Texto Ɣureo: Deuteronomio 27
Lecturas para adultos en la semana
DĆa 1Ā Deuteronomio 27
DĆa 2 1ĀŖReyes 13
DĆa 3 1ĀŖReyes 15
DĆa 4 1ĀŖReyes 16
DĆa 5 Salmo 37
DĆa 6 Hechos 9
I- Es importante aceptar y comprometerse con los mandamientos de Dios.
¿Cómo lograr que la sociedad no se autodestruya? ¿CuÔles ofensas corrompen a una sociedad? ¿CuÔles comportamientos hacen que una comunidad pierda su derecho a existir? En un sentido amplio, estos son los temas de todo el libro Deuteronomio. Las advertencias y las reprensiones de Moisés abarcan gran parte del texto que hacen de su clasificación un trabajo incalculable.
Por ejemplo, en este texto Ć”ureo se instruye al pueblo para que haga un ritual muy peculiar al entrar a la tierra prometida. Ellos debĆan reunirse en dos campamentos sobre dos colinas que se encontraban una frente a la otra, para comprometerse a ser leales al Creador y declarar su compromiso individual y social con las leyes y los mandamientos de Dios. Este acto como evento trascendente para ellos parece ser perfectamente lógico, pues al iniciar la siguiente etapa como nación es adecuado que haya una ratificación constitucional. Sin embargo, este ritual no serĆa clausurado con una declaración del propósito, como serĆa natural de un evento asĆ hoy, sino con la proclamación y aceptación de algunas leyes especĆficas.
Algunos a la ligera piensan que es una repetición de los Devarim, pero una comparación exhaustiva puede mostrar lo contrario. Algo sorprendente aquà es que señalan las acciones ocultas. Por lo general, al tratar de responder a las preguntas iniciales de este punto, muy a menudo estas van a indicar a las cosas que van mal en la esfera pública. Por ejemplo: la profanación de lugares sagrados o el estancamiento de las instituciones públicas, no obstante las transgresiones que se estÔn proclamando en esta asamblea fundacional son todo lo contrario.
De aquĆ se puede aprender algo muy importante: “Cualquier desviación social de la ley, el propio sistema legal lo puede corregir, pero cuando el pecado es secreto e individual constituye la peor amenaza a la estabilidad de cualquier sociedad”. Esto provoca una corrosión moral desde adentro, capaz de acabar con todo lo exterior. E inclusive, una vez detectado, pudiera ya ser demasiado tarde. La disonancia o desequilibrio en todos los órdenes que puede generarse de las ruinas entre la fachada de una sociedad y las vidas privadas, erosionan la dedicación y la responsabilidad de los individuos con el colectivo.
Por eso, antes de comenzar con la grandiosa oportunidad de vivir en la nación sagrada se hacĆa necesario confesar pĆŗblicamente la aceptación de la gracia divina, pero de forma paralela e inseparable a lo anterior es que la presentación de nuestro ser a la decencia y santidad espiritual son necesarias.
II- Lo que haces afecta a tu hermano.
En los capĆtulos anteriores se presentaron las estructuras creadas por Dios para que la nación tuviera armonĆa social (cortes, jueces, policĆas y sanciones), pero en lo individual, en la privacidad de los hogares o de la mente, la racionalización y la justificación del pecado son un peligro mayor. AquĆ Dios, en vez de dar una lista de prohibiciones lo que hace es dar una lista de maldiciones. Como estas prohibiciones son hechas para un marco privado, eso alumbra a la maldición sobre aquel que tiene una doble vida. O sea, personas que para la sociedad o comunidad de creyentes son una cosa y en su interior son otra.
El pueblo debĆa pararse en las dos colinas enfrentadas y en una distribución especĆfica de individuos, familias, tribus y todo el pueblo, porque es en cada uno de esos niveles en que el compromiso social contribuye a su desarrollo. La responsabilidad de cada uno con la comunidad y viceversa debe ser profunda.
Por ejemplo, si en medio de altamar cuatro pescadores encuentran que uno de ellos estÔ rompiendo su bote, nadie dirÔ: «Bueno, es su vida personal no me debo meter, o es mi vida individual deben respetar mi privacidad». Todos estÔn en el mismo bote y, por tanto, estÔn comprometidos entre ellos con el bienestar.
III- Todos necesitamos de todos.
La porción tambiĆ©n describe la lista de beneficios que el pueblo recibirĆa si cumpliere con las mitzvot y las maldiciones si las rechazan. Existe una tradición muy antigua de las comunidades judĆas de leer estas maldiciones especĆficamente en voz baja. El objetivo es forzar a que cada participante del servicio preste una atención especial a lo leĆdo, pues al no escuchar bien debe esforzarse por entender cada detalle.
De aquĆ tambiĆ©n se aprende que el pueblo de Israel era consciente de la importancia de esta lista. Los apóstoles vieron en JesĆŗs el cumplimiento a cada mandamiento, por eso la iglesia bĆblicamente hablando, se llamó el Camino. Esto fue en referencia al cumplimiento del “buen camino” a diferencia del rechazo por “mal camino”, lo que dejaba solo una opción. Varias obras de la antigüedad tambiĆ©n atestiguan esto como aquella famosa de los apóstoles: El didajĆ© [1].
Preguntas:
1.- Compare Dt 11:5-26 con Ex 20:1-17 y seƱale las diferencias que encuentra entre ambos.
2.- ĀæCómo puede ser que la corrupción individual de alguien influya en un sistema social con una legislación āperfectaā?
3.- Una iglesia a la que por razones genuinas estÔ llegando mucha gente, ¿en qué debe concentrarse?: (1) En crear un orden congregacional (liderazgo, escuela dominical y misiones), (2) En el discipulado personal. ¿Por qué lo considera as�
[1]Ā Ver del propio autor: DidajĆ©, la mishnĆ” de los apóstoles para la iglesia, dos traducciones paralelas con mĆ”s 100 notas aclaratorias en la tienda amazon.com (ISBN-13:āĀ 979-8463863423).
