Texto Ôureo: Números 8-9
Lecturas para adultos en la semana
DĆa 1:Ā NĆŗmeros 8-9
DĆa 2: Salmo 81
DĆa 3: JeremĆas 37
DĆa 4: Lucas 11:37-54
DĆa 5: Lucas 18-19
DĆa 6: Efesios 1:15-23
I- La menorĆ”.
La MenorĆ”[1] (el candelabro del tabernĆ”culo) representa la función del EspĆritu Santo que ilumina lo mĆ”s profundo de nuestro ser[2]. A travĆ©s de Ćl nos elevamos y llegamos a comprender el propósito de Dios para nuestras vidas. Sin embargo, Āæcómo podemos saber que esa iluminación no es de un espĆritu falso?[3] Pues porque el propio EspĆritu inspiró cada detalle de la Escritura y nos la regaló para poder probar los espĆritus[4], aquella Escritura que anuncia y describe Su obra redentora y el ministerio de reconciliación para el hombre que es el propósito de Dios. Todo lo que armonice con la Escritura no puede ser adjudicado a la obra del EspĆritu Santo.
De la misma manera que la MenorĆ” representaba la función del EspĆritu, Pr 6:23 nos refleja un paralelismo: Ā«Porque el mandamiento es lĆ”mpara, y la enseƱanza es luzā¦Ā». Interesantemente, Dios manda a Aarón a encender las luces de modo que alumbren hacia delante, como seƱalando que el conocimiento de los mandamientos y su enseƱanza deben estar destinados no a adquirir solo información, sino para alumbrar el camino del hombre. La sociedad generalmente legisla en contra del asesinato y del robo a partir de consideraciones pragmĆ”ticas propias. Esto es legal porque si no la sociedad no funcionarĆa. El peligro con esto radica, como vemos hoy en la mayorĆa de los paĆses, en que estas normas pueden ser manipuladas constantemente para satisfacer las necesidades especĆficas del momento, ocurriendo que muchas veces lo que ha sido bueno luego se convierte en malo o viceversa. ĀæQue algo sea legal hoy significa que estĆ” bien? ĀæAcaso debemos redefinir nuestro sentido del bien y el mal para acomodarnos a las nuevas tendencias? La posición de la TorĆ” es que, independientemente de lo que la sociedad tolere o no, no debemos robar, asesinar o cometer adulterio. El bien y el mal no estĆ”n sujetos a la racionalización, sino que son determinados o clasificados en la Escritura por el Ćŗnico Ser inmutable, eterno y perfecto que hay.
El servicio de Aarón de mantener la MenorĆ” encendida nos ilustra lo importante de ser constantes en el servicio a Dios. Hay congregaciones que se desaniman con su liderazgo, porque se comienzan muchas cosas que nunca se terminan. Es fĆ”cil tener entusiasmo al comenzar un nuevo proyecto, pero mantener ese entusiasmo cuando se acaba lo novedoso es una verdadera prueba de carĆ”cter. Esto sucede porque la complacencia del inicio es tan grande que perjudica la posibilidad de tener una continuidad con igual significado. El antĆdoto es no agotar toda la energĆa en el inicio, sino tambiĆ©n tener claro que la continuidad necesita de responsabilidad activa. Ahora, la fuente para mantener la constancia para todo en la vida se encuentra en Dios, y para eso Ćl ha dado los recursos. Alguno se preguntarĆ”: ĀæPor quĆ© estando el EspĆritu Santo presente nos desanimamos en la constancia ministerial? Esto sucede porque somos negligentes en ajustar nuestra vida a la santidad descrita en la Escritura y descuidados con la devoción diaria, cayendo en un espiral descendente que lleva al enfriamiento de nuestra fe y a una vida solitaria sin Dios.
II- Las fiestas del SeƱor son del SeƱor.
Es muy bueno tener claro que las festividades bĆblicas no son meras conmemoraciones de eventos históricos simplemente, sino que tambiĆ©n son reformulaciones espirituales. Por eso nunca se celebrarĆ”n dos festividades iguales, cada una brinda la oportunidad de inspirar la vida del creyente. Por ejemplo, en PĆ©saj (Pascua) se reflexiona en la continua dependencia en Dios para renovar las fuerzas y continuar viviendo en la libertad de toda atadura de esclavitud maligna, de nuestros impulsos carnales y de los hĆ”bitos destructivos que nos trasmite una sociedad perversa. Por ejemplo: En Shavuot (PentecostĆ©s) nos adentramos en el corazón de la Palabra, gracias al EspĆritu Santo que reconecta con Dios; mientras que en Sucot (TabernĆ”culos) llenamos las reservas de nuestros corazones con verdadera alegrĆa y consuelo. Las diferentes particularidades de cada festividad son herramientas que nos posibilitan meternos conscientemente en las dimensiones espirituales del momento que se vive. Por eso en el caso de la Pascua, de esta porción, la purificación fue un punto muy importante; e inclusive, algunos por esta causa no podĆan celebrarla, pero la porción deja claro que Dios no es pronto para la ira, sino que les indicó celebrar una segunda Pascua al mes siguiente para aquellos que no pudieron hacerlo. Al ver esto se puede entender con mĆ”s claridad que Dios creó todas las leyes para beneficio nuestro y eso incluye las convocaciones que hace a celebrar fiestas espirituales, Ćl es el primer interesado en que nos beneficiemos de ellas.
Ā
Preguntas:
1.- ¿Por qué cree usted que la sociedad de hoy es tan enfÔtica con respecto a reclamar su derecho y asà definir libremente la moralidad?
2.- ¿Por qué cree usted que los hombres impuros reclamaron el no poder participar de Pésaj?
