DE JUDIOS DE JUDEA A JUDIOS PALESTINOS.
Para entender más sobre el tema del Estado de Israel, también hay que poder distinguir entre los diferentes grupos que componen a Israel. Esta multiplicidad de grupos nos va a ser bueno también para entender el judaísmo en la diáspora (fuera de Israel). Como este es un tema complejo y eso hace difícil el poder explicarlo todo en detalles, vamos a ver los elementos más importantes y generales de esta complejidad.
En el siglo I, cuando Dios se encarnó en el Mesías (Jesús), existían judíos dentro de la provincia romana de Judea y judíos dispersos por todo el imperio. Estos últimos tenían sinagogas para estudiar y orar, pero no podían participar del servicio del templo a menos que pudieran ir, que no era nada fácil, a visitar Jerusalén. Ellos eran conocidos como los “apartados” o los “apostatados”, no solo por la lejanía sino también por no poder ir al templo siempre que quisieran. Gracias al servicio de los maestros y apóstoles fariseos que visitaban constantemente a esas comunidades, ellas se podían mantener conectadas con el sanedrín de Jerusalén y con la enseñanza tradicional, pero a pesar de esa conexión todos en la diáspora eran muy influenciados por la filosofía griega, lo que llamamos hoy la gnosis.
Los judíos de Judea, por su parte, se encontraban liberados por tres grupos principales, aunque la mayoría de los ciudadanos no pertenecía a ninguno específico: Los Saduceos que eran muy parecidos a los de la diáspora, aunque solo tenían como Escritura a los 5 libros de Moisés y además no creían en la resurrección. Los Esenios que eran una especie de monjes del desierto muy tradicionales que se consideraban los auténticos sacerdotes. Los Fariseos eran los más aceptados por todo el pueblo y dirigían toda la enseñanza religiosa de la nación. Este grupo, cuando leemos el Nuevo Testamento, parece ser un grupo unificado, pero en realidad se dividían en escuelas diferentes: La de Hillel y la de Shammai. Cuando Jesús nació, Hillel estaba vivo y su escuela se encontraba en la región de Nazaret, así que Jesús tuvo que relacionarse con esa escuela en alguna medida. El Gamaliel mencionado en el libro de Hechos era su nieto. Por su parte, Shammai que se diferenciaba de Hillel por ser más extremista, era el líder del Sanedrín cuando Jesús fue sentenciado. Su escuela se consideraba la de los Zelotes, así que Pablo, aunque fue discípulo de Gamaliel, en varias ocasiones él mismo se presentó como Zelote (celoso), por lo que se puede entender por qué estaba al frente de la turba que mató a Esteban y pretendía matar también a los cristianos de Damasco.
Después del día de Pentecostés en que se derramó el Espíritu Santo, el grupo de los que aceptaron al Mesías Jesús, también creció al punto de comenzar a ser un cuarto grupo. Tristemente rápidamente vinieron la primera y segunda guerra judeo-romana, y con la eliminación del territorio de Judea a los seguidores judíos del Mesías les fue más fácil refugiarse dentro de los creyentes gentiles que continuar como una comunidad que no pertenecía ni tenía derecho a nada.
Sin embargo, al final de estas guerras ni los Saduceos ni los Esenios tuvieron igual suerte y simplemente desaparecieron, mientras que los maestros Fariseos, pudieron refugiarse principalmente en Babilonia. Allí lograron desarrollar el Talmud, que no es más que su tradición oral o como decía Jesús la tradición de los antiguos llevada lo más posible a libros para que no se perdiera.
Una de las cosas que entendieron estos maestros fariseos fue que ya el templo no existía y no había un futuro cercano que trajera la esperanza de su reconstrucción. Así que ese momento meritaba una actualización y unificación de su fariseísmo si querían sobrevivir como religión de Israel. Este reajuste que emprendieron tuvo varios puntos clave: Un nuevo calendario que les permitiera fijar aquellas celebraciones que dependían de ellos para que el pueblo las pudiera hacer en donde quiera que estuvieran, en vez de llamarse fariseos empezaron a usar un nombre más universal como el de Judaísmo, asumieron la liturgia de la diáspora y la enriquecieron para poder no depender del templo en la adoración a Dios, empezaron a usar el nombre de rabino que hasta el momento era un título honorífico para los maestros de Biblia y del Talmud, y enviaron misioneros que enseñaran esto a las diferentes comunidades alrededor del mundo. Estrategia esta que tuvo mucho éxito y logró su objetivo.
