Texto Ć”ureo: Ćxodo 30:22-31:18ā
Lecturas para adultos en la semana
DĆa 1: Ćxodo 30:22-31:18
DĆa 2:Ā NehemĆas 13:15-31
DĆa 3: JeremĆas 33-36
DĆa 4: Mateo 12:1-21
DĆa 5: Hebreos 7ā
DĆa 6: Apocalipsis 8
I- El incienso.
Dios enseñó a MoisĆ©s a preparar el aceite de santidad de la unción, que era indispensable para la consagración de alguien que servirĆa a Dios. Esto apuntaba a que este, āel mĆ”s elevado servicio de un ser humano requerĆa una capacitación especial por parte de Dios hacia Ć©l. No es solamente sentir el deseo de hacerlo, sino ser capacitado (sĆmbolo del aceite) y confirmado (sĆmbolo del oficiante) por el SeƱor de la viƱa.
Cuentan los escritores antiguos que los pueblos vecinos pagaban tan caro por tener de aquel perfume que daban su peso en oro. El SeƱor querĆa distinguir el olor de su casa de todos los demĆ”s templos de Ćdolos que pudieran existir. Esto habla tambiĆ©n de un servicio a Dios no solo santo, sino capaz de impactar a los demĆ”s. No hay nada que haga mĆ”s esto, que la santidad y el amor de los hijos de Dios. Este es el verdadero olor fragante que debe acompaƱar hoy el servicio cristiano a la humanidad.
II- El llamado de Dios.
A travĆ©s del llamado de Bezaleel y de Aholiab, Dios enseƱa que Ćl no llama al azar, sino que lo hace porque conoce al ser humano. Dios tambiĆ©n enseƱa que Ćl capacita con su EspĆritu Santo porque para su servicio es necesario que sea asĆ. No es que no mire o no le interese los talentos y habilidades, sino que el servicio a Ćl involucra mĆ”s. La obra de Dios implica que sus hijos sean obedientes a cada detalle de su plan y esto no se puede hacer a partir de las habilidades y los talentos, sino de la experiencia espiritual a travĆ©s de Su capacitación.
III- El reposo semanal.
A diferencia de los textos anteriores que eran referidos para los que servĆan en el tabernĆ”culo, a partir de Ex 31:12 va a hablar para todo Israel. El debate sobre el dĆa de reposo casi siempre estĆ” rodeado de los temas de superstición o legalismo que identificaba a los fariseos en el siglo I, pero es interesante en este pasaje cómo Dios dice que a travĆ©s del reposo el hombre es santificado.
Pensemos por un momento en una humanidad que nunca descansó en un dĆa especĆfico, todo era trabajo y trabajo (que es como se puede caracterizar al mundo antiguo en este sentido). La Ćŗnica nación que tenĆa esto era Israel y eso gracias a un diseƱo divino revelado a ellos. ĀæNo cree usted que es causa suficiente para agradecerle y tambiĆ©n guardarlo?
AdemĆ”s de eso, este dĆa de reposo no era para estar acostado vacacionando en una cama, sino para dedicarlo a intimar con Dios, como parte de una familia y de una congregación. Es en esta forma en que se debe mirar el reposo para transformarlo en lo que realmente debió ser.
Preguntas:
1.- ¿Por qué cree usted que Dios enseñó cómo hacer el aceite y el incienso y no mandó simplemente a comprar uno en el mercado de cualquier pueblo cercano?
2.- Si un joven en su congregación le expresa su deseo de servir a Dios, ĀæquĆ© le aconsejarĆa usted que hiciese?
3.- Brinde a sus compaƱeros de estudio una pequeƱa reflexión de lo que significa para usted un dĆa separado completamente para el SeƱor.
4.- ĀæEn quĆ© considera usted que no se puede convertir el dĆa de reposo?
Ćxodo. 30.22-31.18
El aceite de la unción y el incienso
22 Y habló YHVH a MoisĆ©s, diciendo: 23 Y tĆŗ mismo, toma especias finas: Quinientos siclos de mirra en grano, la mitad de canela aromĆ”tica, esto es, doscientos cincuenta, y de caƱa aromĆ”tica doscientos cincuenta, 24 de casia, quinientos, segĆŗn el siclo del santuario, y de aceite de oliva, un hin. 25 Y harĆ”s con ello el aceite para la unción santa, perfume fragante, obra de perfumista, y serĆ” el aceite de la santa unción. 26 Con Ć©l ungirĆ”s la tienda de reunión y el arca del testimonio, 27 la mesa y todos sus utensilios, el candelabro y todos sus utensilios, el altar del incienso, 28 el altar del holocausto y todos sus utensilios y la fuente con su base. 29 AsĆ los santificarĆ”s y serĆ”n cosas santĆsimas. Quien las toque serĆ” santificado. 30 Y ungirĆ”s a Aarón y a sus hijos y los santificarĆ”s para que sean mis Ā sacerdotes.
31 Y a los hijos de Israel les mandarÔs, diciendo: Este serÔ mi aceite de la santa unción por vuestras generaciones. 32 Sobre carne de persona no se harÔ unción, ni haréis otro semejante a él en su composición. Santo es, y santo serÔ para vosotros.