3.- Si un joven le pregunta cómo pudiera tener un ministerio efectivo, ĀæquĆ© le responderĆa usted a la luz de esta porción?
[1] Los siete brazos de la MenorÔ estaban adornados con copas decorativas, botones y flores; todo esto elaborado a partir de una pieza de oro sólido.
[2] Pr 20:27.
[3] 1 Jn 4:1.
[4] 2 P 1:20-21.
NĆŗmerosĀ 8-9
El candelabro
1 Habló YHVH a MoisĆ©s, diciendo: 2 Habla a Aarón, y dile: Cuando hagas montar las lĆ”mparas, las siete lĆ”mparas deberĆ”n alumbrar hacia la parte delantera del candelabro. 3 Y asĆ lo hizo Aarón. Hacia la parte delantera del candelabro hizo montar las lĆ”mparas, tal como YHVH habĆa ordenado a MoisĆ©s. 4 Y esta era la hechura del candelabro: De oro macizo, incluido su base hasta sus flores, labrado a cincel. Como el modelo que YHVH mostró a MoisĆ©s, asĆ hizo el candelabro.
Consagración de los levitas
5 Y habló YHVH a MoisĆ©s, diciendo: 6 Toma a los levitas de entre los hijos de Israel y purifĆcalos. 7 Para purificarlos harĆ”s con ellos asĆ: RociarĆ”s sobre ellos el agua de la expiación, y ellos harĆ”n pasar la navaja por todo su cuerpo, lavarĆ”n sus vestidos, y asĆ se purificarĆ”n. 8 Luego tomarĆ”n un novillo con su ofrenda vegetal de flor de harina amasada con aceite, y tĆŗ tomarĆ”s otro novillo para la ofrenda por el pecado. 9 DespuĆ©s aproximarĆ”s a los levitas delante de la tienda de reunión, y harĆ”s que se congregue toda la asamblea de los hijos de Israel. 10 Y harĆ”s que los levitas se aproximen delante de YHVH, y los hijos de Israel impondrĆ”n sus manos sobre los levitas. 11 Aarón presentarĆ” entonces a los levitas delante de YHVH como ofrenda mecida de los hijos de Israel, para que cumplan el servicio de YHVH. 12 Luego los levitas apoyarĆ”n sus manos sobre la cabeza de los novillos, y ofrecerĆ”s uno como ofrenda por el pecado, y otro como holocausto a YHVH, para hacer expiación a favor de los levitas. 13 DespuĆ©s mantendrĆ”s de pie a los levitas ante Aarón y sus hijos, para presentarlos como ofrenda a YHVH.
14 AsĆ separarĆ”s a los levitas de entre los hijos de Israel, y serĆ”n para MĆ. 15 Y despuĆ©s de esto entrarĆ”n para cumplir el servicio de la tienda de reunión y los purificarĆ”s y presentarĆ”s ante Adonai. 16 Porque los levitas estĆ”n enteramente dedicados a MĆ de entre los hijos de Israel. Me han sido restituidos en restitución de todo el que abre matriz, es decir, de todo primogĆ©nito entre los hijos de Israel. 17 Porque todo primogĆ©nito de los hijos de Israel, de hombre o de animal es para MĆ. El dĆa en que golpeĆ© a todo primogĆ©nito en Egipto los consagrĆ© para MĆ. 18 Pero escogĆ a los levitas en sustitución de todo primogĆ©nito de los hijos de Israel, 19 y los levitas han sido dados a Aarón y a sus hijos en restitución de los hijos de Israel, para hacer la obra de los hijos de Israel en la tienda de reunión, y propiciar por los hijos de Israel, y no habrĆ” entre los hijos de Israel quien se acerque a las cosas santas.
20 E hizo MoisĆ©s, y Aarón, y toda la asamblea de los hijos de Israel y los levitas, segĆŗn YHVH habĆa ordenado a MoisĆ©s respecto a los levitas. AsĆ hicieron con ellos los hijos de Israel. 21 Y los levitas se purificaron a sĆ mismos de pecado y lavaron sus vestidos. Y Aarón los presentó como ofrenda mecida ante YHVH, e hizo Aarón expiación a favor de ellos para purificarlos. 22 DespuĆ©s de esto, los levitas entraron a oficiar su servicio en la tienda de reunión ante Aarón y sus hijos. Tal como YHVH habĆa ordenado a MoisĆ©s acerca de los levitas, asĆ hicieron con ellos.
23 Y habló YHVH a Moisés, diciendo: 24 Esto es lo concerniente a los levitas: De edad de veinticinco años arriba, entrarÔ en servicio en la tienda de reunión, 25 y a los cincuenta años se retirarÔ de prestar servicio en la obra, y nunca mÔs servirÔ. 26 Sin embargo, podrÔ ayudar con sus hermanos en la tienda de reunión, para hacer guardia, mas no podrÔ servir en la obra. Asà harÔs con los levitas en cuanto a sus guardias.
āŗ8.2-4 candelabro… āEx 25.31-40; 37.17-24.
āŗ8.4 labrado… TM aƱade a Ć©l. Se sigue LXX ā§194.
āŗ8.11 presentarĆ”… Lit. balancearĆ”.
āŗ8.13 ofrenda… TM aƱade mecida. Se sigue LXX ā§194.
āŗ8.14 serĆ”n para MĆ… TM aƱade los levitas. Se sigue LXX ā§194.
āŗ8.16 primogĆ©nito… āEx 32.26-29.
āŗ8.17 consagrĆ©… āEx 13.2.
āŗ8.19 TM aƱade asĆ no les sobrevendrĆ” plaga [a los hijos de Israel] cuando se acerquen al santuario (?). Se sigue LXX ā§194.
āŗ8.20 segĆŗn… TM aƱade todo. Se sigue LXX ā§194.
