Texto áureo: Lv. 25
Lecturas para adultos en la semana:
Lv. 25; Sal. 97-98; Ez. 45-46; Miq. 1-2; Lc. 4.16-44; Ro. 16
Descripción del tema:
1. El año de jubileo (en hebreo yobel) implicaba varias cosas, por un lado, se dejaba reposar la tierra más de lo normal, porque cada 6 años se dejaba reposar 1 año (en hebreo shemitá[1]) y así se contaban 7 shemitá hasta llegar al año 49. Entonces había un año de reposo de la tierra (shemitá), seguido de un año (el 50) de reposo de la tierra y de perdón al deudor, liberación de esclavos y rescate de propiedades (yobel). A esto se le debe añadir que en el año 1 después del 50 podían comer de lo que diera la tierra, pero debían comenzar a sembrarla para en el año 2 cosechar de lo que sembraron en el 1. Por eso para cumplir con este año de shemitá seguido del yobel (49 y 50) había que tener fe, ya que eran dos años seguidos sin trabajar la tierra y se precisaba esperar en la provisión de Dios hasta un año más (3 años). En el caso del año shemitá, en donde no se podía recoger nada de la tierra, Dios mandaba que no se preocuparán, porque Él daría cada 6 años abundancia para esperar el séptimo (v.20-21). Sin embargo, el año yobel sería de alegría porque entonces Él daría más abundantemente en el año 48. El año del Jubileo comenzaba a contarse a partir de la fiesta de Yom Kipur y era anunciado con un toque de shofar, que era el segundo de los dos momentos en que Dios exigía este toque, el primero era en la fiesta de Terúah[2].
2. Es bueno llegar a este capítulo aclarando algo muy importante en cuanto a los mandamientos. Siempre que estos se asocian con la expectativa de: «para que te vaya bien» o «para que tengas vida», es necesario cumplirlos siempre y cuando no implique la muerte. O sea, si en algún momento alguien es puesto en la situación de elegir entre la muerte o cumplir alguno de ellos, prevalece el vivir. Esto es porque los mandamientos son precisamente para vivir. Sin embargo, aquellos que añaden: «o morirás», es necesario cumplirlos aun cuando la vida sea puesta en riesgo, como por ejemplo la idolatría o blasfemar contra Dios.
3. Dios en su justeza dispone el uso de la tierra. Es necesario entender que la tierra es de Él (v.23-24) y fue repartida de tal manera que toda familia debía tener una parcela para trabajarla por seis años y al séptimo se debía poner a descansar. La tierra también se podía vender, pero en cada shemitá (shabático) se podía comprar de vuelta. Si esto no era posible, al llegar el año yobel (jubileo) debía regresar a la familia original. Como dijimos la razón es sencilla: La tierra en su plenitud es de Él, no de los hombres que la posean en ese momento. Y si hay un pueblo que debe entender eso sobre la tierra y así vivirlo para que sirva de testimonio a las demás naciones ese es Su pueblo.
4. El préstamo era considerado muy bueno e importante, pero únicamente cuando no cobrara un interés.
5. La Biblia no está a favor de la esclavitud. Paralelo a eso da la libertad a una persona, por decisión propia, de si está en una crisis venderse como “esclavo” por siete años. Aunque se le llama esclavitud por los traductores, debemos entender que en aquel entonces tenía un significado muy diferente a lo que entendemos hoy por esto. La palabra abed (עֶבֶד) significa más literalmente un ‘empleado a tiempo completo’. Al final de ese tiempo estaba libre para hacer lo que él quisiera, renovar su contrato o salir libre. El israelita debía evitar venderse como esclavo a un extranjero. Esto no tiene nada que ver con racismo, ―y es lógico, el extranjero podría no estar bajo la ley de Moisés, corriendo el riesgo de nunca recibir la libertad. Cuando una persona tomaba la decisión de venderse como esclavo la familia debía tratar por todos los medios que no lo hiciera, sin imponérselo, sino más bien ayudándole económicamente o de alguna otra manera. También, cuando alguien contrataba a este tipo de esclavo debía previamente acordar el pago y cumplirlo al pie de la letra. La persona que trabajaba como esclavo no podía ser denigrada, por ejemplo, haciendo una labor en cosas que no tuvieran sentido por el simple hecho de que era esclavo y tenía que hacer algo, o haciéndole un contrato de trabajo primero por un oficio específico y después chantajear a la persona con que le repudiaría si no hacía otro trabajo que nunca estuvo en el acuerdo.
6. Interesantemente, si una persona había robado se podía vender el mismo como esclavo y con ese dinero pagaba lo que se había robado, pero no podía venderse a cualquier familia, sino a una que viviera en santidad. Con esto Dios estaba señalando la importancia de adquirir hábitos y educación basados en valores dignos y así sería más posible que no robara más.
7. Dios dispone también mishpatim para fijar el precio de algunos productos básicos para la vida.
Preguntas:
a) ¿Por qué cree usted que Jesús hizo referencia al jubileo en Lc. 4.19?
b) ¿Cuál de todos estos mispatim le ha llamado más la atención? ¿Por qué?
c) Si un grupo de cristianos quisiera vivir hoy en comunidad, ¿cuál sería tu recomendación y por qué?
[1] Se recomienda el libro: El misterio del Shemitá, Jonathan Cahn, Casa Creación (ISBN: 978-1-629983004).
[2] En el caso del judaísmo hoy los rabinos, como consecuencia de la actualización de sus prácticas por la ausencia del templo y la dispersión, decidieron tocar el shofar al final del Yom Kipur; pero en tiempos bíblicos solo se tocaba shofar este día si era Jubileo.