Texto Ôureo: Deuteronomio 14:22-29
Lecturas para adultos en la semana
DĆa 1Ā DeuteronomioĀ 14:22-29
DĆa 2 Mateo 7
DĆa 3 Mateo 17:14-27
DĆa 4 Mateo 22:15-22
DĆa 5 Marcos 12:1-27
DĆa 6 1ĀŖCorintios 16.
I- El diezmo y la dignidad.
El diezmo es un tema muy usado en los debates de hoy por dos razones principales, que son consecuencia del mal uso que muchos hacen de este concepto. Por un lado, estÔn los que consideran que es un mandamiento que continúa vigente y, por otro, los que consideran que no es.
Para abordar el tema se debe comenzar por establecer una realidad: Dios no necesita el dinero de ningĆŗn ser humano, Ćl es suficiente para suplir todo para SĆ y para su pueblo[1]. Ćl es eterno y dueƱo de todo, Ćl no es un mendigo que necesita de las monedas que seres limitados deseamos dar como consecuencia de nuestra benevolencia.
La pregunta en donde se debe comenzar y que se desprende como consecuencia de esa realidad es: ¿Para quién es necesario el diezmo? Interesantemente, hay una realidad: El diezmo que Dios pide siempre fue necesario para el que lo da (el hombre) y no para el que lo recibe (Dios). Tal vez, inclusive, se deba mirar de otra manera: Dios da el 100% de todo lo que tiene el ser humano, le permite quedarse con el 90% y le pide se le devuelva el 10%, como un acto de fe, amor y reciprocidad.
A pesar de que este anĆ”lisis pude responder muchas preguntas, pudiera tambiĆ©n surgir otra pregunta partir de Ć©l: ĀæEn quĆ© beneficia al hombre dar el diezmo a Dios? ApartĆ”ndonos del hecho de que si se estĆ” devolviendo el 10% entonces no se le estĆ” donando nada, sino que mĆ”s bien quedarse con esa parte de serĆa un robo, como Ćl reclamó a travĆ©s del profeta MalaquĆas (Mal 3:8). Se debe decir que el hombre es beneficiado en algo muy importante para Ć©l: su dignidad.
Dignidad es la cualidad del que se hace valer como persona, porque entiende que merece respeto. Y a partir de ahà se comporta, en primera instancia, responsablemente, con seriedad y respeto hacia sà mismo y hacia los demÔs. Y, por último, es capaz también a partir de su dignidad de no permitir que lo humillen ni degraden[2].
Entonces no es difĆcil entender que Dios es el primer interesado en desarrollar en el hombre su dignidad y para esto le da responsabilidades que le permiten contribuir junto a Ćl en los propósitos para los cuales este mundo fue creado.
II- Tipos de Diezmos.
Tristemente el debate que hay sobre el diezmo ha empujado los argumentos a mirar solo un tipo de Diezmo. Por un lado, estÔn los que va a un extremo y afirman que el diezmo es solo la décima parte de lo cosechado o del ganado, y también los que en el otro extremo consideran que ya ese tiempo terminó y solo se habla del 10% del salario.
Esta porción y la siguiente aclaran un poco acerca de esto y presenta tres tipos de diezmos:
(1) El usado para visitar e invertirlo en el templo.
(2) El sacado de todo lo que se cosechaba o ganaba.
(3) El que se daba cada siete aƱos a los pobres.
El v.25 especĆficamente amplĆa el concepto de diezmo que era sobre los alimentos que se comerĆan en las peregrinaciones al lugar donde estuviera el tabernĆ”culo (y luego el templo), y tambiĆ©n sobre el dinero o costo de esos alimentos que serĆan entregado cuando fuere la oportunidad de estar en el santuario para adorar.
III- Dios regaló el vino.
