Texto Ôureo: Génesis 49:28-50:26
Lecturas para adultos en la semana
DĆa 1Ā GĆ©nesisĀ 49:28-50:26
DĆa 2 Salmo 119:17-24
DĆa 3 Proverbios 26
DĆa 4 Mateo 22:23-46
DĆa 5 Lucas 20
DĆa 6 Juan 19
I- La tierra de Su promesa.
Jacob no querĆa ser enterrado en Egipto. Alguno pudiera pensar que era solo el deseo de ser enterrado en su tierra, una especie de nacionalismo o patriotismo moderno, pero cuando analizamos la vida de Jacob nos damos cuenta de que sus objetivos siempre eran mĆ”s profundos y reales. Ćl querĆa enseƱar algo a sus hijos: āNuestro Dios, nuestros valores, nuestra cultura y nuestra tierra, todos estĆ”n unidos. No son los de Egipto, no tienen un mismo origen, nacieron de una interacción con el Creador, se anclan en la esperanza de una promesa que viene de Ćl. Es allĆ” donde nuestro Dios quiere que estemos, es allĆ” donde se unen nuestras realidadesā (Heb 11:13-16).
II- Una muerte suave.
Interesantemente, no dice que Jacob murió, sino que expiró[1]. Esto quiere decir que pasó a la otra vida de una manera suave. Cuando se tiene una vida asĆ, la muerte siempre va a ser suave, aun cuando pudiera parecer trĆ”gica a otros[2].
Es verdad que la muerte siempre ha sido el tema mĆ”s reflexionado por la humanidad, es una realidad que muchos desean entender. Ver la muerte como una tragedia es una realidad fĆsica, mental, emocional y social. Debido a esto el ser humano ha usado un mĆ©todo psicológico de protección: Pensar lo menos posible en la muerte, sin darse cuenta de que esto lo hunde mĆ”s en el problema, pues la realidad es que al final siempre habrĆ” que enfrentar ese momento.
Por eso la ansiedad por el miedo a la muerte es uno de los desequilibrios psicológicos mĆ”s comunes, y de donde parten muchas enfermedades hoy. Algunos pasan el dĆa repitiĆ©ndose: «”Hoy no me quiero morir, no me quiero morir!Ā». La actitud de vida para con la muerte debe ser lo contrario: Vivir cada dĆa como si fuera el Ćŗltimo. Y la frase deberĆa ser: «”Hoy quiero vivir a plenitud, y en bienaventuranza!, Āæcómo puedo hacer esto?Ā». Y a partir de esa respuesta proyectarse en ese diario vivir.
III- Un salto a la realidad eterna.
La Biblia nos enseƱa que la muerte es un salto, una salida del tiempo y el espacio a un mundo con caracterĆsticas diferentes a las actuales[3]. En donde nada de lo que en esta vida trae problemas y adversidades puede prevalecer. Como dirĆa un himno cristiano muy antiguo: Ā«Un mundo feliz mĆ”s allÔ»[4].
Es asĆ que la muerte es solo el trĆ”nsito, el puente a un mundo diferente. La muerte ha llegado a asustar tanto que pensamos que todo va a quedar en ese espacio de tiempo, pero en realidad es la salida tanto del tiempo como del espacio. La vida eterna que viene tiene caracterĆsticas muy diferentes a esta temporal. Y no es que no estemos viviendo ya la vida eterna, pues por eso Dios puso eternidad en nuestro corazón[5], sino que al morir estaremos viviendo esa eternidad a plenitud, sin la carga o la encerrona que nos hace el tiempo y el espacio en que vivimos.
Preguntas:
1.- Si hoy fuera su Ćŗltimo dĆa con el grupo, ĀæcuĆ”l serĆa su actitud para con todos?
2.- ¿Qué pudiéramos hacer hoy para que la cultura que fluye como consecuencia de la vida cristiana permanezca?
3.- ¿Conoce de alguien que haya tenido una muerte tranquila? CompÔrtalo con el grupo.
4.- Si la muerte es un salto en el tiempo y el espacio, ĀæquĆ© cree que pasarĆa con los que no mueren?
[3]Ā Mt 22:23-24; Lc 20:36-38; 2Co 12:2-4; 1Co 15:56-57.
 [4] Letra: Sanford F. Bennett. Traducción al español: Henry G. Jackson. Música: Joseph P. Webster. (Hay un mundo feliz mÔs allÔ. Himnos evangélicos. New York: American Tract Society, 1895. PÔg. 140).
