Texto áureo: Génesis 42-43
Lecturas para adultos en la semana
Día 1 Génesis 42
Día 2 Génesis 43
Día 3 Salmo 146
Día 4 2ªCorintios 3
Día 5 2ªCorintios 8
Día 6 1ªPedro 3:8-22
I- Cuidado con el derroche.
Dios enseñó a José algo muy importante: En los momentos de abundancia no se puede derrochar, hay que guardar para cuando llegue la escasez (vv. 55-57). El ser humano, y más hoy, está atrapado siempre en el consumismo. Esto es una especie de droga que cuanto más se consume, más se quiere seguir consumiendo. Y eso atenta completamente contra sus momentos de crisis.
Hay quienes piensan: «Bueno, cuando llegue la crisis pues la enfrento y dejo de gastar», pero hay dos problemas con esto: (1) Cuando llegue la crisis lo más probable es que no haya oportunidad ni recursos para guardar, (2) La crisis llega cuando menos se espera. La actitud sabia es guardar de lo que ya tenemos hoy, porque el momento de crisis no se sabe cuándo pueda llegar.
II- Cuidado con desvalorizar lo que parece poco.
La palabra hebrea que aparece en Gn 41:48 para tierra es eretz, que aquí señala de forma especial a la ‘tierra’, pero no como país, sino como la materia orgánica y mineral que compone el suelo. Por eso también agrega «del campo de los alrededores». O sea, que José decidió recoger las pequeñas cantidades que muchas veces las personas por la abundancia en que viven desechan. José aprendió a valorar también lo pequeño.
A veces tenemos una pequeña cantidad de algo, y por ser pequeña la desvalorizamos. Por ejemplo, tenemos un salario de $1000 y vemos que algo cuesta solo $5, entonces pensamos: «No importa gastar esto porque es poco», sin entender que muchos pocos nos pueden llevar a una mayor cantidad.
Lo mismo que en la vida social. Cada pequeña acción que podemos ir haciendo o recibiendo de los demás pueden llenar un monte. Muchos pueden desvalorizar lo que hacemos porque tal vez sea poco, el secreto está en no dejar de hacer y al final eso contará como mucho.
III- Siembra tu crédito.
Tristemente vemos en Gn 42:4 a Jacob que nunca más pudo confiar en sus hijos. Muchas veces no actuamos responsablemente antes los demás en algunas situaciones y pretendemos que sigan confiando en nosotros. Debemos entender que la confianza no viene por imposición ni exigencias, sino por acciones que meritan nuestra responsabilidad. Tampoco pueden confiar en nosotros de la noche a la mañana, necesitan ir viendo un cambio que les vaya dando la confianza.
José, al estar frente a sus hermanos, no dio rienda suelta a sus emociones, pues el arrepentimiento en ellos era mucho más valioso que un tiempo de alegría. Él no podía confiar plenamente en aquellos que no habían demostrado ser de buenas intenciones y acciones. De hecho, no podemos ver las intenciones de alguien hasta que no veamos sus acciones. Muchos reclaman que sus intenciones son buenas, sin darse cuenta de que en realidad estas solo se pueden apreciar a través de sus acciones.
IV- Evalúa y después ten amigos.
Dios mira las intenciones, pero los hombres solo podemos sacar conclusiones a partir de las acciones. A menos que Dios nos permita discernir. Por tanto, debemos elegir amigos a partir de esas acciones que vemos en nuestro favor y que nos acercan al buen vivir. Una persona que nos aleja de Dios y del buen vivir debe ser descalificada por esas acciones como amigo.
Por otra parte, una persona que demanda nuestra confianza sin darnos la oportunidad de conocerle debe saber que, por mantener esa actitud chantajista, ya queda descalificada como alguien en quien se puede confiar.
V- Vengarse es perder la oportunidad de esperar algo mejor.
José no aprovechó para vengarse, sino que estuvo pendiente del arrepentimiento de sus hermanos para buscar un bien mayor. La venganza no corresponde a los hombres, porque podemos equivocarnos en cualquier momento al valorar con exactitud a otra persona.
Por otra parte, si entendemos que nosotros también cometemos errores que meritan una venganza, podemos entender que nadie puede juzgar definitivamente a otro en este sentido. La venganza sólo pertenece a Dios, el cual dará a cada cual lo que merece según sus obras[1].
Preguntas:
1.- ¿Por qué cree usted que en la abundancia las personas se vuelven derrochadoras?
2.- ¿Qué le diría a una persona que no confía en usted?
3.- Si alguien se acerca a usted en busca de amistad, ¿cuál sería la mejor actitud suya?
4.- ¿Cómo pudiera usted acercarse a una persona para mostrar su amistad?
Génesis 42.
1 Jacob, viendo que se vendía grano en Egipto, dijo a sus hijos: ¿Por qué os miráis unos a otros? 2 Mirad, he oído que hay grano en Egipto. Bajad allá y compradnos grano para que vivamos y no muramos. 3 Bajaron, pues, a comprar el grano de Egipto, diez de los hermanos de José, 4 porque a Benjamín, hermano de José, no lo envió con sus hermanos, pues dijo: No sea que le ocurra alguna desgracia. 5 Así que los hijos de Israel fueron a comprar grano entre los que iban, pues la hambruna estaba en la tierra de Canaán. 6 Y José era el gobernante del país que vendía a todo pueblo de la tierra.
