Texto Ć”ureo: Ćxodo 24
Lecturas para adultos en la semana
DĆa 1: ĆxodoĀ 24
DĆa 2: Salmo 24
DĆa 3: IsaĆas 63-64
DĆa 4: Ezequiel 1-3
DĆa 5: Mateo 5:1-12
DĆa 6: Apocalipsis 1
La mayorĆa de las personas cree que MoisĆ©s solo subió al monte SinaĆ en una ocasión, recibió las tablas de piedra y bajó. Pero no hay nada mĆ”s lejos de la realidad, Ć©l subió en cinco ocasiones y en cada una sucedieron cosas diferentes. En esta porción estaremos detallando cada una de ellas.
- La primera subida al monte la encontramos en Ex 19:3 y estudiamos de ella en la Porción 42. Al bajar MoisĆ©s se reunió con los ancianos y les contó lo que Dios le habĆa dicho y ellos respondieron: Ā«Todo lo que el SeƱor ha dicho, haremos.Ā»[1].
- La segunda subida al monte la encontramos en Ex 19:8, cuando se le explica quĆ© va a hacer para ser reconocido como profeta por el pueblo. Luego MoisĆ©s regresa a ellos, les cuenta todo, les hace rituales de purificación y les seƱala los lĆmites de lo que podĆan hacer para no morir delante de la presencia del SeƱor. El encuentro acordado con Dios serĆa tres dĆas despuĆ©s.
- La tercera subida la encontramos en Ex. 19.16, que fue el dĆa esperado en el que Dios le dijo a MoisĆ©s las Diez Palabras en medio de truenos relĆ”mpagos y el sonido del shofar, lo que provocó que el pueblo se alejara por temor y le pidiese a MoisĆ©s que hablara Ć©l solo con Dios, pues ya le reconocĆan como intermediario y profeta (v.20). Luego comienza Dios a decirle a MoisĆ©s los mishpatim. Al terminar, Dios le indica que regrese y le diga al pueblo que no traspase los lĆmites. Interesantemente, MoisĆ©s responde que ya Ćl se lo habĆa dicho, pero no sabĆa que Dios le iba a decir ahora que trajera consigo a un grupo, pero el pueblo podrĆa no entender y entonces subir todos (vv.21-24). El grupo incluĆa a Aarón, Nadab, AbiĆŗ y setenta ancianos, pero le especifica que se quedaran inclinados desde lejos y solo MoisĆ©s se acercarĆa (Ex 24:1-2). Al MoisĆ©s descender (Ex 19:25; 24:3), le va a mostrar al pueblo por escrito las Diez Palabras y los mishpatim (vv.3,4,7). ĀæPor quĆ© las escribió?, pues para sellar un pacto con ellos; por eso edificó altar para sacrificio y levantó las doce columnas. Note que esto que escribió no tiene que ver con las tablas de piedras, porque ese momento no ha llegado. Este libro se llamó: Sefer Habrit (āRollo del Pactoā). A lo que el pueblo respondió: Ā«Haremos todas las cosas que el SeƱor ha dicho, y obedeceremos.Ā»[2].
- La cuarta subida la encontramos en Ex 24:9, pero los ancianos desobedecieron al no inclinarse completamente, sino que miraron a Dios. A pesar de esto, Dios no los castigó, regresaron en paz y comieron aquella noche (v.11).
- La quinta subida la encontramos Ex 24:12-18 y la hace junto a JosuĆ©, permaneciendo arriba durante cuarenta dĆas y noches. Es aquĆ donde le va a dar las leyes referentes al tabernĆ”culo, el sacerdocio, el servicio y ademĆ”s las Diez Palabras.
DespuĆ©s de esto MoisĆ©s va a estar entrando y saliendo del monte por varias ocasiones mĆ”s. Por eso usaba un velo, pues el resplandor de la gloria de Dios quedaba marcado en su rostro y el pueblo no podĆa mirarle.
Preguntas:
1.- ¿Por qué cree usted que Dios hizo subir a Moisés varias veces al monte?
2.- Si el pueblo escuchaba todo lo que ocurrĆa en el monte, Āæpor quĆ© cree usted que Dios ordena a MoisĆ©s que les escriba estos mandamientos?
3.- ĀæQuĆ© armonĆa encuentra usted entre lo sucedido en el SinaĆ y la enseƱanza de JesĆŗs en el Monte de los Olivos?
[1] Ex 19:8.
[2] Ex 24:7.
