Texto Ôureo: Génesis 20
Lecturas para adultos en la semana
DĆa 1Ā GĆ©nesisĀ 20
DĆa 2Ā Daniel 2
DĆa 3Ā Mateo 18:1-14
DĆa 4Ā Hechos 26-27
DĆa 5 GĆ”latas 3
DĆa 6 Hebreos 11:8-16
I- El engaƱo del temor.
El verbo usado para decir que Abraham Ā«habitó» tambiĆ©n significa āmiedoā o ātemerā; o sea, que Ć©l llegó, pero con temor. PudiĆ©ramos pensar que esto es malo porque no se debe temer cuando se cree en Dios. ĀæAcaso Abraham perdió la fe por un instante? Debemos entender que Ć©l desde que salió, buscaba una patria celestial y no una terrenalĀ [1], y esto solo puede ser por una razón: Ćl sabĆa que este mundo estaba gobernado por un prĆncipe que desea la destrucción de esta creación de Dios. Bajo esta perspectiva cualquiera sentirĆa miedo. QuizĆ”s no por lo que le pasarĆa a Ć©l, sino por lo que podrĆa ocurrir a su esposa si quedaba sola en una ciudad dominada por los malos deseos.
Entonces el problema no es sentir miedo por algo, sino cuando esta emoción llega a dominar, e inclusive cuando puede llevar a la persona a pecar y actuar como tal vez nunca hubiese querido. Entonces la victoria sobre el temor va a depender mucho del autocontrol, a lo que la Biblia le llama dominio propio.
¿Pero solo dominio propio? ¿Se debe controlar la emoción para ir a dónde o para hacer qué? El dominio propio para controlar el miedo va a depender de varios factores, pero el principal es no dejarse engañar por la propia imaginación de la persona ante los retos que debe enfrentar. En este caso el dominio propio se enfoca a someter esos pensamientos a la realidad que se tiene delante y no a la que se ha construido en la mente.
II- Por su fruto lo conocerƩis.
A pesar de que esta ciudad parecĆa no adorar a Dios su rey sĆ temĆa a Dios, pues con una simple advertencia a travĆ©s de sueƱos hizo tal y como se le ordenó. FĆjese que Dios no tiene que decirle que esto es incorrecto; es el propio rey el que le llama pecado.
Es bueno seƱalar que el nombre Abimelec, aunque ha sido traducido muchas veces como: āpadre de un reyāĀ [2], serĆa mĆ”s exacto: āoh quĆ© reyā [3]. QuizĆ”s Abraham entendió su nombre como una soberbia del rey en un inicio y por eso temió, pero por lo sucedido despuĆ©s se deja ver que a quien se estaba refiriendo con este nombre no era a Ć©l mismo sino a otro, quien verdaderamente es el Rey de reyes. Y su prontitud en obedecer demuestra para quiĆ©n era su real engrandecimiento.
Abimelec es un ejemplo, entre muchos otros, de cuĆ”n rĆ”pido se debe contestar al llamado de Dios y reconocer la soberanĆa divina. Y bajo esa soberanĆa decide tambiĆ©n bendecir a Abraham, sumando cosas a su virtud. Ćl era un rey humilde, y por eso reconoce que Dios habĆa elegido a Abraham en vez de enfurecerse y sentirse ofendido por haberle mentido.
III- Ama a la persona rechaza al pecador.
Dios siempre recompensa mĆ”s abundantemente de lo que esperamos. Abraham, que hasta ahora no se le conocĆan milagros, con una oración resuelve la esterilidad de las mujeres del rey.
Ahora Dios lo estĆ” usando mĆ”s allĆ” de lo que Ć©l esperaba, a travĆ©s de servir a la persona que creĆa su enemigo. Por eso, aunque se pueda tener a alguien como enemigo real, el rechazo debe ser a sus acciones y no a la persona. Dios puede cambiar ese corazón y al instante comenzar a cambiar sus acciones, sin embargo siempre serĆ” esa misma persona.
Es verdad que Dios rechaza al pecador que es quien ejecuta el pecado, pero esa es la naturaleza divina y solo Ćl puede soportar y llevar sin ningĆŗn daƱo el peso de esa actitud. Pero cuando el hombre desea hacer lo mismo, entonces resulta que en su naturaleza no hay cabida para sobrellevar el peso de estas acciones. Y esto tiene un daƱo sobre Ć©l.
Preguntas:
1.- ¿CuÔles cree usted que pudieran ser los peligros de vivir en una ciudad dominada por los malos deseos?
2.- ĀæCómo compararĆa usted el llamado de Abraham y el de Pablo?
3.- ĀæCómo ayudarĆa usted a un hermano que siente miedo de obedecer a Dios?
[2] Por ser un estado constructo sin artĆculos.
[3] Diccionario de idiomas bĆblicos, James A. Swanson, campo-20, Lexham Press.
Génesis 20
1 De allĆ Abraham viajó a la tierra del NĆ©guev, acampó entre Cades y Shur, habitando como peregrino en Gerar. 2 Y decĆa Abraham acerca de Sara, su mujer: Es mi hermana (pues temĆa decir: Es mi mujer, no fueran a matarlo los hombres de la ciudad por su causa). AsĆ que Abimelec, rey de Gerar, mandó a tomar a Sara. 3 Pero Elohim vino a Abimelec en un sueƱo aquella noche, y dijo: He aquĆ, eres hombre muerto a causa de la mujer que tomaste, pues ella estĆ” casada y tiene marido.
