hombre como de fuego: De sus lomos para abajo la apariencia era como de fuego, y desde sus lomos para arriba, como un resplandor, como la refulgencia del bronce incandescente. 3 Y extendió como la
forma de una mano, y tomándome por una guedeja de mi cabeza, un viento me alzó entre la tierra y los cielos, y en visiones de Elohim me llevó a Jerusalén, a la entrada de la puerta que mira hacia el norte, donde estaba el asiento de una imagen del celo, la que provoca a celo.
4 Y he aquí la gloria del Elohim de Israel estaba allí, conforme a la visión que yo había visto en la llanura. 5 Y me dijo: Hijo de hombre, alza tus ojos hacia el norte. Y alcé mis ojos hacia el norte, y he aquí al norte de la puerta, el altar. 6 Me dijo entonces: Hijo de hombre, ¿has visto lo que ellos hacen? Grandes son las abominaciones que la casa de Israel hace aquí para alejarme de mi santuario. Pero aún verás abominaciones mayores. 7 Entonces me llevó a la entrada del atrio, 8 y me dijo: Hijo de hombre, ¡excava! Y excavé, y he aquí una puerta. 9 Me dijo luego: Entra, y contempla las perversas abominaciones que estos hacen aquí.
10 Entré, pues, y observé, y he aquí reptiles y bestias abominables, y todos los ídolos de la casa de Israel, pintados en todas las paredes en derredor. 11 Y delante de ellos estaban de pie setenta varones de los ancianos de Israel, con Jaazanías ben Safán, en medio de ellos, cada uno con su incensario en la mano, y una espesa nube de incienso iba subiendo. 12 Y me dijo: Hijo de hombre, ¿has visto lo que los ancianos de la casa de Israel están haciendo en la oscuridad, cada uno en sus cámaras plagadas de imágenes? Porque dicen: ¡YHVH no nos ve! ¡YHVH abandonó la tierra!
13 Me dijo después: Vuélvete, y verás abominaciones aún mayores que ellos hacen. 14 Y me llevó junto a la puerta septentrional de la Casa de YHVH, y vi allí mujeres sentadas plañendo a Tamuz. 15 Y me dijo: ¿Has visto hijo de hombre? ¡Pues aún verás mayores abominaciones que estas!
16 Y me llevó al atrio interior de la Casa de YHVH, y he aquí, que a la entrada del templo de YHVH, entre el pórtico y el altar, había unos veinticinco varones vueltos de espaldas al templo de YHVH, con sus rostros hacia el oriente, los cuales estaban postrándose hacia el oriente, adorando al sol. 17 Y me dijo: ¿Has visto hijo de hombre? ¿Le parece poco a la casa de Judá cometer las abominaciones que cometen aquí? Porque después de llenar el país de violencia, ¡he aquí, ponen la rama ante mis narices!
18 Pues también Yo procederé con furor. Mi ojo no se apiadará ni me compadeceré.
►8.2 Se sigue LXX →§194.
►8.3 viento… También espíritu, aliento; de la puerta… TM
añade interior.
►8.7-8 Se sigue LXX →§194.
►8.10 reptiles… TM añade toda clase. Se sigue LXX →§194. ►8.17 violencia… TM añade y han vuelto a provocarme. Se
sigue LXX →§194; §227; rama… Esto es, estaca votiva utilizada en el culto a Astarté y tallada en forma de falo →§16; mis narices… 10a enmienda de los Soferim →§6; §16.
►8.18 compadeceré… TM añade y gritarán a mis oídos y no los escucharé. Se sigue LXX →§194; §227.
9
La señal en la frente
1 Después lo oí llamar con recia voz, diciendo: ¡Acérquense los verdugos de la ciudad empuñando cada uno su arma mortal! 2 Y aparecieron seis varones por el camino de la puerta de arriba, la que da al norte, empuñando cada uno su arma destructora. Y en medio de ellos había un varón vestido de lino blanco, con un tintero de escriba ceñido a sus lomos. Y entraron y se mantuvieron de pie junto al altar de bronce.