Ćxodo 24
1 Después dijo a Moisés: Sube a YHVH tú, con Aarón, Nadab y Abiú, y con setenta de los ancianos de Israel, y os postraréis a lo lejos. 2 Solo Moisés se acercarÔ a YHVH, pero ellos no se acercarÔn, ni el pueblo subirÔ con él.
3 Y Moisés regresó y contó al pueblo todas las palabras (debarim) de YHVH y todos los decretos (mishpatim). Y respondiendo a una voz, todo el pueblo dijo: Cumpliremos todas las palabras (debarim) que YHVH ha hablado. 4 Y escribió Moisés todas las palabras (debarim) de YHVH, y levantÔndose temprano de mañana, construyó al pie del monte un altar y doce estelas, conforme a las doce tribus de Israel. 5 Y envió a los jóvenes de los hijos de Israel, los cuales ofrecieron holocaustos e hicieron sacrificios de becerros: Ofrendas de paz (selamim) a YHVH.
6 Y MoisĆ©s tomó la mitad de la sangre y la puso en tazones, y la otra mitad de la sangre la derramó sobre el altar. 7 Y tomando el rollo del pacto, lo proclamó a oĆdos del pueblo. Ellos dijeron: Cumpliremos y obedeceremos todo lo que YHVH habló. 8 Y tomó MoisĆ©s la sangre y la roció sobre el pueblo, diciendo: Ā”He aquĆ la sangre del pacto que ha pactado YHVH con vosotros sobre todas estas palabras! 9Y subió MoisĆ©s con Aarón, Nadab y AbiĆŗ, y setenta del consejo de ancianos de Israel, 10 y vieron el lugar donde se habĆa situado el Elohim de Israel, y debajo de sus pies habĆa como un enlosado de zafiro, semejante en pureza a los mismos Cielos. 11 Y no faltó ninguno de los escogidos de Israel, y fueron vistos en el lugar de Elohim, y comieron y bebieron.
12 Y dijo YHVH a MoisĆ©s: Sube al monte, ante mi presencia, y permanece allĆ, y te darĆ© las tablas de piedra con la ley (torĆ”) y el mandamiento (mitzvot) que he escrito para instruirlos. 13 Y se levantó MoisĆ©s, y tambiĆ©n JosuĆ© su servidor. Y subió al monte de Ha-Elohim. 14 Y Ć©l habĆa dicho a los ancianos: Esperad aquĆ hasta que volvamos a vosotros. He aquĆ Aarón y Hur estĆ”n con vosotros, quien tenga asuntos, acĆ©rquese a ellos.
15 Y subió MoisĆ©s al monte. Y la nube cubrió el monte. 16 Y la gloria de YHVH se posó sobre el monte Sinai, y la nube lo cubrió por seis dĆas. Al sĆ©ptimo dĆa llamó a MoisĆ©s de en medio de la nube. 17 Pero la apariencia de la gloria de YHVH en la cumbre del monte era como fuego consumidor ante los ojos de los hijos de Israel. 18 Y MoisĆ©s entró en medio de la nube y subió al monte. Y estuvo MoisĆ©s en el monte cuarenta dĆas y cuarenta noches.
āŗ24.1 Nadab y AbiĆŗ… Dos de los cuatro hijos de Aarón ā6.23.
āŗ24.8 la sangre del pacto āMt 26.28; Mr 14.24; Lc 22.20; 1Co 11.25; He 9.19-20; 10.29; ha pactado… Heb. qarat berith. Esto es, hacer un pacto troceando el animal destinado al sacrificio.
āŗ24.11 escogidos… TM aƱade hijos. Se sigue LXX; fueron vistos… Se sigue LXX; y comieron y bebieron… Esto es, para sellar el pacto āv. 8; Gn 26.26-31.
āŗ24.13 Y subió… TM aƱade MoisĆ©s. Se sigue LXX.
āŗ24.14 Esperad… TM aƱade a nosotros. Se sigue LXX.
āŗ24.18 cuarenta noches… āDt 9.9.
Salmo 24.
1 Salmo festivo (mitzmor) de David.
De YHVH es la tierra y su plenitud, el mundo y los que en Ʃl habitan.
2 Porque Ćl la fundó sobre los mares yĀ la afirmó sobre las corrientes.
3 ¿Quién subirÔ al Monte de YHVH? ¿Y quién podrÔ estar en pie en su lugar santo?
4 El limpio de manos y puro de corazón, el que no ha elevado su alma (nefesh) a cosas vanas, ni ha jurado con engaño.
5 Este llevarÔ la bendición de YHVH, y la justicia (tsedeq) del Elohim de su salvación (yeshúa).
6 Tal es la generación de quienes lo buscan, de los que buscan el rostro del DIOS de Jacob.
Selah
7 ”Alzad, oh puertas, vuestras cabezas! ”Sed levantadas, puertas eternas, y entrarÔ el Rey de gloria! 8 ¿Quién es este Rey de gloria? ”YHVH, el fuerte y poderoso! ”YHVH, el poderoso en batalla!
