Texto áureo: Génesis 20
Lecturas para adultos en la semana
Día 1 Génesis 20
Día 2 Daniel 2
Día 3 Mateo 18:1-14
Día 4 Hechos 26-27
Día 5 Gálatas 3
Día 6 Hebreos 11:8-16
I- El engaño del temor.
El verbo usado para decir que Abraham «habitó» también significa ‘miedo’ o ‘temer’; o sea, que él llegó, pero con temor. Pudiéramos pensar que esto es malo porque no se debe temer cuando se cree en Dios. ¿Acaso Abraham perdió la fe por un instante? Debemos entender que él desde que salió, buscaba una patria celestial y no una terrenal [1], y esto solo puede ser por una razón: Él sabía que este mundo estaba gobernado por un príncipe que desea la destrucción de esta creación de Dios. Bajo esta perspectiva cualquiera sentiría miedo. Quizás no por lo que le pasaría a él, sino por lo que podría ocurrir a su esposa si quedaba sola en una ciudad dominada por los malos deseos.
Entonces el problema no es sentir miedo por algo, sino cuando esta emoción llega a dominar, e inclusive cuando puede llevar a la persona a pecar y actuar como tal vez nunca hubiese querido. Entonces la victoria sobre el temor va a depender mucho del autocontrol, a lo que la Biblia le llama dominio propio.
¿Pero solo dominio propio? ¿Se debe controlar la emoción para ir a dónde o para hacer qué? El dominio propio para controlar el miedo va a depender de varios factores, pero el principal es no dejarse engañar por la propia imaginación de la persona ante los retos que debe enfrentar. En este caso el dominio propio se enfoca a someter esos pensamientos a la realidad que se tiene delante y no a la que se ha construido en la mente.
II- Por su fruto lo conoceréis.
A pesar de que esta ciudad parecía no adorar a Dios su rey sí temía a Dios, pues con una simple advertencia a través de sueños hizo tal y como se le ordenó. Fíjese que Dios no tiene que decirle que esto es incorrecto; es el propio rey el que le llama pecado.
Es bueno señalar que el nombre Abimelec, aunque ha sido traducido muchas veces como: ‘padre de un rey’ [2], sería más exacto: ‘oh qué rey’ [3]. Quizás Abraham entendió su nombre como una soberbia del rey en un inicio y por eso temió, pero por lo sucedido después se deja ver que a quien se estaba refiriendo con este nombre no era a él mismo sino a otro, quien verdaderamente es el Rey de reyes. Y su prontitud en obedecer demuestra para quién era su real engrandecimiento.
Abimelec es un ejemplo, entre muchos otros, de cuán rápido se debe contestar al llamado de Dios y reconocer la soberanía divina. Y bajo esa soberanía decide también bendecir a Abraham, sumando cosas a su virtud. Él era un rey humilde, y por eso reconoce que Dios había elegido a Abraham en vez de enfurecerse y sentirse ofendido por haberle mentido.
III- Ama a la persona rechaza al pecador.
Dios siempre recompensa más abundantemente de lo que esperamos. Abraham, que hasta ahora no se le conocían milagros, con una oración resuelve la esterilidad de las mujeres del rey.
Ahora Dios lo está usando más allá de lo que él esperaba, a través de servir a la persona que creía su enemigo. Por eso, aunque se pueda tener a alguien como enemigo real, el rechazo debe ser a sus acciones y no a la persona. Dios puede cambiar ese corazón y al instante comenzar a cambiar sus acciones, sin embargo siempre será esa misma persona.
Es verdad que Dios rechaza al pecador que es quien ejecuta el pecado, pero esa es la naturaleza divina y solo Él puede soportar y llevar sin ningún daño el peso de esa actitud. Pero cuando el hombre desea hacer lo mismo, entonces resulta que en su naturaleza no hay cabida para sobrellevar el peso de estas acciones. Y esto tiene un daño sobre él.
Preguntas:
1.- ¿Cuáles cree usted que pudieran ser los peligros de vivir en una ciudad dominada por los malos deseos?
2.- ¿Cómo compararía usted el llamado de Abraham y el de Pablo?
3.- ¿Cómo ayudaría usted a un hermano que siente miedo de obedecer a Dios?
[2] Por ser un estado constructo sin artículos.
[3] Diccionario de idiomas bíblicos, James A. Swanson, campo-20, Lexham Press.
Génesis 20
1 De allí Abraham viajó a la tierra del Néguev, acampó entre Cades y Shur, habitando como peregrino en Gerar. 2 Y decía Abraham acerca de Sara, su mujer: Es mi hermana (pues temía decir: Es mi mujer, no fueran a matarlo los hombres de la ciudad por su causa). Así que Abimelec, rey de Gerar, mandó a tomar a Sara. 3 Pero Elohim vino a Abimelec en un sueño aquella noche, y dijo: He aquí, eres hombre muerto a causa de la mujer que tomaste, pues ella está casada y tiene marido.