Llegaron entonces los hermanos de José, y se postraron ante él rostro en tierra. 7 José vio a sus hermanos y los reconoció, pero fingió ser un extraño para ellos. Y hablándoles duramente, les dijo: ¿De dónde habéis venido? Ellos respondieron: De la tierra de Canaán, a comprar alimento. 8 Y José reconoció a sus hermanos, pero ellos no lo reconocieron. 9 Y siendo recordado José de los sueños que había soñado acerca de ellos, les dijo: ¡Espías sois! ¡Para ver lo desprotegido del país habéis venido! 10 Pero ellos dijeron: No, señor mío, sino que tus siervos hemos venido a comprar alimento. 11 Todos somos hijos de un mismo varón. Somos honrados, tus siervos no son espías. 12 Pero él les dijo: ¡No! Habéis venido a ver lo desprotegido del país. 13 Ellos respondieron: Tus siervos somos doce hermanos en tierra de Canaán, y he aquí el menor está hoy con nuestro padre, y el otro ha desaparecido. 14 Pero José les dijo: Es lo que os dije: ¡Sois espías! 15 En esto seréis probados: Vive Faraón, que no saldréis de esto sino cuando venga aquí vuestro hermano menor. 16 Enviad a uno de vosotros para que traiga a vuestro hermano. Mientras, quedad detenidos y sean comprobadas vuestras palabras, si hay verdad en vosotros, y si no, ¡por la vida de Faraón, que sois espías! 17 Y los puso juntos bajo custodia por tres días, 18 y al tercer día les dijo: Haced esto y viviréis, porque yo temo a Elohim. 19 Si sois honrados, uno de vuestros hermanos quedará en prisión, mientras vosotros lleváis el grano comprado. 20 Pero me traeréis a vuestro hermano menor, y vuestras palabras serán verificadas, y no moriréis. E hicieron así.
21 Y cada cual decía a su hermano: De cierto somos culpables por nuestro hermano, pues vimos la angustia de su alma cuando nos rogaba, y no lo escuchamos, por eso nos ha sobrevenido esta angustia. 22 Y Rubén les respondió diciendo: ¿Acaso no os hablé diciendo: No pequéis contra el muchacho? Pero no escuchasteis, y ahora, ciertamente, su sangre nos es demandada. 23 (Y ellos no sabían que José entendía, porque había intérprete entre ellos).
24 Siendo apartado, él lloró. Después volvió a ellos y les habló, y tomando de entre ellos a Simeón, lo ató ante sus ojos. 25 Y ordenó José que llenaran sus sacos de grano y devolvieran la plata de cada uno de ellos a su saco, y les dieran provisiones para el camino. Y así se hizo con ellos.
26 Y ellos cargaron su grano sobre sus asnos y se fueron de allí. 27 Pero en el mesón, al abrir uno su saco para dar forraje a su asno, vio que su plata estaba en la boca de su costal. 28 Y dijo a sus hermanos: ¡Mi plata ha sido devuelta, y mirad, está en mi costal! Entonces su corazón se sobresaltó y, temblorosos, cada uno decía a su hermano: ¿Qué está haciendo Elohim con nosotros?
29 Llegados a su padre Jacob en tierra de Canaán, le refirieron todas las cosas que les habían sucedido, diciendo: 30 Aquel hombre, el señor de la tierra, nos habló cosas duras, y nos puso en prisión como a espías de aquel país. 31 Pero le dijimos: Nosotros somos honrados, no somos espías. 32 Éramos doce hermanos, hijos de nuestro padre, uno ha desaparecido, y el pequeño está hoy con nuestro padre en tierra de Canaán. 33 Y aquel hombre, el señor de aquella tierra, nos dijo: En esto sabré que vosotros sois honrados. Dejad a uno de vuestros hermanos conmigo, y tomad la porción de grano que habéis comprado y marchaos. 34 Traed ante mí a vuestro hermano menor, y sabré que no sois espías, que sois honrados. Os devolveré a vuestro hermano, y podréis negociar en el país.
35 Y sucedió que al vaciar ellos sus sacos, he aquí la bolsa de plata de cada uno estaba en su saco. Y al ver ellos y su padre las bolsas de plata, tuvieron temor. 36 Y su padre Jacob les dijo: Me habéis privado de hijos: José no está, Simeón tampoco está, y queréis llevar a Benjamín. ¡Todo está contra mí! 37 Pero Rubén habló a su padre: Haz que mueran mis dos hijos si no te lo traigo. Entrégalo en mi mano, que yo te lo devolveré. 38 Pero él respondió: Mi hijo no bajará con vosotros, pues su hermano está muerto y solo me queda él. Si alguna desgracia le llegara a acontecer en el camino por donde vais, haréis descender mis canas con dolor al Seol.
►42.1 dijo… TM añade Jacob.
►42.2 →Hch 7.12. TM añade Y dijo al inicio del v. Se sigue LXX.