4 Pero Abimelec, que no se habĆa llegado a ella, dijo: SeƱor ĀæmatarĆ”s tambiĆ©n a gente inocente? 5 ĀæNo me dijo Ć©l: Ella es mi hermana, y ella tambiĆ©n dijo: Es mi hermano? Con integridad de corazón y limpieza de manos he hecho esto. 6 Y Elohim le dijo en un sueƱo: SĆ© que con integridad de corazón hiciste esto, y tambiĆ©n te retuve de pecar contra MĆ, por eso no te permitĆ tocarla. 7 Devuelve ahora a la mujer de ese hombre, porque es profeta, y Ć©l orarĆ” por ti, y vivirĆ”s. Pero si no la devuelves, sabe que de cierto morirĆ”s, tĆŗ y todos los tuyos.
8 Y Abimelec madrugó por la maƱana, y llamando a todos sus siervos, les habló todas estas cosas en privado, y aquellosĀ hombres fueron atemorizados grandemente.Ā
9 Luego Abimelec llamó a Abraham, y le dijo: ĀæQuĆ© nos has hecho? ĀæEn quĆ© he pecado contra ti, que has traĆdo contra mĆ y contra mi reino tan gran pecado? Ā”Hiciste conmigo cosas que no se deben hacer! 10 Dijo Abimelec a Abraham: ĀæQuĆ© te indujo a hacer esto?Ā 11 Dijo Abraham: Porque me dije: Ciertamente no hay temor de Elohim en este lugar, y me matarĆ”n por el asunto de mi mujer. 12 Aunque, en efecto, ella es mi hermana, hija de mi padre, pero no hija de mi madre, y asĆ vino a ser mi mujer. 13 Y cuando Elohim me hizo salir de casa de mi padre, fue cuando dije a ella: Me harĆ”s este favor: A todo lugar donde vayamos, dĆ de mĆ: Ćl es mi hermano.
14 Y tomó Abimelec mil piezas de plata, un rebaƱo y una vacada, siervos y siervas, y se lo dio a Abraham, y le devolvió a Sara su mujer. 15 Luego dijo Abimelec: Mira, mi tierra estĆ” ante ti, establĆ©cete donde bien te parezca. 16 Y dijo a Sara: He aquĆ, he dado a tu hermano mil piezas de plata. ServirĆ”n de honor para ti y para todas las que estĆ”n contigo, pero dĆ la verdad en todo.
17 Y Abraham oró a Elohim, y Elohim sanó a Abimelec, y a su mujer y a sus siervas, y parieron, 18 pues Adonai habĆa cerrado por completo toda matriz de la casa de Abimelec por el asunto de Sara, mujer de Abraham.
āŗ20.1 peregrino…
āŗ20.2 es mi hermana… ā12.13; 26.7.
āŗ20.3 dijo… TM aƱade le. Se sigue LXX.Ā
āŗ20.6 SĆ©… TM aƱade tambiĆ©n. Se sigue LXX.
āŗ20.8 en privado… Lit. a oĆdos de ellos.
āŗ20.10 esto… TM aƱadeĀ cosa (semejante). Se sigue LXX.
āŗ20.13 me harĆ”s… TM aƱade de tu parte. Se sigue LXX .
āŗ20.14 milĀ piezas de plata… TM omite.
āŗ20.16 honor para ti… TM: velo para los ojos. Heb. kesut āeynayim = velo de ojos. Expresión que, en el orden social, expresa la idea de que nadie se atreverĆa a pensar mal de ella, y su honor quedarĆa a salvo; pero dĆ la verdad en todo… TM registra y asĆ quedas vindicada. Se sigue LXX.
Daniel 2.
1 En el aƱo segundo de su reinado, Nabucodonosor tuvo un sueƱo, y su espĆritu seĀ perturbó de manera tal, que no pudoĀ seguir durmiendo. 2 Y el rey hizo llamar a losĀ magos, astrólogos, hechiceros y caldeos, para que interpretaran el sueƱo del rey.Ā Vinieron, pues, y se presentaron ante el rey, 3 y el rey les dijo: He tenido un sueƱo, yĀ mi espĆritu se desespera porĀ entender ese sueƱo. 4 Entonces los caldeosĀ respondieron al rey en lengua aramea: Ā”Vive por siempre, oh rey! Di a tusĀ siervosĀ cuĆ”l fue ese sueƱo, y te haremos saber la interpretación. 5 Respondiendo el rey, dijoĀ a los caldeos: El asunto se me olvidó, pero si no me hacĆ©is saber el sueƱo y su interpretación, serĆ©is hechos pedazos y vuestras casas serĆ”n convertidasĀ enĀ muladares. 6 Sin embargo, si me declarĆ”is el sueƱo y su interpretación, recibirĆ©isĀ regalos, recompensas y grandesĀ honores de parte mĆa. Solo declaradme el sueƱo yĀ su interpretación.
7 Respondieron por segunda vez, y dijeron: Refiera el rey el sueño a sus siervos, y le mostraremos la interpretación. 8 Respondió el rey y dijo: En verdad veo que ponéis dilaciones, porque sabéis que es un asunto que tengo ya decidido. 9 Si no me mostrÔis el sueño, una misma serÔ vuestra sentencia, pues os habéis confabulado para mentirme con palabras falsas mientras pasa el tiempo. ”Declaradme de una vez el sueño, y sabré que podréis interpretÔrmelo! 10 Los caldeos respondieron ante el rey y dijeron: No hay hombre en la tierra que pueda declararlo. Ningún rey, por poderoso que fuera, ha pedido cosa semejante a mago, astrólogo o caldeo alguno. 11 Porque el asunto que el rey demanda es cosa ardua, y no hay quien lo pueda declarar al rey, salvo los dioses, cuya morada no estÔ con la carne.