4 Pero Abimelec, que no se había llegado a ella, dijo: Señor ¿matarás también a gente inocente? 5 ¿No me dijo él: Ella es mi hermana, y ella también dijo: Es mi hermano? Con integridad de corazón y limpieza de manos he hecho esto. 6 Y Elohim le dijo en un sueño: Sé que con integridad de corazón hiciste esto, y también te retuve de pecar contra Mí, por eso no te permití tocarla. 7 Devuelve ahora a la mujer de ese hombre, porque es profeta, y él orará por ti, y vivirás. Pero si no la devuelves, sabe que de cierto morirás, tú y todos los tuyos.
8 Y Abimelec madrugó por la mañana, y llamando a todos sus siervos, les habló todas estas cosas en privado, y aquellos hombres fueron atemorizados grandemente.
9 Luego Abimelec llamó a Abraham, y le dijo: ¿Qué nos has hecho? ¿En qué he pecado contra ti, que has traído contra mí y contra mi reino tan gran pecado? ¡Hiciste conmigo cosas que no se deben hacer! 10 Dijo Abimelec a Abraham: ¿Qué te indujo a hacer esto? 11 Dijo Abraham: Porque me dije: Ciertamente no hay temor de Elohim en este lugar, y me matarán por el asunto de mi mujer. 12 Aunque, en efecto, ella es mi hermana, hija de mi padre, pero no hija de mi madre, y así vino a ser mi mujer. 13 Y cuando Elohim me hizo salir de casa de mi padre, fue cuando dije a ella: Me harás este favor: A todo lugar donde vayamos, dí de mí: Él es mi hermano.
14 Y tomó Abimelec mil piezas de plata, un rebaño y una vacada, siervos y siervas, y se lo dio a Abraham, y le devolvió a Sara su mujer. 15 Luego dijo Abimelec: Mira, mi tierra está ante ti, establécete donde bien te parezca. 16 Y dijo a Sara: He aquí, he dado a tu hermano mil piezas de plata. Servirán de honor para ti y para todas las que están contigo, pero dí la verdad en todo.
17 Y Abraham oró a Elohim, y Elohim sanó a Abimelec, y a su mujer y a sus siervas, y parieron, 18 pues Adonai había cerrado por completo toda matriz de la casa de Abimelec por el asunto de Sara, mujer de Abraham.
►20.1 peregrino…
►20.2 es mi hermana… →12.13; 26.7.
►20.3 dijo… TM añade le. Se sigue LXX.
►20.6 Sé… TM añade también. Se sigue LXX.
►20.8 en privado… Lit. a oídos de ellos.
►20.10 esto… TM añade cosa (semejante). Se sigue LXX.
►20.13 me harás… TM añade de tu parte. Se sigue LXX .
►20.14 mil piezas de plata… TM omite.
►20.16 honor para ti… TM: velo para los ojos. Heb. kesut ‘eynayim = velo de ojos. Expresión que, en el orden social, expresa la idea de que nadie se atrevería a pensar mal de ella, y su honor quedaría a salvo; pero dí la verdad en todo… TM registra y así quedas vindicada. Se sigue LXX.
Daniel 2.
1 En el año segundo de su reinado, Nabucodonosor tuvo un sueño, y su espíritu se perturbó de manera tal, que no pudo seguir durmiendo. 2 Y el rey hizo llamar a los magos, astrólogos, hechiceros y caldeos, para que interpretaran el sueño del rey. Vinieron, pues, y se presentaron ante el rey, 3 y el rey les dijo: He tenido un sueño, y mi espíritu se desespera por entender ese sueño. 4 Entonces los caldeos respondieron al rey en lengua aramea: ¡Vive por siempre, oh rey! Di a tus siervos cuál fue ese sueño, y te haremos saber la interpretación. 5 Respondiendo el rey, dijo a los caldeos: El asunto se me olvidó, pero si no me hacéis saber el sueño y su interpretación, seréis hechos pedazos y vuestras casas serán convertidas en muladares. 6 Sin embargo, si me declaráis el sueño y su interpretación, recibiréis regalos, recompensas y grandes honores de parte mía. Solo declaradme el sueño y su interpretación.
7 Respondieron por segunda vez, y dijeron: Refiera el rey el sueño a sus siervos, y le mostraremos la interpretación. 8 Respondió el rey y dijo: En verdad veo que ponéis dilaciones, porque sabéis que es un asunto que tengo ya decidido. 9 Si no me mostráis el sueño, una misma será vuestra sentencia, pues os habéis confabulado para mentirme con palabras falsas mientras pasa el tiempo. ¡Declaradme de una vez el sueño, y sabré que podréis interpretármelo! 10 Los caldeos respondieron ante el rey y dijeron: No hay hombre en la tierra que pueda declararlo. Ningún rey, por poderoso que fuera, ha pedido cosa semejante a mago, astrólogo o caldeo alguno. 11 Porque el asunto que el rey demanda es cosa ardua, y no hay quien lo pueda declarar al rey, salvo los dioses, cuya morada no está con la carne.
