La Reforma es reconocida como uno de los sucesos históricos más importantes de la era moderna, llegando a ser alabada en muchos ámbitos, no solo en el religioso, sino también en el político y el académico. Y es cierto, no se equivocan.
Para muchos, en un sentido positivo, evalúan este período como un evento permitido por el mismísimo Dios para liberar a “la iglesia” de las garras del “imperio” Católico Apostólico y Romano. En este ensayo, demostraremos que en realidad hubo mayor influencia de los hombres que de Dios, aunque sí se avanzaran unos pasos importantes en cuanto a la libertad religiosa, ocasionando cambios drásticos dentro de la sociedad y el propio catolicismo.
Es importante puntualizar que este trabajo no busca el análisis profundo ni exhaustivo del tema, solo trataremos de conectar algunos puntos no muy reconocidos ni evaluados principalmente por la parte religiosa cristiana en general. Con el fin de hacer este análisis que trace pautas a otras conclusiones, le pasaremos por encima a otro de los períodos que influyeron por esos siglos, el Renacimiento, y por último nos concentraremos en nuestro tema principal.
Como ya se ha mostrado disímiles veces en Way UP, uno de los mayores daños hechos en la iglesia ha sido la separación política vs religión. De igual forma, a la hora de evaluar la Reforma, los simpatizantes de esta solo tienen en cuenta las consecuencias religiosas, sin entender que es necesario y obligatorio extender el análisis a todas las esferas sociales posibles, porque como todo en la historia de la humanidad, nada ha sido de la noche a la mañana, sino que se han desenvuelto a través de disímiles procesos. En este sentido la Reforma, también sucedió como consecuencia de un proceso que venía ya gestándose en la Europa Medieval.
En la Edad Media, una época que históricamente es situada a partir de la decadencia del Imperio Romano y auge de la Iglesia Católica, Europa tuvo a raíz de las Cruzadas para reconquistar la tierra santa cambios importantes, trayendo desarrollo en renglones fundamentales como la economía y la política. Durante estas campañas militares, los líderes europeos detectaron una gran fuente de ingresos mediante las rutas comerciales que ya existían entre Europa y el Mediterráneo desarrollando grandemente las relaciones entre ambas zonas. Aunque es cierto que el asunto no es tan simple como esto, y sabemos que existieron muchos conflictos como invasiones militares no tan solo de los Cruzados en el mediterráneo, sino también invasiones Otomanas a Europa, todo esto fue contribuyendo a un cambio drástico dentro de la organización sociopolítica de Europa, el feudalismo. En ella, el clero y la nobleza poseían control y poder absoluto, pero el auge económico antes mencionado fue creando un crecimiento vertiginoso en muchas áreas sociales. Con el crecimiento del poder económico, creció también el poder militar, y con ello se fue expandiendo el poder político, por lo que una reforma social, política y religiosa era solo cuestión de tiempo. Y es aquí donde entra el Renacimiento.
El Renacimiento se suele definir como un movimiento cultural dado en la Europa Medieval alrededor del siglo XV. Se le ha denominado de esta manera, porque se asume que hubo un renacer de las ideas clásicas en cuanto a la lógica y a la razón fundamentalmente partiendo de las enseñanzas de Aristóteles. Sin embargo, tenemos indicios de que estas ideas nunca fueron del todo eliminadas ni prohibidas a no ser en las bajas esferas sociales. Es sabido que la universidad de Paris en el siglo XIII usaba las enseñanzas de Aristóteles. Tenemos el ejemplo de Tomas de Aquino, un gran maestro y filósofo católico que llegó a ser una figura fundamental en Francia e Italia. Estas dos regiones serían luego fundamentales porque darían a dos de los más influyentes pensadores que marcarían esta época, me refiero a Nicolas Maquiavelo en Italia y Rene Descartes en Francia. Es por tanto lógico pensar, que las enseñanzas aristotélicas nunca dejaron de existir en las cúspides eclesiásticas de la iglesia católica. Ellas simplemente estaban limitadas en su uso. Hay por tanto una pregunta a hacerse en este punto, si el Renacimiento es el supuesto renacer de las ideas aristotélicas, pero a la vez vemos que en realidad nunca dejaron de moverse dentro del liderazgo católico y muy posiblemente dentro de las cúspides políticas y sociales. ¿Qué es lo que realmente renació?
