Porción 25

Texto áureoGénesis 41
Lecturas para adultos en la semana

Día 1 Génesis 41

Día 2 Salmo 40

Día 3 Salmo 46

Día 4 Jeremías 11-12

Día 5 Efesios 3

Día 6 Santiago 5

I- La bendición de Dios no añade tristeza.

José estuvo en prisión 11 años antes de los sueños del panadero y el copero, dos años después llegó su nuevo inicio (vv. 1; 46). Cuando se desea la bendición de Dios se debe estar dispuesto a esperar. Es posible que el presente parezca desesperanzador, pero eso lo que significa es que en algún momento Dios actuará inimaginablemente para hacer su voluntad. O sea, mientras más difícil sea para que se cumpla la bendición de Dios, más grande será el accionar de Dios para llevarla a cabo. En la cruz parecía que no había bendición para Jesús, sin embargo, la resurrección muestra lo majestuoso de la intervención divina.

II- La voluntad de Dios se espera.

La primera vez que José interpretó un sueño le pidió al copero que se acordara de él para que le ayudara a salir. O sea, que él estaba tratando de gestionar con su talento su futuro. En los dos siguientes años él pudo aprender que la voluntad de Dios no hay que lucharla, sino esperarla. A diferencia de su primera vez, en que pidió que se acordaran de él, al interpretar el sueño de Faraón no luchó por nada más y solo interpreto, fue ese el momento que Dios utilizó para traerle la bendición y su libertad.

Él fue obediente a la visión celestial e hizo un plan de administración que tenía que ver con el mensaje que Dios le había dado. Esto nos enseña que él no solo interpretó, sino que también obedeció el mensaje divino.

Preguntas:

1.- ¿Por qué crees que Dios hace esperar al hombre por su bendición?

2.- ¿Qué diferencia cree que existe entre esperar en Dios y no hacer nada por uno mismo?

3.- ¿En qué manera Pablo fue obediente a la visión celestial?

4.- ¿Qué otros personajes bíblicos tuvieron que esperar?


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