āŗ8.24 entrarĆ”… Heb. litsbó-tsabaĀ“ forma empleada para cumplir con el servicio militar obligatorio. TM aƱade servir en el servicio. Se sigue LXX ā§194.
NĆŗmerosĀ 9
La pascua
1 En el aƱo segundo de su salida de la tierra de Egipto, en el mes primero, habló YHVH a MoisĆ©s en el desierto de Sinai, diciendo: 2 Los hijos de Israel prepararĆ”n la pascua en su tiempo seƱalado: 3 El decimocuarto dĆa de este mes, entre las dos tardes, la prepararĆ©is a su tiempo. Conforme a todos sus estatutos y conforme a todas sus ordenanzas la habĆ©is de preparar. 4 Y mandó MoisĆ©s a los hijos de Israel a preparar la pascua 5 el decimocuarto dĆa del primer mes en el desierto de Sinai, como YHVH ordenó a MoisĆ©s, asĆ hicieron los hijos de Israel.
La segunda pascua
6 Hubo, sin embargo, algunos varones que se habĆan hecho impuros por causa de una persona muerta, y no habĆan podido preparar la pascua aquel dĆa; y acercĆ”ndose ante MoisĆ©s y Aarón en aquel dĆa, 7 les dijeron aquellos hombres: Aunque nosotros estemos impuros a causa de una persona muerta Āæpor quĆ© se nos impide presentar una vĆctima ante YHVH en su tiempo seƱalado, con los demĆ”s hijos de Israel? 8 Y MoisĆ©s les respondió: Aguardad hasta que oiga lo que YHVH ordene acerca de vosotros.
9 Y habló YHVH a MoisĆ©s, diciendo: 10 Habla a los hijos de Israel, diciendo: Cualquier hombre de vosotros o de vuestros descendientes que estĆ© impuro por causa de una persona muerta, o que estĆ© lejos de viaje, podrĆ” preparar pascua para YHVH. 11 La prepararĆ” en el mes segundo, el decimocuarto dĆa del mes por la tarde, y la comerĆ”n con panes sin levadura y hierbas amargas. 12 No dejarĆ”n nada de Ć©l para la maƱana siguiente y no serĆ” quebrado hueso suyo. La prepararĆ”n conforme a todo el estatuto de la pascua. 13 Pero el hombre que estĆ© limpio, y no estĆ© de viaje, si deja de preparar la pascua, tal persona serĆ” cortada totalmente de su pueblo, y por cuanto no presentó en su tiempo seƱalado la vĆctima para YHVH, ese hombre cargarĆ” con su pecado. 14 Y si un extranjero habita con vosotros y desea preparar la pascua para YHVH, la harĆ” segĆŗn el estatuto de la pascua y conforme a su decreto. Un solo estatuto habrĆ” para vosotros, tanto para el extranjero como para el nativo del paĆs.
La columna de nube
15 El dĆa en que el tabernĆ”culo fue erigido, la nube cubrió el tabernĆ”culo por encima de la tienda del testimonio, y desde la tarde hasta la maƱana hubo sobre el tabernĆ”culo como una apariencia de fuego. 16 AsĆ sucedĆa continuamente, la nube lo cubrĆa de dĆa y una apariencia de fuego de noche. 17 Cada vez que la nube era alzada del tabernĆ”culo, los hijos de Israel partĆan, y en el lugar donde la nube se detenĆa, allĆ los hijos de Israel acampaban. 18 Al mandato de YHVH los hijos de Israel partĆan, y al mandato de YHVH acampaban. Mientras la nube permanecĆa sobre el tabernĆ”culo, ellos permanecĆan en el campamento. 19 Si la nube quedaba sobre el tabernĆ”culo muchos dĆas, los hijos de Israel guardaban la observancia de YHVH, y no partĆan. 20 Otras veces la nube permanecĆa sobre el tabernĆ”culo cierto nĆŗmero de dĆas. Al mandato de YHVH acampaban, y al mandato de YHVH partĆan. 21 Y sucedĆa que cuando la nube permanecĆa desde la tarde hasta el alba, y se alzaba la nube por la maƱana, entonces marchaban, de dĆa o de noche. 22 Mientras la nube quedaba sobre el tabernĆ”culo, un dĆa o un mes, los hijos de Israel acampaban y no marchaban. 23 Por orden de YHVH marchaban, obedeciendo el mandato de YHVH, segĆŗn la orden de YHVH dada a MoisĆ©s.
āŗ9.1-5 Israel… āEx 12.1-13.
āŗ9.2 la pascua… āEl texto hebreo antepone el morfema ××Ŗ (Alef-Tav) ā1Co 5.7.
āŗ9.5 TM aƱade y prepararon la pascua… entre las dos tardes. Se sigue LXX ā§194.
āŗ9.7 Se inserta aunque para suplir elipsis del original.
āŗ9.10-12 pascua… mes segundo… Esta segunda pascua contiene un significado escatológico en referencia a la aplicación de la sangre derramada en aquellos que aĆŗn no ha limpiado āJl 3.21.
āŗ9.12 de Ć©l… Esto es, de la pascua. En hebreo es masculino; hueso suyo… āEx 12.10 nota; Ex 12.46; Sal 34.20; Jn. 19.36.
āŗ9.14 la harĆ”… TM aƱade asĆ. Se sigue LXX ā§194.
āŗ9.16 Se inserta de dĆa para suplir elipsis del original.
āŗ9.21 marchaban… TM aƱade o bien quedaba un dĆa y una noche, pero en cuanto era alzada la nube… Se sigue LXX ā§194.
āŗ9.22 TM registra diversas aƱadiduras. Se sigue LXX ā§194.