Deuteronomio 27.
1 Y MoisĆ©s, con los ancianos de Israel, mandó, diciendo: Guardad todo el mandamiento (mitzvot) que hoy os ordeno. 2 Y serĆ” que el dĆa que pases el JordĆ”n a la tierra (eretz) que YHVH tu Elohim te da, te erigirĆ”s unas grandes piedras y las revocarĆ”s con cal.Ā 3 Y escribirĆ”s sobre ellas todas las palabras de esta ley (torĆ”), en cuanto hayas pasado para entrar en la tierra (eretz) que YHVH tuĀ Elohim te da, tierra (eretz) que fluye leche y miel, tal como YHVH, el Elohim de tus padres, te ha dicho. 4 SerĆ”, pues, que cuando hayĆ”is cruzado el JordĆ”n, erigirĆ©is en el monte Ebal estas piedras que yo os mando hoy, y las revocarĆ©is con cal.
5 Y edificarĆ”s allĆ un altar a YHVH tu Elohim, altar de piedras. No alzarĆ”s sobre ellas herramienta de hierro. 6 ConstruirĆ”s el altar de YHVH tu Elohim de piedras enteras, y ofrecerĆ”s sobre Ć©l un holocausto (olot) a YHVH tu Elohim. 7 AllĆĀ sacrificarĆ”s ofrendas de paz (shelamim), y comerĆ”s y serĆ”s alegrado ante YHVH tu Elohim, 8 y escribirĆ”s claramente sobre las piedras toda esta ley (torĆ”).
9 Y Moisés, junto con los levitas sacerdotes, habló a todo Israel y dijo: Guarda silencio y escucha, oh Israel: Hoy has venido a ser pueblo de YHVH tu Elohim. 10 ObedecerÔs, pues, la voz de YHVH tu Elohim, y cumplirÔs sus mandamientos (mitzvot) y estatutos (jukim) que yo te ordeno hoy.
11 En aquel dĆa, MoisĆ©s tambiĆ©n mandó al pueblo, diciendo: 12 Cuando hayas pasado el JordĆ”n, estos estarĆ”n en el monte Gerizim para bendecir al pueblo: Simeón, LevĆ, JudĆ”, Isacar, JosĆ© y BenjamĆn. 13 Y estos estarĆ”n en el monteĀ Ebal para proferir la maldición: RubĆ©n, Gad, Aser, Zabulón, Dan y NeftalĆ.Ā 14 Y tomando la palabra, los levitas dirĆ”n a todo Israel en voz alta:
15 Ā”Maldito el hombre que haga Ćdolo o imagen deĀ fundición, abominación a YHVH, obra de mano de artesano, y la ponga en oculto! Y respondiendo todo el pueblo, dirĆ”:Ā Ā”AmĆ©n!
16 ”Maldito el que deshonre a su padre o a su madre! Y todo el pueblo dirÔ: ”Amén!
17 ”Maldito el que desplace el lindero de su vecino! Y todo el pueblo dirÔ: ”Amén!
18 Ā”Maldito el que extravĆe al ciego en el camino! Y todo el puebloĀ dirĆ”: Ā”AmĆ©n!
19 ”Maldito el que tuerza el derecho del prosélito, del huérfano y de la viuda! Y todo el pueblo dirÔ: ”Amén!
20 ”Maldito el que se acueste con la mujer de su padre, pues ha descubierto el cobertor de su padre! Y todo el pueblo dirÔ: ”Amén!
21 ”Maldito el que se ayunte con cualquier animal! Y todo el pueblo dirÔ: ”Amén!
22 ”Maldito el que se acueste con su hermana, hija de su padre o hija de su madre! Y todo el pueblo dirÔ: ”Amén!
23 ”Maldito el que se acueste con su suegra! Y todo el pueblo dirÔ: ”Amén!
24 ”Maldito el que en lo oculto asesine a su prójimo! Y todo el pueblo dirÔ: ”Amén!
25 ”Maldito el que acepte soborno para matar a un inocente! Y todo el pueblo dirÔ: ”Amén!
26 ”Maldito el que no persevere en las palabras de esta ley para cumplirlas! Y todo el pueblo dirÔ: ”Amén!
āŗ27.1 mandó… TM aƱade al pueblo. Se sigue LXX.
āŗ27.2 que pases… Obviamente, el sujeto es Israel; revocarĆ”sĀ con cal… Es decir, destinado a desaparecer ā2Co. 3.1-18.
āŗ27.5-6 altar… āEx. 20.25.
āŗ27.8 y escribirĆ”s…Ā āv. 2; Jos. 8.30-35; toda… TM aƱade las palabras. Se sigue LXX.
āŗ27.12 monte Gerizim… āDt. 11.29; Jos. 8.33-35.
āŗ27.14 a todo… TM aƱade los hombres. Se sigue LXX.
āŗ27.15 imagen… āEx. 20.4; 34.17; Lv. 19.4; 26.1; Dt. 4.15-18; 5.8.
āŗ27.16 su padre o a su madre… āEx. 20.12; Dt. 5.16.
āŗ27.17 el lindero… āDt. 19.14.
āŗ27.18 alĀ ciego… āLv. 19.14.
āŗ27.19 prosĆ©lito… āLv. 19.33-34; la viuda… āEx. 22.22; 23.9; Dt. 24.17-18.
āŗ27.20 descubierto el cobertor… āLv. 18.8; 20.11; Dt. 22.30.
āŗ27.21 animal… āEx. 22.19; Lv. 18.23; 20.15.
āŗ27.22 hermana… āLv. 18.9; 20.17.
āŗ27.23 suegra… āLv. 20.14.
