Texto Ôureo: Génesis 37.
Lecturas para adultos en la semana
DĆa 1 GĆ©nesis 37
DĆa 2 Salmo 103
DĆa 3 Proverbios 2
DĆa 4 Lucas 11:27-36
DĆa 5 1ĀŖCorintios 9
DĆa 6 Efesios 1:1-14
I- Buscando la excelencia en el trato a los demƔs.
Debemos tratar a todos por igual, no importa cómo hayan sido con nosotros. Tristemente muchas personas cuando van a analizar cómo ellos son en el trató a los demÔs solo toman como referencia a los que les tratan bien, o que tienen alguna afinidad. Sin embargo, al analizar cómo tratamos a los que no son muy agradables con nosotros es cuando vamos a desarrollar nuestra autoestima y nuestra forma de relacionarnos con los demÔs.
JosĆ© no “contó” el sueƱo porque creĆa que serĆa lo que sucederĆa, sino porque se sentĆa orgullosamente superior, aunque fuera en un sueƱo. La forma (Hifil) en que se usa el verbo (× ××) sugiere cierta intención al contar el sueƱo, que pudo haber causado el aborrecimiento por sus hermanos (Gn 37:5). Entonces en su trato con ellos, JosĆ© no era un sabio tampoco, asĆ que Dios iba a elegir a esta nación para traer su plan redentor, y debĆa modelarlos a todos.
II- La autoridad delegada de Dios no consiste en dominar a la demƔs.
La razón por la que a veces actuamos de esta manera es porque cuando lo hacemos, esto sube el ego. En cierto aspecto, todos tenemos el deseo de estar en una posición de autoridad, ya sea en los negocios, la polĆtica o la comunidad. AsĆ, en un esfuerzo inconsciente por cumplir este deseo, a veces simplemente elegimos tratar a los demĆ”s de una manera como si gobernĆ”ramos sobre ellos, y actuamos como si nuestra gavilla se levantara y permaneciera de pie por su propia fuerza.
III- La autoestima se relaciona directamente con el odio y el celo.
Respecto a por quĆ© los hermanos reaccionaron diferente ante cada sueƱo, odiĆ”ndolo al contar el primero y sintiendo celos con el segundo, podemos decir que muchas veces el odio aparece cuando una persona subestima las acciones de los demĆ”s, mientras que los celos aparecen cuando alguien se considera inferior a su prójimo. Los hermanos odiaron a JosĆ© despuĆ©s del primer sueƱo porque esto implicaba que lo necesitarĆan para su sustento y, a la vez, legislarĆa materialmente sobre ellos (vv. 7-8)[1].
Sin embargo, no sintieron celos por la futura riqueza que Ć©l tendrĆa, dado que eso no los harĆa sentir inferiores. Para ellos, los logros materiales no dependĆan de la persona y, por lo tanto, no es algo por lo que valga la pena sentir celos[2]. En contraste, sĆ estuvieron celosos despuĆ©s del segundo sueƱo, porque este implicaba que JosĆ© serĆa espiritualmente superior a ellos, lo cual sĆ era digno de celar.
Preguntas:
1.- A la luz de lo enseñado por Jesús, ¿cuÔl es la forma en que menos le gusta que le traten? (Mt 5:43-48)
2.- ¿CuÔl ha sido su reacción normalmente cuando ve que alguien es mal intencionado contigo?
3.- ¿Qué diferencias encuentra usted entre las acciones de celo, odio y envidia?
[1]Ā FĆjese que no dice que habĆa mĆ”s manojos, por lo que la preocupación no era que JosĆ© tendrĆa mĆ”s.
[2] FĆjese que el sueƱo no se refiere a dominar como superior materialmente, sino a sumisión de todos ante Ć©l.
GƩnesis 37.
1 Y Jacob habitaba en la tierra de CanaĆ”n, la tierra de las peregrinaciones de su padre. 2 Estos son los libros (toledot/biblios) de Jacob: JosĆ© era de diecisiete aƱos y apacentaba las ovejas con sus hermanos. El joven estaba con los hijos de Bilha y de Zilpa, mujeres de su padre, y JosĆ© informaba a su padre la mala fama de ellos. 3 E Israel amaba a JosĆ© mĆ”s que a todos sus hijos, porque era el hijo de su vejez, y le habĆa hecho una tĆŗnica con rayas de colores. 4 Sus hermanos, al ver que su padre lo preferĆa entre todos ellos, lo aborrecĆan y no le podĆan hablar pacĆficamente.
