Texto Ôureo: Génesis 18:1-15
Lecturas para adultos en la semana
DĆa 1Ā GĆ©nesis 18:1-15
DĆa 2 Jueces 13
DĆa 3 Isaias 40
DĆa 4 2ĀŖReyes 3-4
DĆa 5 Hechos 20
DĆa 6 1ĀŖTesalonicenses 1
I- El imitar a Dios.
Imagina esta escena: Abraham estĆ” teniendo una experiencia Ćntima con Dios, luego ve a tres visitantes y le dice a Dios: Ā«Perdóname, Dios, tengo que atender a mis invitados, vuelvo enseguidaĀ». ĀæPor quĆ© dejó Abraham la presencia divina para entretener a tres nómadas desconocidos? Si Ć©l estĆ” hablando con el creador del universo, hasta un ateo dirĆa que nadie se debe mover de ahĆ. ĀæCómo puedeĀ ser que el recibir invitados pueda superar un tiempo con Dios? De seguro que la respuesta es simple, pero inesperada: Imitar a Dios es tan importante como hablar con ĆlĀ [1].
La manera mĆ”s poderosa de entender y conectarse con Dios es ser mĆ”s como Ćl. Si se quiere entender su amor se debe amar a otros seres humanos, porque las satisfacciones y frustraciones que se experimentarĆ”n permitirĆ”n entender mucho mejor el amor de Dios al ser humano. Y los retos que produce el poder conectar armoniosamente con otros hombres permite conocer mĆ”s de Su amor.
II- Conversando con Ɣngeles.
¿CuÔntas veces el hombre interactúa con otros que ni siquiera conoce? Es bueno saber que algunos de esos desconocidos pudieran ser en algún momento Ôngeles, con un mensaje o auxilio que venga desde el corazón de Dios para nosotros [2].
Uno de los Ć”ngeles le informa a este matrimonio que finalmente tendrĆ”n un hijo. Claro que esto significó una gran sorpresa, pues Abraham tenĆa 99 aƱos y Sara 90. En respuesta a esta noticia asombrosa y buena Sara sonrió con incredulidad, pero cometió un error, pues ella debĆa haber respondido: «”AmĆ©n!Ā», y no simplemente reĆrse. Cuando recibimos alguna bendición, no deberĆamos tomarla a la ligera. Ā”Amen!, es la respuesta mĆ”s sabia y certera a cualquier anuncio de bendición.
III- Hacedores de las obras de Dios.
Si se observa cuidadosamente el momento en que Abraham recibió a sus invitados se verÔ que hay una gran discrepancia entre lo que les ofrece y lo que realmente hizo. Les prometió poca comida y luego les sirvió un banquete. Su conducta ilustra un principio muy importante: habla poco y haz mucho. ¿Por qué es tan importante este principio? El asunto radica en que las conversaciones pueden hacer sentir muy realizado a la persona al hablar del tema, sin que ni siquiera haya empezado hacerlo, corriendo el riesgo de disfrutar tanto del hablar del asunto que no necesitarÔ hacerlo.
Al conversar sobre quĆ© y cómo se va a hacer algo eso da un sentimiento de haberlo hecho que confunde al propio subconsciente humano. Es una de las trampas en la que mĆ”s fĆ”cil puede caer alguien. Por eso, generalmente, los que mĆ”s hablan de una acción son los que menos harĆ”n por ella, pues necesitan solo de la palabra para compensar su falta de acción. Ā”QuĆ© diferente fueran las iglesias si en su mayorĆa encontrĆ”semos mĆ”s hacedores que habladores!
IV- Dadores por gracia.
Dar es el fundamento de toda relación. Cuando dos personas se concentran en “dar”, el uno al otro, entonces es una relación que colabora en dos sentidos: Conectando y fraguando la unión. Pero cuando la atención se centra en “recibir” solamente, entonces esa dinĆ”mica presiona a direcciones opuestas creando rigidez y tensión. Esta realidad es ilustrada con la historia de Sodoma. ĀæCuĆ”l fue el terrible pecado que causó que esta ciudad fuera destruida? FĆjese que ellos hicieron lo contrario a Abraham con respecto a sus invitados.
GeogrĆ”ficamente hablando, Sodoma estĆ” situada junto al Mar Muerto. En Israel hay dos mares que se conectan a travĆ©s del rĆo JordĆ”n: al norte el mar de Galilea y al sur el mar Muerto. Ya que el Mar Muerto es el punto mĆ”s bajo del planetaĀ [3], todas las corrientes de agua se dirigen hacia Ć©l, pero el problema con esto es que nunca salen. Esta incapacidad para “dar” es la razón por la que se le llama Mar Muerto. Cuando Dios envĆa una tormenta de azufre para aniquilar Sodoma (Gn 18.24), en cierto sentido la ciudad ya habĆa sido destruida, porque toda cultura o sociedad que evita ādarā se encuentra, en camino a su autodestrucción.
ĀæCómo podemos convertirnos en dadores? La respuesta es sencilla: Ā”Comience a dar! Algunas personas dicen: Ā«sólo puedo darle a alguien que yo quiero afectuosamenteĀ», pero esto es incorrecto. La palabra hebrea para ādarā esĀ hav, que tiene la misma raĆz queĀ ahavĆ” que significa āamorā. AsĆ se puede entender que dar es un elemento muy importante del amor. Con el solo hecho de darle a otro se estĆ” invirtiendo en alguien que comienza a ser apreciado. Entonces no es darle a alguien porque se le aprecia, sino que tambiĆ©nĆ© es darle a alguien que deseamos comenzar a apreciar o aumentar nuestro aprecio. Algunas sugerencias para dar como cristianos es visitar a quienes estĆ©n en el hospital, invitar a amigos a una cena de comunión, siendo voluntario para servir comidas en un refugio de indigentes, o algo mĆ”s insignificante aparentemente como el lavar los platos en su hogar cuando no sea su obligación o su turno. Imitar a Dios con entusiasmo siendo un dador es algo que acercarĆ” al creyente a Ćl.