āŗ27.26 maldito… āGa. 3.10.
1ĀŖReyes 13.
1 Pero he aquĆ un varón de Elohim, por revelación de YHVH, fue desde JudĆ” hasta Bet-ElĀ mientras Jeroboam estaba quemando incienso junto al altar. 2 Y por mandato de YHVHĀ clamó contra el altar, diciendo: Ā”Altar, altar! AsĆ dice YHVH: He aquĆ, a la casa de David leĀ es nacido un hijo cuyo nombre es JosĆas, quien sacrificarĆ” sobre ti a los sacerdotes de losĀ lugares altos que en ti queman incienso, y sobre ti quemarĆ”n huesos de hombres.
3 Aquel mismo dĆa dio una seƱal diciendo: Esta es la seƱal que YHVH ha hablado: Ā”He aquĆ el altar se partirĆ”, y se derramarĆ” la ceniza grasienta que estĆ” sobre Ć©l! 4 Y sucedió que cuando el rey oyó la palabra que el varón de ElohimĀ habĆa dicho contra el altar de Bet-El, Jeroboam extendió su mano desde el altar, diciendo: Ā”Detenedlo! Y al momento se le secó la mano que habĆa extendido contra Ć©l, y no pudo recogerla hacia sĆ. 5 Entonces el altar se partió, y la ceniza grasienta se derramó del altar, conforme a la seƱal que el varón de Elohim habĆa dado por mandato de YHVH. 6 Entonces el rey, tomando la palabra, dijo al varón de Elohim: Te ruego que aplaques el rostro de YHVH tu Elohim y ores por mĆ, para que mi mano pueda recogerse hacia mĆ. Y el varón de Elohim, en efecto, aplacó el rostro de YHVH, y la mano del rey le fue restaurada y volvió a ser como antes. 7 Entonces el rey dijo al varón de Elohim: Ven conmigo a la casa, y sustĆ©ntate, y te darĆ© un presente. 8 Pero el varón deĀ Ha-Elohim dijo al rey: Aunque me dieras la mitad de tu casa, no irĆa contigo, ni comerĆa pan, ni beberĆa agua en este lugar; 9 porque por la palabra de YHVH me ha sido ordenado, diciendo: No comerĆ”s pan, ni beberĆ”s agua, ni volverĆ”s por el camino que hayas ido.Ā 10 Marchó, pues, por otro camino, y no volvió por el camino por el que habĆa llegado a Bet-El.
11 Pero habĆa un profeta anciano que habitaba en Bet-El, a quien fue su hijo y le contó todo lo que el varón de Ha-Elohim habĆa hecho aquel dĆa en Bet-El; tambiĆ©n contaron a su padre las palabras que habĆa hablado al rey. 12 Y su padre les dijo: ĀæPor quĆ© camino seĀ fue? Y sus hijos le mostraron el camino por donde se habĆa ido el varón de Ha-Elohim que habĆa venido de JudĆ”. 13Ā Y Ć©l dijo a sus hijos: Ā”Enalbardadme el asno! Le enalbardaron, pues, el asno, y se montó sobre Ć©l, 14 y fue tras aquelĀ varón de Ha-Elohim, y al hallarlo sentado bajo un roble, le preguntó: ĀæEres tĆŗ el varón de Ha-Elohim que vino de JudĆ”? Le respondió: SĆ, soy. 15 Entonces le dijo: Ven conmigo a casa y come pan. 16 Pero Ć©l dijo: No puedo volverĀ contigo ni entrar contigo, no comerĆ© pan ni beberĆ© agua contigo en este lugar, 17 porque por revelación de YHVH me fue ordenado, diciendo: No comerĆ”s pan ni beberĆ”s agua allĆ, ni volverĆ”s por el camino que hayas ido.Ā 18 Pero Ć©l le dijo: Yo tambiĆ©n soy profeta asĆ como tĆŗ, y un Ć”ngel me ha hablado por revelación de YHVH, diciendo:Ā Hazle volver contigo a tu casa, para que coma pan y beba agua (pero le mintió).Ā 19 Y se volvió con Ć©l, y comió pan en su casa y bebió agua. 20 Y aconteció que cuando ellos estaban a la mesa, el profeta que lo habĆa hecho volver tuvo revelación de YHVH, 21 y clamó diciendo al varón de Ha-Elohim que habĆa venido deĀ JudĆ”: AsĆ dice YHVH: Porque has sido rebelde al dicho de YHVH, y no guardaste el mandato que te impuso YHVH tuĀ Elohim, 22 sino que has vuelto atrĆ”s, y has comido pan y bebido agua en este lugar, del que se te dijo: No comerĆ”s pan ni beberĆ”s agua, tu cadĆ”ver no entrarĆ” en el sepulcro de tus padres.
23 Y sucedió que cuando hubo comido pan y bebido, el profeta que le habĆa hecho volver le enalbardó el asno. 24 Pero yendo en el camino un león lo halló y lo mató. Y su cadĆ”ver quedó tendido en el camino, y el asno estaba parado junto aĀ Ć©l, y el león tambiĆ©n estaba parado junto al cadĆ”ver. 25 Y he aquĆ pasaron unos hombres, y vieron el cadĆ”ver tendido enĀ el camino y al león junto al cadĆ”ver, y fueron y lo dijeron en la ciudad donde habitaba el profeta anciano.Ā 26 Cuando lo oyó el profeta que lo habĆa hecho volver del camino, dijo: Es el varón de Ha-Elohim que fue desobediente a la palabra de YHVH. [[27]] 28 Y partió y halló el cadĆ”ver tendido en el camino, y el asno y el león estaban paradosĀ junto al cadĆ”ver: el león no habĆa devorado el cadĆ”ver ni habĆa desgarrado el asno.Ā 29 El profeta anciano levantó el cadĆ”ver del varón de Ha-Elohim, lo colocó sobre el asno y se lo llevó de nuevo a la ciudad para sepultarlo. 30 Y colocó su cadĆ”ver en su propio sepulcro, y lo endecharon, diciendo: Ā”Ay, hermano mĆo! 31 Y despuĆ©s de sepultarlo, habló a sus hijos diciendo: Cuando yo muera, sepultadme en el sepulcro en que estĆ” sepultadoĀ el varón de Ha-Elohim. Poned mis huesos junto a los suyos, 32 porque serĆ” cumplida la palabra que pronunció por orden de YHVH sobre el altar que estĆ” en Bet-El, y sobre los santuarios de los lugares altos de Samaria.
