Texto Ôureo: Genesis 1:26-2:25
Lecturas para adultos en la semana
DĆa 1 Genesis 1:26-2:25
DĆa 2 Salmo 8
DĆa 3 Probervios 24-25
DĆa 4 Ecleciastes 3-4
DĆa 5 Cantares 4-5
DĆa 6 Daniel 10
I- El hombre un ser integral.
El hombre fue hecho de aquella tierra (adamĆ”h) que Dios habĆa separado de la tierra (eretz) en donde cayó SatĆ”nĀ [1]. Es asĆ como Ć©l es hecho sin contaminación alguna, aunque a su alrededor hubiera ya caosĀ como consecuencia del pecado.
El hecho de que el hombre sea el Ćŗnico ser capaz de tomar decisiones conscientes nos demuestra que Ć©l estĆ” hecho a la imagen de DiosĀ [2]. Ahora, si tambiĆ©n fue hecho del polvo de la adamah podemos concluir que es un ser integral (material y espiritual). Esto quiere decir que Dios lo creó materialmente para relacionarse con el mundo que le rodea, y espiritualmente para relacionarse con Ćl y con todo lo que le rodea de una manera consciente [3].
Muchas veces los intĆ©rpretes tratan de encontrar a quĆ© se refiere la frase Ā«imagen y semejanzaĀ» solamente basĆ”ndose en las etimologĆas de ambas palabras. Sin embargo, el propio pasaje como su contexto se ocupa darnos una guĆa. La pregunta para entender mejor serĆa: ĀæPara quĆ© necesita el hombre la imagen y semejanza de Dios? El texto responde con varias acciones: Ā«Y los bendijoĀ Dios, y les dijo: FructificadĀ y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y seƱoreadā¦Ā». Pero Ć©stas tambiĆ©n han sido muy mal interpretadas, pues se ven solo como sinónimos de un llamado a que la raza humana crezca numĆ©ricamente y domine su entorno. Sin darse cuenta que si esto se ve asĆ, entonces no hay ninguna diferencia entre los humanos y el resto de la creación material en donde el mĆ”s apto domina al menos apto. Ahora, si todo parte de la Ā«imagen y semejanzaĀ» de Dios que ha sido puesta en el hombre y que le hace ser diferente del resto de lo creado en la tierra, estas acciones deben tener un origen y un resultado diferente en comparación con los otros seres que tienen vida, los animales. Veamos algunos detalles:
- «Y los bendijo Dios» (se refiere a tener la capacidad de ser humildes al recibir la adopción[4]).
- «Fructificad» (apunta a tener la capacidad de transmitir o influenciar a los demÔs con frutos buenos).
- «Multiplicaos» (señala a la capacidad de extenderse a sà mismo en otros[5]).
- «Llenad la tierra» (es la capacidad de hacer que la tierra cumpla el propósito por el cual fue creada[6]).
- «Sojuzgadla» (es la capacidad de construir aun cuando parezca que se estÔ rompiendo o destruyendo algo).
- «Señoread» (hace referencia a la capacidad de perseverar, peleando si es necesario con el resto de la creación, para lograr establecer la imagen y semejanza de Dios).
II- El mejor equipo de trabajo e influencia sobre la tierra.
Dios, que conoce todas las necesidades de cada adam,Ā aun cuando el hombre mismo no puede comprenderlas, creó a la mujer para que ambos fueran el equipo mĆ”s eficaz que se moviera sobre la tierra (el matrimonio)Ā [7]. Cuando ambos logran encontrarse y unirse no sólo pueden entender el misterio del amor, sino tambiĆ©n el misterio de la relación entre Dios y su pueblo, entre Cristo y la iglesia. Pablo lo explicó asĆ:
Ā«Someteos unos a otros en el temor de Dios. Las casadas estĆ©n sujetas a sus propios maridos, como al SeƱor; porque el marido es cabeza de la mujer, asĆ como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y Ć©l es su Salvador. AsĆ que, como la iglesia estĆ” sujeta a Cristo, asĆ tambiĆ©n las casadas lo estĆ©n a sus maridos en todo. Maridos, amad a vuestras mujeres, asĆ como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sĆ mismo por ella, para santificarla, habiĆ©ndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentĆ”rsela a sĆ mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha. AsĆ tambiĆ©n los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sĆ mismo se ama. Porque nadie aborreció jamĆ”s a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como tambiĆ©n Cristo a la iglesia, porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos. Por esto dejarĆ” el hombre a su padre y a su madre, y se unirĆ” a su mujer, y los dos serĆ”n una sola carne. Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia. Por lo demĆ”s, cada uno de vosotros ame tambiĆ©n a su mujer como a sĆ mismo; y la mujer respete a su marido.Ā» (Ef 5:21ā33). (1998).
AdĆ”n estaba retado a dejar atrĆ”s sus temores y falsas ilusiones para que su matrimonio volara alto. CuĆ”nto tiempo de soledad podĆa influenciar a AdĆ”n para que su matrimonio no fuera feliz, le tocaba a Ć©l esto. Hasta ahora habĆa lidiado con seres impersonales en el EdĆ©n y su Padre celestial le guiaba, pero el reto ahora con Ć©sta que era igual a Ć©l se encontraba en guiarla y ser una sola carne con ella. No era tanto tratar de moldear a Eva para que fuera lo que Ć©l querĆa, sino cambiar y madurar Ć©l para que ambos armonizaran en la imagen y semejanza de Dios. TambiĆ©n debĆa descubrir quiĆ©n era Eva y permitirle a ella conocerle a Ć©l.
El matrimonio es una de las mejores oportunidades para crecer, superar el egoĆsmo y aprender a amar.
Preguntas:
1.- ¿El hombre es sólo un animal mÔs evolucionado? ¿Por qué?
2.- ¿Qué cree usted tiene de especial aquello que Dios sopló en el hombre?
3.- ¿Qué cree usted que suceda con un hombre que manifieste las 6 capacidades de la semejanza de Dios?
4.- ¿Por qué cree usted que la mujer fue hecha de la costilla y no de la cabeza o los pies?
5.- ¿Por qué cree que dice Jesús: «Lo que Dios juntó no lo separé el hombre»? (Mt. 19.6).
6- ¿Qué pudiera suceder en el entorno de un matrimonio con la semejanza de Dios?