5 Y soñó JosĆ© un sueƱo, y lo declaró a sus hermanos 6 diciĆ©ndoles: OĆd este sueƱo que he soƱado: 7 He aquĆ, estĆ”bamos atando gavillas en medio del campo, y he aquĆ, mi gavilla fue levantada y se mantenĆa erguida, mientras que vuestras gavillas, puestas alrededor, se postraron ante mi gavilla. 8 Y le dijeron sus hermanos: ĀæAl reinar reinarĆ”s sobre nosotros, o si prevaleces prevalecerĆ”s sobre nosotros? Y lo odiaron aĆŗn mĆ”s a causa de sus sueƱos y de sus palabras.
9 Y soñó otro sueƱo y lo refirió a sus hermanos, y dijo: Mirad, he soƱado otro sueƱo, y he aquĆ el sol, la luna y once estrellas se postraban ante mĆ. 10 Y su padre lo reprendió, y le dijo: ĀæQuĆ© sueƱo es este que soƱaste? ĀæAcaso yo, tu madre y tus hermanos llegaremos a postrarnos en tierra ante ti? 11 Y sus hermanos le tenĆan envidia, pero su padre meditaba en el asunto.
12 Encaminados, pues, sus hermanos a apacentar el rebaƱo de su padre en Siquem, 13 dijo Israel a JosĆ©: ĀæNo estĆ”n tus hermanos pastoreando en Siquem? Ven, te enviarĆ© a ellos. Y Ć©l dijo: Heme aquĆ. 14 Y Ć©l le dijo: Ve, mira cómo estĆ”n tus hermanos y cómo se encuentra el rebaƱo, y trĆ”eme un informe. AsĆ lo envió desde el valle de Hebrón, y llegó a Siquem.Ā 15 Y un hombre lo halló deambulando por el campo, y el hombre le preguntó, diciendo: ĀæQuĆ© buscas? 16 Y dijo: Busco aĀ mis hermanos. MuĆ©strame dónde pastorean. 17 Respondió el hombre: Partieron de aquĆ, pues los oĆ decir: Vamos a DotĆ”n. Y encaminado JosĆ© tras sus hermanos, los halló en DotĆ”n.Ā 18 Cuando lo vieron de lejos, antes que se acercara a ellos, se confabularon para darle muerte. 19 Y se decĆan entre sĆ: Ā”Mirad viene este soƱador! 20 Ahora pues, vamos, matĆ©moslo y arrojĆ©moslo en una de las cisternas, y digamosĀ que una mala bestia lo devoró. Veremos entonces quĆ© serĆ”n sus sueƱos.
21 Pero cuando Rubén lo oyó, intentando librarlo de mano de ellos, dijo: ”No le quitemos la vida! 22 Y añadió Rubén: No derraméis sangre. Arrojadlo en esta cisterna que estÔ en el desierto, pero no extendÔis la mano contra él. Esto dijo a fin de librarlo de sus manos para hacerlo volver a su padre.
23 Y cuando JosĆ© llegó a sus hermanos, sucedió que despojaron a JosĆ© de su tĆŗnica, la tĆŗnica de rayas de colores queĀ llevaba puesta, 24 y lo tomaron, y lo arrojaron en la cisterna. Pero la cisterna estaba vacĆa, no tenĆa agua. 25 Luego se sentaron a comer pan, y alzando sus ojos vieron una caravana de ismaelitas que venĆa de Galaad, llevando en sus camellos especias, bĆ”lsamo y mirra para hacerlos bajar a Egipto. 26 Y JudĆ” dijo a sus hermanos: ĀæQuĆ© provecho hay en que matemos a nuestro hermano y ocultemos su sangre? 27 VendĆ”moslo a los ismaelitas y no sea nuestra mano contra Ć©l, pues es hermano nuestro y carne nuestra. Y sus hermanos obedecieron.Ā 28 Y cuando pasaron los mercaderes madianitas, sacaron a JosĆ© de la cisterna, lo subieron y lo vendieron a los ismaelitas por veinte piezas de plata. Y llevaron a José a Egipto.