GƩnesis 49:28-33.
28 Todos estos son los doce hijos de Jacob, y asà les predijo su padre, bendiciéndolos a cada uno según su bendición. 29 Y les dijo: Soy reunido a mi pueblo. Enterradme con mis padres en la cueva que estÔ en el campo de Efrón el heteo. 30 En la cueva de la Makpelah, frente a Mamre, en tierra de CanaÔn, la cual, junto con el campo de Efrón heteo, compró Abraham como propiedad para sepultura.
31 Allà sepultaron a Abraham y a su mujer Sara, allà sepultaron a Isaac y a su mujer Rebeca, y allà sepulté a Lea. 32 La compra del campo y de la cueva que hay en él, proviene de los hijos de Het.
33 Cuando Jacob terminó de dar instrucciones a sus hijos, encogió sus pies en la cama, y expiró; y fue reunido a su pueblo.
GƩnesis 50.
Ā 1 Y JosĆ© se inclinó sobre el rostro de su padre, y lloró sobre Ć©l, y lo besó. 2 Y ordenó JosĆ© a sus sirvientes embalsamadores que embalsamaran a su padre. Y los embalsamadores embalsamaron a Israel, 3 y se cumplieron cuarenta dĆas de su muerte, pues tales son los dĆas para una sepultura. Y Egipto hizo duelo por Ć©l durante setenta dĆas.
4 Pasados los dĆas del duelo, JosĆ© habló a la casa de Faraón, diciendo: Si he hallado gracia ante vuestros ojos, hablad a oĆdos de Faraón, diciendo: 5 Mi padre me hizo jurar, diciendo: Me sepultarĆ”s en el sepulcro que yo preparĆ© para mĆ mismo en la tierra de CanaĆ”n. Ahora, pues, subirĆ© a sepultar a mi padre y volverĆ©. 6 Y dijo Faraón: Sube y sepulta a tu padre, como Ć©l te hizo jurar.
7 Subió entonces José a sepultar a su padre, y con él subieron todos los siervos de Faraón, los ancianos de su casa y todos los ancianos de la tierra de Egipto, 8 asà como toda la familia de José, sus hermanos y la casa de su padre. Solamente dejaron en la tierra de Gosén a sus pequeños, sus rebaños y sus vacadas. 9 También subieron con él carros y jinetes, resultando el cortejo en extremo honorable.
10 Cuando llegaron a Goren-Atad, allende el JordĆ”n, lamentaron con grandes eĀ intensos lamentos. Y Ć©l hizo duelo por su padre siete dĆas. 11 Los habitantes deĀ aquella tierra, los cananeos, vieron entonces el duelo en la era de Atad, y dijeron: Duelo honorable de los egipcios es este. Por tanto, llamaron su nombre Abel-Mizraim, el cual estĆ” allende el JordĆ”n. 12 Y sus hijos hicieron asĆ. 13 Y lo llevaron sus hijos a la tierra de CanaĆ”n, y lo sepultaron en la cueva del campo de la Makpelah, campo que Abraham habĆa comprado a Efrón heteo, para propiedad de sepultura, enfrente de Mamre.
14 Y regresó JosĆ© a Egipto con sus hermanos y con todos los que habĆan subido con Ć©l a sepultar a su padre.
15 Cuando los hermanos de JosĆ© vieron que su padre habĆa muerto, dijeron: QuizĆ” JosĆ© nos guarde rencor, y ciertamente nos devolverĆ” todo el mal que le hicimos.
16 Y mandaron a decir a JosĆ©: Tu padre dio órdenes antes de su muerte diciendo: 17 AsĆ dirĆ©is a JosĆ©: Perdona la transgresión de tus hermanos y su pecado, porque te causaron males. Y ahora, perdona la transgresión de los siervos del Elohim de tu padre. Y mientras hablaban con Ć©l, JosĆ© lloró. 18 Y vinieron y se postraron ante Ć©l, y dijeron: Ā”Henos aquĆ por esclavos tuyos! 19 Pero JosĆ© les dijo: No temĆ”is, pues Āæacaso estoy yo en lugar de Elohim? 20 Aunque vosotros pensasteis mal contra mĆ, Elohim lo encaminó para bien, para hacer como hoy y hacer vivir a un pueblo numeroso. 21 No temĆ”is, yo os sustentarĆ© a vosotros y a vuestros pequeƱos. Luego los consoló y les habló al corazón.
