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Porción 5

Texto áureoGenesis. 5; 6:1-8
Lecturas para adultos en la semana

Día 1 Genesis 5

Día 2 Genesis 6:1-8

Día 3 Isaias 42-43

Día 4 Hebreos 11:1-16

Día 5 Judas 1:3-16

Día 6 Mateo 1:1-17

I- Los nombres en la Biblia.

Una de las cosas que se escucha siempre en todos aquellos que comienzan a estudiar la Biblia es que, al llegar a las genealogías, aparece un desánimo en cuanto a la lectura. Esto sucede porque para la cultura occidental los nombres no tienen mucho valor más allá de la identidad individual.

Lo primero que se debe entender es que el Libro del génesis está estructurado literaria y teológicamente por ‘generaciones’ (toledot) y esto se extiende por toda la Biblia. No es que sea la única forma, pero es sumamente importante esta estructura natural de ella. Para el apóstol Mateo, por ejemplo, este tipo de estructura le era muy importante, por eso dividió la historia en tres grupos de catorce hasta Jesús [1].

Por otra parte, los nombres tienen un significado (tanto los de personas como los de lugares) [2]. Estos están relacionados con el carácter de las personas y experiencias de vida, que cargan un mensaje más allá del simple nombre, y a la vez son una clave interpretativa para arrojar más luz sobre muchos textos en la Biblia.

Entre los descendientes de Enos aparece Enoc quien fue más allá que el resto y llegó a caminar con Dios. Que tremenda enseñanza para el creyente de hoy que pasa sus días viendo y criticando al tipo de cristianismo superficial que muchas veces se ve. ¿Fue bueno que los hombres invocaran a Dios?, claro que sí; pero en medio de esa sociedad conformada con invocar a Dios surge un hombre que vas más allá, él caminó con Dios. Y esto fue a tal grado que Dios le llevó con Él un día mientras caminaban juntos.

Por otra parte, se debe tener en cuenta una comparación entre los dos Enoc que han aparecido, porque sus nombres son iguales. El primero, es iniciado de algo que no ha habido hasta el momento que es una ciencia religiosa que se aparta de Dios. El segundo, es un iniciado también, pero en este caso en algo que sucedió antiguamente y no en un culto inventado. Su abuelo Adám caminó con Dios y hablaba con Él en el Edén, y ahora él va a retomar eso y va a regresar a esa misma intimidad que hubo con el Creador. Y no solo lo va a hacer como su abuelo, sino que se va a distinguirse de él y llegar al final de sus días en la tierra en plena comunión con Él.

II- Otros dioses.

La frase: vayir´u benei haelohim etbenot ha´adam ki tovot (וַיִּרְאוּ בְנֵי־הָאֱלֹהִים אֶת־בְּנוֹת הָאָדָם כִּי טֹבֹת) traducida comúnmente como: «y viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas», esta forma simplista traducir ha confundido mucho a los lectores. En primer lugar, debemos ver algunas peculiaridades de la frase en el hebreo para que usted pueda entender que no es tan simple como aparenta:

  1. El verbo yir´u(וַיִּרְאוּ) traducido como ‘viendo’ o ‘mirando’ tiene un uso muy particular, como por ejemplo en el español propio de los cubanos, a diferencia por ejemplo con el de Honduras, que cuando se dice «mira» en una conversación puede significar más comúnmente ‘presta atención’, ‘escúchame’ o cuando se dice “sí vea” que puede ser ‘algo que se aprobó’ [3]. En este caso yir´u se usa muchas veces para señalar que algo se ha entendido.
  2. La palabra elohim(אֱלֹהִים֙) aunque se traduce como ‘dios’ o ‘dioses’ por ejemplo en: «El que ofreciere sacrificio a dioses (elohim) excepto solamente a YHVH, será muerto.» (Éx 22:20), es literalmente el título de una categoría que se refiere a seres humanos con cierto poder, por ejemplo en: «YHVH dijo a Moisés: Mira, yo te he constituido un poderoso (elohim) para Faraón, y tu hermano Aarón será tu profeta.» (Éx 7:1). O sea, que una simple mayúscula puesta por los traductores, que no existe en el hebreo, va a marcar una gran diferencia sustancial en la mente de los lectores.
  3. Por otra parte, benei puede ser ‘hijo’, pero también es alguien que por constituirse heredero es considerado hijo, sin necesidad de ser descendiente sanguíneo de una persona, por ejemplo aquel Eleazar del cuál Abraham dijo a Dios: «Dijo también Abram: Mira que no me has dado prole, y he aquí que será mi heredero un esclavo hijo (ben) de mi casa.» (Gn 15:3).
  4. Aunque para el aprendizaje del español es muy fácil señalar ha (הָ) como el único artículo existente en el hebreo también hay que tener en cuenta puede traducirse literalmente como ‘éste’.
  5. En cuatro ocasiones se usa esta frase en todo el TaNaK (Gn 6:2, 4; Job 1:6; 2:1). Y siempre hay una tendencia a creer que los benei haelohim del Libro del génesis son lo mismo que por ejemplo los del Libro de Job, en cuanto a su naturaleza. El único problema con esto es que en el Génesis se habla de que estos engendraron a diferencia de los mencionados por Job, pero el propio Mesías enseñó que los ángeles nunca se darían en casamiento por lo que no pueden engendrar: «Entonces respondiendo Jesús, les dijo: Erráis, ignorando las Escrituras y el poder de Dios. Porque en la resurrección ni se casarán ni se darán en casamiento, sino serán como los ángeles de Dios en el cielo.» (Mt 22:29–30) [4]. Con solo este argumento se puede entender que ambas frases (benei haelohim) en ambos textos tienen algo en común gramaticálmente, pero no son de la misma naturaleza. En el Libro de Job es claro que son seres espirituales o angelicales, y por el hecho de engendrar los del Libro del génesis debemos entender que el texto nos está dejando claro que son humanos y no ángeles. Ahora, si se analiza Job 1:6; 2:1 veremos una aparente incongruencia en la sintaxis gramatical, porque ambos dicen: «vinieron los benei haelohim para presentarse delante de YHVH [5]…», y a haelohim se presenta como diferente a YHVH. Por lo que la traducción más correcta sería los ‘herederos o hijos de otra deidad (falsa o construida por ellos mismos)’. Interesantemente en el propio Libro de Job (Job 38:7) aparecerá benei Elohim sin el artículo marcando una diferencia con los anteriores mencionados anteriormente. O sea, estos que vienen en el Libro de Job ante YHVH son herederos de otro ser que adoran (en este caso a sí mismos y al propio Satán), así que en esto son similares a los de Gn 15:3, aunque no en su naturaleza angelical. Para ayudarle a entender regresemos al mismo verso de Gn 6:2 cuando dice Benot ha´adam (בְּנוֹת הָאָדָם) que se traduce correctamente como ‘hijas de los hombres’. Aquí los traductores de haber tenido la misma mentalidad y una posición de traducócin sin prejuicio, en la traducción de los ‘hijos de Dios’ podían haber definido a Adán por el artículo que aparece, quedando las ‘hijas de Adán’ y no las ‘hijas de los hombres’ [6]. Sin embargo, de haber hecho eso estarían obligados a traducir igual otros textos como en 1Sam 26:19, donde David claramente no está hablando de Adán sino de otros adam u hombres que presentados como padres de él le harían bastardo. Con este último ejemplo pudiera decirse que el artículo asociado con la frase benei haelohim no señala necesariamente al verdadero Dios, sino a uno que compite con Él, más bien se necesitaría la ausencia de artículo en la frase como pasa en texto anterior para justificar el definirlo como Dios. Concluyendo, la naturaleza de estos benei haelohim en el Libro del génesis es humana a diferencia de las dos veces que aparece en el Libro de Job y es lo que confirma más adelante Gn 6:3, cuando dice que Dios no contendería más con el hombre, ¿cuál «hombre»? Muy simple, el que produjo el problema y que Dios está aborreciendo, esos benei haelohim [7]. Por eso se encargará de salvar a los que son de Él a través de Noé.

Por la complejidad que ha creado en la mente del lector después de tanto repetir la misma traducción simplista e interpretaciones forzadas, es preciso hacer una traducción de manera dinámica de los dos primeros versos de este capítulo: «Aconteció que cuando comenzaron los hombres a ser muchos sobre la superficie de la adamah, y a ellos les nacieron hijas, y entendiendo los herederos de otras deidades que las hijas de los hombres eran buenas [8], tomaron para sí esposas, escogiendo entre todas.» (Gn 6:1–2).

III- El primer culto pagano universal de la historia.

Más adelante en el Vr. 4 aparece otra palabra nefilim (נְּפִלִ֞ים) que traducida muy mal como ‘gigantes’ se basa en una conclusión dinámica más que en la etimología de la palabra[9]. Nefilim es el plural de la palabra nafal que significa incuestionablemente ‘caer’, por tanto, salirse de su significado que se refiere a ‘los caídos’ solo en este verso es simplemente forzar el texto a decir lo que nunca a dicho.

Si el contexto en que aparece esta palabra siempre es con referencia a deidades entonces ese ‘caer’ es más un ‘postrarse’, sea intencional o no, que un tropezarse[10]. Podemos concluir entonces que estos nefilim es un tipo de culto religioso secular a alguna deidad a la que había que postrarse, que fue creada por la descendencia de Lamec[11]. Es bueno también señalar aquí que la idea de que estos son los «hijos que nacieron de una relación ficticia entre ángeles y mujeres», no tiene sustento en el verso, pues simplemente no lo dice. El texto es claro en que estos nefilim existían desde antes y en el tiempo en que nacieron hijos de la relación de estas mujeres con los benei haelohim (los herederos del otro dios). Por la misma razón, el texto presenta a los nefilim como paralelos tanto a las mujeres como a estos hombres herederos de la otra deidad.