29 Volvió RubĆ©n a la cisterna, y al no ver a JosĆ© en la cisterna, rasgó sus vestidos, 30 se volvió a sus hermanos, y dijo: Ā”El muchacho no estĆ”! ĀæY ahora que voy a hacer? 31 Y tomaron la tĆŗnica de JosĆ©, y degollando un chivo de las cabras, empaparon la tĆŗnica con la sangre.Ā 32 Luego enviaron la tĆŗnica de rayas de colores y la hicieron llegar a su padre, y dijeron: Hemos hallado esto: Reconoce si es la tĆŗnica de tu hijo o no. 33 Ćl la reconoció, y exclamó: Ā”Es la tĆŗnica de mi hijo! Alguna mala bestia lo habrĆ” devorado. Ā”Sin duda JosĆ© fue despedazado! 34 Y Jacob rasgó sus ropas, puso saco en sus lomos y endechaba por su hijo durante muchos dĆas.
35 Y fueron reunidos todos sus hijos e hijas a consolarlo, pero Ć©l rehusaba ser consolado, pues decĆa: Ā”Con llanto bajarĆ© hasta el Seol junto a mi hijo! Y su padre lloraba por Ć©l. 36 Mientras tanto, los madianitas lo habĆan vendido en Egipto a Potifar, capitĆ”n de la guardia de Faraón.
āŗ37.3 una tĆŗnica… Vestidura preciosa.
āŗ37.5 a sus hermanos… TM aƱade y aumentaron aĆŗn su odio contra Ć©l. Se sigue LXX.
āŗ37.6 OĆd… TM: OĆd ahora. Se sigue LXX.
āŗ37.7 Se sigue LXX.
āŗ37.9 soñó… TM aƱade aĆŗn. Se sigue LXX.
āŗ37.10 Y su padre… TM aƱade y lo contó a su padre y a sus hermanos. Se sigue LXX.
āŗ37.11 envidia… āHch 7.9; meditaba… Lit.Ā guardaba.
āŗ37.14 Ve… TM Ve ahora. Se sigue LXX.
āŗ37.16 MuĆ©strame… TM aƱade te ruego. Se sigue LXX.
āŗ37.19 este soƱador… Expresión burlona.
āŗ37.25 Galaad… Región al Oriente del JordĆ”n.
āŗ37.28 yĀ llevaron a JosĆ© a Egipto… āHch 7.9.
āŗ37.29 rasgó sus vestidos… SeƱal de granĀ dolor.
āŗ37.32 reconoce… TM reconoce ahora. Se sigue LXX.
āŗ37.36Ā capitĆ”n… En este caso, un hombre de confianza casado.
GƩnesis 37.
1 Y Jacob habitaba en la tierra de CanaĆ”n, la tierra de las peregrinaciones de su padre. 2 Estos son los libros (toledot/biblios) de Jacob: JosĆ© era de diecisiete aƱos y apacentaba las ovejas con sus hermanos. El joven estaba con los hijos de Bilha y de Zilpa, mujeres de su padre, y JosĆ© informaba a su padre la mala fama de ellos. 3 E Israel amaba a JosĆ© mĆ”s que a todos sus hijos, porque era el hijo de su vejez, y le habĆa hecho una tĆŗnica con rayas de colores. 4 Sus hermanos, al ver que su padre lo preferĆa entre todos ellos, lo aborrecĆan y no le podĆan hablar pacĆficamente.
5 Y soñó JosĆ© un sueƱo, y lo declaró a sus hermanos 6 diciĆ©ndoles: OĆd este sueƱo que he soƱado: 7 He aquĆ, estĆ”bamos atando gavillas en medio del campo, y he aquĆ, mi gavilla fue levantada y se mantenĆa erguida, mientras que vuestras gavillas, puestas alrededor, se postraron ante mi gavilla. 8 Y le dijeron sus hermanos: ĀæAl reinar reinarĆ”s sobre nosotros, o si prevaleces prevalecerĆ”s sobre nosotros? Y lo odiaron aĆŗn mĆ”s a causa de sus sueƱos y de sus palabras.