3 Entonces la gloria del Elohim de Israel se elevó de encima del querubín sobre el cual había estado, en dirección al umbral de la Casa, y llamó al varón vestido de lino blanco, que tenía el tintero de escriba ceñido a sus lomos, 4 y le dijo YHVH: ¡Pasa en medio de la ciudad, en medio de Jerusalén, y pon una tav en las frentes de los hombres que gimen y se angustian a causa de todas las abominaciones que se hacen en medio de ella! 5 Luego, oyéndolo yo, dijo a los otros: ¡Pasad por la ciudad tras él y matad! ¡Vuestro ojo no perdone ni tengáis piedad! 6 ¡Al anciano, al joven y a la doncella, a los niños y a las mujeres, matadlos hasta exterminarlos! Pero no os acerquéis a ninguno en quien esté la señal. ¡Comenzad por mi santuario!
Comenzaron, pues, desde los varones ancianos que estaban delante de la Casa. 7 Y Él les dijo: ¡Profanad la Casa y llenad los atrios de cadáveres! ¡Salid ya! Y salieron y mataron en la ciudad.
8 Y aconteció, mientras ellos iban matando (yo quedé solo), que me postré sobre mi rostro, y clamé diciendo: ¡Ah, Adonai YHVH! ¿Destruirás a todo el remanente de Israel, derramando tu ardiente indignación sobre Jerusalén? 9 Y me dijo: La iniquidad de la casa de Israel y de Judá es sobremanera grande, pues el país está lleno de asesinatos, y la ciudad atestada de perversidad, pues dijeron: ¡YHVH ha abandonado la tierra! Y: ¡YHVH no lo ve! 10 Así también haré Yo: Mi ojo no perdonará, ni tendré misericordia, sino que haré recaer sus caminos sobre sus propias cabezas. 11 Y he aquí, el varón vestido de lino blanco, que llevaba el tintero ceñido a sus lomos, dio cuenta diciendo: He hecho conforme a todo lo que me mandaste.
►9.2 Se inserta ceñido para suplir elipsis del original .
►9.4 tav… Hápax. Esto es como una señal. Es la 22.ª (última) letra del alfabeto hebreo (ת). Se corresponde con la 19.ª del alfabeto griego (τ = tau), que tiene forma de cruz.
►9.10 Se sigue LXX →§194.
10
Asciende la gloria divina
1 Entonces miré, y he aquí, encima del firmamento que había sobre la cabeza de los querubines, aparecía como una piedra de zafiro, que tenía la semejanza de un trono.
2 Y Él habló al varón vestido de lino blanco, y le dijo: Entra en medio de las ruedas, por debajo de los querubines, y llena tus manos de ascuas de fuego de entre los querubines, y espárcelos sobre la ciudad. Y él entró delante de mi vista. 3 Al entrar
este varón, los querubines estaban de pie a la derecha de la Casa, y la nube llenaba el atrio interior.
4 Pero cuando la gloria de YHVH se elevó desde donde estaba el querubín, se detuvo en el umbral de la puerta, y la Casa fue llena de la nube y el atrio fue lleno del resplandor de la gloria de YHVH. 5 Y el rumor de las alas de los querubines se oía hasta el atrio exterior, como la voz de El-Shadday cuando habla. 6 Y cuando mandó al varón vestido de lino blanco, diciendo: Toma fuego de adentro de las ruedas, de en medio de los querubines, él entró y se quedó de pie junto a una de las ruedas.
7 Entonces extendió su mano por entre los querubines hacia el fuego, y tomando de este, lo puso en las manos del que estaba vestido de lino blanco, el cual lo tomó y salió.
8 Y apareció en los querubines, por debajo de sus alas, como la apariencia de una mano humana. 9 Y miré, y he aquí cuatro ruedas junto a los querubines, cada rueda a cada querubín, y la apariencia de las ruedas era como el resplandor del crisólito.