[1] La palabra hebrea para āhombreā es adĆ”m y la palabra para la ātierraā de donde fue formado es adamĆ”h. Esta tierra especial se diferencia de aquella (eretz) de la cual subĆa un vapor para regarla.
[4] La palabra hebrea yebarej (×Ö°×ָרֶ×Ö°), aunque se traduce como ābendecirā (buen decir), encuentra la raĆz de su significado mĆ”s exactamente en āadopciónā. O sea, que Dios nos adopta como suyos y, por eso, somos ābendecidosā. Entonces Ćl es el Bendito porque en Ćl hay muchos adoptados.
[5] La palabra rebĆŗ (רְ××Ö¼), al ser traducida como multiplicar pierde mucho de su raĆz que viene de la acción de ātirar una flechaā, porque al hacer esto la persona se extiende a una distancia mĆ”s allĆ” de sĆ mismo. Entonces en este pasaje podemos decir que se refiere a la capacidad de extenderse o duplicarse en otros. Esto se puede hacer a travĆ©s del discipulado o la influencia a otros.
[6] La palabra milĆŗ (×Ö“×Ö°××Ö¼) se refiere a un āllenarā, pero siempre como consecuencia de una āplenitudā que se extiende hasta āsaciarā. Los animales a travĆ©s de su propia naturaleza estĆ”n llamados a llenar en cuantĆa la tierra, mientras los humanos deben extenderse a travĆ©s de su influencia cualitativa. Una vez esto se cumpla la tierra llega a cumplir su objetivo por el cual fue creada.
GƩnesis 1:26-31.
26 Y dijo Elohim: Hagamos un hombre (adÔm) a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza, y ejerzan dominio sobre los peces del mar, sobre las aves de los cielos, sobre el ganado, sobre toda la tierra (eretz) y sobre todo reptil que repta sobre la tierra (eretz). 27 Y Elohim Alef-Tav creó al hombre a su imagen: A imagen de Elohim lo creó, macho y hembra los creó. 28 Y Elohim los bendijo, y les dijo: Fructificad y multiplicaos. Llenad la tierra y sojuzgadla, dominad sobre los peces del mar y las aves de los cielos y sobre todo ser vivo que se mueve sobre la tierra.
29 Y dijo Elohim: He aquĆ os he dado toda hierba que produce semilla, que estĆ” sobre la faz de toda la tierra (eretz), y todo Ć”rbol en el que hay fruto y que produce semilla, os serĆ” de alimento. 30 Y a toda bestia de la tierra (eretz) y a toda ave de los cielos, y a todo lo que repta sobre la tierra (eretz), en los cuales hay vida, toda hierba verde le serĆ” por alimento. Y fue asĆ. 31 Y vio Elohim todo lo que habĆa hecho, y he aquĆ estaba muy bien. Y hubo tarde y hubo maƱana: El dĆa sexto.
2:2a Y en el dĆa sexto Elohim completó su obra que habĆa hecho, 1 y fueron ordenados los cielos y la tierra (eretz) y todo su ejĆ©rcito. 2b Y en el dĆa sĆ©ptimo reposó de toda su obra que habĆa hecho, 3 y bendijo Elohim el dĆa sĆ©ptimo y lo santificó, porque en Ć©l reposó Elohim de toda su labor de rehacer lo que habĆa creado.
āŗ1.26 hombre… Heb. adam. TambiĆ©n humanidad; ejerzan… Nótese el singular y el plural.
āŗ1.27 Alef-Tav…; macho y hembra… āMt 19.4; Mr 10.6;
āŗ1.27-28 los creó ā5.1-2.
āŗ1.28 y les dijo… En contraste con los animales āv. 22 a los que bendice diciendo, Dios bendice y le dice al hombre. Es decir, establece una relación personal con el hombre, conversa con Ć©l ā3.9; 35.9-10, y lo conoce por nombre āMt 16.18.
āŗ1.29 Ć”rbol… Lit. madera (como esencia).
āŗ1.31 El dĆa sexto… Nótese el artĆculo. Prob. se destaca por la creación del Hombre.
āŗ2.2a Sigue el Pentateuco Samaritano.Ā
āŗ2.1 ordenados… Lit. completados; ejĆ©rcito… LXX: cosmos.
āŗ2.2 dĆa sexto… TM sĆ©ptimo. Se sigue LXX y Pentateuco Samaritano āEx 20.11; habĆa hecho… āHe 11.3; dĆa sĆ©ptimo reposó… Heb. shabbat = reposar, descansar. Indica tambiĆ©n cesación de una obra āHe 4.4, 10.
āŗ2.3 rehacer… Lit. para hacer.
GƩnesis 2.
Ā 4 Esta es la escritura del origen de los Cielos y la Tierra (eretz) cuando fueron creados.
5 El dĆa en que Elohim hizo tierra (eretz) y cielos no habĆa aĆŗn ninguna planta del campo, ni habĆa brotado aĆŗn en la tierra (eretz) ninguna hierba del campo, porque Elohim no habĆa hecho llover sobre la tierra (eretz) ni habĆa hombre para labrar la tierra (adamĆ”h), 6 sino que subĆa de la tierra (eretz) un vapor que regaba toda la superficie de la tierra (eretz). 7 Y del polvo de la tierra (adamĆ”h) formó Elohim al hombre e insufló en sus narices aliento de vida, y el hombre llegó a ser alma viviente (nefesh hayĆ”h).
8 Y YHVH Elohim plantó un jardĆn en EdĆ©n, al oriente. Y Alef-Tav puso allĆ al hombre (adĆ”m) que habĆa formado. 9 Y de la tierra (adamĆ”h) hizo brotar Elohim todo Ć”rbol agradable a la vista y bueno para comida. Y, en medio del jardĆn, el Ć”rbol de la vida y el Ć”rbol del conocimiento bueno y malo.
10 Un rĆo sale de EdĆ©n para regar el jardĆn y de allĆ se divide en cuatro cauces. 11 Uno se llama Pisón. Este es el que rodea toda la tierra de Havila, donde estĆ” el oro.Ā 12 Y el oro de aquella tierra (eretz) es bueno. AllĆ estĆ” el rubĆ y la piedra ónice. 13 El segundo rĆo se llama Guijón. Este es el que rodea toda la tierra (eretz) de Cus. 14 El tercer rĆo se llama Hidequel, que fluye al oriente de Asiria. Y el cuarto rĆo es el Ćufrates.
