Texto Ôureo: Exodo 3
Lecturas para adultos en la semana
DĆa 1Ā Exodo 3
DĆa 2 Marcos 4-5
DĆa 3 Hechos 28
DĆa 4 1ĀŖTimoteo 1:12-20
DĆa 5 1ĀŖTimoteo 6:11-19
DĆa 6 Apocalipsis 3:1-22
I- Dios forma, capacita y ademƔs te hace influencer.
MoisĆ©s se encuentra en el mismo lugar que aƱos despuĆ©s Dios va a usar para traer la ley a Israel (SinaĆ), pero en esta ocasión Ć©l no tiene idea de lo que va a ocurrir. Sin embargo, Dios sabe que para poder usarlo debĆa tener un encuentro con Ć©l que lo llevarĆ” a otra dimensión en su vida, tal como habĆa hecho con sus ancestros Abraham, Isaac y Jacob.
En un principio Dios utiliza el centro de una zarza ardiendo para hablarle y enseƱarle que Ćl estĆ” en todas partes, aun cuando haya espinas y fuego. Por otra parte, Dios le estĆ” enseƱando que Ćl puede usar hasta algo tan insignificante como una zarza. Por eso, la pregunta de MoisĆ©s despuĆ©s: «¿QuiĆ©n soy yo para que vaya a Faraón, y saque de Egipto a los hijos de Israel?Ā», no va a tener mucho sentido. Todos hemos de aprender en algĆŗn momento que a quien Dios llama, Ćl lo capacita y usa, sin importarle cuĆ”n grande la persona se vea.
MoisĆ©s tambiĆ©n debĆa entender que el liderazgo implica influenciar a otros, pero esto no se puede hacer sin reconocer la grandeza de la gente simple. ĀæQuĆ© era la zarza en comparación con otros Ć”rboles? Dios hizo de ella algo grande y Ćŗtil, asĆ tambiĆ©n MoisĆ©s debĆa influenciar en otros para que se pudieran convertir en instrumentos Ćŗtiles de Dios.
II- Una forma diferente del Ćŗnico Dios verdadero.
La respuesta a la pregunta de MoisĆ©s es muy alentadora y, a la vez, sorprendente (v. 12). Por un lado, le dice que no se preocupe, que estarĆa con Ć©l; pero por otro le dice que tendrĆ” por seƱal algo que va a ocurrir mucho tiempo despuĆ©s. ĀæCómo va a ser esto?, porque la seƱal se necesita ahora, no despuĆ©s.
Las seƱales de Dios no son para convencer solamente, sino que tambiĆ©n confirman, orientan y guĆan. Por otra parte, Ćl no trata de animar al estilo de los motivadores de la televisión de hoy, sino que simplemente deja clara su bondadosa acción sobre Ć©l y toda la nación; le corresponde a quien le ama a sumarse a lo que va a hacer.
III- Una perspectiva de servicio.
Con Dios siempre el futuro serÔ mejor que el pasado. Alguien preguntaba en una ocasión: «¿Qué habré hecho para no merecer la muerte?». Un amigo contestó: «¿QuizÔs no hiciste nada, tal vez sea lo que vas a hacer?». Si alguno es beneficiario de una bendición especial, en lugar de palmearnos en la espalda y concluir que debe haber sido algo maravilloso que hicimos y nos estÔn recompensando, lo que todo hijo de Dios debe preguntarse es: ¿Qué espera Dios que yo haga con ella?
Preguntas:
1.- Investigue acerca del encuentro de alguno de los lĆderes de su iglesia local con el SeƱor.
2.- ĀæPor quĆ© cree que Dios estipula requisitos para su liderazgo, si al final Ćl lo va a capacitar?
3.- ¿En qué sentidose puede decir que Ester y Moisés fueron parecidos en cuanto a la forma en que Dios usa a sus hijos?
4.- ĀæPor quĆ© cree usted que MoisĆ©s tiene mĆ”s miedo al pueblo de Israel que a Dios?Ā
Exodo 3.
1 Apacentaba MoisĆ©s el rebaƱo de su suegro Jetro, sacerdote de MadiĆ”n, y condujo el rebaƱo adentro del desierto y llegó al monte Horeb.Ā 2 Y le apareció un mensajero (malaj/angelos) de YHVH en una llama de fuego que salĆa de una zarza. Y Ć©l vio la zarza ardiendo con fuego, pero la zarza no era consumida. 3 Y dijo MoisĆ©s: IrĆ© y verĆ© esta gran visión por quĆ© no es consumida la zarza.
