Porción 122

Texto Ɣureo: Deuteronomio 15
Lecturas para adultos en la semana

DĆ­a 1 Deuteronomio 15

DĆ­a 2 Salmo 82-83

DĆ­a 3 Salmo 107

DĆ­a 4 Salmo 109

DĆ­a 5 IsaĆ­as 31-32

DĆ­a 6 2ĀŖCorintios 9

I- La shemitĆ”.

En la porción anterior hablamos de los tres tipos de diezmos que Dios demandó y que debía usarse bajo la responsabilidad de la persona y no de la institución de culto. En esta se hablarÔ de todo (incluyendo el diezmo) lo que se darÔ en el año de remisión (shemitÔ).

Cada sĆ©ptimo aƱo, al igual que cada sĆ©ptimo dĆ­a, debĆ­a ser de reposo para la tierra con el fin de adorar a Dios. La siembra, la cosecha y todas las herramientas o utensilios de trabajo debĆ­an cesar para el final del aƱo sexto[1]. AsĆ­ la tierra misma observarĆ­a su propio reposo al SeƱor.Ā Paralelo a eso, todo lo que crecĆ­a en ese sĆ©ptimo aƱo en la tierra se le llamarĆ­a hefkerĀ que significa ā€˜sin dueƱo’. Al llegar al Ćŗltimo dĆ­a de ese aƱo, esa misma bendición que recibĆ­a la tierra se extendĆ­a al hombre con el perdón de las deudas. De esta forma la nación misma recibirĆ­a una transformación sin igual en todas sus Ć”reas.

Tanto que se rompen la cabeza los hombres por crear un sistema de equidad social, cayendo en conceptos de democracia socialista en la mayorƭa de los casos y tan fƔcil que Dios resuelve este asunto.

La palabra shemitÔ cubre dos cosas aquí:

(1) El aƱo de reposo.

(2) El último día de ese año que sería cancelación de deudas.

Históricamente, los líderes de Israel (rabinos) han buscado aliviar la situación que podría surgir. Por ejemplo, ellos enseñaban que en el año de la shemitÔ se podía vender las tierras a un gentil y este la trabajaría, para que al terminar el año se le volviera a comprar. Esquivar esto solo añadía peso a la culpa de la nación, porque el propósito de este reposo también era confiar completamente en el amparo de Dios, en vez de estar buscando una solución para evadir una posible pérdida de inversión en este caso. Ellos no entendían que con su astucia estaban invalidando el milagro de protección que Dios haría.

El año de shemitÔ también era una oportunidad para testificar acerca de:

(1) La tierra pertenece a su Creador.

(2) Ɖl reina y dispone en la vida de su pueblo y Ć©ste se alegra en eso.

(3) Ɖl es el primer interesado en el equilibrio social.

(4) El Creador es la fuente de toda provisión y bendición.

(5) Su pueblo estĆ” dispuesto a ser edificado en la fe por Ɖl.

II- El servicio como expresión del amor.

De esta porción se desprende una pregunta: ĀæPor quĆ© Dios permite que haya pobres? La respuesta se puede basar en otras dos preguntas tambiĆ©n: ĀæPuede imaginarse usted cómo serĆ­a el mundo si todos fuĆ©ramos autosuficientes y nunca necesitĆ”ramos de los demĆ”s? ĀæPuede imaginar el egoĆ­smo, la codicia y la vileza si nadie sintiera nunca compasión o gratitud? A travĆ©s del acto de dar al necesitado la humanidad tiene la oportunidad de ser elevada a la dimensión de actuar igual a su Creador. De aquĆ­ se desprende una realidad: ā€œBuscar y dar al necesitado es lo que realmente tiene valor y lo que mĆ”s necesitamos como gĆ©nero humanoā€.

En esto estriba la gran diferencia entre el sistema teocrĆ”tico divino y los diferentes sistemas mundanos. Todos tratan de proclamar una justicia social ā€œXā€, pero sacan a Dios de la ecuación. Es Ɖl quien Ćŗnico establece, produce y da la oportunidad equilibrada al hombre de expresar la verdadera justicia y aunque algunos se han empeƱado en reducirlo a algo puramente emocional reduciendo el concepto amor a esto, Dios establece el amor no solo como una experiencia intima del espĆ­ritu humano, sino tambiĆ©n a partir de la acción. No existe amor sin servicio al prójimo.

Y claro que puede haber servicio al prójimo sin amor (por intereses, para manipular, por temor, etc.), pero nunca habrÔ amor sin que este sea expresado a través del servir a los demÔs.

III- Sirviendo sin lĆ­mites.