15 Tomó, pues, YHVH Elohim Alef-Tav al hombre (adĆ”m) y lo puso en el jardĆn para que lo cultivara y lo guardara. 16 Y YHVH Elohim impuso sobre el hombre (adĆ”m) diciendo: De todo Ć”rbol del paraĆso come libremente, 17 pero del Ć”rbol del conocimiento bueno y malo, no comerĆ”s de Ć©l, porque el dĆa que comas de Ć©l, morirĆ”s muriendote.
18 Dijo YHVH Elohim: No es bueno que el hombre (adĆ”m) estĆ© solo. HagĆ”mosle una ayuda a su medida. 19 Porque Elohim habĆa formado de la tierra (adamĆ”h) toda bestia del campo y toda ave de los cielos y los habĆa llevado al hombre (adĆ”m) para que viera cómo los habrĆa de llamar. Y todo nombre que el hombre (adĆ”m) llamó a cada ser viviente, tal es su nombre.
20 Y el hombre (adƔm) puso nombres a todos los animales, a las aves de los cielos y a toda bestia del campo, mas para el hombre (adƔm) no fue hallada ayuda semejante a Ʃl.
21 Y YHVH Elohim hizo caer sobre el hombre (adĆ”m) un Ć©xtasis y lo hizo dormir. Y tomó una de su costado y cerró la carne en su lugar. 22 Y del costado que YHVH Elohim habĆa tomado del hombre (adĆ”m), formó una hembra y la llevó al hombre (adĆ”m). 23 Y el hombre (adĆ”m) dijo: Ā”Esta es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne! SerĆ” llamada hembra, porque del varón fue tomada. 24 Por eso: DejarĆ” el varón a su padre y a la madre, y se unirĆ” a su mujer y los dos serĆ”n una sola carne. 25 Y estaban los dos desnudos, el hombre (adĆ”m) y su mujer, y no estaban avergonzados.
āŗ2.4 escritura… Se sigue LXX. Primera tablilla.
āŗ2.5 Elohim… TM YHVH. Se sigue LXX; tierra y cielos…
āŗ2.6 subĆa de la tierra un vapor… Es decir, aĆŗn no se habĆa iniciado el ciclo de condensación y precipitación.
āŗ2.7 Elohim… Se sigue LXX; alma viviente… ā1Co 15.45.
āŗ2.8 Alef-Tav…
āŗ2.9 Ć”rbol de la vida… āAp 2.7; 22.2, 14.
āŗ2.14 Hidequel… Esto es, el rĆo Tigris. āŗ2.15 Alef-Tav…; paraĆso… TM aƱade del EdĆ©n. Se sigue LXX.
āŗ2.16 comeĀ libremente… Lit. comiendo comerĆ”s. Indica Ć©nfasis. Muchas versiones omiten libremente.
āŗ2.17 ciertamente morirĆ”s… Heb. muriendo morirĆ”s. Indica Ć©nfasis.
āŗ2.18 HagĆ”mosle… TM: le harĆ©; a su medida… Es decir, machihembrada ā5.2.
āŗ2.21-22 costado…
āŗ2.23 Varona… Heb. āishshah, femenino de āish = varón.
āŗ2.24 la madre… TM: su madre. Se sigue LXX āMr 10.7; una sola carne… āMt 19.5; Mr 10.7-8; 1Co 6.16; Ef 5.31.
GƩnesis 1:26-31.
26 Y dijo Elohim: Hagamos un hombre (adÔm) a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza, y ejerzan dominio sobre los peces del mar, sobre las aves de los cielos, sobre el ganado, sobre toda la tierra (eretz) y sobre todo reptil que repta sobre la tierra (eretz). 27 Y Elohim Alef-Tav creó al hombre a su imagen: A imagen de Elohim lo creó, macho y hembra los creó. 28 Y Elohim los bendijo, y les dijo: Fructificad y multiplicaos. Llenad la tierra y sojuzgadla, dominad sobre los peces del mar y las aves de los cielos y sobre todo ser vivo que se mueve sobre la tierra.
29 Y dijo Elohim: He aquĆ os he dado toda hierba que produce semilla, que estĆ” sobre la faz de toda la tierra (eretz), y todo Ć”rbol en el que hay fruto y que produce semilla, os serĆ” de alimento. 30 Y a toda bestia de la tierra (eretz) y a toda ave de los cielos, y a todo lo que repta sobre la tierra (eretz), en los cuales hay vida, toda hierba verde le serĆ” por alimento. Y fue asĆ. 31 Y vio Elohim todo lo que habĆa hecho, y he aquĆ estaba muy bien. Y hubo tarde y hubo maƱana: El dĆa sexto.
2:2a Y en el dĆa sexto Elohim completó su obra que habĆa hecho, 1 y fueron ordenados los cielos y la tierra (eretz) y todo su ejĆ©rcito. 2b Y en el dĆa sĆ©ptimo reposó de toda su obra que habĆa hecho, 3 y bendijo Elohim el dĆa sĆ©ptimo y lo santificó, porque en Ć©l reposó Elohim de toda su labor de rehacer lo que habĆa creado.
āŗ1.26 hombre… Heb. adam. TambiĆ©n humanidad; ejerzan… Nótese el singular y el plural.
āŗ1.27 Alef-Tav…; macho y hembra… āMt 19.4; Mr 10.6;
āŗ1.27-28 los creó ā5.1-2.
āŗ1.28 y les dijo… En contraste con los animales āv. 22 a los que bendice diciendo, Dios bendice y le dice al hombre. Es decir, establece una relación personal con el hombre, conversa con Ć©l ā3.9; 35.9-10, y lo conoce por nombre āMt 16.18.
āŗ1.29 Ć”rbol… Lit. madera (como esencia).
āŗ1.31 El dĆa sexto… Nótese el artĆculo. Prob. se destaca por la creación del Hombre.
āŗ2.2a Sigue el Pentateuco Samaritano.Ā
āŗ2.1 ordenados… Lit. completados; ejĆ©rcito… LXX: cosmos.
āŗ2.2 dĆa sexto… TM sĆ©ptimo. Se sigue LXX y Pentateuco Samaritano āEx 20.11; habĆa hecho… āHe 11.3; dĆa sĆ©ptimo reposó… Heb. shabbat = reposar, descansar. Indica tambiĆ©n cesación de una obra āHe 4.4, 10.