Preguntas:
1.- ĀæPor quĆ© crees que Dios le exige al hombre que sea santo como Ćl?
2.- ¿Recuerdas alguna situación en que apareció alguien que pudiera haber sido un Ôngel? ¿Conoces a alguien que te haya contado acerca de haber conocido a un Ôngel?  Si las respuestas anteriores son negativas, busca entre los hermanos de la iglesia si alguien ha tenido una experiencia parecida.
3.- ĀæConoces de alguien que su nacimiento haya sido un milagro?
4.- ĀæExiste algĆŗn texto que sugiera el ser menos habladores y mĆ”s hacedores? ĀæQuĆ© sucederĆa si en la iglesia hubiera mĆ”s del segundo grupo que del primero?
5.- A la luz de esta porción, ¿por qué cree usted que Abraham dio los diezmos a Melquisedec sin una ley previa (Gn 14:17-20)?
6.- ¿Cómo pudiera sugerirle ideas prÔcticas a otra persona acerca de dar?
[1] 1P 1:15-16.
[2] He 13:2.
[3] Se encuentra 396 metros bajo el nivel del mar.
GƩnesis 18:1-15.
1DespuĆ©s, YHVH se le apareció en el encinar de Mamre, estando Ć©l sentado a la puerta de su tienda al mediodĆa. 2Y alzando sus ojos, miró, y he aquĆ tres varones erguidos frente a Ć©l. Al verlos, corrió a su encuentro desde la puerta de su tienda y se postró a tierra, 3y exclamó: Ā”Oh SeƱor!, si he hallado gracia ante tus ojos, no pases de largo junto a tu siervo. 4Ā”TrĆ”igase agua, y laven vuestros pies y refrescaos bajo el Ć”rbol! 5TraerĆ© un pedazo de pan para que os sustentĆ©is, pues por eso habĆ©is pasado junto a vuestro siervo, y luego seguirĆ©is adelante. Contestaron: Sea asĆ, haz como has dicho.
6Abraham se apresuró a entrar en la tienda de Sara, y le dijo: Ā”Toma pronto tres medidas de flor de harina, amĆ”salas y haz tortas! 7En seguida, corriendo hacia la vacada, Abraham tomó un becerro tierno y bueno, y se lo dio al mozo, quienĀ se apresuró a aderezarlo. 8Juntamente con el becerro que habĆa aderezado, tomó tambiĆ©n cuajada y leche y lo presentó ante ellos. Y mientras Ć©l se mantenĆa de pie junto a ellos debajo del Ć”rbol, ellos comĆan. 9DespuĆ©s le dijo: ĀæDónde estÔ Sara tu mujer? Y respondiendo, dijo: He aquĆ, estĆ” en la tienda. 10Y dijo: Cuando vuelva a verte, segĆŗn el tiempoĀ seƱalado, Sara tu mujer tendrĆ” un hijo. Y Sara, que estaba detrĆ”s de Ć©l junto a la entrada de la tienda, lo oyó.
11Ahora bien, Abraham y Sara eran ancianos, entrados en dĆas, y a Sara le habĆa cesado la costumbre de las mujeres. 12Y Sara rió para sus adentros, pensando: ĀæHabiendo envejecido tendrĆ© la dicha, siendo mi seƱor un anciano?Ā 13Y dijo Adonai a Abraham: ĀæPor quĆ© rió Sara diciendo para sus adentros: DarĆ© a luz cuando ya he envejecido? 14ĀæCarece de fuerza una palabra que viene de Elohim? Al tiempo seƱalado volverĆ© a ti y Sara tendrĆ” un hijo. 15Pero SaraĀ negó diciendo: No me he reĆdo (pues tuvo miedo). Pero Ćl dijo: No, realmente te has reĆdo.
āŗ18.5 Se sigue LXX.
āŗ18.9 dijo… TM dijeron.
āŗ18.10 Y dijo… Esto es, Dios āRo 9.9.
āŗ18.12 siendo mi seƱor…Ā ā1P 3.6.
āŗ18.13-14 Se sigue LXX.
āŗ18.14 carece de fuerza una palabra… āLc 1.37.
Jueces 13.
1Los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo ante los ojos de YHVH, y YHVH los entregó en poder de los filisteosĀ cuarenta aƱos. 2Hubo entonces un hombre de Sora, de la tribu de Dan, llamado Manoa. Su mujer era estĆ©ril y no habĆaĀ tenido descendencia. 3Pero el Ćngel de YHVH se apareció a aquella mujer y le dijo: He aquĆ eres estĆ©ril y no has tenidoĀ descendencia, pero concebirĆ”s y darĆ”s a luz un hijo.
4Ahora pues, no bebas vino (yayin) ni licor fuerte (sekar) ni comas cosa inmunda (tame), 5porque he aquà concebirÔs y darÔs a luz un hijo. No pasarÔ navaja sobre su cabeza, porque ese niño serÔ nazareo de DIOS desde el vientre, y él comenzarÔ a librar a Israel de mano de los filisteos.
6La mujer fue entonces y habló a su marido, diciendo: Un varón de DIOS vino a mĆ, y su aspecto era como el aspecto deĀ un Ć”ngel de DIOS, muy terrible; y no le preguntĆ© de dónde era, ni Ć©l me declaró su nombre; 7solo me dijo: He aquĆ, concibe, y darĆ”s a luz un hijo, y no bebas ahora vino ni licor fuerte ni comas cosa inmunda, porque este niƱo serĆ” nazareo de DIOS desde el vientre hasta el dĆa de su muerte.