Un texto contradictorio para muchos hoy, como consecuencia de un mal enfoque en cuanto a las bebidas que contienen alcohol, se encuentra en el v.26. Algunos interpretan (porque no hay prueba documentada para esto) que el vino en aquel tiempo era una especie de jugo sin alcohol, sino mĆ”s bien todo lo contrario. Con esta conclusión quitan el problema que trae la consecuencia de un uso desmedido de esta bebida. De esta manera no hay necesidad de prohibirlo como se hizo en un tiempo, sino que queda desmeritado cualquier debate. Sin embargo, algunos textos contradicen cualquier manipulación de los idiomas bĆblicos en este sentido: 1Sam 25:37; 2Sam 13:28; Ef 5:18; Ap 17:2; entre otros mĆ”s. E inclusive la Biblia enseƱa cuĆ”l es el buen vino: Aquel que Ā«alegra el corazón del hombreĀ»[3].
Paralelo a esto debemos recordar que JesĆŗs en las bodas de CanĆ” hizo el mejor vino, o sea que a la luz de lo anterior y en la opinión de los que sabĆan del tema en aquel entonces, era el que mĆ”s podĆa āalegrarā al hombre.
En esta porción Moisés va un poco mÔs allÔ de solo vino, diciendo literalmente: «vino y de bebida fermentada mÔs fuerte en alcohol», lo que muestra que Dios nunca prohibió eso, sin embargo sà prohibió que la persona tomase alguna bebida alcohólica desmedidamente, al punto de que le hiciera perder el control de sà mismo.
Ante una situación como ésta de embriaguez (que aparece con la simple pérdida de control de sà mismo, aun sin haber llegado a un estado de inconsciencia), el creyente debe pedir perdón a Dios y a los que de alguna manera han sido afectados por esta conducta desmedida y trabajar en lograr el control (dominio propio) sobre esta debilidad.
TambiĆ©n se debe entender que Dios no ordena el tomar bebidas alcohólicas, sino que estĆ” diciendo que es āpermitidoā y esto Ćŗnicamente si tiene control sobre la bebida. Por eso si alguien considera que beber alguna sustancia alcohólica le hace daƱo, e inclusive al extremo que otros beban delante de Ć©l (tal vez por una vida alcohólica pasada), debe abstenerse hasta tanto tenga el dominio propio para controlarse de no caer en el descontrol. Paralelo a esto, aquellos que sĆ tienen el control sobre el alcohol deben ayudar a los mĆ”s dĆ©biles para no serles de piedra de tropiezo, absteniĆ©ndose de tales bebidas en caso de que lo sea[4], y al hacerlo debe abstenerse Ć©l de emitir juicio sobre los demĆ”s[5].
TambiĆ©n es bueno dejar claro que, aunque el vino alegra el corazón del hombre, los que hemos creĆdo en el MesĆas, recibido la regeneración de nuestro espĆritu y caminamos apartados para Ćl, no tomamos esta bebida con el propósito de buscar la plenitud del contentamiento; pues sabemos que la alegrĆa plena del corazón es Ćŗnicamente a travĆ©s de la llenura en el EspĆritu Santo[6]. Es asĆ como el vino deja de tener el centro para amenizar cualquier fiesta o tiempo de dispersión y se convierte en centro de un simbolismo mĆ”s profundo y significativo: La acción salvĆfica del MesĆas sobre nosotros.
De esta manera el vino adquiere su mayor propósito y por el cual Dios lo regaló al hombre, que queda claro y cumplida en aquella acción de gracias de la iglesia en tiempos apostólicos que nos llega a través de la Didajé: «Gracias Padre nuestro, por la santa vid de David tu siervo, la cual nos has dado a conocer por medio de tu hijo Yeshúa.»[7].
Preguntas:
1.- ¿Por qué considera usted que Dios exige el diezmo?
2.- ¿Qué beneficio puede tener esta exigencia para el hombre?
3.- ĀæCómo le explicarĆa usted a alguien que le cuestione acerca de sus diezmos al SeƱor?
4.- Si un hermano exalcohólico le cuenta de su debilidad todavĆa al respecto, Āæcómo le aconsejarĆa usted y le ayudarĆa?
[1] Mt 17:27.
[2] Diccionario general de la lengua espaƱola, Luria L. Cayuela, VOX.