Antes de responder tal pregunta, es importante tener en cuenta otros elementos. Muchos historiadores posicionan este periodo del Renacimiento a partir del descubrimiento de América. Esto significa que ya en este punto el desarrollo ocasionado en consecuencia a todo lo antes mencionado, la expansión económica, el desarrollo de infraestructuras y el crecimiento cultural a raíz de la expansión de las enseñanzas de Tomas de Aquino en cuanto a la razón y lógica aristotélicas, fueron creando un pensamiento que comenzaron a fraccionar y resquebrajar el sistema establecido por tantos siglos. Inequívocamente, se comenzaba el proceso que incluía diferentes sismas dentro de la sociedad europea. Todo esto se reflejaría también en el desarrollo tecnológico que a su vez permitiría la expansión de la comunicación e información de forma rápida entre mayores fueren las distancias. La creación de la imprenta y la creciente democratización de la información también ayudó a la independencia en muchas maneras de los individuos que ahora podrían compartir sus ideas a regiones desconocidas por ellos.
Sin dudas, estos procesos fueron ejerciendo una influencia en el individuo común europeo nunca vista. Cada persona tenía ahora más posibilidad de informarse, conocer más allá de sus funciones y aún más, ejercer cierta influencia aun cuando no ocuparan posiciones definidas por los nobles, reyes o lideres eclesiásticos. La posibilidad de convocación de las masas tomaba otro nivel, siendo útiles para reformar cualquier sistema antaño como el feudal que limitaba las potencialidades que iban mostrando las nuevas tecnologías y sus consecuencias que resultaban en ganancias para aquellos que veían en estos procesos la oportunidad de subir dentro de la cerrada sociedad europea gracias al poder adquisitivos que se expandía a hombres fuera de la cúpula social. Por tanto, y tratando de responder a la pregunta antes realizada, podemos decir que lo renacido no fue precisamente las ideas aristotélicas, sino el impulso social que debido a un “despertar” evidentemente necesario y quizás hasta ocasionado dieron lugar a las enseñanzas aristotélicas, creando una independencia humana sin la necesidad de depender de cleros o nobles.
El desarrollo paulatino de todas estas ideas helénicas fue dando lugar a lo que conocemos hoy como humanismo, lo cual a su vez crearon todo tipo de movimientos sociales. Tal desarrollo podemos verlo claramente con tan solo comparar ambos filósofos antes mencionados. Maquiavelo, con su auge a principios del siglo XVI, y Descartes de principios del siglo XVII. Ambos son claros ejemplos de ese desarrollo de ideas. Comparemos solamente las escuelas de pensamientos de ambos filósofos y podremos percibir la rápida evolución en las ideas y las complejidades que también se fueron creando en tan solo un siglo. Por la parte de Maquiavelo, podemos ver que se desarrolló dentro del realismo clásico y el republicanismo. Mientras que en el caso de Descartes tenemos una lista: racionalismo, cartesianismo, mecanicismo, innatismo, fundacionalismo, conceptualismo, agustinianismo, realismo indirecto, teoría de la verdad, voluntarismo teológico, entre otros. Como podemos ver, la competencia de ideas creció increíblemente.
Es precisamente en este siglo tan convulso y marcado por el humanismo, que el ámbito religioso no sería quien escapara de sus consecuencias. Un cambio radical se daría lugar en la cúspide del movimiento religioso líder de Europa: La iglesia Católica Apostólica y Romana. Ahora bien, uno pensaría que la llamada Reforma comenzó con Martin Lutero en Alemania con sus 95 tesis, sin embargo, es sabido que varios maestros religiosos ya habían expuestos ideas similares mucho antes. Tales como: Juan Huss y John Wycliffe. Si las ideas de Lutero, su coraje y valentía al colgar aquellas 95 tesis en Gutenberg fue lo que dio el cambio diametral como muchos protestantes y evangélicos hoy rápidamente asumen, ¿por qué Huss y Wycliffe no tuvieron el mismo “éxito” que Lutero siendo ellos maestros sumamente reconocidos en toda Europa? La respuesta está precisamente en toda la complejidad que se ha explicado hasta aquí.
