Texto áureo: Jos 1.1-9
Lecturas para adultos en la semana:
Jos 1.1-9; Sal 1; Sal 78; Sal 119.9-16; 2P 1.16-21; 2Tim 3
Descripción del tema:
1. La palabra hebrea Torá significa ‘instrucción’ o ‘ley’. En dependencia del contexto se usa de una manera u otra. Si alguien ve la palabra Torá como una sentencia entonces implica la ley en su rigidez. Sin embargo, si la ve en medio de un contexto de aprendizaje hace referencia a la instrucción. Cuando no se tiene a Jesús como el abogado que le justifica completamente, aquel que libera de la deuda humana por el pecado, no hay otra manera de mirar la Torá que haciendo referencia a ley con sus consecuencias, pero cuando entendemos que somos perdonados a través de la acción de Jesús cuando sustituyó al hombre cumpliendo Él con esa ley, entonces nos damos cuenta que ahora Torá hace referencia a aprender y poner en práctica la instrucción de Dios, para que así nos vaya bien en todo en la vida.
2. A la parte de la Biblia que llamamos hoy Antiguo Testamento[1], en los tiempos bíblicos nunca se le llamó así, sino TaNaK. Las tres mayúsculas nos ayudan a entender que esta palabra es un acróstico[2]. Cada letra representa una palabra en el idioma hebreo: «T» representa Torá (instrucción o ley), «N» es para Nevim (Profetas) y «K» para Ketuvim (Escritos). Jesús autenticó y reconoció esta forma de llamarle a la Escritura, que tristemente con el tiempo se fue perdiendo entre sus seguidores[3].
3. El TaNaK fue la Biblia de los primeros cristianos (2Tim 3.16a), pues los Escritos apostólicos no existían aún y luego al ser creados tomaron un tiempo en ser conocidos por todos.
4. Pablo, hablando específicamente de esa parte de la Escritura, enseña que debe ser estudiada y aprendida (2Tim 3.15), que no sólo instruye en cuanto a la vida religiosa, sino que en ella se encuentra la clave para todo en la vida (2Tim. 3.16-17).
5. Cumplir con la ley y los mandamientos contenidos en el Pentateuco no asegura a nadie poder salvarse, pues ella misma muestra que todos somos pecadores al no poder cumplirla por nosotros mismos. Todos necesitamos del abogado capaz de justificarnos ante Dios: Jesús[4].
6. La única forma de poner en práctica correctamente la Torá es a la luz de cómo la vivió Jesús[5]. Él es el modelo para seguir y lograr entender la enseñanza contenida en Ella y aplicarla correctamente a la vida. Es por esto, que aquellos que han creído en el Mesías le suma los Escritos de los apóstoles, porque describen su correcta interpretación y práctica.
7. Toda la Escritura contiene el mensaje eterno de Dios en lenguaje humano, por eso su interpretación merita una conexión con su autor divino y un conocimiento general del propio texto, por lo tanto se debe tener en cuenta e incluir la gramática y todos los contextos[6].
Preguntas:
a) ¿Es lo mismo decir que estamos bajo la ley, a decir que estamos bajo la instrucción de Dios? ¿Por qué?
b) ¿Qué diferencia ve entre las frases: “Una práctica religiosa del creyente” y “Una vida consagrada a la religiosidad”?
c) Si alguien le pregunta a qué pastor o líder debe imitar, ¿cuál sería su respuesta?
[1] La Escritura fue dividida por algunos grupos cristianos gnósticos (en específico Marción de Sínope) entre Antiguo Testamento y Nuevo Testamento, pues para la mayoría de ellos el Dios creador era un ser maligno (demiurgo) mientras Jesús era la emanación divina que arreglaría esa creación fallida. De esta manera para ellos el “Antiguo Testamento” debía desaparecer ante la majestad del “Nuevo“, en especial las cartas de Pablo.
[2] Mayormente es una palabra o frase formada por la primera letra de otras palabras. Por ejemplo, ONU que hace referencia a: Organización de Naciones Unidas.
[3] Lc 24.44-45
[4] Gá 3.19-29
[5] 1Jn 2.4-6
[6] 2Tim 3.16; 2P 1.21