[3] Sal 104:15.
[4] 1 Co 8:13.
[5] Ro 14:1-15:6.
[6] Ef.5:18.
[7] Didajé, la mishnÔ de los apóstoles, del propio autor (ISBN-13:9798463863423, KDP).
DeuteronomioĀ 14:22-29
22 DiezmarĆ”s fielmente de todo el producto de tu semilla que rinda el campo cada aƱo.Ā 23 Y en el lugar que escoja para que allĆ sea invocado su Nombre, comerĆ”s ante YHVH tu Elohim el diezmo de tu grano, de tu vino y de tu aceite, y el primogĆ©nito de tu vacada y de tu rebaƱo, para que aprendas a temer a YHVH tu Elohim todos los dĆas.Ā 24 Y si el camino es demasiado largo para ti, de manera que no puedes llevarlo, por estar demasiado lejos de ti el lugar que YHVH tu Elohim escogió para que allĆ sea invocado su Nombre, cuando YHVH tu Elohim te haya bendecido, 25 lo cambiarĆ”s por dinero, y tomando el dinero en tu mano, irĆ”s al lugar que YHVH tu Elohim haya escogido, 26 y emplearĆ”s la plata en todo lo que desee tu alma: en bueyes, en ovejas, en vino, y de bebida fermentada mĆ”s fuerte en alcohol, y en todo lo que apetezca tu alma. Y allĆ comerĆ”s delante de YHVH tu Elohim, y serĆ”s alegrado tĆŗ y tu casa, 27 junto al levita que estĆ© en tus ciudades, pues no posee ni porción ni herencia contigo.
28 Al final de cada tercer año apartarÔs el diezmo de todos tus productos de aquel año, y lo depositarÔs en tus ciudades, 29 y vendrÔ el levita, que no tiene porción ni herencia contigo, y el prosélito, el huérfano y la viuda que estén en tus ciudades, y comerÔn y serÔn saciados a fin de que YHVH tu Elohim te bendiga en toda obra que hagas.
āŗ14.22 diezmarĆ”s…Ā āLv. 27.30; Nm. 18.21.
āŗ14.27 levita… TM no desampararĆ”s alĀ levita. Se sigue LXX.
āŗ14.29 obra… TM aƱade de tu mano. Se sigue LXX.
MateoĀ 7
1 No juzguĆ©is, para que no seĆ”is juzgados; 2 porque con el juicio con que juzgĆ”is, serĆ©is juzgados, y con la medida con que medĆs, os serĆ” medido.Ā 3 ĀæY por quĆ© miras la paja que estĆ” en el ojo de tu hermano, y no consideras la viga que estĆ” en tu ojo? 4 O, Āæcómo dirĆ”s a tu hermano: Deja que saque la paja de tu ojo, y he aquĆ la viga en tu propio ojo? 5 Ā”Hipócrita! Saca primero la viga de tu ojo, y entonces verĆ”s bien para sacar la paja del ojo de tu hermano.Ā
6 No deis lo santo a los perros ni echéis vuestras perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen con sus patas y se vuelvan y os despedacen.
7 Pedid, y os serÔ dado, buscad y hallaréis, llamad, y os serÔ abierto. 8 Porque todo el que pide recibe, y el que busca halla, y al que llama a la puerta, se le abrirÔ. 9 O ¿qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide un pan, acaso le darÔ una piedra? 10 O si le pide un pescado, ¿acaso le darÔ una serpiente? 11 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dÔdivas a vuestros hijos, ”cuÔnto mÔs vuestro Padre celestial darÔ cosas buenas a los que le piden! 12 Asà que, todo cuanto querÔis que os hagan los hombres, asà también hacedles vosotros, porque esta es la ley (TorÔ) y los profetas (Nevim).
