Porción 11

Texto Ôureo: Génesis 18:1-15
Lecturas para adultos en la semana

Día 1 Génesis 18:1-15

DĆ­a 2 Jueces 13

DĆ­a 3 Isaias 40

DĆ­a 4 2ĀŖReyes 3-4

DĆ­a 5 Hechos 20

DĆ­a 6 1ĀŖTesalonicenses 1

I- El imitar a Dios.

Imagina esta escena: Abraham estĆ” teniendo una experiencia Ć­ntima con Dios, luego ve a tres visitantes y le dice a Dios: Ā«Perdóname, Dios, tengo que atender a mis invitados, vuelvo enseguidaĀ». ĀæPor quĆ© dejó Abraham la presencia divina para entretener a tres nómadas desconocidos? Si Ć©l estĆ” hablando con el creador del universo, hasta un ateo dirĆ­a que nadie se debe mover de ahĆ­. ĀæCómo puedeĀ ser que el recibir invitados pueda superar un tiempo con Dios? De seguro que la respuesta es simple, pero inesperada: Imitar a Dios es tan importante como hablar con ƉlĀ [1].

La manera mĆ”s poderosa de entender y conectarse con Dios es ser mĆ”s como Ɖl. Si se quiere entender su amor se debe amar a otros seres humanos, porque las satisfacciones y frustraciones que se experimentarĆ”n permitirĆ”n entender mucho mejor el amor de Dios al ser humano. Y los retos que produce el poder conectar armoniosamente con otros hombres permite conocer mĆ”s de Su amor.

II- Conversando con Ɣngeles.

¿CuÔntas veces el hombre interactúa con otros que ni siquiera conoce? Es bueno saber que algunos de esos desconocidos pudieran ser en algún momento Ôngeles, con un mensaje o auxilio que venga desde el corazón de Dios para nosotros [2].

Uno de los Ôngeles le informa a este matrimonio que finalmente tendrÔn un hijo. Claro que esto significó una gran sorpresa, pues Abraham tenía 99 años y Sara 90. En respuesta a esta noticia asombrosa y buena Sara sonrió con incredulidad, pero cometió un error, pues ella debía haber respondido: «”Amén!», y no simplemente reírse. Cuando recibimos alguna bendición, no deberíamos tomarla a la ligera. ”Amen!, es la respuesta mÔs sabia y certera a cualquier anuncio de bendición.

III- Hacedores de las obras de Dios.

Si se observa cuidadosamente el momento en que Abraham recibió a sus invitados se verÔ que hay una gran discrepancia entre lo que les ofrece y lo que realmente hizo. Les prometió poca comida y luego les sirvió un banquete. Su conducta ilustra un principio muy importante: habla poco y haz mucho. ¿Por qué es tan importante este principio? El asunto radica en que las conversaciones pueden hacer sentir muy realizado a la persona al hablar del tema, sin que ni siquiera haya empezado hacerlo, corriendo el riesgo de disfrutar tanto del hablar del asunto que no necesitarÔ hacerlo.

Al conversar sobre qué y cómo se va a hacer algo eso da un sentimiento de haberlo hecho que confunde al propio subconsciente humano. Es una de las trampas en la que mÔs fÔcil puede caer alguien. Por eso, generalmente, los que mÔs hablan de una acción son los que menos harÔn por ella, pues necesitan solo de la palabra para compensar su falta de acción. ”Qué diferente fueran las iglesias si en su mayoría encontrÔsemos mÔs hacedores que habladores!

IV- Dadores por gracia.

Dar es el fundamento de toda relación. Cuando dos personas se concentran en “dar”, el uno al otro, entonces es una relación que colabora en dos sentidos: Conectando y fraguando la unión. Pero cuando la atención se centra en “recibir” solamente, entonces esa dinĆ”mica presiona a direcciones opuestas creando rigidez y tensión. Esta realidad es ilustrada con la historia de Sodoma. ĀæCuĆ”l fue el terrible pecado que causó que esta ciudad fuera destruida? FĆ­jese que ellos hicieron lo contrario a Abraham con respecto a sus invitados.

GeogrĆ”ficamente hablando, Sodoma estĆ” situada junto al Mar Muerto. En Israel hay dos mares que se conectan a travĆ©s del rĆ­o JordĆ”n: al norte el mar de Galilea y al sur el mar Muerto. Ya que el Mar Muerto es el punto mĆ”s bajo del planetaĀ [3], todas las corrientes de agua se dirigen hacia Ć©l, pero el problema con esto es que nunca salen. Esta incapacidad para “dar” es la razón por la que se le llama Mar Muerto. Cuando Dios envĆ­a una tormenta de azufre para aniquilar Sodoma (Gn 18.24), en cierto sentido la ciudad ya habĆ­a sido destruida, porque toda cultura o sociedad que evita ā€œdarā€ se encuentra, en camino a su autodestrucción.

ĀæCómo podemos convertirnos en dadores? La respuesta es sencilla: Ā”Comience a dar! Algunas personas dicen: Ā«sólo puedo darle a alguien que yo quiero afectuosamenteĀ», pero esto es incorrecto. La palabra hebrea para ā€˜dar’ esĀ hav, que tiene la misma raĆ­z queĀ ahavĆ” que significa ā€˜amor’. AsĆ­ se puede entender que dar es un elemento muy importante del amor. Con el solo hecho de darle a otro se estĆ” invirtiendo en alguien que comienza a ser apreciado. Entonces no es darle a alguien porque se le aprecia, sino que tambiĆ©nĆ© es darle a alguien que deseamos comenzar a apreciar o aumentar nuestro aprecio. Algunas sugerencias para dar como cristianos es visitar a quienes estĆ©n en el hospital, invitar a amigos a una cena de comunión, siendo voluntario para servir comidas en un refugio de indigentes, o algo mĆ”s insignificante aparentemente como el lavar los platos en su hogar cuando no sea su obligación o su turno. Imitar a Dios con entusiasmo siendo un dador es algo que acercarĆ” al creyente a Ɖl.

Preguntas:

1.- ĀæPor quĆ© crees que Dios le exige al hombre que sea santo como Ɖl?

2.- ¿Recuerdas alguna situación en que apareció alguien que pudiera haber sido un Ôngel? ¿Conoces a alguien que te haya contado acerca de haber conocido a un Ôngel?  Si las respuestas anteriores son negativas, busca entre los hermanos de la iglesia si alguien ha tenido una experiencia parecida.

3.- ĀæConoces de alguien que su nacimiento haya sido un milagro?

4.- ¿Existe algún texto que sugiera el ser menos habladores y mÔs hacedores? ¿Qué sucedería si en la iglesia hubiera mÔs del segundo grupo que del primero?

5.- A la luz de esta porción, ¿por qué cree usted que Abraham dio los diezmos a Melquisedec sin una ley previa (Gn 14:17-20)?

6.- ¿Cómo pudiera sugerirle ideas prÔcticas a otra persona acerca de dar?

[1] 1P 1:15-16.

[2] He 13:2.

[3] Se encuentra 396 metros bajo el nivel del mar.

 

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