10 En cuanto a su apariencia, las cuatro tenían una misma semejanza, pero su hechura era como si una rueda estuviera encajada dentro de la otra 11 para poder rodar en las cuatro direcciones sin tener que girar al rodar, pues ya de antemano estaban orientadas en la dirección en que debían rodar, y al avanzar no se volvían. 12 Y sus espaldas, sus manos y sus alas, y también las ruedas (las cuatro ruedas), estaban llenos de ojos en derredor. 13 Y oí que las ruedas eran llamadas Galgal. [[14]] 15 Y los querubines ascendieron. Este es el ser viviente que yo había visto junto al río Quebar.
16 Y cuando los querubines se desplazaban, las ruedas andaban junto con ellos, y al alzar los querubines sus alas para remontarse sobre la tierra, las ruedas no se apartaban. 17 Cuando aquellos se detenían, estas también se detenían, y cuando ascendían, también subían con ellas, porque llevaban el espíritu de los seres vivientes.
18 Entonces la gloria de YHVH se retiró de sobre el umbral de la Casa, y quedó sobre los querubines.
19 Cuando los querubines partieron, desplegaron sus alas y ante mis propios ojos se remontaron de la tierra junto con las ruedas, y se detuvieron a la entrada de la puerta oriental de la Casa de YHVH, y la gloria del Elohim de Israel estaba sobre ellos.
20 Estos eran los mismos seres vivientes que había visto debajo del Elohim de Israel junto al río Quebar, y yo sabía que eran querubines. 21 Cada uno tenía cuatro caras y cada uno cuatro alas, y había como la apariencia de las manos de un hombre debajo de sus alas. 22 La semejanza de sus rostros era la de los rostros que yo había visto junto al río Quebar: su misma apariencia y esencia; y cada uno avanzaba de frente.
►10.5 El-Shadday… →§5. ►10.7, 9, 12 Se sigue LXX →§194. ►10.13 Galgal… Esto es, torbellino.
►10.14 TM añade v. Se sigue LXX →§194. ►10.16 apartaban… TM añade de junto a ellos. Se sigue LXX →§194.
Gálatas 2:1-10.
Apología (continuación)
1 Luego, después de catorce años, subí otra vez a Jerusalén con Bernabé, llevando conmigo también a Tito. 2 Y subí según una revelación y les expuse el Evangelio que proclamo entre los gentiles, y en privado, a los que tenían por importantes, no sea
que estuviera corriendo, o hubiera corrido en vano.
3 Sin embargo, ni Tito (que estaba conmigo), aun siendo griego, fue obligado a ser circuncidado, 4 pero esto fue a causa de los intrusos falsos hermanos, quienes se infiltraron para espiar nuestra libertad que tenemos en CRISTO JESÚS, para someternos a esclavitud; 5 a los cuales ni por un momento aceptamos someternos, para que la verdad del Evangelio permaneciera con vosotros.
6 Pero de los que parecían ser algo (lo que eran, nada me importa, DIOS no hace acepción de personas), a mí, ciertamente, los que tenían por importantes, nada me impartieron. 7 Al contrario, viendo que me había sido confiado el Evangelio de la incircuncisión, como a Pedro el de la circuncisión 8 (porque el que estaba energizando a Pedro para el apostolado de la circuncisión, también me energizó para con los gentiles), 9 y reconociendo la gracia que me había sido dada, Jacobo y Cefas y Juan (que tienen cierta fama de ser columnas) nos dieron la diestra a mí y a Bernabé en señal de compañerismo, para que nosotros fuéramos a los gentiles, y ellos a la circuncisión. 10 Solo nos pidieron que nos acordáramos de los pobres, y eso fue precisamente lo que me apresuré a hacer.
►2.1 Jerusalén… →Hch 11.30; 15.2.
►2.2 los que tenían por importantes… Es decir, los
prominentes. Se percibe un dejo de ironía del apóstol →vv. 2 y 6.
►2.4 Se inserta esto fue para suplir elipsis del original; someternos… Lit. nos someterán.
►2.6 acepción… →Dt 10.17.
►2.8 energizando… energizó… Gr. energéo = energizar →§317.
►2.9 Se inserta fuéramos para suplir elipsis del original. ►2.10 Se inserta nos pidieron para suplir elipsis del original.