āŗ9.23 marchaban… TM registra acampaban. TM aƱade y por orden de YHVH partĆan. Se sigue LXX ā§194.
SalmoĀ 81
Al director del coro. Sobre guittit. De Asaf.
”Cantad con gozo a Elohim, fortaleza nuestra!
”Aclamad con júbilo al Elohim de Jacob!
2 Entonad el salmo y batid el pandero,
La dulce cĆtara con el salterio.
3 Soplad el shofar en el novilunio, en la luna llena,
En el dĆa de nuestra solemnidad.
4 Porque estatuto es para Israel,
Ordenanza del Elohim de Jacob.
5 Lo estableció como testimonio en José,
Cuando salió de la tierra de Egipto.
Voz que no habĆa conocido, oĆ que decĆa:
6 He quitado su hombro de debajo de la carga,
Sus manos se libraron del peso de los cestos.
7 En la angustia clamaste, y Yo te rescatƩ,
Te respondĆ en lo secreto del trueno,
Te puse a prueba junto a las aguas de Meriba.
Selah
8 Ā”Oye, pueblo mĆo, y te amonestarĆ©!
Oh Israel, si me oyes,
9 No habrĆ” junto a ti dioses ajenos,
Ni te postrarƔs ante dios extranjero.
10 Yo soy YHVH, tu Elohim,
El que te hizo subir de la tierra de Egipto;
”Ensancha tu boca, y Yo la llenaré!
11 Pero mi pueblo no escuchó mi voz,
Y nada quiso conmigo Israel.
12 Los entregué, por tanto, a la obstinación de su corazón,
Para que anduvieran en sus propios designios.
13 ”Oh, si mi pueblo me hubiera escuchado!
Si Israel hubiera andado en mis caminos,
14 En un momento Yo habrĆa subyugado a sus enemigos,
Y vuelto mi mano contra sus adversarios.
15 Los que aborrecen a YHVH le dirĆan lisonjas serviles,
Pero su sometimiento hubiera sido para siempre.
16 HabrĆalos sustentado con la grosura del trigo,
Y saciado con miel de la peƱa.
āŗ81.1 guittit… ā Sal 8.1 nota.
āŗ81.5 Se inserta que decĆa para suplir elipsis del original
JeremĆasĀ 37
En la cƔrcel
1 En lugar de ConĆas ben Joacim, reinó como rey SedequĆas, hijo de JosĆas, al cual Nabucodonosor, rey de Babilonia, constituyó por rey en la tierra de JudĆ”. 2 Pero ni Ć©l ni sus siervos, ni el pueblo de la tierra escucharon las palabras que YHVH habló por medio del profeta JeremĆas.
3 El rey SedequĆas envió a Jucal ben SelemĆas y a SofonĆas ben MaasĆas, el sacerdote, para que dijeran al profeta JeremĆas: Te ruego que ores por nosotros a YHVH nuestro Elohim.
4 En ese entonces JeremĆas entraba y salĆa en medio del pueblo, porque todavĆa no lo habĆan puesto en la cĆ”rcel. 5 Entre tanto, el ejĆ©rcito de Faraón habĆa salido de Egipto, y al llegar la noticia a oĆdos de los caldeos que tenĆan sitiada a JerusalĆ©n, se retiraron de JerusalĆ©n.
6 Entonces llegó palabra de YHVH al profeta JeremĆas, diciendo: 7 AsĆ dice YHVH: DirĆ©is asĆ al rey de JudĆ”, que os envió a mĆ para que me consultarais: He aquĆ el ejĆ©rcito de Faraón que habĆa salido en vuestro socorro, se ha vuelto a su tierra en Egipto. 8 Y los caldeos volverĆ”n y atacarĆ”n esta ciudad, y la tomarĆ”n y le prenderĆ”n fuego.
9 AsĆ dice YHVH: No os engaƱƩis a vosotros mismos, diciendo: Ā”Seguramente los caldeos se apartarĆ”n de nosotros!, porque no se apartarĆ”n. 10 Porque aun cuando hirierais a todo el ejĆ©rcito de los caldeos que luchan contra vosotros, y de ellos quedaran solamente hombres heridos, cada uno se levantarĆa de su tienda y quemarĆan a fuego esta ciudad.
11 Cuando el ejĆ©rcito caldeo se retiró de JerusalĆ©n a causa del ejĆ©rcito de Faraón, 12 JeremĆas intentó salir de JerusalĆ©n hacia el territorio de BenjamĆn, para repartirse una herencia con los suyos. 13 Pero cuando llegó a la puerta de BenjamĆn, estaba allĆ un capitĆ”n llamado IrĆas ben SelemĆas, hijo de HananĆas, el cual apresó al profeta JeremĆas, diciendo: Ā”Te pasas a los caldeos!
14 Respondió: Ā”Falso, no me paso a los caldeos! Pero Ć©l no lo quiso escuchar, y prendiendo a JeremĆas, lo llevó ante los prĆncipes. 15 Y los prĆncipes se airaron contra JeremĆas, y lo azotaron y lo pusieron en prisión donde JonatĆ”n, el escriba, pues la habĆan convertido en cĆ”rcel. 16 Y JeremĆas fue puesto en el calabozo de la mazmorra, y allĆ permaneció muchos dĆas.
17 El rey SedequĆas lo mandó traer, y una vez en su casa, le preguntó secretamente: ĀæHay palabra de YHVH? JeremĆas respondió: Hay; y aƱadió: SerĆ”s entregado en mano del rey de Babilonia.