āŗ2.3 rehacer… Lit. para hacer.
GƩnesis 2.
Ā 4 Esta es la escritura del origen de los Cielos y la Tierra (eretz) cuando fueron creados.
5 El dĆa en que Elohim hizo tierra (eretz) y cielos no habĆa aĆŗn ninguna planta del campo, ni habĆa brotado aĆŗn en la tierra (eretz) ninguna hierba del campo, porque Elohim no habĆa hecho llover sobre la tierra (eretz) ni habĆa hombre para labrar la tierra (adamĆ”h), 6 sino que subĆa de la tierra (eretz) un vapor que regaba toda la superficie de la tierra (eretz). 7 Y del polvo de la tierra (adamĆ”h) formó Elohim al hombre e insufló en sus narices aliento de vida, y el hombre llegó a ser alma viviente (nefesh hayĆ”h).
8 Y YHVH Elohim plantó un jardĆn en EdĆ©n, al oriente. Y Alef-Tav puso allĆ al hombre (adĆ”m) que habĆa formado. 9 Y de la tierra (adamĆ”h) hizo brotar Elohim todo Ć”rbol agradable a la vista y bueno para comida. Y, en medio del jardĆn, el Ć”rbol de la vida y el Ć”rbol del conocimiento bueno y malo.
10 Un rĆo sale de EdĆ©n para regar el jardĆn y de allĆ se divide en cuatro cauces. 11 Uno se llama Pisón. Este es el que rodea toda la tierra de Havila, donde estĆ” el oro.Ā 12 Y el oro de aquella tierra (eretz) es bueno. AllĆ estĆ” el rubĆ y la piedra ónice. 13 El segundo rĆo se llama Guijón. Este es el que rodea toda la tierra (eretz) de Cus. 14 El tercer rĆo se llama Hidequel, que fluye al oriente de Asiria. Y el cuarto rĆo es el Ćufrates.
15 Tomó, pues, YHVH Elohim Alef-Tav al hombre (adĆ”m) y lo puso en el jardĆn para que lo cultivara y lo guardara. 16 Y YHVH Elohim impuso sobre el hombre (adĆ”m) diciendo: De todo Ć”rbol del paraĆso come libremente, 17 pero del Ć”rbol del conocimiento bueno y malo, no comerĆ”s de Ć©l, porque el dĆa que comas de Ć©l, morirĆ”s muriendote.
18 Dijo YHVH Elohim: No es bueno que el hombre (adĆ”m) estĆ© solo. HagĆ”mosle una ayuda a su medida. 19 Porque Elohim habĆa formado de la tierra (adamĆ”h) toda bestia del campo y toda ave de los cielos y los habĆa llevado al hombre (adĆ”m) para que viera cómo los habrĆa de llamar. Y todo nombre que el hombre (adĆ”m) llamó a cada ser viviente, tal es su nombre.
20 Y el hombre (adƔm) puso nombres a todos los animales, a las aves de los cielos y a toda bestia del campo, mas para el hombre (adƔm) no fue hallada ayuda semejante a Ʃl.
21 Y YHVH Elohim hizo caer sobre el hombre (adĆ”m) un Ć©xtasis y lo hizo dormir. Y tomó una de su costado y cerró la carne en su lugar. 22 Y del costado que YHVH Elohim habĆa tomado del hombre (adĆ”m), formó una hembra y la llevó al hombre (adĆ”m). 23 Y el hombre (adĆ”m) dijo: Ā”Esta es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne! SerĆ” llamada hembra, porque del varón fue tomada. 24 Por eso: DejarĆ” el varón a su padre y a la madre, y se unirĆ” a su mujer y los dos serĆ”n una sola carne. 25 Y estaban los dos desnudos, el hombre (adĆ”m) y su mujer, y no estaban avergonzados.
āŗ2.4 escritura… Se sigue LXX. Primera tablilla.
āŗ2.5 Elohim… TM YHVH. Se sigue LXX; tierra y cielos…
āŗ2.6 subĆa de la tierra un vapor… Es decir, aĆŗn no se habĆa iniciado el ciclo de condensación y precipitación.
āŗ2.7 Elohim… Se sigue LXX; alma viviente… ā1Co 15.45.
āŗ2.8 Alef-Tav…
āŗ2.9 Ć”rbol de la vida… āAp 2.7; 22.2, 14.
āŗ2.14 Hidequel… Esto es, el rĆo Tigris. āŗ2.15 Alef-Tav…; paraĆso… TM aƱade del EdĆ©n. Se sigue LXX.
āŗ2.16 comeĀ libremente… Lit. comiendo comerĆ”s. Indica Ć©nfasis. Muchas versiones omiten libremente.
āŗ2.17 ciertamente morirĆ”s… Heb. muriendo morirĆ”s. Indica Ć©nfasis.
āŗ2.18 HagĆ”mosle… TM: le harĆ©; a su medida… Es decir, machihembrada ā5.2.
āŗ2.21-22 costado…
āŗ2.23 Varona… Heb. āishshah, femenino de āish = varón.
āŗ2.24 la madre… TM: su madre. Se sigue LXX āMr 10.7; una sola carne… āMt 19.5; Mr 10.7-8; 1Co 6.16; Ef 5.31.
Salmo 8.
1 Al director del coro, sobre el instrumento guittit. Salmo festivo de David.
”Oh YHVH, Señor nuestro, cuÔn glorioso es tu Nombre en toda la tierra (eretz)!
Has puesto tu majestad sobre los cielos.
2 De la boca de los niƱos y de los que maman, estableciste la alabanza frente a tus adversarios, para hacer callar al enemigo y al vengativo.
3 Cuando contemplo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que Tú afirmaste, 4 digo: ¿Qué es el hombre en su debilidad (enos), para que te acuerdes de él, el hijo del hombre (adÔm), para que lo consideres? 5 Lo hiciste un poco menor que los Ôngeles, y lo coronaste de gloria y honor. 6 Lo haces señorear en las obras de tus manos, pusiste todas las cosas debajo de sus pies: 7 Ovejas y bueyes, todo ello, y también los animales del campo, 8 las aves de los cielos y los peces del mar, todo cuanto atraviesa las sendas de los mares.