4 Y viendo YHVH que iba a mirar, lo llamó Elohim de en medio de la zarza, y le dijo: Ā”MoisĆ©s! Ā”MoisĆ©s! Y Ć©l respondió: Ā”Heme aquĆ! 5 Y dijo: Ā”No te acerques aquĆ! Ā”QuĆtate las sandalias de tus pies, porque el lugar que pisas es tierra santa! 6 Y dijo: Yo soy Elohim de tu padre: Elohim de Abraham, y Elohim de Isaac, y Elohim de Jacob. Entonces MoisĆ©s ocultó su rostro, porque tuvo temor de mirar a Elohim.Ā 7 Y dijo YHVH: Ciertamente vi la opresión de mi pueblo que estĆ” en Egipto y oĆ su gemido causado por sus opresores, porque conozco sus padecimientos.Ā 8 DescenderĆ©, pues, para librarlo de mano de los egipcios y para hacerlo subir de ese paĆs a una tierra buena y ancha, a una tierra que fluye leche y miel, al lugar del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del gergeseo, del heveo y del jebuseo.Ā 9 Y ahora, he aquĆ el clamor de los hijos de Israel ha llegado hasta MĆ, y tambiĆ©n heĀ visto la opresión con que los egipcios los oprimen. 10 Ahora pues, ven para que teĀ envĆe a Faraón, a fin de que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel.
11 Respondió Moisés a Elohim: ¿Quién soy yo para que vaya a Faraón, y saque de Egipto a los hijos de Israel?
12 Ćl dijo: Porque Yo estarĆ© contigo, y esta serĆ” la seƱal de que te he enviado: Cuando hayas sacado de Egipto al pueblo, servirĆ©is a Elohim sobre este monte.
13 Dijo MoisĆ©s a Elohim: Cuando vaya a los hijos de Israel, y les diga: El Elohim de vuestros padres me ha enviado a vosotros, y me digan: ĀæCuĆ”l es su Nombre? ĀæQuĆ© les dirĆ©? 14 Dijo Elohim a MoisĆ©s: YO SERĆ EL QUE SERĆ. Y aƱadió: AsĆ dirĆ”s a los hijos de Israel: YO SERĆ me ha enviado a vosotros.Ā 15 Dijo ademĆ”s Elohim a MoisĆ©s: AsĆ dirĆ”s a los hijos de Israel: YHVH, el Elohim de vuestros padres, Elohim de Abraham, Elohim de Isaac y Elohim de Jacob, me envĆa a vosotros. Este es mi Nombre para siempre, y con Ć©l se harĆ” memoria de MĆ de generación en generación.Ā 16 VĆ©, reĆŗne a los ancianos de Israel, y diles: YHVH, Elohim de vuestros padres,Ā Elohim de Abraham, de Isaac y de Jacob, se me apareció diciendo: En verdad os heĀ visitado y he visto lo que se os hace en Egipto, 17 y he dicho: Os harĆ© subir de laĀ aflicción de Egipto a la tierra del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, delĀ gergeseo, del heveo y del jebuseo, a una tierra que fluye leche y miel. 18 Y ellosĀ atenderĆ”n a tu voz. Luego entrarĆ”s tĆŗ con los ancianos del concilio de Israel ante elĀ rey de Egipto, y le dirĆ©is: YHVH, Elohim de los hebreos nos ha convocado. Iremos yaĀ camino de tres dĆas al desierto, para ofrecer sacrificios a YHVH, nuestro Elohim. 19Ā Yo sĆ© que el rey de Egipto no os dejarĆ” partir sino forzado por mano poderosa. 20Ā ExtenderĆ©, pues, mi mano, y harĆ© que Egipto sea golpeado con todos mis prodigiosĀ que harĆ© en medio de Ć©l. DespuĆ©s de esto os dejarĆ” ir. 21 Y darĆ© gracia al puebloĀ ante los ojos de los egipcios, y sucederĆ” que cuando partiereis, no os irĆ©is vacĆos, 22Ā sino que cada mujer pedirĆ” a su vecina y al huĆ©sped de su casa objetos de plata,Ā objetos de oro y vestidos, y los pondrĆ©is sobre vuestros hijos e hijas, y asĆĀ despojarĆ©is a los egipcios.
āŗ3.1 Horeb… TambiĆ©n llamado Sinai = lugar de revelación de Dios. Situado en Arabia āGa 4.25. TM aƱade de Dios. Se sigue LXX.
āŗ3.2-10 zarza… āHch 7.30-34.
āŗ3.3 IrĆ©… TM aƱade ahora. Se sigue LXX.
āŗ3.5 santa… Es decir, lugar donde estĆ” la presencia de Dios.
āŗ3.8 tierra que fluye leche y miel… NombreĀ simbólico de la tierra prometida; gergeseo… TM omite. Se sigue LXX y PS.
āŗ3.13 Nombre… āEx 6.2-3.
āŗ3.14 YO SERĆ EL QUE SERĆ… Heb. ehyeh asher ehyeh āAp 1.4, 8; YO SERĆ… Heb. ehyeh. Mismo caso, ver nota anterior āJn 18.5-6.
āŗ3.15 YHVH… Prob. primera mención del Tetragrama. Es preferible considerar su registro de aquĆ en adelante.
āŗ3.17 gergeseo… TM omite. Se sigue LXX y PS.