22 Y habitó JosĆ© en Egipto, Ć©l y la casa de su padre. Y vivió JosĆ© ciento diez aƱos. 23 Y JosĆ© vio a los hijos de EfraĆn hasta la tercera generación. TambiĆ©n los hijos de Maquir hijo de ManasĆ©s nacieron sobre las rodillas de JosĆ©. 24 Y dijo JosĆ© a sus hermanos: Yo muero, pero ciertamente se os visitarĆ” y Elohim harĆ” que subĆ”is de esta tierra a la tierra que juró dar a Abraham, a Isaac y a Jacob.
25 E hizo jurar JosĆ© a los hijos de Israel, diciendo: Elohim ciertamente os visitarĆ” y harĆ©is subir mis huesos de aquĆ. 26 Y murió JosĆ© a la edad de ciento diez aƱos, y lo embalsamaron, y fue puesto en el ataĆŗd en Egipto.
āŗ50.4 hablad… TM aƱade os ruego. Se Sigue LXX.
āŗ50.5 Me sepultarĆ”s… TM aƱade He aquĆ yo voy a morir. Se sigue LXX; subirĆ©… TM aƱade te ruego. Se sigue LXX.
āŗ50.10 Goren-Atad… Esto es, la era de la esquina; lamentaron… TM aƱade allĆ. Se sigue LXX.
āŗ50.11 Abel-Mishraim… Esto es, duelo de egipcios.
āŗ50.12 hicieron asĆ… TM aƱade tal como Ć©l les ordenó. Se sigue LXX.
āŗ50.13 lo llevaron… āHch 7.16.
āŗ50.14 a su padre… TM aƱade despuĆ©s de enterrar a su padre. Se sigue LXX.
āŗ50.17 Perdona… TM aƱade te ruego ahora. Se sigue LXX; perdona… TM aƱade por favor. Se sigue LXX.
āŗ50.18 Y vinieron… TM aƱade sus hermanos. Se sigue LXX; se postraron ante Ć©l.. ā37.10.
āŗ50.21 No temĆ”is… TM aƱade Ahora pues. Se sigue LXX.
āŗ50.23 Maquir… Constituye la mitad de la tribu de ManasĆ©s, la cual habitó al Oriente del JordĆ”n; nacieron sobre las rodillas… Es decir, fueron adoptados por JosĆ©.
āŗ50.24-25 visitarĆ”… Es decir, os harĆ” saber vuestro destino.
āŗ50.25 harĆ©is subir mis huesos… āEx 13.19; Jos 24.32; He 11.22.
Salmo 119:17-24.
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17 Haz bien a tu esclavo, para que viva y guarde tu Palabra.
18 Abre mis ojos, y contemplarƩ las maravillas de tu ley (torƔ).
19 Estoy de paso en la tierra, no encubras de mĆ tus mandamientos (mitzvot).
20 Mi alma (nefesh) se quebranta anhelando Tus preceptos (mishpatim) en todo momento.
21 Reprendiste a los soberbios: Ā”Malditos los que se desvĆan de tus mandamientos (mitzvot)!
22 Aparta de mĆ el oprobio y el menosprecio, pues he guardado tus testimonios (edot).
23 Aunque los prĆncipes se sienten y hablen contra mĆ, tu esclavo medita en tus estatutos (jukim).
24 SĆ, yo me deleito en tus testimonios (edot), porque ellos son los hombres de mi consejo.
Proverbios 26.
1 Ni la nieve al verano ni la lluvia a la siega, ni la honra al necio les va bien.
2 Cual gorrión que aletea y golondrina que vuela, asà la maldición injusta regresa.
3 El lÔtigo para el caballo, la brida para el asno, y la vara para la espalda del necio.
4 No respondas al necio según su necedad, no sea que te iguales a él. 5 Responde al necio como merece su necedad, no sea que se tenga por sabio.
6 Se corta los pies y bebe el perjuicio para sĆ mismo, quien envĆa recado por medio de un necio.
7 Al lisiado le cuelgan las piernas, al necio el proverbio en la boca.
8 Pretende sujetar una piedra en la honda, quien concede honores al necio.
9 Como rama de espinos que agarra un borracho, asĆ es el proverbio en boca del necio.
10 Arquero que dispara contra cualquiera, es el que contrata a insensatos y vagabundos.
11 Como perro que vuelve a su vómito, asà el necio repite sus necedades.
12 ¿Has visto a alguien sabio en su propia opinión?, pues mÔs se puede esperar de un necio.