►42.4 no lo envió… TM añade Jacob. Se sigue LXX.
►42.6 se postraron… →37.7-10.
►42.9 los sueños… →37.5-10; lo desprotegido… Parte NO de la frontera. La más expuesta a ataques.
►42.10 dijeron… TM le dijeron. Se sigue LXX.
►42.13 doce hermanos… TM añade hijos de un mismo varón. Se sigue LXX.
►42.18 dijo… TM añade José. Se sigue LXX.
►42.19 comprado… TM añade a vuestras familias hambrientas. Se sigue LXX.
►42.22 No pequéis contra el muchacho… →37.21-22.
►42.27 vio… TM añade he aquí. Se sigue LXX.
Génesis 43.
1 Pero la hambruna era grave en aquella tierra. 2 Y ocurrió que, cuando acabaron de comer el grano que habían traído de Egipto, su padre les dijo: Volved y compradnos un poco de alimento. 3 Y Judá le respondió, diciendo: Aquel hombre nos advirtió seriamente: No veréis mi rostro si no está con vosotros vuestro hermano más joven. 4 Si envías a nuestro hermano con nosotros, bajaremos y te compraremos alimento, 5 pero si no lo envías, no bajaremos, porque aquel hombre nos dijo: No veréis mi rostro si no está con vosotros vuestro hermano más joven. 6 Y dijo Israel: ¿Por qué me hicisteis el daño diciendo al hombre que teníais otro hermano? 7 Y ellos dijeron: Aquel hombre nos preguntó expresamente acerca de nosotros y de nuestra parentela, diciendo: ¿Vive aún vuestro padre? ¿Tenéis otro hermano? Y le declaramos conforme a estas preguntas. ¿Acaso sabíamos que él diría: Haced bajar a vuestro hermano?
8 Judá dijo a Israel su padre: Envía al muchacho conmigo, así nos levantaremos e iremos para que vivamos y no muramos también nosotros, también tú, y también nuestros pequeños. 9 Yo salgo fiador por él, a mí mismo me pedirás cuentas de él. Si no te lo devuelvo y te lo pongo delante, seré culpable ante ti todos los días.10 Si no nos hubiéramos demorado, ciertamente ya habríamos vuelto por segunda vez.
11 Respondió su padre Israel: Si tiene que ser así, hacedlo. Tomad de lo mejor de la tierra en vuestras bolsas y llevad obsequios a aquel varón, bálsamo y miel, especias y mirra, nueces y almendras. 12 Tomad en vuestras manos el doble de la plata, y llevad en vuestra mano la plata devuelta en vuestros costales, pues quizá fue un error. 13 Tomad a vuestro hermano, levantaos y volved ante aquel varón. 14 Y El-Shadday os conceda misericordia ante aquel hombre, y envíe a vuestro otro hermano y a Benjamín. Y si he de ser privado de hijos, ¡privado sea! 15 Los varones entonces, tomando los obsequios, el doble de plata en su mano, y a Benjamín, se levantaron y bajaron a Egipto para presentarse ante José.
16 Cuando José vio con ellos a Benjamín, dijo al que estaba a cargo de su casa: Haz entrar a esos varones en la casa, degüella un animal y prepáralo, porque estos varones comerán conmigo a mediodía. 17 El varón hizo como José había dicho, y los hizo entrar en casa de José. 18 Los varones tuvieron temor cuando se vieron conducidos a casa de José, pues decían: Por el asunto de la plata devuelta en nuestros costales la vez primera somos traídos acá, para atacarnos y abalanzarse sobre nosotros y tomarnos como esclavos a nosotros junto con nuestros asnos.
19 Entonces se acercaron al varón que estaba a cargo de la casa de José, y le hablaron a la puerta de la casa, 20 y dijeron: ¡Ay, señor mío! Nosotros ciertamente bajamos al comienzo a comprar alimento, 21 pero sucedió que cuando llegamos a la posada y abrimos nuestros costales, he aquí la plata de cada uno estaba en la boca de su costal, nuestra plata en su justo peso. Por eso la hemos vuelto a traer en nuestras manos. 22 Y hemos tomado otra plata en nuestras manos para comprar alimento. No sabemos quién puso nuestra plata en nuestros costales. 23 Y él respondió: Paz a vosotros, no temáis. Vuestro Elohim y el Elohim de vuestros padres os dio un tesoro escondido en vuestros costales. Ya vuestra plata llegó a mí. Y les sacó a Simeón, 24 y los hizo entrar en casa de José, y les dio agua y lavaron sus pies, y dio forraje a sus asnos. 25 Y ellos prepararon el presente para la llegada de José al mediodía, pues oyeron que allí iba a ser la comida principal.
26 Cuando José llegó a la casa, ellos le presentaron dentro de la casa los regalos que tenían en sus manos, y se postraron ante él rostro en tierra. 27 Y José les preguntó: ¿Cómo estáis? ¿Está bien vuestro padre, el anciano del cual hablasteis? ¿Vive aún? 28 Y ellos dijeron: Tu siervo, nuestro padre, está bien, aún vive. Y él dijo: ¡Bendito sea ese hombre por Elohim! Y se postraron para adorarlo. 29 Y él alzó sus ojos y vio a su hermano Benjamín, hijo de su madre, y dijo: ¿Es este vuestro hermano menor, de quien me dijisteis? Y añadió: Elohim te haga misericordia, hijo mío.