9 Ā”Alzad, oh puertas, vuestras cabezas! Ā”Sed levantadas, puertas eternas, y entrarĆ” el Rey de gloria! 10 ĀæQuiĆ©n es este Rey de gloria? Ā”YHVH Sebaot! Ā”Ćl es el Rey de gloria!
Selah
IsaĆas 63.
1 ĀæQuiĆ©n es este que viene de Edom, de Bosra, con ropas enrojecidas? ĀæQuiĆ©n es ese, magnĆfico en sus vestiduras, que marcha en la grandeza de su poder? Yo, el que sentencio con justicia (tzedaqa), poderoso para salvar (yeshĆŗa). 2 ĀæPor quĆ© estĆ”n rojas tus vestiduras y la tĆŗnica, como el que ha pisado en el lagar? 3 Yo solo he pisado el lagar, y de los pueblos nadie habĆa conmigo. Los aplastĆ© con mi ira y los pisoteĆ© con mi furor, y su sangre salpicó mis vestiduras. 4 Porque el dĆa de la venganza estĆ” en mi corazón, yĀ el aƱo de mis redimidos ha llegado.
5 MirĆ©, y no habĆa quien ayudara, y me maravillĆ© que no hubiera quien sustentara, pero me sostuvo mi ira, y mi brazo me dio la victoria. 6 PisoteĆ© pueblos en mi ira, los embriaguĆ© con mi indignación, y derramĆ© su sangre en la tierra.
7 Yo harĆ© recordar la gran misericordia de YHVH, y los salmos de YHVH, segĆŗn todos los beneficios que YHVH hizo por nosotros, y su gran bondad para con la casa de Israel, que Ćl les ha hecho conforme a su amor entraƱable, yĀ conforme a la multitud de sus misericordias.
8 Pues dijo: Ā”Ciertamente ellos son mi pueblo, Hijos que no se portarĆ”n falsamente! Y asĆ, Ćl se convirtió en el Salvador de ellos, 9 y fue afligido con todas sus aflicciones.
El Ćngel de su presencia los salvó, en su amor y en su ternura, Ćl mismo los redimió, y cargó con ellos, y los llevó todos los dĆas, desde la antigüedad. 10 Pero ellos se rebelaron y contristaron su EspĆritu Santo, por lo que se tornó en su enemigo y guerreó contra ellos.
11 Entonces se acordaron de los dĆas antiguos, de MoisĆ©s y su pueblo: ĀæDónde estĆ” el que los sacó del mar con los pastores de su rebaƱo? ĀæDónde estĆ” el que puso en medio de ellos su EspĆritu Santo, 12 el que hizo que su brazo glorioso anduviera a la diestra de MoisĆ©s, el que dividió el mar ante ellos, y se ganó renombre eterno, 13 el que los condujo por el fondo del mar, como se conduce el caballo por la estepa sin tropezar?
14 AsĆ como desciende el ganado a la caƱada, el EspĆritu de YHVH los hizo descansar; asĆ pastoreaste a tu pueblo para hacerte un nombre glorioso.
15 ”Mira desde los Cielos, y contempla desde tu santa y gloriosa morada! ¿Dónde estÔ ahora tu celo y tus obras poderosas? ¿Se han estrechado la conmoción de tus entrañas y tus compasiones hacia m� 16 ”No la reprimas, porque Tú eres nuestro Padre! Aunque Abraham no nos conozca e Israel nada sepa de nosotros, Tú, YHVH, eres nuestro Padre, que nos estÔ redimiendo.
”Tu Nombre ha estado sobre nosotros desde la eternidad! 17 ¿Por qué, oh YHVH, permites que nos desviemos de tus caminos, y endureces nuestro corazón a tu temor? ”Vuélvete por amor de tus siervos, las tribus de tu heredad! 18 Por un momento nuestros enemigos poseyeron tu pueblo santo, y pisotearon tu santuario. 19 Hemos venido a ser como aquellos a quienes nunca gobernaste; como aquellos sobre los cuales nunca fue invocado tu Nombre.
Ā āŗ63.2 lagar… Esto es, Armagedón āAp 16.12-21.
āŗ63.3 nadie habĆa conmigo… āJue 5.23; sangre… Heb. nishĆ”m = fluido vital. Aparece solo aquĆ y en ā63.6. Se sigue LXX.