13 Entrad por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta y espacioso el camino que conduce a la perdición, y muchos son los que entran por ella. 14 Ā”CuĆ”n estrecha es la puerta, y angosto el camino que conduce a la vida! Y pocos son los que la hallan.Ā 15 Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.Ā 16 Por sus frutos los reconocerĆ©is. ĀæAcaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?Ā 17 AsĆ, todo Ć”rbol bueno da frutos buenos, pero el Ć”rbol malo da frutos malos. 18 No puede un Ć”rbol bueno dar frutos malos, ni un Ć”rbol malo dar frutos buenos. 19 Todo Ć”rbol que no da buen fruto, es cortado y echado al fuego. 20 AsĆ que, por sus frutos los reconocerĆ©is.Ā 21 No todo el que me dice: SeƱor, SeƱor, entrarĆ” en el reino de los Cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que estĆ” en los Cielos.Ā 22 Muchos me dirĆ”n en aquel dĆa: SeƱor, SeƱor, Āæno profetizamos en tu Nombre, y en tu Nombre echamos fuera demonios, y en tu Nombre hicimos muchos milagros? 23 Entonces les protestarĆ©: Ā”Nunca os conocĆ! Ā”Apartaos de MĆ, hacedores de maldad!
24 Cualquiera, pues, que me oye estas palabras y las practica, serĆ” semejante a un varónĀ prudente, que edificó su casa sobre la roca, 25 y cayó la lluvia, y vinieron los torrentes, yĀ soplaron los vientos y golpearon contra aquella casa, pero no cayó, porque habĆa sidoĀ cimentada sobre la roca. 26 Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace,Ā serĆ” semejante a un varón insensato que edificó su casa sobre la arena. 27 Y cayó laĀ lluvia y vinieron los torrentes y soplaron los vientos, e irrumpieron contra aquella casa yĀ cayó, y su ruina era grande.
28 Y sucedió que cuando JESĆS terminó estas palabras, las multitudes quedaronĀ asombradas de su enseƱanza, 29 porque les enseƱaba como quien tiene autoridad y noĀ como los escribas de ellos.
āŗ7.2 serĆ” medido… āMr 4.24.
āŗ7.6 perros… cerdos… Es decir, los profanos ā2P 2.22;Ā He 12.16.
āŗ7.9-10 pide… Lit. pedirĆ”.
āŗ7.14 CuĆ”n… Reminiscencia de la expresión heb.Ā mah āSal 139.17.
āŗ7.19 fuego… ā3.10; Lc 3.9.
āŗ7.20 frutos… ā12.33.
āŗ7.23 Apartaos…Ā āSal 6.8.
āŗ7.27 irrumpieron… El verbo no es igual al del v. 25. AquĆ la embestidaĀ irrumpe y prevalece, en el v. 25 golpea, pero fracasa.
āŗ7.28-29 asombradas… āMr 1.22;Ā Lc 4.32.
MateoĀ 17:14-27
14 Y cuando llegaron al gentĆo, se le acercó un hombre y arrodillĆ”ndose ante Ćl, 15 le dijo: SeƱor, ten compasión de mi hijo, pues es lunĆ”tico, y padece severamente, porque muchas veces cae en el fuego, y muchas veces en el agua; 16 y lo traje a tus discĆpulos, pero no pudieron sanarlo.Ā 17 Respondiendo JESĆS, dijo: Ā”Oh generación incrĆ©dula y perversa! ĀæHasta cuĆ”ndo estarĆ© con vosotros? ĀæHasta cuĆ”ndo os soportarĆ©? Ā”TraĆ©dmelo acĆ”!Ā 18 Y JESĆS lo reprendió, y el demonio salió de Ć©l, y el muchacho fue sanado desdeĀ aquella hora. 19 Entonces los discĆpulos se acercaron a JESĆS aparte, y dijeron: ĀæPor qué no pudimos echarlo nosotros? 20 Les dice: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digoĀ que si tuvierais fe como un grano de mostaza, dirĆais a este monte: Ā”PĆ”sate de aquĆ allĆ”!,Ā y se pasarĆa, y nada os serĆa imposible. [21]
22 Reunidos en Galilea, les dijo JESĆS: El Hijo del Hombre va a ser entregado en manosĀ de los hombres, 23 y lo matarĆ”n, pero al tercer dĆa serĆ” resucitado. Y ellos seĀ entristecieron en gran manera.