9 ”Oh YHVH, Señor nuestro, cuÔn glorioso es tu Nombre en toda la tierra!
āŗ8.1 guittit… Prob. cĆ”ntico de vendimia, o nombre del instrumento referido al lugar de su fabricación (la ciudad de Gat).
āŗ8.3 tus dedos… Es decir, la punta de tus dedos. Antropomorfismo que indica la facilidad con que Dios creó el Universo āIs 53.1 nota.
āŗ8.4 Se inserta Digo para suplir elipsis del original.
āŗ8.5 Ć”ngeles… TM: elohim = dioses. Se sigue LXX.
Probervios 24.
1 No envidies a los malvados, ni desees estar con ellos, 2 porque su corazón rumia violencia, y sus labios hablan agravios.
3 Con la sabidurĆa se edifica una casa, con la prudencia se afirma,Ā 4 y con el conocimiento sus habitaciones son llenadas de ornamentos muy preciados.
5 La persona sabia es fuerte, y el varón docto aumenta su poder.
6 Con sabios consejos harÔs tu guerra, y en la multitud de consejeros habrÔ victoria.
7 La sabidurĆa estĆ” demasiado alta para el necio, en la puerta no abrirĆ” su boca.
8 Al que trama el mal, lo llamarƔn forjador de intrigas.
9 El pensamiento del insensato es pecado, y el insolente es detestado por los hombres (adƔm).
10 Si en el dĆa de la adversidad flaqueas, Ā”Ciertamente eres dĆ©bil!
11 ”Libra a los que son arrastrados a la muerte! ”Rescata a los que estÔn por ser degollados!
12 Si dices: He aquĆ, no lo sabĆamos.Ā El que sopesa los corazones, Āæno lo sabrĆ”?Ā ĀæNo lo sabrĆ” el que vigila tu vida, y paga al hombre (adĆ”m) segĆŗn sus obras?
13 Come miel hijo mĆo, pues es buena, sĆ, el panal es dulce a tu paladar.Ā 14 Has de saber que asĆ serĆ” la sabidurĆa para tu alma, si la hallas, habrĆ” un porvenir, yĀ tu esperanza no serĆ” frustrada.
15 Ā”Oh impĆo!, no aceches la tienda del justo (tzadiq), ni saquees su recĆ”mara,Ā 16 porque aunque caiga siete veces, se lo harĆ” levantar, pero los impĆos tropiezan y caen en la adversidad.
17 Si tu enemigo cae, no te alegres, y si tropieza, no se regocije tu corazón, 18 no sea que YHVH lo vea y le desagrade, y de él revierta su ira hacia ti.
19 No te impacientes a causa de los malignos, ni tengas envidia de los impĆos, 20 Porque para el malo no habrĆ” buen fin, yĀ la lĆ”mpara de los impĆos serĆ” apagada.
21 Hijo mĆo: Teme a YHVH, y tambiĆ©n al rey, y no te asocies con los sediciosos,Ā 22 porque su calamidad viene de repente, y el castigo que proviene de ambos,Ā ĀæquiĆ©n lo conocerĆ”?
23 Esto tambiƩn pertenece a los sabios:
No es bueno hacer acepción de personas en el juicio.
24 El que dice al malo: Justo (tzadiq) eres, los pueblos lo maldecirÔn, y lo execrarÔn las naciones. 25 Pero para quienes deciden con justicia habrÔ complacencia, y una gran bendición vendrÔ sobre ellos.
26 Besa los labios quien da respuesta oportuna.
27 Prepara tus labores de fuera, y disponlas en el campo para ti, y después edifica tu casa.
28 No atestigües negligentemente contra tu prójimo, ni engañes con tus labios.
29 No digas: Le harĆ© a Ć©l como Ć©l me hizo a mĆ, le retribuirĆ© conforme a su obra.
30 Pasé junto al campo del perezoso, por la viña de un hombre sin entendimiento, 31 y he aquà todo estaba cubierto de espinas, su faz estaba cubierta de ortigas, y su muro de piedra, derribado. 32 Al verlo, reflexioné. Lo vi, y aprendà la lección: 33 Un poco de soñar, un poco de dormitar, un poco de cruzar las manos para descansar, 34 y tu miseria te sobrevendrÔ como la del vagabundo, y tu indigencia como la del mendigo.
āŗ24.22 Se sigue orden y secuencia de LXX: 24.1-22; 30.1-14; 24.23-34; 30.15-33; 31.1-9; 25-29; 31.10-31; de ambos… Esto es, del Padre y del Hijo āv. 21; Sal 2.
āŗ24.23 Se sigue orden y secuencia de LXX: 24.1-22; 30.1-14; 24.23-34; 30.15-33; 31.1-9; 25-29; 31.10-31.
āŗ24.23 acepción de personas… Lit. Conocer rostros.
āŗ24.24 Se inserta rey para suplir elipsis del original. El contexto indica que las palabras se dirigen al rey.
āŗ24.28 negligentemente… Es decir, sin ponderar el caso.
Probervios 24.
[[1]]
2 Gloria de DIOS es encubrir un asunto, pero honra del rey es escudriƱarlo.
3 Asà como la altura de los cielos y la profundidad de la tierra, el corazón de los reyes es inescrutable.
4 ApÔrtese la escoria de la plata, y saldrÔ un vaso para el platero. 5 Aparta al malvado del rey, y su trono se afianzarÔ en la justicia (tzedeq).
6 No te alabes delante del rey, ni estƩs en el lugar de los grandes, 7 mƔs vale escuchar: Sube acƔ, que ser humillado ante un noble.
Aun cuando tus ojos hayan visto algo, 8 no te des prisa en pleitear, porque ¿qué harÔs al final cuando te haya avergonzado tu prójimo?
9 Debate el pleito con tu vecino, pero no descubras el secreto de otro,Ā 10 no sea que el que lo oiga te denigre, yĀ tu mala fama no pueda repararse.
11 Manzana de oro en canastillo de plata es la palabra dicha oportunamente.
12 Zarcillo de oro y joya de oro fino, es el sabio que reprende al oĆdo dócil.
13 Frescura de nieve en tiempo de siega, es el mensajero fiel para quien lo envĆa, pues refresca el alma (nefesh) de su seƱor.