Haciendo un resumen de lo expuesto en los puntos 8 y 9, se puede decir que estos benei haelohim eran herederos del culto nefilim nacido entre los descendientes de Caín y específicamente después de Lamec como consecuencia de la evolucion de los hijos de la tinieblas, mientras las mujeres mencionadas aquí debieron vivir bajo el cuidado y la herencia de la adoración al Dios único y verdadero, que les llegó y se mantuvo a través de la enseñanza de Adán y Set, y que con Enos comenzó a rescartarse. Los hijos nacidos de esa relación son llamados aquí los giborim (ַגִּבֹּרִים) que significa ‘poderosos’ o ‘valientes’[12], cosa que después va a heredar Ninrod como consecuencia de este culto infiltrado a través de uno de los que entró en el arca de Noé [13].

Cuando lo vil y sagrado cohabitan, sin una línea clara que demarque entre lo bueno y lo malo, lo más probable que va a suceder es que lo negativo contamine a lo puro y lo limpio. Así que estos poderosos tendrán una historia no muy buena en algunos contextos por precisamente representar este tipo “hombre nuevo”.

En estas dos últimas porciones vamos a encontrar dos genealogías con nombres parecidos e iguales en algunos casos que muestran cómo tan cercano en el tiempo a la creación del hombre y su caída, ya empieza a verse la corrupción humana, dejándonos ver cuan fácil es que dos personas por el solo hecho de venir de contextos diferentes pueden ser tan diametralmente opuestos. Y cómo una va desencadenando a la cultura marcada por la secularización y el paganismo, mientras la otra tratará constantemente de buscar, entender y servir al Creador[14].

Preguntas:

1.- ¿Cuáles son las dos grandes generaciones que subdividen el Libro del génesis? Tenga en cuenta Gn 1-11 y Gn 12-50.

2.- Investigue acerca de los nombres en esta genealogía y comparta con otros del grupo cada detalle de lo que encontró.

3.- Haga una descripción con sus palabras de los eventos que causaron el juicio de Dios sobre aquellas generaciones de hombres.

 

[1] (Mt 1:17). El nombre de David en hebreo es el número catorce, por eso es tan importante la fórmula Jesús hijo de David y esa apreciación de Mateo de catorce generaciones.

[2] Se recomienda investigar sobre algunos nombres que aparecen en esta genealogía para tener claros algunos ejemplos.

[3]Por ejemplo, la frase: «Mira ven acá» o «viste lo que te digo».

[4]  Jesús enseña que creer lo contrario, sea rabino o teólogo, sería errar las Escrituras. O sea, que las Escrituras no dirán nunca eso aun cuando parezca sí lo está diciendo. Creer lo contrario no solo es errar sino ir en contra de la enseñanza de Jesús.

[5] YHVH es el nombre usado para Dios que se traduce en la mayoría de las versiones vernáculas como Jehová o Yavé. Para ampliar ver del propio autor el libro: Mirando a lo invisible (ISBN-13: 978-1693271656) en la tienda de amazon.com.

[6] Es bueno tener presente aquí que la palabra hebrea que es traducida como ‘hombres’ es la palabra adám (אָדָם) y que es sólo por decisión de los traductores que no se pone Adán sino hombres.

[7]  El Targúm Onquelo (traducción al arameo) dirá: «no pondré mi espíritu en ellos en el día del juicio». Históricamente nadie ha entendido este texto como ángeles que engendraron gigantes.

[8] No solo con morbosidad sino de cualidad para sus propósitos.

[9] Llamamos una interpretación dinámica, en esta serie, a aquella que se basa en varios elementos conectados entre sí, a veces en mínimos detalles, para traer una conclusión diferente o nueva. Bajo este particular es que se traduce e interpreta tradicionalmente este pasaje. Al conectar la palabra nefilim (נְפִילִים) con la palabra repaim (רְפָאִים) a través de los versos: Nm 13:33; Dt 2:11, se concluye que es lo mismo, luego como se usa la repaim para un hombre con características de gigantismo, algunos concluyen que nefilim es ‘gigantes’.

[10] Gn 17:7; Lv 9:24.

[11]  Es bueno acotar que el propio autor sugiere que este tipo de conclusión aquí es propia de él y algunos otros teólogos, pero para nada debe ser aceptada como una conclusión categórica. Sino como una sugerencia interpretativa que quizás se apega más a los datos textuales y arqueológicos con que se cuenta hoy. Quizás estos ídolos nefilines se encuentren entre aquellas “estatuas” que aparecen hoy en muchos lugares, como los encontrados en la Isla de Pascua, y que los arqueólogos catalogan como parte de los ejemplos de cultos más antiguos que existen (megalitos).Sin embargo aún cuando se considere que se está hablando del verdadeo Elohim, eso no significa que sean ángeles, sino que seguirían siendo los hombres descendientes de Caín que simplemente se apartaron del verdadero Dios, como se ve en la porción anterior.

[12] Gn 4:6.

[13]Tema que se amplía en la porción 8.

[14] Gn. 4:16-24; 26.

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