Porción 54

Texto Ć”ureo: ƉxodoĀ 21.1-23.19
Lecturas para adultos en la semana

Dƭa 1: Ɖxodo21

Dƭa 2: Ɖxodo 22.1-23.19

DĆ­a 3: Salmo 15

DĆ­a 4: Isaias 8

DĆ­a 5: Jeremias 9-12

DĆ­a 6: Ezequiel 8-11

I- Como en el cielo asƭ tambiƩn en la tierra.

Este capĆ­tulo de Ɖxodo comienza con un tĆ­tulo: Ā«Estas son las leyes que les propondrĆ”sĀ», la palabra para leyes aquĆ­ no es TorĆ” como se pudiera suponer leyendo solo en espaƱol, sino mishpatim. Como dijimos en la Porción 43, son las disposiciones dentro de la TorĆ” que rigen y defienden el derecho de los individuos en la sociedad.

Se debe entender que el derecho diseñado por Dios estÔ enfocado en permitirle al hombre la excelencia en el uso del tiempo dentro de los procesos legales, la minimización del desgaste humano y el bienestar espiritual de todas las partes involucradas. No guiarse por los mishpatim es sinónimo de desgastarse, ademÔs de correr el peligro de ser injusto o poco eficaz en lo que se hace o se decide.

Es bueno señalar que cuando se hace uno de los mishpatim se estÔ transfiriendo la perspectiva de vida celestial a la terrenal a través de usted, por eso Jesús enseñó que al orar debemos enfocarnos también en que se haga la voluntad Dios en la tierra como mismo se hace en el cielo[1].

II- Una libertad sometida.

Por otra parte, la justicia divina poco tiene que ver con la igualdad, sino mĆ”s bien con la excelencia en el ejercicio de la libertad humana. Algunos preguntarĆ”n: ĀæY hay libertad cuando hay leyes? Claro que sĆ­, porque la libertad verdaderamente se expresa cuando somos capaces de someternos voluntariamente a la ley de Dios, en vez de ser esclavos de la rebeldĆ­a contra todo lo que Ɖl disponga, tan solo por el disfrute de la adicción que Ć©sta Ćŗltima produce.

III- Del relativismo al absoluto moral.

El hecho del hombre tener un corazón engañoso le hace ser alguien con tendencia al relativismo moral y ético, por eso aquello que hoy es malo mañana serÔ bueno o viceversa. Esa característica natural de él le va a llevar a necesitar, aun cuando no lo reconozca, de un ser pleno y absoluto (el único con crédito real para esto es Dios por ser el único Ser eterno).

También, como consecuencia de esta característica, el hombre no puede hacer uso de los absolutos morales revelados por Dios (los mandamientos) y a la vez evaluar cuÔl de ellos sería mejor o mÔs oportuno que el otro en un momento dado. Es así que los mishpatim, son la única forma real en que el hombre debe obrar. No desde su perspectiva relativista y, por lo tanto, injusta, sino desde la perspectiva absoluta de Dios que es justa y santa.

Cuando el hombre acepta todos los mandamientos de Dios (edot, mishpatim, jukim) estÔ reconociendo su realidad relativista y limitada, poniéndose a sí mismo en el justo lugar que le corresponde (humildad al no tener mÔs alto concepto de sí que el que debe tener[2]) y a Dios en el suyo como Señor y Rey de su vida. Esto produce una renovación constante de su entendimiento comprobando diariamente lo agradable y perfecta que es la voluntad del Creador.

IV- Una ley majestuosa que se le confiarĆ” al pueblo de Dios.

Si se fija bien, estas leyes son dadas a Moisés mientras el pueblo escuchaba de lejos, pero todavía no han sido escritas las leyes en su totalidad para que el pueblo pudiera tenerla. Eso indica que estas leyes son un preÔmbulo de lo detallada, compleja e importante que iba a ser toda la TorÔ dada por Dios para ellos. La fe en Dios no es solo confesión, adoración y alabanza; es mÔs, es todo el modo de vida del creyente sometido a la voluntad moral de Dios. Por eso el escritor a los hebreos va a decir que sin santidad nadie verÔ al Señor[3].

V- Fiestas legisladas.

En este preĆ”mbulo de toda la TorĆ”, que en algĆŗn momento el pueblo tendrĆ” y serĆ” instruido en ella, Dios incluye las celebraciones. Estas fiestas (חַג) son interpretadas como peregrinación al templo o al tabernĆ”culo[4], pero mĆ”s bien son fiestas guardadas como shabat (reposo), porque esa condición representaba el subir no a un lugar fĆ­sico sino al propio Dios. Hoy, como templos del EspĆ­ritu Santo, estas fiestas son una peregrinación a Ɖl. El simbolismo que encierran todas las celebraciones no solo nos anuncia verdades que definen y educan nuestra fe, sino que tambiĆ©n nos permite, a travĆ©s de una experiencia vivida, la contextualización cultural de una buena cantidad de pasajes bĆ­blicos.

Preguntas:

1.- Explique con sus palabras cómo se puede diferenciar TorÔ de mishpatim.

2.- Lea detenidamente cada mandamiento en esta porción y sepÔrelos entre sí. ¿CuÔntos ha encontrado?

3.- Comparta con su grupo cuÔl de estos mandamientos le llamó mÔs la atención y por qué.

4.- ¿CuÔl fiesta de estas le gustaría celebrar y por qué?

[1] Mt 6:10.

[2] Ro 12:3.

[3] Hb 12:14.

[4] Neh 8:14 presenta la fiesta de los tabernƔculos como tahog.


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