30 José, pues, conturbado porque sus entrañas estaban conmovidas por su hermano, buscaba dónde llorar, y entró en la recámara, y allí lloró. 31 Después se lavó el rostro y salió, y refrenándose, ordenó: ¡Traed la comida! 32 Pero la pusieron separadamente, para ellos aparte, y por separado para los egipcios que comían con él, pues los egipcios no podían comer alimentos con los hebreos, porque era abominación para los egipcios. 33 Y ellos se sentaron ante él, el primogénito conforme a su primogenitura, y el menor conforme a su menor edad. Y aquellos varones se miraban atónitos el uno al otro. 34 Y de sí mismo él tomó porciones para ellos (y la porción de Benjamín aumentada cinco veces a las porciones de todos) y bebieron y fueron embriagados con él.
►43.10 ya habríamos vuelto… TM añade aquí. Se sigue LXX.
►43.11 bálsamo… TM añade un poco. Se sigue LXX.
►43.14 El-Shadday = Hay evidencia ugarítica que significa “el Dios del monte»; envíe… TM añade con vosotros. Se sigue LXX.
►43.20 y dijeron… El TM registra el singular indicando que uno habló por todos.
►43.24 y los hizo entrar… TM añade el hombre a los hombres. Se sigue LXX.
►43.28 se postraron… →37.7-10.
►43.30 conturbado… Se sigue LXX.
Génesis 42.
1 Jacob, viendo que se vendía grano en Egipto, dijo a sus hijos: ¿Por qué os miráis unos a otros? 2 Mirad, he oído que hay grano en Egipto. Bajad allá y compradnos grano para que vivamos y no muramos. 3 Bajaron, pues, a comprar el grano de Egipto, diez de los hermanos de José, 4 porque a Benjamín, hermano de José, no lo envió con sus hermanos, pues dijo: No sea que le ocurra alguna desgracia. 5 Así que los hijos de Israel fueron a comprar grano entre los que iban, pues la hambruna estaba en la tierra de Canaán. 6 Y José era el gobernante del país que vendía a todo pueblo de la tierra.
Llegaron entonces los hermanos de José, y se postraron ante él rostro en tierra. 7 José vio a sus hermanos y los reconoció, pero fingió ser un extraño para ellos. Y hablándoles duramente, les dijo: ¿De dónde habéis venido? Ellos respondieron: De la tierra de Canaán, a comprar alimento. 8 Y José reconoció a sus hermanos, pero ellos no lo reconocieron. 9 Y siendo recordado José de los sueños que había soñado acerca de ellos, les dijo: ¡Espías sois! ¡Para ver lo desprotegido del país habéis venido! 10 Pero ellos dijeron: No, señor mío, sino que tus siervos hemos venido a comprar alimento. 11 Todos somos hijos de un mismo varón. Somos honrados, tus siervos no son espías. 12 Pero él les dijo: ¡No! Habéis venido a ver lo desprotegido del país. 13 Ellos respondieron: Tus siervos somos doce hermanos en tierra de Canaán, y he aquí el menor está hoy con nuestro padre, y el otro ha desaparecido. 14 Pero José les dijo: Es lo que os dije: ¡Sois espías! 15 En esto seréis probados: Vive Faraón, que no saldréis de esto sino cuando venga aquí vuestro hermano menor. 16 Enviad a uno de vosotros para que traiga a vuestro hermano. Mientras, quedad detenidos y sean comprobadas vuestras palabras, si hay verdad en vosotros, y si no, ¡por la vida de Faraón, que sois espías! 17 Y los puso juntos bajo custodia por tres días, 18 y al tercer día les dijo: Haced esto y viviréis, porque yo temo a Elohim. 19 Si sois honrados, uno de vuestros hermanos quedará en prisión, mientras vosotros lleváis el grano comprado. 20 Pero me traeréis a vuestro hermano menor, y vuestras palabras serán verificadas, y no moriréis. E hicieron así.
21 Y cada cual decía a su hermano: De cierto somos culpables por nuestro hermano, pues vimos la angustia de su alma cuando nos rogaba, y no lo escuchamos, por eso nos ha sobrevenido esta angustia. 22 Y Rubén les respondió diciendo: ¿Acaso no os hablé diciendo: No pequéis contra el muchacho? Pero no escuchasteis, y ahora, ciertamente, su sangre nos es demandada. 23 (Y ellos no sabían que José entendía, porque había intérprete entre ellos).
24 Siendo apartado, él lloró. Después volvió a ellos y les habló, y tomando de entre ellos a Simeón, lo ató ante sus ojos. 25 Y ordenó José que llenaran sus sacos de grano y devolvieran la plata de cada uno de ellos a su saco, y les dieran provisiones para el camino. Y así se hizo con ellos.