14 Como nubes y vientos sin lluvia, es quien se jacta falsamente de dadivoso.
15 Con la mucha paciencia se aplaca al prĆncipe, pues la lengua blanda quebranta los huesos.
16 ĀæHallaste miel? come lo que te baste, no sea que, harto, la vomites.
17 No frecuente tu pie la casa de tu vecino, no sea que, harto de ti, te aborrezca.
18 Mazo, espada y saeta aguda, es el varón que da falso testimonio contra su prójimo.
19 Como diente roto y pie descoyuntado, es confiar en el desleal en dĆa de angustia.
20 Vinagre en la llaga, ir sin ropa en el frĆo, es cantar coplas a corazón afligido.
21 Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer, si tiene sed, dale de beber, 22 porque ascuas de fuego amontonarÔs sobre su cabeza, y YHVH te recompensarÔ.
23 Como el viento (ruaj) del norte ahuyenta la lluvia, asĆ el rostro airado, la lengua detractora.
24 MÔs vale vivir en rincón de azotea, que en casa espaciosa con mujer pendenciera.
25 Como agua fresca a la garganta sedienta, es la buena noticia desde tierra (eretz) lejana.
26 Manantial enturbiado y pozo en ruinas, es el justo (tzadiq) que flaquea ante el malvado.
27 No es bueno comer mucha miel, ni escudriƱar uno su propia gloria es gloria.
28 Ciudad invadida y sin murallas, es el varón que hace las cosas sin consejo.
āŗ25.1 Texto Mazoreta y LXX aƱaden la inscription que introduce la segunda colección de proverbios.
āŗ25.2 Se sigue orden y secuencia de LXX: 24.1-22; 30.1-14; 24.23-34; 30.15-33; 31.1-9; 25-29; 31.10-31.
āŗ25.15 los huesos… Es decir, una expresión pacĆfica supera la obstinación.
āŗ25.23 viento del norte… Ćnica traducción posible por gramĆ”tica y lógica. El viento norte no trae la lluvia, sino todo lo contrario, hace que se vaya.
āŗ25.28 Se sigue LXX.
Ecleciastes 3.
1 Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo de los cielos tiene su hora:Ā 2 Tiempo de nacer y tiempo de morir, tiempo de plantar y tiempo de arrancar lo plantado,Ā 3 tiempo de matar y tiempo de curar, tiempo de destruir y tiempo de edificar,Ā 4 tiempo de llorar y tiempo de reĆr, tiempo de endechar y tiempo de bailar,Ā 5 tiempo de esparcir piedras y tiempo de juntar piedras, tiempo de abrazar y tiempo de abstenerse de abrazar, 6 tiempo de buscar y tiempo de perder, tiempo de guardar y tiempo de desechar,Ā 7 tiempo de romper y tiempo de coser, tiempo de callar y tiempo de hablar,Ā 8 tiempo de amar y tiempo de aborrecer, tiempo de guerra y tiempo de paz.
9 ĀæQuĆ© provecho tiene quien trabaja, de todo aquello en que se afana?Ā 10 He visto el trabajo que Elohim ha impuesto a los hijos del hombre para que lo cumplan. 11 Todo lo hizo hermoso en su tiempo, y puso eternidad en el corazón de ellos, sin que el hombre alcance a entender la obra que Elohim ha hecho desde el principio hasta el fin.Ā 12 SĆ© que no hay nada mejor para ellos que alegrarse y disfrutar su vida. 13 Y tambiĆ©n que es don de DIOS que todo hombre coma y beba, y vea el fruto de toda su labor. 14 He entendido que todo lo que hace Elohim es perpetuo; sobre aquello no se aƱadirĆ”, ni de ello se disminuirĆ”. Elohim lo hizo asĆ, para que los hombres teman delante de Ćl.
15 Lo que es, ya ha sido, y lo que serÔ, ya fue, y Elohim hace volver lo que pasó.
16 Vi mÔs debajo del sol: en el lugar del derecho (mishpatim), allà la impiedad; y en el lugar de la justicia (tzedeq), allà la iniquidad. 17 Y dije en mi corazón: Al justo (tzadiq) y al malvado los juzgarÔ Elohim, porque allà hay un tiempo para cada asunto y para cada obra.
18 Respecto a los hijos del hombre (adÔm), dije en mi corazón: Elohim los ha probado para que ellos mismos vean que son semejantes a las bestias, 19 porque lo mismo que sucede al hombre (adÔm) sucede a la bestia, un mismo suceso es: como muere uno, asà muere el otro. Todos tienen un mismo aliento (ruaj). El hombre no tiene ventaja sobre el animal, porque todo es vanidad.
20 Todos van a un mismo lugar, todos proceden del polvo, yĀ todos vuelven al polvo.
21 ĀæQuiĆ©n conoce el espĆritu (ruaj) de los hijos del hombre? ĀæSube hacia arriba? Y el hĆ”lito de la bestia, Āæbaja a la tierra?
22 AsĆ, pues, he visto que no hay nada mejor para el hombre (adĆ”m) que alegrarse en sus obras, porque esa es su porción. Porque, ĀæquiĆ©n lo llevarĆ” para que vea lo que habrĆ” despuĆ©s de Ć©l?
āŗ3.11 eternidad… Heb. haĀ“olĆ”m. El vocablo significa primordialmente lo que estĆ” oculto para el hombre (entre las brumas de un pasado y un futuro igualmente remotos). Es decir, la dificultad extrema del ser humano para comprender la obra de Dios. AĆŗn asĆ, el Creador puso en el hombre el concepto de la eternidad (de que vive a travĆ©s del tiempo) y por lo tanto se sabe mortal. El estilo pertinente de QohĆ©let, cuyo interĆ©s se mueve Ćŗnicamente entre las cosas que suceden debajo del sol, exhibe el fracaso de todos los humanos, sin distingo, ante la realidad de la muerte.
āŗ3.15 lo que pasó… Lit. lo perseguido.
āŗ3.21 Enmienda Soferim ā11.5.
Ecleciastes 4.
1 Me volvĆ y vi todas las opresiones que se cometen debajo del sol, y he aquĆ las lĆ”grimas de los oprimidos sin nadie que los consolara, y del lado de sus opresores la fuerza bruta, sin nadie que los consolara. 2 Y alabĆ© a los que ya habĆan muerto mĆ”s que a los que todavĆa viven, 3 pero mĆ”s dichoso que ambos, es aquel que hasta ahora no ha sido, que no ha visto las malas obras que se hacen debajo del sol.