33 Después de este suceso, Jeroboam no se volvió de su mal camino, sino que volvió a designar sacerdotes para los lugares altos de entre el populacho: consagraba la mano a quien lo deseaba, y llegaba a ser sacerdote de los lugares altos. 34 Y esto vino a ser el pecado de la casa de Jeroboam, por lo cual fue cortada y destruida de sobre la faz de la tierra (adamÔ).
āŗ13.2 JosĆas… ā2R. 23.15-17.
āŗ13.27 TM aƱade v. Se sigue LXX.
1ĀŖReyes 15.
1 En el aƱo dieciocho del rey Jeroboam ben Nabat, Abiam comenzó a reinar sobre JudĆ”.Ā 2 Y reinó tres aƱos en JerusalĆ©n. El nombre de su madre era Maaca bat Abi-Shalom. 3 Y anduvo (halajĆ”) en todos los pecados que habĆa cometido su padre antes de Ć©l. Su corazón no fue Ćntegro con YHVH su Elohim, como el corazón de David su padre. 4 Pero por amor a David, YHVH su Elohim le dio una lĆ”mpara enĀ JerusalĆ©n, levantando a un hijo suyo despuĆ©s de Ć©l, y manteniendo en pie a JerusalĆ©n, 5 porque David habĆa hecho lo recto ante los ojos de YHVH, sin apartarse de ninguna cosa que Ćl le habĆa ordenado todos los dĆas de su vida, excepto en el asunto de UrĆas heteo.Ā 6 Y hubo guerra entre Roboam y Jeroboam todos los dĆas de su vida. 7 Los demĆ”s hechos de Abiam y todas las cosas que hizo, Āæno estĆ”n escritos en el rollo de las Crónicas de los reyes de JudĆ”? Y hubo guerra entre Abiam y Jeroboam. 8 Y Abiam durmió con sus padres, y lo sepultaron en la ciudad de David; y Asa su hijo reinó en su lugar.
9 En el aƱo vigĆ©simo cuarto de Jeroboam rey de Israel, Asa comenzó a reinar sobre JudĆ”; 10 y reinó cuarenta y un aƱos en JerusalĆ©n. El nombre de su madre era Ana bat Abi-Shalom. 11 Y Asa hizo lo recto ante los ojos de YHVH, comoĀ David su padre. 12 Hizo barrer el paĆs de rituales homosexuales y promiscuos, y quitó todos los Ćdolos que habĆan hecho sus padres.Ā 13 TambiĆ©n depuso a su madre Ana de ser reina madre, pues de una asera ella habĆa hecho una imagen repulsiva. Asa, pues, taló la imagen repulsiva y la quemó junto al arroyo de Cedrón, 14 aunque los lugares altos no fueron quitados. Sin embargo, el corazón de Asa fue Ćntegro para con YHVH todos sus dĆas, 15 y llevó a la Casa de YHVH lo que su padre habĆa consagrado, y lo que Ć©l mismo habĆa consagrado: plata, oro y utensilios. 16 Y hubo guerra entre Asa y Baasa, reyĀ de Israel, todos sus dĆas.
17 Baasa, rey de Israel, subió contra JudĆ” y fortificó a RamĆ”, para bloquear a cuantos intentaran acceder a Asa, rey de JudĆ”. 18 Asa tomó entonces toda la plata y el oro que habĆan quedado en los tesoros de la Casa de YHVH, juntamente con los tesoros de la casa real, y habiĆ©ndolos entregado en mano de sus servidores, el rey Asa los envió a Ben-Hadad, hijo de Tabrimón, hijo de Hezión, rey de Siria, que habitaba en Damasco, diciendo: 19 Ā”Haya alianza entre tĆŗ y yo, como entre mi padre y tu padre! He aquĆ, te envĆo un obsequio de plata y oro. Ā”Ve y rompe tu alianza con Baasa rey de Israel, para que se aparte de mĆ! 20 Y Ben-Hadad escuchó al rey Asa, y envió a los capitanes de sus ejĆ©rcitos contra las ciudades de Israel, y atacó a Ijón, a Dan, a Abel-Bet-Maaca y a toda la región de Kineret, con todo el territorio de NeftalĆ. 21 Y sucedió que cuando Baasa oyó esto, cesó de fortificar a RamĆ”, y permaneció en Tirsa. 22 Entonces el reyĀ Asa convocó a todo JudĆ” sin excepción, y se llevaron las piedras y la madera de RamĆ”, con que Baasa la estaba fortificando, y con ellas el rey Asa fortificó Geba de BenjamĆn y Mizpa.Ā
23 Todos los demĆ”s hechos de Asa, todo su poderĆo, y las cosas que hizo, y las ciudades que fortificó, Āæno estĆ”n escritosĀ en el rollo de las Crónicas de los reyes de JudĆ”? Sin embargo, en su vejez, enfermó de sus pies. 24 Y Asa durmió con sus padres, y fue sepultado con ellos en la ciudad de David su padre, y reinó en su lugar su hijo Josafat.
