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Prontuario DAC

El presente manual trata de brindar argumentos sólidos en una serie de doctrinas y enseñanzas básicas que el creyente debe tener claras. A través de un sistema de enseñanza de libro por libro donde cada uno es independiente al otro, pero a la vez cada uno está en armonía con los demás. Aunque estos manuales se encargan de educar a los maestros de cada congregación, el autor y los editores recomiendan el siguiente prontuario:

  • Con el fin de brindarle a los maestros y líderes los recursos pedagójicos necesarios se creó el Libro IV de DAC.
  • Los libros de DAC están diseñados para un entrenamiento más especializado, por lo que es recomendado para un uso a manera de seminario local. Estos abarcan desde los conceptos básicos de la fe hasta temas avanzados de la teología bíblica y la apologética.
  • Cada libro de DIC-DAC está subdividido en secciones que se representarán con números romanos (I, II, III…). A su vez, cada sección se subdividirá en lecciones enumeradas de forma arábica (1,2,3…), aunque mantendrá el romano para identificar la sección a la que pertenece (ejemplo: Lección II.4).
  • Aunque puede haber maestros, en su ausencia se recomienda nombrar un facilitador por grupo (5-10 personas), de entre los propios alumnos. Para que pueda gestionar el avance de todos a través del libro.
  • Es recomendable (a no ser que se indique lo contrario) transitar por el sistema de párrafo a párrafo de manera minuciosa. El facilitador puede ir leyendo o delegando en otro integrante del grupo. Al final de cada párrafo deberá cerciorase, —tal vez con una simple pregunta (por ejemplo: ¿Se entiende hasta aquí?), que todos vayan comprendiendo de forma que el grupo avance balanceadamente.
  • El facilitador también deberá delegar en algún integrante del grupo el leer las citas de la Biblia que aparecen en el material, para no perder la oportunidad de escuchar la Palabra de Dios y ver su efecto. Lo mismo deberá hacer con las referencias y las preguntas que facilitarán la participación de todos.
  • Se recomienda al facilitador tener una lectura de cada lección en un tiempo de preparación previo. También deberá ir respondiendo las preguntas que aparecen en cada lección, para que los temas y sus implicaciones no le vayan tomando de sorpresa en cada reunión.
  • El facilitador debe instruir al grupo para desviarse de los temas que aparecen en el libro lo menos posible. En ocasiones aparecerán preguntas que no están en el material por parte de algún integrante del grupo, pero que pudieran encontrar respuesta más adelante en alguno de los otros libros. Se recomienda llevar una lista aparte de dichas preguntas y al final del curso retomar aquellas que no encontraron respuestas para no dejarlas a la deriva.
  • Aunque se ha incluido un glosario y muchas notas al pie de página, con el objetivo de que el discípulo tenga la información que necesita a su alcance, en el caso de tener un grupo se debe motivar a no sentarse en el banquillo de los que esperan, sino a moverse a la investigación. Es lícito hacer uso del internet para búsquedas de información y preguntar a los que están más avanzados en el tema, con el fin de entender mejor y aún ir más allá de lo presentado en el libro.
  • Al comenzar con cada libro se debe aprender el glosario primero (en aquellos que lo tengan). De ser un grupo al que se está discipulando, se puede utilizar el glosario como parte de una clase introductoria donde se expliquen los términos más importantes, e inclusive se puede exigir un pequeño examen comprobatorio. Por ejemplo: «Mencione tres conceptos que para usted fueron nuevos y explique dos de ellos», o también: «Señale verdadero (V) o falso (F)». Esto creará una base sólida en el discípulo para continuar añadiendo contenido.
  • Las secciones de preguntas que aparecen en el material son, únicamente, para consolidar su contenido, favorecer el debate y ayudar en la toma de decisiones. El facilitador o el líder de educación de la iglesia local puede crear exámenes que evalúen o consoliden el progreso al final de cada libro, así podrá saber las necesidades más específicas del grupo.
  • Algunos seminarios presentan este programa como un diplomado o certificado inicial en su currículo de estudio. Por otra parte, muchas iglesias lo usan también como parte de sus escuelas dominicales, grupos pequeños de entre semana o en la plantación de nuevas iglesias. En cualquiera de los casos, cada institución deberá crear los requisitos específicos propios que favorezcan el cumplimiento de sus exigencias.
  • Si el facilitador o el líder de educación tienen alguna duda o sugerencia, puede comunicarse directamente con este ministerio en: wayupcoop.com.

Sin más, anímese a transitar por estos libros y encontrará bendición de Dios.

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