āŗ3.18 convocado… TM aƱade te ruego. Se sigue LXX.
āŗ3.19 Se inserta forzado para suplir elipsis del original.
āŗ3.21 al pueblo… TM aƱade este. Se sigue LXX.
āŗ3.21-22 despojarĆ©is… āEx 12.35-36.
Marcos 4.
1 Otra vez comenzó a enseƱar junto al mar, y se reĆŗne ante Ćl una multitud tan grande, que tuvo que subir y sentarse en una barca en el mar, y toda la multitud estaba en tierra, cara al mar. 2 Y les enseƱaba muchas cosas por medio de parĆ”bolas; y en su enseƱanza lesĀ decĆa:
3 OĆd: He aquĆ el sembrador salió a sembrar. 4 Y al sembrar, aconteció que parte cayó junto al camino, y vinieron las aves y la devoraron.Ā 5 Otra cayó en el pedregal, donde no tenĆa mucha tierra, y por no tener profundidad de tierra brotó enseguida, 6 pero cuando se levantó el sol, se quemó, y por no tener raĆz, se secó.Ā 7 Otra cayó entre las espinas, y las espinas crecieron y la ahogaron, y no dio fruto. 8 Pero otras cayeron en la buena tierra, y daban fruto que crecĆa y era incrementado; y producĆan: una a treinta, otra a sesenta y otra a ciento por uno.Ā 9 Y decĆa: El que tiene oĆdos para oĆr, oiga.
10 Y cuando estuvo a solas, los que estaban con los doce alrededor de Ćl, le preguntaban acerca de las parĆ”bolas.Ā 11 Y les respondĆa: A vosotros os ha sido dado el misterio del reino de DIOS, pero a los de afuera todo es presentado en parĆ”bolas, 12 para que viendo, vean y no perciban, y oyendo, oigan y no entiendan, no sea que se conviertan, y les sea perdonado.Ā 13 Y les dice: ĀæNo habĆ©is entendido esta parĆ”bola? ĀæCómo, pues, conocerĆ©is todas las parĆ”bolas?Ā 14 El sembrador siembra la Palabra, 15 y los de junto al camino son estos: donde se siembra la Palabra, pero cuando la han oĆdo, enseguida viene SatanĆ”s y quita la Palabra sembrada.Ā 16 Y los sembrados en los pedregales son estos: los que al oĆr la Palabra, al momento la reciben con gozo, 17 pero no tienen raĆz en sĆ mismos, son temporales, y luego, cuando llega una tribulación o persecución por causa de la Palabra, enseguida tropiezan. 18 Y otros son los sembrados entre las espinas: estos son los que han oĆdo la Palabra, 19 pero los afanes de la vida presente y el engaƱo de la riqueza, y las codicias de las demĆ”s cosas, entrando, ahogan la Palabra y llega a ser infructuosa. 20 Pero los que fueron sembrados en la buena tierra son aquellos que oyen la Palabra y la reciben, y dan fruto, uno a treinta, y uno a sesenta, y uno a ciento.
21 TambiĆ©n les decĆa: ĀæAcaso se trae la lĆ”mpara para ser puesta debajo del almud, oĀ debajo de la cama? ĀæNo es para ser puesta sobre el candelero? 22 Porque no hayĀ nada oculto que no haya de ser manifestado, ni se hizo encubierto, sino para queĀ salga a la luz. 23 Si alguno tiene oĆdos para oĆr, oiga.
24 Y les decĆa: Daos cuenta de lo que oĆs. Con la medida que medĆs os serĆ” medido,Ā y os serĆ” aƱadido; 25 porque al que tiene, le serĆ” dado, y al que no tiene, aun lo que tiene le serĆ” quitado.
26 DecĆa ademĆ”s: El reino de DIOS es como si un hombre echara la semilla en la tierra, 27 y se acuesta y se levanta, y sin que Ć©l sepa cómo, la semilla brota y crece.Ā 28 Por sĆ misma la tierra es productiva: primero tallo, despuĆ©s espiga, luego granoĀ lleno en la espiga, 29 y cuando da el fruto, enseguida envĆa la hoz, porque ha llegadoĀ la siega.
30 DecĆa tambiĆ©n: ĀæCómo compararemos el reino de DIOS, o con quĆ© parĆ”bola lo explicarĆamos? 31 Es como un grano de mostaza, el cual cuando se siembra en la tierra, es mĆ”s pequeƱo que todas las semillas de la tierra, 32 y cuando se siembra crece, y llega a ser mayor que todas las hortalizas; pero hace grandes ramas, hasta que las aves del cielo pueden anidar bajo su sombra.