24 Cuando llegaron a CafarnaĆŗm, se acercaron a Pedro los que cobran las didracmas, y dijeron: ĀæVuestro maestro no paga las didracmas? Contestó: SĆ. 25 Y cuando llegó a la casa, JESĆS se le anticipó, diciendo: ĀæQuĆ© opinas, Simón? ĀæDe quiĆ©nes reciben impuestos o tributo los reyes de la tierra? ĀæDe sus hijos o de los extraƱos? 26 Y cuando respondió: De los extraƱos; JESĆS le dijo: Entonces los hijos estĆ”n exentos.Ā 27 Sin embargo, para que no los ofendamos, ve al mar y lanza un anzuelo, y el primerĀ pez que salga, tómalo, Ć”brele la boca y hallarĆ”s un estĆ”ter; tómalo y dĆ”selo por MĆ y porĀ ti
āŗ17.15 lunĆ”tico… Prob. algĆŗn tipo de epilepsia.
āŗ17.18Ā reprendió… Obviamente, al demonio.
āŗ17.20 fe… ā21.21; Mr 11.23; 1Co 13.2.
āŗ17.21 Mā aƱaden v. 21.
āŗ17.22 Reunidos… Esto es, en torno a JesĆŗs.
āŗ17.24 no paga… āEx 30.13; 38.25-26.
āŗ17.26 respondió… Mā aƱaden Pedro.
āŗ17.27 estĆ”ter… Moneda de cuatro dracmas.
Mateo 22:15-22.
15 Entonces los fariseos salieron y deliberaron cómo enredarlo en alguna palabra. 16 Y le enviaron a los discĆpulos de ellos con los herodianos, diciendo: Maestro, sabemos que eres veraz, y enseƱas con verdad el camino de DIOS, y no te cuidas de nadie, pues no miras la apariencia de los hombres.Ā 17 Dinos, pues, ĀæquĆ© te parece? ĀæEs lĆcito pagar tributo a CĆ©sar, o no?Ā 18 Pero JESĆS, conociendo la malicia de ellos, dijo: ĀæPor quĆ© me tentĆ”is, hipócritas?Ā 19 Mostradme la moneda del tributo. Y ellos le presentaron un denario.Ā 20 Les dice: ĀæDe quiĆ©n es la imagen y la inscripción?Ā 21 Dicen: De CĆ©sar. Entonces les dice: Dad, pues, a CĆ©sar lo de CĆ©sar, y a DIOS lo de DIOS.Ā 22 Al oĆr esto se maravillaron, y dejĆ”ndolo se fueron.
āŗ22.15 alguna palabra… Lit. una palabra.Ā
āŗ22.16 sabemos…; no miras la apariencia… Es decir, no te inclinas aĀ favor de nadie.
Marcos 12:1-27.
1 Y comenzó a hablarles en parĆ”bolas:Ā Un hombre plantó una viƱa, y puso en torno una cerca, excavó debajo un lagar y edificó una torre, la arrendó a unos labradores y se fue de viaje. 2 Y a su tiempo, envió a los labradores un esclavo para recibir de los labradores su parte en los frutos de la viƱa, 3 y le echaron mano, lo golpearon y lo enviaron vacĆo. 4 De nuevo les envió otro esclavo, y tambiĆ©n a este lo golpearon en la cabeza y lo ultrajaron. 5 Y envió a otro, y a este mataron, y a muchos otros golpearon y a otros mataron. 6 AĆŗn tenĆa uno, un hijo amado, y por Ćŗltimo lo envió a ellos, pensando: RespetarĆ”n a mi hijo. 7 Pero aquellos labradores se dijeron: Este es el heredero. Venid, matĆ©moslo, y la heredad serĆ” nuestra. 8 Y echĆ”ndole mano, lo mataron y lo echaron fuera de la viƱa. 9 ĀæQuĆ© harĆ” el seƱor de la viƱa? VendrĆ” y destruirĆ” a los labradores y darĆ” la viƱa a otros.Ā 10 ĀæNo habĆ©is leĆdo esta Escritura: La piedra que desecharon los constructores, esta vino a ser cabeza de Ć”ngulo? 11 De parte del SeƱor se hizo esta, y es maravillosa a nuestros ojos.Ā
12 Y procuraban apresarlo, porque comprendieron que habĆa dicho la parĆ”bola porĀ causa de ellos, pero temĆan a la multitud. Y dejĆ”ndolo, se fueron.