8Entonces Manoa imploró a YHVH, y dijo: Ah, SeƱor mĆo, te ruego que venga de nuevo a nosotros aquel varón de DIOS que enviaste, y nos instruya quĆ© haremos con el niƱo que ha de nacer. 9Y Elohim escuchó la voz de Manoa, y el mensajero (malak/angelos) de DIOS vino otra vez a la mujer, estando ella sentada en el campo, pero Manoa, su marido, no estaba con ella.
10Y la mujer se apresuró y corrió y le informó a su marido, y le dijo: He aquĆ que se me ha aparecido el mismo varón que vino a mĆ el otro dĆa. 11Y se levantó Manoa y encaminado tras su mujer, llegó ante aquel varón, y le dijo: ĀæEres tĆŗ el varón que habló a esta mujer? Y Ćl dijo: Yo soy. 12Y Manoa dijo: Que se cumpla tu palabra.Ā ĀæCómo serĆ” el modo de vida del niƱo y quĆ© se le ha de hacer?Ā 13Y el mensajero (malak/angelos) de YHVH respondió a Manoa: La mujer se guardarĆ” de todas las cosas que Yo le dije:Ā 14No comerĆ” nada que proceda de la vid, ni beberĆ” vino ni licor fuerte, y no comerĆ” cosa inmunda. GuardarĆ” todo lo que le ordenĆ©. 15Entonces Manoa dijo al mensajero (malak/angelos) de YHVH: Te ruego, permĆtenos detenerte y preparar para ti un cabrito delĀ rebaƱo.Ā 16 El mensajero (malak/angelos) de YHVH respondió a Manoa: Aunque me detuvieras no comerĆa de tu manjar, pero si preparas holocausto,Ā ofrĆ©celo a YHVH.
Y Manoa no sabĆa que era el mensajero (malak/angelos) de YHVH. 17Y dijo Manoa al Ćngel de YHVH: ĀæCuĆ”l es tu nombre, para que te honremos cuando se cumpla tu palabra? 18Y el Ćngel de YHVH respondió a Manoa: ĀæPor quĆ© preguntas mi Nombre si ves que es Admirable?
19Entonces Manoa tomó un cabrito del rebaƱo, y la ofrenda vegetal, y lo sacrificó sobre la peƱa a YHVH. Y mientras Manoa y su mujer lo contemplaban, obró maravillosamente, 20porque sucedió que mientras la llama subĆa de sobre el altar hacia los cielos, tambiĆ©n el mensajero (malak/angelos) de YHVH ascendió juntamente con la llama del altar. Al verlo Manoa y su mujer,Ā cayeron en tierra sobre sus rostros. 21Y el mensajero (malak/angelos) de YHVH no volvió mĆ”s a mostrarse a Manoa ni a su mujer. Entonces Manoa comprendió que era el Ćngel de YHVH. 22Por lo cual dijo Manoa a su mujer: Ā”Sin duda moriremos, porqueĀ hemos visto a Elohim! 23Pero su mujer le respondió: Si YHVH hubiera querido hacernos morir, no habrĆa tomado de nuestra mano el holocausto y la ofrenda, ni nos habrĆa mostrado estas cosas, ni nos habrĆa anunciado en este tiempo cosa semejante.Ā 24Y la mujer dio a luz un hijo, y llamó su nombre Sansón. Y el niƱo creció, y YHVH lo bendijo. 25Y el EspĆritu de YHVHĀ comenzó a impulsarlo en los campamentos de Dan, entre Sora y Estaol.
āŗ13.5 nazareo… āNm 6.1-21.
āŗ13.19 contemplaban… Esto es, al Ćngel deĀ YHVH.
āŗ13.24 Sansón… Esto es, pequeƱoĀ sol.
Isaias 40.
1”Consolad, consolad a mi pueblo, dice vuestro Elohim! 2”Hablad al corazón de Jerusalén! ”Gritadle que su dura milicia ha terminado, y su culpa ha sido cancelada! Pues de mano de YHVH ha recibido el doble por sus pecados.
3Una voz grita en el desierto: Ā”Allanad el camino de Adonai! Ā”Practicad las sendas derechas de nuestro Elohim!Ā 4Que los valles se levanten, que los montes y las colinas se abajen, que lo torcido se enderece y lo escabroso se allane, 5y serĆ” manifestada la gloria de YHVH, y toda carne verĆ” la salvación (yeshĆŗa) de Elohim, porque YHVH lo dijo. 6Una voz dice: Ā”Proclama! Otra responde: ĀæQuĆ© proclamarĆ©? Que toda carne es como hierba, y toda su gloria como flor de hierba, 7sĆ©case la hierba y marchĆtase la flor, 8pero la Palabra de nuestro Elohim permanece para siempre.Ā 9Ā”SĆŗbete a un monte alto, oh Sión, anunciadora de buenas noticias! Ā”Alza fuerte tu voz, oh JerusalĆ©n, anunciadora de buenas noticias! Ā”Ćlzala, no temas!Ā Di a las ciudades de JudĆ”: Ā”AquĆ estĆ” vuestro Elohim! 10Ā”Mirad: el SeƱor YHVH viene con poder, y su brazo manda! Ā”He aquĆ su galardón con Ćl y su recompensa lo precede!Ā 11ApacentarĆ” su grey como pastor, recogerĆ” a los corderitos en sus brazos, los llevarĆ” en su regazo, y sustentarĆ” a las reciĆ©n paridas. 12ĀæQuiĆ©n midió a puƱados el mar, o mensuró a palmos los cielos, o a cuartillos el polvo de la tierra? ĀæQuiĆ©n pesó en balanza los montes, y en bĆ”scula las colinas? 13ĀæQuiĆ©n conoció la mente de YHVH? ĀæQuiĆ©n fue su consejero? ĀæQuiĆ©n lo instruirĆ”? 14O, Āæa quiĆ©n consultó para que lo instruyera? O, ĀæquiĆ©n le mostró el juicio? O, ĀæquiĆ©n le mostró el camino del conocimiento? 15He aquĆ, los gentiles le son gotas en un cubo; valen lo que el polvillo de la balanza; las islas le pesan lo que un grano de polvo; 16el LĆbano no basta para leƱa, ni sus bestias alcanzan para el holocausto. 17Todos los gentiles le son como nada, le son estimadas como nada.