4 He visto asimismo que todo trabajo y toda obra excelente despierta la envidia del hombre contra su prójimo. También esto es vanidad y correr tras el viento (ruaj).
5 El necio se cruza de brazos, y devora su propia carne. 6 MƔs vale un puƱado de sosiego, que ambos puƱos llenos de trabajo y de correr tras el viento (ruaj).
7 Me volvà otra vez, y vi esta vanidad debajo del sol: 8 Hay quien estÔ solo, sin nadie que lo acompañe, sin hijos ni hermanos, pero aun asà su afÔn no tiene fin, su ojo no se harta de riquezas, y no se pregunta: ¿Para qué pues me afano y me privo de placeres? También esto es vanidad y tarea penosa.
9 Dos pueden mĆ”s que uno, porque tienen mejor paga por su trabajo. 10 Porque si caen, el uno levantarĆ” al otro; pero, Ā”ay del que estĆ” solo! Cuando caiga no habrĆ” quien lo levante. 11 Si dos se acuestan juntos, se calientan entre sĆ, pero, Āæcómo se calentarĆ” uno solo? 12 Y si alguien prevalece contra uno, dos lo resistirĆ”n; y cordel de tres dobleces no se rompe pronto.
13 MƔs vale joven pobre y sabio, que rey viejo y necio que no admite consejos; 14 aunque para reinar haya salido de la cƔrcel, o aunque en su reino haya nacido pobre.
15 Vi a todos los vivientes debajo del sol marchando con el joven sucesor que lo reemplazaba. 16 No tenĆa fin la muchedumbre que lo seguĆa; sin embargo, los que vengan despuĆ©s tampoco estarĆ”n contentos con Ć©l. Ciertamente esto tambiĆ©n es vanidad y correr tras el viento (ruaj).
Cantares 4.
1 He aquĆ eres hermosa, amada mĆa.Ā Ā”He aquĆ, eres hermosa!Ā Tus ojos son palomas a travĆ©s de tu velo, tus cabellos como un rebaƱo de cabras que descienden al alba del monte Galaad.Ā 2 Tus dientes, cual rebaƱo de ovejas trasquiladas, que suben del lavadero, todas con crĆas gemelas y ninguna estĆ©ril entre ellas.Ā 3 Tus labios son como una cinta de grana, y tu hablar, gracioso. Tus mejillas, cual granada partida detrĆ”s de tu velo.Ā 4 Tu cuello, como la torre de David, construida con roquetas, de donde penden mil escudos, todos paveses de valientes.Ā 5 Tus dos pechos, como crĆas mellizas de gacela, que apacientan entre lirios.
6 Hasta que refresque el dĆa y declinen las sombras, me irĆ© al monte de la mirra, yĀ al collado del incienso.
7 Ā”Toda tĆŗ, oh amada mĆa, eres hermosa, y en ti no hay mancha!Ā 8 Ā”Ven conmigo desde el LĆbano!Ā Ā”Oh esposa mĆa, ven del LĆbano! Sal, desde la cumbre del AmanĆ”, desde la cumbre del Senir y del Hermón, desde las guaridas de los leones, desde los montes de los leopardos.
9 Ā”Has arrebatado mi corazón, hermana mĆa y esposa mĆa!Ā Ā”Has arrebatado mi corazón, con una sola mirada de tus ojos, con una sola gargantilla de tu collar!
10 Ā”CuĆ”n perfecto es tu amor, hermana mĆa y esposa mĆa!Ā Ā”CuĆ”nto mejores que el vino son tus caricias!Ā Ā”CuĆ”nto mejor la fragancia de tus ungüentos que todos los perfumes!
11 Oh esposa mĆa, tus labios destilan miel, la miel y la leche estĆ”n debajo de tu lengua, yĀ el aroma de tus vestidos es como la fragancia del LĆbano.
12 Huerto cerrado eres, hermana mĆa, esposa mĆa, fuente cerrada, manantial sellado.Ā 13 Tus renuevos son paraĆso de granados con toda suerte de frutos deleitosos, de flores de alheƱa y de nardos, 14 nardo y azafrĆ”n, cĆ”lamo aromĆ”tico y canela, con todos los Ć”rboles de incienso, mirra y Ć”loes, con los mejores bĆ”lsamos y aromas.
15 Eres el manantial del huerto, pozo de aguas vivas, que fluye del LĆbano.
16 ”Despierta, oh Aquilón! ”Ven, oh Austro, y sopla sobre mi huerto para que se esparzan sus aromas! ”Venga mi amado a su huerto y coma sus preciados frutos!
āŗ4.4 paveses… Heb. shiltey. Escudo grande que cubre el cuerpo totalmente.
āŗ4.9 corazón… Lit. me has dado corazón. Puede significar tambiĆ©n me has animado, estimulado, motivado; se inserta mirada para suplir elipsis del original.
Cantares 5.
1 Ā”He venido a mi huerto, oh hermana mĆa y esposa mĆa; he recogido mi mirra con mi bĆ”lsamo, he comido mi panal con mi miel; he bebido mi vino con mi leche!Ā Ā”Comed, amigos!Ā Ā”Bebed y embriagaos, oh amados!
2 Yo dormĆa, pero mi corazón velaba:Ā Ā”Una voz!Ā Ā”Mi amado estĆ” llamando!
Ā”Ćbreme, hermana mĆa, amada mĆa, paloma mĆa, perfecta mĆa!Ā Porque mi cabeza estĆ” empapada de rocĆo, yĀ mis cabellos del relente de la noche.
3 Me he quitado mi vestido,Ā Āæcómo lo volverĆ© a vestir? Me he lavado los pies,Ā Āæcómo los volverĆ© a ensuciar?Ā 4 Mi amado envió su mano por la rendija, y mis entraƱas se conmovieron por Ć©l.Ā 5 Me levantĆ© para abrir a mi amado, mis manos destilaron mirra, de mis dedos se escurrió la mirra por la manecilla del cerrojo.Ā 6 AbrĆ a mi amado, pero mi amado ya se habĆa ido, habĆa pasado, y mi alma salió tras su hablar.Ā Lo busquĆ©, pero no lo hallĆ©, lo llamĆ©, pero no me respondió.Ā 7 Los guardas que rondan la ciudad me hallaron, me golpearon y me hirieron.Ā Los guardas de las murallas me despojaron de mi manto.Ā 8 Os conjuro, oh hijas de JerusalĆ©n, si hallĆ”is a mi amado,Ā Āæle dirĆ©is que desfallezco de amor?