12 Por esto el rey, airado y con gran enojo, ordenó que todos los sabios de Babilonia fueran exterminados. 13 Y se publicó el edicto de que los sabios fueran llevados a la muerte, y también buscaron a Daniel y a sus compañeros para ejecutarlos. 14 Pero Daniel habló sabia y prudentemente a Arioc, capitán de la guardia real (encargado de exterminar a los sabios de Babilonia), 15 diciendo: ¿A qué se debe tan perentorio edicto del rey? Y Arioc hizo saber el asunto a Daniel. 16 Entonces Daniel entró y pidió al rey que le diera tiempo para mostrar la interpretación al rey. 17 Y fue Daniel a su casa, y comunicó todo el asunto a sus compañeros Ananías, Misael y Azarías, 18 instándoles a implorar la gran misericordia del DIOS de los Cielos respecto al misterio, a fin de que Daniel y sus compañeros no perecieran junto con los otros sabios de Babilonia.
19 Entonces, en una visión nocturna, el misterio le fue revelado a Daniel, por lo cual Daniel bendijo al DIOS de los Cielos, 20 Y habló Daniel, y dijo: ¡Bendito sea el Nombre de DIOS por los siglos de los siglos! Suya es la sabiduría y el poder, 21 Él muda los tiempos y las edades. Él quita los reyes y establece los reyes. Él da la sabiduría a los sabios, y ciencia a los inteligentes, 22 revela los secretos más profundos, conoce lo que oculta la tiniebla, y la luz habita con Él. 23 ¡A Ti, oh DIOS de mis padres, te alabo y te doy gracias! Pues me diste sabiduría y fortaleza, y me revelaste lo que te pedimos: ¡Nos diste a conocer el asunto del rey!
24 Después de esto fue Daniel a Arioc, al cual el rey había puesto para matar a los sabios de Babilonia, y le dijo así: No mates a los sabios de Babilonia. Llévame ante la presencia del rey, y yo le mostraré la interpretación del sueño. 25 Arioc llevó prontamente a Daniel ante el rey, y le dijo así: He hallado un varón de los deportados de Judá que dará la interpretación al rey. 26 El rey preguntó a Daniel, al cual llamaban Beltsasar: ¿Podrás tú acaso hacerme saber el sueño que vi, con su interpretación? 27 Daniel respondió delante del rey, y dijo: El misterio que el rey demanda, ni sabios, ni astrólogos, ni magos ni adivinos lo pueden revelar al rey. 28 Pero DIOS existe en los Cielos, el cual revela los misterios, el cual hace conocer al rey Nabucodonosor lo que ha de acontecer en los postreros días. He aquí tu sueño, y las visiones que has tenido en tu cama:
29 Estando tú, oh rey, en tu cama, te vinieron pensamientos por saber lo que había de ser en lo por venir; y el que revela los misterios te mostró lo que ha de ser. 30 Y a mí me ha sido revelado el misterio, no porque en mí haya más sabiduría que en cualquier otro viviente, sino para que se de a conocer la interpretación al rey, y para que entiendas los pensamientos de tu corazón. 31 Tú, oh rey, mirabas, y ¡he aquí una imagen colosal! Esta estatua, que era gigantesca, y cuya gloria era muy sublime, estaba de pie ante ti, y su aspecto era asombroso. 32 La cabeza de esta imagen era de oro fino; su pecho y sus brazos, de plata; su vientre y sus muslos, de bronce; 33 sus piernas, de hierro; sus pies, en parte de hierro y en parte de barro cocido. 34 Estabas mirando, hasta que fue cortada una piedra (no con mano humana), y golpeó a la imagen en sus pies de hierro y barro cocido y los desmenuzó. 35 Entonces fueron desmenuzados juntamente el hierro, el barro cocido, el bronce, la plata y el oro, y fueron como tamo de las eras del verano, que el viento arrebata sin que de ellos quede rastro alguno. Pero la piedra que golpeó a la imagen vino a ser un gran monte que llenó toda la tierra.
36 Este es el sueño, y ahora diremos al rey su interpretación: 37 Oh rey, tú eres el rey más poderoso, a quien el DIOS de los Cielos ha dado el reino y el poder, la fortaleza y la majestad. 38 Y dondequiera habitan los hombres, las bestias del campo y las aves de los cielos, Él los ha entregado en tu mano, y te ha dado el dominio sobre todo: ¡Tú eres esa cabeza de oro! 39 Después de ti, se levantará otro reino inferior al tuyo; y luego un tercer reino de bronce, el cual dominará sobre toda la tierra. 40 El cuarto reino será destructor como el hierro, que todo destroza, que corta todo árbol, así sacudirá toda la tierra. 41 Y lo que viste de los pies y los dedos, en parte de barro cocido de alfarero y en parte de hierro, representan un reino dividido, según viste el hierro mezclado con el barro cocido. 42 Y por ser los dedos de los pies en parte de hierro y en parte de barro cocido, el reino será en parte fuerte y en parte débil. 43 Según viste el hierro mezclado con el barro, se mezclarán por medio de una descendencia humanas, pero no estarán unidos el uno con el otro, como el hierro no se mezcla con el barro. 44 Y en los días de estos reyes, el DIOS de los Cielos establecerá un reino que no será jamás destruido, ni el reino será dejado a otro pueblo, sino que desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre, 45 tal como viste que del monte fue cortada una piedra (no con mano humana), la cual desmenuzó el hierro, el bronce, el barro, la plata y el oro. El gran DIOS ha mostrado al rey lo que ha de acontecer en lo por venir; y el sueño es verdadero, y fiel su interpretación.