33 Cualquiera que haga una mezcla semejante y que lo ponga sobre un extraƱo, serĆ” cortado de su pueblo. 34 Y dijo YHVH a MoisĆ©s: TĆŗ mismo toma especias: BenjuĆ, uƱa aromĆ”tica y gĆ”lbano, especias e incienso puro, en partes iguales. 35 Y harĆ”s de ello el incienso compuesto, elaboración de perfumista, salado, puro, santo. 36 Y parte de Ć©l molerĆ”s muy fino, y lo pondrĆ”s delante del testimonio en la tienda de reunión, donde serĆ© conocido por ti. Os serĆ” cosa santĆsima. 37 En cuanto al incienso de su composición nada harĆ©is similar para vosotros. Te serĆ” cosa santa, reservada para YHVH. 38 Cualquiera que haga otro como Ć©l para recrearse con su olor, serĆ” cortado de su pueblo.
āŗ30.1 para… TM aƱade quemar. Se sigue LXX ā§194.
āŗ30.4 harĆ”s… TM aƱade para Ć©l. Se sigue LXX ā§194.
āŗ30.12 censo… ā2S 24.1-25; a YHVH… TM aƱade al contarlos. Se sigue LXX ā§194.
āŗ30.13 medio siclo… āEx 38.25-26; Mt 17.24.
āŗ30.18 bronce… āEx 38.8.
āŗ30.36 lo pondrĆ”s… LXX: pondrĆ”s.
āŗ30.37 al incienso… TM aƱade que harĆ”s. Se sigue LXX ā§194.
āŗ30.38 otro… Esto es, otro incienso āEx 37.29; Lv 10.1-2.
Ćxodo 31
Ā Los artĆfices del santuario
1 Habló YHVH a MoisĆ©s diciendo: 2 He aquĆ Yo he llamado por nombre a Bezaleel ben Uri, hijo de Hur, de la tribu de JudĆ”. 3 Lo he llenado con un espĆritu divino en cuanto a sabidurĆa, inteligencia y ciencia, para toda clase de obra artĆstica, 4 para idear diseƱos, para trabajar el oro y la plata y el bronce, y el jacinto y la pĆŗrpura y el granate hilado y el lino rehilado; 5 para grabar piedras de engaste, y entallar madera, para realizar toda clase de oficio. 6 Y Yo he puesto junto a Ć©l a Eliab ben Ahisamac, de la tribu de Dan, y en el corazón de todo hĆ”bil artesano he puesto inteligencia, para que ellos hagan todo lo que te he ordenado: 7 La tienda de reunión, el arca del testimonio, el propiciatorio que estĆ” sobre ella y todos los utensilios de la tienda; 8 la mesa y sus utensilios, el candelabro puro con todos sus utensilios, 9 la fuente y su base, 10 las vestiduras de servicio para Aarón, y las vestiduras de sus hijos para ejercer el sacerdocio, 11 el aceite de la unción y el incienso compuesto para el lugar santo. Lo harĆ”n conforme a todo lo que te he ordenado.
12 Y habló YHVH a MoisĆ©s, diciendo: 13 Y tĆŗ, habla a los hijos de Israel, diciendo: De cierto guardarĆ©is mis sĆ”bados. Es seƱal entre Yo y vosotros por vuestras generaciones, para que sepĆ”is que Yo soy YHVH, quien os santifica. 14 GuardarĆ©is el shabbat, porque es santo para vosotros. El que lo profane ciertamente serĆ” muerto. Todo el que haga en Ć©l obra alguna, esa persona serĆ” cortada de en medio de su pueblo. 15 Seis dĆas se trabajarĆ”, pero el dĆa sĆ©ptimo serĆ” shabbat solemne, santo para YHVH; todo el que trabaje en el dĆa del shabbat, serĆ” muerto. 16 Los hijos de Israel guardarĆ”n, pues, el shabbat, a fin de celebrar el shabbat en sus generaciones por pacto perpetuo. 17 Es una seƱal entre Yo y los hijos de Israel para siempre, porque en seis dĆas hizo YHVH los cielos y la tierra, mas en el sĆ©ptimo dĆa cesó y reposó.
18 Y cuando acabó de hablar con él en el monte Sinai, dio a Moisés las dos tablas del testimonio, las tablas de piedra escritas por el dedo de Elohim.
āŗ31.2 Bezaleel… Esto es, en la sombra de Dios.
āŗ31.4 TM omite y el jacinto y la pĆŗrpura y el granate hilado y el lino rehilado. Se sigue LXX.
āŗ31.6 Y Yo… TM aƱade he aquĆ. Se sigue LXX ā§194; Eliab… Esto es, la tienda del padre; hĆ”bil artesano… Lit. sabio de corazón.
āŗ31.8-9 con todos sus utensilios… TM aƱade y el altar del incienso [9] y el altar del holocausto, con todos sus utensilios. Se sigue LXX ā§194.
āŗ31.10 de servicio para Aarón… TM aƱade las vestiduras sagradas para el sacerdote. Se sigue LXX ā§194.
āŗ31.13 sĆ”bados… Heb. shabbatot. TM aƱade porque. Se sigue LXX ā§194.
āŗ31.14 serĆ” muerto… TM aƱade porque. Se sigue LXX ā§194.
āŗ31.15 shabbat solemne… Lit. shabbat shabbatot. Superlativo, shabbat de los shabbats, es decir, shabbat muy solemne āEx 20.8-11; 23.12; 34.21; 35.2; Lv 23.3; Dt 5.12-14.
āŗ31.16 a fin de celebrar… Lit. para hacer.
NehemĆas. 13.15-31
15 En esos dĆas vi en JudĆ” a unos que pisaban lagares en shabbat y traĆan gavillas cargadas sobre asnos, y que traĆan a JerusalĆ©n tambiĆ©n vino y uvas e higos, y toda clase de carga en dĆa shabbat. Y protestĆ© a causa del dĆa en que vendĆan las provisiones. 16 VivĆan allĆ tambiĆ©n hombres de Tiro, los cuales traĆan pescado y otras mercancĆas que vendĆan en shabbat a los naturales de JudĆ” en JerusalĆ©n. 17 Entonces reprendĆ a los nobles de JudĆ” y les dije: ĀæQuĆ© significa esta mala acción que hacĆ©is, profanando asĆ el dĆa del shabbat?
