Porción 14

Texto Ôureo: Génesis 21-24
Lecturas para adultos en la semana

Día 1 Génesis 21

Día 2 Génesis 22

Día 3 Génesis 23

Día 4 Génesis 24

DĆ­a 5 1ĀŖCorintios 15:12-58

DĆ­a 6Ā ApocalipsisĀ 2:1-11

I- Hijos de la libre y no de la esclava.

Siendo Sara de 99 aƱos, Dios cumplió la promesa y ella salió embarazada. Dios siempre espera su tiempo, pero por Abraham y ella no ser pacientes fue que nació Ismael de la esclava Agar. Ambos hijos, Ismael e Isaac, representarĆ”n para la humanidad el ā€œpuebloā€ de Dios dividido en esclavos y libresĀ [1].

CuÔntos debates serían obsoletos si las personas llegaran a entender que el formar parte de una congregación o familia cristiana no es evidencia de ser parte del pueblo de Dios o de Su promesa. Para nacer como parte del pueblo de Dios se precisa nacer espiritualmente de Dios (Jn 1:13). Y en eso radica la libertad espiritual, en que nos movemos en su promesa sin que las limitantes de este mundo no puedan encarcelar, pues Dios ha dado a su pueblo los recursos para que ni aún el chantaje los arrebate.

II- Manteniéndonos en el amor a Dios y al prójimo.

Abraham llegó a amar tanto a su hijo que corrĆ­a el peligro de no amar a Dios como al principio. A algunos cristianos les pasa asĆ­ tambiĆ©n, inclusive con los propios asuntos de Dios[2]. Pero no puede ser que queriendo hacer las cosas tan ā€œbienā€ se olvide a Dios, a su pueblo o a su iglesia.

Durante muchos siglos, los cristianos que perdieron ese primer amor mataron y persiguieron a quienes no creían igual. ¿SerÔ posible que pretendiendo amar al mensaje y al servicio divino olvidemos amar al prójimo? Solo cuando no se pierde esta perspectiva del amor a Dios y al prójimo es que realmente se puede decir: «Odiamos el pecado y amamos al prójimo»[3].

III- Esperanza en la resurrección.

La fe de Abraham era tan autĆ©ntica que, aun cuando nadie habĆ­a hablado hasta el momento del tema de la resurrección, Ć©l creĆ­a que Dios no iba a faltar a su promesa y si Ć©l debĆ­a matar a su hijo Isaac Dios tenĆ­a en plan su resurrección, pues Ɖl habĆ­a prometido a Abraham que en ese Ćŗnico hijo le levantarĆ­a a la descendencia de la promesa[4].

Nada es tan fuerte para un padre como la muerte de un hijo, y lo mismo aplicaría para cualquier otro ser querido o cercano, aunque se deba tener la seguridad de que es una separación temporal. Para que esto tenga algún valor se debe visualizar, se debe creer con toda certeza y en esperanza contra esperanza, que habrÔ una resurrección de los muertos tan real como mismo vemos el cielo y la tierra. Los resucitados serÔn transformados en incorrupción junto a los que estén vivos en ese momento para estar en la eternidad con el Señor. Eso no niega que haya tristeza por la ausencia, pero esa tristeza no puede ser mayor que el gozo del reencuentro.

IV- Una ojeada a los consuegros.

Muchas veces suele mirarse el asunto de la petición de Abraham acerca de una mujer de buena familia para su hijo desde un punto de vista elitista. Se sabe de personas que consideran que ciertas familias no son lo suficientemente buenas como para que sus hijos se casen con un integrante de ellas. Sin embargo, esto no es lo que el Libro del génesis nos estÔ diciendo. Esto que hemos descrito mÔs bien es una arrogancia tonta.

El mensaje aquĆ­ parte de un principio elemental: “Las familias sanas generalmente producen hijos sanos”. Es una ecuación simple, si los chicos crecen en un ambiente estable, cĆ”lido y donde reciben apoyo, ā€œprobablementeā€ se convertirĆ”n en adultos sanos emocionalmente. Contrario a esto, si crecen en un hogar en conflictos e inestabilidades, seguramente deberĆ”n esforzarse mucho para lidiar con los desafĆ­os de la vida.

Entonces, una regla útil para chequear al momento de buscar pareja es evaluar a la familia de donde proviene. Si creció en un contexto familiar disfuncional, es muy probable que algo de eso manifieste, y precisarÔ en la mayoría de los casos un esfuerzo de ambos para que esto no sea un estorbo.

Es verdad que se debe analizar a las personas por quienes son, pero tambiƩn se debe tener en cuenta la realidad de que el entorno en que se crece definirƔ mucho de lo que se es.

Preguntas:

1.- ¿A qué cree que se refiere Pablo cuando dice: «los de la esclava y los de la libre»?

2.- ¿CuÔles pudieran ser algunas de esas cosas que amamos, pero nos alejan de Dios? ¿Por qué?

3.- ¿Cómo explicarías a un amigo no creyente qué es resucitar?

4.-ĀæQuĆ© diferencia encuentra entre escoger pareja de una ā€œfamilia de reputaciónā€ o de una ā€œbuena familiaā€?

[1]Ā GĆ” 4.21-31.

[2]Ā Ap 2.2-4.

[3]Ā Jud 22-23.

[4]Ā Hb 11.17-19.


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