Ā 18ĀæCon quiĆ©n compararĆ©is a Elohim? ĀæQuĆ© imagen le contrapondrĆ©is? 19ĀæLa estatua que funde el escultor y el orfebre recubre de oro?Ā 41.6Cada cual ayudó a su compaƱero, cada cual dijo a su hermano: Ā”Ćnimo!Ā 41.7AsĆ anima el escultor al orfebre, y el forjador al que bate el yunque, y dicen: Ā”Buena soldadura! Y la aseguran con clavos para que no se mueva.Ā 20El tallador escoge un leƱo que no se pudra, y se informa diligentemente cómo construirĆ” su estatua para que no se mueva.Ā 21ĀæNo sabĆ©is ni habĆ©is oĆdo? ĀæNo os lo anunciaron de antemano? ĀæNo lo habĆ©is entendido desde la fundación del mundo?Ā 22El que se sienta sobre el cĆrculo de la tierra, cuyos habitantes le son como langostas; que extendió los cielos como un velo, y los desplegó como tienda para habitar; 23que reduce los prĆncipes a nada, y convierte en vanidad a los jueces de la tierra: 24Apenas plantados, apenas sembrados, apenas arraigados en la tierra, sopla sobre ellos, y se agostan, y el vendaval los arrebata como paja.Ā 25ĀæA quiĆ©n me compararĆ©is, para que me asemeje? Dice el Santo: 26Alzad vuestros ojos a lo alto y mirad: ĀæQuiĆ©n desplegó todo esto? El que saca a sus ejĆ©rcitos por nĆŗmero, y a cada uno convoca por su nombre, y por la grandeza de su gloria y fortaleza de su poder ninguno deja de presentarse.Ā 27ĀæPor quĆ© hablas, oh Jacob, y dices, Israel: Mi camino estĆ” oculto a YHVH, mi Elohim ignora mi causa?Ā 28ĀæAcaso no lo sabes ni lo has oĆdo? YHVH es Elohim eterno, Creador de los confines de la tierra, no se cansa ni se fatiga, y su inteligencia es insondable.Ā 29Ćl fortalece al cansado, acrecienta el vigor al que no tiene; 30aun los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes tropiezan y vacilan, 31pero los que esperan en YHVH tienen nuevas fuerzas, remontan vuelo como las Ć”guilas, corren y no se fatigan, andan y no se cansan.
āŗ40.3 Se sigue LXX.
āŗ40.5 salvación… TM omite. Se sigue LXX.
āŗ40.6 su gloria… TM: su bondad.
āŗ40.7-8 SeĀ sigue LXX.
āŗ40.18 Elohim… Lit. El. Contracción de Elohim.
āŗ40.19 Secuencia de LXX: 41.6-7; 40.20.
2 Reyes 3.
1Joram ben Acab comenzó a reinar en Israel en el aƱo dĆ©cimo octavo de Josafat, rey de JudĆ”, y reinó doce aƱos. 2E hizo lo malo a ojos de YHVH, aunque no tanto como su padre y su madre, pues quitó el pilar de Baal que habĆa erigido su padre. 3Sin embargo, se dio a los pecados de Jeroboam ben Nabat, por los que hizo pecar a Israel, y no se apartó de ellos.
4 Entonces Mesa, rey de Moab, era criador de ovejas y tributaba al rey de Israel la lana de cien mil corderos, y cien mil carneros lanudos. 5Pero sucedió cuando murió Acab, que el rey de Moab se rebeló contra el rey de Israel. 6Y aquel dĆa el rey Joram salió de Samaria y pasó revista a todo Israel. 7TambiĆ©n fue y envió a decir a Josafat, rey de JudĆ”: El rey de Moab se ha rebelado contra mĆ, ĀæirĆ”s conmigo a la guerra contra Moab? Y respondió: Ā”SubirĆ©!, yo soy como tĆŗ; mi pueblo como tu pueblo; mis caballos como tus caballos. 8Y aƱadió: ĀæPor cuĆ”l camino subiremos? Y respondió: El camino delĀ desierto de Edom.
9Partieron, pues, el rey de Israel, el rey de JudĆ” y el rey de Edom, e hicieron una marcha de siete dĆas, hasta que no huboĀ agua para el campamento ni para las bestias que los seguĆan. 10Entonces el rey de Israel dijo: Ā”Ay! Ā”YHVH ha traĆdo a estos tres reyes para entregarlos en manos de Moab! 11Pero Josafat preguntó: ĀæNo hay aquĆ un profeta de YHVH para que consultemos a YHVH por medio de Ć©l? Entonces uno de los siervos del rey de Israel respondió y dijo: AquĆ estĆ” Eliseo ben Safat, que vertĆa agua en manos de ElĆas.Ā 12Y Josafat dijo: La palabra de YHVH estĆ” con Ć©l. Y el rey de Israel, Josafat, y el rey de Edom bajaron a Ć©l.Ā 13Y Eliseo dijo al rey de Israel: ĀæQuĆ© tengo que ver contigo? Ā”Ve a los profetas de tu padre! Pero el rey de Israel le respondió: No, porque YHVH ha reunido a los tres reyes para entregarlos en manos de Moab. 14Entonces Eliseo dijo: Ā”Vive YHVH de los ejercitos (Sebaot), ante quien estoy, que si no fuera por respeto a la presencia de Josafat rey de JudĆ”, no te harĆa caso ni te mirarĆa! 15Pero, traedme ahora un taƱedor. Y sucedió que mientras el taƱedor taƱĆa, la mano de YHVH vino sobre Ć©l, 16y dijo: AsĆ dice YHVH: Haced en este valle muchas zanjas, 17porque YHVH dice asĆ: No verĆ©is viento, ni verĆ©is lluvia, pero aquel valle se llenarĆ” de agua, y beberĆ©is vosotros, vuestros ganados y vuestras bestias. 18Y si esto es poco a ojos de YHVH, Ćl entregarĆ” tambiĆ©n a Moab en vuestras manos. 19Y les conquistarĆ©is cada ciudad fortificada, y talarĆ©is todoĀ Ć”rbol bueno, y cegarĆ©is toda fuente de agua, y cubrirĆ©is con piedras toda la buena parcela.