46 Entonces el rey Nabucodonosor se postró sobre su rostro y se humilló ante Daniel, y mandó que le ofrecieran presentes e incienso. 47 Y habló el rey a Daniel, y dijo: ¡Ciertamente vuestro DIOS es el DIOS de los dioses y Señor de los reyes, y revelador de misterios, pues pudiste revelar este misterio! 48 Entonces el rey hizo engrandecer a Daniel, y le dio grandes honores y muchos presentes, y lo constituyó gobernador de toda la provincia de Babilonia, y príncipe sobre todos los sabios de Babilonia. 49 Daniel entonces solicitó del rey, y obtuvo que pusiera sobre los negocios de la provincia de Babilonia a Sadrac, Mesac y Abed-Nego; pero Daniel permaneció en la corte del rey.
►2.10 declararlo… TM añade lo que pide el rey. Se sigue LXX.
►2.15 diciendo… TM añade a Ariooc, capitán de la guardia real. Se sigue LXX.
►2.36 diremos… Nótese el plural.
►2.40-41 Se sigue LXX.
Mateo 18:1-14.
1 En aquella hora, los discípulos se acercaron a JESÚS, diciendo: Entonces, ¿quién es el mayor en el reino de los Cielos? 2 Y llamando a un niñito, lo puso en medio de ellos, 3 y dijo: De cierto os digo: Si no fuerais transformados y llegarais a ser como niñitos, de ningún modo entraréis en el reino de los Cielos. 4 Por tanto, cualquiera que se humilla como este niñito, ese es el mayor en el reino de los Cielos; 5 y cualquiera que reciba en mi Nombre a un niñito como este, a Mí me recibe. 6 Pero cualquiera que haga tropezar a uno de estos pequeños que creen en Mí, mejor le es que sea colgada a su cuello una piedra de molino de asno, y sea hundido en lo profundo del mar. 7 ¡Ay del mundo por los tropiezos! Porque es inevitable que vengan los tropiezos, pero ¡ay del hombre por quien viene el tropiezo! 8 Por tanto, si tu mano o tu pie te es ocasión de caer, córtalo y échalo de ti. Es mejor entrar en la vida manco o cojo, que teniendo dos manos o dos pies, ser echado en el fuego eterno. 9 Y si tu ojo te es ocasión de caer, sácalo y échalo de ti. Más te vale entrar tuerto en la vida, que teniendo dos ojos ser echado a la gehena de fuego. 10 Mirad que no menospreciéis a uno de estos pequeños, porque os digo que sus ángeles en los Cielos ven siempre el rostro de mi Padre en los Cielos. [[11]]
12 ¿Qué os parece? Si algún hombre tuviera cien ovejas y se extraviara una de ellas, ¿no dejaría acaso las noventa y nueve en las montañas e iría a buscar la extraviada? 13 Y si llega a encontrarla, de cierto os digo que se regocija más por ella que por las noventa y nueve que no estaban extraviadas. 14 Así también, no es la voluntad ante vuestro Padre celestial que se pierda uno de estos pequeños.
►18.1 mayor… →Lc 22.24.
►18.3 fuerais transformados…; niñitos… →Mr 10.15; Lc 18.17.
►18.6 una piedra de molino de asno… Es decir, movida por un asno.
►18.7 del hombre… M↓ aquel hombre.
►18.8 →5.30.
►18.10 M↓ añaden porque el Hijo del Hombre vino para salvar lo que se había perdido.
►18.11 NTG omite v. M↓ insertan cláusula de Lc 19.10.
Hechos 26.
1 Agripa dijo a Pablo: Te es permitido hablar en tu favor. Pablo, entonces, extendiendo la mano, se defendía así: 2 Acerca de todas las cosas de que soy acusado por los judíos, me considero dichoso, oh rey Agripa, de que hoy voy a defenderme delante de ti, 3 especialmente siendo tú experto, tanto en las costumbres como en las controversias que hay entre los judíos, por lo cual te suplico que me escuches pacientemente.
