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Porción 31

Texto áureo: Ex 3

Lecturas para adultos en la semana:
Ex 3; Mr 4-5; Hch 28; 1Tim 1.12-20; 1Tim 6.11-19; Ap 3.1-22

Descripción del tema:
1. Moisés se encuentra en el mismo lugar que años después Dios va a usar para traer la ley a Israel (Sinaí), pero en esta ocasión él no tiene idea de lo que va a ocurrir. Sin embargo, Dios sabe que para poder usarlo debía tener un encuentro con Moisés que lo llevara a otra dimensión en su vida, tal como había hecho con sus abuelos Abraham, Isaac y Jacob.

2. Dios utiliza el centro de una zarza ardiendo para hablarle y enseñarle que Él está en todas partes, aun cuando haya espinas y fuego. Por otra parte, Dios le está enseñando que Él puede usar hasta algo tan insignificante como una zarza. Por eso, la pregunta de Moisés después: «¿Quién soy yo para que vaya a Faraón, y saque de Egipto a los hijos de Israel?», no va a tener mucho sentido. Todos hemos de aprender en algún momento que a quien Dios llama, Él lo capacita y usa.

3. Moisés también debía entender que el liderazgo implica influenciar a otros, pero esto no se puede hacer sin reconocer la grandeza de la gente simple. ¿Qué era la zarza en comparación con otros árboles? Dios hizo de ella algo grande y útil, así también Moisés debía influenciar en otros para que se pudieran convertir en instrumentos útiles de Dios.

4. La respuesta a la pregunta de Moisés es muy alentadora y, a la vez, sorprendente (v. 12). Por un lado, le dice que no se preocupe, que estaría con él; pero por otro le dice que tendrá por señal algo que va a ocurrir mucho tiempo después. ¿Cómo va a ser esto?, porque la señal se necesita ahora, no después. Las señales de Dios no son para convencer solamente, sino que también confirman, orientan y guían. Por otra parte, Dios no trata de animar al estilo de los motivadores de la televisión de hoy, sino que simplemente deja clara su bondadosa acción sobre él y toda la nación; les correspondía a ellos sumarse a lo que Dios iba a hacer.

5. Con Dios siempre el futuro será mejor que el pasado. Alguien preguntaba en una ocasión: «¿Qué habré hecho para no merecer la muerte?». Un amigo contestó: «¿Quizás no hiciste nada, tal vez sea lo que vas a hacer?». Si alguno es beneficiario de una bendición especial, en lugar de palmearnos en la espalda y concluir que debe haber sido algo maravilloso que hicimos y nos están recompensando, lo que todo hijo de Dios debe preguntarse es: ¿Qué espera Dios que yo haga con ella? 

Preguntas:
a) Investigue acerca del encuentro de alguno de los líderes de su iglesia local con el Señor.

b) ¿Por qué cree que Dios estipula requisitos para su liderazgo, si al final Él lo va a capacitar?

c) ¿En qué sentido Ester y Moisés fueron parecidos en cuanto a la forma en que Dios usa a sus hijos?

d) ¿Por qué cree que Moisés tiene más miedo al pueblo de Israel que a Dios?

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