9 Y soñó otro sueƱo y lo refirió a sus hermanos, y dijo: Mirad, he soƱado otro sueƱo, y he aquĆ el sol, la luna y once estrellas se postraban ante mĆ. 10 Y su padre lo reprendió, y le dijo: ĀæQuĆ© sueƱo es este que soƱaste? ĀæAcaso yo, tu madre y tus hermanos llegaremos a postrarnos en tierra ante ti? 11 Y sus hermanos le tenĆan envidia, pero su padre meditaba en el asunto.
12 Encaminados, pues, sus hermanos a apacentar el rebaƱo de su padre en Siquem, 13 dijo Israel a JosĆ©: ĀæNo estĆ”n tus hermanos pastoreando en Siquem? Ven, te enviarĆ© a ellos. Y Ć©l dijo: Heme aquĆ. 14 Y Ć©l le dijo: Ve, mira cómo estĆ”n tus hermanos y cómo se encuentra el rebaƱo, y trĆ”eme un informe. AsĆ lo envió desde el valle de Hebrón, y llegó a Siquem.Ā 15 Y un hombre lo halló deambulando por el campo, y el hombre le preguntó, diciendo: ĀæQuĆ© buscas? 16 Y dijo: Busco aĀ mis hermanos. MuĆ©strame dónde pastorean. 17 Respondió el hombre: Partieron de aquĆ, pues los oĆ decir: Vamos a DotĆ”n. Y encaminado JosĆ© tras sus hermanos, los halló en DotĆ”n.Ā 18 Cuando lo vieron de lejos, antes que se acercara a ellos, se confabularon para darle muerte. 19 Y se decĆan entre sĆ: Ā”Mirad viene este soƱador! 20 Ahora pues, vamos, matĆ©moslo y arrojĆ©moslo en una de las cisternas, y digamosĀ que una mala bestia lo devoró. Veremos entonces quĆ© serĆ”n sus sueƱos.
21 Pero cuando Rubén lo oyó, intentando librarlo de mano de ellos, dijo: ”No le quitemos la vida! 22 Y añadió Rubén: No derraméis sangre. Arrojadlo en esta cisterna que estÔ en el desierto, pero no extendÔis la mano contra él. Esto dijo a fin de librarlo de sus manos para hacerlo volver a su padre.
23 Y cuando JosĆ© llegó a sus hermanos, sucedió que despojaron a JosĆ© de su tĆŗnica, la tĆŗnica de rayas de colores queĀ llevaba puesta, 24 y lo tomaron, y lo arrojaron en la cisterna. Pero la cisterna estaba vacĆa, no tenĆa agua. 25 Luego se sentaron a comer pan, y alzando sus ojos vieron una caravana de ismaelitas que venĆa de Galaad, llevando en sus camellos especias, bĆ”lsamo y mirra para hacerlos bajar a Egipto. 26 Y JudĆ” dijo a sus hermanos: ĀæQuĆ© provecho hay en que matemos a nuestro hermano y ocultemos su sangre? 27 VendĆ”moslo a los ismaelitas y no sea nuestra mano contra Ć©l, pues es hermano nuestro y carne nuestra. Y sus hermanos obedecieron.Ā 28 Y cuando pasaron los mercaderes madianitas, sacaron a JosĆ© de la cisterna, lo subieron y lo vendieron a los ismaelitas por veinte piezas de plata. Y llevaron a José a Egipto.
29 Volvió RubĆ©n a la cisterna, y al no ver a JosĆ© en la cisterna, rasgó sus vestidos, 30 se volvió a sus hermanos, y dijo: Ā”El muchacho no estĆ”! ĀæY ahora que voy a hacer? 31 Y tomaron la tĆŗnica de JosĆ©, y degollando un chivo de las cabras, empaparon la tĆŗnica con la sangre.Ā 32 Luego enviaron la tĆŗnica de rayas de colores y la hicieron llegar a su padre, y dijeron: Hemos hallado esto: Reconoce si es la tĆŗnica de tu hijo o no. 33 Ćl la reconoció, y exclamó: Ā”Es la tĆŗnica de mi hijo! Alguna mala bestia lo habrĆ” devorado. Ā”Sin duda JosĆ© fue despedazado! 34 Y Jacob rasgó sus ropas, puso saco en sus lomos y endechaba por su hijo durante muchos dĆas.
35 Y fueron reunidos todos sus hijos e hijas a consolarlo, pero Ć©l rehusaba ser consolado, pues decĆa: Ā”Con llanto bajarĆ© hasta el Seol junto a mi hijo! Y su padre lloraba por Ć©l. 36 Mientras tanto, los madianitas lo habĆan vendido en Egipto a Potifar, capitĆ”n de la guardia de Faraón.