Esta reforma no surgió en ninguna manera solo por Lutero ser una persona pasional y celosa por la palabra de Dios, que fervientemente deseó exponer la verdad. Él vivió en una época en donde supo usar la comunicación a las masas, o sea a las clases más bajas, mientras que el creciente humanismo de que hablamos hizo espontáneamente su trabajo en aquellos individuos inconformes, maltratados, y a la vez hambrientos que pusieron en práctica ese individualismo humanista de turno. A causa de la tecnología, de todos los cambios políticos que se estaban llevando a cabo en toda Europa, al crecimiento de los libres pensadores, y las divisiones de poderes en todos los ámbitos políticos y sociales, Lutero vio también la posibilidad de atacar los errores que eran evidentes y abusivos dentro de la Iglesia Católica. Esto no significa ni estoy diciendo que el trabajo de Lutero no haya sido de un gran mérito, porque aún y con todo el apoyo moral que pudo haber recibido por las clases bajas y algunos nobles que conocían las disímiles limitaciones que ejercía la Iglesia Católica, se jugaba la vida en ello. Lutero fue condenado a muerte y rescatado de su ejecución por un secuestro de uno de aquello nobles que apoyaba y sabía que el cambio en el poder de la Iglesia Católica no tan solo estaba a punto de ser, sino que era necesario.
Ahora bien, ¿Por qué comencé mi ensayo comparando la influencia del hombre con la de Dios en todo este proceso? Pues simple, porque hoy, cuatro siglos después, las consecuencias han sido que hemos llegado a un punto prácticamente similar en el campo religioso al que vivían los habitantes de Europa en la época de Lutero. ¿Cuántas muertes trajo la Reforma Protestante? ¿Cuántas guerras entre reformadores y contra reformadores fuera del marco del debate sano? ¿Cuántos conflictos entre los mismos reformadores que aun arrastramos hoy? ¿Cuántas divisiones se crearon? ¿Acaso la Reforma solucionó el problema ocasionado por la Iglesia Católica o simplemente les dio la oportunidad a muchos grupos de expresar su humanismo de la manera que mejor les pareciera en el ámbito religioso?
Por mi parte considero, luego de cuatro siglos de cosechar los frutos de la Reforma, que estamos muy lejos de llegar a la reforma total que Dios realmente espera y desea influenciar. La Reforma, por lo que fue y hasta donde llegó, ha sido un movimiento político que debía suceder en todos los ámbitos sociales por todo el auge renacentista y humanista de su época que también le influenció. Prueba de ello fue el mismo Lutero que nunca pretendió salirse de las filas del catolicismo, aun cuando era consciente de muchos de sus inventos y de la bota que ponía en la cabeza de sus feligreses aplastándolos contra el fango día tras día, y manteniendo en pleno oscurantismo a una región tan importante como era Europa. Oscurantismo que no solo se quedó allí, sino que se extendió por todos los continentes por los que se extendieron.
Hoy en día aun vivimos las consecuencias de la Reforma. Por un lado, aquellos que nunca la aceptaron, pero que fueron obligados a cambiar muchas cosas dentro de sus filas a modo de hacerle frente a aquel movimiento popular tan fuerte y democrático. Y por el otro lado, los que asumiendo el cambio crearon un nuevo cristianismo que nunca regresó a sus bases históricas y religiosas y que sería en todo caso la muestra más fehaciente de que ellos no estaban ciento por ciento en la voluntad de Dios. Estos últimos, felices y contentos de las libertades obtenidas, crearon simplemente otro sistema con un poco más de aperturas que sería en última instancia una de las causantes de darle entrada a la época moderna en que vivimos.
Sin embargo, y para concluir, aquella respuesta tan famosa de Martin Lutero a la pregunta que le haría su mentor: “¿Te imaginas que sucedería si cada individuo tuviera una biblia en sus manos?, Lutero respondería: Existirían más cristianos” … hoy, mi opinión como cristiano moderno después de ver en la situación real en que nos encontramos es que Lutero se equivocó en esto, aunque fue una respuesta mejor que nada para su contexto histórico. Tener más biblias disponibles no produce más cristianos, porque hoy las tienen y no las leen o las leen como mejor les parece. Y todo gracias a la humanización de las ideas y, por ende, de las mismas traducciones. Desde mi corazón exhorto a que se tome este complejo tema más en serio y realista, que no se asuma lo que popularmente se dice sin antes no tener en cuenta todo el enredijo de cosas aquí vistas de una manera bastante superficial. Si en cada uno de estos puntos nos pusiéramos a profundizar, realmente podríamos encontrar cual es la verdadera vía que se precisa para caminar hacia la “Reforma Total Bajo la Guía de Dios”.
Autor: William Salazar
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