18 JeremĆas dijo ademĆ”s al rey SedequĆas: ĀæEn quĆ© pequĆ© contra ti o contra tus siervos, o contra este pueblo, para que me pusieras en la cĆ”rcel? 19 ĀæDónde estĆ”n vuestros profetas que os profetizaban diciendo: El rey de Babilonia no vendrĆ” contra vosotros, ni contra esta tierra? 20 Y ahora, escĆŗchame, oh rey, seƱor mĆo. Acoge mi sĆŗplica y no me hagas volver a casa del escriba JonatĆ”n, no sea que muera allĆ.
21 Entonces el rey SedequĆas ordenó que custodiaran a JeremĆas en el patio de la guardia real, y que le dieran una hogaza de pan al dĆa, de la calle de los Panaderos, mientras hubiera pan en la ciudad. Y asĆ se quedó JeremĆas en el patio de la guardia real.
āŗ37.1 hijo… Esto es, nieto.
āŗ37.14 Respondió… TM aƱade JeremĆas.
āŗ37.15 donde JonatĆ”n… TM registra en la casa de JonatĆ”n.
āŗ37.20 escĆŗchame… TM aƱade te ruego
Lucas 11:37-54
Contra escribas y fariseos
Mt 23.1-36; Mr 12.38-40; Lc 20.45-47
37 Mientras hablaba, un fariseo le rogó que comiera con él; y entrando, se reclinó a a mesa. 38 Pero el fariseo, observÔndolo, se extrañó de que no se lavara primero, antes de la comida.
39 Y el SeƱor le dijo: Ahora bien, vosotros los fariseos limpiĆ”is lo de fuera del vaso o del plato, pero vuestro interior estĆ” lleno de rapiƱa y perversidad. 40 Insensatos, el que hizo lo de fuera, Āæno hizo tambiĆ©n lo de dentro? 41 MĆ”s bien, dad con misericordia de lo de adentro, y he aquĆ todo os serĆ” limpio. 42 Pero Ā”ay de vosotros, los fariseos! Que diezmĆ”is la menta y la ruda y toda hortaliza, pero pasĆ”is por alto la justicia y el amor de DIOS. DebĆa hacerse esto, sin descuidar aquello. 43 Ā”Ay de vosotros, los fariseos! Que amĆ”is el puesto de honor en las sinagogas y las salutaciones en las plazas. 44 Ā”Ay de vosotros! Porque sois como los sepulcros, disimulados, y los hombres que caminan encima no lo saben. 45 Respondiendo entonces uno de los doctores de la ley, le dice: Maestro, diciendo estas cosas, tambiĆ©n nos ofendes a nosotros.
46 Ćl respondió: Ā”Ay tambiĆ©n de vosotros, los doctores de la ley! Porque cargĆ”is a los hombres con cargas difĆciles de llevar, pero vosotros no tocĆ”is las cargas con uno de vuestros dedos. 47 Ā”Ay de vosotros! Que edificĆ”is los sepulcros de los profetas que vuestros mismos padres mataron. 48 AsĆ que sois testigos y consentidores de las obras de vuestros padres, porque ciertamente ellos los mataron, y vosotros edificĆ”is.
49 Por esto, tambiĆ©n la sabidurĆa de DIOS dijo: EnviarĆ© a ellos profetas y apóstoles, yĀ de entre ellos matarĆ”n y perseguirĆ”n, 50 para que la sangre de todos los profetas,Ā derramada desde la creación del mundo, sea demandada de esta generación; 51 desde la sangre de Abel hasta la sangre de ZacarĆas, que fue asesinado entre el altar y la Casa. En verdad os digo, serĆ” demandada de esta generación. 52 Ā”Ay de vosotros, los doctores de la ley, porque quitasteis la llave del conocimiento! Vosotros mismos no entrasteis, e impedĆs a los que estĆ”n entrando. 53 Y esto les decĆa en presencia de todo el pueblo. Comenzaron los fariseos y los doctores de la ley a sentir un gran resentimiento y a provocarlo con preguntas acerca de muchas cosas, 54 tendiĆ©ndole lazos para cazar algo de su boca.
āŗ11.37 rogó… Lit. ruega; entrando… Mā aƱaden JesĆŗs.
āŗ11.38 lavara… Lit. bautizara āMr 7.2-4 notas.
āŗ11.42 hortaliza… āLv 27.30.
āŗ11.44 vosotros… TR aƱade escribas y fariseos hipócritas; saben… Lit. han sabido.
āŗ11.48 edificĆ”is.. Esto es, sus sepulcros āv. 47.
āŗ11.51 sangre de Abel… āGn 4.8; ZacarĆas… Esto es, en respuesta a la demanda del profeta ā2Cr 24.20-22; Mt 23.35; §286; la Casa… Esto es, el santuario.
āŗ11.52 llave del conocimiento… āIs 8.16; Mt 15.6b; §228; entrando… Lit. entraban.
āŗ11.53 Se sigue D ā§250; §320.
LucasĀ 18-19
La viuda y el juez injusto
1 Les contó tambiĆ©n una parĆ”bola sobre la necesidad de orar ellos siempre y no desfallecer, 2 diciendo: HabĆa un juez en cierta ciudad que no temĆa a DIOS ni respetaba a hombre. 3 HabĆa tambiĆ©n una viuda en aquella ciudad, y acudĆa a Ć©l diciendo: Hazme justicia de mi adversario. 4 Pero no quiso por un tiempo, pero despuĆ©s de estas cosas, se dijo: Aunque no temo a DIOS, ni respeto a hombre, 5 le harĆ© justicia a esta viuda porque me causa molestia, no sea que viniendo de continuo me fastidie.
6 Y dijo el SeƱor: OĆd lo que dice el juez injusto. 7 ĀæY DIOS, no harĆ” ciertamente justicia a sus escogidos, que claman a Ćl dĆa y noche, y no serĆ” paciente con ellos? 8 Os digo que con presteza les harĆ” justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ĀæhallarĆ” fe en la tierra?