12 Por esto el rey, airado y con gran enojo, ordenó que todos los sabios de Babilonia fueran exterminados. 13 Y se publicó el edicto de que los sabios fueran llevados a la muerte, y tambiĆ©n buscaron a Daniel y a sus compaƱeros para ejecutarlos. 14 Pero Daniel habló sabia y prudentemente a Arioc, capitĆ”n de la guardia real (encargado de exterminar a los sabios deĀ Babilonia), 15 diciendo: ĀæA quĆ© se debe tan perentorio edicto del rey? Y Arioc hizo saber el asunto a Daniel. 16 Entonces Daniel entró y pidió al rey que le diera tiempo para mostrar la interpretación al rey. 17 Y fue Daniel a suĀ casa, y comunicó todo el asunto a sus compaƱeros AnanĆas, Misael y AzarĆas, 18 instĆ”ndoles a implorar la granĀ misericordia del DIOS de los Cielos respecto al misterio, a fin de que Daniel y sus compaƱeros no perecieran junto con los otros sabios de Babilonia.
19 Entonces, en una visión nocturna, el misterio le fue revelado a Daniel, por lo cual Daniel bendijo al DIOS de los Cielos, 20 Y habló Daniel, y dijo: Ā”Bendito sea el Nombre de DIOS por los siglos de los siglos! Suya es la sabidurĆa y el poder, 21 Ćl muda los tiempos y las edades. Ćl quita los reyes y establece los reyes. Ćl da la sabidurĆa a los sabios, y ciencia a los inteligentes,Ā 22 revela los secretos mĆ”s profundos, conoce lo que oculta la tiniebla, y la luz habita con Ćl.Ā 23 Ā”A Ti, oh DIOS de mis padres, te alabo y te doy gracias!Ā Pues me diste sabidurĆa y fortaleza, y me revelaste lo que te pedimos:Ā Ā”Nos diste a conocer el asunto del rey!
24 DespuĆ©s de esto fue Daniel a Arioc, al cual el rey habĆa puesto para matar a los sabios de Babilonia, y le dijo asĆ: No mates a los sabios de Babilonia. LlĆ©vame ante la presencia del rey, y yo le mostrarĆ© la interpretación del sueƱo. 25 AriocĀ llevó prontamente a Daniel ante el rey, y le dijo asĆ: He hallado un varón de los deportados de JudĆ” que darĆ” laĀ interpretación al rey. 26 El rey preguntó a Daniel, al cual llamaban Beltsasar: ĀæPodrĆ”s tĆŗ acaso hacerme saber el sueƱo que vi, con su interpretación? 27 Daniel respondió delante del rey, y dijo: El misterio que el rey demanda, ni sabios, niĀ astrólogos, ni magos ni adivinos lo pueden revelar al rey. 28 Pero DIOS existe en los Cielos, el cual revela los misterios, el cual hace conocer al rey Nabucodonosor lo que ha de acontecer en los postreros dĆas. He aquĆ tu sueƱo, y las visiones que has tenido en tu cama:
29 Estando tĆŗ, oh rey, en tu cama, te vinieron pensamientos por saber lo que habĆa de ser en lo por venir; y el que revela los misterios te mostró lo que ha de ser. 30 Y a mĆ me ha sido revelado el misterio, no porque en mĆ haya mĆ”s sabidurĆa que en cualquier otro viviente, sino para que se de a conocer la interpretación al rey, y para que entiendas los pensamientos de tu corazón. 31 TĆŗ, oh rey, mirabas, y Ā”he aquĆ una imagen colosal! Esta estatua, que era gigantesca, y cuya gloria era muy sublime, estaba de pie ante ti, y su aspecto era asombroso. 32 La cabeza de esta imagen era de oro fino; su pecho y sus brazos, de plata; su vientre y sus muslos, de bronce; 33 sus piernas, de hierro; sus pies, en parte de hierro y en parte de barro cocido. 34 Estabas mirando, hasta que fue cortada una piedra (no con mano humana), y golpeó a la imagen en sus pies de hierro y barro cocido y los desmenuzó. 35 Entonces fueron desmenuzados juntamente el hierro, el barro cocido, el bronce, la plata y el oro, y fueron como tamo de las eras del verano, que el viento arrebata sin que de ellos quede rastro alguno. Pero la piedra que golpeó a la imagen vino a ser un gran monte que llenó toda la tierra.
36 Este es el sueƱo, y ahora diremos al rey su interpretación: 37 Oh rey, tĆŗ eres el rey mĆ”s poderoso, a quien el DIOS de los Cielos ha dado el reino y el poder, la fortaleza y la majestad. 38 Y dondequiera habitan los hombres, las bestias delĀ campo y las aves de los cielos, Ćl los ha entregado en tu mano, y te ha dado el dominio sobre todo: Ā”TĆŗ eres esa cabeza de oro! 39 DespuĆ©s de ti, se levantarĆ” otro reino inferior al tuyo; y luego un tercer reino de bronce, el cual dominarĆ” sobre toda la tierra. 40 El cuarto reino serĆ” destructor como el hierro, que todo destroza, que corta todo Ć”rbol, asĆ sacudirĆ” toda la tierra. 41 Y lo que viste de los pies y los dedos, en parte de barro cocido de alfarero y en parte de hierro, representan unĀ reino dividido, segĆŗn viste el hierro mezclado con el barro cocido. 42 Y por ser los dedos de los pies en parte de hierro y en parte de barro cocido, el reino serĆ” en parte fuerte y en parte dĆ©bil. 43 SegĆŗn viste el hierro mezclado con el barro, seĀ mezclarĆ”n por medio de una descendencia humanas, pero no estarĆ”n unidos el uno con el otro, como el hierro no se mezcla con el barro. 44 Y en los dĆas de estos reyes, el DIOS de los Cielos establecerĆ” un reino que no serĆ” jamĆ”s destruido, ni el reino serĆ” dejado a otro pueblo, sino queĀ desmenuzarĆ” y consumirĆ” a todos estos reinos, pero Ć©l permanecerĆ” para siempre,Ā 45 talĀ como viste que del monte fue cortada una piedra (no con mano humana), laĀ cual desmenuzó el hierro, el bronce, el barro, la plata y el oro. El gran DIOS haĀ mostrado al rey lo que ha de acontecer en lo por venir; y el sueƱo es verdadero, y fielĀ su interpretación.
