Texto áureo: Gn 49.28-50.26
Lecturas para adultos en la semana:
Gn 49.28-50.26; Sal 119.17-24; Pr 26; Mt 22.23-46; Lc 20; Jn 19
Descripción del tema:
1. ¿Quién cuenta jamás los días de los años que vive? (Gn 47.28). Sólo alguien que cada día los ha vivido de manera especial. Si analizamos, está claro que cada día ocurren cosas buenas y malas, pero cuando se logra ver la mano de Dios se entiende que tanto lo uno como lo otro ha sido de bendición[1]. Como dijimos anteriormente, hay que aprender a vivir cada día como si fuera el último para que pueda ser un día de calidad.
2. Jacob no quería ser enterrado en Egipto. Alguno pudiera pensar que era solo el deseo de ser enterrado en su tierra, pero cuando analizamos la vida de Jacob nos damos cuenta de que sus objetivos siempre eran más. Él quería enseñar algo a sus hijos: “¡Nuestro Dios, nuestros valores, nuestra cultura, no son de Egipto, son de allá, porque allá es donde nuestro Dios quiere que estemos!”.
3. Interesantemente, no dice que Jacob murió, sino que expiró[2]. Esto quiere decir que pasó a la otra vida de una manera suave. Cuando se tiene una vida así, la muerte siempre va a ser suave, aun cuando pudiera parecer trágica a otros[3].
4. La muerte siempre ha sido el tema más reflexionado por la humanidad, es una realidad que muchos desean entender. Ver la muerte como una tragedia es una realidad física, mental, emocional y social. Debido a esto el ser humano ha usado un método psicológico de protección: Pensar lo menos posible en la muerte. El ser humano no se da cuenta que esto lo hunde más en el problema, pues la realidad es que al final siempre habrá que enfrentar ese momento. Es por esto que la ansiedad por el miedo a la muerte es uno de los desequilibrios más comunes, de donde parten muchas enfermedades hoy. Algunos pasan el día repitiéndose: «¡Hoy no me quiero morir, no me quiero morir!». La actitud de vida para con la muerte debe ser lo contrario: Vivir cada día como si fuera el último. Y la frase debería ser: «¡Hoy quiero vivir a plenitud, en bienaventuranza!, ¿cómo puedo hacer esto?».
5. La Biblia nos enseña que la muerte es un salto, una salida del tiempo y el espacio a un mundo con características diferentes a las actuales[4]. En donde nada de lo que en esta vida trae problemas y adversidades puede prevalecer. Como diría un himno cristiano muy antiguo: «Un mundo feliz más allá»[5].
Preguntas:
a) Si hoy fuera su último día con el grupo, ¿cuál sería su actitud para con todos?
b) ¿Qué pudiéramos hacer hoy para que la cultura que fluye como consecuencia de la vida cristiana permanezca?
c) ¿Conoce de alguien que haya tenido una muerte tranquila? Compártalo con el grupo.
d) Si la muerte es un salto en el tiempo y el espacio, ¿qué cree que pasaría con los que no mueren?
[1] Gn 25.8
[2] Gn 49.39
[3] Jn 19.30
[4] Mt 22:23-24; Lc 20:36-38; 2Co 12:2-4; 1Co 15:56-57
[5] Letra: Sanford F. Bennett. Traducción al español: Henry G. Jackson. Música: Joseph P. Webster. (Hay un mundo feliz más allá. Himnos evangélicos. New York: American Tract Society, 1895. Pág. 140).