El fariseo y el publicano
9 A unos que confiaban en sĆ mismos como justos y menospreciaban a los demĆ”s, les contó esta parĆ”bola: 10 Dos hombres subieron al templo a orar: el uno fariseo y el otro publicano. 11 El fariseo, de pie, oraba consigo mismo estas cosas: Oh DIOS, te doy gracias porque no soy como los demĆ”s hombres: ladrones, injustos, adĆŗlteros; o aun como este publicano. 12 Ayuno dos veces a la semana y pago el diezmo de todo lo que gano. 13 Pero el publicano, a distancia, no querĆa ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Ā”Oh DIOS, sĆ© propicio a mĆ, pecador! 14 Os digo: Este bajó a su casa justificado en vez de aquel, porque todo el que se enaltece serĆ” humillado, y el que se humilla a sĆ mismo, serĆ” enaltecido.
Presentación de los niños
Mt 19.13-15; Mr 10.13-16
15 Le presentaban tambiĆ©n los niƱitos para que los tocara. Y al verlo, los discĆpulos los reprendĆan. 16 Pero JESĆS los llamó, diciendo: Dejad que los niƱos vengan a MĆ y no se lo impidĆ”is, porque de los tales es el reino de DIOS. 17 De cierto os digo: El que no reciba el reino de DIOS como un niƱo, de ningĆŗn modo entrarĆ” en Ć©l.
Los ricos y el reino de Dios
Mt 19.16-30; Mr 10.17-31
18 Cierto dignatario le preguntó, diciendo: Maestro bueno, ĀæquĆ© harĆ© para heredar la vida eterna? 19 JESĆS le dijo: ĀæPor quĆ© me llamas bueno? Nadie es bueno, sino uno: DIOS. 20 Conoces los mandamientos: No adulteres, no asesines, no robes, no des falso testimonio, honra a tu padre y a la madre. 21 Y Ć©l dijo: Todas estas cosas he guardado desde mi juventud. 22 Pero JESĆS, luego de oĆrlo, le dijo: AĆŗn te falta una: Vende todo cuanto tienes y reparte a los pobres, y tendrĆ”s un tesoro en los Cielos; y ven, sĆgueme. 23 Cuando Ć©l oyó estas cosas, se entristeció mucho porque era rico en gran manera. 24 Y viĆ©ndolo JESĆS, dijo: Ā”CuĆ”n difĆcilmente entran en el reino de DIOS los que tienen riquezas! 25 Porque es mĆ”s fĆ”cil que un camello entre por el ojo de una aguja que un rico en el reino de DIOS. 26 Y dijeron los que oyeron: ĀæQuiĆ©n, pues, puede salvarse? 27 Ćl respondió: Lo imposible para los hombres es posible para DIOS.
28 Entonces Pedro le dijo: He aquĆ, nosotros, habiendo dejado lo nuestro, te seguimos. 29 Ćl les dijo: De cierto os digo que nadie hay que dejó casa, o mujer, o hermanos, o padres, o hijos, por causa del reino de DIOS, 30 que ciertamente no reciba muchas veces mĆ”s en este tiempo, y en la era que viene, vida eterna.
Su muerte y resurrección (tercera predicción)
Mt 20.17-19; Mr 10.32-34
31 Y tomando consigo a los doce, les dijo: He aquĆ subimos a JerusalĆ©n, y serĆ”n cumplidas todas las cosas escritas por los profetas acerca del Hijo del Hombre, 32 porque serĆ” entregado a los gentiles, y serĆ” ridiculizado y afrentado y escupido, 33 y despuĆ©s de azotarlo lo matarĆ”n, y al tercer dĆa resucitarĆ”. 34 Pero ellos nada entendieron de estas cosas, y esta palabra estaba encubierta de ellos, y no entendĆan lo dicho.
Bartimeo
Mt 20.29-34; Mr 10.46-52
35 Aconteció que al acercarse Ćl a Jericó, un ciego estaba sentado junto al camino mendigando. 36 Y cuando oyó que pasaba un gentĆo, preguntaba quĆ© serĆa aquello. 37 Y le informaron: EstĆ” pasando JESĆS el nazareno. 38 Entonces gritó, diciendo: Ā”JESĆS, Hijo de David, ten misericordia de mĆ! 39 Y los que iban delante lo reprendĆan para que callara; pero Ć©l gritaba mucho mĆ”s: Ā”Hijo de David, ten misericordia de mĆ! 40 Entonces JESĆS se detuvo, y ordenó que le fuera traĆdo, y al acercarse, le preguntó: 41 ĀæQuĆ© quieres que te haga? Y Ć©l dijo: SeƱor, que vea. 42 JESĆS le dijo: Recibe la vista. Tu fe te ha salvado. 43 Y al instante vio, y lo seguĆa glorificando a DIOS. Y al ver aquello, todo el pueblo dio alabanza a DIOS.
āŗ18.1 Les… Mā aƱaden JesĆŗs; contó… Lit. decĆa; la necesidad… Lit. serles necesario; ellos… El griego es enfĆ”tico.
āŗ18.3 acudĆa… Indica las repetidas visitas.
āŗ18.7 serĆ”… Lit. es.
āŗ18.8 con presteza… Es decir, aunque se demore, la vindicación serĆ” rĆ”pida y completa; ĀæhallarĆ” fe en la tierra… Lit. ĀæhallarĆ” la fe sobre la tierra?
āŗ18.9 confiaban… Lit. habĆan puesto su confianza. El imperfecto indica una actitud constante.
āŗ18.14 enaltecido… ā14.11; Mt 23.12.
āŗ18.17 de ningĆŗn modo… El doble negativo ou me y el subjuntivo eisĆ©lthi refuerzan la sentencia.