46 Entonces el rey Nabucodonosor se postró sobre su rostro y se humilló anteĀ Daniel, y mandó que le ofrecieranĀ presentes e incienso. 47 Y habló el rey a Daniel, yĀ dijo: Ā”Ciertamente vuestro DIOS es el DIOS de los dioses y SeƱor de losĀ reyes, yĀ revelador de misterios, pues pudiste revelar este misterio! 48 Entonces el rey hizoĀ engrandecer a Daniel, y le dioĀ grandes honores y muchos presentes, y lo constituyó gobernador de toda la provincia de Babilonia, y prĆncipe sobreĀ todos los sabios deĀ Babilonia. 49 Daniel entonces solicitó del rey, y obtuvo que pusiera sobre losĀ negocios de la provinciaĀ de Babilonia a Sadrac, Mesac y Abed-Nego; pero DanielĀ permaneció en la corte del rey.
āŗ2.10 declararlo… TM aƱade lo que pide el rey. Se sigue LXX.
āŗ2.15 diciendo… TM aƱade a Ariooc, capitĆ”n de la guardia real. Se sigue LXX.Ā
āŗ2.36 diremos… Nótese el plural.
āŗ2.40-41 Se sigueĀ LXX.
Mateo 18:1-14.
1 En aquella hora, los discĆpulos se acercaron a JESĆS, diciendo: Entonces, ĀæquiĆ©n es el mayor en el reino de los Cielos?Ā 2 Y llamando a un niƱito, lo puso en medio de ellos, 3 y dijo: De cierto os digo: Si no fuerais transformados y llegarais aĀ ser como niƱitos, de ningĆŗn modo entrarĆ©is en el reino de los Cielos. 4 Por tanto, cualquiera que se humilla como esteĀ niƱito, ese es el mayor en el reino de los Cielos; 5 y cualquiera que reciba en mi Nombre a un niƱito como este, a MĆ me recibe. 6 Pero cualquiera que haga tropezar a uno de estos pequeƱos que creen en MĆ, mejor le es que sea colgada a suĀ cuello una piedra de molino de asno, y sea hundido en lo profundo del mar.Ā 7 Ā”Ay del mundo por los tropiezos! Porque es inevitable que vengan los tropiezos, pero Ā”ay del hombre por quien viene elĀ tropiezo!Ā 8 Por tanto, si tu mano o tu pie te es ocasión de caer, córtalo y Ć©chalo de ti. Es mejor entrar en la vida manco o cojo, que teniendo dos manos o dos pies, ser echado en el fuego eterno. 9 Y si tu ojo te es ocasión de caer, sĆ”calo y Ć©chalo de ti. MĆ”s te vale entrar tuerto en la vida, que teniendo dos ojos ser echado a la gehena de fuego.Ā 10 Mirad que no menospreciĆ©is a uno de estos pequeƱos, porque os digo que sus Ć”ngeles en los Cielos ven siempre el rostro de mi Padre en los Cielos. [[11]]
12 ĀæQuĆ© os parece? Si algĆŗn hombre tuviera cien ovejas y se extraviara una de ellas, Āæno dejarĆa acaso las noventa y nueve en las montaƱas e irĆa a buscar la extraviada? 13 Y si llega a encontrarla, de cierto os digo que se regocija mĆ”s por ella que por las noventa y nueve que no estaban extraviadas. 14 AsĆ tambiĆ©n, no es la voluntad ante vuestro Padre celestial que se pierda uno de estos pequeƱos.
āŗ18.1 mayor… āLc 22.24.
āŗ18.3 fuerais transformados…; niƱitos… āMr 10.15; Lc 18.17.
āŗ18.6 una piedra de molino de asno… Es decir, movida por un asno.
āŗ18.7 del hombre… Mā aquel hombre.
āŗ18.8 ā5.30.
āŗ18.10 Mā aƱaden porque el Hijo del Hombre vino para salvar lo que se habĆa perdido.
āŗ18.11 NTGĀ omite v. Mā insertan clĆ”usula de Lc 19.10.
Hechos 26.
1 Agripa dijo a Pablo: Te es permitido hablar en tu favor. Pablo, entonces, extendiendo la mano, se defendĆa asĆ: 2 Acerca de todas las cosas de que soy acusado por los judĆos, me considero dichoso, oh rey Agripa, de que hoy voy a defenderme delante de ti, 3 especialmente siendo tĆŗ experto, tanto en las costumbres como en las controversias que hay entre los judĆos, por lo cual te suplico que me escuches pacientemente.
