Texto áureo: Sal 133.
Entendiendo el texto: Qué oportunidad tan grande nos da Dios al ponernos en medio de otros creyentes. Cada creyente es nuestro hermano, pues Dios le ha hecho parte de la familia espiritual. Claro está, esto no es fácil, pero precisamente como Dios sabe que tenemos este gran reto, es allí a donde Él envía una dosis extra de bendición. El cristiano que entiende esto buscará y se esforzará no por resaltar lo negativo de los demás, sino lo que les une.
Sugerencias:
- Juegue a los abrazos con ellos y estimule a otros a jugar.
- Use pocos juguetes individuales para estimular el compartir, principalmente que sean para jugar en equipo, como rompecabezas, pelotas, globos, piezas de construcción, etc.
- Estimúleles a cantar juntos sin importar mucho la entonación.
- Haga imitaciones de animales para que todos juntos puedan reír y experimentar al grupo.