33 Y con muchas parĆ”bolas como estas les hablaba la Palabra, segĆŗn podĆan escuchar. 34 Y sin parĆ”bola no les hablaba (aunque a sus propios discĆpulos les explicaba todo en privado).Ā 35 Y ese mismo dĆa, llegado el atardecer, les dice: Pasemos al otro lado. 36 Y despedida la multitud, lo llevan en la barca tal como estaba, y habĆa con Ćl otras barquichuelas.Ā 37 Pero una gran tempestad de viento se levanta, y las olas se lanzaban adentro de la barca, hasta el punto que ya la barca se anegaba. 38 Y Ćl estaba en popa, durmiendo sobre el cabezal. Y lo despiertan y le dicen: Ā”Maestro!, Āæno te importa que perezcamos? 39 Y una vez despertado, reprendió al viento, y dijo al mar: Ā”Calla, enmudece! Y el viento cesó y se produjo una calma total. 40 Y les dijo: ĀæPor quĆ© estĆ”is amedrentados? ĀæAĆŗn no tenĆ©is fe?Ā 41 Y fueron invadidos por un gran temor, y se decĆan unos a otros: ĀæQuiĆ©n es este, que no solo el viento, sino tambiĆ©n el mar le obedece?Ā
āŗ4.1 barca en el mar… āLc 5.1-3.
āŗ4.4 aves… Mā aƱaden del cielo.
āŗ4.6 seĀ quemó… Es decir, se agostó, se marchitó.
āŗ4.16 Y… Mā aƱaden asimismo.
āŗ4.17Ā tropiezan… Otra traducción posible: se les hace tropezar (voz pasiva).
āŗ4.20Ā ciento… Esto es, a treinta, a sesenta y a ciento por uno.
āŗ4.21 almud… Gr. módios.Ā Vasija que servĆa para medir Ć”ridos y a veces lĆquidos, con una capacidad de 8.7Ā litros aproximadamente āMt 5.15; Lc 11.33.
āŗ4.22 āMt 10.26; Lc 12.2.
āŗ4.24 āMtĀ 7.2; Lc 6.38; aƱadido… Mā aƱaden a vosotros los que oĆs.
āŗ4.25 āMt 13.12; 25.29;Ā Lc 19.26.
āŗ4.27 se levanta… Lit. fuera levantado. El subjuntivo pasivo es muyĀ significativo. No depende del hombre levantarse āLc 12.20.
āŗ4.32 pero haceĀ grandes ramas… Tal fenómeno de gigantismo es inesperado.
āŗ4.33 podĆan… EsĀ decir, segĆŗn la capacidad que tenĆan para entender.
āŗ4.34 hablaba… āSal 78.1-2.
āŗ4.35 pasemos… Lit. que pasemos.
āŗ4.37 ya la barca… Mā omiten la barca.
āŗ4.38 despiertan… Lit. levantan.
āŗ4.39 calma total… Gr. galĆ©ne. En tĆ©rminosĀ marinos, calma chicha.
āŗ4.40 AĆŗn… Mā registran Āæcómo asĆ?
āŗ4.41 este…Ā āSal 89.8-9.
Marcos 5.
1 Y llegaron a la otra orilla del mar, a la región de los gerasenos. 2 En cuanto desembarcó, en seguida vino a su encuentro de entre los sepulcros un hombre poseĆdo de un espĆritu inmundo, 3 el cual tenĆa su morada entre los sepulcros, y ya nadie podĆa atarlo, ni siquiera con cadenas. 4 Porque muchas veces habĆa estado atado con grillos y cadenas, y habĆa roto las cadenas y desmenuzado los grillos, y nadie lo podĆa dominar. 5 Y continuamente, de noche y de dĆa, estaba en los sepulcros y en los montes, dando alaridos e hiriĆ©ndose con piedras. 6 Pero, viendo de lejos a JESĆS, corrió y se postró delante de Ćl, 7 y gritando a gran voz, dice: JESĆS, ĀæquĆ© tenemos en comĆŗn TĆŗ y yo, Hijo del DIOS AltĆsimo? Ā”Te imploro por DIOS que no me atormentes! 8 Pues Ćl le habĆa dicho: Ā”Sal del hombre, espĆritu inmundo! 9 Y le preguntaba: ĀæQuĆ© nombre tienes? Le dice: Tengo por nombre Legión, porque somos muchos.Ā 10 Y le rogaba mucho que no lo enviara fuera de aquella región. 11 Y cerca del monte, habĆa una gran piara de cerdos paciendo, 12 y le rogaron, diciendo: EnvĆanos a los cerdos para que entremos en ellos. 13 Les dio permiso, y cuando los espĆritus inmundos salieron y entraron en los cerdos, la piara (como dos mil) se precipitó al mar por el acantilado, y se ahogaron en el mar. 14 Y los que los apacentaban huyeron e informaron en la ciudad y en los campos, y vinieron a ver quĆ© habĆa sucedido.Ā 15 Y llegan ante JESĆS y contemplan al endemoniado (al que habĆa tenido la legión) sentado, vestido, y en su juicio cabal, y tuvieron temor. 16 Y los que lo vieron les contaron cómo le habĆa acontecido esto al endemoniado, y acerca de los cerdos.Ā 17 Entonces comenzaron a rogarle que se retirara de sus contornos. 18 Y al entrar en la barca, el que habĆa estado endemoniado le rogaba que le permitiera estar con Ćl. 19 Pero no lo dejó, sino le dice: Ve a tu casa, a los tuyos, y cuĆ©ntales cuĆ”n grandes cosas hizo contigo el SeƱor, y cuĆ”nta misericordia tuvo de ti. 20 Y se fue y comenzó a proclamar en DecĆ”polis cuĆ”n grandes cosas le habĆa hecho JESĆS, y todos se maravillaban.