De los vv.7-8 podemos concluir que son el origen bíblico de la obligación de ayudar a otros: «abrirÔs a él [necesitado] tu mano liberalmente, y en efecto le prestarÔs lo que necesite.». Dios es muy claro en este texto porque sabe que hay quienes necesitan mayores ingresos económicos, quienes requieren de un trabajo estable, quienes piden un consejo, quienes precisan ayuda médica, quienes buscan casarse y no encuentran una pareja adecuada y quienes quizÔs sólo necesitan orientación en su camino espiritual.

Las necesidades pueden ser muy variadas y siempre encontraremos personas conscientes de sus necesidades y otros que ni siquiera saben lo que verdaderamente necesitan. Es así como la obligación de proporcionar a otros aquello de lo que carecen, obliga a abrir los ojos e intentar ver mÔs allÔ de la superficie, para descubrir sus necesidades mÔs urgentes e intentar satisfacerlas. Para esto la pregunta sería: ¿Cómo identificar las necesidades reales de los demÔs? No se ha inventado tal detector, por lo que no hay mÔs remedio que dedicarle unos momentos a pensar en ellos y juntarnos para observar.

Es bueno entender tambiƩn que cuando se ayuda al necesitado hay cosas que no se ven que tambiƩn estƔn siendo satisfechas. Por ejemplo: Cuando damos una moneda al hambriento no solo estamos posibilitƔndole comprar comida, sino tambiƩn la posibilidad de que siga vivo. Cuando ayudamos al necesitado a conseguir trabajo, tambiƩn le damos la posibilidad dignificar la vida. Cuando le damos palabras de aliento tambiƩn le estamos dando fuerzas para llevar aliento a otros y enfrentar nuevos retos. Cuando compartimos el evangelio con el pecador, tambiƩn le damos la posibilidad de vivir plenamente.

IV- Sensibles con el necesitado.

En el v.7 del texto Ôureo en la porción aparece algo muy especial. Dios dice: «no endurecerÔs el corazón». Para entenderlo debemos verlo a la luz de otros momentos en los que aparece esta misma frase, por ejemplo, en Faraón[2]. Esto claramente significa que se volvió insensible al concentrarse únicamente en su dolor por la intensa presión que las plagas ejercieron sobre él, en vez de sensibilizarse al ver que su dolor por las plagas era semejante al dolor de Israel por la esclavitud que se le había impuesto.

En nuestro contexto, la advertencia de no endurecer el corazón es para evitar que nos volvamos fríos e insensibles al dolor y la angustia de nuestros semejantes. No puede ocurrir a un hijo de Dios que sus preocupaciones o dolores personales le hagan indiferente e insensible a la situación de su prójimo. Es muy difícil evitar dar cuando se siente el dolor y la angustia de otras personas. Es así como a través de estar atento a la situación de nuestro prójimo dicha sensibilidad hacía él puede permanecer.

Es a raíz de esa sensibilidad con el prójimo que se puede entender que la Biblia no enseña a quitarle al que tiene para darle al que no tiene, sino que manda a cada cual en su propio amor y libertad a ser capaz de quitarse a sí mismo para ayudar al necesitado.

V- Supliendo a mi hermano en la fe.

El v.11 trae otra realidad que puede ser clave para aprender a dar al necesitado: Ā«AbrirĆ”s tu mano a tu hermano, al pobre y al menesteroso en tu tierraĀ». Imaginemos que el necesitado sea un hermano de sangre, en ese caso dar resultarĆ­a mucho mĆ”s fĆ”cil (y casi siempre se hace con todo el corazón). Debemos recordar esto siempre: ā€œEl que otro creyente de la misma fe e hijo de nuestro Padre celestial nos pida ayuda significa que tu hermano te lo estĆ” pidiendoā€.

Ahora si esto no es suficiente, la enseƱanza del SeƱor es mucho mĆ”s poderosa: Ā«ama a tu prójimo como a ti mismoĀ»[3]. Entonces, la próxima vez que se demande ayuda se debe pensar: ā€œMe estĆ”n pidiendo ayuda y es como si esa persona fuera yo mismo el necesitadoā€.

Preguntas:

1.- Comparta con el resto del grupo quƩ estrategia le ha sido efectiva para conocer las necesidades reales de un hermano.

2.- Pida a Dios claridad y seleccione a dos hermanos de su congregación para observar sus necesidades. Luego comparta con su pastor o facilitador del grupo para que le ayude a trazar una estrategia de cooperación con esos hermanos.

3.- ¿En qué sentido el año de shemitÔ le recuerda lo que Cristo hizo por usted?

 

[1] Ex 23:10-11.

[2] Ex 7:13. Ver la Porción 34 en el Libro 1 de este discipulado.

[3] Se debe recordar que ā€œprójimoā€ no hace referencia al gĆ©nero humano como una categorĆ­a, sino a las personas que le rodea y se entra en contacto.

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