āŗ63.5 mi ira… āMt 3.7; Lc 3.7; 1 Ts 1.10.
āŗ63.11 pastores… LXX y Sir. registran el singular pastor.
āŗ63.13 Se inserta se conduce para suplir elipsis del original.
Isaias 64
1 ”Oh, si rasgaras los cielos y descendieras,
Para que las montaƱas fueran derretidas ante tu presencia, 2 como fuego abrasador de fundiciones, como fuego que hace hervir las aguas! Tu Nombre serĆa notorio a tus enemigos, y ante ti temblarĆan las naciones. 3 Descendiste, hiciste portentos que no esperĆ”bamos, ante tu presencia se derritieron las montaƱas.
4 Desde antiguo no hemos oĆdo ni nuestros ojos visto Elohim fuera de ti, que hiciera tanto por el que espera por misericordia. 5 Sales al encuentro del que con gozo practica la justicia; del que tiene presentes tus caminos.
He aquĆ, cuando pecamos, te indignaste; en los pecados hemos estado largo tiempo, ĀæY podremos ser salvos? 6 Todos nosotros somos como cosa impura, y nuestra justicia como trapo de menstruo. Todos nosotros nos marchitamos como hojas, y la mano de nuestras iniquidades nos arrastra como el viento. 7 No hay quien invoque tu Nombre, ni se afane para asirse de ti, porque ocultaste tu rostro de nosotros, y nos entregaste en poder de nuestra culpa. 8 Sin embargo, oh YHVH, TĆŗ eres nuestro Padre; nosotros la arcilla y TĆŗ nuestro alfarero, todos nosotros, obra de tus manos.
9 ”Oh YHVH, no te excedas en la ira, ni te acuerdes para siempre de la iniquidad! ”Te lo rogamos, porque todos nosotros somos pueblo tuyo! 10 Tus santas ciudades son un desierto; Sión es un desierto, Jerusalén una desolación.
11 Nuestra santa y gloriosa Casa, donde te alabaron nuestros padres, ha sido pasto del fuego; nuestras cosas mÔs amadas se han convertido en ruinas. 12 ”Oh YHVH!, ¿quedarÔs insensible ante todo esto? ¿Te callarÔs acaso, y nos afligirÔs sin medida?
Ezequiel 1.
1 Aconteció en el aƱo treinta, el cuarto mes, a cinco dĆas del mes, que estando yo en medio de los cautivos, junto al rĆo Quebar, los cielos fueron abiertos y vi visiones de Elohim.
2 A los cinco dĆas del mes, el aƱo quinto de la deportación del rey JoaquĆn, 3 la palabra de YHVH se reveló expresamente al sacerdote Ezequiel ben Buzi, en la tierra de los caldeos, junto al rĆo Quebar. AllĆ estuvo sobre mĆ la mano de YHVH, 4 y mirĆ©, y he aquĆ un torbellino venĆa del norte: una gran nube con un fuego que se recogĆa en sĆ mismo y un resplandor en torno a ella. En su centro, en medio del fuego, habĆa una refulgencia como de metal incandescente.
5 De su centro emergĆa una semejanza de cuatro vivientes, y su apariencia era como la semejanza de AdĆ”m. 6 Cada uno tenĆa cuatro caras, y cada uno de ellos tenĆa cuatro alas. 7 Y sus pies conformaban un pie recto, y sus pies centelleaban a la manera de la refulgencia del bronce incandescente. 8 Por debajo de sus alas tenĆan brazos humanos a los cuatro lados, y los cuatro tenĆan sus caras y sus alas. 9 No se volvĆan al caminar: cada uno caminaba segĆŗn la orientación de su rostro. 10 El aspecto de sus rostros era como rostro de AdĆ”m, pero los cuatro tenĆan tambiĆ©n cara de león, a la derecha; los cuatro tenĆan cara de buey, a la izquierda; y los cuatro tenĆan tambiĆ©n cara de Ć”guila. 11 Sus alas estaban desplegadas hacia arriba. Cada uno tenĆa dos alas que se tocaban y otras dos que cubrĆan sus cuerpos. 12 Cada uno caminaba segĆŗn la orientación de su rostro. Iban donde el viento los impulsaba, y no se volvĆan.13 En cuanto a la semejanza de los vivientes, su apariencia era de ascuas de fuego, encendidas como antorchas, que iban de un lado a otro entre los vivientes, y habĆa un gran resplandor por el fuego, del cual salĆan relĆ”mpagos. [[14]] 15 Mientras contemplaba a los vivientes, vi una rueda en el suelo junto y al frente de cada uno de los cuatro vivientes.