4 Pues bien, mi manera de vivir desde la juventud, que desde un principio transcurrió entre mi pueblo y en Jerusalén, es bien sabida por todos los judíos. 5 Desde hace mucho tiempo conocen, si quieren testificarlo, que conforme a la secta más estricta de nuestra religión, yo viví como fariseo. 6 Y ahora estoy siendo juzgado por la esperanza de la promesa que DIOS hizo a nuestros padres, 7 a la cual, nuestras doce tribus, sirviendo con fervor noche y día, esperan alcanzar. Por esta esperanza, oh rey, soy acusado por los judíos. 8 ¿Por qué se considera increíble entre vosotros que DIOS resucite muertos? 9 Yo, ciertamente, pensaba en mi interior que era mi deber hacer muchas maldades contra el nombre de JESÚS de Nazaret; 10 lo cual, en efecto, hice en Jerusalén, pues luego de recibir autorización de parte de los principales sacerdotes, no solo encerré yo en cárceles a muchos de los santos, sino que cuando eran condenados a muerte, deposité una piedrecita contra ellos. 11 Y muchas veces, castigándolos por todas las sinagogas, los forzaba a blasfemar, y enloquecido de furia contra ellos, los perseguía aun hasta en las ciudades extranjeras. 12 Ocupado en esto iba yo a Damasco, con autorización y comisión de los principales sacerdotes, 13 cuando a mediodía, oh rey, yendo por el camino, vi que una luz del cielo, superior al resplandor del sol, resplandeció alrededor de mí y de los que viajaban conmigo. 14 Y al caer todos nosotros en la tierra, oí una voz que me decía en lengua hebrea: ¡Saulo, Saulo! ¿Por qué me persigues? ¡Dura cosa te es dar coces contra aguijones! 15 Yo entonces dije: ¿Quién eres, Señor? Y el Señor dijo: Yo soy JESÚS, a quien tú persigues. 16 Pero levántate, y ponte sobre tus pies; porque me aparecí a ti precisamente para designarte servidor y testigo, no solo de las cosas que viste de Mí, sino de aquellas en que me apareceré a ti, 17 para librarte del pueblo y de los gentiles, a quienes Yo te envío, 18 a fin de que abras sus ojos, para que vuelvan de la tiniebla a la Luz, y de la potestad de Satanás a DIOS; para que reciban liberación de pecados y herencia entre los santificados por la fe en Mí. 19 Por lo cual, oh rey Agripa, no fui desobediente a la visión celestial, 20 sino que anunciaba, primeramente a los que están en Damasco, y también en Jerusalén, y por toda la región de Judea, y a los gentiles, que se arrepintieran y se volvieran a DIOS, haciendo obras dignas del arrepentimiento. 21 Por causa de esto, unos judíos me prendieron en el templo e intentaban matarme, 22 así que, habiendo alcanzado socorro de parte de DIOS hasta este día, he estado testificando, tanto al pequeño como al grande, no diciendo más que lo que los profetas y Moisés dijeron que iba a suceder: 23 Que el CRISTO había de padecer y que, siendo el primero en una resurrección de muertos, iba a proclamar luz tanto al pueblo como a los gentiles.
24 Mientras él decía estas cosas en su defensa, Festo dice a gran voz: ¡Estás loco, Pablo! ¡Las muchas letras te llevan a locura! 25 Mas Pablo contestó: No estoy loco, excelentísimo Festo, sino que pronuncio palabras de verdad y de cordura. 26 El rey, ante quien me expreso con toda franqueza, entiende de estas cosas, porque estoy persuadido de que no ignora nada de estas cosas, ya que esto no se ha hecho en un rincón. 27 ¿Crees, rey Agripa, a los profetas? ¡Sé que crees! 28 Y Agripa dijo a Pablo: ¡Por poco me persuades a hacerme Cristiano! 29 Y Pablo: ¡Quisiera DIOS que, por poco o por mucho, no solo tú, sino también todos los que hoy me oyen, llegarais a ser tal cual soy yo, excepto estas cadenas! 30 Y se levantó el rey y el gobernador y Berenice y los que estaban sentados con ellos. 31 Y al retirarse, hablaban unos con otros, diciendo: Este hombre no ha hecho nada que merezca muerte o prisión. 32 Y Agripa dijo a Festo: Este hombre podría haber sido puesto en libertad si no hubiera apelado a César.
►26.1 hablar… Lit. decir.
►26.5 religión… →23.6; Fil 3.5; §176; se inserta como para suplir elipsis del original.
►26.7 sirviendo… Gr. latreúo. Esto es, a Dios.
►26.8 DIOS resucite muertos?… Lit. si Dios resucita muertos?
►26.10 piedrecita… Pequeña piedra utilizada para votar en el Sanedrín.
►26.11 extranjeras… →8.3; 22.4-5. ►26.13 viajaban… Lit. están viajando.
►26.16 servidor… Gr. uperétes; de Mí… A fin de representar el balance entre la evidencia externa y las probabilidades de transcripción, se optó por incluir de Mí en el texto. M↑ registran esta lectura (P , ℵ, A, C y otros).