18 ĀæNo hicieron asĆ vuestros padres, y nuestro Elohim trajo toda esta desgracia sobre nosotros y sobre esta ciudad? Ā”Y vosotros aumentĆ”is la ira divina contra Israel al profanar el shabbat! 19 Y aconteció que en la vĆspera del shabbat, cuando iba anocheciendo a las puertas de JerusalĆ©n, ordenĆ© que las puertas fueran cerradas hasta pasar el shabbat, y emplacĆ© a algunos de mis servidores sobre las puertas para que no entrara carga alguna en dĆa de shabbat. 20 Pero los mercaderes y vendedores de toda esa suerte de mercancĆas pasaron la noche fuera de JerusalĆ©n una y dos veces. 21 Entonces yo les advertĆ y les dije: ĀæPor quĆ© pernoctĆ”is frente al muro? Si lo hacĆ©is otra vez, os echarĆ© mano. Desde ese tiempo no vinieron mĆ”s en shabbat. 22 Por otra parte, ordenĆ© a los levitas que se purificaran y acudieran a guardar las puertas para santificar el dĆa del shabbat.
Ā”AcuĆ©rdate de mĆ tambiĆ©n por esto, oh Elohim mĆo, y considĆ©rame conforme a la
inmensidad de tu misericordia!
23 En aquellos dĆas pude ver tambiĆ©n que algunos judĆos cohabitaban con mujeres asdoditas, amonitas y moabitas, 24 y sus hijos hablaban a medias el lenguaje asdodita y no podĆan hablar bien el idioma de los judĆos, sino conforme a la lengua de aquellos pueblos. 25 Y contendĆ con ellos y los maldije, y castiguĆ© a algunos de ellos, y les arranquĆ© los cabellos, y les hice jurar por Elohim, diciendo: No darĆ©is vuestras hijas a sus hijos, ni tomarĆ©is de sus hijas para vuestros hijos ni para vosotros. 26 ĀæNo fue acaso por eso mismo que pecó Salomón rey de Israel? Y aunque entre muchas naciones no hubo rey como Ć©l, y fue amado por su Elohim, y Elohim lo hizo rey sobre todo Israel, sin embargo, aun a Ć©l, lo hicieron pecar mujeres extranjeras. 27 ĀæHaremos entonces como vosotros este gran mal prevaricando contra nuestro Elohim, al cohabitar con mujeres extranjeras? 28 Y ahuyentĆ© de mi lado a uno de los hijos de Joiada, hijo del sumo sacerdote Eliasib, porque era yerno de Sanbalat horonita.
29 Ā”AcuĆ©rdate de ellos, oh Elohim mĆo, porque profanaron la investidura sacerdotal y el pacto del sacerdocio y de los levitas!
30 Asà los purifiqué de todo lo extranjero, y establecà las funciones para los sacerdotes y los levitas, cada uno en su obra, 31 asà como para la ofrenda de la leña en los tiempos señalados, y para las primicias.
Ā”Oh Elohim mĆo, acuĆ©rdate de mĆ para bien!
JeremĆas. 33-36
Perdón y paz para Sión
1 Vino palabra de YHVH a JeremĆas la segunda vez, estando Ć©l aĆŗn preso en el patio de la guardia, diciendo:
2 AsĆ dice YHVH, que hizo la tierra, YHVH, que la moldeó para repararla. YHVH es su nombre: 3 Clama a mĆ, y Yo te responderĆ©, y te enseƱarĆ© cosas grandes y ocultas que tĆŗ no conoces.
4 Porque asà dice YHVH, Elohim de Israel, a las casas de esta ciudad, y a las casas de los reyes de JudÔ, las cuales fueron derribadas para construir defensas contra las torres de asalto y contra la espada: 5 Ahora vienen a pelear contra ella los caldeos, llenÔndolas de cadÔveres humanos, porque Yo la herà con mi furor y mi ira, y por cuya maldad oculté mi rostro de esta ciudad: 6 Yo mismo traeré sanidad y medicina; y los sanaré, y les revelaré la abundancia de paz y de fidelidad.
7 HarĆ© volver los cautivos de JudĆ” y los cautivos de Israel, y los restablecerĆ© como al principio. 8 Y los limpiarĆ© de toda su iniquidad, con la cual pecaron contra mĆ, y perdonarĆ© todos sus pecados con los cuales pecaron contra mĆ, y con los cuales transgredieron mis mandamientos. 9 Y esta ciudad me serĆ” un nombre de regocijo, de alabanza y de gloria delante de todas las naciones de la tierra, las cuales oirĆ”n de todo el bien que Yo le harĆ©, y temerĆ”n y temblarĆ”n a causa de todo el bien y de toda la prosperidad que le voy a conceder.
10 AsĆ dice YHVH: TodavĆa ha de oĆrse en este lugar, que decĆs que estĆ” desolado, sin hombres ni bestias, en las ciudades de JudĆ” y en las calles de JerusalĆ©n, que estĆ”n asoladas, sin hombres, sin habitantes y sin bestias, 11 sĆ, ha de oĆrse aĆŗn voz de regocijo y de alegrĆa, voz de desposado y voz de desposada, voz de los que digan: Ā”Alabad a YHVH Sebaot, porque YHVH es bueno, porque para siempre es su misericordia! Y voz de los que traigan ofrendas de acción de gracias a la Casa de YHVH. Porque volverĆ© a traer los cautivos de la tierra como al principio, dice YHVH.
