Porción 27

Texto Ôureo: Génesis 44-47
Lecturas para adultos en la semana

Día 1 Génesis 44-45

Día 2 Génesis 46-47

DĆ­a 3 Job 3-5

DĆ­a 4 Job 6-7

DĆ­a 5 Marcos 10

DĆ­a 6 2ĀŖTesalonisences 3

I- Ser dadores es un desafĆ­o.

Generalmente pensamos que una persona recta es quien hace el bien. Pero…, ĀæcuĆ”nto bien?, Āæcómo se debe cuantificar para llegar a la categorĆ­a de bien? La Biblia nos da la respuesta en la historia de JosĆ©: No es suficiente solo ā€œhacer el bienā€, hay que tomar responsabilidad por otros.

Todos tenemos en algún momento un deseo de forma natural en nuestro interior por dar a otros y compartir en alguna medida. Incluso, las personas mÔs egoístas sienten a veces ganas de dar a los demÔs. El desafío de dar no es en realidad cuando tenemos ese deseo, sino cuando no nos apetece hacerlo. Sin embargo, cuando una persona toma responsabilidad por otro se estÔ comprometiendo a darle incluso cuando no desee hacerlo.

En alguna manera tomar responsabilidad por otro significa acercarse a aquel que se ve decaído, darle de su tiempo y sugerirle un modo concreto en el que se podría ayudar. Quien esté dispuesto a tomar responsabilidad por los demÔs en todas las Ôreas de la vida, sin importar a dónde pueda llevarle eso, es realmente quien se puede considerar una persona recta.

II- Controla tu ira y aprende a edificar.

En el texto Ôureo encontramos a José que tenía bien claro a dónde quería llegar con sus hermanos. Su objetivo no era hacerlos sentir mal, sino hacerlos reflexionar para bien. Por eso utilizó una estrategia para darse a conocer a ellos.

Cuando alguien estÔ haciendo mal, siempre que vayamos a tratar con él, debemos hacernos la siguiente pregunta: ¿CuÔl es mi intensión? Un hijo de Dios siempre va a buscar edificar a otros y no solo desahogar la ira por lo mal hecho. Los fundadores de las tribus de Israel, el pueblo de Dios, no podían ser tan malvados como los demÔs. Debían estar a la altura espiritual de su llamado, y José quería armonizar con eso (Gn 45:5-8).

Sólo cuando se quiere que la voluntad de Dios guíe a otros, es cuando nuestra intensión con ellos serÔ desprovista de cualquier mal deseo.

III- Hay que saber vivir.

En Gn 47:8 Faraón pregunta: «¿CuĆ”ntos son los dĆ­as de los aƱos de tu vida?Ā». Esta no es una pregunta sin mucha importancia como algunos pudieran pensar, sino que va mĆ”s allĆ” de la simple retórica. Esta significa mĆ”s bien: ā€˜ĀæCuĆ”ntos dĆ­as especiales has tenido a lo largo de la vida?’. EstĆ” claro, el problema no es vivir, sino saber vivir.

¿Quién cuenta jamÔs los días de los años que vive? (Gn 47:28). Sólo alguien que cada día los ha vivido de manera especial. Si analizamos, estÔ claro que en cada día ocurren cosas buenas y malas, pero cuando se logra ver la mano de Dios se puede entender que tanto lo uno como lo otro ha sido de bendición[1].

Muchos piensan que saber vivir es tener metas, alegrĆ­as y muchas fiestas; sin embargo, Faraón se estĆ” refiriendo a los dĆ­as que se han vivido intensamente como si fuera el Ćŗltimo dĆ­a, esto es realmente saber vivir. Debemos comportarnos con nosotros mismos y con los demĆ”s como si fuera la Ćŗltima vez. ĀæCuĆ”ntos se lamentan de no haber tratado a alguien como debĆ­an antes de dejar de verlos? Esta es una realidad que muchas veces no se tiene en cuenta. Pero…, Āæse ha puesto pensar cómo serĆ­a el mundo si todos nos comportĆ”ramos como si fuera nuestro Ćŗltimo dĆ­a?

Preguntas:

1.- ¿CuÔntas personas a su alrededor pueden decir que sienten que usted les cuida?

2.- ¿Cómo ve usted que Jesús tomó cuidado de Judas y Pedro?

3.- Pruebe tratar a sus familiares y hermanos como si fuera el ultimo dƭa con ellos y cuƩntele al grupo su experiencia.

[1]Ā Gn 25:8.

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