āŗ18.20 No adulteres… āEx 20.14; Dt 5.18; no asesines… āEx 20.13; Dt 5.17; noĀ robes… āEx 20.15; Dt 5.19; no des falso testimonio… āEx 20.16; Dt 5.20; honra… padre… madre… āEx 20.12; Dt 5.16.
āŗ18.22 Se inserta los para suplir elipsis del original.
āŗ18.27 Se inserta los para suplir elipsis del original.
āŗ18.32 ridiculizado… Otra traducción posible: escarnecido.
āŗ18.35 acercarse… ā§51.
āŗ18.36 pasaba… Lit. pasa.
āŗ18.39 iban… Lit. van.
āŗ18.40 se detuvo… Lit. habiendo sido detenido.
āŗ18.43 Se inserta aquello para suplir elipsis del original
Lucas 19
Zaqueo
1 Y habiendo entrado, iba pasando por Jericó. 2 Y he aquĆ un varón llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, 3 procuraba ver quiĆ©n era JESĆS, pero no podĆa a causa de la multitud, porque era pequeƱo de estatura, 4 asĆ que se adelantó corriendo y se subió a un sicómoro para verlo, pues estaba a punto de pasar. 5 Cuando JESĆS llegó al lugar, miró hacia arriba y le dijo: Zaqueo, baja de prisa, porque es necesario que hoy pose Yo en tu casa. 6 Y Ć©l se apresuró a bajar, y lo recibió con regocijo. 7 Pero al verlo, todos murmuraban, diciendo: Ā”Entró a hospedarse con un hombre pecador! 8 Entonces Zaqueo, puesto de pie, dijo al SeƱor: He aquĆ, SeƱor, la mitad de mis bienes doy a los pobres, y si algo he defraudado a alguno, lo restituyo cuadruplicado. 9 JESĆS le dijo: Hoy vino la salvación a esta casa, por cuanto Ć©l tambiĆ©n es hijo de Abraham; 10 porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se habĆa perdido.
Las diez minas
11 Estando ellos oyendo estas cosas, al proseguir, dijo una parĆ”bola, por estar Ćl cerca de JerusalĆ©n, y porque ellos pensaban que el reino de DIOS iba a ser manifestado inmediatamente.
12 Dijo pues: Cierto hombre de noble nacimiento partió para un paĆs lejano a recibir para sĆ un reino, y regresar. 13 Y llamando a diez de sus esclavos, les dio diez minas, y les dijo: Negociad mientras vengo. 14 Pero sus conciudadanos lo aborrecĆan, y enviaron tras Ć©l una delegación, diciendo: No deseamos que este llegue a reinar sobre nosotros. 15 DespuĆ©s de recibido el reino, al volver, sucedió que ordenó llamar ante Ć©l a aquellos esclavos a los cuales habĆa entregado el dinero para saber cuĆ”nto ganó cada uno. 16 Llegó el primero, diciendo: SeƱor, tu mina produjo diez minas. 17 Le dijo: Ā”Bien hecho, buen esclavo! Por cuanto en lo mĆ”s pequeƱo fuiste fiel, ten autoridad sobre diez ciudades. 18 Y llegó el segundo, diciendo: SeƱor, tu mina produjo cinco minas. 19 TambiĆ©n dijo a este: SĆ© tĆŗ tambiĆ©n sobre cinco ciudades. 20 Y el otro llegó, diciendo: SeƱor, aquĆ estĆ” tu mina, que tenĆa guardada en un paƱuelo, 21 porque te temĆa, pues eres hombre severo, que tomas lo que no pusiste y siegas lo que no sembraste. 22 Le dice: Mal esclavo, de tu propia boca te juzgo. ĀæSabĆas que soy hombre severo, que tomo lo que no puse y que siego lo que no sembrĆ©? 23 ĀæPor quĆ©, pues, no diste mi dinero a una mesa de cambio, y al venir yo, lo recibiera con ganancia?
24 Y a los presentes les dijo: Ā”Quitadle la mina, y dadla al que tiene las diez minas! 25 Y le dijeron: Ā”SeƱor, tiene diez minas! 26 Os digo que a todo el que tiene le serĆ” dado, pero del que no tiene, aun lo que tiene le serĆ” quitado. 27 Y a aquellos enemigos mĆos que no quisieron que yo llegara a reinar sobre ellos, Ā”traedlos acĆ” y decapitadlos delante de mĆ! 28 Y habiendo dicho esto, seguĆa adelante subiendo a JerusalĆ©n.
En JerusalƩn
Jn 12.12-19; Mt 21.1-11; Mr 11.1-11
29 Y aconteció que cuando se acercó a BetfagĆ© y Betania, cerca del llamado monte de los Olivos, envió a dos de los discĆpulos, 30 diciendo: Id a la aldea de enfrente, al entrar en ella, hallarĆ©is un pollino atado en el que ninguno de los hombres se sentó nunca; desatadlo y traedlo. 31 Y si alguien os pregunta: ĀæPor quĆ© lo desatĆ”is? dirĆ©is asĆ: Porque el SeƱor tiene necesidad de Ć©l. 32 Yendo entonces los enviados, hallaron como les dijo, 33 y mientras ellos desataban el pollino, sus dueƱos les dijeron: ĀæPor quĆ© desatĆ”is el pollino? 34 Ellos dijeron: Porque el SeƱor tiene necesidad de Ć©l. 35 Y lo llevaron a JESĆS, y echando encima sus mantos sobre el pollino, montaron a JESĆS, 36 y al avanzar Ćl, tendĆan sus mantos en el camino.