13 Luego le envĆan algunos de los fariseos y de los herodianos para sorprenderlo en alguna palabra, 14 que llegando, le dicen: Maestro, sabemos que eres veraz y que no te inclinas a favor de nadie, pues no miras la apariencia de los hombres, sino que enseƱas verdaderamente el camino de DIOS: ĀæEs lĆcito o no dar tributo a CĆ©sar? ĀæQue paguemos o no paguemos?Ā 15 Pero Ćl, percibiendo su hipocresĆa, les dijo: ĀæPor quĆ© me tentĆ”is?Ā Traedme un denario para que lo vea. 16 Entonces ellos se lo llevaron. Y les dice: ĀæDeĀ quiĆ©n es la imagen y la inscripción? Ellos le contestaron: De CĆ©sar. 17 Entonces JESĆS lesĀ dijo: Dad a CĆ©sar lo de CĆ©sar, y a DIOS lo de DIOS. Y se maravillaron de Ćl.
18 Y van a Ćl unos saduceos (quienes dicen que no hay resurrección), y le preguntaban, diciendo: 19 Maestro, MoisĆ©s nos escribió que cuando el hermano de alguno muera y deje esposa, pero no deja ningĆŗn hijo, que su hermano tome la mujer y suscite descendencia a su hermano. 20 HabĆa siete hermanos: el primero tomó mujer, y al morir no dejó descendencia. 21 La tomó el segundo, y murió sin dejar descendencia, y de la misma manera el tercero. 22 Y los siete no dejaron descendencia, y por Ćŗltimo murió tambiĆ©n la mujer. 23 En la resurrección, Āæde cuĆ”l de ellos serĆ” mujer? Porque los siete la tuvieron por mujer. 24 JESĆS les dijo: ĀæNo errĆ”is por esto, al desconocer las Escrituras y el poder de DIOS? 25 Porque cuando resuciten de entre los muertos, no se casan ni se dan en casamiento, sino que son como Ć”ngeles en los cielos. 26 Pero acerca de que los muertos resucitan, Āæno leĆsteis en el rollo de MoisĆ©s acerca de la zarza, cómo le habló DIOS, diciendo: Yo soy el DIOS de Abraham y el DIOS de Isaac y el DIOS de Jacob? 27 No es DIOS de muertos sino de vivos; vosotros mucho errĆ”is.
āŗ12.1 viƱa… āIs 5.1-2; excavó… Lit. un tanque.
āŗ12.4 ultrajaron… O trataron deshonrosamente.
āŗ12.5 golpearon… mataron… Lit. golpeando… matando.
āŗ12.8Ā fuera… āMt 21.39.
āŗ12.10 desecharon… Es decir, tuvieron por inĆŗtil.
āŗ12.10-11 āSalĀ 118.22-23.
āŗ12.13 alguna palabra… Lit. una palabra (o con una palabra).
āŗ12.14Ā verdaderamente… Lit. de verdad.
āŗ12.18 no hay resurrección… āHch 23.8.
āŗ12.19 āDtĀ 25.5.
āŗ12.22 por Ćŗltimo… Lit. lo Ćŗltimo de todos.
āŗ12.26 soy… La resurrección se afirmaĀ mediante el tiempoĀ de un verbo āEx 3.6.
āŗ12.27 Dios… de vivos…
1Corintios 16.