āŗ37.3 una tĆŗnica… Vestidura preciosa.
āŗ37.5 a sus hermanos… TM aƱade y aumentaron aĆŗn su odio contra Ć©l. Se sigue LXX.
āŗ37.6 OĆd… TM: OĆd ahora. Se sigue LXX.
āŗ37.7 Se sigue LXX.
āŗ37.9 soñó… TM aƱade aĆŗn. Se sigue LXX.
āŗ37.10 Y su padre… TM aƱade y lo contó a su padre y a sus hermanos. Se sigue LXX.
āŗ37.11 envidia… āHch 7.9; meditaba… Lit.Ā guardaba.
āŗ37.14 Ve… TM Ve ahora. Se sigue LXX.
āŗ37.16 MuĆ©strame… TM aƱade te ruego. Se sigue LXX.
āŗ37.19 este soƱador… Expresión burlona.
āŗ37.25 Galaad… Región al Oriente del JordĆ”n.
āŗ37.28 yĀ llevaron a JosĆ© a Egipto… āHch 7.9.
āŗ37.29 rasgó sus vestidos… SeƱal de granĀ dolor.
āŗ37.32 reconoce… TM reconoce ahora. Se sigue LXX.
āŗ37.36Ā capitĆ”n… En este caso, un hombre de confianza casado.
Salmo 103.
1 De David.
Bendice alma (nefesh) mĆa a YHVH, y bendiga todos mis aspectos internos a su santo Nombre.
2 Bendice alma (nefesh) mĆa a YHVH, y no olvides ninguno de sus beneficios.
3 Ćl es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias; 4 el que rescata del hoyo tu vida, el que te corona de favores y misericordias, 5 el que sacia con bien tus anhelos, para que rejuvenezcas como el Ć”guila.
6 YHVH es el que hace justicia (tzedaqa), y derecho (mishpatim) a todos los oprimidos. 7 Dio a conocer sus caminos a Moisés, y a los hijos de Israel sus proezas.
8 Misericordioso y clemente es YHVH, lento para la ira y grande en misericordia. 9 No contenderÔ para siempre, ni para siempre estarÔ enojado. 10 No ha hecho con nosotros conforme a nuestros pecados, ni nos ha retribuido conforme a nuestras iniquidades. 11 Porque como la altura de los cielos sobre la tierra, engrandeció su misericordia para los que lo temen.
12 Como el oriente estĆ” lejos del occidente, asĆ hizo alejar de nosotros nuestras transgresiones. 13 Como el padre se enternece con sus hijos, asĆ se enternece YHVH de los que lo temen. 14 Porque Ćl conoce nuestra condición, se acuerda de que somos polvo.
15 El hombre, como la hierba son sus dĆas, florece como la flor del campo,Ā 16 que el viento la roza, y ya no existe, yĀ su lugar no la conocerĆ” jamĆ”s.
17 Pero la misericordia de YHVH es desde la eternidad hasta la eternidad sobre los que lo temen, yĀ su justicia (tzedaqa) sobre los hijos de los hijos,Ā 18 sobre los que observan su pacto y se acuerdan de sus preceptos (piquday) para cumplirlos.
19 YHVH afirmó en los Cielos su trono, y su reino domina sobre todo.
20 Bendecid a YHVH, vosotros sus Ɣngeles, poderosos en fortaleza, que ejecutƔis su Palabra, obedeciendo la voz de su palabra.
21 Bendecid a YHVH, vosotros todos sus ejƩrcitos (sebaot), servidores suyos, que hacƩis su voluntad.
22 Bendecid a YHVH, vosotras todas sus obras, en todos los lugares de su seƱorĆo, Ā”Bendice, oh alma (nefesh) mĆa, a YHVH!
Proverbios 2.
1 Hijo mĆo, si aceptas mis palabras, y guardas mis mandamientos (mitzvot) dentro de ti,Ā 2 haciendo atento tu oĆdo a la sabidurĆa (hokma), e inclinando tu corazón al discernimiento (tevunĆ”), 3 si invocas a la inteligencia (binĆ”), y al discernimiento (tevunĆ”) alzas tu voz,Ā 4 si la procuras como a la plata, y la rebuscas como a tesoros escondidos,Ā 5 entonces entenderĆ”s el temor (yirat) de YHVH, y hallarĆ”s el conocimiento (daat) de Elohim.