20Y sucedió por la maƱana, al tiempo de ofrecerse el sacrificio matutino, he aquĆ vinieron aguas por el camino de Edom, y la región se llenó de agua. 21Y todo Moab escuchó que los reyes subĆan a luchar contra ellos, y fueron llamados todos los aptos para ceƱir cinto, y se emplazaron en la frontera.
22Cuando se levantaron de madrugada, el sol brillaba sobre las aguas, y los de Moab vieron desde lejos las aguas rojas como la sangre, 23y dijeron: Ā”Es sangre! Ciertamente los reyes se han atacado uno a otro y cada uno ha matado a su compaƱero. Ahora, pues, Moab: Ā”Al botĆn! 24Pero cuando entraron al campamento de Israel, se levantaron los israelitas y vencieron a Moab, quienes huyeron ante ellos. Y golpearon a Moab con furia, 25y destruyeron las ciudades, y en cada porción de buena tierra, cada hombre arrojó su piedra cubriĆ©ndola, y cegaron toda fuente de agua, y talaronĀ todos los buenos Ć”rboles, incluso en Kir-Hareset no dejaron sino sus piedras, despuĆ©s que los honderos la cercaron y laĀ destruyeron. 26 Y cuando el rey de Moab vio que la batalla arreciaba contra Ć©l, tomó consigo setecientos hombres diestros con la espada, para abrirse paso contra el rey de Edom, pero no pudieron.
27 Entonces tomó a su hijo primogĆ©nito, que habĆa de reinar en su lugar, y lo ofreció en holocausto sobre el muro. Y hubo una gran indignación de parte de los israelitas,Ā quienes se apartaron de Ć©l, y volvieron a su tierra.
āŗ3.1 en Israel… TM aƱade en Samaria. Se sigue LXX.
āŗ3.4 lanudos… Es decir, no esquilados, mĆ”s valiosos porĀ su lana.
āŗ3.8 aƱadió… Lit. dijo.
āŗ3.13 tu padre… TM aƱade y a los profetas de tu madre… estos (reyes). Se sigue LXX.
āŗ3.15 taƱedor… Es decir, uno que toca instrumentos de cuerda.
āŗ3.19 fortificada… TM aƱade y cadaĀ ciudad escogida. Se sigue LXX.
āŗ3.21 ceƱir cinto… Esto es, ceƱido el talabarte del que cuelga la espada.
āŗ3.25Ā cubriĆ©ndola… Lit. y la llenaron.
āŗ3.26 diestros… Lit. que sacaban espada.
āŗ3.27 tomó… Por contexto esto es, el rey deĀ Edom.
2 Reyes 4.
1 Una cierta mujer, de las mujeres de los hijos de los profetas, clamó a Eliseo diciendo: Tu esclavo, mi marido, ha muerto, y tĆŗ sabes que tu esclavo era temeroso de YHVH. Ahora un acreedor ha venido a tomar a mis dos hijos como esclavos suyos. 2 Y Eliseo le dijo: ĀæQuĆ© harĆ© por ti? Dime quĆ© tienes en casa. Y ella respondió: Tu esclava no tiene en su casa sino una vasija de aceite.Ā 3 Y le dijo: Vete a pedir vasijas a todos tus vecinos, vasijas vacĆas; pide prestadas no pocas. 4 LuegoĀ entrarĆ”s y cerrarĆ”s laĀ puerta tras de ti y tras de tus hijos, y echarĆ”s en todas esasĀ vasijas, e irĆ”s poniendo aparte las que estĆ©n llenas.
5 Y la mujer se alejó de Ć©l. DespuĆ©s cerró la puerta tras sĆ y tras sus hijos; y ellos le acercaban, y ella vertĆa. 6 Y cuando las vasijas estaban llenas, dijo a un hijo suyo: AcĆ©rcame otra vasija; y Ć©l le respondió: No hay ni una vasija mĆ”s. Entonces cesó el aceite. 7 Y ella fue y se lo dijo al varón de Elohim, y Ć©l respondió: Ve, vende el aceite, y paga tu deuda, y vive tĆŗ y tus hijos de lo que sobre.
8 Pasaba otro dĆa Eliseo por Sunem, y habĆa allĆ una mujer distinguida, la cual lo invitó con insistencia para que comiera. Y asĆ fue que siempre que pasaba por allĆ, Ć©lĀ entraba a comer.