13 Dice el perezoso: Hay un león en el camino, hay una fiera en la calle.
14 Como la puerta gira sobre su quicio, asĆ el perezoso en su cama.
15 El perezoso mete su mano en el plato, yĀ le fatiga aun llevarla a su boca.
16 El perezoso se cree mƔs sabio, que siete que responden con acierto.
17 Agarra un perro por las orejas, quien se mete en pleito ajeno.
18 El alocado dispara dardos encendidos y flechas mortales, 19 asà es quien engaña a su amigo y luego dice: Era en broma.
20 Sin leña se apaga el fuego, y donde no hay chismoso, cesa la contienda.
21 Fuelle para las brasas y leƱa para el fuego, es el pendenciero para atizar la contienda.
22 Las palabras del chismoso son manjares, que bajan hasta lo hondo del vientre.
23 Como tiesto barnizado con escoria de plata, son los labios enardecidos y el corazón vil.
24 Disimula con sus labios el que odia, pero en su interior trama el engaƱo. 25 Aunque suavice la voz, no le creas, porque siete abominaciones lleva dentro. 26 Aunque con disimulo encubra su odio, su maldad serƔ descubierta en la asamblea.
27 Quien cave una fosa, caerĆ” en ella, yĀ quien ruede una piedra, le caerĆ” encima.
28 Lengua mentirosa duplica los daños, y boca lisonjera causa ruina.
āŗ26.2 la maldición injusta regresa… Esto es, como la golondrina regresa… estoĀ es, a quien la profirió.
āŗ26.6 Se inserta para sĆ mismo para suplir elipsis del original.
Mateo 22:23-46.
23 En aquel dĆa, se le acercaron unos saduceos (los que dicen que no hay resurrección), y le preguntaron, 24 diciendo: Maestro, MoisĆ©s dijo: Si alguno muere sin tener hijos, su hermano se casarĆ” con la mujer de Ć©l, y levantarĆ” descendencia a su hermano. 25 Ahora bien, habĆa entre nosotros siete hermanos, y el primero murió despuĆ©s de casarse, y no teniendo descendencia, dejó su mujer a su hermano. 26 De la misma manera, tambiĆ©n el segundo, y el tercero, asĆ hasta los siete; 27 al final de todos, murió la mujer. 28 En la resurrección, pues, Āæde cuĆ”l de los siete serĆ” mujer? Porque todos la tuvieron. 29 Entonces, respondiendo JESĆS, les dijo: EstĆ”is errando al ignorar las Escrituras y el poder de DIOS; 30 porque en la resurrección, ni se casan ni son dados en casamiento, sino que son como los Ć”ngeles en el Cielo. 31 Pero acerca de la resurrección de los muertos, Āæno leĆsteis lo que os fue dicho por DIOS, cuando dice: 32 Yo soy el DIOS de Abraham, y el DIOS de Isaac, y el DIOS de Jacob? No es DIOS de muertos, sino de vivos.33 Y las multitudes, oyĆ©ndolo, se maravillaban de su doctrina.
34 Pero cuando los fariseos oyeron que habĆa hecho callar a los saduceos, se reunieron de comĆŗn acuerdo. 35 Y uno de ellos, experto en la ley, preguntó para tentarlo: 36 Maestro, ĀæcuĆ”l es el gran mandamiento (mitzvot) en la ley (torĆ”)? 37 Le dijo: AmarĆ”s al SeƱor tu DIOS con todo tu corazón, y con toda tu alma (nefesh), y con toda tu mente. 38 Este es el primero y gran mandamiento (mitzvot), 39 y el segundo es semejante a este: AmarĆ”s a tu prójimo como a ti mismo. 40 De estos dos mandamientos (mitzvot) penden toda la ley (torĆ”) y los profetas.
41 Y habiĆ©ndose reunido los fariseos, JESĆS les preguntó, 42 diciendo: ĀæQuĆ© pensĆ”is del CRISTO? ĀæDe quiĆ©n es hijo? Le dicen: De David. 43 Les dice: ĀæPues cómo David en el EspĆritu (ruaj) lo llama SeƱor, diciendo: 44 Dijo el SeƱor a mi SeƱor: SiĆ©ntate a mi diestra, Hasta que ponga a tus enemigos debajo de tus pies? 45 Pues si David lo llama SeƱor, Āæcómo es su Hijo? 46 Y nadie le podĆa responder palabra, ni desde aquel dĆa nadie se atrevió a preguntarle mĆ”s.Ā
āŗ22.23 unos saduceos… Mā los saduceos āMr 12.18; Lc 20.27; Hch 23.8.