►26.20 Damasco… →9.19-20; Jerusalén… →9.28-29. ►26.21 me prendieron… Lit. prendiéndome. ►26.23 gentiles… →Is. 42.6; 49.6.
►26.25 Se inserta contestó para suplir elipsis del original.
►26.28 Se inserta dijo para suplir elipsis del original; Cristiano… NTG registra jristianós.
►26.30 se… TR antepone cuando había dicho estas cosas.
Hechos 27.
1 Cuando se decidió que zarpáramos hacia Italia, entregaron a Pablo y a algunos otros presos a un centurión llamado Julio, de una cohorte imperial. 2 Embarcándonos en una nave adramitena que iba a zarpar hacia los puertos de Asia, nos hicimos a la vela, estando con nosotros Aristarco, un macedonio de Tesalónica. 3 Al día siguiente atracamos en Sidón, y Julio, tratando a Pablo con benevolencia, le permitió que fuera a sus amigos a recibir atención. 4 De allí nos hicimos a la vela, y navegamos a sotavento de Chipre, porque los vientos eran contrarios. 5 Y navegando a través del mar de Cilicia y Panfilia, arribamos a Mira de Licia. 6 Allí el centurión, hallando una nave alejandrina que navegaba hacia Italia, nos embarcó en ella. 7 Después de navegar lentamente durante muchos días, y arribando con trabajo frente a Gnido, pues el viento no nos permitía avanzar, navegamos a sotavento de Creta, hacia Salmón; 8 y costeándola con dificultad, arribamos a cierto lugar llamado Buenos Puertos, cerca del cual está la ciudad de Lasea. 9 Y habiéndose perdido mucho tiempo, y siendo ya peligrosa la navegación por haber pasado el Ayuno, Pablo les aconsejaba, 10 diciéndoles: Varones, veo que la navegación va a ser con perjuicio y gran pérdida, no solo de la carga y de la nave, sino también de nuestras vidas. 11 Pero el centurión daba más crédito al piloto y al patrón de la nave que a lo que decía Pablo. 12 Y como el puerto no era adecuado para invernar, la mayoría acordó zarpar de allí, por si podían arribar a Fenice, puerto de Creta que mira al suroeste y al noroeste, e invernar allí. 13 Y soplando blandamente un austro, suponían que habían logrado su intento, levaron anclas y costeaban Creta lo más cerca posible. 14 Pero no mucho después, dio contra ella un viento huracanado llamado Euraquilón; 15 y la nave, siendo violentamente arrebatada, no logró poner proa al viento, y éramos llevados a la deriva. 16 Después de navegar a sotavento de cierto islote llamado Cauda, a duras penas logramos sujetar el esquife. 17 Habiéndolo izado, ciñeron con amarras la nave por debajo, y temiendo encallar en la Sirte, arriaron los aparejos y se dejaban llevar a la deriva. 18 Pero como la tempestad nos seguía sacudiendo furiosamente, al día siguiente comenzaron a alijar, 19 y al tercer día, arrojaron con sus propias manos los aparejos de la nave. 20 Y al no aparecer el sol ni las estrellas por muchos días, acosados por una tempestad no pequeña, fuimos perdiendo toda esperanza de salvarnos.
21 Después de pasar mucho tiempo sin alimento, Pablo se puso de pie en medio de ellos y dijo: ¡Oh varones!, ciertamente deberíais haberme hecho caso y no zarpar de Creta para evitar este perjuicio y pérdida. 22 Pero ahora, os exhorto a que tengáis buen ánimo, pues no habrá ninguna pérdida de vida entre vosotros, excepto de la nave. 23 Porque esta noche estuvo conmigo un ángel del DIOS de quien soy y al cual sirvo, 24 diciéndome: No temas Pablo. Tienes que comparecer ante César, y he aquí DIOS te ha concedido la vida de todos los que navegan contigo. 25 Por tanto, oh varones, tened buen ánimo; porque confío en DIOS que será así como se me ha dicho, 26 pero tendremos que encallar en alguna isla.
27 Cuando llegó la decimocuarta noche, siendo llevados nosotros a la deriva en el Adriático, a la media noche los marineros sospechaban que estaban cerca de tierra; 28 y echando la sonda, hallaron veinte brazas, y navegando un poco más adelante y volviendo a echar la sonda, hallaron quince brazas. 29 Y temiendo que encalláramos en algún lugar rocoso, soltaron cuatro anclas desde popa y deseaban con ansia que se hiciera de día. 30 Pero como los marineros trataban de abandonar la nave, y habían bajado al mar el esquife, bajo pretexto de soltar anclas desde proa, 31 Pablo dijo al centurión y a los soldados: Si estos no permanecen en la nave, vosotros no podréis salvaros. 32 Entonces los soldados cortaron las amarras del esquife y dejaron que se perdiera.