4 Pues bien, mi manera de vivir desde la juventud, que desde un principio transcurrió entre mi pueblo y en JerusalĆ©n, es bien sabida por todos los judĆos. 5 Desde hace mucho tiempo conocen, si quieren testificarlo, que conforme a la secta mĆ”s estricta de nuestra religión, yo vivĆ como fariseo. 6 Y ahora estoy siendo juzgado por la esperanza de la promesa que DIOS hizo a nuestros padres, 7 a la cual, nuestras doce tribus, sirviendo con fervor noche y dĆa, esperan alcanzar. Por esta esperanza, oh rey, soy acusado por los judĆos. 8 ĀæPor quĆ© se considera increĆble entre vosotros que DIOS resucite muertos? 9 Yo, ciertamente, pensaba en mi interior que era mi deber hacer muchas maldades contra el nombre de JESĆS de Nazaret; 10 lo cual, en efecto, hice en JerusalĆ©n, pues luego de recibir autorización de parte de los principales sacerdotes, no solo encerrĆ© yo en cĆ”rceles a muchos de losĀ santos, sino que cuando eran condenados a muerte, depositĆ© una piedrecita contra ellos. 11 Y muchas veces, castigĆ”ndolos por todas las sinagogas, los forzaba a blasfemar, y enloquecido de furia contra ellos, los perseguĆa aun hasta en las ciudades extranjeras. 12 Ocupado en esto iba yo a Damasco, con autorización y comisión de los principalesĀ sacerdotes, 13 cuando a mediodĆa, oh rey, yendo por el camino, vi que una luz del cielo, superior al resplandor del sol,Ā resplandeció alrededor de mĆ y de los que viajaban conmigo. 14 Y al caer todos nosotros en la tierra, oĆ una voz que me decĆa en lengua hebrea: Ā”Saulo, Saulo! ĀæPor quĆ© me persigues? Ā”Dura cosa te es dar coces contra aguijones! 15 Yo entonces dije: ĀæQuiĆ©n eres, SeƱor? Y el SeƱor dijo: Yo soy JESĆS, a quien tĆŗ persigues.Ā 16 Pero levĆ”ntate, y ponte sobre tus pies; porque me aparecĆ a ti precisamente para designarte servidor y testigo, no solo de las cosas que viste de MĆ, sino de aquellas en que me aparecerĆ© a ti, 17 para librarte del pueblo y de los gentiles, aĀ quienes Yo te envĆo, 18 a fin de que abras sus ojos, para que vuelvan de la tiniebla a la Luz, y de la potestad de SatanĆ”s aĀ DIOS; para que reciban liberación de pecados y herencia entre los santificados por la fe en MĆ. 19 Por lo cual, oh reyĀ Agripa, no fui desobediente a la visión celestial, 20 sino que anunciaba, primeramente a los que estĆ”n en Damasco, y tambiĆ©n en JerusalĆ©n, y por toda la región de Judea, y a los gentiles, que se arrepintieran y se volvieran a DIOS, haciendo obras dignas del arrepentimiento. 21 Por causa de esto, unos judĆos me prendieron en el templo e intentaban matarme, 22 asĆ que, habiendo alcanzado socorro de parte de DIOS hasta este dĆa, he estado testificando, tanto al pequeƱo como al grande, no diciendo mĆ”s que lo que los profetas y MoisĆ©s dijeron que iba a suceder: 23 Que el CRISTO habĆa de padecer y que, siendo el primero en una resurrección de muertos, iba a proclamar luz tanto al pueblo como a los gentiles.
24 Mientras Ć©l decĆa estas cosas en su defensa, Festo dice a gran voz: Ā”EstĆ”s loco, Pablo! Ā”Las muchas letras te llevan a locura! 25 Mas Pablo contestó: No estoy loco, excelentĆsimo Festo, sino que pronuncio palabras de verdad y de cordura. 26 El rey, ante quien me expreso con toda franqueza, entiende de estas cosas, porque estoy persuadido de que no ignora nada de estas cosas, ya que esto no se ha hecho en un rincón. 27 ĀæCrees, rey Agripa, a los profetas? Ā”SĆ© que crees! 28 Y Agripa dijo a Pablo: Ā”Por poco me persuades a hacerme Cristiano! 29 Y Pablo: Ā”Quisiera DIOS que, por poco o por mucho, no solo tĆŗ, sino tambiĆ©n todos los que hoy me oyen, llegarais a ser tal cual soy yo, excepto estas cadenas! 30 Y se levantó el rey y el gobernador y Berenice y los que estaban sentados con ellos. 31 Y al retirarse, hablaban unos con otros, diciendo: Este hombre no ha hecho nada que merezca muerte o prisión. 32 Y Agripa dijo a Festo: Este hombre podrĆaĀ haber sido puesto en libertad si no hubiera apelado a CĆ©sar.
āŗ26.1 hablar… Lit. decir.
āŗ26.5 religión… ā23.6; Fil 3.5; §176; se inserta comoĀ para suplir elipsis del original.
āŗ26.7Ā sirviendo… Gr. latreĆŗo. Esto es, a Dios.
āŗ26.8Ā DIOS resucite muertos?… Lit. si Dios resucita muertos?
āŗ26.10Ā piedrecita…Ā PequeƱa piedra utilizada para votar en el SanedrĆn.
āŗ26.11 extranjeras… ā8.3;Ā 22.4-5. āŗ26.13 viajaban…Ā Lit. estĆ”n viajando.
āŗ26.16 servidor… Gr. uperĆ©tes; de MĆ… A fin de representar el balance entre la evidencia externa yĀ las probabilidades de transcripción, se optó por incluir de MĆ en el texto. Mā registran esta lectura (P , āµ, A, C y otros).