12 AsĆ dice YHVH Sebaot: TodavĆa ha de haber en este lugar, que estĆ” desierto, sin hombres ni bestias, y en todas sus ciudades, aĆŗn ha de haber majadas de pastores que hagan recostar sus rebaƱos. 13 En las ciudades de la SerranĆa, en las ciudades de la SefelĆ”, en las ciudades del NĆ©guev, en la tierra de BenjamĆn, en los alrededores de JerusalĆ©n y en las ciudades de JudĆ”, otra vez pasarĆ”n rebaƱos bajo la mano de quien los cuente, dice YHVH. [[14-26]]
āŗ33.9 Se inserta esta ciudad para suplir elipsis del original.
āŗ33.14-26 TM aƱade vv. Se sigue LXX ā§194; §229.
JeremĆas 34
Contra SedequĆas
1 OrĆ”culo de YHVH que recibió JeremĆas cuando Nabucodonosor, rey de Babilonia, y todo su ejĆ©rcito y todos los reyes de la tierra bajo su dominio y todos sus ejĆ©rcitos peleaban contra JerusalĆ©n y contra sus ciudades:
2 AsĆ dice YHVH: Ve y habla a SedequĆas rey de JudĆ”, y dile: AsĆ dice YHVH: Yo he entregado esta ciudad al rey de Babilonia para que le prenda fuego. 3 TĆŗ no escaparĆ”s de su mano, sino que serĆ”s apresado, y caerĆ”s en su mano. Tus ojos verĆ”n los ojos del rey de Babilonia, y te hablarĆ” cara a cara, y en Babilonia entrarĆ”s. 4 Con todo eso, oh SedequĆas, rey de JudĆ”, oye el orĆ”culo de YHVH. AsĆ dice YHVH respecto a ti: No morirĆ”s a espada. 5 En paz morirĆ”s, y asĆ como quemaron especias por tus padres, los reyes que fueron antes de ti, las quemarĆ”n por ti, y te endecharĆ”n y dirĆ”n: Ā”Ay, seƱor! Lo he dicho Yo, dice YHVH.
6 El profeta JeremĆas dijo esto a SedequĆas, rey de JudĆ”, en JerusalĆ©n, 7 cuando el ejĆ©rcito del rey de Babilonia peleaba contra JerusalĆ©n y contra el resto de las ciudades de JudĆ”: Laquis y Azeca, las dos ciudades fortificadas de JudĆ” que aĆŗn subsistĆan.
8 OrĆ”culo de YHVH que recibió JeremĆas, despuĆ©s que SedequĆas pactó con el pueblo en JerusalĆ©n para promulgar una remisión, 9 dejando ir libre cada uno a su siervo hebreo y a su sierva hebrea, para que ninguno usara mĆ”s a los judĆos, sus hermanos, como siervos.
10 Cuando los prĆncipes y los del pueblo oyeron que en el pacto se habĆa convenido dejar libre cada uno a su siervo y a su sierva, y que ninguno los usara mĆ”s como siervos, obedecieron y los dejaron ir. 11 Pero despuĆ©s se arrepintieron, e hicieron regresar a los siervos y siervas que habĆan dejado libres, y otra vez los redujeron a servidumbre como siervos y siervas.
12 La palabra de YHVH vino a JeremĆas, diciendo: 13 AsĆ dice YHVH: El dĆa que los saquĆ© de Egipto, de casa de servidumbre, hice un pacto con vuestros padres diciendo: 14 Al cabo de siete aƱos cada uno de vosotros dejarĆ” ir a su hermano hebreo que le haya sido vendido: seis aƱos lo servirĆ”, y lo dejarĆ” ir libre. Pero vuestros padres no me oyeron ni inclinaron su oĆdo. 15 Y hoy vosotros os habĆais convertido y hecho lo recto ante mis ojos, cada uno anunciando libertad a su prójimo, y concertasteis un pacto en mi presencia, en la Casa en la cual es invocado mi Nombre. 16 Pero os habĆ©is vuelto y profanado mi Nombre, haciendo regresar cada uno a su siervo y cada uno a su sierva, a quienes habĆais dejado ir libres a su voluntad, y los habĆ©is reducido a servidumbre para que otra vez os sean siervos y siervas.
17 Por tanto, asĆ dice YHVH: Vosotros no me obedecisteis promulgando cada uno la libertad para su prójimo y su paisano; pues mirad: Yo promulgo la libertad a la espada, a la pestilencia y al hambre; y os pondrĆ© por afrenta ante todos los reinos de la tierra, dice YHVH. 18 Y entregarĆ© a los hombres que traspasaron mi pacto, que no cumplieron con las palabras del pacto que celebraron en mi presencia, cuando cortaron en dos el becerro y pasaron por en medio de las partes: 19 a los prĆncipes de JudĆ” y a los prĆncipes de JerusalĆ©n, y a los eunucos y a los sacerdotes y a todo el pueblo de la tierra, los cuales pasaron entre las partes del becerro. 20 SĆ, a estos los entregarĆ© en mano de sus enemigos, y en mano de los que buscan su vida. Sus cuerpos muertos serĆ”n comida de las aves de los cielos y de las bestias de la tierra. 21 Y a SedequĆas rey de JudĆ” y a sus prĆncipes los entregarĆ© en mano de sus enemigos, y en mano de los que buscan su vida, y en mano del ejĆ©rcito del rey de Babilonia, que acaba de retirarse. 22 Yo lo he ordenado, dice YHVH, y los harĆ© volver a esta ciudad, para que peleen contra ella y la conquisten, y le prendan fuego. Y harĆ© que las ciudades de JudĆ” queden desoladas y sin habitantes
JeremĆas 35
Los recabitas
1 Palabra de YHVH que recibió JeremĆas en dĆas de Joacim ben JosĆas, rey de JudĆ”, diciendo: 2 Ve a casa de los recabitas y habla con ellos, trĆ”elos a la Casa de YHVH, a uno de los aposentos, y dales a beber vino.