16 El aspecto de las ruedas era como el brillo del crisólito; las cuatro tenĆan la misma apariencia, y su hechura era como si una rueda estuviera encajada dentro de la otra, 17 para poder rodar en las cuatro direcciones sin tener que girar cuando rodaban. 18 Sus circunferencias eran de gran altura, e infundĆan pavor, pues las cuatro tenĆan sus aros llenos de ojos alrededor. 19 Cuando los vivientes andaban, las ruedas andaban con ellos; cuando los vivientes se alzaban sobre la tierra, las ruedas se alzaban. 20 Iban donde el viento los impulsaba a ir, y las ruedas se alzaban con ellos, porque las ruedas llevaban el espĆritu de los vivientes. 21 Cuando ellos andaban, andaban ellas, y cuando ellos se detenĆan, se detenĆan ellas; y cuando se alzaban de la tierra, las ruedas se alzaban junto con ellos, porque las ruedas llevaban el espĆritu de los vivientes. 22 Sobre las cabezas de los vivientes habĆa la semejanza de un firmamento como de hielo, extendido por encima, sobre sus cabezas.
23 Debajo del firmamento, sus alas expandidas se tocaban entre sĆ. Cada uno tenĆa dos alas que cubrĆan su cuerpo por ambos lados. 24 Cuando avanzaban, oĆa el ruido de sus alas como estruendo de muchas aguas. Al detenerse, sus alas se plegaban. 25 Y hubo una voz en el firmamento, encima de sus cabezas, 26 y como la apariencia de una piedra de zafiro, a semejanza de un trono, y sobre la semejanza del trono, una semejanza como la apariencia de AdĆ”m sobre Ć©l. 27 Vi como la apariencia del bronce refulgente de sus lomos hacia arriba, y de lo que parecĆa ser de su cintura hacia abajo, vi como una apariencia de un resplandor en torno suyo, 28 a semejanza del arco que aparece en la nube en dĆa de lluvia, tal era la apariencia de la refulgencia en torno suyo. Tal fue la visión de la apariencia de la gloria de YHVH.Ā
āŗ1.1 en el aƱo treinta… Esto es, de la vida del profeta āNm 4.2-3, 30 donde se dan los datos del servicio de los hijos de Israel.
āŗ1.4 una refulgencia… Esto es, la gloria de Dios āv. 28.
āŗ1.7 Se sigue LXX.
āŗ1.9 TM antepone las alas se tocaban la una con la otra. Se sigue LXX.
āŗ1.10 Se inserta tambiĆ©n para suplir elipsis del original; cara de Ć”guila… TM aƱade asĆ eran sus caras. Se sigue LXX.
āŗ1.11 sus alas… TM inserta las caras de ellos. Se sigue LXX.
āŗ1.12 viento… TambiĆ©n aliento, espĆritu; no se volvĆan… TM aƱade en su marcha. Se sigue LXX.
āŗ1.14 TM aƱade versĆculo. Se sigue LXX.
āŗ1.20 viento… TambiĆ©n aliento, espĆritu; donde el viento los impulsaba a ir… Los copistas duplicaban toda variante que estuviera atestiguada en la tradición oral para que ninguna pudiera perderse. Por yuxtaposición de variantes alternativas, el TM aƱade y hacia donde el viento los llevaba. Ausente en LXX, algunos mss. hebreos, Peshitta. Se sigue LXX, espĆritu… O aliento, viento.
āŗ1.22 firmamento…TM aƱade imponente. Se sigue LXX; hielo… LXX xrustĆ”llou = cristal āAp 4.6.
āŗ1.25-27 Se sigue LXX.
Ezequiel 2.
1 Cuando la vi, caĆ rostro en tierra y oĆ una voz que hablaba, y me dijo: Hijo de AdĆ”m, ponte sobre tus pies, y hablarĆ© contigo. 2 Y vino sobre mĆ un viento, y me afirmó sobre mis pies. Y escuchĆ© al que me hablaba, 3 que me decĆa: Hijo de AdĆ”m, Yo te envĆo a los hijos de Israel, rebeldes que se rebelaron contra MĆ. Tanto ellos como sus padres se rebelaron contra MĆ hasta hoy.