āŗ22.24 descendencia… āDt 25.5.
āŗ22.29 EstĆ”is errando… El presente continuo es significativo.
āŗ22.30 Ć”ngeles… Mā aƱaden de Dios.
āŗ22.32 Yo soy… āEx 3.6.
āŗ22.35 tentarlo… āLc 10.25-28.
āŗ22.37 le dijo… Mā aƱaden JesĆŗs āDt 6.5.
āŗ22.39 AmarĆ”s… āLv 19.18.
āŗ22.44 debajo… Mā por estrado āSal 110.1.
āŗ22.46 se atrevió… Se entiende: con Ć”nimo de tentarlo.
Lucas 20.
1 Aconteció que en uno de los dĆas, mientras Ćl enseƱaba al pueblo en el templo y anunciaba la Buena Noticia, se le enfrentaron los principales sacerdotes y los escribas y los ancianos, 2 y le hablaron diciendo: ĀæCon quĆ© clase de autoridad haces estas cosas? ĀæO quiĆ©n es el que te dio esta autoridad? 3 Respondiendo, les dijo: Yo tambiĆ©n os preguntarĆ© un asunto, y respondedme vosotros: 4 El bautismo de Juan, Āæera del cielo, o de los hombres? 5 Entonces ellos discutĆan entre sĆ, diciendo: Si dijĆ©ramos, del cielo, dirĆ”, Āæpor quĆ© no le creĆsteis? 6 Y si decimos, de los hombres, todo el pueblo nos apedrearĆ”, porque estĆ”n persuadidos de que Juan era un profeta. 7 Y respondieron que no sabĆan de dónde. 8 Entonces JESĆS les dijo: Tampoco Yo os digo con quĆ© autoridad hago estas cosas.
9 Comenzó entonces a decir al pueblo esta parĆ”bola: Cierto hombre plantó una viƱa, y la arrendó a unos labradores, y se ausentó por mucho tiempo. 10 A su debido tiempo envió a un esclavo a los labradores, para que le dieran del fruto de la viƱa, pero los labradores lo golpearon y lo enviaron con las manos vacĆas. 11 Volvió a enviar a otro esclavo, pero ellos tambiĆ©n a este, habiĆ©ndolo golpeado y afrentado, lo despidieron con las manos vacĆas. 12 Y volvió a enviar a un tercero, y ellos tambiĆ©n a este lo hirieron y lo echaron fuera. 13 Dijo entonces el seƱor de la viƱa: ĀæQuĆ© harĆ©? EnviarĆ© a mi hijo amado, quizĆ”s a este respetarĆ”n. 14 Pero al verlo, los labradores razonaron entre sĆ, diciendo: Este es el heredero, matĆ©moslo para que la herencia sea nuestra. 15 Y echĆ”ndolo fuera de la viƱa, lo mataron. ĀæQuĆ© les harĆ”, pues, el seƱor de la viƱa? 16 IrĆ”, y destruirĆ” a estos labradores, y darĆ” la viƱa a otros. Al oĆrlo, dijeron: Ā”Nunca suceda! 17 Pero Ćl, mirĆ”ndolos fijamente, dijo: ĀæQuĆ© significa, pues, esto que estĆ” escrito: La piedra que desecharon los edificadores, Esta llegó a ser cabeza de Ć”ngulo? 18 Todo el que caiga sobre esta piedra, serĆ” quebrantado, pero sobre aquel queĀ caiga, lo desmenuzarĆ”.
19 Entonces los escribas y los principales sacerdotes trataron de echarle mano en aquella hora, porque entendieron que habĆa dicho esa parĆ”bola contra ellos, pero temieron al pueblo. 20 Y acechĆ”ndolo, enviaron espĆas que pretendieran ser justos, para atraparlo en alguna palabra, a fin de entregarlo al poder y autoridad del gobernador. 21 Y le preguntaron, diciendo: Maestro, sabemos que hablas y enseƱas rectamente y que no haces acepción de personas, sino que enseƱas verdaderamente el camino de DIOS. 22 ĀæNos es lĆcito dar tributo a CĆ©sar, o no? 23 Percibiendo la astucia de ellos, les dijo: 24 Mostradme un denario. ĀæDe quiĆ©n tiene imagen e inscripción? Ellos dijeron: De CĆ©sar. 25 Ćl les dijo: AsĆ, pues, dad a CĆ©sar lo de CĆ©sar, y a DIOS lo de DIOS. 26 Y no pudieron asirse de ninguna de sus palabras delante del pueblo, yĀ maravillados por su respuesta, callaron.