9 Y ella dijo a su marido: He aquĆ ahora sĆ© que el que siempre pasa por nuestra casa es un santo varón de Elohim. 10 Te ruego que hagamos un pequeƱo aposento alto de obra, y preparemos allĆ para Ć©l una cama, una mesa, una silla y unĀ candelabro; y serĆ” que cuando venga a nosotros, se retirarĆ” allĆ.Ā 11 Y llegó el dĆa que fue allĆ, y se retiró al aposento alto, y allĆ se acostó. 12 Luego dijo a su siervo Giezi: Llama a estaĀ sunamita. Y cuando la llamó, se presentó ante Ć©l.Ā 13 Y le dijo: Dile: He aquĆ has estado solĆcita por nosotros con toda esta ansiedad ĀæQuĆ© puede hacerse por ti? ĀæQuerrĆas que hablara por ti al rey, o al capitĆ”n del ejĆ©rcito? Pero ella respondió: Yo habito en medio de mi pueblo. 14 Y Ć©l dijo:Ā ĀæQuĆ© puede hacerse entonces por ella? Y respondió Giezi: En verdad ella no tiene hijo, y su marido es anciano.Ā 15 Y la llamó y ella se detuvo ante la puerta. 16 Y Ć©l dijo: Para este estación (moed), segĆŗn el tiempoĀ de la vida, abrazarĆ”s a un hijo. Pero ella respondió: Ā”No, seƱor mĆo, no engaƱes a tu esclava!Ā 17 Pero la mujer concibió, y segĆŗn este estación (moed) en el tiempo de la vida, dio a luz un hijo en el tiempo que Eliseo le habĆa dicho. 18 Y el niƱo creció. Pero sucedió que un dĆa, habiendo salido con su padre y con los segadores, 19 dijo a su padre: Ā”Ay, mi cabeza, mi cabeza! Y Ć©l dijo al siervo: Ā”LlĆ©valo a su madre! 20 Y cuando lo hubo llevado a su madre, se sentó en sus rodillas hasta el mediodĆa, y luego murió. 21 Y ella subió y lo acostó en la cama del varón de Elohim, y cerrando la puerta tras ella, salió.
22 Luego llamó a su marido y le dijo: MÔndame ahora a uno de los criados y una de las asnas, para que pueda ir corriendo al varón de Elohim y volver. 23 Pero él preguntó: ¿Por qué has de ir a él hoy? No es luna nueva (hodesh), ni shabat. Ella respondió: Paz (shalom). 24 Y enalbardó el asna, y dijo al siervo: ”Arrea y anda sin detenerte, a menos que te lo diga! 25 Y fue y llegó al varón de Elohim en el monte Carmelo. Y sucedió que cuando Eliseo la vio de lejos, dijo a su siervo Giezi: He aquà la sunamita. 26 Corre ahora a su encuentro, y dile: ¿EstÔs en paz (shalom)? ¿EstÔ en paz (shalom) tu marido? ¿EstÔ en paz (shalom) el muchacho? Ella respondió: ”Paz (shalom)!
27 Pero al llegar al monte ante Eliseo, ella se aferró a sus pies. Y Giezi se acercó para apartarla, pero Eliseo dijo: Déjala, porque su alma estÔ en amargura, y YHVH me lo ha ocultado, y no me lo ha declarado. 28 Entonces dijo ella: ¿Acaso pedà un hijo a mi señor? ¿No te dije que no me engañaras? 29 Y él dijo a Giezi: Ciñe tus lomos, y toma mi cayado en tu mano y vete. Si alguno te encuentra, no lo saludes, y si alguien te saluda, no le respondas, y pon mi cayado sobre el rostro del muchacho.
30 Y dijo la madre del muchacho: ”Vive YHVH y vive tu alma (nefesh) que no te dejaré! Y él se levantó y la siguió. 31 Y Giezi se adelantó a ellos, y puso el cayado sobre el rostro del muchacho, pero no hubo voz ni reacción, asà que volvió a su encuentro y le declaró, diciendo: El muchacho no despierta.
32 Cuando Eliseo llegó a la casa, he aquà el muchacho muerto, tendido sobre su cama. 33 Entonces entró, cerró la puerta tras ellos dos, y oró a YHVH. 34 Después subió y se echó sobre el muchacho, y puso su boca sobre la suya, sus ojos sobre los suyos, y sus manos sobre las suyas; se tendió asà sobre él, y la carne del muchacho se calentó. 35 Y dio vueltas y se paseó de un lado a otro por la casa, y subió y se inclinó sobre el muchacho siete veces, y el muchacho abrió sus ojos. 36 Y llamó a Giezi y dijo: Llama a esta sunamita. Entonces la llamó, y cuando ella llegó, él le dijo: ”Alza a tu hijo! 37 Y asà entró dentro y cayó a sus pies postrÔndose en tierra. Después alzó a su hijo y salió. 38 Y Eliseo volvió a Gilgal.
HabĆa entonces hambre en la tierra, y los hijos de los profetas se sentaron delante de Ć©l, y dijo a su siervo: Prepara la olla grande y guisa un potaje para los hijos de los profetas. 39 Y uno salió al campo a recoger hierbas, y encontró una enredadera silvestre, y recogió de ella calabazas silvestres hasta llenar su faldón, y las echó en la olla del potaje, pero no sabĆan lo que era. 40 Y sirvió a los varones para que comieran. Pero sucedió que cuando comĆan del potaje, gritaron diciendo: Ā”Varón de Elohim, hay muerte en esa olla! Y no pudieron comer. 41 Pero Ć©l dijo: Traedme harina. Y la echó en la olla y dijo: Sirve a la gente para que coma. Y no hubo nada malo en la olla.
42 Un hombre llegó de Casa del Pan (Bet-Léjem), y trajo al varón de Elohim veinte panes hechos de las primicias de la cebada y espigas de grano nuevo. Y dijo: Dadlo a la gente para que coma. 43 Pero su criado preguntó: ¿Cómo pondré esto delante de cien hombres? Y él respondió: Dadlo a la gente para que coma, porque asà dice YHVH: ComerÔn, y sobrarÔ. 44 Y comieron, y les sobró, conforme a la palabra de YHVH.
āŗ4.4 echarĆ”s… Esto es, el aceite.
āŗ4.6 Y… TM aƱade sucedió. Se sigue LXX.
āŗ4.9 nuestra casa… Lit. nosotros.
āŗ4.13 le dijo… Esto es, a Giezi; has estado solĆcita… El verbo implica un movimiento ansioso que, en determinado contexto, expresa temor (incluso terror), y en otros responde a un gran gozo. La expectación provocada porĀ la visita del profeta hace que la sunamita actĆŗe con tal ansiedad; yo habito… Es decir, vivo satisfecha en medio de miĀ pueblo.