3 TomĆ© entonces a JaazanĆas ben JeremĆas, hijo de HabasinĆas, con sus hermanos y sus hijos y toda la familia de los recabitas, 4 y los llevĆ© a la Casa de YHVH, al aposento de los hijos de HanĆ”n ben IgdalĆas, varón de Elohim, el cual estaba junto al aposento de los prĆncipes, sobre el aposento de MaasĆas ben Salum, guarda de la puerta. 5 Y puse delante de los hijos de la familia de los recabitas unos tazones y unas copas llenas de vino, y les dije: Ā”Bebed vino! 6 Pero ellos dijeron: No beberemos vino; porque Jonadab ben Recab nuestro padre nos ordenó diciendo: No beberĆ©is vino jamĆ”s, ni vosotros ni vuestros hijos. 7 Tampoco edificarĆ©is casas, ni sembrarĆ©is sementeras, ni plantarĆ©is viƱas, ni las retendrĆ©is, sino que morarĆ©is en tiendas todos vuestros dĆas, para que vivĆ”is muchos dĆas sobre la faz de la tierra donde vosotros habitĆ”is. 8 Y nosotros hemos obedecido la voz de nuestro padre Jonadab ben Recab en todas las cosas que nos mandó, de no beber vino en todos nuestros dĆas, ni nosotros, ni nuestras mujeres, ni nuestros hijos ni nuestras hijas; 9 y de no edificar casas para nuestra morada, y de no tener viƱas, ni heredades, ni sementeras. 10 Moramos, pues, en tiendas, y hemos obedecido y hecho conforme a todas las cosas que nos mandó Jonadab nuestro padre.
11 Pero cuando Nabucodonosor rey de Babilonia subió a la tierra, dijimos: Venid, ocultémonos en Jerusalén del ejército de los caldeos y del ejército de los de Siria. Y nos quedamos en Jerusalén.
12 Entonces vino palabra de YHVH a JeremĆas, diciendo: 13 AsĆ dice YHVH: Ve y di a los varones de JudĆ”, y a los moradores de JerusalĆ©n: ĀæNo aprenderĆ©is a obedecer mis palabras? 14 La palabra de Jonadab ben Recab con que ordenó a sus hijos no beber vino ha sido cumplida, y no lo beben hasta hoy por obedecer el mandamiento de su padre. Sin embargo, Yo os he hablado a vosotros madrugando y sin cesar, y no me habĆ©is escuchado. 15 Os he enviado a mis siervos los profetas, madrugando y sin cesar, para deciros: Volveos ahora cada uno de vuestro mal camino, y enmendad vuestras obras, y no vayĆ”is en pos de dioses ajenos para servirles, y habitarĆ©is en la tierra que os di a vosotros y a vuestros padres. Pero no habĆ©is inclinado vuestros oĆdos, ni me habĆ©is obedecido.
16 Por cuanto los hijos de Jonadab ben Recab tuvieron por firme el mandamiento que les dio su padre, en tanto que este pueblo no me obedece a mĆ, 17 asĆ dice YHVH: He aquĆ Yo traigo sobre JudĆ” y sobre los moradores de JerusalĆ©n todo el mal que he pronunciado contra ellos, por cuanto les hablĆ© y no oyeron, los llamĆ©, y no respondieron.
18 Asà dice YHVH: Por cuanto los hijos de Jonadab ben Recab oyeron el mandamiento de su padre para hacer todo lo que su padre les ordenó, 19 no le faltarÔ a Jonadab ben Recab un varón que esté ante mi presencia mientras permanezca la tierra.
āŗ35.13 palabras… TM aƱade dice YHVH. Se sigue LXX ā§194.
āŗ35.18 TM aƱade a inicio del v. Y dijo JeremĆas a la familia de los recabitas: AsĆ dice YHVH Sebaot, Dios de Israel. Se sigue LXX ā§194.
āŗ35.19 TM antepone a este v. asĆ dice YHVH Sebaot, Dios de Israel. Se sigue LXX ā§194; §229.
JeremĆas 36
Quema del rollo
1 En el cuarto aƱo de Joacim ben JosĆas, rey de JudĆ”, JeremĆas recibió esta palabra de YHVH, diciendo: 2 Toma el rollo y escribe en Ć©l todas las palabras que te he hablado contra Israel y contra JudĆ”, y contra todas las naciones, desde el dĆa que comencĆ© a hablarte, desde los dĆas de JosĆas hasta hoy. 3 QuizĆ” la casa de JudĆ” escuche todo el mal que me propongo causarles, y cada cual pueda arrepentirse de su mal camino, y Yo pueda perdonarles sus iniquidades y sus pecados.
4 Entonces JeremĆas llamó a Baruc ben NerĆas, y Baruc escribió en el rollo, de boca de JeremĆas, todas las palabras que YHVH le habĆa hablado.