27 TambiĆ©n se acercaron algunos de los saduceos (que dicen que no hay resurrección), y le preguntaron, 28 diciendo: Maestro, MoisĆ©s nos escribió: Si el hermano de alguno muriera teniendo mujer y este fuera sin hijos, que su hermano tome a la mujer y levante descendencia a su hermano. 29 Eran, pues, siete hermanos, y el primero, habiendo tomado mujer, murió sin hijos. 30 TambiĆ©n el segundo 31 y el tercero la tomaron, y asĆ tambiĆ©n los siete no dejaron hijos y murieron, 32 y finalmente, murió tambiĆ©n la mujer. 33 En la resurrección, pues, Āæde cuĆ”l de ellos llega a ser mujer? Porque los siete la tuvieron por mujer. 34 JESĆS les dijo: Los hijos de este siglo se casan y son dados en casamiento. 35 Pero los que fueron tenidos por dignos de alcanzar aquel siglo, y de la resurrección de entre los muertos, no se casan ni son dados en casamiento, 36 pues ya no pueden morir mĆ”s, porque son como Ć”ngeles, y son hijos de DIOS, al ser hijos de la resurrección. 37 Y en cuanto a que los muertos resucitan, MoisĆ©s tambiĆ©n lo indicó en lo de la zarza, cuando llama al SeƱor el DIOS de Abraham, y DIOS de Isaac y DIOS de Jacob. 38 AsĆ que no es DIOS de muertos, sino de vivos, porque para Ćl todos viven. 39 Respondiendo entonces algunos de los escribas, dijeron: Maestro, muy bien dijiste. 40 Y ya no se atrevĆan a preguntarle nada. 41 Entonces Ćl les dijo a ellos: ĀæCómo dicen que el CRISTO es hijo de David? 42 Porque el mismo David dice en el rollo de los salmos: Dijo el SeƱor a mi SeƱor: SiĆ©ntate a mi diestra, 43 Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies. 44 Si David lo llama SeƱor Āæcómo es hijo suyo?
45 Y mientras todo el pueblo escuchaba, dijo a los discĆpulos: 46 Guardaos de los escribas, de los que andan con stolas religiosas y aman las salutaciones en las plazas, y los primeros asientos en las sinagogas y los puestos de honor en las cenas; 47 pero devoran las casas de las viudas, y por pretexto oran (tefilĆ”) largamente. Estos tendrĆ”n un juicio mĆ”s severo.Ā
āŗ20.1 enfrentaron… Expresa importunidad, descaro, y casi violencia: asaltaron.
āŗ20.2 hablaron diciendo… Lit. dijeron diciendo (hebraĆsmo).
āŗ20.9 Cierto… Mā omiten tis = cierto; viƱa… āIs 5.1-2; tiempo… Gr. jrónos = tiempos.
āŗ20.10 debido tiempo… Gr. kairós = sazón, oportunidad.
āŗ20.13 harĆ©… Lit. hiciera.
āŗ20.15 fuera… āHe 13.12: padeció fuera de la puerta.
āŗ20.16 Nunca suceda… La expresión interjectiva me gĆ©noito significa Ā”nunca cosa tal nos acontezca! Ā”No sea asĆ! de donde es mejor obviar el nombre Dios, que, ademĆ”s de no estar registrado en el texto, es improbable que hubiera sido mencionado por judĆos.
āŗ20.17 La piedra… Lit. cabeza de Ć”ngulo. Es decir, la piedra angular de una construcción, la cual, colocada en la conjunción de dos paredes y las cuatro arcadas, mantenĆa seguro todo el edificio āSal 118.22.
āŗ20.20 acechĆ”ndolo… Es decir, quedĆ”ndose ellos al acecho; se inserta alguna para suplir elipsis del original.
āŗ20.23 dijo… TR aƱade ĀæPor quĆ© me tentĆ”is?
āŗ20.24 dijeron… Mā aƱaden respondiendo.
āŗ20.27 resurrección… āHch 23.8.
āŗ20.28 Se inserta el para suplir elipsis del original; tome… Lit. tomara;Ā levante… Lit. levantara; descendencia… āDt 25.5.