21 Habiendo pasado JESĆS nuevamente a la otra orilla, se reunió una gran multitud en torno a Ćl; y estaba junto al mar.Ā 22 Llega uno de los principales de la sinagoga, llamado Jairo, y al verlo, cae a sus pies, 23 y le suplica con insistencia, diciendo: Mi hijita estĆ” agonizando, Ā”ven! Ā”Pon las manos sobre ella para que sea sanada, y viva! 24 Y fue con Ć©l, y lo seguĆa una gran multitud, y lo apretujaban.Ā 25 Y una mujer que llevaba doce aƱos con flujo de sangre, 26 y que habĆa sufrido mucho de parte de muchos mĆ©dicos, y gastado cuanto tenĆa sin sacar ningĆŗn provecho, mĆ”s bien, empeoraba, 27 al oĆr acerca de JESĆS, llegó por detrĆ”s entre la multitud y tocó su manto (talet); 28 porque decĆa: Si tan solo toco sus vestidos, serĆ© sanada. 29 Y al instante la fuente de su sangre se secó, y sintió en su cuerpo que habĆa sido sanada de aquel azote. 30 Al momento JESĆS sintió en su interior el poder que habĆa salido de Ćl, y volviĆ©ndose a la multitud, preguntaba: ĀæQuiĆ©n ha tocado mis vestidos? 31 Y sus discĆpulos le decĆan: Ves que la multitud te apretuja, y preguntas ĀæquiĆ©n me ha tocado? 32 Y miraba alrededor para ver a la que habĆa hecho esto.Ā 33 Entonces la mujer, temiendo y temblando (reconociendo lo que le habĆa sucedido), vino y se postró ante Ćl, y le dijo toda la verdad.Ā 34 Entonces Ćl le dijo: Hija, tu fe te ha salvado, vete en paz y queda sana de tuĀ azote.
35 Estando Ćl todavĆa hablando, llegan de casa del principal de la sinagoga, diciendo: Tu hija ha muerto, Āæpor quĆ© molestas aĆŗn al Maestro? 36 Pero JESĆS, alcanzando a oĆr lo que se hablaba, dice al principal de la sinagoga: No temas, solo sigue creyendo.Ā 37 Y no permitió que nadie lo siguiera, sino Pedro, Jacobo y Juan, el hermano de Jacobo.Ā 38 Y llegan a la casa del principal de la sinagoga, y observa un alboroto, y a los que lloran y dan grandes alaridos. 39 Y entrando, les dice: ĀæPor quĆ© hacĆ©is alboroto y llorĆ”is? La niƱa no ha muerto, sino que duerme.Ā 40 Y se burlaban de Ćl; pero echando a todos, toma consigo al padre de la niƱa, a la madre y a los que estĆ”n con Ćl, y entra a donde estaba la niƱa, 41 y tomando la mano de la niƱa, le dice: Ā”Talita cum! (lo cual, traducido es: NiƱa, te digo, levĆ”ntate).Ā 42 Y al instante, la niƱa se levantó, y andaba, pues tenĆa doce aƱos. Y seĀ sorprendieron con gran asombro. 43 Y Ćl les ordenó severa y repetidamente queĀ nadie supiera esto, y dijo que se le diera de comer.Ā
āŗ5.1 gerasenos… Mā registran gadarenos de Mt 8.28.
āŗ5.3 cadenas… Esto es, una cadena muy fuerte āAp 20.1.
āŗ5.14 apacentaban… Mā aƱaden los cerdos; habĆa… Lit. es.
āŗ5.21 pasado… Mā aƱaden en una barca.
āŗ5.23 ven… Lit. habiendo ido.
āŗ5.26 cuanto tenĆa… Lit. lo que (habĆa) a disposición de ella; empeoraba… Lit. habiendo empeorado.
āŗ5.28 serĆ© sanada… āMt 9.21.
āŗ5.29 sintió… Lit. conoció; habĆa sido… Lit. ha sido.
āŗ5.30 sintió… Lit. conoció.
āŗ5.33 reconociendo… Lit. habiendo reconocido.
āŗ5.34 sana… āMt 9.21.
āŗ5.35 Se inserta casa para suplir elipsis del original.
āŗ5.36 oĆr… Mā registran oyendo de Lc 8.50.
āŗ5.38 alaridos… Lit. emitĆan repetidos gritos (de lamento).
āŗ5.41 Talita cum… TR registra talita cumi.
āŗ5.42 levantó… Lit. levantar.