25 En el aƱo dos de Asa, rey de JudĆ”, Nadab ben Jeroboam comenzó a reinar sobre Israel, y reinó sobre Israel dos aƱos.Ā 26 E hizo lo malo ante los ojos de YHVH, andando (halajĆ”) en el camino de su padre, y por sus pecados hizo pecar a Israel. 27 Y Baasa ben AhĆas, de la tribu de Isacar, conspiró contra Ć©l, y Baasa lo mató en Gibetón, ciudad de los filisteos, cuando Nadab e Israel entero asediaban a Gibetón. 28 En el tercer aƱo de Asa rey de JudĆ”, Baasa lo mató, y reinó en su lugar.Ā 29 Y sucedió que tan pronto como fue rey, mató a todos los de la casa de Jeroboam. No dejó con vida a ninguno de los de Jeroboam hasta destruirlos, conforme a la palabra que YHVH habĆa hablado por medio de su esclavo AhĆas silonita, 30 a causa de los pecados con que habĆa pecado Jeroboam, y por los cuales habĆa hecho pecar a Israel, y por laĀ provocación con que provocó a ira a YHVH, Elohim de Israel.Ā 31 Los demĆ”s hechos de Nadab, y todas las cosas que hizo, Āæno estĆ”n escritos en el rollo de las Crónicas de los reyes de Israel? [[32]] 33 En el tercer aƱo de Asa, rey de JudĆ”, comenzó a reinar Baasa ben AhĆas sobre todo Israel en Tirsa, y reinó veinticuatro aƱos.
34 Ćl hizo lo malo ante los ojos de YHVH, y anduvo (halajĆ”) en el camino de Jeroboam, y en su pecado hizo pecar a Israel.
āŗ15.2 tres… LXX: seis. CronologĆa; Abi-Shalom… Esto es, padre de paz, se considera por la tradición como una variante del nombre Absalón ā15.10;Ā 2Cr. 11.20.
āŗ15.6 TM registra Roboam lo que parece ser lo mĆ”s correcto, no porque haya sido directamente Roboam, pues ya habĆa muerto, sino por ser un recurso literario para aclarar la lucha entre las dos casas (Roboam y Jeroboam) ā2Cr. 13.2.
āŗTM registra Abiam ā2Cr. 12.16; 14.1.
āŗ15.10 Ana… TM registra Maaca. Se sigue LXX.
āŗ15.12 homosexuales rituales…Ā Ā Heb. (adjetivo masculino) kĆ”dash = prostituto del templo. Prob. se refiere a hombres que mantenĆanĀ relaciones homosexuales en representación de deidades en los lugares sagrados levantados por Jeroboam ā12.25- 33.
āŗ15.20 Kineret… Esto es, Galilea.
āŗ15.32 TM aƱade versĆculo: Y hubo guerra entre Asa y Baasa, rey de Israel, todo susĀ dĆas. Se sigue LXX.
1ĀŖ Reyes 16.
1 La palabra de YHVH fue dirigida a JehĆŗ ben Hanani contra Baasa, diciendo: 2 Por cuanto Yo te levantĆ© del polvo y te establecĆ como caudillo de mi pueblo Israel, pero tĆŗ has andado (halajĆ”) en el camino de Jeroboam, y has hecho pecar a miĀ pueblo Israel, provocĆ”ndome a ira con sus pecados, 3 he aquĆ Yo barrerĆ© por completo a la posteridad de Baasa y a laĀ posteridad de su casa, y dejarĆ© tu casa como la casa de Jeroboam ben Nabat. 4 Al que de Baasa muera en la ciudad, lo comerĆ”n los perros, y al que muera en el campo, lo comerĆ”n las aves de los cielos. 5 Los demĆ”s hechos de Baasa, las cosas que hizo y su poderĆo, Āæno estĆ”n escritos en el rollo de las Crónicas de los reyes de Israel? 6 Y durmió Baasa conĀ sus padres, y fue sepultado en Tirsa, y Ela su hijo reinó en su lugar.
7 También por medio del profeta Jehú ben Hanani llegó la palabra de YHVH contra Baasa y contra su casa, no solo por toda la maldad que hizo ante los ojos de YHVH, provocÔndolo con la obra de sus manos, siendo como los de la casa de Jeroboam, sino también por haberla exterminado. 8 Y Ela ben Baasa reinó sobre Israel dos años en Tirsa.
9 Y Zimri, capitĆ”n de la mitad de los carros de guerra, conspiró contra Ć©l en ocasión en que este se hallaba en Tirsa bebiendo hasta embriagarse en casa de Arsa, mayordomo del palacio en Tirsa. 10 E irrumpió Zimri, y lo golpeó y loĀ mató y reinó en su lugar. 11 Y aconteció que al comenzar a reinar, en cuanto Zimri se sentó sobre el trono, golpeó a la casa de Baasa, 12 conforme a la palabra que YHVH habĆa hablado contra Baasa por medio del profeta JehĆŗ, 13 por todos los pecados de Baasa y los pecados de su hijo Ela, quienes hicieron pecar a Israel, para provocarlo con sus vanidades. 14 Los demĆ”s hechos de Ela y todas las cosas que hizo, Āæno estĆ”n escritos en el rollo de las Crónicas de los reyes de Israel?Ā 15 Y habĆa reinado Zimri en Tirsa siete dĆas, mientras el pueblo estaba acampado contra Gibetón de los filisteos. 16 Y oyó el pueblo que en el campamento decĆan: Ā”Zimri conspiró y mató al rey Ela! Y el pueblo hizo rey sobre Israel a Omri, general del ejĆ©rcito, aquel dĆa en el campamento. 17 Y subió Omri desde Gibetón, y con Ć©l todo Israel, y sitiaron Tirsa. 18 Y sucedió que al ver que la ciudad habĆa sido capturada, Zimri entró en la parte fortificada de la casa real y prendió fuego a la casa real con Ć©l adentro, y asĆ murió, 19 a causa de sus pecados que habĆa cometido haciendo lo malo ante losĀ ojos de YHVH, y andando (halajĆ”) en el camino de Jeroboam, y en el pecado que cometió haciendo pecar a Israel. 20 Los demĆ”s hechos de Zimri y la conspiración que hizo, Āæno estĆ”n escritos en el rollo de las Crónicas de los reyes de Israel?