6 Porque YHVH da la sabidurĆa (hokma), de su boca procede el conocimiento (daat) y el discernimiento (tevunĆ”).
7 Ćl atesora el acierto (tushiyĆ”) para los hombres rectos, es escudo al que anda (halajĆ”) en integridad.
8 Es el que guarda las sendas de la justicia (mishpatim), y preserva el camino de sus santos.
9 Entonces entenderĆ”s la justicia (tzedeq) y el derecho (mishpatim), la equidad, y todo buen sendero,Ā 10 cuando la sabidurĆa (hokma) haya entrado en tu corazón, yĀ el conocimiento (daat) sea dulce a tu alma (nefesh), 11 te guardarĆ” la discreción, y te preservarĆ” el discernimiento (tevunĆ”),Ā 12 para librarte del camino malo; del hombre que habla cosas perversas,Ā 13 de los que abandonan las veredas rectos, para andar (halajĆ”) por caminos tenebrosos; 14 de los que gozan haciendo el mal, y se alegran en las perversidades del vicio,Ā 15 cuyas veredas son tortuosas, y sus senderos extraviados.
16 Te librarĆ” de la mujer ajena, de la extraƱa que endulza sus palabras,Ā 17 que abandona al compaƱero de su juventud, y olvida el pacto de su DIOS.Ā 18 Su casa se inclina hacia la muerte, sus sendas hacia el paĆs de las sombras.
19 Cuantos entran en él, no regresan, ni retoman las veredas de la vida. 20 Para que sigas el buen camino, y guardes las veredas del justo (tzadiq). 21 Porque los rectos habitarÔn en la tierra, y los de limpio corazón permanecerÔn en ella. 22 Pero el malvado serÔ cortado de la tierra, y de ella serÔn desarraigados los transgresores.
āŗ2.16 te librarĆ”… Esto es, la sabidurĆa.
Lucas 11:27-36.
27 Hablando estas cosas, sucedió que cierta mujer de la multitud, alzando la voz, le dijo: Ā”Bienaventurado el vientre que te llevó y los pechos que mamaste! 28 Pero Ćl respondió: Antes bien, bienaventurados los que oyen y obedecen la Palabra de DIOS.
29 ApiƱƔndose las multitudes, comenzó a decir: Esta es una generación perversa, que busca una seƱal, pero no le serĆ” dada sino la seƱal de JonĆ”s. 30 Porque como JonĆ”s llegó a ser seƱal para los ninivitas, asĆ tambiĆ©n lo serĆ” el Hijo del Hombre para esta generación. 31 La reina del Sur serĆ” levantada en el juicio contra los hombres de esta generación y los condenarĆ”, porque vino de los confines de la tierra a oĆr la sabidurĆa (hokmĆ”)Ā de Salomón, y mirad, uno mayor que Salomón estĆ” aquĆ. 32 Unos hombres ninivitas se alzarĆ”n en el juicio contra esta generación y la condenarĆ”n, porque se arrepintieron por la predicación de JonĆ”s, y he aquĆ uno mayor que JonĆ”s en este lugar.
33 Porque nadie que enciende una lÔmpara la pone en un lugar oculto, sino sobre el candelero, para que los que entran vean la luz. 34 La lÔmpara del cuerpo es tu ojo. Cuando tu ojo sea sano, también todo tu cuerpo estÔ iluminado, pero cuando sea perverso, también tu cuerpo estÔ en tiniebla. 35 Mira, pues, que la iluminación que hay en ti no sea tiniebla. 36 Por tanto, si todo tu cuerpo estÔ lleno de luz, y no tiene ninguna parte oscura, todo estarÔ iluminado, como cuando una lÔmpara te ilumina con su resplandor.
āŗ11.28 oyen… obedecen… Participios en presente continuativo.
āŗ11.29Ā seƱal… āMt 16.4; Mr 8.12.
āŗ11.30 ninivitas… āJon 3.4.
āŗ11.31 Salomón… ā1RĀ 10.1-10; 2Cr 9.1-12.
āŗ11.32 arrepintieron… āJon 3.5.