1 Ahora bien, en cuanto a la ofrenda para los santos, haced vosotros tambiĆ©n tal como ordenĆ© a las iglesias de Galacia: 2āEn todo shabat cada uno de vosotros ponga aparte, ahorrando de lo que haya prosperado, para que cuando vaya no se hagan entonces colectas. 3āY cuando vaya, a los que aprobĆ©is por medio de cartas, a estos enviarĆ© para que lleven vuestra expresión de bondad a JerusalĆ©n. 4āY si fuera propio que tambiĆ©n yo vaya, irĆ”n conmigo.
5āY cuando pase por Macedonia, irĆ© a vosotros, pues es necesario que pase porĀ Macedonia. 6āY quizĆ” me quedarĆ© con vosotros, o aun pasarĆ© el invierno, para queĀ vosotros me encaminĆ©is a donde vaya. 7āPorque no quiero ahora veros de paso, pues siĀ el SeƱor lo permite, espero permanecer algĆŗn tiempo con vosotros. 8āPero estarĆ© enĀ Ćfeso hasta PentecostĆ©s; 9āporque se me ha abierto una puerta grande y eficaz, peroĀ muchos son los que se oponen. 10āCuando llegue Timoteo, mirad que estĆ© con vosotrosĀ sin recelo, porque trabaja en la obra del SeƱor, lo mismo que yo. 11āPor tanto, nadie loĀ desprecie, al contrario, encaminadlo en paz, para que venga a mĆ, porque lo espero conĀ los hermanos. 12āAcerca del hermano Apolos, mucho lo exhortĆ© para que fuera aĀ vosotros con los hermanos, pero de ninguna manera tenĆa deseo de ir por ahora; sinĀ embargo irĆ” cuando tenga oportunidad.
13āVelad, estad firmes en la fe, portaos valientemente, sed fuertes. 14āTodas vuestrasĀ cosas sean hechas con amor.
15āSabĆ©is que la casa de EstĆ©fanas es primicias de Acaya yĀ que se dedicaron al servicio de los santos; os exhorto, pues, hermanos 16āque estĆ©is aĀ disposición de aquellos, y de todos los que cooperan y trabajan.
17āY me regocijo por laĀ venida de EstĆ©fanas, de Fortunato y de Acaico, pues estos suplieron vuestra ausencia; 18Ā porque refrescaron mi espĆritu y el vuestro; reconoced pues a los tales.Ā
19āOs saludan las iglesias de Asia. Os saludan mucho en el SeƱor Aquila y Prisca, con laĀ iglesia que estĆ” en su casa. 20āOs saludan todos los hermanos. Saludaos unos a otrosĀ con ósculo santo.
21āLa salutación va de mi propia mano: Pablo. 22āĀ”Si alguno no ama alĀ SeƱor, sea anatema! Ā”Maran-atha! 23āLa gracia del SeƱor JESĆS sea con vosotros. 24āMiĀ amor sea con todos vosotros en CRISTO JESĆS.
āŗ16.1 ofrenda… āRo 15.25-26; ordenĆ©… Esto es, di instrucciones.
āŗ16.2 en todo shabat (Gr. kata mian sabbatou)… ponga aparte… Es decir, reserve en su casa.
āŗ16.3 bondad… Lit. gracia.
āŗ16.5 Macedonia… āHch 19.21.
āŗ16.8 PentecostĆ©s… āLv 23.15-21; Dt 16.9-11.
āŗ16.9 eficaz… Esto es, prometedora; oponen… āLc 16.16; Hch 19.8-10.
āŗ16.10 Timoteo…
āŗ16.15 EstĆ©fanas… ā1.16; servicio… Gr. diakonĆa.
āŗ16.16 disposición…
āŗ16.17 ausencia… Lit. carencia.
āŗ16.19 Aquila… āHch 18.2; Prisca… El diminutivo Prisca estĆ” mejor respaldado (P , × y B) āRo 16.3.
āŗ16.20 unos a otros…
āŗ16.22 SeƱor… Mā aƱaden Jesucristo; anatema = maldición; Maran-atha = el SeƱor viene. Transliteración preservada del arameo.
āŗ16.23 JESĆS… TR: Jesucristo.
āŗ16.24 Mā aƱaden el litĆŗrgico amĆ©n.