Sin embargo, con el paso de los siglos y con la poca comunicación de la época, cada comunidad fue adaptando esa enseñanza a sus propias vivencias y de esa manera surgieron diferentes grupos en dependencia de cada zona. Por ejemplo: en la región de España estaban los sefarditas, en Europa del este los Asquenazí, en Mesopotamia los Mizrají, en Yemen los yemenitas y otros más. Y, aunque cada grupo continuó moviéndose a otras regiones, cada vez que se levantaba un reino que los quería eliminar mantuvieron una identidad propia en donde quiera que fuesen.
Fue ya en la era moderna donde ocurrió un fenómeno que desde los tiempos del templo no se había vuelto a dar, dentro de uno de esos grupos el de los Asquenazíes. En ellos apareció un fraccionamiento en donde apareció un grupo llamado los mazortí (conservadores) que comenzaron a ver las tradiciones como útiles, pero que en dependencia del país en donde vivieran no eran tan importante cumplir, sino que era más importante poner en práctica las leyes del país para no desarmonizar. Entonces aparecieron dos grupos: los mazortí y los que siempre estuvieron que se les llamó ortodoxos (los que normalmente vemos vestidos de blanco y negro). Debido a estos mazortí, entonces aparece dentro de los ortodoxos otro grupo que por el temor de ser liberales fue al lado contrario y se convirtieron en los ultraortodoxos (los que se visten obligatoriamente de blanco y negro). Y después de eso como una bomba expansiva empezaron a aparecer otros grupos más, unos yendo más al radicalismo y otro más al liberalismo. Es bueno aclarar que eso solo ocurrió dentro de los Asquenazí, los demás grupos como los sefarditas o los mizrajíes son considerados simplemente ortodoxos.
Este grupo asquenazí siempre fue minoría, pero con las masacres llevadas a cabo por el nazismo el 90% de los crímenes fue en los sefarditas, por eso hoy en día es este grupo el que más se ve.
Paralelo a esto y como explicamos en un artículo anterior, en el siglo XIX surge el movimiento sionista dentro de los mazortí, aunque rápidamente también empezó a ganar adeptos dentro del resto de los asquenazíes ortodoxos. Por eso cuando se logró fundar el Estado de Israel, es dentro de ellos donde comienza a haber el mayor número de incorporados al gobierno y a su gestión. Sin embargo, de los ultraortodoxos nunca recibieron tal apoyo, pues para ellos el Mesías es quien debería formar y dirigir a la nación y cualquier otra gestión lo que acarrearía sobre ellos sería juicio por usurpar el liderazgo de la nación que solo pertenece a la tribu de Judá y a la descendencia directa de David.
Hoy en día la mayoría de los judíos en Israel están en el extremo más liberal, en donde se sienten libres de cumplir con las tradiciones que siempre han tenido sin ni siquiera pensar en Dios. Ahora no se alarme de esto, aunque da ganas de llorar, porque algo parecido ocurre en el mundo occidental en esta era post cristiana en donde alguien te dice: Dios te bendiga, y resulta ser que la persona es brujera; o te encuentras una celebración de navidad donde hay muchas borracheras y hasta orgías, mientras esa misma mayoría ni piensa en lo más mínimo en Dios, solo el disfrute de una celebración más.
Entonces cuando se analiza al Estado de Israel hay que tener en cuenta toda su complejidad, porque muchas veces vamos a analizar al Estado de Israel por lo que no es, aunque sabemos que Dios va a hacer de ellos lo que Él sí tiene en planes. Tristemente vemos a muchos evangelistas y predicadores hoy hablando del Estado de Israel como si ya ellos fueran la nación que Dios tiene en planes y prometió a los patriarcas y los profetas. Sabemos que por algo Dios ha permitido que los sionistas lograran su sueño, pero es Dios quien los va a llevar a donde Él quiere como mismo va a ocurrir con su pueblo gentil.
En otra serie veremos qué ha sucedido con aquellos que sí aceptaron al Mesías en la nación de Israel a lo largo de la historia.
Continuará…
Autor: Dr. Liber Aguiar
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