āŗ4.15 Y… TM aƱade y Ć©l dijo: llĆ”mala. Se sigue LXX.
āŗ4.16 seƱor mĆo… TM aƱade varón de Dios. SeĀ sigue LXX.
āŗ4.23 shalom… Esto es, paz. Saludo semĆtico.
āŗ4.25 Eliseo… TM registra varón de Dios. Se sigueĀ LXX.
āŗ4.27 Eliseo… Eliseo… TM registra dos veces varón de Dios. Se sigue LXX.
āŗ4.29 saludes… Lit. bendigas; saluda…Ā Lit. bendice.
āŗ4.35 muchacho… TM registra estornudó el muchacho. Se sigue LXX; el muchacho abrió susĀ ojos…
āŗ4.39 calabazas… Planta rastrera muy venenosa; faldón… TM aƱade y regresó. Se sigue LXX.
āŗ4.42 Bet-LĆ©jem… TM registra Baal-Salisa. Se sigue LXX (Texto Antioqueno); cebada… Rut 3.15, 17; JnĀ 6.9, 13; dijo… Esto es, Eliseo.
āŗ4.43 ComerĆ”n, y sobrarĆ”… āMt 14.20; Mr 8.8.
āŗ4.44 y comieron… TM aƱade y lo pusoĀ delante de ellos. Se sigue LXX.
Hechos 20.
1 Cuando cesó el alboroto, Pablo mandó llamar a los discĆpulos, y despuĆ©s de exhortarlos, se despidió y salió para Macedonia; 2 y luego de recorrer aquellas regiones y exhortarlos con abundancia de palabra, llegó a Grecia.
3 Tres meses despuĆ©s, al surgir un complot contra Ć©l por parte de los judĆos, cuando estaba a punto de embarcarse, tomó la decisión de regresar por Macedonia. 4 Era seguido de Sópater hijo de Pirro de Berea; de los tesalonicenses, Aristarco y Segundo, Gayo, de Derbe, y Timoteo; y de Asia, TĆquico y Trófimo. 5 Y estos, habiĆ©ndoseĀ adelantado, nos esperaban en Troas.Ā 6 Y nosotros, despuĆ©s de los dĆas de los panes sin levadura (matzot), navegamos desde Filipos, y en cinco dĆas llegamos a ellos en Troas, donde nos quedamos siete dĆas.
7 Y en el dĆa uno de la semana, habiĆ©ndonos reunido para partir el pan (havdalĆ”), Pablo dialogaba con ellos; y como se disponĆa salir al dĆa siguiente, prolongaba la conversación hasta media noche. 8 Y habĆa bastantes lĆ”mparas en el aposento alto donde estĆ”bamos reunidos. 9 Y estando sentado en la ventana un cierto joven llamado Eutico, dominado por unĀ sueƱo profundo mientras Pablo dialogaba largamente, vencido por el sueƱo, cayó del tercer piso abajo, y fue levantadoĀ muerto.Ā 10 Pero Pablo bajó y se tendió sobre Ć©l, y despuĆ©s de abrazarlo, dijo: Ā”No estĆ©is afligidos, porque su vida estĆ” en Ć©l! 11 Y despuĆ©s de subir y partir el pan y comer, conversó largamente hasta el alba, y asĆ partió. 12 Y se llevaron vivo al joven, y fueron inmensamente consolados.
13 Nosotros entonces, adelantĆ”ndonos hasta la nave, zarpamos para Asón, con la intención de recoger allĆ a Pablo, pues asĆ estaba dispuesto: que Ć©l irĆa por tierra. 14 Cuando, pues, se encontró con nosotros en Asón, lo recibimos a bordo y llegamos a Mitilene. 15 Zarpando de allĆ, llegamos al dĆa siguiente enfrente de QuĆo, al otro dĆa nos aproximamos a Samos, y al dĆa siguiente llegamos a Mileto.Ā 16 Y Pablo habĆa decidido navegar sin hacer escala en Ćfeso, para no perder tiempo en Asia, pues, de serle posible, se apresuraba a estar en JerusalĆ©n el dĆa de PentecostĆ©s. 17 Sin embargo, desde Mileto envió recado a Ćfeso y mandó llamar a los ancianos de la iglesia.
18 Y cuando acudieron a Ć©l, les dijo: Vosotros sabĆ©is bien cómo, desde el primer dĆa que entrĆ© en Asia, me he comportado con vosotros todo el tiempo, 19 sirviendo al SeƱor con toda humildad y lĆ”grimas, y con pruebas que me sobrevinieron por las maquinaciones de los judĆos. 20 Y cómo de nada que fuera Ćŗtil me he retraĆdo deĀ anunciaros y enseƱaros, pĆŗblicamente y de casa en casa; 21 testificando solemnemente tanto a judĆos como a griegos el arrepentimiento para con DIOS, y la fe en nuestro SeƱor JESĆS. 22 Y ahora, mirad que yo, atado en el espĆritu, me dirijo a JerusalĆ©n, sin saber lo que me ha de suceder allĆ, 23 excepto que, de ciudad en ciudad, el EspĆritu Santo me testifica solemnemente que me esperan cadenas y aflicciones. 24 Pero por ningĆŗn motivo considero la vida valiosa para mĆ mismo, con tal de acabar mi carrera, y la labor del servicio que recibĆ del SeƱor JESĆS, para proclamar solemnemente elĀ Evangelio de la gracia de DIOS. 25 Y ahora, he aquĆ, yo sĆ© que ninguno de vosotros entre quienes pasĆ© predicando el reino, volverĆ” a ver mi rostro. 26 Por tanto, os pongo por testigos en el dĆa de hoy de que estoy limpio de la sangre de todos, 27 porque no me retraje de anunciaros todo el propósito de DIOS. 28 Velad por vosotros mismos, y por todo el rebaƱo en que el EspĆritu Santo os puso por cuidadores, para pastorear la iglesia de DIOS, que adquirió mediante su propia sangre. 29 Yo sĆ© que despuĆ©s de mi partida, entrarĆ”n entre vosotros lobos feroces que no perdonan al rebaƱo, 30 y de entre vosotros mismos se levantarĆ”n varones que hablan perversidades, para arrastrar a los discĆpulos tras sĆ. 31 Por tanto, velad, recordando que por tres aƱos, noche y dĆa, no cesĆ© de amonestar con lĆ”grimas a cada uno. 32 Y ahora, os encomiendo al SeƱor y a la Palabra de su gracia, que puede edificar y dar la herencia a todos los que han sido santificados. 33 Plata, ni oro, ni ropa de nadie codiciĆ©. 34 Vosotros sabĆ©is que para mis necesidades, y para los que estĆ”n conmigo, sirvieron estas manos. 35 En todo os mostrĆ© que, trabajando asĆ, es necesario socorrer a los dĆ©biles, y recordar las palabras del SeƱor JESĆS, pues Ćl mismo dijo: MĆ”s bienaventurado es dar que recibir.
