Texto áureo: Gn 18.1-15
Lecturas para adultos en la semana:
Gn 18.1-15; Jue 13; Is 40; 2R 3-4; Hch 20; 1Ts 1
Descripción del tema:
1. Imagina esta escena: «Abraham está teniendo una experiencia íntima con Dios, luego ve tres invitados y le dice a Dios: “Perdóname, Dios, tengo que atender a mis invitados, vuelvo enseguida”». ¿Por qué dejó Abraham la presencia divina para entretener a tres nómadas desconocidos? Si el Creador del universo aparece, ¡hasta un ateo diría que no se debe mover nadie de ahí! ¿Cómo puede ser que recibir invitados pueda superar un tiempo con Dios? La respuesta es simple: imitar a Dios es tan importante como hablar con Él[1]. La manera más poderosa de entender y conectarse con Dios es ser más como Él. Si se quiere entender el amor de Dios se debe amar a otros seres humanos; las satisfacciones y frustraciones que se experimentarán permitirán entender mucho mejor el amor de Dios al ser humano.
2. Los viajeros eran ángeles. Cuántas veces el hombre interactúa con otros que ni siquiera conoce. Es bueno saber que algunos de esos desconocidos en algún momento pudieran ser ángeles con un mensaje o auxilio que viene desde el corazón de Dios para nosotros[2].
3. Uno de los ángeles les informa que finalmente tendrán un hijo. Esto significaba una gran sorpresa, pues Abraham tenía 99 años y Sara 90. En respuesta a esta noticia asombrosa, Sara sonrió con incredulidad, pero ella cometió un error porque debería haber respondido «¡Amén!». Cuando recibimos alguna bendición, no debemos tomarla a la ligera. ¡Amen! es la respuesta más certera a una bendición.
4. Si se observa cuidadosamente, cuando Abraham recibe a sus invitados verá que hay una gran discrepancia entre lo que les ofrece y lo que realmente hace. Les prometió poca comida y luego les sirvió un banquete. Su conducta ilustra un principio muy importante: «habla poco y haz mucho». ¿Por qué es tan importante este principio? Las conversaciones pueden hacer sentir muy realizado al hablador. Al conversar sobre qué y cómo se va a hacer eso da un sentimiento de haber logrado algo; ese sentimiento por lo general es tan fuerte que luego ¡ni siquiera se necesita llevarlo a la práctica! Es una trampa en la que es muy fácil caer. Generalmente, los que más hablan son los que menos hacen, pues necesitan la palabra para compensar la falta de acción. ¡Qué diferente fueran las iglesias si en su mayoría encontrásemos más hacedores que habladores!
5. Dar es el fundamento de toda relación. Cuando dos personas se concentran en «dar» el uno al otro, entonces la relación fluye en dos sentidos: conectando y fraguando la unión. Pero cuando la atención se centra en «recibir», entonces esa dinámica presiona en direcciones opuestas creando rigidez y tensión. Esto se ilustra con la historia de Sodoma. ¿Cuál fue el terrible pecado que causó que esta ciudad fuera destruida? Ellos hicieron lo contrario a Abraham con respecto a sus invitados. Geográficamente, Sodoma está situada junto al Mar Muerto. En Israel hay dos mares conectados por el río Jordán: el de Galilea en el norte y el Muerto en el sur. Ya que el Mar Muerto es el punto más bajo del planeta Tierra[3], todas las corrientes de agua se dirigen hacia él, pero de él nunca sale agua. Esta incapacidad para «dar» es la razón por la que se le llama Mar Muerto. Cuando Dios envía una tormenta de azufre para aniquilar Sodoma (Gn 18.24), en cierto sentido la ciudad ya había sido destruida, porque toda sociedad que evita «dar» se encuentra, por tanto, en un camino de autodestrucción. Prácticamente hablando, ¿cómo convertirse en un dador? La respuesta es sencilla: ¡Comienza a dar! Algunas personas dicen: «sólo puedo darle a alguien que yo quiero», pero esto es incorrecto. La palabra hebrea para ‘dar’ es hav, que tiene la misma raíz que ahavá que significa ‘amor’. Así se puede entender que dar es un elemento muy importante del amor. Cuando se da se está invirtiendo en una parte de sí mismo, haciendo a esa persona alguien muy preciado. Algunas sugerencias para dar como cristianos es visitar a quienes estén en el hospital, invitar a amigos a una cena de comunión, siendo voluntario para servir comidas en un refugio de indigentes o algo insignificante, aparentemente, como lavar los platos en su hogar cuando no sea su obligación o turno. Imitar a Dios con entusiasmo siendo un dador es algo que acercará al creyente a Él.
Preguntas:
a) ¿Por qué crees que Dios le exige al hombre que sea santo como Él?
b) ¿Recuerdas alguna situación en que apareció alguien que pudiera haber sido un ángel? ¿Conoces a alguien que te haya contado acerca de haber conocido a un ángel? Si las respuestas anteriores son negativas, busca entre los hermanos de la iglesia si alguien ha tenido una experiencia parecida.
c) ¿Conoces de alguien que su nacimiento haya sido un milagro?
d) ¿Existe algún texto que sugiera el ser menos habladores y más hacedores? ¿Qué sucedería si en la iglesia hubiera más del segundo grupo que del primero?
e) A la luz de esta porción, ¿por qué cree usted que Abraham dio los diezmos a Melquisedec sin una ley previa (Gn 14.17-20)?
f) ¿Cómo pudiera sugerirle ideas prácticas a otra persona acerca de dar?
[1] 1P 1.15-16
[2] He 13.2
[3] Se encuentra 396 metros bajo el nivel del mar.