5 DespuĆ©s JeremĆas mandó a Baruc, diciendo: A mĆ se me ha prohibido entrar en la Casa de YHVH. 6 Entra, pues, tĆŗ, y en dĆa de ayuno lee en el rollo que escribiste de mi boca las palabras de YHVH a oĆdos del pueblo, en la Casa de YHVH. TambiĆ©n las leerĆ”s a oĆdos de todos los de JudĆ” que vienen de sus ciudades.
7 QuizĆ” su oración llegue ante la presencia de YHVH, y cada cual se vuelva de su mal camino, porque grande es la ira y la indignación que YHVH siente contra este pueblo. 8 Y Baruc ben NerĆas hizo conforme a todo lo que le mandó el profeta JeremĆas, leyendo en el rollo las palabras de YHVH en la Casa de YHVH.
9 Y en el aƱo quinto de Joacim ben JosĆas, rey de JudĆ”, en el mes noveno, aconteció que se proclamó un ayuno en la presencia de YHVH para todo el pueblo de JerusalĆ©n y para todos los del pueblo que llegaban de las ciudades de JudĆ” a JerusalĆ©n. 10 Y Baruc leyó a oĆdos del pueblo las palabras del rollo de JeremĆas en la Casa de YHVH, en el aposento de GemarĆas ben SafĆ”n, el escriba, en el atrio superior, a la entrada de la puerta nueva de la Casa de YHVH.
11 Y cuando MicaĆas ben GemarĆas, hijo de SafĆ”n, oyó todas las palabras de YHVH, leĆdas del rollo, 12 descendió a la casa del rey, al aposento del secretario, y he aquĆ todos los prĆncipes estaban allĆ sentados, esto es: Elisama secretario, DelaĆa ben SemaĆas, ElnatĆ”n ben Acbor, GemarĆas ben SafĆ”n, SedequĆas ben AnanĆas, y todos los prĆncipes. 13 Y MicaĆas les contó todas las palabras que habĆa oĆdo cuando Barucleyó en el rollo a oĆdos del pueblo.
14 Entonces los prĆncipes enviaron a JehudĆ ben NetanĆas, hijo de SelemĆas, hijo de Cusi, para que dijera a Baruc: Toma el rollo en el que leĆste a oĆdos del pueblo, y ven. Y Baruc ben NerĆas tomó el rollo en su mano y fue a ellos. 15 Y le dijeron: SiĆ©ntate ahora, y lĆ©elo en nuestros oĆdos. Y Baruc se lo leyó.
16 Y sucedió que cuando hubieron oĆdo todas aquellas palabras, se miraron unos a otros azorados, y dijeron a Baruc: De seguro le referiremos al rey todas estas palabras. 17 Y le preguntaron a Baruc: Dinos ahora: ĀæCómo escribiste de su boca todas estas palabras? 18 Y Baruc les dijo: Ćl me dictaba de su boca todas estas palabras, y yo escribĆa con tinta en el rollo.
19 Entonces los prĆncipes dijeron a Baruc: Ve y escóndete, tĆŗ y JeremĆas, y que nadie sepa dónde estĆ”is. 20 Luego ellos entraron al patio, adonde estaba el rey, y habiendo Ā depositado el rollo en el aposento de Elisama el secretario, refirieron todo el asunto a oĆdos del rey.
21 Entonces el rey envió a JehudĆ a traer el rollo, el cual lo tomó del aposento de Elisama el secretario, y JehudĆ lo leyó a oĆdos del rey y de todos los prĆncipes que estaban junto al rey. 22 Y el rey estaba sentado en las habitaciones de invierno (era el mes noveno), y habĆa un brasero ardiendo delante de Ć©l.
23 Y sucedió que cuando JehudĆ hubo leĆdo tres o cuatro columnas, el rey lo rasgó con una navaja de escriba, y lo echó al fuego que habĆa en el brasero, hasta que todo el rollo se Ā consumió en el fuego que habĆa en el brasero.
24 AsĆ no tuvieron temor, y ni el rey ni ninguno de sus siervos que habĆan oĆdo aquellas palabras rasgaron sus vestidos. 25 Y aunque ElnatĆ”n y DelaĆa y GemarĆas rogaron al rey que no quemara aquel rollo, no los quiso oĆr. 26 Y el rey envió a Jerameel (hijo del rey) y a SeraĆas ben Asriel para que apresaran a Baruc y a JeremĆas, pero fueron escondidos.
El segundo rollo. Contra Joacim
27 DespuĆ©s que el rey hubo quemado el rollo con las palabras que Baruc habĆa escrito de boca de JeremĆas, vino palabra de YHVH a JeremĆas diciendo:
28 Toma otro rollo y escribe en él todas las palabras anteriores que estaban en el primer rollo que quemó Joacim rey de JudÔ.
29 En cuanto a Joacim rey de JudÔ, dirÔs: Asà dice YHVH: Tú quemaste este rollo, diciendo: ¿Por qué escribiste en él, diciendo: De cierto vendrÔ el rey de Babilonia y destruirÔ esta tierra y harÔ desaparecer de ella hombres y bestias?
30 Por tanto, asĆ dice YHVH acerca de Joacim rey de JudĆ”: No tendrĆ” quien se siente sobre el trono de David; y su cadĆ”ver serĆ” echado al calor del dĆa y a la escarcha de la noche. 31 VisitarĆ© su iniquidad sobre Ć©l y sobre su familia, y sobre sus siervos; y traerĆ© sobre ellos y sobre los moradores de JerusalĆ©n y sobre la tierra de JudĆ”, todo el mal que les he anunciado y que ellos rehusaron escuchar.