36 Y habiendo dicho estas cosas, puesto de rodillas, oró con todos ellos. 37 Entonces hubo un gran llanto de todos, y echĆ”ndose sobre el cuello de Pablo, lo besaban afectuosamente, 38 dolidos especialmente por la palabra que habĆa dicho: que no verĆan mĆ”s su rostro. Y lo acompaƱaron hasta el barco.
āŗ20.1 exhortarlos… Mā aƱaden y abrazarlos.
āŗ20.4 lo acompaƱaban… TR aƱade hasta Asia; se inserta hijo para suplirĀ elipsis del original; Pirro… Mā omiten.
āŗ20.6 Ć”zimos… Es decir, panes sin levadura.
āŗ20.7 uno de la semana… Lit. unoĀ de los sĆ”bados. Esto es, el dĆa SeƱorial, la noche del domingo que es el cierre de shabat (havdalĆ”).; reunido… Mā aƱaden los discĆpulos; conversación… Lit. laĀ palabra.Ā
āŗ20.10 su vida estĆ” en Ć©l…
āŗ20.15 Samos… Mā aƱaden habiendo hecho escala en Trogilio.
āŗ20.19 sirviendo… Gr. douleĆŗo = servir como o hacer oficio de esclavo.
āŗ20.21 JESĆS… NoĀ existe ninguna buena razón por la cual, de haber estado presente originalmente, Cristo hubiera sido omitido, mientrasĀ que las expansiones del SeƱor ocurren frecuentemente.
āŗ20.22 sin saber… Lit. no sabido.
āŗ20.24 mĆ mismo… MāĀ registran pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mĆ mismo; acabar… ā2Ti 4.7; servicio… Gr.Ā diakonĆa; solemnemente… ā20.21.
āŗ20.25 el reino… TR aƱade de Dios.
āŗ20.27 propósito… Otra traducciónĀ posible: designio.
āŗ20.28 pastorear… Se debe diferenciar entre apacentar (gr. bósko = alimentar al rebaƱo) y pastorearĀ (gr. poimaĆno = cuidar de Ć©l mientras pace); la iglesia de DIOS…
āŗ20.32 ahora… Mā aƱaden hermanos;Ā al SeƱor… Se prefiere la lectura mĆ”s difĆcil, respaldada por B.
āŗ20.38 verĆan… Lit. van a ver.
1 Tesalonicenses 1.
1 Pablo y Silvano y Timoteo, a la iglesia de los tesalonicenses en DIOS Padre y en el SeƱor JESUCRISTO: Gracia a vosotros, y paz.
2āDamos gracias a DIOS siempre por todos vosotros, haciendo mención de vosotros en nuestras oraciones; 3ārecordando sin cesar delante del DIOS y Padre nuestro la obra de vuestra fe y el trabajo del amor, y de la constancia de la esperanza en nuestro SeƱor JESUCRISTO, 4āconociendo, hermanos amados por DIOS, vuestra elección, 5āporque nuestro Evangelio no fue llevado a vosotros solo con palabra, sino tambiĆ©n con poder, y con EspĆritu Santo y plena certidumbre; como sabĆ©is quiĆ©nes fuimos entre vosotros por amor de vosotros.
6āY vosotros, habiendo recibido la Palabra en medio de mucha aflicción, fuisteis hechos imitadores nuestros y del SeƱor, con gozo del EspĆritu Santo, 7āhasta llegar a ser ejemplo para todos los que creen en Macedonia y en Acaya. 8āPorque desde vosotros ha sido resonada la Palabra del SeƱor no solo en Macedonia y Acaya, sino en todo lugar vuestra fe para con DIOS se ha divulgado, de modo que no tuvimos necesidad de decir nada, 9āporque ellos mismos declaran acerca de nosotros, quĆ© clase de acogida tuvimos entre vosotros, y cómo retornasteis de los Ćdolos a DIOS, para servir al DIOS vivo y verdadero, 10āy esperar de los Cielos a su Hijo, al cual resucitó de entre los muertos; a JESĆS, quien nos libra de la ira que se viene.
āŗ1.1 tesalonicenses… āHch 17.1; y paz… El TR aƱade de DIOS nuestro Padre yĀ del SeƱor JESUCRISTO.
āŗ1.3 en… Lit.Ā de.
āŗ1.5 quiĆ©nes… Esto es, quĆ© clase deĀ personas.
āŗ1.6 aflicción… āHch 17.5-9.
āŗ1.8 para con… AquĆ, prós lleva un significado de propósito y asociación.
āŗ1.9 servir… Gr. douleĆŗo = servir como o hacer oficio de esclavo.Ā