āŗ20.36 morir… āHe 9.27. Es decir, el casamiento, el nacimiento y la muerte, conforman acontecimientos relativos a este mundo, pero no tienen lugar en el venidero.
āŗ20.37 en lo de la zarza… Es decir, cuando declara que es Dios de vivos āEx 3.6.
āŗ20.38 viven… Es decir, en presencia de Dios, esperando la resurrección.
āŗ20.42-43 āSal 110.1.
āŗ20.47 juicio… āMr 12.40.
Juan 19.
1 Tomó, pues, Pilato a JESĆS y lo azotó. 2 Y los soldados, despuĆ©s de trenzar una corona de espinas, la colocaron en su cabeza, y le pusieron un manto purpĆŗreo, 3 y se acercaban a Ćl diciĆ©ndole: Ā”Salve, rey de los judĆos!, y le daban bofetadas. 4 Otra vez salió Pilato, y les dice: Mirad, os lo traigo fuera para que sepĆ”is que no hallo delito en Ć©l. 5 Entonces salió JESĆS llevando la corona de espinas y el manto purpĆŗreo. Y les dice: Ā”He aquĆ el hombre!
6 Cuando, pues, lo vieron los principales sacerdotes y los sirvientes, gritaron,Ā diciendo: Ā”Crucifica! Ā”Crucifica! Les dice Pilato: Ā”Tomadlo vosotros y crucificadlo, pues yo no hallo delito en Ć©l! 7 Le respondieron los judĆos: Nosotros tenemos una ley, y segĆŗn la ley debe morir, porque se hizo a sĆ mismo Hijo de DIOS. 8 Cuando Pilato oyó esta palabra, se sintió mĆ”s atemorizado.
9 Y entrando otra vez en el pretorio, dice a JESĆS: ĀæDe dónde eres tĆŗ? Pero JESĆS no le dio respuesta. 10 Entonces le dice Pilato: ĀæNo me hablas? ĀæNo sabes que tengo autoridad para soltarte y tengo autoridad para crucificarte? 11 JESĆS le respondió: Ninguna autoridad tendrĆas sobre MĆ si no te fuera dada de arriba; por esto, el que me entregó a ti tiene mayor pecado. 12 Por esto Pilato procuraba soltarlo, pero los judĆos gritaron, diciendo: Ā”Si sueltas a este no eres amigo de CĆ©sar, pues todo el que se hace rey se opone a CĆ©sar! 13 Cuando Pilato oyó estas palabras, llevó afuera a JESĆS y se sentó en el tribunal, en el lugar llamado Enlosado, y en hebreo Gabbata. 14 (Era la preparación de la pascua, como la hora sexta). Y dice a los judĆos: Ā”He aquĆ vuestro rey! 15 Entonces ellos gritaron: Ā”Fuera! Ā”Fuera! Ā”CrucifĆcalo! Les dice Pilato: ĀæQue crucifique a vuestro rey? Respondieron los principales sacerdotes: Ā”No tenemos mĆ”s rey que CĆ©sar! 16 Entonces lo entregó a ellos para que fuera crucificado.
Tomaron, pues, a JESĆS, 17 y cargando Ćl mismo la cruz, salió hacia el lugarĀ llamado de la Calavera, que en hebreo se dice Gólgota, 18 donde lo crucificaron, y con Ćl a otros dos, uno a cada lado, y en medio a JESĆS.
19 Y Pilato tambiĆ©n escribió un tĆtulo y lo colocó encima de la cruz; y habĆa sido escrito: JESĆS EL NAZARENO, EL REY DE LOS JUDĆOS. 20 Muchos de los judĆos leyeron este tĆtulo, porque el lugar donde JESĆS fue crucificado estaba cerca de la ciudad, y estaba escrito en hebreo, en latĆn y en griego. 21 Y decĆan los principales sacerdotes de los judĆos a Pilato: No escribas: El Rey de los judĆos, sino que Ć©l dijo: Soy rey de los judĆos. 22 Respondió Pilato: Lo que he escrito he escrito.