37 Cuando ya se acercaba a la bajada del monte de los Olivos, toda la multitud de los discĆpulos, se regocijaron y comenzaron a alabar a DIOS a gran voz por todos los milagros que habĆan visto, 38 diciendo: Ā”Bendito el rey que viene en nombre del SeƱor! Ā”Paz en el cielo y gloria en las alturas!
39 Y algunos de los fariseos de entre la multitud le dijeron: Maestro, reprende a tus discĆpulos. 40 Respondiendo, dijo: Os digo que si estos callan, las piedras clamarĆ”n.
41 Y cuando llegó cerca y vio la ciudad, lloró por ella, 42 diciendo: Ā”Oh si tĆŗ tambiĆ©nĀ conocieras en este dĆa lo conducente a la paz! Pero ahora fue ocultado de tus ojos. 43 Porque vendrĆ”n dĆas sobre ti, cuando tus enemigos levantarĆ”n torres de asedio contra ti, y te rodearĆ”n por todos lados, 44 y te arrasarĆ”n con tus hijos dentro de ti, y no dejarĆ”n en ti piedra sobre piedra, por cuanto no conociste el tiempo seƱalado de tu visitación.
En el templo
Jn 2.13-22; Mt 21.12-17; Mr 11.15-19
45 Y entrando en el templo, comenzó a echar fuera a los que estaban vendiendo, 46 diciéndoles: EstÔ escrito: Y mi Casa serÔ Casa de oración; pero vosotros la hicisteis una cueva de ladrones.
47 Y enseƱaba cada dĆa en el templo, pero los principales sacerdotes y los escribas, y los mĆ”s prominentes del pueblo procuraban destruirlo, 48 y no hallaban quĆ© hacer, porque todo el pueblo estaba pendiente de Ćl, escuchĆ”ndolo.
āŗ19.4 corriendo… Lit. habiendo corrido.
āŗ19.8 doy… El presente indica la firmeza de su resolución; cuadruplicado… āNm 5.6-7.
āŗ19.12 cierto… ā20.9; recibir… Esto es, para tomar posesión.
āŗ19.13 diez minas… Esto es, 100 dracmas.
āŗ19.19 SĆ©… Es decir, hazte cargo de cinco ciudades.
āŗ19.23 mesa de cambio… Esto es, un banco.
āŗ19.26 ā8.18; Mt 13.12; Mr 4.25.
āŗ19.27 decapitadlos… āMt 25.14-
āŗ19.31 necesidad… āMt 21.3; Zac 9.9.
āŗ19.38 Bendito… āSal 118.26.
āŗ19.42 dĆa… Mā registran a lo menos en este tu dĆa; lo conducente… Es decir, lo
que podrĆa traerte la paz; la paz… Mā registran tu paz.
āŗ19.46 Casa de oración… āIs 56.7; cueva de ladrones… āJer 7.11.
āŗ19.47 templo… ā21.37.
āŗ19.48 quĆ© hacer… Lit. y no hallaban el quĆ© hicieran.
Efesios 1:15-23
Petición de Pablo a Dios
15 Por esto yo tambiĆ©n, habiendo oĆdo de vuestra fe en el SeƱor JESĆS y del amor para con todos los santos, 16 no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo mención en mis oraciones, 17 para que el DIOS de nuestro SeƱor JESUCRISTO, el Padre de la gloria, os dĆ© espĆritu de sabidurĆa y de revelación en el conocimiento pleno de Ćl, 18 habiendo iluminado los ojos del corazón para que sepĆ”is cuĆ”l es la esperanza de su llamamiento y cuĆ”l la riqueza de la gloria de su herencia en los santos, 19 y cuĆ”l la inmensurable grandeza de su poder para con nosotros, los que creemos, conforme a la energĆa de su poderosa fuerza, 20 la cual energizó a CRISTO al levantarlo de los muertos y sentarlo a su diestra en los celestiales, 21 muy por encima de todo principado y autoridad y poder y seƱorĆo, y de todo nombre que se nombra, no solo en esta edad, sino tambiĆ©n en la venidera, 22 y sometió todas las cosas debajo de sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, 23 la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que estĆ” completando todas las cosas en todos.
*QuizĆ”s se trate de la carta a los laodicenses āCol 4.16.
āŗ1.1 un apóstol… āRo 1.1; fieles… Mā aƱaden en Ćfeso ā§119.
āŗ1.3 los celestiales… Esto es, los lugares celestiales.
āŗ1.7 la redención… Mā omiten artĆculo definido la āCol 1.14; liberación… ā§262; delitos… Gr. parĆ”ptoma.
āŗ1.10 dispensación… ā§268; tiempos seƱalados… ā§183; volver a unir… Tanto este pasaje como Col 1.20 hacen presuponer que el cosmos (como un todo y no solo la humanidad) se habĆa hundido en el caos a causa del pecado y que el propósito de Dios era restaurarlo a su armonĆa original en Cristo āGn 1.1-2.
āŗ1.11 energizando… Gr. energĆ©o = energizar ā§317.
āŗ1.14 la posesión… Esto es, adquirida por Dios ā1P 2.9.
āŗ1.15 del amor… Mā registran vuestro amor.
āŗ1.18 habiendo iluminado… Nótese que el participio gr. pefotismĆ©nous es tĆ©rmino adicional del verbo dĆdomi āv. 17. Es decir, despuĆ©s de haber iluminado los ojos del corazón, os dĆ©; corazón… Mā omiten corazón; sepĆ”is… Lit. saber vosotros.
āŗ1.19 poderosa fuerza… Genitivo atribuido.
āŗ1.20 energizó… Gr. energĆ©o = energizar ā§317; su diestra… āSal 110.1; los celestiales… āv. 3 nota.
āŗ1.22 sus pies… āSal 8.6.
āŗ1.23 cuerpo… āCol 1.18