26 Y ellos cargaron su grano sobre sus asnos y se fueron de allí. 27 Pero en el mesón, al abrir uno su saco para dar forraje a su asno, vio que su plata estaba en la boca de su costal. 28 Y dijo a sus hermanos: ¡Mi plata ha sido devuelta, y mirad, está en mi costal! Entonces su corazón se sobresaltó y, temblorosos, cada uno decía a su hermano: ¿Qué está haciendo Elohim con nosotros?
29 Llegados a su padre Jacob en tierra de Canaán, le refirieron todas las cosas que les habían sucedido, diciendo: 30 Aquel hombre, el señor de la tierra, nos habló cosas duras, y nos puso en prisión como a espías de aquel país. 31 Pero le dijimos: Nosotros somos honrados, no somos espías. 32 Éramos doce hermanos, hijos de nuestro padre, uno ha desaparecido, y el pequeño está hoy con nuestro padre en tierra de Canaán. 33 Y aquel hombre, el señor de aquella tierra, nos dijo: En esto sabré que vosotros sois honrados. Dejad a uno de vuestros hermanos conmigo, y tomad la porción de grano que habéis comprado y marchaos. 34 Traed ante mí a vuestro hermano menor, y sabré que no sois espías, que sois honrados. Os devolveré a vuestro hermano, y podréis negociar en el país.
35 Y sucedió que al vaciar ellos sus sacos, he aquí la bolsa de plata de cada uno estaba en su saco. Y al ver ellos y su padre las bolsas de plata, tuvieron temor. 36 Y su padre Jacob les dijo: Me habéis privado de hijos: José no está, Simeón tampoco está, y queréis llevar a Benjamín. ¡Todo está contra mí! 37 Pero Rubén habló a su padre: Haz que mueran mis dos hijos si no te lo traigo. Entrégalo en mi mano, que yo te lo devolveré. 38 Pero él respondió: Mi hijo no bajará con vosotros, pues su hermano está muerto y solo me queda él. Si alguna desgracia le llegara a acontecer en el camino por donde vais, haréis descender mis canas con dolor al Seol.
►42.1 dijo… TM añade Jacob.
►42.2 →Hch 7.12. TM añade Y dijo al inicio del v. Se sigue LXX.
►42.4 no lo envió… TM añade Jacob. Se sigue LXX.
►42.6 se postraron… →37.7-10.
►42.9 los sueños… →37.5-10; lo desprotegido… Parte NO de la frontera. La más expuesta a ataques.
►42.10 dijeron… TM le dijeron. Se sigue LXX.
►42.13 doce hermanos… TM añade hijos de un mismo varón. Se sigue LXX.
►42.18 dijo… TM añade José. Se sigue LXX.
►42.19 comprado… TM añade a vuestras familias hambrientas. Se sigue LXX.
►42.22 No pequéis contra el muchacho… →37.21-22.
►42.27 vio… TM añade he aquí. Se sigue LXX.
Génesis 43.
1 Pero la hambruna era grave en aquella tierra. 2 Y ocurrió que, cuando acabaron de comer el grano que habían traído de Egipto, su padre les dijo: Volved y compradnos un poco de alimento. 3 Y Judá le respondió, diciendo: Aquel hombre nos advirtió seriamente: No veréis mi rostro si no está con vosotros vuestro hermano más joven. 4 Si envías a nuestro hermano con nosotros, bajaremos y te compraremos alimento, 5 pero si no lo envías, no bajaremos, porque aquel hombre nos dijo: No veréis mi rostro si no está con vosotros vuestro hermano más joven. 6 Y dijo Israel: ¿Por qué me hicisteis el daño diciendo al hombre que teníais otro hermano? 7 Y ellos dijeron: Aquel hombre nos preguntó expresamente acerca de nosotros y de nuestra parentela, diciendo: ¿Vive aún vuestro padre? ¿Tenéis otro hermano? Y le declaramos conforme a estas preguntas. ¿Acaso sabíamos que él diría: Haced bajar a vuestro hermano?
8 Judá dijo a Israel su padre: Envía al muchacho conmigo, así nos levantaremos e iremos para que vivamos y no muramos también nosotros, también tú, y también nuestros pequeños. 9 Yo salgo fiador por él, a mí mismo me pedirás cuentas de él. Si no te lo devuelvo y te lo pongo delante, seré culpable ante ti todos los días.10 Si no nos hubiéramos demorado, ciertamente ya habríamos vuelto por segunda vez.
11 Respondió su padre Israel: Si tiene que ser así, hacedlo. Tomad de lo mejor de la tierra en vuestras bolsas y llevad obsequios a aquel varón, bálsamo y miel, especias y mirra, nueces y almendras. 12 Tomad en vuestras manos el doble de la plata, y llevad en vuestra mano la plata devuelta en vuestros costales, pues quizá fue un error. 13 Tomad a vuestro hermano, levantaos y volved ante aquel varón. 14 Y El-Shadday os conceda misericordia ante aquel hombre, y envíe a vuestro otro hermano y a Benjamín. Y si he de ser privado de hijos, ¡privado sea! 15 Los varones entonces, tomando los obsequios, el doble de plata en su mano, y a Benjamín, se levantaron y bajaron a Egipto para presentarse ante José.