āŗ26.20 Damasco… ā9.19-20;Ā JerusalĆ©n… ā9.28-29. āŗ26.21 me prendieron…Ā Lit. prendiĆ©ndome. āŗ26.23Ā gentiles… āIs. 42.6; 49.6.
āŗ26.25 Se inserta contestó para suplir elipsis delĀ original.Ā
āŗ26.28 Se inserta dijo para suplir elipsis del original; Cristiano… NTGĀ registra jristianós.
āŗ26.30 se… TR anteponeĀ cuando habĆa dicho estas cosas.
Hechos 27.
1 Cuando se decidió que zarpĆ”ramos hacia Italia, entregaron a Pablo y a algunos otros presos a un centurión llamado Julio, de una cohorte imperial. 2 EmbarcĆ”ndonos en una nave adramitena que iba a zarpar hacia los puertos de Asia, nos hicimos a la vela, estando con nosotros Aristarco, un macedonio de Tesalónica. 3 Al dĆa siguiente atracamos en Sidón, y Julio, tratando a Pablo con benevolencia, le permitió que fuera a sus amigos a recibir atención. 4 De allĆ nos hicimos a la vela, y navegamos a sotavento de Chipre, porque los vientos eran contrarios. 5 Y navegando a travĆ©s del mar de Cilicia y Panfilia, arribamos a Mira de Licia. 6 AllĆ el centurión, hallando una nave alejandrina que navegaba hacia Italia, nos embarcó en ella. 7 DespuĆ©s de navegar lentamente durante muchos dĆas, y arribando con trabajo frente a Gnido, pues el viento no nos permitĆa avanzar, navegamos a sotavento de Creta, hacia Salmón; 8 y costeĆ”ndola con dificultad, arribamos a cierto lugar llamado Buenos Puertos, cerca del cual estĆ” la ciudad de Lasea.Ā 9 Y habiĆ©ndose perdido mucho tiempo, y siendo ya peligrosa la navegación por haber pasado el Ayuno, Pablo lesĀ aconsejaba, 10 diciĆ©ndoles: Varones, veo que la navegación va a ser con perjuicio y gran pĆ©rdida, no solo de la carga y de la nave, sino tambiĆ©n de nuestras vidas. 11 Pero el centurión daba mĆ”s crĆ©dito al piloto y al patrón de la nave que a lo que decĆa Pablo. 12 Y como el puerto no era adecuado para invernar, la mayorĆa acordó zarpar de allĆ, por si podĆan arribar a Fenice, puerto de Creta que mira al suroeste y al noroeste, e invernar allĆ.Ā 13 Y soplando blandamente un austro, suponĆan que habĆan logrado su intento, levaron anclas y costeaban Creta lo mĆ”s cerca posible. 14 Pero no mucho despuĆ©s, dio contra ella un viento huracanado llamado Euraquilón; 15 y la nave, siendo violentamente arrebatada, no logró poner proa al viento, y Ć©ramos llevados a la deriva. 16 DespuĆ©s de navegar a sotavento de cierto islote llamado Cauda, a duras penas logramos sujetar el esquife. 17 HabiĆ©ndolo izado, ciƱeron con amarras la nave por debajo, y temiendo encallar en la Sirte, arriaron los aparejos y se dejaban llevar a la deriva.Ā 18 Pero como la tempestad nos seguĆa sacudiendo furiosamente, al dĆa siguiente comenzaron a alijar, 19 y al tercer dĆa, arrojaron con sus propias manos los aparejos de la nave. 20 Y al no aparecer el sol ni las estrellas por muchos dĆas, acosados por una tempestad no pequeƱa, fuimos perdiendo toda esperanza de salvarnos.
21 DespuĆ©s de pasar mucho tiempo sin alimento, Pablo se puso de pie en medio de ellos y dijo: Ā”Oh varones!, ciertamenteĀ deberĆais haberme hecho caso y no zarpar de Creta para evitar este perjuicio y pĆ©rdida. 22 Pero ahora, os exhorto a que tengĆ”is buen Ć”nimo, pues no habrĆ” ninguna pĆ©rdida de vida entre vosotros, excepto de la nave. 23 Porque esta noche estuvo conmigo un Ć”ngel del DIOS de quien soy y al cual sirvo, 24 diciĆ©ndome: No temas Pablo. Tienes que comparecer ante CĆ©sar, y he aquĆ DIOS te ha concedido la vida de todos los que navegan contigo. 25 Por tanto, oh varones, tened buen Ć”nimo; porque confĆo en DIOS que serĆ” asĆ como se me ha dicho, 26 pero tendremos que encallar en alguna isla.
27 Cuando llegó la decimocuarta noche, siendo llevados nosotros a la deriva en el AdriĆ”tico, a la media noche losĀ marineros sospechaban que estaban cerca de tierra; 28 y echando la sonda, hallaron veinte brazas, y navegando un pocoĀ mĆ”s adelante y volviendo a echar la sonda, hallaron quince brazas. 29 Y temiendo que encallĆ”ramos en algĆŗn lugar rocoso, soltaron cuatro anclas desde popa y deseaban con ansia que se hiciera de dĆa. 30 Pero como los marineros trataban de abandonar la nave, y habĆan bajado al mar el esquife, bajo pretexto de soltar anclas desde proa, 31 Pablo dijo al centurión y a los soldados: Si estos no permanecen en la nave, vosotros no podrĆ©is salvaros. 32 Entonces los soldados cortaron las amarras del esquife y dejaron que se perdiera.
