Porción 150

Texto áureoDeuteronomio 33:8-12
Lecturas para adultos en la semana

Día 1 Josue 17

Día 2 Jueces 8

Día 3 Salmo 68

Día 4 Salmo 79-80

Día 5 Malaquias 2

Día 6 Gálatas 1

I- La tribu de Leví.

Leví (לֵוִי) significa ‘devoto’ o ‘unido a’. Los levitas no tenían un estandarte específico porque se asentaban alrededor del tabernáculo, pero una vez en la tierra prometida cada tribu debía disponer algunas ciudades para ellos en medio de ellas. Su ministerio no consistía únicamente en el servicio del templo, sino que tenían la responsabilidad de enseñar al pueblo las leyes de Dios y decidir, de acuerdo con la voluntad de Dios en las situaciones donde no hubiera claridad en el asunto.

«Tu Urim y tu Tumim sean para tu varón piadoso». Una vez más comienza la bendición con la perfección ministerial de la tribu, porque era incorrecto que alguien que debía tomar decisiones tan importantes para el pueblo viviera desordenadamente. Debía ser alguien probado en medio de la contienda, y no alguien que simplemente sustituyese al líder anterior para ver si realmente es buena la persona, como acostumbran a hacer muchos, sino ante aquella prueba que viene a la vida desde el mundo espiritual[1].

El servicio a Dios debe ser comisionado sobre la base del comportamiento en la batalla diaria contra las huestes de maldad en las regiones celestes. Con esto no se hace referencia a un tipo de exorcismo cristiano, tan común en determinadas congregaciones, sino más bien a ese tipo de batalla diaria contra los aguijones de la carne que tratan de abofetear al propio creyente.

II- La tribu de Benjamín.

Benjamín (בִּנְיָמִין) significa ‘hijo que es la mano derecha’, por lo que implica fuerza también. Se movía bajo el estandarte del toro que pertenecía a Efraín.

«El amado de Dios, morará en seguridad junto a Él», habla de la responsabilidad con la morada de Dios (tabernáculo o templo) en su territorio. Interesantemente, hay una tradición muy antigua dentro de Israel en donde se menciona que una de las características de los benjamines era no arrodillarse ante nadie, basados en que de entre los hijos de Jacob fueron los únicos que no se arrodillaron ante Esaú por no haber nacido aún. Según la interpretación rabínica, si a alguien le va a costar la vida el no arrodillarse ante otro, puede no hacerlo con tal de preservar la vida. Sin embargo, esta enseñanza no aplica para los descendientes de Benjamín. Por eso, siglos después, vemos a Mardoqueo con una firmeza a diferencia del resto de los judíos para no arrodillarse ante Amán. E inclusive a Pablo en un ministerio tan valiente y retador como el que le fue encomendado.

Preguntas:

1.- A la luz de esta porción, ¿qué mensaje considera usted quería transmitir Dios con el testimonio de Pablo cuando le salió Jesús al encuentro?

2.- A la luz de esta porción y el texto de Malaquías 2, ¿qué implica que cada creyente bajo el pacto mesiánico sea el real sacerdocio?

[1] Los levitas lucharon contra aquellos que adoraron abiertamente al becerro de oro, e incluyeron a padres, hermanos e hijos.

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