4 Les dirÔs: Asà dice Adonai YHVH, 5 te escuchen o no te escuchen, pues son casa rebelde, y tienen que reconocer que un profeta ha estado en medio de ellos. 6 Y tú, hijo de AdÔm, no temas, no temas a ellos ni sus palabras, aunque te hallas entre cardos y espinas, y te sientas sobre escorpiones, no tengas temor de sus palabras ni te espantes ante ellos, porque son casa rebelde. 7 Les hablarÔs pues mis palabras, escuchen o dejen de escuchar, porque son muy rebeldes. 8 Pero tú, hijo de AdÔm, escucha lo que Yo te hablo. No seas rebelde como la casa rebelde. ”Abre tu boca y come lo que te doy!
9 Y mirĆ©, y he aquĆ una mano que se extendĆa hacia mĆ, y en ella habĆa un rollo escrito. 10 Y lo extendió ante mĆ, y estaba escrito por dentro y por fuera, y lo escrito en Ć©l eran endechas, lamentaciones y ayes.Ā
āŗ2.2 viento… TambiĆ©n aliento, espĆritu. La traducción y entró en mĆ el EspĆritu es inaceptable āJn 7.39.
āŗ2.3 Israel… TM aƱade goyim ha-mordim = las naciones. Se sigue LXX.
āŗ2.4 Se sigue LXX.
Ezequiel 3.
1 Me dijo: Hijo de AdĆ”m, cómete ese rollo, y ve y habla a la casa de Israel. 2 AbrĆ, pues, mi boca, y me hizo comer el rollo. 3 Y me dijo: Hijo de AdĆ”m, alimenta tu vientre y llena tus entraƱas de este rollo que Yo te doy. Y lo comĆ, y fue en mi boca dulce como la miel.
4 Luego me dijo: Hijo de AdĆ”m, ve y entra a la casa de Israel, y hĆ”blales con mis palabras. 5 Porque no eres enviado a un pueblo de habla profunda ni de lengua difĆcil, sino a la casa de Israel. 6 No a muchos pueblos de habla profunda ni de lengua difĆcil, cuyas palabras no entiendas, que de seguro, si te enviara a ellos, te escucharĆan. 7 Pero la casa de Israel no te querrĆ” oĆr, porque no quiere escucharme a MĆ, pues toda la casa de Israel es de dura cerviz y obstinado corazón. 8 He aquĆ Yo endurezco tu rostro contra los rostros de ellos, y endurezco tu frente contra sus frentes. 9 He hecho tu frente como diamante, mĆ”s fuerte que el pedernal. No los temas ni te acobardes ante ellos, porque son casa rebelde. 10 Me dijo ademĆ”s: Hijo de AdĆ”m, recibe en tu corazón todas las palabras que te digo, y escĆŗchalas con tus oĆdos. 11 AcĆ©rcate a los cautivos, a los hijos de tu pueblo, y hĆ”blales diciendo, asĆ dice Adonai YHVH, te escuchen o no te escuchen. 12 Y en seguida un viento me alzó, y oĆ detrĆ”s de mĆ el sonido de un estruendo tumultuoso, cuando la gloria de YHVH se elevó del sitio. 13 (El revuelo de las alas de los vivientes rozando una con otra, junto con el fragor de las ruedas delante de ellos era el sonido de gran estruendo).
14 Un viento, pues, me alzó y me llevó, e iba yo con amargura, en la indignación de mi espĆritu, pues la mano de YHVH pesaba gravemente sobre mĆ. 15 Y vine a los cautivos en Tel-Abib, que vivĆan a orillas del rĆo Quebar, y me sentĆ© donde estaban sentados, y allĆ, entre ellos, permanecĆ perplejo durante siete dĆas.
16 Al cabo de los siete dĆas aconteció que la palabra de YHVH vino a mĆ, diciendo: 17 Hijo de AdĆ”m, Yo te he puesto por atalaya a la casa de Israel, y cuando oigas una palabra de mi boca, la darĆ”s a ellos como advertencia de parte mĆa. 18 Cuando Yo diga al impĆo: De cierto morirĆ”s; y tĆŗ no se lo anticipes ni lo amonestes, para que el impĆo se aperciba de su camino a fin de que viva, el impĆo morirĆ” por su maldad, pero Yo demandarĆ© su sangre de tu mano.
19 Pero si tĆŗ amonestas al impĆo, y Ć©l no se convierte de su impiedad y de su mal camino, Ć©l morirĆ” por su maldad, pero tĆŗ habrĆ”s librado tu alma. 20 Si algĆŗn justo se aparta de su justicia y hace maldad, pondrĆ© un tropiezo delante de Ć©l y morirĆ”, porque tĆŗ no lo amonestaste. Por su pecado morirĆ”, y las obras de justicia que hizo no serĆ”n recordadas, pero Yo demandarĆ© su sangre de tu mano.