16 Cuando José vio con ellos a Benjamín, dijo al que estaba a cargo de su casa: Haz entrar a esos varones en la casa, degüella un animal y prepáralo, porque estos varones comerán conmigo a mediodía. 17 El varón hizo como José había dicho, y los hizo entrar en casa de José. 18 Los varones tuvieron temor cuando se vieron conducidos a casa de José, pues decían: Por el asunto de la plata devuelta en nuestros costales la vez primera somos traídos acá, para atacarnos y abalanzarse sobre nosotros y tomarnos como esclavos a nosotros junto con nuestros asnos.
19 Entonces se acercaron al varón que estaba a cargo de la casa de José, y le hablaron a la puerta de la casa, 20 y dijeron: ¡Ay, señor mío! Nosotros ciertamente bajamos al comienzo a comprar alimento, 21 pero sucedió que cuando llegamos a la posada y abrimos nuestros costales, he aquí la plata de cada uno estaba en la boca de su costal, nuestra plata en su justo peso. Por eso la hemos vuelto a traer en nuestras manos. 22 Y hemos tomado otra plata en nuestras manos para comprar alimento. No sabemos quién puso nuestra plata en nuestros costales. 23 Y él respondió: Paz a vosotros, no temáis. Vuestro Elohim y el Elohim de vuestros padres os dio un tesoro escondido en vuestros costales. Ya vuestra plata llegó a mí. Y les sacó a Simeón, 24 y los hizo entrar en casa de José, y les dio agua y lavaron sus pies, y dio forraje a sus asnos. 25 Y ellos prepararon el presente para la llegada de José al mediodía, pues oyeron que allí iba a ser la comida principal.
26 Cuando José llegó a la casa, ellos le presentaron dentro de la casa los regalos que tenían en sus manos, y se postraron ante él rostro en tierra. 27 Y José les preguntó: ¿Cómo estáis? ¿Está bien vuestro padre, el anciano del cual hablasteis? ¿Vive aún? 28 Y ellos dijeron: Tu siervo, nuestro padre, está bien, aún vive. Y él dijo: ¡Bendito sea ese hombre por Elohim! Y se postraron para adorarlo. 29 Y él alzó sus ojos y vio a su hermano Benjamín, hijo de su madre, y dijo: ¿Es este vuestro hermano menor, de quien me dijisteis? Y añadió: Elohim te haga misericordia, hijo mío.
30 José, pues, conturbado porque sus entrañas estaban conmovidas por su hermano, buscaba dónde llorar, y entró en la recámara, y allí lloró. 31 Después se lavó el rostro y salió, y refrenándose, ordenó: ¡Traed la comida! 32 Pero la pusieron separadamente, para ellos aparte, y por separado para los egipcios que comían con él, pues los egipcios no podían comer alimentos con los hebreos, porque era abominación para los egipcios. 33 Y ellos se sentaron ante él, el primogénito conforme a su primogenitura, y el menor conforme a su menor edad. Y aquellos varones se miraban atónitos el uno al otro. 34 Y de sí mismo él tomó porciones para ellos (y la porción de Benjamín aumentada cinco veces a las porciones de todos) y bebieron y fueron embriagados con él.
►43.10 ya habríamos vuelto… TM añade aquí. Se sigue LXX.
►43.11 bálsamo… TM añade un poco. Se sigue LXX.
►43.14 El-Shadday = Hay evidencia ugarítica que significa “el Dios del monte»; envíe… TM añade con vosotros. Se sigue LXX.
►43.20 y dijeron… El TM registra el singular indicando que uno habló por todos.
►43.24 y los hizo entrar… TM añade el hombre a los hombres. Se sigue LXX.
►43.28 se postraron… →37.7-10.
►43.30 conturbado… Se sigue LXX.
Salmo 146
1 ¡Aleluya! (hallel Yá)
¡Alaba (hallel) alma (nefesh) mía a YHVH!
2 Yo alababa (hallel) a YHVH en mi vida (jayá), aún cantaba para mi Elohim.
3 No confiéis en príncipes, ni en hijo de Adam, en quien no hay salvación (yeshúa). 4 Sale su espíritu (ruaj) y vuelve a la tierra (adamá); ese día perecen sus planes.
5 ¡Cuán bienaventurado es aquel cuyo ayudador es el DIOS de Jacob! Aquel cuya esperanza está en YHVH su Elohim, 6 que hizo los cielos y la tierra; el mar, y todo lo que en ellos hay.
Que mantiene su fidelidad perpetuamente.
7 Que hace justicia (mishpatim) a los oprimidos.
Que da pan a los hambrientos.
YHVH liberta a los cautivos.
8 YHVH da vista a los ciegos.
YHVH levanta a los caídos.
YHVH ama a los justos (tzadiq).
9 YHVH guarda a los extranjeros.
Al huérfano y a la viuda sostiene.
Y trastorna el camino de los impíos.
10 Reinará YHVH para siempre, tu Elohim, oh Sión, de generación en generación.
¡Aleluya! (hallel Yá).
