El ayuno de Gedalía, conocido en hebreo como Tsom Gedaliah, es una de las festividades menores del calendario judío. Si bien su origen está en una tragedia histórica, su significado va más allá de un simple luto, ofreciendo profundas lecciones sobre la traición, las decisiones y la protección de los siervos de Dios.
La Causa Histórica: Un Liderazgo Fugaz y un Trágico Final
Tras la destrucción de Jerusalén y el Primer Templo por los babilonios en el año 586 a.C., el rey Nabucodonosor nombró a Gedalía ben Ajikam como gobernador de la región de Judea. Su misión era gobernar a los judíos que habían permanecido en la tierra, ofreciendo una oportunidad de reconstrucción bajo un liderazgo benigno.
Sin embargo, su gobierno fue de corta duración. En el tercer día del mes de Tishréi, Gedalía fue asesinado por un celoso rival llamado Ismael ben Netanías, un judío de sangre real. Este asesinato fue un acto de traición que no solo terminó con la vida de Gedalía, sino que también destruyó la única esperanza de un liderazgo judío en la tierra, llevando a los que quedaban a huir a Egipto por miedo a la represalia babilónica.
Este evento marcó el fin de toda presencia judía soberana en la Tierra de Israel durante el exilio.
El Ayuno en el Exilio y su Inclusión en los Moadim
Los profetas de la época, como Jeremías y Zacarías, hacen referencia a este ayuno. En el libro de Zacarías, Dios habla a través de su profeta sobre los ayunos que se guardaban durante el exilio (el ayuno del cuarto, quinto, séptimo y décimo mes). El ayuno de Gedalía es el “ayuno del séptimo mes”.
Más tarde, en Zacarías 8:19, Dios anuncia que estos ayunos de luto son parte del “gozo y la alegría” que vienen en los Moadim (tiempos señalados por Dios). Esto demuestra que lo que comenzó como un día de lamento ya era transformado en Dios como un tiempo de reflexión para el bien de su pueblo. En este sentido, Dios incluye el ayuno de Gedalía como parte de sus Moadim, pero a la vez como parte de la promesa de redención en el Mesías.
Cómo se Observa el Ayuno
A diferencia de los ayunos mayores como Yom Kippur, el Ayuno de Gedalía es considerado un ayuno “menor”. Lo que no sugiera que no tenga importancia, porque es un Moed, sino que su observancia es solo desde el amanecer hasta el anochecer. Esto permite que el día sea de reflexión sin la misma “rigurosidad” que un ayuno completo, permitiendo a los creyentes el tiempo y la energía para meditar sobre su significado.
Lo que Representa el Ayuno de Gedalía
Cómo se ha dicho, este ayuno va más allá del simple luto por la muerte de un líder. Su profundo significado se centra en:
- Reflexionar sobre las Consecuencias de la Traición: El asesinato de Gedalía fue un acto de violencia interna. Nos recuerda que las mayores tragedias pueden venir de nuestros propios hermanos, por lo que nadie está exento de cometer este pecado. Es un día para meditar sobre el peligro de la envidia, la traición y la falta de unidad en la comunidad de fe.
- Tomar Decisiones bajo la Dirección de Dios: La muerte de Gedalía causó pánico, y el pueblo tomó la decisión de huir a Egipto sin consultar a Dios. Este acto selló su destino. El ayuno nos invita a reflexionar sobre la importancia de buscar la voluntad divina antes de tomar decisiones cruciales, especialmente en momentos de crisis donde la tensión no deja pensar. Así que es algo que se debe asumir en tiempo de tranquilidad para cuando llegue la crisis asumir lo que se tiene considerado como un patrón de vida para momentos de crisis.
- Pedirle a Dios que nos Cuide para no Traicionar a Sus Siervos: El pecado de Ismael no fue solo el asesinato, sino el de traicionar a un hombre que Dios había puesto en una posición de autoridad para el bien de Su pueblo. No importan la opinión que tengamos sobre alguien, Dios sabe lo que no sostros no sabemos de esa persona, y por eso le escogió. El ayuno de Gedalía nos llama a orar para que Dios nos dé la humildad y la lealtad necesarias para apoyar y no traicionar a aquellos que Él ha puesto como siervos para el bien de Su Reino.
En conclusión, el ayuno de Gedalía es un recordatorio de que la verdadera destrucción a menudo viene desde adentro, pero también es una promesa de que Dios puede redimir incluso las peores tragedias y guiar a Su pueblo hacia un futuro de gozo y restauración.
Autor: Dr. Liber Aguiar
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