āŗ5.43 diera… Lit. dar.
āHechos 28.
1 Una vez a salvo, supimos que la isla se llamaba Malta. 2 Y los nativos nos trataron con no poca humanidad, porque a causa de la lluvia que caĆa y del frĆo, encendieron una hoguera y nos acogieron a todos. 3 Entonces Pablo, despuĆ©s de recoger una brazada de ramas secas, al echarlas al fuego, una vĆbora que huĆa del calor se prendió de su mano. 4 Los nativos entonces, cuando vieron la bestia que colgaba de su mano, decĆan unos a otros: Sin ninguna duda, este hombre es un homicida, pues aunque se ha salvado del mar, la Justicia no lo ha dejado vivir. 5 Pero Ć©l se sacudió la bestia en el fuego sin padecer daƱo alguno. 6 Ellos en cambio esperaban que Ć©l se fuera a hinchar o a caer muerto de repente, pero despuĆ©s de mucho esperar, y viendo que nada malo le ocurrĆa, cambiaron de parecer y dijeron que Ć©l era un dios.Ā 7 En los alrededores de aquel lugar habĆa unas tierras del principal de la isla, llamado Publio, quien nos recibió y nos hospedó bondadosamente por tres dĆas. 8 Y aconteció que el padre de Publio yacĆa en cama, enfermo de fiebre y disenterĆa; y entrando Pablo a verlo, despuĆ©s de orar, le impuso las manos y lo sanó. 9 Al ocurrir esto, tambiĆ©n los demĆ”s que tenĆan enfermedades en la isla acudĆan y eran sanados.Ā Ā 10 Los cuales tambiĆ©n nos honraron con muchas atenciones, y cuando estĆ”bamosĀ para zarpar, nos proveyeron de todo lo necesario.
11 DespuĆ©s de tres meses, nos hicimos a la vela en una nave alejandrina que habĆa invernado en la isla y llevaba como mascarón de proa a los Dióscuros. 12 Y llegados a Siracusa, permanecimos tres dĆas. 13 De allĆ, habiendo costeado, llegamos a Regio; y un dĆa despuĆ©s se levantó un viento del sur, y al segundo dĆa llegamos a PutĆ©olis, 14 en donde hallamos unos hermanos, y fuimos invitados a permanecer con ellos siete dĆas. Y asĆ llegamos a Roma.Ā
15 Cuando los hermanos oyeron acerca de nosotros, salieron de allĆ a recibirnos hasta el foro de Apio y las Tres Tabernas, viendo a los cuales, Pablo dio gracias a DIOS, y cobró buen Ć”nimo. 16 Cuando entramos en Roma, le fue permitido a Pablo vivir aparte, con el soldado que lo custodiaba.Ā 17 Y aconteció que tres dĆas despuĆ©s, habiendo convocado Ć©l a los mĆ”s prominentes de los judĆos, al reunirse con ellos, les decĆa: Yo, varones hermanos, a pesar de no haber hecho nada contra el pueblo ni contra las costumbres de nuestros antepasados, fui entregado preso desde JerusalĆ©n en las manos de los romanos; 18 los cuales, despuĆ©s de interrogarme, querĆan soltarme, por no haber en mĆ ninguna causa de muerte. 19 Pero al oponerse los judeanos, me vi obligado a apelar a CĆ©sar, no porque tenga de quĆ© acusar a mi nación. 20 AsĆ que, por esta causa os he llamado para veros y hablaros, pues por la esperanza de Israel estoy rodeado por esta cadena.Ā 21 Entonces ellos le dijeron: Nosotros no recibimos cartas de Judea acerca de ti, niĀ ha venido ninguno de los hermanos denunciando o hablando algo malo de ti. 22 PeroĀ consideramos conveniente oĆr de ti lo que piensas, porque ciertamente nos esĀ conocido que en todas partes se habla mal acerca de esta secta.
23 Y les fijó un dĆa, y vinieron muchos al hospedaje, a quienes exponĆa, desde la maƱana hasta la tarde, testificando solemnemente sobre el reino de DIOS, y persuadiĆ©ndolos acerca de JESĆS, tanto por la ley de MoisĆ©s como por los profetas. 24 Y algunos eran persuadidos por lo que decĆa, pero otros no creĆan. 25 Y estandoĀ en desacuerdo unos con otros, se despedĆan, al decir Pablo una palabra: Bien habló el EspĆritu Santo por medio del profeta IsaĆas a vuestros padres, 26 diciendo:
Ve a este pueblo, y di:Ā Oyendo oirĆ©is, pero de ningĆŗn modo entenderĆ©is, y viendo verĆ©is, pero de ningĆŗn modo percibirĆ©is.Ā 27 Porque el corazón de este pueblo fue endurecido, y con los oĆdos oyeron pesadamente, y cerraron sus ojos, para que no vean con los ojos y oigan con los oĆdos, y entiendan con el corazón, y se arrepientan; aun asĆ los sanarĆ©.Ā 28 Sea, pues, conocido que a los gentiles fue enviada esta salvación de DIOS. EllosĀ oirĆ”n. [[29]]
30 Y permaneció dos aƱos enteros en su propia casa alquilada, y recibĆa con gozo a todos los que acudĆan a Ć©l, 31 proclamando el reino de DIOS y enseƱando lo concerniente al SeƱor JESUCRISTO, con toda libertad, sin impedimento.