2 Corintios 3
1 ¿Comenzamos otra vez a recomendarnos a nosotros mismos? ¿O acaso tenemos necesidad, como algunos, de cartas de recomendación para vosotros o de vosotros? 2 Nuestra carta sois vosotros, escrita en nuestros corazones, conocida y leída por todos los hombres; 3 siendo manifiesto que sois una carta de CRISTO habiendo sido provista por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del DIOS vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas que son corazones de carne. 4 Y tal confianza tenemos ante DIOS, por medio de CRISTO.
5 No es que seamos suficientes por nosotros mismos para considerar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra suficiencia proviene de DIOS; 6 el cual asimismo nos hizo servidores competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del Espíritu; porque la letra mata, pero el Espíritu vivifica. 7 Y si el servicio de inmortalidad grabado con letras en piedras fue con gloria, tanto que los hijos de Israel no pudieron fijar los ojos en el rostro de Moisés a causa de la gloria de su rostro (gloria que está siendo anulada), 8 ¿cómo no será con más gloria el servicio del Espíritu? 9 Porque si en el servicio de condenación hay gloria, mucho más abunda en gloria el servicio de la justicia. 10 Pues aun lo que fue glorioso, no es glorioso en este caso, a causa de la gloria que lo sobrepasa. 11 Porque si lo que tenía que ser extinguido pasó por medio de gloria, mucho más es en gloria lo que permanece.
12 Así que, teniendo tal esperanza, somos muy osados, 13 y no como Moisés, que ponía un velo sobre su rostro para que los hijos de Israel no fijaran los ojos en el fin de lo que está siendo extinguido. 14 Pero el entendimiento de ellos fue embotado, porque hasta el día de hoy, sobre la base de la lectura pública del viejo pacto, permanece el mismo velo no descorrido, que en CRISTO se desvanece; 15 y aún hasta el día de hoy, en el momento en que se lee a Moisés, un velo está puesto sobre el corazón de ellos, 16 pero cuando alguno se convierte al Señor, el velo es quitado, 17 porque el Señor es el Espíritu, y donde está el Espíritu del Señor, hay libertad.
18 Pero nosotros todos, con rostro descubierto, contemplando como en un espejo la gloria del Señor, vamos siendo transfigurados por el Espíritu, de gloria en gloria, en la imagen misma del Señor.
►3.1 o de vosotros… M↓ o recomendación de vosotros.
►3.3 provista… Lit. servid. Gr. diakonéo. Esto es, el resultado del servicio y del apostolado →1Co 3.5; tinta… tablas de piedra… Es decir, la ley →Ex 24.12; Espíritu… corazones de carne… Es decir, la gracia.
►3.6 servidores… Gr. diákonos →§314; un nuevo pacto… No se refiere a Ro 11.27 ni a Jer 31.31-34, sino a 1Co 11.25.
►3.7 su rostro… →Ex. 34.29-35; se inserta gloria para suplir elipsis del original.
►3.7, 13,16 extinguida… quitado. Nótese la pasiva.
►3.13 está siendo extinguido… Es decir, la ley tiene gloria pasajera →Dt.
27.2-3; transitoria →Ga. 3.24.
►3.17 hay libertad… TR: allí hay libertad.
2 Corintios 8
1 Ahora bien hermanos, os hacemos saber la gracia de DIOS dada en las iglesias de Macedonia, 2 que en medio de la gran aflicción con que han sido probados, la abundancia de su gozo y su extrema pobreza abundaron según la riqueza de su generosidad. 3 Pues doy testimonio de que espontáneamente dieron según su capacidad, y aun por encima de su capacidad; 4 suplicándonos con muchos ruegos que les concediéramos la gracia de participar en este servicio a los santos. 5 Y superando lo que esperábamos, se dieron primeramente ellos mismos al Señor y a nosotros, por voluntad de DIOS. 6 Así que animamos a Tito, para que tal como la había comenzado, también completara de igual modo esta gracia entre vosotros.
7 Por tanto, como en todo abundáis, en fe, en palabra, en conocimiento, en toda solicitud, y en vuestro amor para con nosotros, abundad también en esta gracia. 8 No lo digo como un mandamiento (mitzvá), sino para poner a prueba, por medio de la solicitud de otros, la sinceridad de vuestro amor. 9 Porque conocéis la gracia de JESUCRISTO, Señor nuestro, que siendo rico, se hizo pobre por amor a vosotros, para que vosotros fuerais enriquecidos con su pobreza. 10 Y en esto doy mi opinión, porque os conviene a vosotros, que comenzasteis desde hace un año, no solo a hacerlo, sino también a desear hacerlo. 11 Ahora pues acabadlo de hacer también, para que tal como hubo la disposición de desearlo, haya también la de llevarla a cabo según lo que poseáis. 12 Porque si la disposición está presente, se acepta según lo que uno tiene, no según lo que no tiene. 13 No para que haya alivio para otros y estrechez para vosotros, 14 sino para que, en esta ocasión, vuestra abundancia supla la escasez de ellos, a fin de que también, la abundancia de ellos supla vuestra escasez, de forma que haya igualdad. 15 Como está escrito: El que recogió mucho, no tenía más; y el que poco, no tenía menos.