33 Y cuando amanecía, Pablo exhortó a todos a que tomaran alimento, diciendo: Hoy es el decimocuarto día que estáis en vela continuamente y en ayunas, sin comer nada. 34 Por tanto, os ruego que toméis alimento, pues os conviene para vuestra salud, porque ni un cabello de vuestra cabeza se perderá. 35 Dicho esto, tomó el pan, dio gracias a DIOS en presencia de todos, lo partió y comenzó a comer. 36 Entonces todos ellos comieron también, después de cobrar ánimo. 37 Y todas las personas en la nave éramos doscientas setenta y seis. 38 Una vez satisfechos, aligeraron la nave echando el trigo al mar.
39 Cuando se hizo de día, no reconocían la tierra, pero veían cierto golfo que tenía una playa, en la cual decidieron, si era posible, encallar la nave. 40 Cortaron, pues, las anclas y las dejaron en el mar, soltando al mismo tiempo las amarras de los timones; e izando al viento la vela de proa, enfilaron hacia la playa.
41 Pero cayendo en un lugar de corrientes cruzadas, encallaron la nave; y la proa, al clavarse, quedó inmóvil, pero la popa se abría por la violencia. 42 Y el acuerdo de los soldados fue que se matara a los presos para que ninguno se fugara nadando; 43 pero el centurión, queriendo salvar a Pablo, les impidió la intención, y mandó que los que podían nadar se lanzaran los primeros por la borda, y salieran a la tierra, 44 y que los demás salieran después, unos en tablones, y otros en algunos objetos de la nave. Y sucedió que todos fueron llevados sanos y salvos a tierra.
►27.1 zarpáramos… Lit. navegar nosotros.
►27.2 iba… Lit. va.
►27.3 Se inserta día para suplir elipsis del original.
►27.4 vientos eran contrarios… Lit. a causa de los vientos ser contrarios.
►27.5 Mira de… M↓ añaden ciudad.
►27.9 Ayuno… Es decir, el del día de la expiación.
►27.11 lo que decía… Lit. por las cosas dichas.
►27.16 Cauda… NTG registra Kaúda; esquife… Esto es, el bote salvavidas.
►27.17 la Sirte… Esto es, bancos de arena ocultos frente a la costa del norte de África; aparejos… Esto es, conjunto de palos, jarcias y velas de una nave.
►27.18 a alijar… Lit. hacían una descarga.
►27.23 sirvo… Gr. latreúo.
►27.37 personas… Lit. almas.
►27.40 dejaron… Lit. dejaban.
►27.41 corrientes cruzadas… Lit. entre dos mares; la violencia… Esto es, de las olas.
►27.43 podían… Lit. pueden.
Gálatas 3.
1 ¡Oh gálatas insensatos! ¿Quién os hechizó, a vosotros, ante cuyos ojos JESUCRISTO fue presentado claramente crucificado? 2 Solo esto quiero averiguar de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por obras de una ley o por un oír de la fidelidad? 3 ¿Tan insensatos sois? ¿Habiendo comenzado con el Espíritu, ahora sois completados con la carne? 4 ¿Tantas cosas padecisteis en vano? Si es que de cierto fue en vano. 5 Aquel, pues, que os suministra el Espíritu y está energizando poderes en vosotros, ¿lo hace por causa de unas obras de una ley o por causa de un oír de la fidelidad? 6 Así Abraham creyó fielmente de DIOS y le fue acreditado por justicia religiosa.
7 Sabed, por tanto, que los que son por causa de la fidelidad, estos son hijos de Abraham. 8 Y la Escritura, previendo que DIOS declara justos a los gentiles por fidelidad, anunció de antemano la buena noticia a Abraham: En ti serán benditas todas las naciones. 9 De manera que los que son por la fidelidad son bendecidos con el creyente Abraham. 10 Porque todos los que son de obras de ley están bajo maldición. Porque está escrito: Maldito todo el que no permanece en todas las cosas que han sido escritas en el rollo de la ley (torá), para hacerlas. 11 Y es evidente que por una ley nadie es declarado justo delante de DIOS, porque: El justo por causa de la fidelidad vivirá. 12 Pero la ley (torá) no está fuera de la fidelidad, sino: El que haga estas cosas, vivirá por ellas. 13 CRISTO nos redimió afuera de la maldición invocada de la ley (torá), al hacerse maldición a favor de nosotros (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en madero), 14 a fin de que la bendición de Abraham llegara a los gentiles en JESUCRISTO, para que por medio de la fidelidad recibiéramos la promesa del Espíritu.
15 Hermanos, hablo en términos humanos: Un pacto, aunque sea de hombre, nadie puede invalidarlo ni añadirle una vez ratificado. 16 Ahora bien, las promesas fueron dichas a Abraham y a su simiente. No dice: “Y a sus simientes”, como refiriéndose a muchas, sino como de una: “Y a tu Simiente”, la cual es CRISTO. 17 Y esto digo: Un pacto ratificado bajo DIOS después de cuatrocientos treinta años venida una ley no se abroga, para invalidar la promesa. 18 Porque si la herencia es por causa de una ley, ya no es por causa de una promesa; pero DIOS se la ha dado gratuitamente a Abraham a través de la promesa.