32 Entonces Baruc tomó otro rollo y escribió en Ć©l de boca de JeremĆas todas las palabras del rollo que Joacim rey de JudĆ” habĆa quemado en el fuego.
Y aun fueron aƱadidas otras muchas palabras semejantes.
āŗ36.26-27 Se sigue LXX ā§229.
Mateo. 12.1-21
El SeƱor del sƔbado
Mr 2.23-28; Lc 6.1-5
1 En aquel tiempo, cruzaba JESĆS por los sembrados un sĆ”bado y sus discĆpulos tuvieron hambre, y comenzaron a arrancar espigas y comer.
2 Al verlo los fariseos, le dijeron: Mira, tus discĆpulos hacen lo que no es permitido hacer en sĆ”bado.
3 Y Ćl les dijo: ĀæNo habĆ©is leĆdo quĆ© hizo David y los que estaban con Ć©l cuando tuvo hambre, 4 cómo entró en la Casa de DIOS y comieron los panes de la proposición, que no le era lĆcito comer a Ć©l ni a los que estaban con Ć©l, sino solo a los sacerdotes? 5 ĀæO no leĆsteis en la ley, que en los sĆ”bados los sacerdotes en el templo profanan el sĆ”bado, y son sin culpa?
6 Pues os digo que algo mayor que el templo estĆ” aquĆ. 7 Y si hubierais comprendido quĆ© significa:
Misericordia quiero, y no sacrificio, no habrĆais condenado a los inocentes,
8 Porque el Hijo del Hombre es SeƱor del sƔbado.
El hombre de la mano seca
Mr 3.1-6; Lc 6.6-11
9 Y pasando de allĆ, entró en la sinagoga de ellos. 10 Y he ahĆ un hombre que tiene seca una mano, y para poderlo acusar, le preguntaron, diciendo: ĀæEs lĆcito sanar en sĆ”bado? 11 Y Ćl les dijo: ĀæQuĆ© hombre habrĆ” de vosotros que tenga una oveja, si esta cae en un hoyo en los sĆ”bados, no le echarĆ” mano y la sacarĆ”? 12 Pues, Ā”cuĆ”nto mĆ”s vale un hombre que una oveja! De manera que es lĆcito hacer bien en los sĆ”bados. 13 Y dijo al hombre: Extiende tu mano. Y la extendió y fue restaurada sana como la otra. 14 Cuando salieron los fariseos, tramaron un plan contra Ćl para que lo destruyeran.
El Siervo de Dios
15 Pero cuando JESĆS lo supo, se apartó de allĆ, pero muchos lo siguieron, y los sanó a todos. 16 Y les advirtió estrictamente que no lo descubrieran, 17 para que se cumpliera lo dicho por medio del profeta IsaĆas, cuando dice:
18 He aquĆ mi Siervo, a quien escogĆ,
Mi Amado, en quien se complació mi alma.
PondrĆ© mi EspĆritu sobre Ćl,
Y anunciarĆ” justicia a los gentiles.
19 No contenderĆ” ni vocearĆ”,
Ni oirĆ” nadie su voz en las plazas;
20 No quebrarƔ la caƱa cascada,
Ni apagarĆ” la mecha que humea,
Hasta que saque a victoria el juicio,
21 Y en su Nombre esperarƔn los gentiles.
Hebreos. 7
El sacerdocio eterno
1 Porque este Melquisedec, rey de Salem, sacerdote del DIOS AltĆsimo, (el cual salió al encuentro de Abraham cuando regresaba de la derrota de los reyes, y lo bendijo, 2 al cual Abraham dio el diezmo de todas las cosas), significando en primer lugar rey de justicia, y luego, rey de Salem, es decir, rey de paz; 3 sin padre, sin madre, sin genealogĆa, que no tiene principio de dĆas ni fin de vida, sino hecho semejante al Hijo de DIOS, permanece sacerdote para siempre.
4 Considerad, pues, cuĆ”n grande era este, a quien Abraham, el patriarca, dio el diezmo de lo mejor del botĆn. 5 Y en verdad los de los hijos de LevĆ que han recibido el sacerdocio, tienen mandamiento de exigir diezmos al pueblo, segĆŗn la ley, es decir, de sus hermanos, aunque ellos tambiĆ©n sean descendientes de Abraham. 6 Pero el que no desciende de ellos, ha cobrado diezmos a Abraham, y ha bendecido al que tenĆa las promesas. 7 Y fuera de toda controversia, el menor es bendecido por el mayor. 8 Y aquĆ ciertamente reciben los diezmos hombres mortales, pero allĆ, uno de quien se da testimonio de que vive. 9 Y por decirlo asĆ, incluso LevĆ, el que recibe diezmos, ha pagado diezmos por medio de Abraham, 10 porque aĆŗn estaba en los lomos de su padre cuando Melquisedec salió a su encuentro.
11 Si entonces la perfección hubiera sido por medio del oficio sacerdotal levĆtico (pues en esa base el pueblo recibió la ley), ĀæquĆ© necesidad habĆa de levantar otro sacerdote segĆŗn el orden de Melquisedec, y que no fuera llamado segĆŗn el orden de Aarón? 12 Porque cambiado el sacerdocio, necesariamente ocurre tambiĆ©n un cambio de ley. 13 Porque aquel acerca del cual se dicen estas cosas, es de otra tribu, de la cual nadie sirvió al altar. 14 Porque es evidente que nuestro SeƱor ha surgido de JudĆ”, una tribu sobre la cual nada habló MoisĆ©s referente a sacerdotes. 15 Y es aĆŗn mĆ”s evidente, si a semejanza de Melquisedec se levanta otro sacerdote, 16 el cual ha sido constituido, no segĆŗn la ley de un mandamiento carnal, sino segĆŗn el poder de una vida inmortal. 17 Pues se da testimonio:
TĆŗ eres Sacerdote para siempre,
SegĆŗn el orden de Melquisedec.