16 Pero gracias a DIOS, que puso la misma solicitud por vosotros en el corazón de Tito, 17 pues no solo acogió bien el ruego, sino que, teniendo él mayor solicitud, espontáneamente fue a vosotros. 18 Y enviamos juntamente con él al hermano cuya alabanza en el evangelio se extiende por todas las iglesias. 19 Y no solo esto, sino que también fue nombrado a mano alzada por las iglesias como nuestro compañero de viaje con esta gracia, que es provista por nosotros para la gloria del Señor y para mostrar nuestra disposición. 20 Previniendo esto: que nadie nos desacredite por esta generosa cantidad provista por nosotros; 21 porque tenemos en mente las cosas honestas, no solo delante del Señor, sino también delante de los hombres. 22 Y enviamos con ellos a nuestro hermano, al cual muchas veces probamos en muchas cosas, que es diligente, y ahora más diligente que nunca, por la mucha confianza en vosotros. 23 En cuanto a Tito, es mi compañero y colaborador entre vosotros; en cuanto a nuestros hermanos, son enviados (apostolos) de las iglesias, gloria de CRISTO. 24 Por tanto, mostrad en presencia de las iglesias la evidencia de vuestro amor y el motivo de nuestra jactancia respecto a vosotros.
►8.3 Se inserta dieron para suplir elipsis del original.
►8.4 Se inserta concediéramos para suplir elipsis del original; la gracia… Es decir, el privilegio de participar en el sostenimiento de los creyentes →Ro 15.26; servicio… Gr. diakonía.
►8.14 también… Es decir, en otra ocasión.
►8.15 →Ex 16.18.
►8.19 mano alzada… →Hch 14.23; gracia… →8.4 nota. Se inserta para mostrar para suplir elipsis del original.
►8.19, 20 provista… Lit. servida, gr. diakonéo.
►8.20 nadie… Lit. no alguien.
►8.21 delante… →Pr 3.4.
►8.24 mostrad… Lit. mostrando.
1 Pedro 3.8-22
8 En conclusión, sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos como hermanos, misericordiosos, humildes; 9 no devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino bendiciendo, pues para esto fuisteis llamados, para que heredarais bendición. 10 Porque:
«El que desea amar la vida, y ver días buenos, refrene su lengua del mal, y sus labios de hablar engaño, 11 apártese del mal, y haga el bien, busque la paz, y sígala incansablemente, 12 porque los ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos hacia su oración, pero el rostro del Señor está contra los que hacen el mal».
13 ¿Y quién es el que os perjudicará si os mostráis celosos por lo bueno? 14 Y aun si sufrís a causa de una justicia (mishpatim), sois bienaventurados. No os amedrentéis por temor a ellos, ni os turbéis; 15 sino santificad a CRISTO como Señor en vuestros corazones, y estad siempre prestos para presentar defensa ante todo el que os demande razón acerca de la esperanza que hay en vosotros, 16 pero con mansedumbre y reverencia, teniendo buena conciencia, para que en lo que sois calumniados, sean avergonzados los que ofenden vuestra buena conducta en CRISTO. 17 Porque mejor es que padezcáis obrando bien, si lo quiere la voluntad de DIOS, que obrando mal.
18 Porque también CRISTO padeció una vez por los pecados, el Justo (tzadiq) por los injustos, para llevaros a DIOS; muerto en la carne, pero vivificado en el espíritu; 19 en el cual también fue llevado y predicó a los espíritus en retención, 20 que en un tiempo desobedecieron, cuando la paciencia de DIOS aguardaba ansiosamente en días de Noé, siendo preparada el arca, en la cual unos pocos, esto es, ocho almas, fueron salvadas del agua; 21 la cual también ahora os salva, como símbolo de un bautismo que no consiste en quitar la inmundicia de la carne, sino como respuesta de una buena conciencia a Dios mediante la resurrección de JESUCRISTO, 22 quien habiendo ascendido al Cielo, está a la diestra de DIOS, habiéndosele sometido ángeles, autoridades y potestades.
►3.8 En conclusión… Lit. y el final.
►3.11 sígala incansablemente… Gr. dioko = con esfuerzo, perseguir. Es decir, activamente →Mt 5.9 nota.
►3.12 el rostro… Esto es, la ira; hacen el mal… →Sal 34.12-16.
►3.13 celosos… M↓ imitadores.
►3.14 bienaventurados… →Mt 5.10.
►3.15 santificad a CRISTO… TR: a Dios →Is 8.12-13.
►3.16 calumniados… M↓ añaden como de malhechores.
►3.18 llevaros… TR: llevarnos.
►3.18-19 Poesía para ser recitada o cantada →Hch 16.25; Ef 5.19; Col 3.16.
►3.20 siendo preparada… Nótese el participio presente pasivo; ocho…; almas… Gr. psujé = aliento vital, vitalidad, vida; alma, ser viviente, persona; salvadas del agua… →Gn 6.1-7.
►3.21 símbolo… Es decir, como realidad de aquella representación; respuesta… Lit. apelación.
►3.22 potestades… Lit. poderes