21 Entonces el pueblo de Israel se dividió en dos facciones: La mitad del pueblo seguĆa a Tibni ben Ginat, para hacer que reinara, y la otra mitad seguĆa a Omri. 22 Pero el pueblo que seguĆa a Omri pudo mĆ”s que el que seguĆa a Tibni benĀ Ginat. Tibni murió y Omri reinó.Ā 23 En el aƱo trigĆ©simo primero de Asa, rey de JudĆ”, Omri comenzó a reinar sobre Israel, y reinó doce aƱos. Seis aƱosĀ reinó en Tirsa; 24 y compró a Semer el monte de Samaria por dos talentos de plata; edificó en el monte, y a la ciudad que edificó puso por nombre Samaria, segĆŗn el nombre de Semer, dueƱo del monte. 25 Omri hizo lo malo ante los ojosĀ de YHVH, y actuó peor que todos los que fueron antes que Ć©l, 26 pues anduvo (halajĆ”) en todo el camino de Jeroboam ben Nabat, y en los pecados con que hizo pecar a Israel, provocando a YHVH, Elohim de Israel, con sus Ćdolos vanos. 27 LosĀ demĆ”s hechos de Omri, las cosas que hizo y el poderĆo que logró, Āæno estĆ”n escritos en el rollo de las Crónicas de losĀ reyes de Israel? 28 Y Omri durmió con sus padres, y fue sepultado en Samaria, y en lugar suyo reinó Acab su hijo.
29 En el segundo aƱo de Josafat, comenzó a reinar Acab ben Omri, y reinó sobre Israel en Samaria veintidós aƱos. 30 Y Acab ben Omri hizo lo malo ante los ojos de YHVH, mĆ”s que todos los que fueron antes de Ć©l; 31 porque le fue cosa ligera andar (halajĆ”) en los pecados de Jeroboam ben Nabat, pues tomó por mujer a Jezabel hija de Etbaal, rey de los sidonios; yĀ fue a servir a Baal, y se postraba ante Ć©l. 32 Y erigió un altar a Baal en el templo de Baal que habĆa edificado enĀ Samaria. 33 Acab hizo tambiĆ©n un Ć”rbol ritual de Asera, con lo cual provocó a ira a YHVH, Elohim de Israel, mĆ”s que todos los reyes de Israel que habĆan sido antes de Ć©l. [[34]]
āŗ16.7 exterminado… Esto es, a la familia de Jeroboam.
āŗ16.8 Se sigue LXX.
āŗ16.9 mitad… Esto es, media división.
āŗ16.10 Se sigue LXX.
āŗ16.12a TM aƱade asĆ Zimri destruyó a todos los de la casa de Baasa. Se sigueĀ LXX.
āŗ16.13 TM registra distintas aƱadiduras. Se sigue LXX.
āŗ16.34 TM aƱade v. 34. Se sigue LXX ā§210.
Salmo 37.
Ā 1 De David.
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No te irrites a causa de los malignos, ni tengas envidia de los que hacen iniquidad. 2 Porque como hierba, pronto serÔn cortados, y como la hierba verde se secarÔn.
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3 ConfĆa en YHVH y haz el bien; habita en la tierra y serĆ”s apacentado en su riqueza.Ā 4 DelĆ©itate asimismo en YHVH, yĀ Ćl te concederĆ” las peticiones de tu corazón.
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5 Encomienda a YHVH tu camino, y confĆa en Ćl, y Ćl harĆ”.Ā 6 ExhibirĆ” tu justicia (tzedeq) como la luz, yĀ tu derecho como el mediodĆa.
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7 Guarda silencio ante YHVH, y espéralo con paciencia. No te irrites a causa del que prospera en su camino, a causa del varón que maquina intrigas.
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8 Deja la ira, desecha el enojo, no te enardezcas en manera alguna a hacer el mal. 9 Porque los malos serÔn cortados, pero los que esperan en YHVH heredarÔn la tierra (eretz).
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10 Un poco aĆŗn, y el malo no existirĆ” mĆ”s, examinarĆ”s con diligencia su lugar, y Ć©l no estarĆ” allĆ.Ā 11 Pero los mansos heredarĆ”n la tierra (eretz), y se deleitarĆ”n con abundante paz (shalom).Ā
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12 Maquina el malo contra el justo (tzadiq), y cruje sus dientes contra Ć©l.Ā 13 Adonai se rĆe de Ć©l, porque ve que le llega su dĆa.
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14 Los impĆos desenvainan la espada y entesan su arco, para derribar al pobre y al menesteroso, para matar a los de recto proceder.Ā 15 Su espada penetrarĆ” en su mismo corazón, yĀ sus arcos serĆ”n quebrados.
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16 Mejor es lo poco del justo (tzadiq), que la abundancia de muchos malvados,Ā 17 Porque los brazos de los impĆos serĆ”n quebrados, pero YHVH sostiene a los justos (tzadiq).
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18 Conoce YHVH los dĆas de los Ćntegros, y la heredad de ellos serĆ” paraĀ siempre.Ā 19 No serĆ”n avergonzados en tiempo adverso, yĀ en los dĆas de hambre serĆ”nĀ saciados.
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20 No asà los malvados, que perecerÔn. Los enemigos de YHVH serÔn consumidos como grosura de carneros, y se disiparÔn como el humo.
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21 El malvado toma prestado y no paga, pero el justo (tzadiq) tiene piedad, y da.Ā 22 Los bendecidos por Ćl heredarĆ”n la tierra (eretz), yĀ los por Ćl malditos serĆ”n cortados.