21 Pero si amonestas al justo para que no peque, y él no peca, de cierto vivirÔ porque fue amonestado, y tú habrÔs librado tu alma. 22 Y allà se apoyó sobre mà la mano de YHVH, y me dijo: LevÔntate, sal a la llanura, y allà hablaré contigo.
23 Me levantĆ©, pues, salĆ a la llanura, y allĆ estaba la gloria de YHVH, como la gloria que habĆa visto junto al rĆo Quebar, y caĆ sobre mi rostro. 24 Entonces vino un viento sobre mĆ y me hizo estar sobre mis pies.
Luego habló conmigo, y me dijo: ”Ve y enciérrate en tu casa! 25 Pues en cuanto a ti, hijo de AdÔm, he aquà te pondrÔn sogas y te atarÔn con ellas para que no salgas a ellos. 26 Y Yo haré que la lengua se pegue a tu paladar, y quedarÔs mudo, y no serÔs para ellos como un varón que reprende, porque son casa rebelde.
27 Pero cuando Yo te haya hablado, entonces abrirĆ© tu boca para que les digas: AsĆ dice Adonai YHVH. El que quiera, que te escuche y el que no, que lo deje, porque son casa rebelde.Ā
āŗ3.1 Se sigue LXX.
āŗ3.2 el rollo… TM aƱade este. Se sigue LXX.
āŗ3.12,14 viento… TambiĆ©n aliento, espĆritu.
āŗ3.18 de su camino… TM registra mal camino. Se sigue LXX.
Mateo 5:1-12.
1 Al ver las multitudes, subió al monte, y despuĆ©s de sentarse, se acercaron a Ćl sus discĆpulos, 2 y abriendo su boca, les enseƱaba diciendo: 3
Bienaventurados los pobres en espĆritu, porque de ellos es el reino de los Cielos.
4 Bienaventurados los que lloran, porque ellos serƔn consolados.
5 Bienaventurados los mansos, porque ellos heredarƔn la tierra.
6 Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serƔn saciados.
7 Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarƔn misericordia.
8 Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verÔn a DIOS.
9 Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serƔn llamados hijos de DIOS.
10 Bienaventurados los que han sido perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los Cielos.
11 Bienaventurados sois cuando os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros por causa de MĆ. 12 Alegraos y gozaos, pues vuestro galardón es grande en los Cielos, porque asĆ persiguieron a los profetas antes de vosotros.Ā
āŗ5.4 consolados… āIs 61.1-3.
āŗ5.5 tierra… āSal 37.11.
āŗ5.6 sed… āIs 55.1-2.
āŗ5.8 limpio… āSal 24.4.
āŗ5.9 pacificadores… Gr. eirenopoioĆ. El adjetivo tiene un sentido activo: los que se esfuerzan en pro de la paz.
āŗ5.10 justicia… ā1P 3.14.
āŗ5.11 MĆ… Mā aƱaden pseudómeno = mintiendo, con el propósito de limitar laĀ generalización de la enseƱanza de JesĆŗs ā1P 4.14.
āŗ5.12 profetas… ā2Cr 36.16; Hch 7.52
Apocalipsis 1.
1 Revelación de JESUCRISTO, que DIOS le dio para manifestar a sus esclavos lo que debe suceder en breve, y la declaró enviĆ”ndola por medio de su Ć”ngel a su esclavo Juan, 2āel cual dio testimonio de la palabra de DIOS y del testimonio de JESUCRISTO de todo cuanto vio. 3āBienaventurado el que lee y los que oyen las palabras de la profecĆa, y guardan las cosas en ella escritas, porque el tiempo estĆ” cerca.
4āJuan, a las siete iglesias que estĆ”n en Asia: Gracia y paz a vosotros, del que es y que era y que viene, y de los siete espĆritus que estĆ”n ante su trono, 5āy de JESUCRISTO, el Testigo fiel, el PrimogĆ©nito de los muertos y el Soberano de los reyes de la tierra. Al que nos ama y nos libertó de nuestros pecados con su sangre, 6āy nos hizo un reino, sacerdotes para su DIOS y Padre: a Ćl sea la gloria y la soberanĆa por los siglos, amĆ©n.
7 He aquĆ viene con las nubes, y todo ojo lo verĆ”, y tambiĆ©n aquellos que lo traspasaron, y harĆ”n lamentación por Ćl todas las tribus de la tierra. SĆ, amĆ©n.
8āYo soy el Alfa y la Omega, dice el SeƱor DIOS, el que es, y que era, y que viene, el Todopoderoso.
