Porción 148

Texto áureo: Deuteronomio 33.5
Lecturas para adultos en la semana

Día 2 Josue 18-19

Día 3 1ªReyes 12-13

Día 1 1ªCronicas 9

Día 4 Ezequiel 38-39

Día 5 Apocalipsis 6

Día 6 Apocalipsis 14

I- Un campamento divinamente organizado.

Israel, como un campamento, en su paso a través del desierto debía organizarse en cuatro batallones de tres tribus cada uno y distribuidos alrededor del tabernáculo. Este campamento y su forma de reunión sería un símbolo profético de cómo es la convivencia de los hijos de Dios y la adoración a Él[1].

 

Recordemos que cuando Moisés enseñó de esto dijo que era un modelo de lo que había en el cielo[1]. Por tanto, poner la vista en esto como una organización de la que no se saldría nunca sería un error. Al llegar a la tierra prometida todo cambiaría, pero en la memoria teológica seguiría anunciando lo que había en el cielo.

II- Una estructura que habla.

La palabra para ‘tribu’ shévet (שֵׁבֶט), como la gran mayoría de las palabras hebreas, también tiene otro significado que es ‘vara’. Este doble significado existe porque en la antigüedad el gobernante poseía una vara o cetro como símbolo de poder y autoridad. Por lo que de esta misma manera las tribus tenían una estructura de poder sometida a la autoridad suprema.

Cada lado del tabernáculo estaba cubierto por un batallón compuesto de tres tribus y una de ellas lo lidereaba. Esta tribu poseía un estandarte que simbolizaba a cada batallón en cuanto a características, misión y función[2]. Cada una de las doce tribus estaba representada por el color de la piedra que había sido puesta en el pectoral de la vestimenta del sumo sacerdote, señalando que su función debía ser enfocada por un amor incansable hacia todo el pueblo de Dios, por eso las llevaba en el pectoral.

III- El número 12.

La mayoría asume el número 12 de las tribus de Israel como un número exacto, pero se debe entender que en la cultura semita las matemáticas no tienen un uso igual al que se tiene en occidente, su exactitud no es limitada a valores específicos e invariables. En este caso de las tribus sabemos que la de José fue divido en otras dos (Efraín y Manasés)[3], entonces si sumamos habrían 13. ¿Cómo Dios resuelve esto?, pues fraccionando a la de Leví entre las demás y así el campamento sigue siendo formado por 12.

Un estudioso del siglo XIII, Jacob Ben Aser, acerca de las bendiciones de Jacob a sus hijos descubrió que cada vez que se menciona una tribu, si tomásemos el valor numérico de la primera letra de la palabra y agregamos todas las primeras letras de aquellas palabras que siguen al nombre la suma total sería 365 (esto es los días del año solar). Si paralelo a esto hacemos lo mismo con la última letra de la última palabra de cada bendición y las sumamos, el resultado es 354 (los días del año lunar)[4]. Ese detalle inclusivo de ambos calendarios habla de una confirmación total en cuanto al cumplimiento pleno de cada una de esas bendiciones para toda la humanidad, no hay forma de evadirlo.

Preguntas:

1.- ¿Qué relación ve usted entre las 12 tribus y los 12 apóstoles?

2.- Según uno de los textos para la semana, ¿cómo considera usted que Dios preparó a Israel para asimilar a los gentiles dentro del campamento?

3.- ¿En qué sentido interpreta usted que este campamento sea un modelo de lo que Dios quiere con su pueblo?

4.- Señale qué aprende usted del fraccionamiento de todos los levitas dentro de las 12 tribus de Israel.

5.- ¿Qué relación encuentra usted entre la organización del campamento y los cuatro seres vivientes del Ap 4?

[1] Ap 4.

[1] Ex 25:40; Hch 7:44.

[2] Nm 2:2 nos habla de las banderas diferentes por el símbolo de cada tribu. En las porciones siguientes se detallará en la figura del estandarte, así como en los significados de los nombres.

[3] Por otra parte, se debe tener en cuenta cuando se estudia el texto bíblico en toda su amplitud que en varios lugares la tribu de Efraín será nombrada como la de José (2Cr 2).

[4] Jr 31:35.

 

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