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23 Por YHVH son afirmados los pasos del hombre en cuyo camino Ćl se complace.Ā 24 Aunque caiga, no quedarĆ” postrado, porque YHVH sostiene su mano.
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25 Joven fui, y he envejecido, y no he visto justo desamparado, ni a su descendencia que mendigue pan. 26 En todo tiempo tiene piedad, y presta, y su linaje es para bendición.
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27 ApÔrtate del mal, y practica el bien, y tendrÔs morada para siempre. 28 Porque YHVH ama la causa rectitud (mishpatim), y no desampara a sus piadosos, para siempre serÔn guardados, pero la descendencia de los malos se extinguirÔ.
×¢
29 Los justos (tzadiq) heredarÔn la tierra (eretz), y habitarÔn en ella perpetuamente.
פ
30 La boca del justo (tzadiq) susurra sabidurĆa, y su lengua habla rectitud (mishpatim).Ā 31 La ley (torĆ”) de su Elohim estĆ” en su corazón, en ninguno de sus pasos resbala.
צ
32 Acecha el malvado al justo (tzadiq), y procura matarlo.Ā 33 YHVH no lo abandonarĆ” en su mano, ni tolerarĆ” que sea condenado en el juicio.
×§
34 Espera en YHVH y guarda su camino, y te exaltarÔ para que poseas la tierra (eretz); cuando los malvados sean cortados, tú lo verÔs.
ר
35 He visto al malvado, sumamente enaltecido, extenderse como Ć”rbol autótono frondoso.Ā 36 Pero uno pasa junto a Ć©l, y he aquĆ, ya no estĆ” mĆ”s, lo busquĆ©, y no fue hallado.
ש×
37 Considera al integro y mira al honesto, porque hay un final dichoso para el hombre de paz (shalom). 38 Pero los transgresores serÔn todos a una destruidos, la posteridad de los malvados serÔ cortada.
×Ŗ
39 La salvación (yeshĆŗa) de los justos (tzadiq) proviene de YHVH,Ā Ćl es su fortaleza en el tiempo de angustia.Ā 40 YHVH los ayuda y los libra, los liberta de los malvados y los salva (yeshĆŗa), porque se han refugiado en Ćl.
āŗ37.23 Ćl se complace…
āŗ37.28 DeberĆa esperarse una sección con la letra Ć”yin (צ), pero el tĆ©rmino leolam tiene una lĆ”med (×) prefijada, que hace que no forme parte del Acróstico. La LXX registra anomoi = malvados, que enĀ hebreo (avalim) sĆ comienza con Ć”yin (צ).
Hechos 9.
1 En ese tiempo, SaĆŗl, respirando aĆŗn amenaza y muerte contra los discĆpulos del SeƱor, se acercó al sumo sacerdote, 2Ā y le solicitó cartas para las sinagogas de Damasco, para que si encontraba a algunos pertenecientes al Camino (halajĆ”), hombres y mujeres, fueran llevados atados a JerusalĆ©n.Ā 3 Pero yendo por el camino, sucedió que al acercarse a Damasco, repentinamente, una luz del cielo resplandeció a su alrededor, 4 y cayendo en la tierra, oyó una voz que leĀ dice: SaĆŗl, SaĆŗl, Āæpor quĆ© me persigues? 5 Contestó: ĀæQuiĆ©n eres, SeƱor? Y Ćl: Yo soy JESĆS (yeshĆŗa), a quien tĆŗ persigues. 6Ā Pero levĆ”ntate y entra en la ciudad, y te serĆ” dicho lo que tienes que hacer. 7 Y los varones que van con Ć©l se habĆan parado estupefactos, oyendo a la verdad la voz, pero sin ver a nadie.
8 Entonces SaĆŗl fue levantado de la tierra, pero abiertos sus ojos, nada veĆa. AsĆ que, llevĆ”ndolo de la mano, loĀ introdujeron en Damasco. 9 Y estuvo tres dĆas sin ver, y sin comer ni beber.Ā
10 HabĆa entonces en Damasco cierto discĆpulo de nombre AnanĆas. El SeƱor le dijo en visión: AnanĆas; y Ć©l respondió: AquĆ estoy, SeƱor. 11 Y el SeƱor a Ć©l: AnanĆas, levĆ”ntate, ve a la calle llamada Derecha, y busca en casa de Judas a uno de nombre SaĆŗl, de Tarso. He aquĆ, Ć©l ora (tefilĆ”), 12 y ha visto a un varón de nombre AnanĆas que entra y le impone las manos (semija) para que recobre la vista (berajĆ” lerefuĆ”). 13 AnanĆas respondió: SeƱor, oĆ de muchos acerca de este hombre, cuĆ”ntos males hizo a tus santos en JerusalĆ©n, 14 y aquĆ tiene autoridad de los principales sacerdotes para atar a todos los que invocan tuĀ Nombre (yeshĆŗa). 15 Pero el SeƱor le dijo: Ve, porque instrumento de elección me es este para llevar mi Nombre delante de los gentiles (goyim), y tambiĆ©n de reyes y de los hijos de Israel (benei Israel). 16 Ciertamente Yo le mostrarĆ© cuĆ”nto tiene que padecer por miĀ Nombre. 17 Entonces AnanĆas fue y entró en la casa, e imponiĆ©ndole las manos, dijo: Hermano SaĆŗl, el SeƱor JESĆS (yeshĆŗa), quien fue visto por ti en el camino por el cual venĆas, me ha enviado para que recuperes la vista y seas lleno del EspĆritu Santo. 18 Y al instante le cayeron de los ojos como escamas y recobró la vista, y levantĆ”ndose fue bautizado, 19 y al tomar alimento, recuperó fuerzas.
