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Porción 124

Texto áureo: Deuteronomio 16:18-17:13
Lecturas para adultos en la semana

Día 1 Deuteronomio 16:18-17:13

Día 2 Deuteronomio 17:14-18:8

Día 3 1ªSamuel 11-12

Día 4 2ªSamuel 22 (Sal: 18)

Día 5 2ªSamuel  23

Día 6 Mateo 23

I- Sabios en medio de la iglesia.

En esta porción Dios deja claro el deseo de que cada congregación de su pueblo esté administrada por un comité legal [1]. O sea, que la administración debía venir por un liderazgo específico, pero debía haber también quien aclarase y enseñase acerca de la ley; por eso serían llamados “sabios”, personas capaces de corregir y guiar a los que estén mal o en pleito. Nunca con el objetivo de sentenciar eternamente, porque a través de la gracia se puede entender que eso corresponde a Dios solamente.

Estas sentencias más bien eran para ayudar a la persona a rectificar de su mal camino. Claro, una vez que aquel en el error esté ante dos testigos como mínimo y los sabios acepten su corrección, el Señor nos dice qué hacer (Mt 18:15-17). La responsabilidad de esta función muestra, para nosotros hoy, que los sabios deben ser expertos en la ley de Dios, en las actualizaciones mesiánicas y, sobre todo, hombres santos (que vivan esa misma ley sinceramente en intimidad con Dios).

II- Principios para un justo juicio.

Dios juzga al mundo a partir de tres principios generales:

mishpat, que es ‘juzgar según la ley’.

tzedeq, que significa ‘juzgar teniendo en cuenta el corazón de la persona’.

jeséd, que se refiere a ‘bondad’, implica rectificar situaciones entre personas y grupos, a vivir conforme a lo que la situación social exige.

Las dos primeras se utilizan en la porción, lo que muestra las características distintivas de este ministerio local legislativo y el alto grado de responsabilidad que esto conlleva. Un detalle importante es que la combinación de estas palabras tzedeq mishpat, que se traduce como ‘justo juicio’, es una frase que históricamente pertenece al campo semántico de la justicia en Israel e implica un proceso en sí de varios pasos. Si uno de los pasos de este proceso es violado, automáticamente deja de cumplirse su significado y es lo que se conoce también como «torcer el derecho», es decir ‘pervertir la justicia’.

Por su parte, la reiteración de la palabra tzedeq dos veces, traducida como ‘justicia’, implica una orden invariable de apego a lo que anteriormente se está diciendo en el texto.

La porción también presenta las leyes sobre las cuales se emitiría el juicio por los sabios de cada congregación, mientras Dt 17:8 en específico presenta el cómo sería esa función judicial. Dios dice que ellos no deben estar buscando situaciones para emitir juicio a la manera de detectives o investigadores, sino que debían esperar y alentar al pueblo a través del testimonio, basados en la decisión propia de los testigos y los implicados.

Más adelante, en Dt 17:12 se declara la sentencia para quienes no admitieran la conclusión de los sabios, lo que aplicaría bajo la nueva actualización hecha por el Mesías, ya no a ponerle fuera de Israel a través de su muerte, sino a ponerle fuera de la congregación, cosa que pudiera ser peor de no haber arrepentimiento[2].

En especial el v.9 muestra la relación armoniosa que deben tener estos ancianos que juzgan con el resto del ministerio, pues eso sería de buen testimonio también para que toda la nación viniera a ellos en caso de tener alguna duda.

III- Una adoración falsa que es muy peligrosa.

Dt 16:21,22 habla de la adoración específica a Asera y de la construcción de megalitos. La pregunta sería: ¿Si Dios ha dicho que no quiere la idolatría, por qué señala estas dos formas específicamente aquí? La respuesta tiene que ver con lo peculiar y peligroso de ellas:

(1) Ambas se basaban en la adivinación, cosa que podía confundir a los israelitas por su parecido con los profetas.

(2) Los megalitos eran la sede del culto nefilim que se habló en las porciones 5 y 8, cuya práctica estaba basada en la adivinación y las “ciencias” místicas. Cosa que transmitía el espirítu del anticristo [3].

IV- El Rey de reyes.

Dt 17:14-20 habla de la necesidad de un liderazgo único sobre el pueblo, cosa que ellos no aprendieron porque fueron pocos los reyes que Dios escogió, preparó y confirmó. La actitud de un rey, así como de cualquiera que esté dirigiendo a una parte del pueblo de Dios, debe ser como la de David cuando dijo: «Señor, delante de ti están todos mis deseos, y mi suspiro no te es oculto.»[4]. Dios especificó aquí, aquello que los reyes debían hacer:

(1) Vivir en santidad.

(2) Depender enteramente de Él.

(3) Escudriñar su Palabra.

(4) Ser de mentes claras.

Un ejemplo de lo catastrófico que es un liderazgo que no es obediente a Dios fue Salomón, el cual hizo lo contrario en un detalle: «Ni tomará para sí muchas mujeres, para que su corazón no se desvíe…»[5]. Tal vez él pensó que por la bendición que había recibido, su sabiduría podía combatir contra esto, pero su vejez le permitió ver el inicio de la tragedia.

Bíblicamente los líderes, los padres y todo el que ejerza algún liderazgo sobre otros deben entender y ser responsables con aquellas leyes que les rigen a ellos y que a su vez son las mismas leyes que sus influenciados deben respetar. Por otra parte, a estas se les suman algunas otras leyes que tienen un carácter específico para ellos, como es el caso de los reyes. Ningún líder puede olvidar que él también tiene sus propias leyes, y en el caso de los que están en una eminencia tienen uno que es divino, el cual les va a exigir como tal.

Todo este tema del liderazgo de los reyes también anuncia que el reinado sobre la nación tiene un carácter profético, porque el Mesías sería el verdadero Rey que vendría y cumpliría fielmente con todo lo legislado por Dios. De aquí se puede aprender que ningún liderazgo en la iglesia puede estar a la altura del Rey Jesús, quien tendría un ministerio muy directo en el nuevo actuar del creyente al designarle y servirle de ejemplo.

Preguntas:

1.- ¿Por qué considera usted que Pablo se enoja por la ausencia de sabios que juzguen en la iglesia de Corinto?

2.- Si un joven le habla de su deseo de servir a Dios, ¿cómo usaría usted el ejemplo de David?

3.- ¿En qué sentido Jesús cumple con todas las demandas a un rey hechas por el Padre en esta porción?

 

[1]1Co 6:1-11.

[2] 1Co 5:5; 1Tim 1:20.

[3] Serie: La Biblia Bien Leida, Temporada: La gnosis.

[4] Sal 38:9.

[5]Dt 17:17.

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