āŗ28.2 nativos… Lit. bĆ”rbaros.
āŗ28.4 nativos… Lit. bĆ”rbaros; la bestia… Gr. therĆon.Ā Mā registran una vĆbora; La Justicia… Referencia a DikĆ©, divinidad pagana de laĀ justicia.
āŗ28.5 la bestia… ā ver nota anterior 28.4.
āŗ28.8 yacĆa… Lit. yace.
āŗ28.10 necesario…Ā Lit. pusieron encima las cosas que pertenecen a las necesidades.
āŗ28.16 aparte… Mā aƱaden el centurión entregó los presos alĀ prefecto militar, pero a Pablo se le permitió.
āŗ28.17 Ć©l… Mā Pablo.
āŗ28.19 CĆ©sar…Ā ā25.11.
āŗ28.20 la esperanza de Israel… Es decir, por el MesĆas que IsraelĀ esperaba.
āŗ28.25 vuestros… Mā nuestros.
āŗ28.26-27 IsaĆas… āIs 6.9-10.
āŗ28.27 fue endurecido…; se arrepientan… Gr. epistrĆ©fo. Otras traducciones posibles: regresen, se vuelvan; Aun asĆ…
āŗ28.29 Mā aƱaden v. 29: Y cuando huboĀ dicho esto, los judĆos se fueron, teniendo gran discusión entre sĆ.
āŗ28.30 YĀ permaneció… Mā aƱaden Pablo; su propia casa alquilada… Gr. en idĆo misthómati.
1 Timoteo 1:12-20.
12āDoy gracias al que me fortaleció, a CRISTO JESĆS, SeƱor nuestro, que me tuvo por fiel, poniĆ©ndome en el servicio; 13āhabiendo sido antes blasfemo y perseguidor e injuriador, pero alcancĆ© misericordia, porque ignorando lo hice en incredulidad. 14āPero la gracia de nuestro SeƱor sobreabundó con la fidelidad y el amor que hay en CRISTO JESĆS. 15āFiel es la palabra, y digna de toda aceptación: que CRISTO JESĆS vino al mundo a salvar pecadores, de los cuales yo soy el primero. 16āPero para esto alcancĆ© misericordia: para que JESUCRISTO mostrara toda longanimidad primero en mĆ, como ejemplo de los que estĆ”n por creer en Ćl para vida eterna.
17āĀ”Al Rey de los siglos, inmortal, invisible y Ćŗnico DIOS, sean honor y gloria por los siglos de los siglos, amĆ©n!
18āEste mandamiento te encargo, oh hijo Timoteo, para que conforme a las profecĆas que antes se hicieron sobre ti, milites por ellas la buena batalla, 19āmanteniendo conciencia fiel y buena, la cual desechando algunos, naufragaron en cuanto a la fidelidad; 20āde los cuales son Himeneo y Alejandro, a quienes entreguĆ© a SatanĆ”s, para que fueran enseƱados a no blasfemar.
āŗ1.13 perseguidor… āHch 8.3; 9.4-5.
āŗ1.16 longanimidad… Gr. makrothumĆa. Esto es, soportar a otro.Ā TambiĆ©n benignidad, clemencia.
āŗ1.17 Ćŗnico… TR inserta sabio.
āŗ1.20 entreguĆ© aĀ SatanĆ”s… ā1 Co 5.5; 11.32.Ā
1 Timoteo 6:11-19.
11 Pero tú, oh hombre de DIOS, huye de estas cosas, y sigue tras la justicia, la piedad, la fidelidad, el amor, la paciencia, la mansedumbre. 12 Pelea la buena batalla de la fidelidad, echa mano de la vida eterna, a la cual fuiste llamado, y delante de muchos testigos declaraste la buena confesión.
13āTe mando delante de DIOS, el que da vida a todas las cosas, y de CRISTO JESĆS, el que dio testimonio de la buena confesión delante de Poncio Pilato, 14āque guardes el mandamiento (mitzvot) sin mancha, irreprensible, hasta la aparición de nuestro SeƱor JESUCRISTO, 15āla cual mostrarĆ” a su debido tiempo:
El Bienaventurado y Ćŗnico Soberano, el Rey de los que reinan y SeƱor de los que gobiernan,Ā 16 el Ćŗnico que posee inmortalidad, que habita en luz inaccesible, a quien ningĆŗn hombre vio ni puede ver.Ā A Ćl sea honor y dominio eterno, amĆ©n.