āŗ11.33 lĆ”mpara… āMtĀ 5.15; Mr 4.21; Lc 8.16.
1 Corintios 9.
1 ĀæNo soy libre? ĀæNo soy un apóstol? ĀæNo he visto a JESĆS SeƱor nuestro? ĀæNo sois vosotros mi obra en el SeƱor? 2āSi para otros no soy apóstol, sin embargo para vosotros ciertamente lo soy, porque el sello de mi apostolado sois vosotros en el SeƱor.
3āEsta es mi respuesta a los que me acusan: 4āĀæAcaso no tenemos derecho de comer y beber? 5āĀæAcaso no tenemos derecho de llevar con nosotros una hermana como esposa, como tambiĆ©n los otros apóstoles, y los hermanos del SeƱor, y Cefas? 6āĀæO solo yo y BernabĆ© no tenemos derecho a no trabajar? 7āĀæQuiĆ©n militó jamĆ”s a sus propias expensas? ĀæQuiĆ©n planta una viƱa y no come de su fruto? ĀæO quiĆ©n apacienta un rebaƱo y no se alimenta de la leche del rebaƱo? 8āĀæAcaso digo esto segĆŗn el hombre? ĀæO no dice tambiĆ©n estas cosas la ley (torĆ”)? 9āPorque en la ley de MoisĆ©s (torĆ”) estĆ” escrito: No pondrĆ”s bozal al buey que trilla. ĀæLe preocupan a DIOS los bueyes, 10āo lo dice precisamente por nosotros? Pues fue escrito por causa de nosotros; porque con esperanza debe arar el que ara, y con esperanza de tener su parte el que trilla.
11āSi nosotros sembramos entre vosotros lo espiritual, ĀæserĆ” mucho si cosechamos de vosotros lo material? 12āSi otros participan de este derecho sobre vosotros, ĀæcuĆ”nto mĆ”s nosotros? Pero no hacemos uso de este derecho, sino que lo soportamos todo, para no poner ningĆŗn obstĆ”culo al evangelio de CRISTO.
13āĀæNo sabĆ©is que los que trabajan en las cosas sagradas, comen del templo, y los que sirven al altar, participan del altar? 14āAsĆ tambiĆ©n ordenó el SeƱor a los que proclaman el evangelio, que vivan del evangelio. 15āPero yo no me he aprovechado de ninguna de estas cosas, ni lo escribo para que se haga asĆ conmigo, porque bueno es para mĆ mejor morir, que nadie desvanezca mi gloria. 16āPorque si anuncio el evangelio, no me es motivo de gloria, pues me es impuesta necesidad, y, Ā”ay de mĆ si no anunciara el evangelio! 17āPorque si hago esto por propia voluntad, tengo recompensa; y si por obligación, un encargo me ha sido confiado. 18āĀæCuĆ”l, pues, es mi recompensa? Que evangelizando, presente gratuitamente el evangelio, para no usar mi derecho en el evangelio.
19āEntonces, he sido libre de todas las cosas, me hice esclavo de todos, para ganar al mayor nĆŗmero. 20āY me convertĆ a los judeanos como un judeano, para que ganase a los judeanos. A los que estĆ”n bajo ley, como bajo ley (no estando Ć©l mismo bajo ley), para ganar a los que estĆ”n bajo ley. 21āA los sin leyes, como sin ley (no estando sin ley de DIOS, sino legal para CRISTO), para ganar a los sin ley.Ā 22āMe hice dĆ©bil a los dĆ©biles, para ganar a los dĆ©biles; a todos me hice de todo, para, de alguna manera, salvase a algunos. 23āY todo hago por causa del evangelio, para ser copartĆcipe de Ć©l.
24āĀæNo sabĆ©is que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo recibe el premio? Ā”Corred de tal forma que lo obtengĆ”is! 25āTodo aquel que lucha, tiene dominio propio en todas las cosas; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, incorruptible. 26āAsĆ que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera lucho, no como golpeando el aire; 27āsino que trato con severidad mi cuerpo, y lo reduzco a esclavitud; no sea que, habiendo predicado a otros, yo mismo quede desaprobado.
āŗ9.1 Se sigue secuencia del NTG; un apóstol… āRo 1.1.
āŗ9.3 me acusan… EsĀ decir, me exigen cuentas.
