Yom Teruá, también conocido como Rosh Hashaná, es un Moed (tiempo señalado) de gran trascendencia. Su elemento central es el sonido del Shofar, en especial la nota llamada Teruá, que marca un llamado profundo al alma, a despertar del letargo espiritual y volver al Creador.
Fecha y propósito general
Yom Teruá se celebra en el primer día del séptimo mes hebreo, Tishrei, que corresponde a septiembre u octubre en el calendario gregoriano. En sus orígenes tuvo un carácter agrícola, como inicio del mes de cosechas, pero después del exilio babilónico adquirió también el sentido de comienzo del Año Nuevo civil.
Más allá de estas dimensiones históricas, Yom Teruá es un día de arrepentimiento, reflexión y renovación espiritual. La tradición enseña que es el Yom HaDin (Día del Juicio), cuando Dios juzga a todas las criaturas y determina lo que acontecerá en el año venidero.
El propósito central de este Moed es convocar a la comunidad a escuchar el llamado divino, revisar la vida cotidiana a la luz de la Escritura y responder con un corazón dispuesto. El Shofar anuncia que el juicio de Dios se manifestará plenamente en Yom Hakipurim, diez días después.
Prácticas y ritualidad
La preparación para Yom Teruá no se limita a un solo día, sino que se enmarca en un proceso que comienza con el mes de Elul, tiempo de oración, reflexión y Selijot. Durante el Moed destacan las siguientes prácticas:
1. El Sonido del Shofar
El Shofar es el corazón de la celebración. Sus toques despiertan el alma, llaman al arrepentimiento y convocan a volver a Dios. Cada secuencia —Tekia, Shevarim, Teruá— es como un lenguaje espiritual que expresa súplica y quebranto. Su sonido evoca también el toque del Sinaí, recordando la alianza eterna.
2. Preparación y Teshuvá
El espíritu de Yom Teruá es la Teshuvá (retorno a Dios). Se acostumbra un ayuno parcial (Tzom) el día anterior, acompañado de Tevilá (inmersión) como signo de purificación. Durante Elul y los Diez Días de Teshuvá se recitan Selijot, súplicas que se agregan después de la Amidá, abriendo el corazón al perdón y la reconciliación.
3. Comidas Festivas
Aunque es un tiempo solemne, también es festivo. Se realizan comidas con símbolos de bendición: manzanas con miel, que expresan el deseo de un año dulce; granadas, que representan abundancia y méritos; y dátiles, que evocan prosperidad. En el Kidush se añade la bendición de Shehejeyanu, agradeciendo por alcanzar este tiempo.
4. Deseos de Bendición
Durante Yom Teruá es común desear a otros: “Ketivá ve’Jatimá tová”, que significa: “Que seas inscrito y sellado para bien en el Libro de la Vida”. Este gesto fortalece la unidad comunitaria y recuerda que todos nos presentamos juntos ante el Creador.
5. Servicios Comunitarios
En los servicios con Minyán (quórum) se leen los textos de los Korbanot (sacrificios) señalados para este día. En la Amidá se añade la plegaria especial Teka Beshofar, que clama por el toque del gran Shofar en la redención final.
6. Lecturas de los Salmos
La liturgia de Yom Teruá incluye salmos que expresan alegría, súplica y confianza: 24, 47, 81, 98, 130 y 150. Estos salmos guían la oración con un lenguaje que conecta el alma con la soberanía divina.
Otros nombres y significados
Yom Teruá recibe diversos nombres que enriquecen su sentido espiritual:
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Yom Hazikarón (Día de la Memoria): un recordatorio de las obras pasadas y de la fidelidad de Dios.
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Yom HaDin (Día del Juicio): cuando las acciones de cada persona son pesadas ante Dios.
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HaMelej (El Rey): proclamación solemne de la realeza divina sobre el universo.
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Yom HaKeseh (Día del Ocultamiento): misterio de un día escondido en la renovación lunar.
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Rosh Hashaná LaIlanot (Año Nuevo de los Árboles): que conserva ecos de su origen agrícola.
Conclusión: el eco eterno del Shofar
Yom Teruá no es solo una festividad en el calendario; es un llamado eterno al corazón humano. El eco del Shofar nos despierta de la rutina, nos recuerda que el tiempo es un regalo y que cada año es una oportunidad para volver al Creador con sinceridad.
Que en este Yom Teruá el sonido del Shofar resuene no solo en nuestros oídos, sino en lo más profundo de nuestra alma, llevándonos a un arrepentimiento genuino y a una renovación espiritual que ilumine todo el año venidero.
Autor: Dr. Liber Aguiar
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