Porción 75

Texto Ɣureo: Levƭtico 21
Lecturas para adultos en la semana

DĆ­a 1:Ā LevĆ­tico 21

DĆ­a 2: Salmo 132

DĆ­a 3: IsaĆ­as 35

Día 4: 2ªCrónicas 22-23

DĆ­a 5: Marcos 14:27-52

DĆ­a 6: Apocalipsis 20:1-10

I- Un MesĆ­as Ćŗnico.

Las porciones anteriores van a detallar cómo hacer las cosas, pero en esta y la siguiente se va a recalcar sobre la efectividad y la idoneidad para hacerlo.

De forma general se debe entender que todas estas caracterĆ­sticas que iban a identificar a los sacerdotes representan algo que harĆ­a o que identificarĆ­a al MesĆ­as y a su iglesia. Esto ayudarĆ­a a esperar a alguien especial que cumpliera con todo, porque nadie podrĆ­a manipular tantos detalles. Siendo realistas podemos concluir que ningĆŗn ser humano puede cumplir con tantos detalles y cualidades, solo Dios podĆ­a encargarse de esto.

Es verdad que en la historia se han levantado muchos falsos mesías, pero debemos entender que ninguno de ellos lo ha sido por mera selección de afinidad. No es que los cristianos nos identificamos emocionalmente con Jesús y hemos cerrado los ojos a cualquier otro, pues eso sería fanatismo. Lo que realmente ha ocurrido es que el único que cumple con todas las señales dadas por el Creador para identificarle como Mesías se llama: Yeshúa Ben David MiNatzaret (Jesús hijo de David de Nazaret), quien se hizo hombre en tiempos del rey Herodes y murió y resucitó en tiempos del gobernador Poncio Pilato. Y mÔs que eso, es con el único que se puede tener una relación e interacción basados en una obra regenerativa incuestionable.

II- El sumo sacerdote nunca debĆ­a romper sus vestiduras.

Es interesante que Dios manda al sumo sacerdote a no romper sus vestidos (Lv 21:10). En contraste, y a la vez muy aclaratorio para entender a quĆ© se enfrentaban JesĆŗs y los apóstoles, vemos a aquel que ejercĆ­a tal puesto en los tiempos de JesĆŗs mostrando un desconocimiento o actuando muy desfachatadamente, que le descalificarĆ­a como tal, cuando ā€œdramatizabaā€ con esta acción su contrariedad hacia el MesĆ­as, como quien trata de manipular a todo el concilio con una aparente indignación.

III- Santificar el nombre de Dios es prioridad.

Muchas veces se piensa que el pecado o la falta de santidad es lo Ćŗnico que afecta al individuo, pero los textos para la semana muestran tambiĆ©n como muy importante, y con una repercusión personal y colectiva, el tomar a la ligera (profanando) el nombre o el testimonio de Dios. Por el contrario, se debe pretender constantemente santificar el nombre de Dios, que todo el mundo sepa a travĆ©s de nosotros que Ɖl es santo.

IV- Sirviendo con excelencia.

El Señor manda a los sacerdotes a que todo lo que fueran a hacer en el servicio del templo tenía que hacerse con excelencia. Esto implica dos Ôreas indispensables: el corazón y las acciones correctas. De nada vale tener mucho deseo de hacer para el Señor y a la vez hacerlo todo como quiera, o hacer minuciosamente todo correctamente sin una intención genuina de corazón. Como dice Jesús: «Una cosa era necesaria hacer sin dejar de hacer la otra»[1], o como dijo el apóstol: «La una sin la otra es muerta»[2].

Preguntas:

1.- Mencione dos caracterĆ­sticas de los sacerdotes que vio cumplirse en JesĆŗs.

2.- Si Dios llama a su iglesia un real sacerdocio, ĀæquĆ© entiende usted de este pasaje que Ɖl le quiere enseƱar?

3.- Interprete a la luz de esta porción 1 Co. 6:12-20.

 

 

[1] Mt 23:23.

[2] Stg 2:26.

 

 

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