9āYo, Juan, vuestro hermano, y partĆcipe con vosotros en la tribulación, y en el reino, y en la perseverancia en JESĆS, estaba en la isla llamada Patmos, por causa de la palabra de DIOS y el testimonio de JESĆS. 10āY estando en espĆritu en el dĆa consagrado al SeƱor oĆ detrĆ”s de mĆ una gran voz, como de trompeta, 11āque decĆa:
Escribe lo que ves en un rollo, y envĆalo a las siete iglesias: a Ćfeso, a Esmirna, a PĆ©rgamo, a Tiatira, a Sardis, a Filadelfia y a Laodicea.
12āY me volvĆ para ver la voz que hablaba conmigo, y vuelto, vi siete candelabros de oro, 13āy en medio de los siete candelabros, a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido de una tĆŗnica talar y ceƱido a la altura del pecho con una faja de oro. 14āSu cabeza y los cabellos eran blancos como lana blanca, como la nieve, y sus ojos como llama de fuego. 15āSus pies eran semejantes al bronce bruƱido, como en un horno encendido, y su voz, como el estruendo de muchas aguas. 16āEn su diestra tenĆa siete estrellas, y de su boca salĆa una espada aguda de doble filo, y su semblante era como cuando brilla el sol en su fuerza. 17āCuando lo vi, caĆ como muerto a sus pies, pero Ćl puso su diestra sobre mĆ, diciendo:
No temas, Yo soy el Primero y el Postrero, 18āy el que vive, aunque estuve muerto, pero he aquĆ vivo por los siglos de los siglos y tengo las llaves de la Muerte y del Hades. 19āEscribe, pues, las cosas que has visto, y las que son, y las que estĆ”n a punto de suceder despuĆ©s de estas: 20āEl misterio de las siete estrellas que viste en mi diestra, y los siete candelabros de oro: Las siete estrellas son los Ć”ngeles de las siete iglesias, y los siete candelabros son las siete iglesias.
āŗ1.3 Bienaventurado… Primera de las siete bienaventuranzas del Apocalipsis. Las otras ā14.13; 16.15; 19.9; 20.6; 22.7 y 22.14.
āŗ1.4 que es y que era… āEx 3.14; trono… āAp 4.5.
āŗ1.5 Soberano… āSal 89.27; libertó… Mā lavó.
āŗ1.6 su DIOS y Padre… Esto es, de JesĆŗs, no de los destinatarios āEx 19.6, comp. Ap 5.10.
āŗ1.7 las nubes… āDn 7.13; Mt 24.30; Mr 13.26; Lc 21.27; traspasaron… āZac 12.10; Jn 19.34, 37; lamentación… āZac 12.10-14; Mt 24.30.
āŗ1.8 Alfa y Omega… Mā aƱaden principio y fin. āGn 1.1; Ap 22.13; DIOS… Mā omiten. āEx 3.14.
āŗ1.9 JESĆS… Mā Jesucristo.
āŗ1.10 espĆritu… NTG no registra artĆculo; dĆa consagrado al SeƱor… Gr. kuriakĆ© emĆ©ra =
dĆa perteneciente o consagrado al SeƱor. Esto es, el primer dĆa de la semana.
āŗ1.11 que decĆa…. Mā insertan Yo soy el Alfa y la Omega, el Primero y el Ćŗltimo;Ā iglesias… Mā aƱaden que estĆ”n en Asia.
āŗ1.12 la voz… Es decir, para ver al que hablaba.
āŗ1.13 Hijo del Hombre… āDn 7.13; tĆŗnica talar… Esto es, ropa que llega hasta los pies āDn 10.5.
āŗ1.14 cabellos… blancos… āDn 7.9.
āŗ1.15 Sus pies… āDn 10.6; encendido… Aunque (habiendo sido) encendido no guarda relación sintĆ”ctica en la oración, se prefirió no solo por su mejor respaldo, sino porque explica mejor el origen de las otras variantes. A fin de remover la dificultad gramatical, algunos mss. registran refulgente, que califica a pies; mientras que encendido califica a bronce; aguas… āEz 1.24.
āŗ1.16 tenĆa… salĆa…Ā Lit. teniendo, saliendo; de doble filo… Lit. de dos bocas.
āŗ1.17 No temas… Propiamente, cesa de temer; Primero… Postrero… āIs 44.6; 48.12; Ap 2.8; 22.13.
āŗ1.18 vivo… Nótese la naturaleza inmortal de JesĆŗs, y la permanencia de la unión hipostĆ”tica; Hades… Mā aƱaden amĆ©n.
āŗ1.20 candelabros… Mā aƱaden que viste.