āŗ9.5 derecho de llevar… Otra traducción posible: llevarĀ consigo en todo el viaje.
āŗ9.8 segĆŗn el hombre… Esto es, conforme al modoĀ meramente humano.
āŗ9.9 āDt 25.4.
āŗ9.11 cosechamos… Lit. cosecharemos āRoĀ 15.27.
āŗ9.12 sobre vosotros… Lit. de vosotros.
āŗ9.13 comen… āDt 18.1.
āŗ9.14Ā vivan… āMt 10.10; Lc 10.7.
āŗ9.16 el Evangelio… O la Buena Noticia.
āŗ9.17 encargo… Esto es, el tiempo de la gracia āEf 3.2.
āŗ9.18 gratuitamente elĀ evangelio… Mā aƱaden de Cristo.
āŗ9.19 me hice esclavo… Gr. doulóo = esclavizar, hacer esclavo, someter a esclavitud.
āŗ9.23 todo… TR: todo esto.
āŗ9.25Ā dominio propio… Es decir, es dueƱo de sĆ mismo, se controla a sĆ mismo.
āŗ9.27Ā reduzco a esclavitud… Gr.Ā doulagogĆ©o = someter a esclavitud, tratar como esclavo.
Efesios 1:1-14.Ā Ā Ā
1 Pablo, un apóstol de CRISTO JESĆS por voluntad de DIOS, a los que son santos y fieles en CRISTO JESĆS: 2āGracia y paz a vosotros de parte de DIOS nuestro Padre y del SeƱor JESUCRISTO.
3āBendito el DIOS y Padre de nuestro SeƱor JESUCRISTO, quien nos bendijo en los lugares celestiales con toda bendición espiritual en CRISTO, 4āsegĆŗn nos escogió en Ćl antes de la fundación del mundo, para ser santos y sin mancha delante de Ćl en amor, 5 cuando nos predestinó para adopción para sĆ mismo por medio de JESUCRISTO, segĆŗn la complacencia de su voluntad, 6āpara alabanza de la gloria de su gracia, que nos concedió gratuitamente en el Amado.
7āEn Ćl tenemos la redención (geulĆ”) por su sangre, la liberación de los delitos, conforme a la riqueza de su gracia, 8āque hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabidurĆa (hokmĆ”) e inteligencia (binĆ”), 9ādĆ”ndonos a conocer el misterio de su voluntad, segĆŗn su complacencia, que se propuso en sĆ mismo, 10āhasta la plenitud de una administración de los tiempos seƱalados (moadim), para volver a unir todas las cosas en CRISTO, las que estĆ”n en los cielos y las que estĆ”n en la tierra, en Ćl.
11āEn Ćl tambiĆ©n fuimos escogidos como su heredad, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que estĆ” energizando todas las cosas segĆŗn el designio de su voluntad, 12 a fin de ser para alabanza de su gloria, nosotros, los que primero hemos esperado en CRISTO.
13āEn Ćl tambiĆ©n vosotros, habiendo oĆdo la Palabra de la Verdad, el Evangelio de vuestra salvación (yeshĆŗa), y habiendo creĆdo en Ćl, fuisteis sellados con el EspĆritu Santo de la promesa, 14āel cual es garantĆa de nuestra herencia hasta la redención (geulĆ”) de la posesión, para alabanza de su gloria.
*QuizĆ”s se trate de la carta a los laodicenses āCol 4.16.
āŗ1.1 un apóstol… āRo 1.1; fieles… Mā aƱaden en Ćfeso.Ā
āŗ1.3 los celestiales… Esto es, los lugaresĀ celestiales.
āŗ1.7 la redención… Mā omiten artĆculo definido la āCol 1.14; liberación…; delitos… Gr. parĆ”ptoma.
āŗ1.10 dispensación… ā§268; tiempos seƱalados…; volver a unir… Tanto este pasaje como Col 1.20 hacen presuponer que el cosmos (como un todo y no solo la humanidad) se habĆa hundido en el caos a causa del pecado y que el propósito de Dios era restaurarlo a su armonĆa original en CristoĀ āGn 1.1-2.
āŗ1.11 energizando… Gr. energĆ©o = energizar.
āŗ1.14 la posesión… Esto es, adquirida por Dios ā1PĀ 2.9.Ā Ā