33 Y cuando amanecĆa, Pablo exhortó a todos a que tomaran alimento, diciendo: Hoy es el decimocuarto dĆa que estĆ”is en vela continuamente y en ayunas, sin comer nada. 34 Por tanto, os ruego que tomĆ©is alimento, pues os conviene paraĀ vuestra salud, porque ni un cabello de vuestra cabeza se perderĆ”. 35 Dicho esto, tomó el pan, dio gracias a DIOS enĀ presencia de todos, lo partió y comenzó a comer. 36 Entonces todos ellos comieron tambiĆ©n, despuĆ©s de cobrar Ć”nimo. 37 Y todas las personas en la nave Ć©ramos doscientas setenta y seis. 38 Una vezĀ satisfechos, aligeraron la nave echando el trigo al mar.
39 Cuando se hizo de dĆa, no reconocĆan la tierra, pero veĆan cierto golfo que tenĆaĀ una playa, en la cual decidieron, si eraĀ posible, encallar la nave. 40 Cortaron, pues,Ā las anclas y las dejaron en el mar, soltando al mismo tiempo las amarras deĀ losĀ timones; e izando al viento la vela de proa, enfilaron hacia la playa.
41 Pero cayendo en un lugar de corrientes cruzadas, encallaron la nave; y la proa, al clavarse, quedó inmóvil, pero la popa se abrĆa por la violencia. 42 Y el acuerdo de los soldados fue que se matara a los presos para que ninguno se fugara nadando; 43 pero el centurión, queriendo salvar a Pablo, les impidió la intención, y mandó que los que podĆan nadar se lanzaran los primeros por la borda, y salieran a la tierra, 44 y que los demĆ”s salieran despuĆ©s, unos en tablones, y otros en algunos objetos de la nave. Y sucedió que todos fueron llevados sanos y salvos a tierra.
āŗ27.1 zarpĆ”ramos… Lit. navegar nosotros.
āŗ27.2 iba… Lit. va.
āŗ27.3 Se insertaĀ dĆa para suplir elipsis del original.Ā
āŗ27.4 vientos eran contrarios… Lit. a causa deĀ los vientos ser contrarios.
āŗ27.5 Mira de… Mā aƱaden ciudad.
āŗ27.9Ā Ayuno… EsĀ decir, el del dĆa de la expiación.
āŗ27.11 lo que decĆa… Lit. por las cosas dichas.Ā
āŗ27.16 Cauda… NTG registraĀ KaĆŗda; esquife… Esto es, el bote salvavidas.
āŗ27.17Ā la Sirte… Esto es, bancos de arena ocultos frente a la costa del norteĀ de Ćfrica;Ā aparejos… Esto es, conjunto de palos, jarcias y velas de una nave.
āŗ27.18 a alijar…Ā Lit. hacĆan una descarga.Ā
āŗ27.23 sirvo… Gr. latreĆŗo.
āŗ27.37 personas… Lit. almas.Ā
āŗ27.40 dejaron… Lit. dejaban.
āŗ27.41 corrientes cruzadas…Ā Lit. entre dos mares;Ā la violencia… Esto es, de las olas.
āŗ27.43 podĆan… Lit. pueden.
GƔlatas 3.
1 Ā”Oh gĆ”latas insensatos! ĀæQuiĆ©n os hechizó, a vosotros, ante cuyos ojos JESUCRISTO fue presentado claramente crucificado? 2āSolo esto quiero averiguar de vosotros: ĀæRecibisteis el EspĆritu por obras de una ley o por un oĆr de la fidelidad? 3 ĀæTan insensatos sois? ĀæHabiendo comenzado con el EspĆritu, ahora sois completados con la carne? 4āĀæTantas cosasĀ padecisteis en vano? Si es que de cierto fue en vano. 5āAquel, pues, que os suministra el EspĆritu y estĆ” energizando poderes en vosotros, Āælo hace por causa de unas obras de una ley o por causa de un oĆr de la fidelidad? 6āAsĆ Abraham creyó fielmente de DIOS y le fue acreditado por justicia religiosa.
7āSabed, por tanto, que los que son por causa de la fidelidad, estos son hijos de Abraham. 8āY la Escritura, previendo que DIOS declara justos a los gentiles por fidelidad, anunció de antemano la buena noticia a Abraham: En ti serĆ”n benditas todas las naciones. 9āDe manera que los que son por la fidelidad son bendecidos con el creyente Abraham. 10āPorque todos los que son de obras de ley estĆ”n bajo maldición. Porque estĆ” escrito: Maldito todo el que no permanece en todas las cosas que han sido escritas en el rollo de la ley (torĆ”), para hacerlas.Ā 11āY es evidente que por una ley nadie es declarado justo delante de DIOS, porque: El justo por causa de la fidelidad vivirĆ”. 12āPero la ley (torĆ”) no estĆ” fuera de la fidelidad, sino: El que haga estas cosas, vivirĆ” por ellas. 13āCRISTO nos redimió afuera de la maldición invocada de la ley (torĆ”), al hacerse maldición a favor de nosotros (porque estĆ” escrito: Maldito todo el que es colgado en madero), 14āa fin de que la bendición de Abraham llegara a los gentiles en JESUCRISTO, para que por medio de la fidelidad recibiĆ©ramos la promesa del EspĆritu.
15āHermanos, hablo en tĆ©rminos humanos: Un pacto, aunque sea de hombre, nadie puede invalidarlo ni aƱadirle una vezĀ ratificado. 16āAhora bien, las promesas fueron dichas a Abraham y a su simiente. No dice: āY a sus simientesā, como refiriĆ©ndose a muchas, sino como de una: āY a tu Simienteā, la cual es CRISTO. 17āY esto digo: Un pacto ratificado bajo DIOS despuĆ©s de cuatrocientos treinta aƱos venida una ley no se abroga, para invalidar la promesa. 18āPorque si la herencia es por causa de una ley, ya no es por causa de una promesa; pero DIOS se la ha dado gratuitamente a Abraham a travĆ©s de la promesa.