9 ¿Qué es tu amado mÔs que otro amado, oh tú, la mÔs hermosa entre las mujeres? ¿Qué es tu amado mÔs que otro amado, que asà nos conjuras?
10 Mi amado es radiante y lozano, distinguido entre diez mil.Ā 11 Su cabeza es como el oro mĆ”s fino, sus cabellos, ondulados, negros como el cuervo.Ā 12 Sus ojos son como palomas junto a corrientes de agua, baƱados con leche, que descansan en la orilla.Ā 13 Sus mejillas, como un jardĆn de especias, que exhalan su fragancia, sus labios son como lirios, que destilan abundante mirra.Ā 14 Sus brazos, como barras de oro engastados con piedras de Tarsis; su torso, tallado de marfil, recubierto de zafiros.Ā 15 Sus piernas son cual columnas de alabastro, asentadas sobre basas de oro puro. Su aspecto, como el del LĆbano, majestuoso como los cedros. 16 Su paladar es dulcĆsimo, y todo Ć©l, la dulzura misma.Ā Ā”Tal es mi amado y tal es mi amigo, oh hijas de JerusalĆ©n!
āŗ5.3 ĀæCómo… El vocablo heb. que traduce ĀæCómo… ĀæCómo… (Ćŗltima lĆnea), es especial y enfĆ”tico. Solo aparece aquĆ y en Est 8.6.
āŗ5.4 rendija… Abertura entre el quicio y la puerta (la cual estĆ” cerrada) āv. 5.
āŗ5.10 lozano… Heb. adóm = rojo; Distinguido entre diez mil…. Lit. seƱalado por un estandarte. Es decir, como el portador del estandarte.
āŗ5.11 ondulados… Heb. taltallĆm = montones sobre montones.
āŗ5.12 orilla… Lit. sentados de lleno.
āŗ5.15 Majestuoso… Lit. escogido.
āŗ5.16 dulcĆsimo… Lit. dulzuras.
Daniel 10.
1 En el año tercero de Ciro, rey de Persia, fue revelada palabra a Daniel, llamado Beltsasar. Palabra verdadera acerca de un gran conflicto. Y él comprendió la palabra y tuvo inteligencia en la visión.
2 En aquellos dĆas, yo, Daniel, estuve afligiĆ©ndome por espacio de tres semanas. 3 No comĆ manjar delicado, ni carne ni vino entraron en mi boca, ni me ungĆ con ungüento, hasta que fueron cumplidas tres semanas enteras. 4 El dĆa veinticuatro del mes primero estaba yo a la orilla del gran rĆo Hidequel, 5 y alzando mis ojos mirĆ©, y he aquĆ un varón vestido de lino blanco, ceƱidos sus lomos de oro de Ufaz. 6 Su cuerpo era como un crisólito, su rostro como un relĆ”mpago, y sus ojos como antorchas de fuego. Sus brazos y pies tenĆan la refulgencia del bronce incandescente, y el sonido de sus palabras era como el estruendo de una multitud. 7 Y solo yo, Daniel, vi aquella visión, y no la vieron los hombres que estaban conmigo, pero un gran temor se apoderó de ellos y huyeron para esconderse.
8 QuedĆ©, pues, yo solo, y vi esta gran visión, y no quedó fuerza en mĆ, antes mi fuerza se cambió en abatimiento, y no tuve vigor alguno.Ā 9 Pero oĆ el sonido de sus palabras; y al oĆr el sonido de sus palabras, caĆ de bruces desfallecido, con mi rostro en tierra. 10 Pero he aquĆ una mano me tocó, e hizo que me enderezara sobre mis rodillas y las palmas de mis manos. 11 Y me dijo: Daniel, varón muy amado, estĆ” atento a las palabras que te hablarĆ©, y ponte de pie, porque a ti he sido enviado ahora. Y cuando me hubo dicho esa palabra, me puse de pie temblando. 12 Me dijo: Daniel, no temas, porque desde el primer dĆa que dispusiste tu corazón a entender y a humillarte en la presencia de mi Elohim, fueron oĆdas tus palabras, y a causa de tus palabras he venido. 13 El prĆncipe del reino de Persia se me opuso durante veintiĆŗn dĆas, pero he aquĆ Miguel, uno de los principales prĆncipes, vino para ayudarme, y quedĆ© allĆ con los reyes de Persia. 14 He venido para hacerte saber lo que ha de venir a tu pueblo en los postreros dĆas, aunque queda otra visión para aquellos dĆas. 15 Mientras me decĆa estas palabras, yo estaba con mi vista en tierra, enmudecido. 16 Pero he aquĆ,algo como una semejanza de hijo de hombre tocó mis labios. Entonces abrĆ mi boca y hablĆ©, y dije al que estaba delante de mĆ: SeƱor mĆo, con la visión me han sobrevenido dolores, y no me quedan fuerzas. 17 ĀæCómo, pues, podrĆ” el siervo de mi seƱor hablar con mi seƱor? Porque al instante me faltó la fuerza, y no me ha quedado aliento.
18 Entonces, aquel que tenĆa semejanza de hombre me tocó otra vez, y me fortaleció, 19 y me dijo: Muy amado, no temas. La paz (shalom) sea contigo. Ā”EsfuĆ©rzate y aliĆ©ntate! Y no bien hubo hablado, recobrĆ© las fuerzas, y dije: Ā”Hable mi SeƱor, porque me has fortalecido! 20 Ćl me dijo: ĀæSabes para quĆ© he venido a ti? Ahora tengo que volver para luchar contra el prĆncipe de Persia, y al terminar con Ć©l, vendrĆ” el prĆncipe de Grecia. 21 Pero te declararĆ© lo que estĆ” registrado en el escrito de la verdad. Nadie me ayuda contra ellos, sino Miguel vuestro prĆncipe.
āŗ10.4 Hidequel… Esto es, Tigris ā Gn 2.14.
āŗ10.14 otra visión… ā Jn 21.21-23; Ap 1.1-2.