18 Hay por una parte, la abrogación del mandamiento anterior, a causa de su debilidad e ineficacia, 19 porque la ley nada perfeccionó, sino que fue introducción a una mejor esperanza, por medio de la cual nos acercamos a DIOS.
20 Y por cuanto no fue sin juramento, 21 porque los otros ciertamente sin juramento fueron hechos sacerdotes, pero Ćl, con el juramento del que le dijo:
Juró el Señor, y no se arrepentirÔ:
TĆŗ eres sacerdote para siempre.
22 De igual manera JESĆS ha sido constituido fiador de un mejor pacto. 23 Y los otros sacerdotes llegaron a ser muchos, debido a que la muerte les impedĆa continuar. 24 Pero Ćl, a causa de que permanece para siempre, tiene un sacerdocio intransmisible. 25 Por lo cual puede tambiĆ©n salvar perpetuamente a los que por medio de Ćl se acercan a DIOS, viviendo siempre para interceder por ellos. 26 Porque tal Sumo Sacerdote nos convenĆa: Santo, inocente, incontaminado, separado de los pecadores, y exaltado por encima de los cielos; 27 que no tiene necesidad cada dĆa, como los sumos sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados y despuĆ©s por los del pueblo, porque hizo esto de una vez por todas ofreciĆ©ndose a sĆ mismo. 28 Porque la ley constituye sumos sacerdotes a hombres dĆ©biles, pero la palabra del juramento, que es despuĆ©s de la ley, constituye al Hijo, hecho perfecto para siempre.
āŗ7.2 diezmo… āGn 14.17-20.
āŗ7.5 diezmos… āNm 18.21.
āŗ7.11 esa base… Esto es, la ley del sacerdocio levĆtico.
āŗ7.14 surgido… Lit. amanecer āLc 1.78.
āŗ7.17 Melquisedec… āSal 110.4.
āŗ7.21 para siempre… Mā aƱaden segĆŗn el orden de Melquisedec.
āŗ7.27 pueblo… āLv 9.7.
āŗ7.28 Se inserta constituye para suplir elipsis del original.
Apocalipsis. 8
Las siete trompetas
1 Cuando abrió el séptimo sello, se hizo silencio en el cielo como por media hora. 2 Y vi a los siete Ôngeles que estaban en pie delante de DIOS, y les fueron dadas siete trompetas. 3 Y llegó otro Ôngel, y se paró junto al altar teniendo un incensario de oro, y le fue dado mucho incienso para que lo añadiera a las oraciones de todos los santos, en el altar de oro delante del trono. 4 Y el humo del incienso ascendió de mano del Ôngel, con las oraciones de los santos, a la presencia de DIOS. 5 Y el Ôngel tomó el incensario, y lo llenó del fuego del altar, y lo arrojó a la tierra, y hubo truenos, y voces, y relÔmpagos y un terremoto.
6 Y los siete Ɣngeles que tienen las siete trompetas, se dispusieron a tocarlas:
7 El primero tocó la trompeta y se produjo granizo y fuego mezclados con sangre, y fueron lanzados a la tierra, y la tercera parte de la tierra fue quemada, y la tercera parte de los Ôrboles fue quemada, y toda hierba verde fue quemada.
8 El segundo Ć”ngel tocó la trompeta, y como una gran montaƱa ardiendo en llamas fue precipitada al mar, y la tercera parte del mar se convirtió en sangre. 9 Y murió la tercera parte de las criaturas que habĆa en el mar, cuantas tenĆan vida, y la tercera parte de las naves fueron destruidas.
10 El tercer Ć”ngel tocó la trompeta, y una gran estrella, ardiendo como una antorcha, cayó del cielo sobre la tercera parte de los rĆos y sobre las fuentes de las aguas. 11 El nombre de la estrella es llamada: el Ajenjo; y la tercera parte de las aguas se convirtió en ajenjo, y muchos de los hombres murieron a causa de las aguas, porque se volvieron amargas.
12 Y el cuarto Ć”ngel tocó la trompeta, y fue herida la tercera parte del sol, y la tercera parte de la luna, y la tercera parte de las estrellas, para que se oscureciera la tercera parte de ellos, y el dĆa no resplandeciera en su tercera parte, y asimismo la noche. 13 Y vi, y oĆ un Ć”guila volando en medio del cielo, que decĆa a gran voz: Ā”Ay! Ā”Ay! Ā”Ay de los que moran en la tierra, por causa de las otras voces de la trompeta de los tres Ć”ngeles que estĆ”n a punto de tocar!
āŗ8.3 altar… Esto es, el altar del incienso āEx 30.1; aƱadiera… Lit. para que darĆ”.
āŗ8.5 fuego… āEz 10.2; altar… āLv 16.12; terremoto… āAp 11.19; 16.18.
āŗ8.7 granizo… āJob 38.22-23.
āŗ8.8 en llamas… Lit. con fuego.
āŗ8.9 tenĆan vida… Lit. almas.
āŗ8.10 estrella… āIs 14.12.
āŗ8.12 tercera parte de ellos… āIs 13.10; Ez 32.7; Jl 2.10.
āŗ8.13 Ć”guila… TR: Ć”ngel; en medio… Es decir, en el cenit (en lo mĆ”s visible y audible para todo el orbe) ā14.6; 19.7.