23 Habiendo, pues, crucificado a JESĆS, los soldados tomaron sus vestidos y la tĆŗnica, e hicieron cuatro partes: una parte para cada soldado; pero la tĆŗnica era sin costura, tejida completamente desde arriba. 24 Entonces se dijeron unos a otros: No la rasguemos, sino echemos suertes sobre ella para ver de quiĆ©n serĆ”. Para que se cumpliera la Escritura: Repartieron entre sĆ mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suerte. AsĆ pues, los soldados hicieron estas cosas. 25 Y junto a la cruz de JESĆS estaban de pie su madre, la hermana de su madre, MarĆa, la de CleofĆ”s y MarĆa Magdalena. 26 Entonces JESĆS, al ver a la madre y al discĆpulo a quien amaba, de pie a su lado, dice a la madre: Ā”Mujer, he ahĆ tu hijo! 27 DespuĆ©s dice al discĆpulo: Ā”He ahĆ tu madre! Y desde aquella hora, el discĆpulo la recibió consigo.
28 DespuĆ©s de esto, sabiendo JESĆS que ya todo habĆa sido consumado, para que se cumpliera la Escritura, dice: Tengo sed. 29 Estaba puesta una vasija llena de vinagre, y empapando una esponja en el vinagre, la sujetaron alrededor de un hisopo y se la acercaron a la boca. 30 Entonces, cuando tomó el vinagre, JESĆS exclamó: Ā”Ha sido consumado! Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espĆritu.
31 Entonces los judĆos, para que los cuerpos no quedaran en la cruz en el shabat (pues era la preparación, y el dĆa de aquel shabat era muy especial), rogaron a Pilato que les fueran quebradas las piernas y fueran quitados. 32 Fueron, pues, los soldados, y quebraron las piernas del primero, y del otro que habĆa sido crucificado con Ć©l; 33 pero cuando llegaron a JESĆS, como lo vieron ya muerto, no le quebraron las piernas; 34 pero uno de los soldados le abrió el costado con su lanza, y al instante salió sangre y agua. 35 Y el que ha visto, ha dado testimonio, y su testimonio es verdadero, y Ć©l sabe que dice la verdad, para que tambiĆ©n vosotros creĆ”is. 36 Porque estas cosas sucedieron para que se cumpliera la Escritura: No serĆ” quebrado hueso suyo. 37 Y ademĆ”s otra Escritura dice: MirarĆ”n al que traspasaron.
38 DespuĆ©s de estas cosas, JosĆ© de Arimatea (que es discĆpulo de JESĆS, aunque escondido por temor a los judĆos), rogó a Pilato que le permitiera llevar el cuerpo de JESĆS; y Pilato lo permitió. Fue, pues, y llevó su cuerpo. 39 TambiĆ©n Nicodemo (el que fue primero a Ćl de noche), habĆa ido llevando una mezcla de mirra y Ć”loe como de cien libras. 40 Tomaron, pues, el cuerpo de JESĆS y lo envolvieron en lienzos con las especias aromĆ”ticas, segĆŗn es costumbre de sepultar entre los judĆos. 41 Y en el lugar donde fue crucificado habĆa un huerto, y en el huerto un sepulcro nuevo, en el cual aĆŗn nadie habĆa sido puesto. 42 AllĆ, pues, por causa de la Preparación de los judĆos, porque el sepulcro estaba cerca, colocaron a JESĆS.
āŗ19.5 les dice… Esto es, Pilato.
āŗ19.10 soltarte… crucificarte… TR registra crucificarte… soltarte.
āŗ19.11 el que me entregó a ti… Esto es, CaifĆ”s.
āŗ19.19 encima… āMt 27.37; Lc 23.38.
āŗ19.20 en hebreo, en latĆn y en griego… La secuencia hebreo, latĆn, griegoĀ (esto es, el lenguaje nacional, el oficial y el comĆŗn) estĆ” respaldada fuertemente por ×Ā y B.
āŗ19.22 Lo que he escrito he escrito… Sentencia expresada como veredictoĀ irrevocable.
āŗ19.24 echaron suerte… āSal 22.18.
āŗ19.25 la de CleofĆ”s… Esto es, SalomĆ© āMr 15.40.
āŗ19.28 sed… āSal 22.15; 69.21.
āŗ19.30 vinagre āSal 69.21. No debe confundirse con el vino mirrado (anestĆ©sico) que se daba al reo antes de clavarlo en la cruz, y que JesĆŗs rechazó, luego de probarlo āMr 15.23; entregó el espĆritu…
āŗ19.36 quebrado hueso… āEx 12.46; Nm 9.12; Sal 34.20.
āŗ19.37 al que traspasaron… āZac 12.10; Ap 1.7.
āŗ19.39 Nicodemo… āJn 3.1-2.
āŗ19.42 la preparación… Es decir, de la preparación de la pascua.