19āĀæEntonces quĆ© es la ley (torĆ”)? Debido a las transgresiones fue aƱadida, hasta que viniese la Simiente a la cual ha sido hecha la promesa, que fue promulgada por medio de mensajeros (angelos) en mano de un mediador, 20āy el mediador no es deĀ uno solo, pero DIOS es Uno.Ā 21āĀæEntonces la ley (torĆ”) estĆ” contra las promesas? Ā”De ninguna manera! Porque si se hubiera dado una ley capaz de dar vida, la justicia serĆa verdaderamente por medio de esa ley. 22āPero la Escritura encerró todo bajo pecado, para que la promesa de la fidelidad de JESUCRISTO fuera dada a los que creen.
23āPero antes que viniera la fidelidad, estĆ”bamos confinados, atrapados en una red bajo una ley hasta que la fidelidad estuviera a punto de ser revelada. 24āDe manera que la ley (torĆ”) ha sido nuestro tutor hasta CRISTO, para que por medio de la fidelidad fuĆ©ramos declarados justos religiosamente. 25āY una vez que llegó la fidelidad, ya no estamos bajo un tutor, 26āpues todos sois hijos de DIOS por medio de la fidelidad por causa de CRISTO JESĆS. 27āPorque todos los que fuisteis bautizados en CRISTO, de CRISTO os revestisteis.Ā 28āNo hay judĆo ni griego, no hay esclavo ni libre, no hay varón ni hembra, porque todos vosotros sois uno en CRISTO JESĆS. 29āY si vosotros sois de CRISTO, entonces sois simiente de Abraham, herederos segĆŗn la promesa.
āŗ3.1 fue presentado… TR aƱade entre vosotros… para no obedecer a la verdad.
āŗ3.2 una ley (segĆŗn el contexto anterior meritocrĆ”tica) que se contrapone con el oĆr de la fidelidad de jesĆŗs.
āŗ3.3 por la carne… Es decir, por algo exterior, como es la circuncisión, guardar elĀ sĆ”bado, dar el diezmo, etc.
āŗ3.5 energizando… Gr. energĆ©o = energizar; se inserta lo hace para suplir elipsis delĀ original; noticia de fe… ā3.2.
āŗ3.6 Abraham… āGn 15.6; Ro 4.3.
āŗ3.7 los de fe… āRo 4.16.
āŗ3.8 a Abraham…Ā Mā aƱaden diciendo; serĆ”n benditas… āGn 12.3.
āŗ3.10 el que depende de obras de ley (meritocrĆ”tica) es Maldito por la TorĆ”… āDt 27.26.
āŗ3.11 El justo… āHab 2.4.
āŗ3.12 sino…Ā TR: sino que dice; vivirĆ”… āLv 18.5.
āŗ3.13 āDt 21.23 Lit. Porque maldito es Elohim que fue colgado.Ā
āŗ3.16 a tu Simiente… āGn 12.7; Hch 7.5.
āŗ3.17Ā cuatrocientos treinta aƱos… āGn 15.13; Ex 12.40; la promesa… TR aƱade para con CRISTO.
āŗ3.18 la promesa…Ā āRo 4.14.
āŗ3.19 ĀæPara quĆ©… Mā aƱaden sirve.
āŗ3.21 Se inserta esa para suplir elipsis del original.
āŗ3.22 fe deĀ JESUCRISTO… Esto es, la doctrina de CRISTO āRo 6.17; 2Ti 1.13.
āŗ3.29 promesa… āRo 4.13.Ā
Hebreos 11:8-16.
8āPor la fidelidad fue llamado Abraham, obedeció para salir al lugar que iba a recibir por herencia, y salió sin saber a dónde iba. 9āPor la fidelidad habitó temporalmente en la tierra prometida como en tierra ajena, viviendo en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa; 10āporque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es DIOS. 11āPor la fidelidad (a pesar de la esterilidad de Sara), recibió vigor para engendrar simiente aun fuera del tiempo de la edad, porque consideró que quien habĆa prometido era fiel.Ā 12 Por lo cual tambiĆ©n de uno, ya muerto respecto a estas cosas, nacieron como las estrellas del cielo en multitud y como la arena innumerable que estĆ” junto a la orilla del mar.
13āConforme a la fidelidad murieron todos estos, no habiendo recibido las promesas, sino mirĆ”ndolas de lejos, y fueron persuadidos y lasĀ saludaron, confesando asĆ que son extranjeros y peregrinos sobre la tierra. 14āPorque los que dicen estas cosas dan a entender que buscan una patria, 15āy si ciertamente se acordaran de aquella de donde salieron, hubieran tenido tiempo de regresar, 16āpero anhelaban una mejor, esta es, la celestial; por lo cual DIOS no se avergüenza de ser llamado DIOS deĀ ellos, pues les preparó una ciudad.
āŗ11.8 fe…; Abraham… āGn 12.1-5; iba… Lit. va.
āŗ11.9 tierra ajena… āGn 35.27.
āŗ11.10 constructor…Ā āŗ11.11 para engendrar… āGn 18.11-14; 21.2.
āŗ11.12 estrellas… āGn 15.5; arena… āGn 22.17.
āŗ11.13 son… āGnĀ 23.4.
āŗ11.15 acordaran… hubieran tenido… Lit. acordaban… tenĆan.Ā Ā