Y estuvo con los discĆpulos en Damasco algunos dĆas.Ā 20 Y enseguida predicaba a JESĆS (yeshĆŗa) en las sinagogas: Ā”Este es el Hijo de DIOS! 21 Y todos los oyentes estaban atónitos, yĀ decĆan: ĀæNo es este el que asolaba a los que invocan este nombre en JerusalĆ©n, y a esto habĆa venido acĆ”, para llevarlos atados ante los principales sacerdotes? 22 Pero SaĆŗl era fortalecido cada vez mĆ”s, y confundĆa a los de fe judĆa residentes en Damasco, demostrando que este es el CRISTO.Ā
23 Cuando habĆan pasado muchos dĆas, los judios helĆ©nicos tramaron darle muerte, 24 pero el complot llegó a ser conocido por SaĆŗl. Y aun vigilaban estrictamente las puertas, tanto de dĆa como de noche, para que lo mataran. 25 Entonces sus discĆpulos, tomĆ”ndolo de noche, lo bajaron por el muro descolgado en una canasta grande.
26 Habiendo llegado a JerusalĆ©n, intentó juntarse con los discĆpulos, pero todos tenĆan temor de Ć©l, no creyendo que es discĆpulo. 27 Pero BernabĆ© (bar nabi) lo tomó consigo y lo llevó ante los apóstoles, y les contó cómo habĆa visto al SeƱor en elĀ camino, y que Ćste le habĆa hablado, y cómo en Damasco habló con toda libertad en el nombre de JESĆS (yeshĆŗa). 28 Y estaba con ellos en JerusalĆ©n, entrando y saliendo, hablando con denuedo en el nombre del SeƱor. 29 Conversaba y discutĆaĀ tambiĆ©n con los helenistas, pero estos intentaban matarlo, 30 y cuando lo supieron los hermanos, lo bajaron a Cesarea yĀ lo enviaron a Tarso.
31 Entretanto la iglesia (kajal) tenĆa paz (shalom) en toda Judea, y Galilea y Samaria, siendo edificada y andando en el temor del SeƱor;Ā y era multiplicada con la consolación del EspĆritu Santo.
32 Pasando Pedro por todos los lugares, aconteció que también fue a los santos que habitan en Lida. 33 Y allà encontró a cierto hombre de nombre Eneas, quien estaba paralizado, acostado en un catre por ocho años. 34 Pedro le dijo: ”Eneas, JESUCRISTO (yeshúa hamashiaj) te sana (refua shlema)! ”LevÔntate y haz tu catre! Y se levantó al instante. 35 Y lo vieron todos los que habitan en Lida y en Sarón, y se convirtieron al Señor.
36 HabĆa entonces en Jope cierta discĆpula de nombre TabitĆ” (que significa Gacela). Esta estaba llena de buenas obras y de limosnas (tzedeq) que hacĆa. 37 Y aconteció que en aquellos dĆas se enfermó hasta que murió. Y despuĆ©s de lavarla, laĀ pusieron en un aposento alto.Ā 38 Y estando Lida cerca de Jope, los discĆpulos, oyendo que Pedro estaba en ella, le enviaron a dos hombres, rogĆ”ndole:Ā No tardes en venir a nosotros. 39 Entonces Pedro, levantĆ”ndose, fue con ellos; y cuando llegó, lo llevaron al aposentoĀ alto. Y todas las viudas se presentaron delante de Ć©l, llorando y mostrando cuĆ”ntas ropa interior y taletos hacĆa Gacela cuando estaba con ellas. 40 Entonces Pedro, sacando afuera a todos, y puesto de rodillas, oró (tefilĆ”); y volviĆ©ndose hacia el cuerpo, dijo: Ā”TabitĆ”, levĆ”ntate! Y ella abrió sus ojos, y al ver a Pedro, se incorporó, 41 y dĆ”ndole la mano la levantó, y llamando a los santos y a las viudas, la presentó viva. 42 Y fue notorio en toda Jope, y muchos creyeron en el SeƱor. 43Ā Y aconteció que se quedó muchos dĆas en Jope, con cierto Simón curtidor.
āŗ9.2 Camino… āJn 14.6; Col 2.6.
āŗ9.5-6 TR aƱade dura cosa te es dar coces contra elĀ aguijón. Ćl, temblando yĀ temeroso, dijo: SeƱor, ĀæquĆ© quieres que yo haga? Y el SeƱor leĀ dijo…
āŗ9.7 Ć©l… Mā Saulo.
āŗ9.8 nada… TR nadie.
āŗ9.9Ā estuvo… Lit. estaba; sin ver… Lit.Ā no viendo.
āŗ9.15 de elección… Gr. eklogĆ©s: sustantivo genitivo cuya primera acepciónĀ define la acción de elegir.
āŗ9.18 TR aƱade y recibió al instante la vista.
āŗ9.19 Mā aƱadenĀ Saulo.
āŗ9.20Ā JESĆS… Mā Cristo.
āŗ 9.22 este… Mā JesĆŗs.
āŗ9.25 sus discĆpulos… Mā losĀ discĆpulos; canasta… ā2Co 11.32-33.
āŗ9.26Ā intentó… Mā tratar.
āŗ9.27 cómo… MāĀ aƱaden Saulo.
āŗ9.29 helenistas… Esto es, judĆos que hablan griegoĀ ā11.20.
āŗ9.31Ā iglesia… Mā iglesias.
āŗ9.32 fue… Lit. descendió.
āŗ9.34 Se inserta catre para suplir elipsis del original.Ā
āŗ9.36 Gacela… Gr. DorkĆ”s.
āŗ9.37 se enfermó… Lit. habiĆ©ndose enfermado.
āŗ9.39 cuando estaba… Lit. estando.Ā 9.40Ā puesto de rodillas… Lit. poniendo las rodillas; levĆ”ntate…
āŗ9.43 se quedó… Lit. quedar.