19 ¿Entonces qué es la ley (torá)? Debido a las transgresiones fue añadida, hasta que viniese la Simiente a la cual ha sido hecha la promesa, que fue promulgada por medio de mensajeros (angelos) en mano de un mediador, 20 y el mediador no es de uno solo, pero DIOS es Uno. 21 ¿Entonces la ley (torá) está contra las promesas? ¡De ninguna manera! Porque si se hubiera dado una ley capaz de dar vida, la justicia sería verdaderamente por medio de esa ley. 22 Pero la Escritura encerró todo bajo pecado, para que la promesa de la fidelidad de JESUCRISTO fuera dada a los que creen.
23 Pero antes que viniera la fidelidad, estábamos confinados, atrapados en una red bajo una ley hasta que la fidelidad estuviera a punto de ser revelada. 24 De manera que la ley (torá) ha sido nuestro tutor hasta CRISTO, para que por medio de la fidelidad fuéramos declarados justos religiosamente. 25 Y una vez que llegó la fidelidad, ya no estamos bajo un tutor, 26 pues todos sois hijos de DIOS por medio de la fidelidad por causa de CRISTO JESÚS. 27 Porque todos los que fuisteis bautizados en CRISTO, de CRISTO os revestisteis. 28 No hay judío ni griego, no hay esclavo ni libre, no hay varón ni hembra, porque todos vosotros sois uno en CRISTO JESÚS. 29 Y si vosotros sois de CRISTO, entonces sois simiente de Abraham, herederos según la promesa.
►3.1 fue presentado… TR añade entre vosotros… para no obedecer a la verdad.
►3.2 una ley (según el contexto anterior meritocrática) que se contrapone con el oír de la fidelidad de jesús.
►3.3 por la carne… Es decir, por algo exterior, como es la circuncisión, guardar el sábado, dar el diezmo, etc.
►3.5 energizando… Gr. energéo = energizar; se inserta lo hace para suplir elipsis del original; noticia de fe… →3.2.
►3.6 Abraham… →Gn 15.6; Ro 4.3.
►3.7 los de fe… →Ro 4.16.
►3.8 a Abraham… M↓ añaden diciendo; serán benditas… →Gn 12.3.
►3.10 el que depende de obras de ley (meritocrática) es Maldito por la Torá… →Dt 27.26.
►3.11 El justo… →Hab 2.4.
►3.12 sino… TR: sino que dice; vivirá… →Lv 18.5.
►3.13 →Dt 21.23 Lit. Porque maldito es Elohim que fue colgado.
►3.16 a tu Simiente… →Gn 12.7; Hch 7.5.
►3.17 cuatrocientos treinta años… →Gn 15.13; Ex 12.40; la promesa… TR añade para con CRISTO.
►3.18 la promesa… →Ro 4.14.
►3.19 ¿Para qué… M↓ añaden sirve.
►3.21 Se inserta esa para suplir elipsis del original.
►3.22 fe de JESUCRISTO… Esto es, la doctrina de CRISTO →Ro 6.17; 2Ti 1.13.
►3.29 promesa… →Ro 4.13.
Hebreos 11:8-16.
8 Por la fidelidad fue llamado Abraham, obedeció para salir al lugar que iba a recibir por herencia, y salió sin saber a dónde iba. 9 Por la fidelidad habitó temporalmente en la tierra prometida como en tierra ajena, viviendo en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa; 10 porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es DIOS. 11 Por la fidelidad (a pesar de la esterilidad de Sara), recibió vigor para engendrar simiente aun fuera del tiempo de la edad, porque consideró que quien había prometido era fiel. 12 Por lo cual también de uno, ya muerto respecto a estas cosas, nacieron como las estrellas del cielo en multitud y como la arena innumerable que está junto a la orilla del mar.
13 Conforme a la fidelidad murieron todos estos, no habiendo recibido las promesas, sino mirándolas de lejos, y fueron persuadidos y las saludaron, confesando así que son extranjeros y peregrinos sobre la tierra. 14 Porque los que dicen estas cosas dan a entender que buscan una patria, 15 y si ciertamente se acordaran de aquella de donde salieron, hubieran tenido tiempo de regresar, 16 pero anhelaban una mejor, esta es, la celestial; por lo cual DIOS no se avergüenza de ser llamado DIOS de ellos, pues les preparó una ciudad.
►11.8 fe…; Abraham… →Gn 12.1-5; iba… Lit. va.
►11.9 tierra ajena… →Gn 35.27.
►11.10 constructor… ►11.11 para engendrar… →Gn 18.11-14; 21.2.
►11.12 estrellas… →Gn 15.5; arena… →Gn 22.17.
►11.13 son… →Gn 23.4.
►11.15 acordaran… hubieran tenido… Lit. acordaban… tenían.