17āA los ricos de este mundo mando que no sean arrogantes ni tengan puesta la esperanza en la incertidumbre de la riqueza, sino en DIOS, quien nos provee abundantemente de todas las cosas para disfrute; 18āque hagan el bien, que sean ricos en buenas obras, que sean generosos, dispuestos a compartir, 19āatesorando para sĆ mismos un buen fundamento para el porvenir, a fin de que echen mano de la verdadera Vida.
āŗ6.11 sigueĀ tras… Lit. persigue.
āŗ6.13 Pilato… āJn 18.37.
āŗ6.16 posee… Es decir, por esenciaĀ y en su fuente.
āŗ6.17 DIOS… TR aƱade el viviente (vivo).
āŗ6.19Ā la verdadera Vida… Es decir, de Jesucristo āJn 14.6. TR registra la vida eterna.
Apocalipsis 3.
1Y al mensajero de la congregación en Sardis escrĆbele: Ā«Todo esto dice el que tiene los siete rujot de Dios y las siete estrellas: āYo sĆ© tus obras, que tienes el nombre, que vives, pero estĆ”s muerto . 2SĆ© vigilante y sigue fortaleciendo las restantes cosas que estĆ”n prontas a morir; porque no he hallado tus obras completas delante de Dios. 3AcuĆ©rdate pues, de lo que has recibido y oĆdo; y continĆŗa guardĆ”ndolo, pero sigue arrepintiĆ©ndote. Pues si no velas vendrĆ© sobre ti como ladrón y de ninguna manera sabrĆ”s a quĆ© hora vendrĆ© sobre ti. 4Pero tienes unas pocas personas tambiĆ©n en Sardis que no han manchado sus talites; y andarĆ”n conmigo de blancos, porque son dignas. 5El que vence serĆ” envuelto en talites blancos; y de ninguna manera borrarĆ© su nombre del libro de la vida, y confesarĆ© su nombre delante de mi Padre y de sus mensajeros. 6El que tiene oĆdo, oiga quĆ© dice el EspĆritu a las congregacionesā.Ā».
7Y al mensajero de la congregación en Filadelfia escrĆbele: Ā«Todo esto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, como mismo cierra y ninguno abre: 8āYo sĆ© tus obras; he aquĆ, he puesto delante de ti una puerta abierta que nadie es capaz de cerrar; porque tienes poco poder y estĆ”s pendiente de mi Palabra, es decir que no has negado mi nombre. 9He aquĆ, yo entrego de la sinagoga de SatanĆ”s a los que se dicen ser judeanos y no lo son, sino que mienten; he aquĆ, yo harĆ© que vengan y se postren delante de tus pies, es decir que reconozcan que yo te he amado incondicionalmente. 10Por cuanto has estado pendiente de la palabra de mi paciencia, yo tambiĆ©n estarĆ© pendiente del momento de la prueba que pronto viene por causa de ellos sobre todo el mundo conocido para probar a los que viven sobre la tierra. 11He aquĆ, yo vengo pronto. RetĆ©n lo que tienes para que nadie tome tu corona laureada. 12Al que venciere yo lo harĆ© columna en el interior del templo de mi Dios y nunca mĆ”s saldrĆ” de allĆ, y escribirĆ© sobre Ć©l el nombre de mi Dios. Esto es el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva JerusalĆ©n, la cual desciende afuera del firmamento de mi Dios, y mi nombre nuevo. 13El que tiene oĆdo, oiga quĆ© dice el EspĆritu a las congregacionesāĀ».
14Y al mensajero de la congregación en Laodicea escrĆbele: Ā«Todo esto dice el AmĆ©n: el testigo fiel y verdadero, el supremo de la creación de Dios: 15āYo sĆ© tus obras que ni eres frĆo ni caliente. Ā”SerĆa bueno que fueses frĆo o caliente! 16Pero por ser tibio, es decir que ni frĆo ni caliente, estoy a punto de vomitarte de mi boca. 17Porque tĆŗ dices: āYo soy rico y me enriquecĆ tanto que ninguna necesidad tengoā. Y no sabes que tĆŗ eres el miserable, un patĆ©tico, un mendigo, un incapaz de entender y un desnudo. 18Te aconsejo de mĆ recuperar un oro refinado por fuego que era para que te enriquecieses y perdiste, tambiĆ©n talites blancos para que te cubrieras y no se expusiese tu indecencia privada; y ponte en tus ojos un apósito para que veas. 19Yo reprendo con pruebas y disciplino educativamente tanto como amo; por eso esfuĆ©rzate y arrepiĆ©ntete. 20He aquĆ yo estoy en la puerta y llamo, si alguno oye mi voz y abre la puerta entrarĆ© a Ć©l y cenarĆ© en un moed con Ć©l y Ć©l conmigo. 21Al vencedor le concederĆ© estar sentado conmigo en mi trono, asĆ como yo he vencido y me he sentado con mi Padre en su trono. 22El que tiene oĆdo, oiga lo que el EspĆritu dice a las congregacionesāĀ».

